- - - - - ------ ESTADO ACTUAL DE LA BACTERIOLOGIA DE LA TUBERCULOSIS Dr. C. XAlABARD~R mayor parte de las incógni- forma bacilar y la ácido-resistentas que todavía impiden el cia ' son propiedades eventuales; perfecto corto cimiento de la enfer- bajo determinadas condiciones de medad tuberculosa derivan de la cultivo presentan esporas y apénignorancia existente sobre la bio- dices flagelares; son móviles y nun~ logía' del, bacilo de Koch y de la ca se multiplican por partición falsa idea de que este germen es simple de módulo dos. SUs modos un parásito estricto cuya existen- de reproducción son bastante comcia está forzosamente ligada a un plicados y diferentes según la comhuésped animal cualquiera que sea posición química y las constantes receptivo. Se ha ignorado hasta físicas del medio ambiente.' Igual ahora que tiene también una vida que otros micetos, poseen una pláslibreen la naturaleza, con morf?- ticidad y facilidad de adaptación logías y propiedades bioquímicas tan formidables que para amoldar; 'muy diferentes de las que conoce- se a las más diversas condiciones ~os cuando está en su fase animaambientales, son capaces de reproducirse de distintas maneras con lizada. Gracias a,la :microscopia elec- el fin de persistir. trónica he estudiadqjntimamente No es extraño que suceda así, la biología de las Micobacteriás, pu- porque cumplen funciones biológi~ diendo afirmar que no tienen ca-' cas trascendentes,. como son la !'llcteres taxonómicos bastante per- - . transformación de hidrocarburos manentes para formar con ellas en s'ustancias. orgánicas y la síntesis de' las vitaminas del grupo B l,lh . grupo individualizado, sino que deben ser; incluídas entre-los, Hon- a partir - 'de 'elementos químicos gos o MicetQs. Ninguna. de las pro- simples. Por tal motivo, las mico~ piedades q~e se les han atribuído bacterias"son los' gérmenes más (forma ,cpnstantemente bacilar, fal- abundantes y más ubicUamente reta de espqras y. de flagelos, inmo- partidos' por toda la ·naturaleza. vitidad, ·ác;iqo-resistencia ymulti- Por lo tanto, .el verdadero··centro plicaci,<'m por, . p~rtición binaria de interes para elmédico,coh'sissimple)' 'son. tan constantes, ,que te en averiguar por qué,:ra?lór¡. :al c puedan tener valor taxonómico. La gunas veces ocasionan)as le$ione§l .. L A o.. , '.' " '," l"' < '." 16 ANALES DE MEDICINA Y CIRUCIA Vol. XXXVIII. - N.o 1:45 son equiparables a algunos de los virus conocidos actualmente. Teniendo presente que las micobacterias virulentas están caracterizadas bioquimicamente por tener un metabolismo deficitario; mucho más atenuado que el de las cepas saprófitas, era natural pensar que el mencionado déficit metabólico podía ser debido a una enfermedad que sufrieran las propias micobacterias. Para comprobar esta hipótesis, aislé dichas partículas mediante filtración y centrifugación diferencial, obteniendo una suspensión totalmente libre de cuerpos bacilares. Unas pocas gotas de la misma, añadidas a un cultivo de micobacterias saprófitas, las transforman en pocas horas sus propiedades biológicas, adquirienPor lo que se refiere a las mico- do entonces la morfología y caracbacterias, con el microscopio elec- teres de una cepa virulenta, contrónico se aprecian marcadas di- virtiéndose en patógenas para el ferencias morfológicas entre las cobayo. Es notable el hecho de que cepas virulentas y las saprófitas. las partículas inductoras del caEn estas últimas, los bacilos tie- rácter virulento, aisladas de una nen aspecto uniformemente liso, determinada cepa, pueden contamicon membrana bien delimitada, nar a unas cepas saprófitas pero mientras que en las cepas patóge~ a otras no, es decir, que existe una. nas se hallan siempre algunos in- marcada especificidad entre el mendividuos bacilares de aspecto «car- cionado factor de transformaCión comi.do», sin membrana liinitante· y la cepa micobacteriana receptiy la sustancia nuclear irregular- va. Una vez las micobacterias han rriente apelotonada. Algunas veces adquirido artificialmente el carácpude fotografiar unas finas partí- ter patógeno,. éste se. transmite culas que rellenan el citoplasma de invarIable durante algunos subcullos bacilos, en la fase previá a -di- tivos. Las lesiones que producen a cha considerable alteración mor- los cobayos en la primera inoculafológica. Tanto por su aspecto co- ción son bastante inespecíficos, pemo por su tamaño, esas partículas ro al ser reinoculadas a otros co- y los trastornos que conocemos con el nombre de enfermedad tuberculosa. Esta pregunta puede ser aplicada igualmente a otros gérmenes patógenos, puesto que todos los microbios cumplen misiones biológas útiles que no son precisamente las de producir enfermedades. A este respecto debo recordar que el papel del organismo receptivo es mUchísimo más importante que el propio microbio para que la enfermedad se produzca, pero no puede negarse que entre los microbios existen cepas patógenas o virulentas y otras que no lo son, frente a un mismo animal de prueba. Ha sido preciso estudiar en qué ~ohsist.e esta diferencia de comportamiento. E nero -Febrero 1958 - .\1. 1:-f 1 l~. :.i:t l i..:;\ \ in¡]lllta ..... Ct"pa..; .It- la . ¡:l!..!. _. ,,:1t.:11l pn: ' -Illn - EIl la ... n . na..: alCtlll l'';' \tI ... ,k1ll;'] .... Jlat ú.~t lIa~ I l al' i l l l ~ 1 1 adl l)~ h t)ItH l '..!\' l1l " ' . F io..:. . .l. 17 ANALES D E MEDI CINA Y CIRUGI A Fi }.! . .1. ha~ · 1I'\.: arl.:(llllido~ » ,le a . . pCl: to 18 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA bayos adquieren plenamente la morfología histológica de la tuberculosis. La virulencia de las micobacterias' procede, pl!es,'deuna enfermedad que padecen las' cepas sapróftta,,s . y . que' está producida por un virus, el cual altera su metabo- : lism:ü:'en ei sentido de aparecer proteín~:3': anómal!'ts que .resultan ser tóxi~~s y necrosantes para las cé- ; lulas.~qE'!l· animal huésped. Existen : muchás prueb~s' de este aserto.' Una de las más curiosas y de gran utilidad práctica, consiste en exa- : minar directamente· los cultivos so-·: bre medios sólidos, bajo la luz de Wood.J;..,as cepas virulentas conservan inalterado su color cremoso, mientras que las cepas saprófitas muestran vivas y diversas coloraciones, siendo éste un método -.fácil para diferenciar las micobac'terias patógenas de las que no 'lo .son. :' El factor que induce la transo' .formación virulenta, al igual que ; .los demás .virusconocidos, ha reo: L: sultado estar constituído por ácit :dodesoxiribonucleico y'una proteí!~;:~a .pe~eneciEmte al grupo de las ¡. ;'.histonas. Ambas sustanCias 'se pue. ';';den aislar en:estado puro y conser-; • ,yarse _~nJ!onqiciones . ad~c.u!'tdas': Cada una de ellas por separado induce modificaciones notables a las mico bacterias saprófitas, pero su plenitud de acción como factor de transformación virulenta, la ejerce únicamente el virus completo, reconstituídoo sintetizado a' par- Vol. XXXVIII. - N." 145 tir de aquellos componentes aislados. A las mico baCterias atacadas por el citado virus les resulta imposible sintetizar. ciertos. aminoácidos esenciales a partir de sus precursores inorgánicos, cosa ¡que hacen intensamente las mico~ac­ t~rias saprófitas, siendo muy !disti~ta .la estructura proteínica: de ambos grupos, según se apr~cia claramente en las cromatograifías ! sqbre papel. Estas proteínas *,nómalas. tóxicas para el huésped,ison lo que antes se conocía con el dombre de endotoxinasbacilares. Esto nos explica el por qué la inyección de bacilos muertos, suspendidos en aceite de parafina u otra .grasa, produce a los animales una tuberculosis caseificante progresiva y mortal que no puede ser impedida ni con las mayores .dosis de antic'l . bióticos. Siguiendo un plan experimental riguroso, debía intentarse lá. contraprueba, es decir, converti~ en anodinas a las micobacterias ordinariamente patógen;:ts. Entre los varios caminos que teóricamente pueden seguirse para eJlo, lo he lo:' grado por dos métodos diferentes: :. modificando la arquitectura .espa, CÜl) de.l ácido nuc~eico eori.stituyen',:~~ te del virus inductor y anulando el bloqueo metabólico que sufren las micobacterias patógenas. He sintetizado sustancias químicas, relativamente sencillas, que presentan simultáneamente ambas propiedades. Cultivando cepas de micobac- i / ¡: ¡g, .~. 19 ANALES DE MEDICINA Y CIRUCIA Enero-Febrero 1958 - Fi g-, 6. - La Ill i ..-lII<1 ce pa de In fi gu r a S d e.-; pu¿'." de ser inftTta<la co n el vi rt1 ~ l'l..'pa sa profíti ca. l sp('cí fi c o que la tr:ll\ :-:. for1l1a t: ll pat/l- g"C ll a . Fig-, ¡. Cc.: pa v irule nt a c ullivada lllediu 0\1 hu .... t ' l\ Fi g. 8. - La misma n'pa d e la figura 7, cu lti vada e n presenc ia d c ~ \l ... ta llci as «cu hi óticasn, ad qui e r ~ las propil'dadl's y la :ll o rfu loj.da li sa de las ce pas sa profíti cas y pil'rf!t: s u carácte r patúg~tlo. tc"'-- 20 ANALES DE MEDICINA Y CIRUGIA terias virulentas en presencia de dichas sustancias, recuperan la intensa actividad metabólica que caracteriza a las cepas saprófitas (menores exigencias nutritivas y peristáticas, intens9 poder reductor, fluorescencia con la luz de Wood, etcétera) y ya no son capaces entonces de producir lesiones a los animales de experimentación. De todo esto surge claramente el nuevo concepto terapéutico de las sustancias eubióticas, que permiten y facilitan el desarrollo de las micobacterias en su estado normal, avirulento, para que puedan continuar cumpliendo las importantes funciones biológicas que tienen encomendadas. Este concepto seguramente tiene aplicación a otros microbios, pues cada vez son más numerosos los gérmenes cuyo carácter patógeno se descubre que está producido por factores de Vol. XXXVIII. - N.º 145 transformación diversos (neumococo, B. diftérico, Salmonellas, etcétera). Y. también es más lógico que el empleo de antibióticos con el intento de suprimir totalmente los microbios, pues sabemos perfectamente que sin éstos la vida sería imposible. El trabajo futuro debe orientarse hacia el estudio de las causas que los transforman en eventuales productores de enfermedad y a buscar la manera de evitarlas. Aplicando este nuevo concepto terapéutico a las micobacterias, he conseguido «in vitro); la reversión al estado saprofítico de los bacilos de Koch virulentos. Pero también su aplicación a la tuberculosis humana me ha proporcionado resultados que confirman plenamente la legitimidad de esta nueva concepc~ón biológica en determinadas infecciones.