PÉRDIDAS POR DESASTRES EN PERÚ ENTRE 1970

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PÉRDIDAS POR DESASTRES EN PERÚ ENTRE 1970 - 2006
Resumen
En este trabajo se presenta un panorama de las pérdidas por fenómenos geológicos, hidrometeorológicos y
antrópicos, contenidos en el inventario nacional de desastres de Perú 1970-2006, realizado con la
metodología DesInventar. Se analizaron 19 972 registros de pérdidas, que por lo general se encuentran
referidos a nivel de distrito, clasificándolas según su tamaño en impactos extremos, grandes y pequeños. Los
impactos extremos concentran la mortalidad por desastres ocurrida en el país, básicamente por el mega
desastre asociado al sismo de 1970. Si se excluye éste, la mayor cantidad de víctimas estará relacionada con
impactos pequeños pero más frecuentes, en comparación con los de mayor magnitud. Respecto a otros
efectos como las viviendas se encontraron porcentajes similares en los registros asociados a los tres tamaños
de pérdidas, mientras que las hectáreas afectadas se concentran en los desastres pequeños. Los registros por
eventos hidrometeorológicos se analizaron según la región natural donde ocurrieron, de lo cual se muestra un
comportamiento condicionado por la presencia del fenómeno El Niño en la Costa, mientras que en la Sierra y
la Selva lo que se observa es un evidente incremento a partir de la década de 1990.
Palabras claves: Perú, desastres, categorías de eventos, comportamiento espacio-temporal
1. Introducción
Perú es el país con el territorio más extenso de la Subregión Andina, con más de 1 200 000 km² y mas de 27
millones de habitantes, de los cuales el 54,6% se localiza en la Costa, el 37 % en la Sierra o región Andina y
en la Selva Amazónica el 13,6 %. El país está dividido administrativamente en departamentos, provincias y
distritos. Cada región presenta características geomorfológicas, climáticas y socioeconómicas diferentes, las
cuales influyen en la materialización del riesgo a través de desastres o pérdidas de variado impacto.
Con este artículo se busca complementar el conocimiento sobre el país en términos de la distribución de las
pérdidas asociadas con fenómenos geológicos relativamente esporádicos como sismos y actividad volcánica,
y con fenómenos más frecuentes relacionados con el clima, especialmente inundaciones, deslizamientos,
huaycos y lluvias, los cuales se incrementan notablemente durante episodios del fenómeno El Niño afectando
intensamente la Costa del país. Se mostrará un panorama de las pérdidas y efectos de lo que comunmente
llamamos desastres incluyendo aquellos de gran impacto de ocurrencia esporádica y de los de pequeño
impacto que ocurren frecuentemente y a veces son “invisibles”, señalando que están estrechamente
relacionados con las formas de vida modernas, el crecimiento y concentración de la población y con
prácticas sociales e institucionales que podemos comprender y transformar para adaptarnos de la mejor
manera a procesos de la Naturaleza con los cuales es casi siempre posible convivir y, sobre todo, evitar que
las acciones humanas se tornen en contra de nosotros mismos. También se evalúan pérdidas por emergencias
y desastres más relacionados con las formas de vida actual, generados por nuestras propias actividades, razón
por la cual también son, teóricamente, más fáciles de evitar. Se trata de pérdidas relacionadas con fenómenos
denominados antrópicos.
El panorama objeto de evaluación se desarrolla a partir de la disponibilidad para Perú de una base de datos
de resgistros de pérdidas y efectos derivados de las interacciones de la Sociedad con cuatro grupos de
fenómenos comunes en el país: geológicos (G); como sismos y actividad volcánica; hidrometeorológicos
(HM); como lluvias intensas, inundaciones, huaycos, avenidas torrenciales, vendavales, tormentas eléctricas,
deslizamientos, granizadas, sequías, entre otros; antrópicos (A): incendios, colapso de edificaciones,
explosiones y contaminación. Finalmente, a estos tres grupos agregamos plagas y mortandad biológica
(PB).
1
El artículo se centra en una visión – panorama, de esos desastres a escala de las provincias del país y de la
evolución de los mismos desde el año 1970 hasta el 2006, mostrando la diversidad de efectos en el tiempo,
algunas de sus evoluciones espaciales y las tipologías de efectos más frecuentemente documentadas.
Los análisis de tipologías de daños y tipos de eventos, se hace a partir de la base de datos denominada “Perú
– Inventario histórico de desastres”, la cual está disponible para consulta libre en el sitio
http://online.desinventar.org. Allí reposan 20 551 registros de pérdidas y efectos sobre la vida humana, la
vivienda, los servicios y la infraestructura de Perú, recopilados a través de diversas iniciativas nacionales e
internacionales que culminaron con aportes del CAPRADE – PREDECAN, a través de la Comunidad
Andina de Naciones y la Consultoría “Creación y/o actualización de inventarios históricos de desastres a
nivel nacional en los cinco países de la Subregión Andina para el periodo de 1970-2006”. El presente trabajo
se realizó en cumplimiento de los objetivos de dicha consultoría y hace parte de una serie de artículos para
cada país de la Subregión Andina.
Se espera que los lectores experimentados en las temáticas objeto de estudio encuentren aspectos
complementarios a sus trabajos institucionales, académicos, de planificación, de socorro y de políticas
públicas en gestión de riesgos y que los lectores menos asiduos al tema obtengan un panorama de cómo las
interacciones entre la Sociedad y la Naturaleza operan en Perú y, finalmente, que ambos saquen provecho
para sentirse partícipes de los retos sociales, económicos y políticos que implica la gestión y factibilidad de
reducir los riesgos desde los niveles comunales y municipales hasta el nacional e internacional.
2. Descripción del inventario analizado
El inventario analizado se construyó desde mediados de la década de 1990 con la concepción y metodología
de DesInventar (OSSO-LA RED, 2003), bajo la responsabilidad de Intermediate Technology Development
Group (ITDG) en Perú. Las fuentes de información incluyen fuente hemerográficas, principalmente el diario
El Comercio, y oficiales, específicamente datos de emergencias registradas por el Instituto Nacional de
Defensa Civil (INDECI) para el impacto del fenómeno del Niño 1997-1998.
En este inventario se realiza un registro sistemático de las pérdidas por distrito asociadas a un evento
determinado, durante el periodo 1970 – 2006. Contiene en total 20 551 registros por 35 tipos de eventos, de
los cuales 30 hacen parte del listado que maneja DesInventar, es decir, que se ha sistematizado información
de efectos por otros eventos como Ola de frío o Intoxicación. Para este artículo se analizaron 19 972 registros
que corresponden a los eventos comunes para las bases de datos de la Subregión Andina y cuya distribución
se muestra en la Tabla 1. Se excluyeron del análisis 579 registros que corresponden a eventos particulares del
inventario, incluyendo el evento “Otro”.
Tabla 1. Registros por tipo de evento
Accidente
Actividad volcánica
Alud
Avenida torrencial
Biológico
Cambio línea de costa
Colapso estructural
Contaminación
674
54
66
275
55
8
819
1358
Deslizamiento
Epidemia
Escape
Explosión
Granizada
Helada
Huayco
Incendio
1207
1455
41
239
211
553
1788
1587
Incendio forestal
Inundación
Lluvias
Marejada
Neblina
Nevada
Ola de calor
Total registros
2
208
3126
2188
375
83
295
72
Plaga
682
Sedimentación
35
Sequía
585
Sismo
1031
Tempestad
195
Tormenta eléctrica 254
Vendaval
453
19972
3. Metodología de análisis
Los desastres ocurren a diversas escalas y con variados impactos y su intepretación depende, en gran medida,
de la escala geográfica desde la que se observen las pérdidas y, por lo tanto, de la resolución a la cual se
disponen los datos. En este artículo se analizan los desastres a partir de un inventario nacional con
información registrada a escala distrital. Esto significa que cada registro (o por lo menos la mayor parte de
ellos) corresponde a la afectación de un distrito por un evento determinado. El análisis, sin embargo, se
realizó a nivel de provincia con el fin de facilitar la identificación de zonas con una continuidad espacial en
la afectación.
Para el analisis espacio-temporal de las pérdidas se agruparon los registros según el tamaño de los impactos y
las categorías de eventos a las cuales están asociadas. En el caso de las pérdidas por eventos de origen
hidrometeorológico el análisis se realizó en relación con las regiones naturales en las que se localizan (Costa,
Sierra y Amazonía), dada la estrecha correlación entre los impactos y las características geomorfológicas y
climáticas de cada región.
3.1. Tamaño del impacto
Se clasificaron los registros en dos grupos según el tamaño de las pérdidas: los asociados a desastres grandes
e impactos extremos y aquellos y pequeño y variado impacto. El umbral de pérdidas se dedujo a partir de las
variables más robustas del inventario, es decir, las que tienen mayores porcentajes de datos cuantitativos, que
en el caso de Perú corresponden a “muertos”, “viviendas destruidas” y “viviendas afectadas”, con datos
cuantitativos en más del 50 % de los registros con la respectiva afectación (Corposso, 2008). También se
seleccionó la variable “hectáreas afectadas de cultivos y bosques” porque los datos pueden ser indicativos de
la afectación asociada a eventos como incendios forestales y plaga, aunque sólo el 29 % de los registros
presenta información de tipo cuantitativo.
Para la definición del umbral se aplicó la técnica estadística de percentil (p) que consiste en agrupar los
valores de menor a mayor y generar una curva que expresa el porcentaje de valores que están arriba y abajo
de un valor determinado. A partir de un valor dado la curva deja de ser creciente y tiende a ser horizontal.
Este valor es el punto de quiebre que separa los datos en los dos grupos, para nuestro caso los de mayor y
pequeño impacto, y que para Perú se dedujo en el percentil 97 de cada variable cuyos datos se presentan en la
Tabla 2.
Tabla 2. Valores y registros según percentil 97
Variable
Valor para el
percentil 97
Muertos
Viviendas destruidas
Viviendas afectadas
Hectáreas
31
301
691
17001
Registros por Registros por
encima del
debajo del
percentil 97
percentil 97
163
19808
(b) Categorías de eventos
Los 30 tipos de eventos con registros en el inventario de Perú se clasificaron en cuatro categorías (Hm)
hidrometeorológicos que incluye las pérdidas relacionadas con eventos meteorológicos e hidrológicos: alud,
aluvión, avenida torrencial, deslizamiento, granizada, helada, huayco, inundación, lluvias, marejada, neblina,
nevada, ola de calor, tempestad, y climatológicos como la sequías; (G) geológicos: sismos y actividad
volcánica; (A) antrópicos que incluyen incendios, escapes, explosiones, contaminación, colapso estructural e
3
incendios forestales y (EPB) epidemias, plagas y biológico.
En la clasificación de los registros según estas categorías se presentaron algunos casos excepcionales dado
que los eventos no correspondían estrictamente a la categoría que se les asignó, tal es el caso de
deslizamientos y huaycos asociados al sismo de 1970, donde éste último es la causa primaria y no las
precipitaciones ocurridas en la región como por lo general ocurre.
En la categoría de eventos de origen antrópico se incluyeron los incendios forestales porque éstos por lo
general tienen causa intencional, por pirómanos o prácticas incontroladas de quema para cultivos. En la
categoría de eventos hidrometeorológicos se incluyeron accidentes (aéreos, terrestres, navieros), porque en
DesInventar se registran aquellos provocados por fenómenos naturales como la lluvia o la neblina o los que
generan escapes de sustancias tóxicas.
4. Desastres de mayor impacto
El inventario tiene 160 registros asociados con desastres de gran impacto, los cuales cumplen con los
umbrales de 31 o más muertos, 301 o más viviendas destruidas, 961 o más viviendas afectadas y/o 17 001 o
más hectáreas afectadas en un distrito. Siete de estos registros corresponden a desastres con impactos
extremos (Tabla 3), entre los cuales figuran las pérdidas por el sismo de Huaraz en 1970 e inundaciones con
miles de viviendas afectadas asociadas a los episodios extraordinarios de El Niño en los años 1982-1983 y
1997-1998.
Tabla 3. Registros y pérdidas por extremos y grandes impactos
Tamaño de las
pérdidas
Impacto extremo
Gran impacto
Totales
Registros
%
Muertos
%
7
153
160
4
96
100
32003
3854
35857
89
11
100
Viv.
destruidas
84100
57396
141496
%
59
41
100
Viv.
afectadas
85000
125715
210715
%
40
60
100
Cultivos y
bosques (Ha)
200900
708963,4
909863,4
%
22
78
100
El 55 % de estos registros de grandes impactos están asociados con eventos de tipo hidrometeorológico,
cuyos mayores efectos se relacionan con viviendas y hectáreas afectadas mientras que los registros por
sismos (geológicos), que representan el 30 %, concentran las mayores pérdidas en mortalidad y viviendas
destruidas. Estos desastres se analizan con mayor detalle en los numerales 4.1 y 4.2 (Tabla 4).
Los registros por eventos antrópicos están asociados a dos explosiones, dos incendios estructurales y cuatro
forestales. Los incendios estructurales dejaron una alta cantidad de víctimas, entre los cuales se destaca el
incendio ocurrido en diciembre del año 2001 en las galerías de Mesa Redonda en la ciudad de Lima, que
dejó 290 personas muertas y muchas desaparecidas. Sus causas están asociadas, al parecer, con la existencia
de material pirotécnico por las fiestas de fin de año.
Las epidemias tienen 16 registros que reportan entre 35 y 274 muertos. Aunque estos registros superan el
umbral de muertos que los define como desastres de gran impacto se analizarán por separado dado que en
muchas ocasiones los datos registrados corresponden a un agregado temporal o espacial.
4
Tabla 4. Pérdidas según categorías de eventos
Categoría de
Registros
eventos
Geológicos
48
Hidrometeorológicos
89
Antrópicos
8
Epidemias
15
Totales
160
%
Muertos
30
56
5
9
100
31849
2464
368
1176
35857
Viv.
%
destruidas
89
111620
79
7
29876
21
1
0
3
0
100
100
141496
%
Viv.
afectadas
39204
170711
800
210715
%
19
81
0
0
100
Cultivos y
%
bosques (Ha)
53145,4
6
716718,0
79
140000,0
15
0
100
909863,4
4.1. Pérdidas por eventos geológicos
Los registros de mayor impacto están asociados con los sismos ocurridos en los años 1970, 1974, 1990,
1996, 2001 y 2005. Éstos representan el 30 % del total de registros de gran impacto y, como ya se mencionó,
son los que reportan la mayor cantidad de muertos y viviendas destruidas. En la década de 1980, aunque se
presentaron sismos con efectos en todos los años, las pérdidas no exceden los umbrales definidos para este
análisis. En la Figura 1 se muestran las provincias más afectadas, las cuales se localizan a lo largo de la
región costera y la Sierra norte en el departamento de San Martín. De estos sismos, los mayores impactos
están asociados al de Anchash en 1970 y Arequipa en el 2001, aunque los daños del primero son
ostensiblemente superiores.
Ancash y el sur de La Libertad fueron los departamentos más afectados con el sismo de 1970, que provocó
mayor mortalidad debido a la gran avalancha por el desprendimiento de una parte del Nevado Huascarán que
sepultó la capital provincial de Yungay. Este desastre se documenta en el inventario analizado a través de 192
registros de distritos afectados por el sismo propiamente y por los aludes y huaycos que se desencadenaron,
entre los que se reportan 18 con los mayores impactos.
Figura 1. Provincias afectadas por sismos de mayor impacto
1990: S an Martín
1970: Anchash y
La Libertad
1996: Arequipa,
Ayacucho e Ica.
1970:
Huancavélica
2001: Arequipa,
Moquegua y Tacna
2005: Moquegua
5
Las cifras sobre los daños y pérdidas de este desastre varían dependiendo de la fuente de información, tal
como se muestra en la Tabla 6. En la base de DesInventar se registran los menores datos de afectación dada
la dificultad para obtener la información desagregada al nivel de distrito. Los datos de las otras fuentes,
incluyendo aquellas de reconocida importancia como EmDat y la Comisión de Reconstrucción y
Rehabilitación de la Zona Afectada (CRYRZA), aunque no coinciden en términos absolutos, oscilan entre
valores como 50 y más de 66 mil muertos; 140 y 150 mil heridos y 160 y 180 mil viviendas destruidas.
Ahora bien, ante un desastre de esta magnitud, es lógico pensar que las dificultades para hacer inventarios
detallados de los daños y pérdidas implican la necesidad de realizar aproximaciones y/o generalizaciones, en
ocasiones apresuradas ante la inminente necesidad de atención de la emergencia, tal como lo discuten Altez y
Revet (2005) respecto a la cifra de muertos asociados a la tragedia de 1999 en el Estado de Vargas en
Venezuela. Mediante una cuidadosa revisión de archivos forenses y el cotejo de fuentes como las listas de
muertos y desaparecidos, los autores demostraron la significativa diferencia entre el discurso construido
desde el propio contexto del desastre y las cifras aproximadamente reales del caso, las cuales dan cuenta de
852 víctimas en comparación con los cálculos manejados que oscilaban entre las 15 y 50 mil víctimas.
Tabla 5. Pérdidas por el sismo de 1970, según fuentes de información
Variable
DesInventar1
EmDat2
CRYRZA3
Oliver-Smith4
Hermoza5
Muertos
Desaparecidos
Heridos
Viviendas destruidas
Viviendas afectadas
Afectados
31785
3000
66794
60000
70000
80% en 18 ciudades
140000
160000
50000
20000
150000
180000
143331
93305*
11022
1056769
3072909
500000
Fuentes: 1.http://online.desinventar.org/test 2.http://www.emdat.be 3.http://khatati.igp.gob.pe
4.http://www.desenredando.org 5. http://www.crid.or.cr
Nota: la fuente de información hemerográfica da cuenta de 186 mil viviendas destruidas en total en la zona afectada.
Esta cifra no se registró porque la información no se encuentra desagregada a nivel de distrito.
4.2. Pérdidas por eventos de tipo hidrometeorológico
El 55 % de registros de gran impacto está asociado a esta categoría de eventos, en particular a inundaciones y
huaycos, que concentran el mayor porcentaje de las viviendas afectadas (81 %) y hectáreas de cultivos y
bosques afectadas (79 %). En la distribución temporal se muestran picos en los años 1972, 1982-1983, 1994,
1996, 1998 y 2001, coincidiendo tres de ellos con el fenómeno El Niño. En 1996 se presentaron heladas en
los departamentos de Puno y Pasco que provocaron el 76 % de las víctimas registras para este año. En 1994 y
2001 se presentaron inundaciones con grandes impactos en distintas partes del territorio en especial en la
región del Altiplano, por ejemplo, en las provincias de Huanuco y Ucayali.
Los huaycos con el 17 % de los registros generaron el 61 % de los muertos de los cuales la mayor cantidad
está asociada con el desbordamiento en 1971 de una quebrada en el asiento minero Yungar, localizada en el
valle interandino de la provincia de Huaral. Las inundaciones, por su parte, concentran la mayor cantidad de
viviendas afectadas (92 %), viviendas destruidas (72 %) y hectáreas de cultivos y bosques afectadas (76 %).
De éstas, se destacan por la magnitud de las pérdidas, las inundaciones ocurridas en Ica en 1972 y 1998 y
Datem del Marañon (Loreto) en 1993. También, se pueden destacar algunos departamentos con mayor
recurrencia en la afectación como Loreto y Ucayali de la región Amazónica, así como Tumbes, Lambayeque,
Piura y Anchash (en particular Chimbote), localizados en la región costera, por eventos asociados
principalmente con los episodios El Niño en 1972, 1983 y 1997-1998.
6
Figura 2. Registros y pérdidas de gran impacto asociados a eventos hidrometeorológicos
Registros
1000
Fichas
Muertos
100
10
1
1972 1979 1987 1994 1998 2002
1970 1975 1982 1990 1996 2000 2004
1000000
100000
Viv. afectadas
Viv. destruidas
Cultivos y
bosques (Ha)
10000
1000
100
10
1
1972 1979 1987 1994 1998 2002
1970 1975 1982 1990 1996 2000 2004
Nota: escala logarítmica en el eje y
5. Desastres de pequeño impacto
El 99 % (19 812) de los registros analizados se pueden definir como desastres de pequeño impacto, es decir
que sus efectos no superan los umbrales identificados como pérdidas de gran magnitud. De éstos, el 55 %
ocurrieron en la Sierra, el 40 % en la Costa y el 5 % restante en la Amazonía.
En términos de categorías de eventos, el 62 % de los registros están asociados con hidrometeorológicos, los
cuales concentran más de la mitad de las pérdidas por mortalidad, viviendas y hectáreas (Figura 3). En
segundo lugar se ubican los eventos antrópicos que agrupan el 21 % de los registros, pero en cuanto a las
pérdidas ocupan el segundo lugar en relación con hectáreas de cultivos y bosques afectadas, por incendios
forestales.
Los registros por eventos geológicos, en particular por sismos, representan sólo el 5 % del total, sin embargo,
son la segunda categoría de evento que genera más pérdidas y daños de viviendas.
Después de los hidrometeorológicos las epidemias son las que generan más muertes mientras que las plagas
presentan un porcentaje (7 %) de pérdidas de hectáreas similar a las que ocasionaron los sismos. Cabe
señalar que las hectáreas por sismos se concentran en 9 registros, relativos en su mayoría al sismo del 2001
que afectó el sur del país.
7
Figura 3. Pérdidas por categorías de eventos
6000
80000
70000
60000
50000
40000
30000
20000
10000
0
5000
4000
3000
2000
1000
0
Muertos
30000
700000
25000
20000
500000
15000
300000
10000
100000
5000
0
-100000
Viviendas destruidas
Hectáreas afectadas
Viviendas afectadas
Hidrometeorológicos
900000
Geológicos
Antrópicos
Epidemias, plagas y
biológico
A continuación se presenta un análisis que detalla los patrones espacio-temporales más relevantes de las
pérdidas por cada categoría de eventos.
5.1. Pérdidas por eventos hidrometeorológicos
El análisis de estas pérdidas se realiza en relación con las regiones naturales del país ya que aunque se
considera que su causalidad se origina en las condiciones de vulnerabilidad de cada territorio, la
materialización del riesgo está condicionada por la ocurrencia de los fenómenos naturales, en este caso, de
tipo hidrometeorológico, básicamente porque sólo hay daños y efectos en la medida en que hay un evento
que los “dispara”. Esto significa que el comportamiento de las pérdidas correlaciona con la variabilidad
climática anual e interanual de cada región, a la cual se superponen fenómenos de mayor escala como los
episodios cálidos y fríos de ENOS (El Niño – Oscilación del Sur) que se presentan intercalados cada tres o
cuatro años en promedio. En la costa peruana lo anterior es bastante evidente ya que por ser ésta una región
árida y desértica, donde casi nunca llueve, pero donde hay una mayor influencia de El Niño, los desastres se
incrementan ostensiblemente, mientras que en los periodos intermedios, aunque también ocurren, son más
imperceptibles por lo menos a una escala de observación internacional.
Tabla 6. Registros y pérdidas asociadas a eventos hidometeorológicos por región
Región Registros
Costa
Sierra
Amazonas
Totales
3851
7647
618
12116
%
Muertos
%
Viv.
destruidas
%
Viv.
afectadas
%
Cultivos y
bosques (Ha)
%
32
63
5
100
945
3993
208
5146
18
78
4
100
8462
18600
2395
29457
29
63
8
100
23245
41212
9724
74181
31
56
13
100
395144,04
420123,80
93520,00
908788
43
46
10
100
5.1.1. Región Costa
Esta región ocupa el 12,5 % del territorio nacional y se caracteriza por ser una zona árida y desértica, donde
llueve muy poco (50 mm el promedio anual), excepto durante episodios El Niño que inciden en el
incremento de las precipitaciones afectando, principalmente, la parte norte en los departamentos de Tumbes
y Piura (CAF, 2000). No obstante, la región está atravesada por varios ríos cuyos caudales se relacionan con
las épocas de lluvias en la región Andina y algunos por la influencia de nieves perpetuas en las altas
montañas (Ibid). Esto explica, en gran medida, el registro de pérdidas contínuo en los departamentos del Sur,
los cuales por supuesto se intencifican en las épocas de incremento de precipitaciones asociadas al fenómeno
8
El Niño, especialmente en los episodios extraordinarios.
En la Costa se encuentra el 54,6 % de la población, que por lo general se localizada en los valles
conformados por las cuencas de los ríos. De igual manera, en ésta se encuentra la mayoría de ciudades
principales, entre ellas, Lima-El Callao, Arequipa, Trujillo, Chimbote, Chiclayo y Piura. Perú presenta desde
hace casi cinco décadas un proceso de redistribución de la población a través de flujos migratorios desde la
región Andina hacia los centros urbanos costeños y centros urbanos de la selva. La Costa ha sido el principal
receptor de estos flujos a pesar de ser la región más pequeña del país, lo cual explica en principio la
concentración de población.
Ahora bien, en esta región se reporta el 32 % del total de registros por eventos hidrometeorológicos, los
cuales, representan a su vez el 47 % de los registros de la Costa asociados a todo el conjunto de eventos
analizados. Esto último significa que cerca de la mitad de los registros de esta región tienen que ver con
eventos asociados al agua, lo cual se explica por las razones antes expuestas, es decir, principalmente por el
impacto del fenómeno El Niño, pero también por los huaycos, inundaciones y/o avenidas torrenciales que se
desencadenan por las precipitaciones de la región Andina, donde nacen los ríos principales.
Como se puede observar en la Figura 4 todas las provincias a lo largo de la Costa tienen registros y
afectación acumulada, en este caso por viviendas afectadas, durante el periodo de análisis, aunque registran
los mayores efectos en esta variable las provincias de Piura y Talara (Piura); Zamurilla y Tumbes (Tumbes);
Santa (Ancash), Lima (Lima) e Ica (Ica), con entre 1000 y 5000 viviendas afectadas.
Respecto a la mortalidad, las provincias de Lima tienen más de 100 víctimas; Piura así como Casma y Santa
(Ancash) entre 50 y 100. En viviendas destruidas tienen los mayores rangos de afectación, es decir, entre
1000 y 5000, las provincias de Lima, Lambayeque y Chiclayo (Lambayeque), Sullana (Piura) y Santa
(Anchash). Ica, Santa y Huaura (Lima) son las que presentan mayor afectación en hectáreas, entre 10 y 20
mil (Figura 5). Obsérvese que las provincias más afectadas se localizan principalmente en el norte de la
Costa, aunque la provincia de Lima también tiene cantidades altas de efectos. Esto se explica porque de las
53 cuencas que tiene esta región, cuyos ríos se originan en la Cordillera de los Andes y desembocan en el
Pacífico, la cuenta del río Rimac es una de las zonas más propensas a la ocurrencia de huaycos. La gran de
mayoría de estos ríos solamente conduce agua durante los meses de diciembre a abril, permaneciendo el
resto del año con bajos caudales (CAF, 2000).
9
Registros
Figura 4. Registros y viviendas afectadas por eventos hidrometeorológicos en la costa peruana
Viviendas
afectadas
Registros
Figura 5. Hectáreas afectadas en provincias del
norte de la costa
La distribución temporal de los registros y pérdidas (Figura 6)
da cuenta de incrementos muy marcados en tres periodos que
coinciden con los episodios extremos de El Niño 1972-1973,
1982-1983 y 1997-1998. Se destaca que las mayores cifras de
registros, mortalidad y hectáreas se encuentran en el episodio
1982-1983, mientras que las viviendas destruidas muestran la
misma cantidad en los dos últimos episodios y las viviendas
afectadas se incrementaron en el último.
Lo anterior da cuenta que, aunque se registran efectos de
manera contínua durante todo el periodo de análisis, su
incremento es marcado en los episodios extremos de El Niño,
particularmente en el norte de la región. Durante el episodio
1997-1998, por ejemplo, las intensas lluvias desencadenadas se
registraron entre enero y marzo de 1998, en especial en las
partes baja y media de la Costa Norte, en los departamentos de
Tumbes, Piura, Chiclayo, Trujillo y Chimbote, superando
inclusive a las registradas en diciembre de 1982 y enero-abril
de 1983 (CAF, 2000). “En el resto del territorio los niveles de
precipitación se mantuvieron normales, con ligeras modificaciones. Durante enero de 1998 las lluvias
alcanzaron entre el 50 y el 100% por encima de los promedios normales en toda la costa y vertiente
occidental de los Andes, pero dado que en la costa los niveles normales son muy bajos, el incremento no tuvo
mayores efectos. Sin embargo, en algunas quebradas de las cuencas medias se formaron avalanchas de lodo
de diverso tamaño, por ejemplo en la cuenca del Rimac” (Idid; P.23).
10
Viviendas
Hectáreas
afectadas
afectadas
Figura 6. Registros y pérdidas por año en la Costa
700
600
7000
Registros
Muertos
6000
500
5000
400
4000
300
3000
200
2000
100
1000
0
0
1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002 2006
120000
Viv. afectadas
Viv. destruidas
Cultivos y bosques
(Ha)
100000
80000
60000
40000
20000
0
1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002
Eje z: Cultivos y bosques (has)
5.1.2. Región de la Sierra
Esta región ocupa el 30 % del territorio nacional y está conformada por la Cordillera de Los Andes que
atraviesa el país de Sur a Norte con tres ramales que incluyen valles interandinos con condiciones óptimas
para la agricultua. En ellos hay alta concentración poblacional, siendo el mas destacado el valle del Mantaro
en la Región de Junín hacia el centro de la Cordillera. Tiene un clima seco y con lluvias estacionales que
varían de acuerdo con las características locales, en particular por el relieve tan irregular y por la posición de
las cadenas montañosas (CAF, 2000). En esta región se localiza el 32 % de la población y ciudades
principales como Abancay (Apurimac), Ayacucho, Cajamarca, Chachapoyas, Cusco, Huancavélica,
Huanuco, entre otras. Tradicionalmente, la Sierra ha presentado un proceso de expulsión de la población
rural hacia las ciudades tanto de la misma región como de la Costa y la Selva. Este proceso se intensificó en
la década de 1980 con fenómenos como la crisis económica, la violencia del periodo 1981-1993, la debilidad
de la articulación entre las cordilleras y la ausencia de servicios a medida que se avanza hacia una mayor
altitud (http://www.cipca.org.pe).
Respecto a las pérdidas por desastres, el 55 % del total de registros del inventario corresponde a esta región,
así como el 63 % de los asociados con eventos de tipo hidrometeorológico, es decir que esta región tiene dos
veces más registros de efectos que la Costa. Del igual manera, del conjunto de registros de la Sierra, el 71 %
está asociado a eventos de tipo hidrometeorológico. En la Figura 7 se puede observa que las provincias con
mayor cantidad, es decir, donde se ha presentado mayor recurrencia en la afectación, se localizan
principalmente en el centro y sur de la región.
Una distribución similar se presenta con las viviendas afectadas, cuyos mayores efectos acumulados (entre
1000 y 5000) se registran en las provincias Leoncio Prado y Puerto Ica (Huanuco); Huancayo, Jauja y Satipo
en Junin; Arequipa (Arequipa) y Quispichanchi y Cusco (Cusco). La mayor mortalidad se registra en La
Convención (Cusco); Satipo, Huancayo y Chanchamayo (Junin); Pataz (La Libertad) y Arequipa (Arequipa),
con cifras que oscilan entre 100 y 500 víctimas. Las provincias con más viviendas destruidas (entre 500 y
1000) son Chanchamayo y Huancayo en Junin, La Concepción y Calca en Cusco, Huaras y Huaylas en
Anchash y Jaen en Cajamarca. Finalmente, la mayor cantidad de hectáreas afectadas (entre 10 y 20 mil) se
registró en Castilla, Arequipa y Caylloma (Arequipa), Huancabamba y Ayabaca (Piura) Junin (Junin);
Castrovirreina y Acobamba (Huancavélica); Puerto Ica (Huanuco) y Picota (San Martín).
11
Figura 7. Registros y viviendas afectadas por eventos hidrometeorológicos en provincias de la Sierra
Viviendas
afectadas
Registros
Registros
Figura 8. Mapa de sequias
El fenómeno El Niño también influye en el comportamiento
climático de la Sierra, ya que por lo general tiende a adelantarse
el periodo lluvioso (septiembre-abril), incluso con intensidades
superiores a las normales, las cuales disminuyen durante la
presencia del fenómeno, independiente de su intensidad. Así por
ejemplo, durante El Niño 1982-1983, catalogado como
extraordinario, se observaron sequías severas; El Niño
1991-1992, clasificado como moderado y que se prolongó casi
hasta 1993, originó sequías muy intensas por un período mucho
más prolongado (CAF, 2000).
Por el contrario, durante el episodio extremo 1997-1998 sólo se
observaron ligeras deficiencias en algunas zonas del Altiplano
sur, por lo que el período lluvioso se presentó con valores
cercanos a los normales, con ligeros excesos en algunos lugares
(CAF, 2000). La distribución de los registros por sequía (Figura
8), da cuenta de una mayor ocurrencia en el Sur de la región, al
igual que en las dos provincias serranas de Piura (Ayabaca y
Huancabamba), al Norte.
Las distribución temporal de los registros y pérdidas (Figura 9), muestra algunos picos que coinciden con
episodios El Niño como por ejemplo 1982-1983 y 1997-1998, así como un crecimiento a partir de la década
de 1990, el cual se mantiene constante hasta el año 2006. Dado que este comportamiento no se presenta en la
Costa, donde aunque hay una continuidad en la ocurrencia de pérdidas éstas se incrementan claramente en
episodios El Niño, es lícito pensar que ante un posible comportamiento constante de las variables climáticas,
lo que se están incrementando son las condiciones de vulnerabilidad.
12
Figura 9. Registros y pérdidas por año en la Sierra
600
500
Fichas
Muertos
6000
5000
Viv. afectadas
Viv. destruidas
Cultivos y bosques
(Ha)
60000
50000
400
4000
300
3000
30000
200
2000
20000
100
1000
10000
0
0
40000
0
1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002
1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002
Eje z: Cultivos y bosques (has)
5.1.3. Región de la Amazonía
Ocupa el 52 % del territorio peruano, el más humedo y con precipitaciones anuales que superan los 1000 mm
al año y en ocasiones los 3000 y hasta 5000 mm. (CAF, 2000). En esta región se localiza el 13,6 % de la
población, la cual ha presentado un considerable incremento en las últimas décadas debido a las migraciones
de la región Andina atraidas por la agricultura, la explotación forestal y en ocasiones la economía cocalera, lo
cual ha implicado la aparición de importantes centros poblados, en particular en los departamentos de
Huanuco y San Martín (http://www.cipca.org.pe). De igual manera, la explotación minera atrajo a
inmigrantes del altiplano hacia el departamento de Madre de Dios, el menor poblado del país, concentrando
la población en la capital Puerto Maldonado.
Esta región tiene el 5 % de registros por eventos de tipo hidrometeorológico, así como los menores
porcentajes en las otras variables de pérdidas. Las provincias de Maynas en Loreto y Oxapampa en Pasco
que presentan la mayor cantidad de registros o recurrencia de afectación en toda la región (Figura 10). En
términos de la mortalidad las más afectadas son Oxapampa junto con Padre Abad y Coronel Portillo en
Ucayali, principalmente por accidentes de transporte inducidos por factores climáticos. La mayor cantidad de
viviendas afectadas (1000 y 5000 viviendas) se localiza en las provincias de Tambopata (Madre de Dios),
Maynas y Ucayali (Loreto) y Puerto Inca (Huanuco). Oxapamba es la provincia que presenta más viviendas
destruidas con 876, asociadas a avenidas torrenciales y urbanización a orillas de río. Las hectáreas se
afectaron en mayor proporción en las provincias de Puerto Inca en Huanuco (11 214 ha), Oxapampa (5401)
en Pasco y Loreto (56 000) en Loreto.
13
Figura 10. Registros y pérdidas por eventos hidrometeorológicos en provincias de la Amazonía
Viviendas
afectadas
Viviendas
afectadas
Registros
Si bien no se identifica una tendencia clara en la distribución temporal de los registros y las pérdidas (Figura
11), puede observarse cierta concentración entre las décadas de 1990 y 2000. Este comportamiento también
se presenta en la Sierra, por lo que queda el interrogante sobre las condiciones que generaron tales
incrementos. Los picos entre los años 1993 – 1997 están asociados, principalmente, con inundaciones,
deslizamientos y vendavales que afectaron en mayor medida a Maynas (Loreto), Padre Abad (Ucayali) y
Oxapampa (Pasco).
Figura 11. Registros y pérdidas por año en el Amazonas
70
60
50
3000
Fichas
Muertos
40
30
2500
2000
25000
Viv. afectadas
Viv. destruidas
Cultivos y bosques
(Ha)
20000
15000
1500
20
1000
10
500
0
0
1972 1976 1980 1984 1988 1993 1997 2001 2005
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1995 1999 2003
10000
5000
0
1972 1976 1980 1984 1988 1993 1997 2001 2005
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1995 1999 2003
Eje Z: datos de hectáreas y bosques
5.2. Registros por eventos geológicos
Por su localización junto a la fosa de Perú – Chile es el país con más afectación y recurrencia de eventos de
tipo geológico, en particular por sismos, en la Subregión Andina. Aún cuando la actividad volcánica también
está documentada, los efectos no han sido mayores y se concentran en Arequipa (volcán Misti) y Moquegua
14
(volcán Urbinas). Aunque los registros por eventos de tipo geológico representan el 5 % de los de pequeño
impacto, la Figura 12 muestra que durante todo el periodo de análisis solamente en dos años no se
presentaron efectos por sismos y los datos de pérdidas indican que la mortalidad se reportó con mayor
frecuencia hasta principios de la década de 1980, mientras que, por el contrario, las pérdidas en viviendas
tienen un registro más contínuo a partir de la década de 1990.
Figura 12. Registros por eventos geológicos y pérdidas por año
1000
100000
Registros
Muertos
10000
100
Viv. afectadas
Viv. destruidas
1000
100
10
10
1
1
1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002 2006
1972 1976 1980 1984 1988 1992 1996 2000 2004
1970 1974 1978 1982 1986 1990 1994 1998 2002 2006
Las provincias con mayor cantidad de registros por sismos que han generado impactos pequeños a los
umbrales de pérdidas definidos para este análisis, se localizan al sur del país en los departamentos de
Arequipa, Moquegua, Tacna y Ayacucho y al norte en el departamento de San Martín. En términos de
viviendas destruidas y afectadas, el comportamiento es similar, es decir, el Sur del país ha sido más afectado,
principalmente por el sismo del 2001, mientras que la mortalidad se reporta principalmente en las provincias
de Ancash afectadas por el sismo de 1970 y San Martín por el sismo de 1990. Cabe destacar que los sismos
de mayor impacto, mencionados en el punto 4.1. provocaron múltiples efectos en diversas provincias, por lo
que agrupan un conjunto grande de registros con impactos entre mayores y pequeños.
15
Figura 13. Registros y pérdidas por año
Registros por sismos y
actividad volcánica
Viviendas afectadas
por sismos
5.3. Registros por eventos antrópicos
El 21 % de registros del inventario está asociado con esta categoría, donde se destacan la contaminación y
los incendios como eventos que en conjunto tienen un poco más de la tercera parte de los registros (Tabla 7).
Los mayores porcentajes de pérdidas por mortalidad y vivienda están asociadas con incendios, mientras que
las hectáreas afectadas se asocian principalmente con incendios forestales.
Este tipo de desastres cotidianos, en su mayoría, tienen la connotación de ser construidos durante todo su
proceso exclusivamente por acciones humanas, relacionadas con negligencia, errores y prácticas o
costumbres de la población. Los incendios, por ejemplo, han sido ocasionados en muchas ocasiones por
cortocircuitos en residencias, fábricas o locales comerciales, así como por velas encendidas y explosiones de
estufas de petróleo o querosene.
Tabla 7. Registros y pérdidas por eventos antrópicos
Evento
Viv.
destruidas
%
Viv.
Afectadas
%
Cultivos y
bosques (Ha)
%
13
-
0
210
12
3855
2
17
18
3
47
237
36
4845
4
1
0
88
607
161
2
631
35
9
0
37
2726
359
0
0
0
0
20
2
370
7
105
6
181941,02
96
1273
100
5488
100
1716
100
188881,02
100
Registros
%
Muertos
%
Contaminación
1358
32
167
Colapso estructural
Explosión
Escape
Incendio
819
237
41
1585
19
6
1
37
220
231
41
594
Incendio forestal
204
5
Total
4244
100
El 55 % de los incendios se han reportado en la provincia de Lima y el 11 % en la provincia de El Callao, lo
cual puede responder a un sesgo de las fuentes de información del inventario pero también a la concentración
16
de población que hay en ellas, que representa casi la tercera parte del total del país. Junto con estos, otros
centros urbanos registran el mayor número de registros por incendios como Iquitos (Loreto); Chimbote
(Anchash); Chiclayo (Lambayeque); Arequipa (Arequipa); Piura (Piura), Trujillo (La Libertad) y Cusco
(Cusco).
Las hectáreas afectadas por incendios forestales se localizan principalmente al Sur del Altiplano y en el
Amazonas, en los departamentos de Cusco y Madre de Dios y al Norte de la Costa en los departamentos de
Tumbes, Piura y Lambayeque. Su distribución temporal indica un aumento de ocurrencia a partir de la
década de 1990. Manta y León (2001) explican que las causas de los incendios en todas las regiones
naturales del país están asociadas con el incremento de la población rural y la disminución de su nivel
económico, así como con el uso persistente de fuego en las diferentes actividades agrícolas. Por ejemplo, la
quema de pastos de desechos agrícolas al final de la estación seca al Sur de la región Andina, cuando los
factores climáticos son favorables para la expansión del fuego. De igual manera mencionan que en la selva, a
pesar de la humedad del ambiente, también ocurren incendios en particular por las actividades humanas; así,
por ejemplo, la construcción de oleoductos, gaseoductos y carreteras para la explotación petrolera han
propiciado que las bosques de la selva sean cada vez más vulnerables a los incendios forestales. En la Costa
Norte hay una relación con el fenómeno El Niño dado que éste favorece el crecimiento de material
combustible, especialmente gramíneas, en terrenos que luego son sometidos a quemas por parte de los
agricultores para limpiarlos (Ibid).
Finalmente, los reportes por contaminación se concentran en Lima (Lima), El Callao, Arequipa (Arequipa)
Huancayo (Junín) y Pisco (Ica). Éstas se encuentran relacionadas principalmente con vertimento de
sustancias tóxicas o desechos industriales en los ríos y efectos de desechos sólidos en centros urbanos.
5.4. Epidemias, plaga y biológico
En esta última categoría de eventos analizada las epidemias concentran el 66 % de los registros (Tabla 8),
mientras que las plagas agrupan el 31 % y hacen parte de los eventos que generan más afectación en los
cultivos, con cerca de la mitad de las hectáreas afectadas por incendios forestales. El evento biológico está
asociado con la mortalidad de especies por fenómenos como por ejemplo la ausencia de oxígeno en cuerpos
de agua u otros fenómenos biológicos; la mayor parte de los registros corresponden a mortalidad o migración
de especies marinas.
Tabla 8. Registros y pérdidas por epidemias, plaga y biológico
Evento
Biológico
Epidemia
Plaga
Total
Registros
%
Muertos
%
55
1440
682
2177
3
66
31
100
3
1969
20
1992
0
99
1
100
17
Cultivos y
bosques (ha)
88687
88687
%
100
100
Figura 14. Muertes por epidemia
En comparación con todos los tipos de eventos del inventario, las
epidemias ocupan el quinto lugar con más registros después de las
inundaciones, lluvias, huaycos e incendios. Son, igualmente, las
que más muertes han dejado (20 %) del total de muertos
asociados a los registros (19 972) de pérdidas pequeñas, lo cual
indica el significativo impacto de este evento en el país.
Todas las regiones reportan muertes o enfermos por epidemias,
aunque hay cierta concentración de registros al Norte de la región
costera, en Lima y hacia el centro del país entre el Altiplano y la
Selva (Figura 14). Las epidemias se han reportando durante todo
el periodo de análisis (1970 – 2006), aunque presenta varios picos
en los años 1970, 1972, 1982, 1991, 1993-1995 y 1998.
6. Conclusiones
La metodología implementada para clasificar el tamaño de las pérdidas registradas a nivel de distrito (y en
ocasiones provincia), adaptada de la utilizada por la ISRD (2008), permite obtener una clasificación según
los datos que se han registrado en el inventario histórico y no según umbrales de pérdidas definidos a priori.
Por otra parte, también permite evidenciar, de manera más clara, que los desastres de mayor magnitud no
generan un conjunto homogéneo de grandes pérdidas en todas las unidades geográficas afectadas sino que,
por el contrario, éstas conforman un conjunto heterogéneo con pérdidas de variado impacto.
Con esta clasificación se identificó que el 99 % de los registros corresponde a pérdidas pequeñas, en
términos de los umbrales definidos (30 o menos muertos, 690 o menos viviendas afectadas, 300 o menos
viviendas destruidas y 17000 o menos hectáreas afectadas). En cuanto a las variables de efectos, se puede
decir que:
•
Las pérdidas de impacto extremo acumulan el 71,3 % de los muertos, los cuales están asociados con el
sismo de Ancash de 1970 que generó el desastre más grande de la historia del país durante los últimos 38
años. Por su parte, otros desastres de gran impacto acumulan el 8,4 % de las muertes, mientras que el
20,3 % restante corresponden a pérdidas pequeñas. Lo anterior indica que si se excluye el mega desastre
de 1970, las pérdidas de vidas de la última categoría representarían más del doble que las generadas por
desastres de mayor impacto.
•
Las viviendas destruidas y afectadas en las tres categorías tienen porcentajes de pérdidas similares o con
poco margen de diferencia entre ellas, mientras que el 54 % de las hectáreas afectadas está asociado con
los desastres de pequeño impacto, el 31 % con los de mayor impacto y el 15 % restante con desastres de
impacto extremo, relacionados en particular con los sismos de 1970 y 2001.
Los eventos de tipo hidrometeorológico agrupan la mayor cantidad de registros de mayor impacto (55 %);
aunque son los eventos geológicos, en este caso los sismos, los que concentran los mayores porcentajes de
pérdidas. La reducida cantidad de los registros asociados a estos desastres no permite identificar tendencias
espacio-temporales en su comportamiento; sin embargo, aquellos disparados por sismos están condicionados
a ocurrir, desde luego, en la zona de alto riesgo sísmico del país localizada en las regiones de la Costa y el
Norte de la Sierra; mientras que los disparados por eventos hidrometeorológicos en la región costera se
presentaron durante los episodios El Niño.
18
Los registros de pequeño impacto, que corresponden al 99 %, son disparados en un poco más del 60 % por
eventos hidrometeorológicos, seguidos por los antrópicos y en menor medida por los geológicos. Estos
últimos, sin embargo, generan pérdidas significativas como por ejemplo la tercera parte de las viviendas
destruidas y afectadas. Los primeros, que igualmente agrupan más de la mitad de las pérdidas en vidas,
viviendas y hectáreas, presentan un comportamiento espacio-temporal diferenciado según la región natural
donde ocurren; así, por ejemplo, en la Costa indudablemente están condicionados por la presencia de los
episodios de El Niño que disparan ostensiblemente los daños y efectos. En la Sierra, los desastres por
eventos hidrometeorológicos responden al régimen de precipitaciones propio de la región, por ejemplo en el
caso de inundaciones, huaycos, deslizamientos, sequía o heladas; aunque El Niño intensifica las sequías en
algunos episodios.
En las regiones de la Sierra y la Selva se percibe un incremento de las pérdidas a partir de la década de 1990,
mucho más claro en la primera región lo cual, aunque puede responder a sesgos en las fuentes de
información, también podría ser explicado por incremento en las condiciones de vulnerabilidad frente a
eventos hidrometeorológicos dado que este comportamiento sólo se presenta con esta categoría de eventos.
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19
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