EL REALISMO: MARCO HISTORICO Y CULTURAL. CARACTERISTICAS DE LA NOVELA REALISTA Y NATURALISTA. AUTORES Y OBRAS MAS SIGNIFICATIVAS MARCO HISTÓRICO En el terreno político, la época del Realismo tiene su origen en el movimiento revolucionario de 1848, que sacudió a toda Europa. De nuevo es Francia la que marca la pauta en el continente europeo. En la segunda parte del siglo la burguesía abandona el espíritu revolucionario en busca de estabilidad y moderación. Las transformaciones sociales que se producen en este periodo son de gran trascendencia. El crecimiento de la industria lleva al aumento de población en las grandes ciudades, que concentran el comercio y los servicios. Los grandes países más desarrollados se expanden por el mundo, creando grandes imperios coloniales en África y Asia que durarán hasta la mitad del siglo XX. España vivirá estos fenómenos sociales con considerable retraso. La revolución burguesa y liberal quedó muy limitada por el enorme peso que tenía la sociedad del Antiguo Régimen. La revolución de 1868 pretendió impulsar un proceso democrático, pero fracasó y se instauró la Restauración con la monarquía borbónica. Desde entonces el desarrollo económico y la modernización de la vida social fueron lentos. El progreso científico y técnico en Europa si es importante. La teoría de la evolución de Darwin (El origen de las especies). En el campo de la técnica, surgen inventos que transforman la industria y la vida cotidiana como el telégrafo, el barco de vapor, el acero, la aspirina, el hormigón, la iluminación con gas, el uso del hierro en la construcción… En las ciencias humanas destaca El capital de Karl Marx, origen de la ideología del movimiento obrero. MARCO CULTURAL La novela experimentó un auge en el siglo XIX en toda Europa, que fue notable en: Inglaterra, Charles Dickens retrató las sórdidas condiciones de vida de la clase obrera durante la revolución industrial. Entre sus obras, David Copperfield, Grandes esperanzas. 1 En Rusia, F.M. Dostoyevski, que con Crimen y castigo centra el desarrollo de la novela en la psicología y las pasiones de los personajes. Otro autor es León Tolstoi cuya novela Guerra y paz constituye un exhaustivo retrato de la sociedad de su país. En Francia, Honoré de Balzac escribió una extensa obra, La comedia humana, que pretende se un fresco de la sociedad francesa de su tiempo. Gustave Flaubert, Madame Bovary, en la que narra las aventuras amorosas de una mujer casada. Emilé Zola crea una nueva corriente literaria el Naturalismo, que se basa en las teorías deterministas de la biología y de la medicina, sus novelas, Germinal, Nana. Las repercusiones de los cambios sociales y científicos en el terreno del arte y la literatura fueron importantes. La burguesía abandona el ideario romántico, demasiado exaltado, y lo sustituye por una mentalidad realista, más apropiada para un periodo en el que ya no se buscan cambios radicales. Por eso la realidad social es descrita tal como es y no como debería ser. Entre las características que definen el Realismo destacan: La objetividad. El escritor aplica el método experimental, intentando que su obra refleje la realidad social de manera exacta. Novela como espejo de la vida. El punto de vista narrativo omnisciente, el autor sabe y anticipa lo que estima oportuno de sus personajes. Los argumentos se basan en la realidad vulgar cotidiana.. Las obras giran en torno a un protagonista que con frecuencia les da título: David Copperfield, Ana Karenina, Madame Bovary… La obra literaria se convierte en el relato de choque entre sus aspiraciones personales y las normas sociales, choque del que sale derrotado el protagonista. El estilo es sobrio y sencillo, sin complicaciones formales, sin embargo no debe atribuirse al descuido, con frecuencia es fruto de una intensa labor de depuración. El género preferido es la novela, ya que es el más apto para describir la realidad por estos rasgos o Verosimilitud. o Protagonistas individuales y colectivos. o Narrador omnisciente. o Didactismo. o Estructura lineal. o Descripciones minuciosas. o Aproximación del lenguaje al uso coloquial. El propósito de describir la sociedad en su totalidad casi nunca se cumple, porque el escritor se limita a describir el mundo de la burguesía, de la clase media, con escasas alusiones a los ambientes de los obreros o de los marginados, será el Naturalismo el que se encargue de ellos. En el campo de la cultura es visible el enfrentamiento entre las ideas conservadoras y liberales. Las Ideas tradicionalistas tienen como paladín al conservador Menéndez Pelayo, que defiende la concepción de España basada en su pasado imperial y en su unidad católica. EL pensamiento liberal está representado sobre todo por el krausismo, movimiento intelectual basado en las 2 ideas del filósofo alemán Krause. Pretendían conciliar razón y religión y propugnaban la tolerancia y la convivencia pacífica. De gran importancia son sus ideas pedagógicas progresistas: enseñanza no autoritaria, fomento de la iniciativa personal de los alumnos, respeto a las diferencias ideológicas, importancia de la naturaleza en la educación… Expulsados de sus cátedras con la Restauración crearon al Institución Libre de Enseñanza, dirigida por Giner de los Ríos, este espíritu influirá en los intelectuales más prestigiosos del periodo, Clarín, Galdós, Unamuno, Machado… EL NATURALISMO En el último tercio del XIX se desarrolla en Francia una tendencia novelística conocida como Naturalismo creada por Émile Zola, quien, inspirándose en los métodos de las ciencias experimentales, pretende que el novelista actúe como un científico. Se trata de que el novelista estudie a sus personajes y los describa con exactitud científica, mostrando que su conducta está determinada por la herencia genética y por el ambiente social en que viven. La novela intenta convertirse en un documento con valor sociológico. Para lograr ese objetivo, el escritor naturalista imita el método científico: observación y documentación de ambientes y personajes, comprobación de datos… El escritor naturalista utiliza descripciones muy detalladas y explica el comportamiento de los personajes apoyándose en la psicología y la medicina. Se muestra más audaz en la descripción de los aspectos sórdidos o desagradables de la vida humana, con personajes marcados por taras físicas o psíquicas de carácter hereditario, o embrutecidos por la miseria. NOVELA REALISTA El Realismo se introduce en España con notable retraso y para el desarrollo de la prosa tiene notable importancia el auge del periodismo. La mayor parte de los prosistas del siglo XIX ejercen de periodistas. La prensa por pura necesidad de proximidad al lector, contribuye a forjar una prosa directa, flexible y liberada de la grandilocuencia romántica. En uno de los géneros periodísticos, el artículo de costumbres, estaba el germen de los que iba a ser luego la novela realista. Cunado la fórmula realista triunfa, el costumbrismo periodístico va siendo sustituido en la prensa por otro género, el cuento. La proliferación de los relatos breves es insólita. Aunque a veces no es fácil distinguirlos de los cuadros costumbristas, suelen reflejar la España contemporánea y prefieren el entorno urbano y los ambientes burgueses. Entre los realistas españoles suelen distinguirse dos grupos: conservadores o tradicionalistas y liberales o progresistas. Para los conservadores, al sociedad campesina es idílica, al ciudad es un nido de corrupciones y, en sus argumentos, los personajes del sencillo e inocente medio rural son destruidos cuando entran en contacto con la urbe. Para los liberales, en cambio, la ciudad es el lugar de la civilización moderna y del progreso, mientras que el campo es un medio inculto y atrasado en donde los personajes procedentes del medio urbano, instruidos y liberales, se enfrentan con graves problemas. Estas son las claves de la novela de tesis. 3 La Fontana de Oro de Galdós, se considera la primera novela realista, se publicó en 1870, en pleno proceso de cambio. La profunda transformación de la sociedad española durante la Restauración tuvo su expresión en el terreno de ideológico. Los defensores de las ideas progresistas chocarán con los sectores católicos tradicionalistas. Este conflicto ideológico se reflejará también en la narrativa, que describe la transformación de la sociedad española, aunque desde posturas distintas. La llamada generación de 1868 está formada por un conjunto de novelistas que publican sobre todo entre 1874 y 1884, la década que da comienzo a la Restauración. Algunos escritores, como J.M. Pereda añoran la sociedad agraria y tradicional, idealizada en Peñas arriba. Otros como Juan Valera optan por una novela entretenida y estética, al margen de las controversias ideológicas, Pepita Jiménez, en la que un joven seminarista se debate entre su vocación de sacerdote y su amor por una mujer. Galdós y Clarín, partidarios de los fracasados ideales de la revolución de 1868, defienden una profunda modernización de España y critican a los sectores conservadores, más compleja es la clasificación de la novelista gallega Emilia Pardo Bazán, precursora del feminismo y partidaria de un moderado naturalismo, pero fiel a sus creencias católicas y a su ideología conservadora. El Realismo español presenta una marcada tendencia regionalista. Los escritores suelen situar sus obras en los ambientes que le son más próximos: Valera en Andalucía; Pereda, en Cantabria; Galdós, en Madrid; Clarín, en Asturias; Emilia Pardo Bazán, en Galicia. Autores de novela prerrealista y realista son: FERNÁN CABALLERO. Es el seudónimo de la escritora Cecilia Böhl de Faber. Aunque se ha considerado su obra como precursora del realismo español, la abundancia de elementos románticos, el didactismo católico, que fuerza hasta el extremo la realidad que describe, y la idealización con que pinta tipos y paisajes andaluces la alejan de los supuestos centrales del realismo. Sus dos obras más conocidas son La gaviota y La familia de Alvareda. PEDRO ANTONIO DE ALARCÓN. También prerrealista, cercano al Romanticismo y a la prosa costumbrista. Revolucionario y anticlerical en su juventud, y después conservador y neocatólico, fue autor de gran éxito en su tiempo, pero sus novelas no son de gran calidad: sus personajes carecen de individualidad y están construidos con absoluto maniqueísmo, las situaciones son inverosímiles y su lenguaje peca de excesiva verbosidad. Una excepción es El sombrero de tres picos, novela corta que recrea un cuento costumbrista. JUAN VALERA. Es un escritor peculiar dentro del realismo. Defiende el carácter poético de la novela y postula un tipo de narración que estudie más el interior de los personajes que lo externo a ellos. Reclama una literatura que deleite al lector y lo aleje de cualquier preocupación por al sociedad del momento. En consecuencia, sus novelas suelen moverse dentro de marcos ideales donde difumina los conflictos sociales de la época. Su estilo es culto y académico. Las descripciones exteriores son poco frecuentes. La construcción narrativa es hábil y, aunque el narrador interviene en los relatos, el uso de la ironía pone distancia entre los personajes y el autor. El amor es el tema de la mayor parte de sus novelas, entre las que destaca Pepita Jiménez (1874), 4 recreación de una sociedad patriarcal en al que los conflictos son, en el fondo, insustanciales y donde acaba reinando la felicidad más absoluta. Otras son Juanita la larga, Doña Luz o Morsamor. JOSÉ MARÍA PEREDA. Máximo representante dentro del realismo de la novela tradicionalista. De hidalga familia cántabra, carlista, defiende en sus obras un patriarcalismo rural e idílico frente a los males del mundo urbano y burgués, que representa para él la corrupción y la degradación. Casi todas sus novelas transcurren en su región cántabra y son ejemplo de novela regional. Sus obras tienen muchos defectos: personajes acartonados, moralismo abrumador, constantes intromisiones del narrador, argumentos faltos de intriga. Sin embargo, tienen calidad descriptiva y riqueza lingüística, destacan El sabor de la tierruca, Sotileza, Peñas arriba… EMILIA PARDO BAZÁN. Defensora del naturalismo de Zola, aunque desde su particular óptica cristiana. Aristócrata gallega, fue persona cultivada y buena conocedora de las corrientes literarias de su tiempo. Fruto de esas diversas influencias, su obra narrativa es multiforme. Defiende, pues, todo lo novedoso, mas en el fondo su obra tiene un hilo conductor que le proporciona coherencia: su ideología cristiana y conservadora. Destacamos Los pazos de Ulloa, La madre naturaleza, Cuentos de Marineda… BENITO PÉREZ GALDÓS. En 1873 comienza la serie de Episodios nacionales, y se dedica en exclusiva a la literatura. Su calidad literaria y su laborioso trabajo lo convierten en el autor más importante de su tiempo. Concluidas las dos series iniciales de los Episodios, que había alternado con sus primeras novelas, comienza su proyecto más ambicioso, las Novelas españolas contemporáneas. En la última década del XIX emprende con éxito su carrera como dramaturgo. Ya en el siglo XX continúa con la redacción de los Episodios y su labor teatral. La situación política le lleva a unirse a los republicanos, será elegido diputado en 1907, dos años después con Pablo Iglesias es copresidente de la Conjunción Republicano Socialista. Sus últimos años son difíciles, en 1912 fracasa su candidatura al Noble pos la oposición de los conservadores españoles. Ciego y agobiado por las dificultades económicas muere en Madrid en 1920. Dentro de su obra se distinguen los Episodios Nacionales del resto de su producción que podemos clasificar en los siguientes grupos: o Primeras novelas. Publicadas durante la década de los setenta, casi todas son novelas de tesis en las que se contraponen dos ideologías, conservadora y liberal. Galdós no oculta sus simpatías por la España liberal, obras de esta época son La fontana de Oro, Doña Perfecta, Gloria, Marianela y La familia de León Roch. o Novelas españolas contemporáneas. Así llamó Galdós a las novelas que publicó tras La desheredada en 1881. Otras novelas de este periodo son El amigo manso, Tormento, La de Bringas, Miau. Todas analizan con gran maestría el mundo de la clase media. La visión galdosiana de esta sociedad mesocrática se plasma genialmente en Fortunata y Jacinta, novela extensa cuidadosamente construida, que desarrolla sobre la base de diversos triángulos amorosos, la convulsa y cambiante vida social madrileña entre 1873 y 1876, entrelazando calculadamente los elementos de ficción y los históricos. En esta obra Galdós despliega sus mejores artes narrativas: minuciosa 5 captación de ambientes y tipos, uso magistral del diálogo, empleo de novedosos monólogos interiores… o Últimas novelas. La crisis de la estética realista y el interés por buscar nuevos cauces expresivos se manifiestan claramente en sus novelas desde 1889. De este periodo son La incógnita, Realidad, Ángel Guerra, Tristana, la tetralogía que tiene por protagonista al usurero Torquemada, Nazarín, Misericordia, El caballero encantado. En todas ellas ensaya originales procedimientos narrativos: novelas dialogadas, narraciones epistolares, introducción de elementos fantásticos, sueños… o Los Episodios Nacionales. Constituidos por cuarenta y seis novelas dispuestas en cinco series de diez episodios cada una excepto la última que tiene seis, pretenden reconstruir en forma novelada la historia del siglo XIX español. Los Episodios son un intento de entender desde la literatura los conflictos que dividen a la sociedad española desde la que la novela de Galdós, quien acude a la historia para explicar su propio presente y las convulsiones políticosociales que siguen al derrocamiento de la monarquía borbónica en 1868. Las dos primeras series muestran la ideología liberal de Galdós. Veinte años después continúa con pluma experimentada y describiendo una historia más cercana de la que fue testigo en su juventud, que ahora juzga desde su nueva ideología republicana. LEOPOLDO ALAS, CLARÍN (1852-1901)Comienza escribiendo en el periódico El Solfeo, donde por primera vez aparece el seudónimo Clarín después escribe en La Unión, periódicos republicanos ambos. En 1883 ya es catedrático de Derecho en la Universidad de Oviedo, donde permanecerá hasta su muerte. A partir de entonces publica la mayor parte de su obra literaria. Puede distinguirse en la producción de Clarín entre la labor periodística de carácter general, sus artículos de crítica literaria y su obra de creación. o Artículos periodísticos: muestran su proximidad al krausismo, defienden posiciones políticas coincidentes con las del republicanismo federal y se oponen a cualquier transacción con la restauración canovista. Luego se aprecia un cambio a partir de los años ochenta pero persiste en sus ideas republicanas y es partidario de la participación en las instituciones y de alcanzar lo posible o Como crítico literario dedicó muchísimos artículos en la prensa de al época, parte de los cuales reunió en volúmenes independientes: Solos, Palique… En su crítica puede distinguirse entre una crítica festiva y satírica y otra más seria y teórica. En ambas, la crítica es un camino de conocimiento, de búsqueda de la verdad, de elevación del nivel estético de una comunidad. Denuncia, por ello, las obras de mala calidad y alaba las que considera sobresalientes. Admiraba a Balzac, Flaubert y Zola y, entre los escritores españoles, consideraba por encima de todos a Galdós y estimaba a Valera y Pereda. Sin embargo, se mostró muy crítico con los jóvenes escritores modernistas. o En cuanto a su obra narrativa pese a su brevedad se le concede un puesto de primer orden. Solo escribe dos novelas. La Regenta y Su único hijo, algunos relatos breves recogidos en volúmenes independientes como Pipá, El Señor y lo demás son cuentos, Cuentos morales y El gallo de Sócrates. 6 En sus cuentos se distinguen dos clases: los satírico-burlescos y los de talante serio y reflexivo. Los primeros tienen en muchos casos un entronque costumbrista y parten de un tipo caricaturesco cuyos rasgos se satirizan. Son cuentos muy próximos a ciertos artículos periodísticos. En los otros cuentos, en los que aparece el escritor lírico y sensible que muestra su afecto hacia los menesterosos, Alas expresa sus preocupaciones personales de cada momento: el amor, la religión, el falso intelectualismo, al envidia, la humildad… Las novelas cortas muestran también las mismas constantes clarinianas: ironía, fino humor y al mismo tiempo ternura y humanidad. Su único hijo, Clarín juzga acerbamente la moralidad de la sociedad que retrata, cuyos rasgos, ocultos bajo una máscara de seudorromanticismo trasnochado, son el egoísmo, la rapacidad, el engaño, la hipocresía y la mentira. La Regenta (1885) es una de las grandes novelas de la literatura española. Se encuadra dentro de dos modelos típicos de novela realista: la novela de adulterio, que tiene como protagonista a una mujer burguesa profundamente insatisfecha, y la novela de sacerdote, en tanto que uno de los protagonistas tiene esa condición, de la que precisamente arranca el conflicto entre la castidad impuesta y el instinto natural. Clarín ensaya en tan larga novela múltiples recursos narrativos. Lejos de la novela de tesis, el autor deja hablar a los personajes, que charlan o piensan en alto constantemente. Muchos están caracterizados precisamente por tics lingüísticos. El narrador, en consonancia con los principios naturalistas, se distancia de sus personajes y deja que ellos mismos vayan construyendo sus historias particulares mediante el uso consciente y reiterado del estilo indirecto libre, que el propio Clarín define de modo clarísimo en una reseña a La desheredada de Galdón: sustituir las reflexiones que el autor suele hacer por su cuenta respecto de la situación de un personaje, con las reflexiones del personaje mismo, empleando su propio estilo, pero no a guisa de monólogo, sino como si el autor estuviera dentro del personaje mismo y la novela se fuera haciendo dentro del cerebro de este. Bibliografía -AAVV. Lengua castellana y Literatura, 2º Bachillerato, Akal. -AAVV. Lengua y Literatura, 2º Bachillerato, Santillana. 7