Arte Primitivo Hace dos millones de años comienza el llamado período cuaternario, definido por el reinado de los mamíferos y por la aparición de los primeros homínidos, antepasados lejanos del ser humano. Las últimas fases del cuaternario comprenden los siguientes períodos: 1) El paleolítico, que abarca desde el año 600.00 a.c. hasta el 10.000 2) El mesolítico, que comprende aproximadamente desde el año 10.000 a.c. hasta cinco o seis milenios después 3) El neolítico, que empieza en el oriente hacia el sexto milenio a.c. y llega a Europa entre los milenios VI y III a.c. y 4) la época posterior, que conocemos como Edad de los Metales. Es, cronológicamente, el período de mayor duración de la historia de la humanidad. Durante esta época se producen notables avances en la vida cotidiana del ser humano: las primeras aldeas y ciudades, los primeros implementos de trabajo, las primeras técnicas para la producción de alimentos, la cría de ganado, el cultivo del agro, etc. A partir de allí se produce el desarrollo de grandes civilizaciones de la historia del mundo antiguo: Mesopotamia, Egipto o el Mediterráneo Oriental. Algo similar ocurre con el arte, cuyas primeras muestras claras pueden situarse a fines del paleolítico, hace unos 17.000 años. PALEOLÍTICO Etimológicamente, paleolítico significa "período de la piedra antigua", y se refiere a la piedra únicamente tallada, en oposición al neolítico, "período de la piedra nueva" o pulida. El hombre del paleolítico superior (h. 35.000 a.c. a 10.000 a.c.) pertenece ya a la subespecie de la que forma parte el ser humano actual: el homo sapiens sapiens. Esta criatura se alimenta cazando, pescando y recogiendo frutos silvestres. Espiritualmente, manifiesta ya la creencia en otra vida, por lo que entierra a sus muertos. En el último período, el magdaleniense (15.000 a.c. - 10.000 a.c.) se hace más evidente una voluntad artística o estética, que ser ha agrupado en arte mueble y arte rupestre. El arte mueble, es decir, aquel que no aparece no fijo al muro o la pared, se realiza en materiales tan diversos como piedra, marfil, hueso o arcilla. Sobresale el gran número de figuras femeninas, las "venus", como la de Willendorf. Por su parte el arte rupestre, pintado o grabado en los muros o paredes de una cueva, está más extendido geográficamente. Destacan dos grandes zonas: en Francia, las regiones de Dordoña, Pirineos y valle del Ródano - cuevas de Lascaux, Niaux, Pech Merle, La Madeleine, etc. y, en en España, la cornisa cantábrica, donde se encuentran las cuevas de Altamira, Tito Bustillo y El Castillo. Para las pinturas se utilizan colorantes minerales -carbón, ocre y manganeso- que los primitivos artistas trituran y mezclan con algún aglutinante y aplican con los dedos, palos o tampones. Venus de Willendorf Austria Sólo mide 11 cms. de altura y f ue realizada en piedra caliza. Es una de las imágenes más famosas de las llamadas "Venus esteatopígicas", que en griego significa "grasa en los glúteos".. Tan pequeña figura encarna los principios de fertilidad, lo que explica el tamaño exagerado de sus órganos sexuales. Cabeza de toro Lascaux (Francia) La figura, realizada con gruesa silueta negra, tiene un asombroso aire moderno. Pese a estar de perfil, intenta crear sensación de profundidad en el dibujo de los cuernos, al rellenar el cuerpo con manchas negras. NEOLÍTICO Y EDAD DE LOS METALES La cronología del neolítico, que se inicia en el Próximo Oriente y Mesopotamia, varía según las zonas, pero se sitúa por lo general entre los años 6.000 a.c. y 3.000 a.c. Con la llamada "revolución neolítica" se desarrolla la agricultura - trigo y cebada-, la cría de animales domésticos -cabra, oveja, bóvidos y el perro- y el intercambio comercial, que genera prosperidad y un aumento demográfico. Un testimonio excepcional de estas nuevas formas de vida son las pinturas rupestres del Sáhara y del Levante español. Entre el quinto y el cuarto milenio a.c. llega el pleno neolítico a Europa. Su elemento más característico es la cerámica, de bandas, cardial o campaniforme. Hacia el final de este período se extiende el uso de enterramientos colectivos bajo construcciones de enormes piedras o megalitos, cuyo origen parece situarse hacia el 4.000 a.c. en las Islas Británicas y el norte de Francia. Estos espacios llegan a hacerse muy complejos, con pasillo de acceso a la cámara central, que puede ser cuadrada o circular, y que suelen estar cubiertos con una falsa bóveda. Quedan destacados ejemplos en las islas de Malta, Creta (precedente del arte micénico) y Menorca, en transición a la Edad de los Metales. En este período ya se adentra el famoso cromlech de Stonehenge. El nuevo período se puede dividir en las edades del Bronce Antiguo y Medio (2.000 a.c.-1.300 a.c.); el Bronce Final (1.300 a.c.-700 a.c.) y la Edad del Hierro o de Hallstatt, desde 700 a.c. Por lo general, el bronce se emplea para los objetos diarios, mientras que se reservan los metales preciosos como el oro para adornos personales u ofrendas religiosas, como en el caso del Carro solar de Trundholm o de los cascos de Vikso. Hacia 1.200 a.c. se aprecia un cambio fundamental: los enterramientos colectivos son sustituídos por la incineración de los restos, que se depositan en urnas. Esta época, conocida como la "cultura de los Campos de Urnas", testimonia un mayor dominio del nuevo metal, el hierro, empleado en objetos guerreros: armas, escudos y cascos. Desde los inicios del primer milenio a.c. los pueblos griegos y fenicios comienzan la colonización del Mediterráneo. Esto determina civilizaciones importantes como los cartagineses -en el norte de África-, los etruscos - -Italia central- o los íberos, en la Península ibérica, con obras como La Dama de Elche. Fresco de Tassili N'Ajjer Sahara En esta escena aparece una multitud de figuras humanas, que se relacionan con los animales. Encontramos poca variedad de colores, dos como máximo, y no existe la intención de crear volumen. Este esquematismo se traslada también al movimiento de las figuras, más torpe que en el Levante español Cascos de Vikso Dinamarca Realizados en bronce hacia el año 900 a.c. seguramente no fueron utilizados en combate, sino como objetos de lujo en ceremonias. De ahí la elegancia de los cuernos. En el casco se han reproducido ojos, cejas y nariz. Dama de Elche España El arte de los íberos logra un sorprendente dominio en la representación del rostro humano, que denota la influencia del arte de los pueblos del Mediterráneo oriental. Se supone que la figura representa a una diosa o sacerdotisa, que aparece ricamente adornada con joyas en traje y cabello. http://www.loseskakeados.com