269961. . Tercera Sala. Sexta Época. Semanario Judicial de la Federación. Volumen CI, Cuarta Parte, Pág. 127. TESTAMENTO PUBLICO ABIERTO. SU NULIDAD CUANDO EN EL INTERVIENE UN AMANUENSE DEL NOTARIO. Cuando en un testamento público abierto se demuestre que el escribiente, persona que toma al dictado, empleado, secretario o dependiente del notario, interviene como testigo instrumental en el otorgamiento de un testamento autorizado por el propio notario, se le debe reputar para todos los efectos legales como amanuense, y como tal, no puede intervenir como testigo, debido a que en los términos de la fracción I del artículo 1502 del Código Civil del Distrito Federal, el amanuense del notario no podrá intervenir como testigo y si así ocurre, es evidente que no concurrirán los tres testigos idóneos a que se refiere el artículo 1511. Consecuentemente, si uno de los testigos a que se refiere dicho precepto es amanuense del notario, deberá declararse nulo y sin efecto el testamento impugnado, aun cuando aquél no haya escrito a máquina o a mano dicho testamento, si se toma en cuenta que lo esencial no es que intervenga precisamente como amanuense en el precitado testamento, por haberlo escrito a máquina o a mano, sino que deberá considerarse como tal, según ya quedó debidamente precisado, al escribiente, copista, empleado, o dependiente del notario y al que lo auxilia en sus labores generales de la notaría, relativas al otorgamiento de actas, escrituras o testamentos. Amparo directo 6049/63. Liselote Bondy Horak. 4 de noviembre de 1965. Cinco votos. Ponente: Rafael Rojina Villegas. -1-