La Luz del pueblo. Los días en el pueblo transcurrían con normalidad. Eran los duros días de invierno y afuera, del cielo, pendían unos tremendos nubarrones que amenazaban mas nieve. A través de los ventanucos de la cocina, mientras mi madre preparaba la cena, mi mente adivinaba las más diversas formas tétricas. La tenue luz de la plaza despertaba en mí una tremenda imaginación. Divisaba unas brujas que sentadas en las chimeneas lanzaban al cielo una gran humareda, que se mezclaba con las ya oscuras nubes. El blanco e inmaculado suelo relucía, de forma tal que ayudaba a la pequeña farola a iluminar un poco más la plaza. La luz venía de Lartosa. Unos cables de cobre y aluminio recorrían la plaza para llevar la luz a las casas. Salíamos a jugar al balón a la plaza. En alguna ocasión le dábamos a los cables. Se fundían los fusibles y dejábamos el pueblo sin luz. Los mayores entonces tenían que ir al transformador con un trozo de cobre, a empalmar para volver a echarla. Por el día recuerdo que no teníamos luz, y era ya al oscurecer, cuando las farolas del pueblo y las bombillas se encendían. Al principio, al estar todas las casas encendidas, tan solo llegaba un pequeño halo de luz y conforme las casas se iban apagando, la luz parecía hacerse un poco más intensa. Recuerdo que en aquella época solo había bombillas de cuarenta vatios. Años más tarde, cuando llegaron las de cien vatios, fue cuando comenzó el verdadero problema de suministro. Los mayores del pueblo se reunieron e intentaron negociar, para que desde Lartosa modificasen la turbina, pero a estos no les salía rentable. Así pues negociaron con Electricas para llevar una nueva línea. Los vecinos teníamos que clavar los postes. Los de Electricas nos marcaban donde iban y los clavábamos nosotros. La instalación de los postes se hacía de jornal. Me acuerdo que contaba mi tío, que arrastraban los maderos por la ladera, y que otros los pasaban por el río hasta la zona de Saqués. Era el mes de Septiembre y el río les llegaba hasta la rodilla. Una vez terminados de clavar, una brigada de Panticosa instaló los cables. Cuando la obra estuvo terminada, recuerdo que vino a inaugurarla el Excmo Sr. Gobernador Civil de la Provincia y todo su séquito……….. Copito, 99