I ^ 1VI ^DRID FEBRERO 1966 N.^ 3 - 66-H. ^ ^I^^. Enferm edades y p lagas del tabaco en lo s semille ros Manuel Llanos Company Ingeniero Agrónomo. MINISTERIO DE AGRICULTURA ENFERMEDADES Y PLAGAS DEL TABACO EN LOS SEMILLEROS Es corriente en patología de las plantas cultivadas distinguir entre enfermedades y plagas. Las primeras son causadas por organismos de constitución primitiva, tales como hongos, bacterias o virus. En cambio, los ataques de animales de organización superior, como insectos, gusanos, moluscos o mamíferos, es a lo que llamamos plagas, cuand^_^ afectan la sanidad v rencíimiento de las cosechas. Los daños que plagas y enfermeclades causan todos lc» años sobre la cosecha del tabaco revisten una gran importancia, especialmente si se miran desde el punto de vista de la pérdida de calidad. Como es sabido, en el caso del tabaco, la calidad es factor de primordial importancia. Además, por la elevada inversión en jornales que lleva el cultivo de esta planta industrial, tiene murha ma^-or importancia conocer los síntomas ^- los remedios para poder luchar en el momento oportuno _^- de una manera eficaz ^- relativamente económica contra los parásitos de la planta, sin por ello gravar en demasía los costos de producción. Desde el momento en que se siembra la semilla hasta que se cosecha, el ciclo se desarrolla en dos medios diferentes: el semillero y el campo abierto. En esta Hoja Divulgadora vamos a tratar de las enfermedades y plagas que corrientemente atacan el tabaco en los semilleros, dejan ^lo para otra publicación análoga el estudio de las plagas y enfermedades del tabaco después del trasplante, es decir, en el campo. La forma cíe luchar contra las primeras e inclus^^ los medios que contra aquéllas se pueden emplear son mti- -3- chas veces distintos, aun tratándose del mismo parásito, que los que se usan contra los que atacan a las plantaciones definitivas en campo abierto. En el semillero, por su reclucida extensión, todos los trabajos son más factibles que en las plantaciones. Enfermedades del tabaco en los semilleros. Las más extendidas ^- temibles son las producidas por hongos, aunque también son importantes las causadas l,or bacterias }- virus. ^'eamos las primeras. Tanto por los daños pro<lucidos como por los remedios eficaces que cabe administrar, tienen muchos puntos en común, si bien los agentes parásitos pertenecen a clistintos grupos o especies. Por ello, veamos en primer lugar unos cuantos consejos ^- normas que cíeberán tenerse en cuenta para combatir eficazmente estas enfermedades, que en términos científicos se llaman «enfermedacles cript^gámicas». Fig. 1.-Plantitas atacadas por el ^mildiu» de los semílleros (Pythium debaryancum). Especialmente en lugares de climas húmedos y en semilleros hechos con mantillos ácidos es donde mejor se desarrollan y propagan las enfermedades criptogámicas. La hu- -4- medad retenida hajo las cristaleras o plásticos con que se ctibren algunos semilleros hechos de obra, durante las noches y días fríos, e ^pecialmente en las regiones del norte de Lspaiia, es el ambiente que los hongos parásitos ^necesitan, jurito con una temperatura meclia, ni demasiado baja ni muy elevada (entre los 14° y los 25° C. ), para hacer sentir sus daños sobre las jóvenes plantitas. A veces, los gérmenes propag^adores de estas enfermedacles se mantienen vivos de tm año para otro, bien sobre los restos del mantillo y estiérc^l de los semilleros, o en los restos de plantas de tabaco e incluso sobre otros vegetales espontáneos o cultivados. También pueden existir en las semillas si éstas no han sido debidamente desinfectadas. En España es el Servicio Nacional ^lel Tabaco quien únicamente puede <listribuir la semilla entre los agricultores concesionarios del cultivo, por lo que, dacío que tales semillas son debidamente desinfectadas, no podría ser éste un foco de enfermeclacles si los cultivadores se atuvieran siempre a lo estableciclo por la Ley y no empleasen semilla recog^ida por ellos mism^^s. Métodos preventivos. Como resumen de todo lo expuesto, podemos recapitular en los siguientes puntos las recomendaciones que, seguidas por los cultivadores, harían muv difícil o improbable la aparición de enfermedades criptog-ámicas en los semilleros : 1. No emplear mantillos de reacción ácida en su preparación. 2. Para hacer la cama sobre la que descansa la capa superficial de mantillo, no usar estiércol que lleve restos de plantas, especialmente de tabaco. 3. Lmplear para la siembra solamente la semilla que gratuitamente entreg-a el Servicio del Tabaco. 4. Sembrar claro. (No debe pasarse del medio gramo de semilla por metro cuadrado de semillero). 5. Tener el semillero limpio de malas hierbas, dando cuantas escardas sean precisas. 6. 7. No regar en exceso. Los semilleros cubiertos (acristalados o con plásti- -5- Fig. 2.-La correcta densidad de siembra en los semilleros contribuye a evitar enfermedades criptogámicas. (Foto Shell). cos) se tencll-án abiertus siemj^re ^^ue el tieln^x^ lo hel-lnita. Especialmente desjnlés <le re^;arlo5 se dejarán abiertos Para que se ^^reen c^m cl sc^l ^- el aire. 8. Cuan^ío un añu se l^ru^luzc-^tn ata^lues Ix^r nic^hos en los selniller^^s, 5e canlbiará su en^hlaramient^^ al siguiente, procurando siem^^re c^ue su <^rientación sea la apropia^la (de Este a Oeste). O^:uparán enli^lazamientos bien In-oteg^idos ^con btlena exhc^^ición al sol, hu^-en<l^> de los lu^al-es e^ceFig. 3.-El riego excesivo de los semilleros facilita la aparición de enfermedades criptogámicas. -ssi`-amente húmedos, cle difícil ventilación u con mal drenaje. Para conseguir un buen drenaje, la zanja donde va el semillero será bastante profunda y su fon<lo lo ocupará una regular capa (de unos 25 centímetros de espesor ) de grava g^ruesa. 9. I^n caso de qtte no sea posible cambiar el emplazamiento cle los semilleros, y siempre que queramos prevenir }- tratar ^le evitar la aparición cle enfermedades en los semilleros, se recomienda como el medio más efectivo realizar. una desinfección previa al momento de la siembra. Tal desim=ección puede hacerse por el calor o bien con productos químicos. Desinfección del semillero. La desinfección del semillero por el calor es el medio más eficaz, pero también el más costoso y difícil de realizar. Puede emplearse el vapor de ag^ua g-enerado por una caldera calentada por carbón o cttalquier otro combustible (gas-oil, butano, etc. ). El vapor así proclucido se conduce hasta el semillero, inyectándose bajo un chasis metálico especial en forma de cajón invertido ctryos bordes se entierran bajo tierra. Como se comprende, esta forma de empleo del calor para la esterilización cle los semilleros no está al alcance del cultivador o semillerista corrientemente. En comarcas donde son .frecuentes las enfermedades y plagas de ios semilleros de tabaco sería interesante que alg-ún semillerista o grupo de cultivaclores hiciese un montaje de este tipo, con el que en cacla campaña se poclría tratar un buen número de semilleros. Otro sistema cle tratamiento por el calor consiste en coiocar el mantillo^ que se emplea como capa superficial del semillero sobre ttna plancha metálica que se va calentando a fuego lento hasta alcanzar los 85° C., temperatura que deberá mantenerse durante media hrn-a, tiempo preciso para esterilizarlo. La temperatura no deberá lleg^ar en ningún momento a los 100° C. Un horno de pan puede servir para la práctica de este sistema. Resulta también sencillo y está ig^ualmente al alcance de Fig. 4.-La parte de la derecha del semillero ha sido desinfectada para evitar hongos y aparece, además, límpia de malas hierbas. (Foto Shell). cttalqttier agricultc^r hacer una desintección su^erficial del ^eniillero una vez se encuentra dispuesto para la siembra. Basta quemar paja o leña sobre la superficie del mismo. Esta desinfección nunca será tan l^ertecta cc^mo las anteriorlnente descritas. La sieulbra deberá hacerse cuan<lo se hava enf riado. La desin i:ección con hroduct^^ químicos es también mu^eficaz y, desde lueáo, mucho menos costosa que las anteriures, contra los hongos del suel<^^, Resumimos las n^rmas dadas por la Estación Central de Fitopatolog^ía para la desinfección de los semilleros con «^^apam», como el lneeli^^ niás m<^dern^ ^- eficaz. El semillero estará terlni^iadc^ de preparar, es decir, disIniesto hara la siembra, si bien este tratamiento debe darse unas tres semanas ante^ de echar la semilla. I,a su^erficie de lnantillo estará bieii mullida ^- el terreno ni mu^- sec^^ ni hítmedo en e^ceso, a una temi^eratura no inferior a los 1^° C., medi^la a 10 centímetros de profundidad bajo tierra. I•:11 estas conclici<^nes se inc^^rl^ora el prc^cluctc^ en t^rma cle ^lilución en a^;-ua al 10 lu^r 10O, a razón de un litro p^r n1etr^^ cttadrado, enllílean^l^ una reg^adera para repartirlo hnr toda la suherficie. Ininediatainente des^,ués se da un rieg^^ c^n regadera a razón de 10 litros de ag^ua por metro cuadra<lo de superficie tratada. Si los cíías que siguen al tratamiento, el tiempo está seco v la temperatura elevada, deberán darse unos ligeros riegos para que el producto no se evapore demasiado aprisa. A los diez días del tratamiento se airea la superficie del suelo, rascando someramente. Si después de esta operación llueve, se deberá repetir, retrasando en este caso la siembra varios días hasta que el tert-eno se encuentre seco y no despida olor. Puede sembrarse pasadas tres semanas como mínimo desde el momento del tratamiento. Esta desinfección con «^'apam» requiere que se tomen las siguientes precauciones : Evitar el contacto con las mucosas y los ojos. No respirar los vapores ni hacer el tratamiento en local cer^`ado. Si se trabaja con el producto durante varios días seguidos, convendría emplear una careta antig^ás y utilizar ropas especiales f ácilmente lavables. El producto debe guardarse lejos de las sustancias alimenticias y fuera del alcance de los niños. Para evita.r perjuicios a plantas que se encuentren en la proximidad, las hojas de las más cercanas quecíarán del borde del semillero como mínimo a una distancia de dos metros, medida horizontahnente. Con el mismo objeto, debe cuidarse de que las ag^uas que escurren del tratamiento no lleguen hasta las inmediaciones de las plantas circundantes. Enfermedacles producidas por hongos en los semilleros. Sólo se citan las más frecuentes en España. Son las siguientes : MIr,^IU ^E I_os sEMIrJr,Exos. - Su nombre científico es P_ythi^.in^a debarya^^aurn. Es exclusivo de los semilleros, pues no ataca a las plantas desarrolladas. El ataque empieza en el cuello o parte inferior del tallo, que se ennegrece, extendiéndose después el color oscuro a toda la planta, que termina muriendo, apareciendo inclinada ^- recubierta de una pelusa blanque^cina. PODREDUMBRE DE L3 R^ÍZ.-ES Ul1 hong0 llalllad0 7^^2t[- lavia basicola. Ataca al tabaco, tanto en semillero como en -9- el campo. Las plantas atacaclas crecen escasamente y toman un color amarillento. La raíz ^- harte interior del tallu aparecen ennegrecidas. Las raicillas atacaclas lc^ son de hret_erencia en las zonas más pr^^fun^las, por lo que la hlarlta reacciona emitienclo raíces más ^ul>erficiales. Tstas observaciones, para diagnosticar la enfermedad, Ilueden hacerse Fig. 5. - Planta atacada por «podredumbre de la raíz» (Thielavia basicola). nietienclo la planta en un recipiente con agua, para limpiar las raíces cle la tierra que ]levan adhericla. lle esta torma se verán perfectamente las zonas negruzcas atacadas. F_^te es el único hongo cuyo desarrollo es favureciclo por la presencia de cal en el suelo, por lo que no tencírá objeto encalar los mantillos o las tierras hara c^^mbatirlo tal conlo se recomienda para luchar contra otros hongos. FusAxiosis.-Es clebicía al hongo Fusariic^ryl orxysj^or^r.na (var. nicot^iarrae }- a otras esl^ecies). :^taca al tabaco, tanto en el semillero como en pleno camp^, deshués clel trasplante. Las hlantitas presentan un aspecto característico, con sus hojas lánguidas }- colgantes. ^i se observa la parte alta cíe la raíz, se ven manchas g^ri^áceas, rodeadas cle otras - 10 - amarillentas. Raspando estas zonas se observan los tejidos ennegrecidos salpicados de ptzntitos blancos. El. Moxo AzLI_.-El ag^ente causante se conoce con el nombre científico cle Peyotiaos^ora tabaciryaa. I^s la más reciente enfermedad de los tabacos aparecida en España. Se deja sentir tanto en el semillero como en pleno campo. Una humedací superior al 75 por 100 y una temperatura que oscile entre los 18° y los 2^° C. favorecen el comienzo }propagación del ataque. Empieza éste por la presencia de manchas amarillentas en la parte superior de las hojas. Si éstas se miran por su cara inferior se ven, correspondiéndose con tales manchitas, otras de color gris azulado, formadas por una especie de pelusilla de este color. Si el ataque gana en intensidad, las manchas crecen y la parte ^le hoja correspondiente muere, formándose un rodal seco que termina haciendo un agujero en la hoja. En ataques fuertes, las hojas se llenan de estos ag^ujeros de forma más o menos redondeada o ang-ulosa, llegando a morir y a perderse semilleros enteros. Por la gran f acilidad que tiene para propag-arse la enfermedacl, está ordenado, y a ellc^ se comprometen cuantos obtienen autorización del Servicio del Tabaco para hacer Fig. 6.-Plantita de tabaco atacada de «Moho azul». (Foto Bayer). Fig. 7.-Semillero tratado con fungicidas para proteger a las pequeñas plantas contra los hongos que pueden lle;ar transportados por el viento. (Foto Shell). semillero, eliminar los semilleros allí donde aparecen focos de moho azul, destruyencío ^- enterrando los restos de las l^lantas. Como 1-emedio, más pl-eventivo que cul-ativo, además cíe tc^ci^^s aquellos enumerados para llrevenir la aparición cíe enfermedades criptogámicas, está manclado dar tratamientos unas dos veees por semana en toclos los semillel-os cíescíe el momento en que las plantitas alcanzan unos dos centímetros, empleándose anticriptog-ámia^s del tilx^ cíe los ditíc,carbamatos, tales como el Maneb, 7.ineb ^- ;r^ el-bam. El tl-atamiento más corl-iente consiste en la actnalidacl en 1-ealizalesl,^lvoreos dos veces por semana con 7_ineb del l0 llor 100 de riqueza, empleánclose nn^s diez gramos cle hrodncto lx^l' me^trc^ cuadradc^ cle semillera La eficacia ciel tratamiento exige qtie los poívos lleguen a tocla la supel-ficie de las plantas ti_- esl^ecialmente a la cal-a inferic^r cle las h^^jitas. I'al-a ello ptteden usarse esholvoi-eadol-es cle boqtlilla, en los qne la ^ustancia sale de abajo arriba al ras clel suelo. M^^lernamente, en Francia se han hechc^ ensayc^s qne hal-ecen ser efi^-a^^es, cvnsistentes en cal-gal- elertt-ostáticamente los l^c^lv^^; tungicidas pi-eviamente a la llulvel-izacibn. Para ello, lc^; l^tilvel-izacíol-es ^-an l^rc^^-istc^s de nn g^enel-a<íc^r eléctricc^ clnc l^ermite cargar el pc^lvo a 90.000 voltios ^- 0,2 mA. (sin ningún peligro para quien lo tttiliza). ^sí, el l^olvo cai-^;^ado cíe electriciclad se aclhiere con mayor facilidacl _v persistencia a 1a planta de tabacc^, reclibl-ién<lc^la en tocla ^11 ^ll^^erfirie. - 12 - Repetimos que las e^periencias francesas no han pasado de su fase de ensayos. Los espolvoreos o pulverizaciones deberán hacerse por la mañana temprano, y en caso de que en las horas que siguen al tratamiento Iloviese, se repetirá éste, pues, como decimos, la eficacia del producto, especialmente como preventivo, consiste sobre todo en que la planta quede bien cubierta por los polvos. Una vez trasplanta<lo el tabaco, está mandacío cíestruir a la ma^-or brevedad los semilleros, enterrando con cal viva los restos de plantitas, pues de quedar éstos sobre la superficie o bien el setnillero sin levantar algún tiempo, podría constituir un foco de propagación de moho, bajo cuya amenaza estarían todas las plantaciones más o menos pró^:imas al semillero en cuestión. Plagas del tabaco en los semilleros. C'^.x ^c:oLES.-Son bien conociclos de los agricultores l^^s daños que caracoles v babosas causan todos los años en muchos semilleros e incluso en plantaciones jóvenes de tabac^,. Las hojitas aparecen comidas, llegando a consumir plantas enteras. I'ara c^^mbatir a estos moluscos clevoradores se recomienda repartir, rodeando el semillero y puesta en montoncitos, una mezcla constituída por metaldehido como producto activo. En el comercio se venden los cebos preparacíos. Se mezclan con salvado en la proporción cíe 30 a 60 gramos por kilo de salvacío. Una vez bien hecha la mezcla, se humedece antes de repartirla en montoncitos, tal como queda clicho. Suele ser también eficaz roclear toclo el semillero de una faja de tierra bien apisonada, sobre la que se echa sulfato terroso. Cuando la lluvia o viento elimine la cal, se procederá a renovarla. Tr TExET^.S.-Salen por las noches, destruyendo los tallos }- hojas de las plantitas. De antiguo se recomienda p^^ner por los ángulos }- rincones del semillero trocitos de tela, cíonde acuden a refugiarse durante el día, pudiendo enton- - 13 - ces clestruirlas vertiendo agua caliente sobre estos niclos artificiales. Tamhién es conacicla la ^ráctica que consiste en verter bencina sobre sus nidos, que hacen en lugares cubiertos con hojarasca o en las grietas del suelo. Nlodernamente se las combate eficazmente con ln-oductos a base cle Lindano y ll. TD. T. (6 l^or 100 clel l^riineru ^- 12 por 100 del segundo, en coml^inación). Fig. 8.-Grillotalpa. HoRMicAS.-Cuando hacen sus nidos en los semilleros Inleden llegar a desarraigar gran cantidad de plantitas recién nacidas. L?n cebo eficaz l^ara combatirlas se hace como sig^ue : I'ara medio litro de ag^ua se aliaden 750 gramos de azúcar cristalizada, cinco gramos de sal común ^- otros cinco g-ramos de arsenito sódico (no coirfundir con el arseniato). ^i el tiemho es ^fresco, se Pondr^^n 10 g^ralnos de arsenito s^íclico. l^ste jarabe venenoso se reparte en ^otas l;^ruesas subre hojas anchas o bien sobre conchas de mohtscos o cualqttier otro recil>iente al que las hormigas puedan llegar con tacilidad, distribuyéndolos en lugares estratégicos hor donde abun^lan estos insectos. _lctualmente se emplean con é^:ito en la lucha contra las hormigas los mr^clernos insecticiclas org^ánicos clorados, tales como el D. D. T., H. C. H., Clordano, etc. En cualquier casa comercial podrán inforniar sobre los preparados a base de estos modernos insecticidas para luchar eontra las hormigas. LoM^utcES.-Cuando abundan en los suelos, remueven - 14 - el terreno de los semilleros de tal forma que desarrai^-an las plantitas y pueden llegar a hacer fracasar los plantele^. ToPOS Y xATAS.-Son bien conocidos de los agricultures, }• los daños que causan en los semilleros por su causa bastante frecuentes, especialmente por las galerías que cunstruven bajo tierra, levantando la superficie de los semilleros, con lo que mueren las plantas por falta de arraigu. Lxisten varios productos modernos preparados bajo muy diversas formas y cíosis para combatir a unos y- otros. Con objeto cle evitar que las toperas lleguen bajo los semilleros se recomiencía rodearlos de una tela metálica fuerte y espesa, hasta una profundicíad de un metro, aproximadamente. Entre los numerosos productos y sistemas para luchar contra estos animales vamos a resumir los principales y más modernos : L Los g^ranulados a base de Endrín puestos en ^^.. •gares f recuentados o dentro de las galerías que habitan estos animales son un medio eficaz para combatirlos. Este tratamiento vale igualmente para destruir los gusanos o larvas del suelo que, como veremos más adelante, atacan también al tabaco en plantación. 2. Granulados a base de estricnina (0,50 por 100) preparados sin olor ni sabor, echándolos igualmente dentro de las g^alerías. 3. Polvos venenosos, también a base de estricnina, que no comunican sabor ni olor repelente para los animales, se expenden igualmente en el comercio y se emplean para espolvorear cualquier cebo apetitoso para estos animales. Es corriente usar como cebos bolas formadas por trozos de lombrices que se introcíucen con la ayuda de un palo en las toperas o bocas de las galerías donde viven topos o ratas. La preparación de los cebos se hará con guantes, para no comunicarles olor, que podría servir para prevenirle^ y hacerles desistir de comer los cebos envenenados. 4. Por último, existen cartuchos productores de hum^s tóxicos a base de anhídrido sulfuroso, a los cuales, una - 15 - vez introcluciclos en las galerías, se les prende fuego, ta^ancío inmediatamente las bocas con una piedra y tierra para que los humos no se escapen (hay- que tener en cuenta que las toperas tienen ntlmerosas bocas qtle comunican unas galerías con otras). NoTA.-Estas cuatro clases de productos son muy tóxicos para los animales domésticos e incluso para el hombre, por lo que deberán mantenerse lejos del alcance de los niños y bien separados de los alimentos, procurando que las gallinas, palomas, etc., no los consuman, y evitando el respirar los humos producidos por los últimamente citados. PORTADA.-LOS claros que se aprecian en el semillero de la foto son plantas atacadas por hongos y secas ya por la acción de los rayos solares. (Poto Shell). PUBLICACIONES DE CAPACITACION AGRARIA Bravo Murillo, 101. Madrid-20. Depósito legal, M. 3.109 - 1958. GRAFICAS UGUINA - MADRID iFUEGO! ^PREVENGALO! Proteja a su farnilia y su fiuca contra el fuego. Repare las chimeneas defectuosas, los cortachispas, las cocinas. Almacene los combustibles en lugares seguros, alejados de habitaciones y almacenes, y allí no fume. ^ I^'^ .^^ ^^ -=^^_ _ Asegúrese de que la instalación eléctrica está en buen estado. No sobrecargue las líneas. Kecuerde que los fusibles son para que se funda^^ ; reforzarlos es peligroso. Compruebe que las tomas de tierra de los pararrayos están bien uni^as y enterradas. ^ ,___ Tenga extintores dis^nrestos en los sitios de mayor peligro (gara- je, almacéu de gasolina, etc. ). e Organice previarnente los trabajos de eatinción, de manera que cuantos habitan en su casa o su finca sepan lo que tienen que hacer en caso de incendio. EL FUEGO ES FACIL DE PREVENIR, PERO DIFICIL DE APAGAR