16 INFORMACION GENERAL La Plata, miércoles 4 de febrero de 1998 CONMOCION EN LOS ESTADOS UNIDOS Una inyección letal de Karla Tucker En la noche de ayer, y pese a los reiterados pedidos de clemencia por parte de sus abogados, la norteamericana de 38 años fue ejecutada con una inyección letal. La medida alentó el repudio desde el Vaticano L detractores de esta determinante medida. Pese al rechazo de las organizaciones humanitarias, la mujer dejó de existir cerca de las 18 en la cárcel estatal de Huntsville, Texas, después de que le fuera aplicada una inyección letal, la cual es considerada uno de los métodos más dolorosos que se utilizan para REUTERS as cadenas de televisión estadounidenses -en la noche de ayer- se hicieron eco, a través de ediciones especiales, de la ejecución de Karla Faye Tucker, la mujer que a los 38 años debió pagar con su propia vida por los crímenes cometidos, en el marco de una polémica general que enfrentó a defensores y encontrar la muerte. Un día antes de su ejecución pudo verse a Tucker en las pantallas de un canal cristiano estadounidense, profundamente volcada a la fe, expresando con firmeza “no tengo miedo de morir”, al tiempo en que agregó “Jesús está conmigo y tiene un lugar para mí”. El ajusticiamiento de la yanqui se apresuró después de que la Junta de Perdón de Texas rechazara hace 2 días el conmutar la pena capital por cadena perpetua, pero la resolución final la tomó el Tribunal Supremo de EE.UU. a través del gobernador George Bush que no pospuso la ejecución a pesar del pedido realizado por los abogados de Tucker. En este sentido y apelando a la conversión al cristianismo de la mujer condenada, David Botsford, su abogado, comentó en la televisión que “Karla va de la mano con Dios adonde quiera que vaya”. Crimen y condena “No tengo miedo de morir”, expresó la condenada días antes de ser ejecutada Cuando corría el año 1983, la mujer que ayer fue ejecutada por orden de la Justicia estadounidense, asesinó brutalmente Detractores de la pena de muerte El Papa y algunas organizaciones pidieron clemencia En los últimos tiempos, el caso de Karla Tucker despertó conjuntamente atención y protestas en todo el mundo, poniéndose nuevamente en tela de juicio el debate sobre la controvertida pena de muerte. Hecho que conjugó el odio de los familiares de las víctimas con las numerosas protestas de los detractores de la pena capital. En este sentido, el último lunes, el Papa Juan Pablo II se mostró contrario a esta ejecución manifestando, a través de su vocero Joaquín Navarro Valls, que “no quiere entrar para nada en la dimensión judicial de estos casos”. Asimismo el Sumo Pontífice pidió que se realizara un gesto humanitario para subrayar el valor de la vida humana que, de acuerdo con lo que expresó “es siempre el mismo principio, ya que solamente Dios es señor de la vida y la muerte”. También se sumaron a este pedido de clemencia las Naciones Unidas, el Parlamento Europeo, Amnistía Internacional y numerosas organizaciones y personalidades entre las que se encontraron un miembro del jurado que condenó a Tucker, el detective que la arrestó y un hermano de Deborah Thornton, la mujer asesinada. Una cuestión de Fe Por otro lado también pudo advertirse en el día de ayer que cientos de personas se reunieron frente a la cárcel de Huntsville para protestar contra la determinante medida. Pero lo cierto es que la conducta ejemplar que Tucker mantuvo durante los años que permaneció en la cárcel de mujeres de Gatesville (Texas), tuvo una gran incidencia para que se movilizaran varios grupos religiosos, abolicionistas de la pena de muerte, suplicándoles a las autoridades que le concedieran el perdón y evitaran su ejecución. De acuerdo con lo manifestado por los medios estadounidenses, al convertirse en una profunda devota cristiana esta mujer se ganó el afecto de poderosos religiosos provenientes de importantes movimientos, como la Coalición Cristiana, de Pat Robertson, que tienen gran influencia en el Partido Republicano, sin embargo ni los pedidos ni los contactos pudieron cambiar el destino de la denominada “asesina del pico”. INFORMACION GENERAL La Plata, miércoles 4 de febrero de 1998 17 Como en épocas de la Guerra Civil REUTERS terminó con la vida Todas las miradas se dirigieron a las 18 de ayer -21 hora argentina- hacia Karla Faye Tucker, no sólo por la brutalidad con que cometió sus crímenes, sino porque fue la primera mujer ejecutada en el estado de Texas desde la época de la Guerra Civil. La historia relata que la última mujer que había sido ajusticiada con la pena capital en Texas fue Chipita Rodríguez, en 1863, al ser colgada de un árbol por haber asesinado sin piedad a un comerciante de caballos. De acuerdo con lo que delatan los hechos, este Estado situado en el sur de los Estados Unidos tiene el récord, si de aplicar la pena de muerte se trata, ya que sólo en el año pasado ocurrieron allí 31 ejecuciones de las 74 que se registraron en el resto del país. Pero lo notable es que desde 1976, cuando se reinstaló la condena capital, nunca se concedió allí la conmutación de la misma por cadena perpetua. En este sentido, David Botsford, uno de los abogados de Tucker, describió la decisión de la Junta de Perdón como un día negro en la historia de Texas, ya que le había mostrado a todo el mundo que “aquí no existe clemencia alguna”. Historia de mujeres REUTERS Pero lo cierto es que, si bien Karla Tucker fue la primera mujer ejecutada en Texas después de 135 años, desde que se restableció la pena de muerte en Estados Unidos, sólo una mujer fue ejecutada, pero en el estado de Carolina del Norte. Esta última fue la comentada historia de Veelma Barfield, quien fue “puesta a dormir” en 1984, acusada de haber envenenado a su madre, a su novio y a otras dos personas. Sin embargo, en estos momentos, hay otras 50 mujeres en todo el territorio de los Estados Unidos en la denominada “hilera de muerte”, siete de las cuales están esperando resignadamente ser ejecutadas en poco tiempo por medio de la inyección letal. Muchas fueron las voces que se alzaron pidiendo que no se aplique la pena de muerte con un pico de construcción a Jerry Lynn Dean y Deborah Thornton en Houston junto con un cómplice, acción que realizó bajo los efectos de las drogas. Luego, afirmó que sintió placer sexual al matar. Sin embargo, en poco tiempo Tucker logró regenerar su vida. Se casó con un evangelista y ella misma predicó el mensaje de las Escrituras a través de videos en los que se mostró en contra de la droga, además de ser una interna modelo. Ante las apelaciones de sus abogados para que se revocara la Ultimos deseos Horas antes de ser enviada a la cámara de la muerte, esta norteamericana de 38 años fue consultada para que dijera cuál sería el último menú de su vida. Ante la sorpresa de todos, Karla Tucker solicitó tímidamente a los encargados de la comida en la cárcel de Huntsville que le llevasen bananas, melocotones y una ensalada para comer antes de morir. Esta controvertida mujer, cuyo caso ha acaparado la atención del mundo, también pidió que se le permitiera despedirse de sus familiares y amigos, entre quienes se encontraba su esposo, Dana Brown, pastor cristiano de la cárcel de Gatesville, donde ella ha pasado los últimos 14 años y medio. sentencia, el presidente de la Junta de Perdón, Víctor Rodríguez, indicó que el caso “está cerrado”, y agregó que “los crímenes cometidos fueron horribles y no pienso que su arrepentimiento y conversión sean verdaderos”. En este sentido, unos días antes de la ejecución de Tucker, el marido y la hija de Deborah Ruth Thornton, asesinada por esta mujer, no ocultaron su profundo odio y manifestaron abiertamente querer estar presentes durante la ejecución. “ Quiero verla morir”, afirmó Kathy Thornton en una entrevista. Karla Faye Tucker Abierta oposición a la inyección letal Otro de los aspectos controvertidos de este caso fue el método que se determinó utilizar para terminar con la vida de Karla Tucker en nombre de la pena capital, ya que diversas organizaciones humanitarias condenaron a la inyección letal por su crueldad. El jueves pasado, la organización Amnistía Internacional (AI) definió al método que se aplica en Estados Unidos desde hace 20 años como algo “cruel y doloroso, que se quiere presentar como el más humanitario”. El informe presentado por esta organización, escrito por el doctor James Welsh, indicó que la inyección letal “provocó un alto número de casos en los que falló y causó una muerte dolorosa al condenado”. En este orden, el trabajo precisó que “durante una hora, los médicos buscan una vena en la que inocular la solución letal que acabará con la vida del reo, al que por otra parte se le colocó un catéter conectado al corazón, una operación que dura algo más de media hora”. Asimismo manifestaron que “una vez que el veneno entra en el condenado, éste tarda unos dos minutos en morir, tras fuertes convulsiones”. Pero lo cierto es que desde el año 1977 -cuando se aplicó la primera inyección letal en Estados Unidos- hasta el 30 de septiembre de 1997, unas 267 personas fueron ejecutadas por ese método, de acuerdo con lo informado por Amnistía Internacional. Por otro lado, las asociaciones médicas de Estados Unidos, Guatemala y Filipinas -donde se usa la inyección letal- alzaron su voz para criticar a los profesionales que participaron en las ejecuciones, por considerar que esa actitud viola de lleno los principios éticos. La penitenciaría donde se llevó a cabo la ejecución