Siddhärta Gautama (BUDA) Por Isabel Soler Fumanal, F.R.C. Revista El Rosacruz A.M.O.R.C. Siddhärta Gautama nació en el mes de mayo del año 563 A.C., en un día de luna llena y en un lugar llamado Jardín de Lumbini, cerca de la ciudad de Kapilavatthu, situada en territorios que actualmente pertenecen al Nepal. Su padre, Suddhodana, era príncipe del país de Säkya, un reino al pie del Himalaya; el nombre de su madre era Mahämäyä. Hay numerosas narraciones referentes al nacimiento y vida de Siddhärta Gautama: presagios y augurios anunciaron su nacimiento, el dios Indra y su acompañante se apresuraron a recibir al niño, que de forma sobrenatural vio por primera vez la luz sin lastimar a su madre, mientras ella estaba de pie apoyándose en un árbol. También había sido maravilloso el sueño de su madre durante la concepción, en que vio entrar en ella un elefante blanco; el intérprete de los sueños le desveló que el niño sería o un gran guía de pueblos o un iluminador. Su padre, descendiente de la nobleza guerrera, prefería lo primero y le mantuvo alejado de la influencia de los ascetas. El niño fue llamado Siddhärta, que significa Logro Perfecto; Gautama fue el nombre familiar. Siddhärta Gautama, tras una ejemplar niñez, llegó a ser un joven de noble aspecto, combinando la agilidad del atleta con la inteligencia del sabio. A los dieciséis años contrajo matrimonio con su prima, una princesa de gran belleza llamada Yasodharä y, más adelante, nació un niño que se llamó Rähula. Pero en el transcurso de su vida, llena de lujos y comodidades, fue turbado por la enfermedad y la miseria que vio a su alrededor y, sospechando el vacío de su forma de vida, buscó el consejo de reputados sabios, sin hallar respuesta apropiada a sus preguntas. Cerca de los treinta años, al término de un paseo a caballo por sus fincas, la visión de un enfermo, de un anciano y de un muerto, pusieron fin a la despreocupada vida de aquel joven príncipe y abandonó su casa y su familia para convertirse en un monje errante; consultó los más altos sacerdotes de la religión brahmánica y tampoco halló una respuesta satisfactoria. Practicó la mortificación corporal, para liberarse de los males de su cuerpo y de su alma; durante seis años, vivió en la más severa austeridad en el bosque de Uruvela, hasta llegar a las puertas de la muerte. Súbitamente comprendió que las severas prácticas que se había impuesto, en vez de procurarle paz y claridad mental, habían arruinado su salud y embotado su mente. Con gran disgusto de sus compañeros ascetas, abandonó el camino de la austeridad extrema, exactamente igual que había abandonado el del lujo. Y comprendió que solamente una senda intermedia entre el bienestar y la ascética extrema le traería la distensión y la paz, siendo la condición justa para el conocimiento y que más tarde determinó la forma de vida de los monjes. El conocimiento le llegó de forma perfecta en la meditación a la sombra del árbol Bohdi, en un lugar llamado Bodhgayä, al sudeste de Bihar permitiendo a Buda, que significa iluminado o despierto, alcanzar ese peldaño del saber consciente en el cual se hizo presente toda su vida pasada: pudo contemplar con total independencia la cadena de los principios de las cosas, borró de él toda codicia, odio, ignorancia y demás oscurecimientos. Después de su iluminación, Buda fue a Benarés y antes de llegar, en el parque de las gacelas de Sarnath, hizo su primera predicación conocida como “el giro de la rueda de la ley”, en que expuso las Cuatro Nobles Verdades: 1.- La Verdad de la existencia del sufrimiento. 2.- La Verdad de las causas del sufrimiento. 3.- La Verdad de que es posible cesar el sufrimiento. 4.- La Verdad del Camino que lleva al cese del sufrimiento. Hay muchos otros consejos y enseñanzas, en total 84,000, dirigidos a ayudar a los seres a liberarse del sufrimiento, obtener la felicidad liberándose del Samsara o existencia cíclica y alcanzar la meta última: la Budeidad o Iluminación. Para ello es necesario adiestrarse en los tres aspectos principales del camino que son: 1. La Renuncia al sufrimiento. 2. La Bodichita o deseo de alcanzar la budeidad con el fin de estar capacitados para ayudar a los demás. 3. La Vacuidad o Sunyata o comprensión de la existencia interdependiente de los fenómenos y del yo, los cuales no tienen una existencia inherente. Esto constituye la base imprescindible para practicar correctamente el Tantra o método rápido, y poder obtener la Iluminación rápidamente. Buda pasó los cuarenta y cinco años de su vida, que sucedieron a su Iluminación, recorriendo la llanura del Ganges y exponiendo el Camino del Medio a cuantos buscaron su consejo. Fue acogido por reyes y comerciantes y no faltó el tentador quien, pese a todas sus grandes ofertas, no consiguió desviarle, ni mucho menos apartarle de su práctica: el Iluminado no quiere salvarse y redimirse él solo; también quiere salvar a otros, desea participarles su Conocimiento. Tuvo gran cantidad de discípulos y fundó una comunidad de monjes o Sangha, a fin de cuidar y trasmitir la doctrina y de proporcionar las condiciones para una necesaria disciplina y concentración. Murió a la edad de 80 años, sus restos mortales fueron repartidos como reliquias a las delegaciones de numerosos estados y ciudades-estados. Un santuario con una torre empinada se alza en las proximidades del árbol Bohdi, un retoño lejano del árbol bajo el cual “el iluminado” alcanzó la Iluminación.