INDEPENDENCIA E IMPARCIALIDAD JUDICIAL El Art. 203 Constitucional señala que: “La justicia se imparte de conformidad con la Constitución y las leyes de la República. Corresponde a los tribunales de justicia la potestad de juzgar y promover la ejecución de lo juzgado. Los otros organismos del Estado deberán prestar a los tribunales el auxilio que requieran para el cumplimiento de sus resoluciones. Los magistrados y jueces son independientes en el ejercicio de sus funciones y únicamente están sujetos a la Constitución de la República y a las leyes. A quienes atentaren contra la independencia del Organismo Judicial, además de imponérseles las penas fijadas por el Código Penal, se les inhabilitará para ejercer cualquier cargo público. La función jurisdiccional se ejerce, con exclusividad absoluta, por la Corte Suprema de Justicia y por los demás tribunales que la ley establezca. Ninguna otra autoridad podrá intervenir en la administración de justicia. Adicionalmente el Art. 205 Constitucional establece como garantía del Organismo Judicial las siguientes: A) La independencia funcional; b) La independencia económica; c) la no remoción de los magistrados y jueces de primera instancia, salvo los casos establecidos por la ley; y d) La selección del personal. Para ampliar los preceptos constitucionales relativos a la administración de justicia, véase en la constitución el título IV Poder público. Capítulo IV Organismo Judicial Artículos 203 a 222. Adicionalmente véase el título VI Garantías constitucionales y defensa del orden constitucional Art. 263 276. El juzgamiento y decisión de las causas penales se llevará a cabo por jueces imparciales e independientes, sólo sometidos a la Constitución y a la ley. La ejecución penal estará a cargo de los jueces de ejecución. Acerca de los jueces de Ejecución hay que estudiar los artículos 51, 52, 288, 404, 415, 454, 492, 498, 503 y 519 del Código Procesal Penal. De igual forma, se tendrá que estudiar los Acuerdos de la Corte Suprema de Justicia del año 2012 y 2013 que hablan al respecto de los Juzgados de Ejecución, ya que el juzgado primero y segundo se unificaron en un solo juzgado pluripersonal y estarán en él 4 jueces celebrando audiencias simultáneas durante todo el día. Igualmente se nombró al juez segundo pluripersonal en Quetzaltenango. Por tanto dicha información es de vital importancia llegarla a conocer. La norma procesal al respecto de la independencia judicial sigue diciendo que por ningún motivo las restantes autoridades del Estado podrán arrogarse el juzgamiento de causas pendientes o la reapertura de las ya terminadas por decisión firme. Ante una Acción de Amparo planteada por el Lic. Gustavo Adolfo Gaitán Lara, en la Corte de Constitucionalidad en el expediente 333-94, del 30 de noviembre de 1994 resolvió la Corte de Constitucionalidad que, ella estima que al postulante también se le violó el derecho a la independencia que tienen los jueces y magistrados en la tramitación de los asuntos, el que se encuentra consagrado en la Constitución Política de la República. La autoridad impugnada (que es la Corte Suprema de Justicia) al permitir que los informantes revisaran resoluciones judiciales firmes, de las cuales únicamente las partes tenían los recursos legales a su alcance para manifestar su inconformidad y al tomar como base los mismos para destituir a al (Lic. Gaytán Lara) nuevamente conculcó este otro derecho constitucional, que debe privar en todos los procesos judiciales. Nadie puede ser juzgado, condenado, penado o sometido a medida de seguridad y corrección, sino por los tribunales designados por la ley antes del hecho de la causa. Como se aprecia en el contenido del Art. 7 del Código Procesal Penal, se está describiendo la Independencia e imparcialidad del Organismo judicial. Se consagra uno de los principales pilares básicos del Sistema Republicano de gobierno: La independencia judicial, que es la condición objetiva que permite a los jueces y magistrados ejercer la función de juzgar sin presiones ni amenazas de ninguna clase, así como sin sugestiones e interferencias. Cada juez, al conocer y decidir, reúne y tiene la totalidad del poder judicial otorgado en la Constitución. La jurisdicción es una potestad que pertenece a jueces y magistrados. Por razón de materia, cuantía, territorio, turno y grado es que surge la división lógica de trabajo, que no implica diferencia o vinculación jerárquica. La independencia provoca el alejamiento del juez y del magistrado hasta del más mínimo temor a la Constitución y, como consecuencia, la obligación, además de juzgar, de ser custodio de los derechos fundamentales consagrados en la Carta Magna. La imparcialidad consiste en la cualidad subjetiva del juzgador que le permite conocer de un caso específico por la falta de vinculación con las partes y los intereses en juego. Pero el juez no es un sujeto procesal neutro, está del lado de la justicia y su tarea es alcanzarla en sus decisiones. Cuando se habló del tema de la independencia judicial fue necesario estudiar y hablar de la necesidad de crear la ley de la carrera judicial, así surgió el Decreto 41-99 del Congreso de la República, de igual forma se habló de la necesidad de crear la ley de servicio civil del organismo judicial, decreto 48-99 del Congreso.Dichas leyes son necesarias estudiarlas para llegar a entender a plenitud la independencia e imparcialidad judicial, ya que las mismas inciden positivamente tanto en la eficiencia como en la eficacia del Organismo Judicial. Para la efectiva separación de poderes y el ejercicio eficaz del control jurídico y del control constitucional, se requiere como condición indispensable el establecimiento efectivo de la carrera judicial, que dote a los jueces y magistrados de las condiciones y garantías necesarias para el ejercicio de sus funciones. Así también, la organización del sistema de justicia debe favorecer un mejoramiento sustantivo del desempeño profesional de los jueces a través de la consolidación de un sistema de selección y nombramiento, basados en méritos y capacidades de los aspirantes, la capacitación continua y un sistema de evaluación objetiva de su desempeño. Por su importancia histórica se deja aquí el comentario de que los resultados negativos para la reforma constitucional en la consulta popular de mayo de 1999, impidieron la incorporación del sistema mixto en la carrera judicial con un sistema semi abierto. Ello hubiera permitido la estabilidad en el cargo de jueces y magistrados de salas. La propuesta de reforma constitucional incluía, además cambios importantes que incidían en fortalecer la independencia judicial. Pese a las limitantes actuales, las dos leyes emitidas y sus reglamentos, contribuirán sin duda a realizar una profunda reforma judicial en Guatemala. Las leyes mencionadas son producto de las propuestas que en su momento hicieron los actores del movimiento social que ha respaldado al proceso de paz y recogen los compromisos de las Acuerdos de Paz y del interés del gobierno de la República, diputados, miembros del foro jurídico nacional, jueces y magistrados y de las organizaciones no gubernamentales pro justicia que han desempeñado un papel propositivo y de vigilancia, que en su momento fueron consultados. Las dos leyes separan el régimen legal para el ejercicio de la función jurisdiccional (ley de la carrera judicial) del régimen que regula la actividad de los funcionarios auxiliares derivada de la relación laboral con el Organismo judicial (ley de servicio Civil del Organismo Judicial) El sistema que se institucionaliza en la Ley de la Carrera Judicial establece las normas, procedimientos y órganos adecuados que crean el marco regulatorio de la condición de juez, bajo el supuesto principal que la tarea judicial no es una simple ocupación de los profesionales del derecho, sino que gira en torno a la capacidad jurisdiccional encargada por el Estado a determinadas personas, que a partir de ahora serán seleccionadas, evaluadas, capacitadas, promovidas, investigadas y sancionadas, en su caso, de acuerdo a procedimientos especialmente establecidos, en atención al poder de resolver los conflictos sociales en nombre del Estado de Guatemala. La ley de servicio civil del organismo judicial especifica las exigencias del organismo judicial a sus servidores y las obligaciones que éste asume respecto de ellos, sistematiza la legislación dispersa, regulando las relaciones de funcionarios y empleados a la carrera administrativa que comprende, entre otros aspectos, el ingreso, procesos de selección, ascenso y régimen disciplinario. Su objetivo es incorporar personal idóneo, garantizar su permanencia, asegurar su desarrollo y promover su realización personal en el importante desempeño de ese servicio público. Con la creación de la referida legislación, se pretende desarrollar en forma amplia los aspectos que en ella se describen, la ley se encuentra inspirada en principios éticos. Se busca la probidad del sistema de justicia, en todo su conjunto y en especial se busca erradicar la impunidad y la corrupción, con lo cual se persigue la pronta y eficaz administración de justicia, garantizar el libre acceso a la misma y en lo que corresponde al Organismo Judicial, procurar la estabilidad y credibilidad en las personas encargadas de aplicarla. Una de las grandes debilidades estructurales del Estado de Derecho reside en el sistema de administración de justicia, que es uno de los servicios públicos esenciales de toda sociedad civilizada; su reforma y modernización deben dirigirse a impedir que éste degenere y encubra un sistema de impunidad y corrupción y, al mismo tiempo, se revierta la ineficacia, se garantice el libre acceso a la justicia, la imparcialidad en su aplicación, la independencia judicial, la autoridad ética, la probidad del sistema en su conjunto y su modernización. De igual forma se afirma que con la consolidación de un verdadero Estado de Derecho, el fortalecimiento democrático de las instituciones y las necesidades del desarrollo requieren de un sistema de justicia que proporcione estabilidad, credibilidad y confianza en las instituciones del Estado y en las leyes vigentes. La Constitución Política y los tratados internacionales ratificados por Guatemala establecen los principios básicos que orientan la administración de justicia, los cuales deben ser adecuadamente desarrollados mediante normas ordinarias que aseguren su cumplimiento, de acuerdo con las necesidades y posibilidades del Estado. Y uno de los deberes fundamentales de éste es garantizarles su existencia a los habitantes de la República y ante todo, la seguridad personal de todo ciudadano. Y teniendo presente que en el Art. 209 Constitucional se establece expresamente la Carrera Judicial y se dispone que los ingresos, promociones y ascensos se deben hacer mediante oposición, para la cual se emitió la ley específica que lo regula. Así surge al marco legal de Guatemala, la Ley de la Carrera Judicial. Tiene como objeto y fin supremo el establecimiento de los principios, normas y procedimientos, así como crear los órganos burocráticos necesarios para la administración y operación de la Carrera Judicial. En ella se debe establecer el sistema que regule el ingreso, permanencia, promoción, ascenso, capacitación, disciplina y otras actividades de los jueces y magistrados, cualquiera que sea su categoría o grado, con el fin de garantizar su dignidad, independencia y excelencia profesional en el ejercicio de su función jurisdiccional. Se afirma en la ley que en el ejercicio y la función jurisdiccional, los jueces y magistrados son independientes; resolverán los asuntos que conozcan con absoluta imparcialidad y están sujetos únicamente a la Constitución Política de la República, a las leyes y a los convenios internacionales ratificados por Guatemala. Cuya afirmación tiene mucha relación con el Art. 7 del CPP. 203 y 204 Constitucional. Los jueces y magistrados ejercen por igual, aunque con competencia distinta, el poder jurisdiccional que la Constitución Política de la República asigna al Organismo Judicial, razón por la que en su ejercicio no existe diferencia jerárquica ni dependencia entre ellos. Los jueces y magistrados ejercerán sus funciones de forma permanente y son inamovibles, hasta que cesen en las mismas con arreglo a lo que dispone la Constitución Política de la República y la ley de la carrera judicial. Los jueces de primera instancia y los magistrados, cualquiera que sea su categoría o grado, durarán en sus funciones cinco años, pudiendo ser nuevamente nombrados o reelectos, según corresponda. Los jueces y magistrados, cualquiera que sea su categoría o grado, sólo podrán ser removidos o suspendidos en el ejercicio de sus funciones en casos y mediante el procedimiento que determina la ley de la carrera Judicial. Están obligados a procurar un rendimiento satisfactorio en el ejercicio de sus funciones, de manera que contribuyan a una pronta y eficaz administración de justicia. Es así como en la Ley de la carrera judicial se crean los órganos responsables de la Carrera Judicial, los cuales son: El Consejo de la Carrera Judicial, la Junta de Disciplina Judicial, las comisiones de postulación y la Unidad de Capacitación Institucional. Se llegará a consolidar la independencia del Organismo judicial, cuando se llegue a desarrollar y fortalecer, la selección y capacitación de los jueces y magistrados. Cuando ya sea operante la Ley de la Carrera Judicial se podrá apreciar cambios sustanciales dentro y fuera del Organismo Judicial. La creación de la Unidad de Capacitación Institucional del Organismo Judicial, lo que se conoce como la Escuela Judicial, permite implementar la capacitación constante de los funcionarios judiciales, con lo cual se está acercando cada vez más a la posibilidad de cimentar la Independencia. No digamos con la formación de jueces y magistrados. Cuando las Universidades del país apoyen el proyecto de formación de jueces y magistrados y otorguen carreras encaminadas a dicha labor, se verán los cambios. Por ahora, la sección es de mucha importancia, ya que las promociones futuras darán cuenta que a los únicos a quienes tendrán que agradecer el haberse instalado en la Corte Suprema de Justicia es a su capacitación personal y las disposiciones Constitucionales. Solo sus talentos y créditos personales son los responsables de haber ingresado a la Carrera Judicial.