ARNOLD SCHÖNBERG: EL ESTILO Y LA IDEA. “LA COMPOSICIÓN CON DOCE SONIDOS” María Dolores Cisneros Sola INTRODUCCIÓN En 1950, un año antes de la muerte de Schönberg, se publicó El estilo y la idea1. Este volumen es un conjunto de escritos de temática variada, seleccionados por él mismo bajo este título. La editora de este grupo de textos fue Dika Newlin, compositora y musicóloga americana que estudió con Schönberg durante algunos de sus años en América. El estilo y la idea fue publicado en inglés, aunque originalmente algunos textos, escritos en alemán, tuvieron que ser traducidos, para lo que el compositor realizó las indicaciones precisas. Son un conjunto de quince artículos y suponen un pequeño ejemplo de una producción teórica que supera la centena de ensayos. Schönberg fue un escritor bastante prolífico. Además de los más de cien ensayos realizados escribió lo que hoy se reconoce como sus libros teóricos fundamentales: Tratado de Armonía, Fundamentos de la Composición Musical o Funciones Estructurales de la Armonía; además de su vasta correspondencia que se conserva de todas las etapas de su vida y los libretos de sus obras. Todo conforma el total de su pensamiento y es fruto de las reflexiones que el compositor hace sobre diversas materias a lo largo de su vida. EL ESTILO Y LA IDEA Los escritos de Schönberg abarcan una temática muy variada, desde artículos pedagógicos, comentarios sobre su obra o la de otros compositores o cuestiones interpretativas. Los quince artículos de El estilo y la idea también tratan temas diferentes que en el prólogo de la última edición española2, Juan José Olives agrupa en cuatro áreas. En primer lugar sitúa los artículos dedicados a cuestiones estéticas (aquí Olives incluye por ejemplo “El corazón y el cerebro en la música”), en segundo los artículos con un fin educativo (“La composición con doce sonidos”, o “Adiestramiento del oído mediante la composición”), el tercer grupo lo forman los artículos que muestran la inquietud social y política del compositor (Derechos humanos) y el cuarto grupo dos artículos que son una mezcla de ensayos analíticos y éticos (“Brahms, el progresivo” y “Gustav Mahler”). 1 SCHÖNBERG, A. (1950). Style and Idea : Selected Writings of Arnold Schoenberg. New York: Philosophical Library. 2 SCHÖNBERG, A. (1962). El estilo y la idea. Madrid: Taurus. 1 Casi la totalidad de los escritos que forman El estilo y la idea los escribe Schönberg en sus últimos años de vida, cuando se encontraba en América. Es muy interesante tener este dato en cuenta para valorar el texto de “La composición con doce sonidos”, pues será una reflexión teórica muy posterior a la puesta en práctica del sistema que en él explica. El texto lo escribe en la década de los cuarenta y las primeras composiciones dodecafónicas datan de los años veinte. Es por ello, que en él encontramos una gran madurez conceptual y una gran precisión que son las respuestas a los interrogantes básicos que el sistema dodecafónico pudiera plantear. El estilo y la idea es traducido al español y tiene prólogo de Ramón Barce en 1962. Aunque gracias al compositor podemos leer este gran compendio de textos en español y a pesar de que el lenguaje original se caracterizara por una fuerte expresividad3, la traducción tiene algunos errores sintácticos y ortográficos que en la última edición publicada se mantienen. Estos errores no sólo no han sido corregidos sino que han aumentado, apareciendo confusiones en algunos datos cronológicos como sucede en la contraportada del volumen donde indica 1959 como el año anterior a la muerte de Schönberg, cuando el compositor muere en 1951. “LA COMPOSICIÓN CON DOCE SONIDOS” “La composición con doce sonidos” es uno de los artículos más importantes contenidos en El estilo y la idea. El texto deriva de una conferencia dada en la Universidad de California, en Los Ángeles, el 26 de Marzo de 1941, de ahí su carácter pedagógico. Como el mismo título nos indica, todo el escrito es una reflexión y una explicación detallada de las características de la composición dodecafónica. Aunque en este artículo Schönberg resume de manera integral su sistema de composición con doce sonidos, existen numerosas cartas en las que describe los pasos de su descubrimiento o hace alusión a él. En 1937 Schönberg envía una carta al músico Nicolas Slonimsky donde escribe: “El método de composición con doce sonidos es el fruto de toda una sucesión de experiencias. La primera de ellas se remonta a diciembre de 1914, principios de 1915, época en la que empecé a abocetar una sinfonía que nunca se terminó y cuya última parte iba a convertirse en Die Jakobsleiter. El “scherzo” de esta obra estaba construido sobre un tema que contenía doce sonidos de la gama cromática…Podría también citar, entre estas tentativas, las piezas para piano opus 23… Contrariamente a la manera como se suele utilizar un motivo musical, empleaba ya aquí el método de la serie de doce notas. Saqué de ello otros motivos y temas, presentaciones diferentes, incluso acordes, sin que nunca el tema se componga de los doce sonidos… Mi Serenata es otro ejemplo de esta misma búsqueda de unidad. En esta obra podrá usted encontrar abundantemente el empleo de este método. El ejemplo más característico está en el tercer fragmento de las variaciones. El tema se compone de una serie de catorce notas, de las que son diferentes once tan sólo, pero estas catorce se usan constantemente en toda la pieza… El cuarto movimiento, el Soneto, es una verdadera composición con doce sonidos. La técnica es relativamente elemental: es, efectivamente, una de las primeras obras que fueron escritas aplicando rigurosamente el método; sin embargo, no es absolutamente la primera- la anterioridad completa corresponde a ciertos movimientos de la Suite para piano compuesta en el otoño de 1921. En este momento me di súbitamente cuenta de la verdadera importancia de hecho al que había llegado inconscientemente”4. 4 Carta recogida en STUCKENSCHMIDT, H. (1964). Arnold Schönberg. Madrid: Ediciones Rialp, pp. 113-114. 2 Como indica la carta, las primeras obras donde Schönberg emplea la composición con doce sonidos son en las opus. 23, 24 y 25. Cada una de ellas tiene al menos cinco piezas y fueron escritas y corregidas entre 1920 y 1921. En la opus 23 aparece una pieza serial, la quinta. Según nos indica Rosen las cinco piezas se rigen por dos principios: el principio de la unidad del material musical y el principio de desarrollo motívico y la variación5. Pero es en la opus. 25 donde el compositor compone de manera estricta siguiendo un esquema de doce notas en un orden fijo. Las piezas de esta opus son danzas de suite escritas a partir de la misma serie que tiene unas características muy singulares6. Otro ejemplo documental sobre la composición con doce sonidos es una carta de 1923, año en el que madura este método en su opus. 25, enviada al compositor Josef Matthias Hauer7. En ella deja muy claro que lleva muchos años reflexionando acerca de este método pero es ahora cuando ha encontrado el camino y desde hace dos años cuando ha avanzado en la realización de su sistema (fechas que coinciden con la composición de las tres opus. citadas anteriormente). El artículo “La composición con doce sonidos” se divide en doce pequeñas partes donde encontramos afirmaciones que nos van clarificando las ideas de Schönberg sobre el método que ha utilizado. Uno de los primeros términos que utiliza de manera muy significativa es la “comprensión”. Para el compositor la música tiende a la comprensión y el oyente encuentra su satisfacción en ella. Y esa es la búsqueda, nos dice Schönberg, de la composición con doce sonidos. Alude seguidamente al no entendimiento de sus contemporáneos de su método y es que, aunque nunca recibió grandes críticas directas, su obra tuvo una acogida fría. En 1924, Edwin Stein publicó un importante estudio sobre el nuevo método y se habló de él como “construcciones intelectuales” aunque sus contemporáneos reconocían las dificultades del método. Ante esto, Schönberg señalará más adelante que no basta con estar muy entrenado sino que hay que tener inspiración, de lo contrario la música no querrá decir nada. Tras observar sus obras dodecafónicas está claro que el dodecafonismo, aunque en su marco teórico necesita de un gran esfuerzo intelectual, no se reduce a eso. No es un método en el que tras idear la serie el resto de la música venga sola y Schönberg la desarrolla de forma magistral mediante procedimientos asombrosos extraídos de la tradición musical europea. Es lógico preguntarse por qué surge el dodecafonismo. Arnold Schönberg afirma que este método de composición surgió de una necesidad. Es la necesidad de un nuevo lenguaje puesto que la tonalidad con su esquema de construcción mediante tensión y distensión armónica se ha ido diluyendo durante el siglo XIX. El compositor es consciente del desarrollo del cromatismo y del destronamiento de la tonalidad en las obras musicales. Además el oyente se acostumbró perfectamente a la disonancia. Con la emancipación de la disonancia la Segunda Escuela de Viena escribe en un lenguaje en el que la disonancia está al mismo nivel que la consonancia y la expresividad de la música es extrema. Las piezas que se componen en este “expresionismo” son muy breves, pero es parte de la lógica compositiva. Como indica Charles Rosen, la tonalidad usaba varias fórmulas tratadas como unidades. Por 5 6 7 ROSEN, C. (1983). Schönberg. Barcelona: Antoni Bosch, pp. 89-90. SCHÖNBERG, A. (2005). El estilo y la idea. Madrid: Idea Música. STEIN, Edwin (1958). Arnold Schönberg. Cartas. Madrid: Turner, pp.110-112. 3 ejemplo, para el final de una obra sólo se usaba la consonancia. Cuando compositores como Schönberg rechazan ese material el peso recae sobre elementos más pequeños y cada uno de ellos adquiere una excesiva significación. La concentración de la expresividad hará que las piezas sean bastante breves. Para Rosen “lo que desapareció entre Mozart y Schönberg fue la posibilidad de utilizar grandes bloques de material prefabricado” 8. Fruto de numerosos intentos, como el propio Schönberg afirma, surge un nuevo método para la construcción musical, es el “Método de composición con doce sonidos, con la sola relación de uno con otro”. El compositor creía en la pervivencia y trascendencia del sistema que estaba ideando. Así se deduce cuando le declara a Josef Rufer en 1922 “He hecho un descubrimiento capaz de asegurar la supremacía de la música alemana durante 100 años”9. El método, como indica Schönberg en “La composición con doce sonidos”, consiste en el empleo exclusivo de una serie de doce sonidos diferentes. El compositor, a diferencia de otros músicos idea una serie diferente para cada pieza. En los párrafos siguientes de su texto señala las normas básicas de la composición con doce sonidos y justifica la elección que él hizo de algunas de ellas. Para Schönberg el orden de las notas dentro de la serie no es aleatorio y le otorga gran importancia a su organización. No acepta la repetición dentro de la serie de ningún sonido ni el uso simultáneo de varias series porque evita crear mediante la repetición centros que nos recuerden a la tonalidad. Así los sonidos de la serie deben oírse todos antes de que uno de ellos pueda repetirse aunque son excepciones las repeticiones de carácter puramente rítmico. No permite tampoco la aparición de la octava por ser una manera de realzar una nota y rechaza denominar a la serie escala para asegurarse que al crear armonías éstas vengan condicionadas por el orden de los sonidos en la serie. El compositor utiliza la serie básica de varias formas: su inversión, su retrogradación y la inversión retrogradada. La composición con doce sonidos tendrá como mejor lenguaje compositivo al contrapunto. Este ofrece a los compositores dodecafónicos muchísimas posibilidades, pero Schönberg no habla de contrapunto sino de estilo imitativo. Acerca de esto no explica mucho más y el concepto puede no quedar demasiado claro. Es muy usual también que la serie se divida en grupos variables de notas y en todas sus obras queda patente el éxito de este recurso. En el dodecafonismo ideado por Schönberg, la unión entre melodía, ritmo y armonía es muy íntima y así lo expondrá en sus obras disponiendo las notas de la serie tanto en sentido vertical como horizontal. Esta interrelación de los elementos da lugar a la unidad y él mismo escribe que este método tiene como ventaja su efecto unificador. Esa unidad es una búsqueda constante de los compositores para su música. El compositor es consciente y lo afirma, de la dificultad del método, y aunque él mismo indica su temor a la monotonía, realmente no sucede así. Pero el éxito de “La composición con dice sonidos” no sólo es fruto de la creación del sistema sino, como señalé anteriormente, de la tremenda intuición, inspiración y genio creador de Schönberg. Otros compositores contemporáneos a Schönberg idearon métodos parecidos al sistema dodecafónico, por ejemplo Matthias Hauer o Edgard Varése pero 8 9 ROSEN (1983): 31 STUCKENSCHMIDT (1964): 107 4 sus planteamientos no son ni tan profundos ni tan complejos y no tienen en ningún momento el interés del sistema del compositor vienés, por ello su difusión será mínima. El método dodecafónico se pudo considerar en ocasiones “frío y cerebral”, pero Schönberg mediante ejemplos musicales propios expone las innumerables posibilidades de la composición con doce sonidos y nos deja ver su gran intuición. El artículo contiene numerosos fragmentos musicales del propio Schönberg que ayudan a entender claramente el sistema en obras de distinta instrumentación: para piano, como el opus. 25, para quinteto de viento, como en el opus. 26 o en las Variaciones para Orquesta, opus. 31. El compositor no puede sistematizar las posibilidades de esta música porque son amplísimas, pero sí nos da algunas explicaciones mediante los ejemplos. Nos muestra como se puede usar la serie de la manera más sencilla que es mostrarla tal cual en cada voz, con su inversión y retrogradación y que esa misma serie con figuraciones distintas de lugar a algo completamente diferente. También se puede complicar la situación de la serie, combinándose entre la melodía y el acompañamiento o idear series especiales como la que contiene las notas BACH y que sería un homenaje al compositor. De todo el artículo se deduce la íntima relación de Schönberg con la tradición musical europea y alemana. En un contexto en el que tras la Primera Guerra Mundial se vuelve a los lenguajes de la tradición de la música occidental Schönberg integra los avances musicales de este momento con la herencia del clasicismo y el romanticismo musical. En la década de los años 20 se componen obras como El retablo de Maese Pedro de Manuel de Falla (1923), el Octeto de Stravinsky (1923), la Rapsody in blue de Gershwin (1924) o el Cuarto Cuarteto de cuerda de Hindemith (1924). Son años en los que el lenguaje tonal se vuelve a usar pero de un modo no muy natural en algunos casos. El gran maestro será Stravinsky con su tratamiento de la tonalidad como algo “arcaico”10. La antigua consideración de la existencia de una oposición entre neoclasicismo y dodecafonismo se desterró pronto y es que es evidente, por ejemplo, que el sistema dodecafónico emplea formas clásicas que a veces se simplifican bastante. CONCLUSIONES Schönberg, aunque algunos autores sean reticentes a considerarlo así, como sucede con Ramón Barce, es un revolucionario. Su método es un hito en la Historia de la Música que conducirá la composición europea durante décadas. Aunque esa revolución que realiza el austriaco no parte de la nada sino que nace desde la tradición musical europea no deja de dar un giro radical al camino de la composición musical. El dodecafonismo se crea partiendo de rasgos tradicionales de la música occidental, pero con un tratamiento completamente novedoso. “La composición con doce sonidos” es un texto capital, si no el más importante, dentro de El estilo y la idea. Esto es lógico porque de alguna manera es la plasmación textual de todos los detalles del sistema dodecafónico. Desde que Schönberg ideara su método y se lo enseñase a sus alumnos se convirtió en una técnica que todos los compositores en los últimos ochenta o noventa años han utilizado. Algunos durante largos períodos de tiempo y otros de manera esporádica, algunos como parte de su 10 ROSEN (1983): 87 5 formación y otros porque era la última corriente musical en Europa, pero sea de la manera que sea la trascendencia del método dodecafónico es indiscutible. Finalmente es muy interesante destacar el carácter pedagógico del texto. Gracias a esto el lenguaje que emplea el compositor es sencillo y las referencias analíticas de construcción de la serie en los ejemplos musicales son muy claras. “La composición con doce sonidos” es el texto donde más directamente Schönberg precisó en palabras uno de los métodos compositivos más trascendentes del siglo XX. BIBLIOGRAFÍA DAHLHAUS, C. (1990). Schoenberg and the new music. Cambridge: Cambridge University Press. HAIMO, E. (1992). Schoenberg´s serial odyssey. New York: Oxford University Press. RINGER, A. (1990). Arnold Schönberg. The Componer as Jew. New York: Oxford University Press. ROSEN, C. (1983). Schönberg. Barcelona: Antoni Bosch. SCHÖNBERG, A. (2005). El estilo y la idea. Madrid: Idea Música. STEIN, E. (1958). Arnold Schönberg. Cartas. Madrid: Turner. STUCKENSCHMIDT, H. (1964). Arnold Schönberg. Madrid: Ediciones Rialp. STUCKENSCHMIDT, H. (1964). Schönberg. Vida, contexto, obra. Madrid: Alianza Música. 6