EL MUNDO. DIJOUS 6 DE OCTUBRE DE 2011 TENDèNCIES FOTOS: JOAN VALLS 5 EL MUNDO La piscina maldita. Historias La Rotonda. Fue uno de los hote- Casino. Del otrora Gran Casino de L’Aquàtic. Sólo estuvo abierto du- sobrenaturales (con gatos negros muertos que vuelven a la vida) rodean la leyenda de la piscina de Castellnou, abandonada en los 80. les más glamourosos de Barcelona (Rock Hudson o Alfredo Kraus pasaron por él) hasta que en los 70 se reconvirtió en psiquiátrico. Collserola sólo quedan ruinas. Fue una edificación faraónica, con montaña rusa, un lago, salones de tiro y una Casa Encantada. rante dos veranos y quedó abandonado en 1993. Las piscinas han sido tomadas por skaters y los graffiteros han decorado los bares. LIBROS ‘Inhòspits. Llocs abandonats amb històries increïbles’ es una guía por más de 100 localizaciones llenas de misterio. El periodista Joan Valls rescata viejas leyendas para crear una fascinante ruta por la geografía de lo abandonado. Pura arqueología urbana. Ruinas posmodernas ✱ VANESSA GRAELL Un casino a lo Montecarlo en ruinas, el esqueleto de un parque acuático de los 90, hoteles tapiados, pueblos abandonados, estadios engullidos por la maleza, teatros cerrados a cal y canto, fábricas que se caen a trozos… Es la geografía de los lugares abandonados: ruinas posmodernas, sueños rotos, utopías que fracasaron, un pasado que ha quedado suspendido en el tiempo (y escenarios apocalípticos que podrían ser el set de una película de terror). Los sitios abandonados fascinan cada vez más, por el aura de misterio que los envuelve y las leyendas urbanas que se forjan a su alrededor (aunque casi siempre resultan exageradas, macabras y demasiado sobrenaturales). En el último lustro y gracias a internet –y al satélite de Google, porque muchos sitios ya han desaparecido de los mapas– han proliferado los exploradores urbanos y se han multiplicado los blogs sobre arqueología de esos lugares olvidados que se resisten a desaparecer. El fotógrafo y periodista Joan Valls acaba de publicar Inhòspits. Llocs abandonats amb històries increïbles (Angle Editorial), una completa guía por más de 100 localizaciones a los márgenes de la civilización. «Todo empezó en el Poblenou. Un día me fijé en una chimenea que sobresalía en la nueva Diagonal. Era la fábrica de Can Ribera, donde dicen que se fabricaban los mejores cubiertos de latón de Cataluña. Hoy, ya no existe», explica Valls, que ha fotografiado durante cuatro años la brutal transformación de un Poblenou industrial a un 22@ tecnológico, paralelamente a su trabajo como periodista deportivo en TV3. Las fábricas del Manchester catalán, sus pasajes y gasolineras abandonadas protagonizan la primera parte de Inhòspits, un volumen de más de 200 páginas en el que no hay ni una sola fotografía (Valls tiene más de 90.000 imágenes y espera montar una exposición antes de fin de año). Sin embargo, los textos de Valls –concisos y tan visuales– transportan al lector directamente a la nave abandonada, con esa verja rota por la que colarse, sintiendo el polvo y el silencio, la luz que se cuela por una rendija o el escalofrío de la escalera que cruje… «A veces te sientes como Indiana Jones», reconoce Valls. Un Indiana Jones con bambas (se recomienda calzado cómodo, por si hay que correr ante los nuevos –e ilegales– habitantes de los lugares), que no fuerza las entradas (o sea, nada de cargarse la losa de la iglesia veneciana como en La última cruzada) y tampoco roba el Santo Grial. «La regla básica para visitar los lugares abandonados es dejarlo todo tal cual está, no forzar la entrada y, por supuesto, no vandalizar el interior», apunta Valls, que de niño ya se colaba con sus amigos en la ahora desaparecida torre del parque de Santa Amèlia. El vandalismo ha convertido lugares de ensueño en auténticos búnkers que parecen sacados de Mad Max. La fábrica de papel de Cal Violant (en Capellades) era como un cuento de hadas, con un jardín en el que había una fuente es- Abandonos surrealistas ePlaza de toros en... ¡Maputo! Hay otra Monumental muy lejos de Barcelona: en Mozambique. La Monumental de Maputo fue construida por los portugueses en 1956 y es uno de los tres cosos construidos en África. Desde que cerró sus puertas en 1975 ha acogido espectáculos, se instaló una iglesia evangelista, apareció un mercado, se reconvirtió en campo de fútbol y dio cobijo a indigentes. eEl Mazinger de Tarragona. Un Mazinger de 15 metros protege una urbanización de Tarragona. La estatua de fibra de vidrio se construyó en los 70, en pleno boom de los dibujos animados. eBolera en Salou. El Bowling Center quedó abandonado en 2005, cuando la fiebre de las boleras pasó de moda. eEstación de esquí. En Llessui aún sobrevive el telesilla, el bar y el complejo de esquí. tilo Versalles, bancos modernistas, estatuas tocando el arpa, relieves neoclásicos… «Aunque es patrimonio artístico todo está roto, grafiteado e incluso se han celebrado raves», lamenta Valls. Luego están esos lugares casi de pesadilla, que ponen los pelos de punta: el Hotel Panik (el antiguo Hotel Vallès, en el que la Policía incautó en 2006 una plantación de marihuana y detuvo a 21 personas), la piscina de Rubí («los vestidores con las puertas arrancadas parecen nichos de un cementerio, da muy mal rollo») o el matadero de Corbera («entré y vi unos pies colgando, alguien puso un muñeco atado por el cuello: es algo común en estos lugares, para disuadir a los visitantes»). En Inhòspits los abandonados vuelven a hablar, a revelar sus secretos y a brillar con el esplendor de antaño. Valls rescata todas las leyendas (algunas muy gores y negras, con niños muertos, psicópatas pirómanos, fantasmas, etc.: rumorología popular). «Cada lugar tiene una historia, la de la gente que vivió en él. Y cuando haces una foto es como si alargaras el brazo y pudieras atrapar con la mano un segundo del tiempo para quedártelo para ti», cuenta el fotógrafo mientras estira el brazo, robándole ese segundo a Cronos. Joan Valls en la fábrica abandonada Joan Lucena, que sufrió un incendio y fue ‘okupada’ por varias familias gitanas. DOMÈNEC UMBERT