Comisionado Francisco José Eguiguren Praeli, Relator sobre los derechos de las personas Lesbianas, Gays, Bisexuales, Trans e Intersex (LGBTI) Punteo - Presentación Panel: Discusión de casos de estudio en América Latina y el Caribe Seminario sobre Igualdad y No Discriminación en razón de la orientación sexual y la identidad de género para parlamentarios de América Latina y el Caribe Parlamento de Uruguay, Montevideo 11 de julio de 2016 2:30 pm 1. Quisiera iniciar mi participación felicitando a PGA y al PNUD por el “Manual Parlamentario sobre Derechos Humanos, Orientación Sexual e Identidad de Género” que ha sido lanzado en el día de hoy. Este representa es una herramienta clave y sumamente necesaria para impulsar cambios, el reconocimiento de derechos, aumentar el respeto, las garantías y protecciones legales a favor de los derechos de las personas Lesbianas, Gay, Bisexuales, Trans e Intersex (LGBTI). Lograr el pleno respeto y reconocimiento de los derechos de las personas LGBTI, así como también erradicar la violencia, discriminación, y exclusión por motivos de orientación sexual, identidad de género y diversidad corporal, requiere de un trabajo multidisciplinario que sin duda no podría efectuarse sin la participación activa del Poder Legislativo en nuestros Estados. 2. Este manual representa una herramienta de capacitación y empoderamiento para que las personas que integran los diferentes órganos legislativos asuman un rol activo en su deber de prevenir violaciones de derechos humanos y se aboquen a la protección de las personas LGBTI de la violencia, discriminación y exclusión de las cuales son víctimas en nuestras sociedades. 3. En este sentido, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos saluda y resalta la existencia en la región de un creciente consenso respecto del deber de los Estados de garantizar la igualdad y no discriminación de las personas, incluyendo por motivos relacionados con su orientación sexual, identidad de género y diversidad corporal. Gratamente hemos podido constatar cómo esta evolución se ha visto reforzada en la 1 última década, y ha venido acompañada del reconocimiento gradual de los derechos de las personas LGBTI por parte de diferentes Estados de la región. 4. Estos esfuerzos provienen de los diversos órganos de los Estados: se han impulsado cambios a través del Poder Legislativo, Poder Judicial e iniciativas del Poder Ejecutivo como por ejemplo a través de decretos y/o resoluciones. Entre las medidas adoptadas en la región cabe destacar: i. Protecciones constitucionales explícitas contra la Discriminación por Orientación Sexual e Identidad y Expresión de Género; ii. La adopción de leyes contra la discriminación; iii. Modificación de códigos penales para incluir la orientación sexual e identidad de género dentro de las categorías prohibidas de discriminación; iv. La tipificación de crímenes de odio o por perjuicio; v. La creación de órganos y/o unidades especializadas para investigar los crímenes contra personas LGBTI; vi. La promulgación de leyes de identidad de género no patologizantes y la emisión de regulaciones para permitir a las personas trans el acceso no patologizante a documentos de identidad acorde a su identidad y expresión de género; vii. La emisión de regulaciones en el sistema de salud para garantizar su accesibilidad acorde a las necesidades de las personas LGBTI; viii. La protección y reconocimiento de pleno de derechos de los diversos tipos de familias, incluyendo protección a personas LGBTI que sufren violencia doméstica; ix. La realización de entrenamientos a funcionarios públicos y fuerzas de seguridad ciudadana en derechos humanos con enfoque en la diversidad y las personas LGBTI; x. La emisión de regulaciones que protegen a las personas intersex de intervenciones médicas innecesarias sin su consentimiento previo, libre e informado; xi. La creación de sistemas de recolección de datos respecto de la violencia y la discriminación contra las personas LGBTI; xii. La emisión de normativas que regulan el cupo laboral de personas trans; y xiii. Declaraciones públicas de funcionarios/as estatales rechazando abiertamente la discriminación por motivos de orientación sexual e identidad de género; entre otros. 5. A pesar de estos esfuerzos y avances, la Comisión ha constatado también que aún persisten altos índices de violencia y discriminación contra personas LGBTI. Al respecto, en su informe “Violencia contra Personas LGBTI” la CIDH documentó que dicha violencia 2 se caracteriza por tener altos niveles de ensañamiento y crueldad, así como también por estar acompañada de contextos de impunidad. En dicho informe la Comisión corroboró como esta violencia prevalente en las sociedades de nuestra región se encuentra arraigada en un contexto de discriminación sistemática, el cual trasciende el acto individual en el que se materializa. 6. Es por esto que frente a esta realidad es preciso, entre otras iniciativas, la adopción de medidas legislativas para prevenir la violencia. Al respecto la Comisión ha indicado que dichas medidas incluyen la protección legal reforzada frente a la violencia por prejuicio. La CIDH ha observado que existe un creciente consenso respecto del reconocimiento legal de crímenes por prejuicio como factores agravantes en la comisión de delitos. Estas iniciativas tienen un impacto simbólico, envían un mensaje social positivo y fortalece la prevención de violencia contra personas LGBTI. 7. Asimismo, para la prevención de la violencia mediante la adopción de medidas legislativas es preciso la adopción de legislación que proteja y reconozca los derechos de las personas LGBTI. En este sentido, la CIDH en su informe “Violencia contra Personas LGBTI” ha establecido que para prevenir y combatir la violencia contra las personas LGBTI, los Estados deben adoptar un marco jurídico que específicamente proteja a las personas contra la discriminación basada en la orientación sexual, la identidad de género o diversidad corporal, debido al vínculo inherente entre violencia y discriminación. Esto incluye también la adopción de leyes de identidad de género no patologizantes. 8. De igual modo, el deber de adoptar medidas legislativas para prevenir la violencia incluye garantizar que el marco jurídico vigente no discrimine o refuerce la violencia por prejuicio. En este sentido cabe destacar el impacto desproporcionado que tiene en las personas LGBT la existencia de normas dirigidas a la protección de la “moral pública” o las leyes contra la prostitución, que criminalizan las relaciones sexuales consensuales entre personas del mismo sexo y la vagancia. Al momento de analizar la neutralidad de los marcos normativos debe garantizarse que este tipo de regulaciones no se encuentren vigentes, y en caso de existir, que sean lo suficientemente específicas para evitar aplicaciones subjetivas en perjuicio de personas LGBT. 9. El panorama de los derechos de las personas LGBTI en la región es muy dispar, algunos Estados como se ha mencionado presentan importantes avances, sin embargo aún persisten situaciones generalizadas de violencia y discriminación que precisan de la 3 intervención preventiva de los órganos legislativos. En este sentido quisiera destacar la importancia de contar con órganos legislativos independientes, que no respondan a presiones de grupos conservadores, que centren los procesos de reconocimiento de derechos en decisiones democráticas y apegadas a las obligaciones internacionales contraídas por el Estado. 10. Esperamos que espacios de e intercambio de experiencias como éste, continúen impulsando cambios y reconocimiento de derechos de personas LGBTI en la región. La participación activa de parlamentarias/os s en esta tarea es fundamental, pues para garantizar una América libre de discriminación por razones de orientación sexual, identidad y expresión de género y diversidad corporal se requiere de la adopción de políticas a nivel interno y monitoreo constante de la situación. 11. En este sentido, reitero la disposición que se tiene desde la Relatoría de los derechos de personas LGBTI de brindar asistencia técnica a los Estados cuando lo consideren necesario. Muchas gracias. 4