Marzo de 2010 Teléfonos móviles y tumores cerebrales: revisión

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Marzo de 2010
Teléfonos móviles y tumores cerebrales: revisión sistemática que incluyó un
análisis epidemiológico a largo plazo
Andrés Felipe Cardona1,2, León Darío Ortiz1,3, Jorge Miguel Otero1,2
1
Investigador Asociado ONCOLGroup y RedLANO
2
Grupo Oncología Clínica y Traslacional, Instituto de Oncología Fundación Santa Fe de Bogotá, Bogotá D.C., Colombia
3
Grupo Oncología y Neuro-Oncología, Instituto de Cancerología, Clínica las Américas, Medellín, Colombia
Fecha de la revisión
Marzo 27, 2010
Datos de contacto
Vini Khurana, PhD FRACS. Departamento de Neurocirugía, The Cranberra
Hospital, Garran, Australia. vgkhurana@gmail.com.
Resumen de las conclusiones
Los resultados de esta revisión meta-analítica demuestran que el uso continuo
del teléfono móvil (“celular”) por un periodo de tiempo superior o igual a 10
años aumenta el riesgo de presentar un tumor cerebral en el lado con mayor
exposición (lesión ipsilateral) al dispositivo inalámbrico. El análisis fue
estadísticamente significativo para las neoplasias de estirpe glial y para los
neurinomas del acústico, pero no para los meningiomas.
Marco conceptual
La tecnología necesaria para la utilización masificada de los teléfonos móviles
se introdujo en 1981 con el lanzamiento de la red Sueca denominada Nordic
Mobile Telephone System. Sin embargo, la digitalización de los procesos
(GSM) se presentó en la siguiente década con la aparición de los sistemas de
segunda generación (2G), y posteriormente, con la adaptación de frecuencias
avanzadas llamadas 3G (CDMA 800 MHz y TDMA 1900 MHz). Las ondas de
radio emitidas por los equipos GSM contemporáneos generan un pico de
poder entre 1-2W, mientras algunos dispositivos seleccionados presentan
salidas de energía inferiores a 1W, nivel considerado seguro por las
autoridades regulatorias internacionales. El poder generado por un teléfono
móvil puede variar durante una conversación dependiendo del nivel de
interferencia, de la base utilizada para su recarga y de la cercanía con las
antenas de transmisión; estas últimas pueden generar niveles de poder que
oscilan entre 10-100W (para la versión GSM), mientras las antenas 3G
producen en promedio 3W en las áreas urbanas. La intensidad de exposición
varía considerando la distancia de la fuente y la ley cuadrática inversa. La
Tasa de absorción específica (del ingles, SAR) para la cabeza humana es de
1.6W/Kg, valor modificado para la telefonía celular por múltiples variables
como: el tipo de antena, la morfología del cráneo, la distancia entre el teléfono
móvil y la cabeza, y la potencia del teléfono. En concordancia la exposición del
cerebro depende en particular del tipo de teléfono y de la posición de la
antena, pero de forma general suele ser mayor en el lóbulo temporal, en la
región insular, en el cuero cabelludo y en la parótida. El compromiso es
superior en los niños debido al menor grosor de los tejidos blandos y del
cráneo, al igual que por la concentración de agua en el cerebro y por su menor
volumen.
Actualmente, a nivel global hay más de 3 billones de teléfonos móviles en uso,
avance que ha generado gran controversia alrededor de la seguridad de esta
tecnología y su relación con el desarrollo de los tumores cerebrales. La mayor
limitación metodológica de los estudios publicados hasta la fecha esta
soportada por el corto tiempo de seguimiento de los participantes y por la
imposibilidad para fraccionar el análisis por subgrupos de patologías
(astrocitomas, neurinomas, meningiomas) y de lateralidad (uso continuo del
dispositivo por un mismo lado).
Tipo de estudio
Revisión meta-analítica.
Diseño metodológico
Estudio que incluyó datos publicados de 11 estudios de casos y controles
agrupados usando el modelo de efectos fijos (Odds ratios ajustados, ORs
ajustados). Todos los trabajos fueron llevados a cabo en Europa y publicados
entre 2004 y 2008; los estudios pueden agruparse en dos grandes conjuntos:
el primero, conocido como la colección Hardell desarrollada en Suecia entre
1997 y 2003 (6 estudios), y el segundo, como el grupo de estudios
pertenecientes al INTERPHONE (5 estudios), concebido por un consorcio
multinacional (13 países) de investigadores entre 1999 y 2004.
Criterios de inclusión y exclusión

Estudios publicados en formato completo en revistas con revisión
pareada.

Estudios que incluyeron usuarios de la telefonía móvil por un periodo de
tiempo igual o mayor que 10 años.

Estudios que contemplaron un análisis de lateralidad a largo plazo.
Desenlaces
Resultados

Incidencia de tumores cerebrales.

El análisis agrupado de los estudios incluidos en la colección Hardell
(casos, N = 2.158; controles, N = 2.162) demostró un aumento en el
riesgo
para
el
desarrollo
de
neoplasias
cerebrales
ipsilaterales
(astrocitoma y neurinoma del acústico) entre los usuarios frecuentes de la
telefonía celular. El OR se incrementó con el periodo de latencia (después
de 10 años) y con el tiempo acumulado de utilización del dispositivo
(consumo >2.000 horas). Los ORs fueron superiores para los sujetos que
desarrollaron gliomas grado III y IV, y la relación fue dependiente del tipo
de radiación producida por los teléfonos.

La evaluación de los resultados del grupo de estudios del INTERPHONE
(casos, N = 6.311; controles, N = 7.658) contempló 9 publicaciones, de las
cuales 6 presentaron datos a largo plazo con un análisis de lateralidad.

Al integrar la información de los dos conjuntos de estudios se encontró un
OR para el desarrollo de gliomas después de 10 años de uso de los
dispositivos móviles de 1.3 (IC95% 1.4-2.4), para los neurinomas del
acústico de 1.6 (IC95% 1.1-2.4), y para los meningiomas de 1.3 (IC95%
0.9-1.8).
Comentarios del revisor
Siguiendo el marco de la iniciativa STROBE (Strengthening the Reporting of
Observational Studies in Epidemiology) se encontró que los estudios incluidos
en la revisión indicaron parcialmente los objetivos generales y específicos, no
describieron las hipótesis, ni las fuentes y métodos para la selección de los
participantes. De igual forma, la estrategia de búsqueda de la revisión se limitó
en diciembre de 2008, no obstante, el estudio se presentó en septiembre del
año siguiente. Durante este periodo se publicaron cuatro referencias
relevantes con resultados disimiles. La revisión no exploró bases de datos
diferentes a MEDLINE (no se registró la fecha inicial para la búsqueda, por lo
que suponemos se selecciono como punto de partida 1981) y excluyó las
publicaciones redundantes que presentaron información complementaria.
Kundi valoró la información integrada por Khurana y colaboradores refiriendo
la ausencia de evidencia para medir los niveles de exposición en los estudios
epidemiológicos incluidos, al igual que la limitación para considerar el tiempo
de uso de los dispositivos móviles como predictor primario para el desarrollo
de las neoplasias cerebrales (2). De forma similar, los estudios suponen un
curso biológico homogéneo para las diferentes estirpes tumorales, hipótesis
no soportada por múltiples estudios preclínicos.
La estimación del riesgo de los sesgos de selección, de clasificación, y los
efectos de la enfermedad en el uso de teléfonos móviles podría haber
reducido el efecto de los desenlaces; de igual forma, el sesgo de memoria
pudo favorecer un falso incremento en el riesgo global de los eventos. En
conjunto, la evidencia publicada hasta la fecha describe una asociación
positiva entre los eventos, sin embargo, la inferencia sobre la magnitud del
riesgo es insuficiente ante la limitación que supone el breve espacio de
seguimiento. En paralelo, el Grupo de Epidemiología Ambiental del Instituto de
Oncología de la Universidad de Pittsburgh (3) agrupo la información de los
estudios de casos y controles con seguimiento extendido encontrando un OR
que oscila entre 0.5 y 4.2, sin embargo, al menos uno de las evaluaciones
excluyó usuarios pesados que emplearon los dispositivos por motivos
laborales. Esfuerzos futuros tendrán que recoger la información de forma
prospectiva, fijando la atención en la intensidad de uso (cuantificada en
minutos siguiendo los registros de las cuentas) y en la inclusión de preguntas
de control y sobre otros factores de riesgo potenciales.
Recomendaciones para la
Algunos estudios han encontrado un riesgo consistente para el desarrollo de
práctica clínica
gliomas y neurinomas en usuarios frecuentes de la telefonía celular. El efecto
se evidencia después de 10 años de utilización pero se ve afectado por
errores sistemáticos que no se han controlado de forma adecuada. Por el
momento, la evidencia es insuficiente para generar recomendaciones útiles
para la prevención.
Recomendaciones para la
Se requieren estudios analíticos adicionales para valorar la intensidad de la
investigación
exposición a largo plazo con la intención de confirmar o descartar el
incremento en el riesgo para el desarrollo de tumores cerebrales entre los
usuarios regulares de teléfonos móviles.
Referencias
1.
Khurana VG, Teo C, Kundi M, Hardell L, Carlberg M. Cell phones and
brain tumors: a review including the long-term epidemiologic data. Surg
Neurol. 2009;72(3):205-14.
2.
Kundi M. The controversy about a possible relationship between mobile
phone use and cancer. Environ Health Perspect. 2009;117(3):316-24.
3.
Han YY, Kano H, Davis DL, Niranjan A, Lunsford LD. Cell phone use and
acoustic neuroma: the need for standardized questionnaires and access to
industry data. Surg Neurol. 2009;72(3):216-22.
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