Ataque a Pearl Harbor

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Ataque a Pearl Harbor
El ataque a Pearl Harbor (llamado Operación Hawáii u Operación
AI por el cuartel General Imperial japonés y Operación Z durante su
planificación) fue un ataque sorpresa efectuado por la Armada
Imperial Japonesa contra la base naval de los Estados Unidos
en Pearl Harbor, Hawái, en la mañana del 7 de diciembre de 1941.
El ataque pretendía ser una acción preventiva destinada a evitar la
intervención de la Flota del Pacífico de los Estados Unidos en las
acciones militares que el Imperio del Japón estaba planeando
realizar en el Sudeste Asiático contra las posesiones ultramarinas
del Reino Unido, los Países Bajos y los propios Estados Unidos.
La base naval fue atacada por 353 aeronaves japonesas que
incluían cazas de combate, bombarderos y torpederos que
despegaron de seis portaviones. Resultaron dañados los
ocho acorazados estadounidenses estacionados en el puerto, y
cuatro de ellos se hundieron. De estos ocho, dos fueron reflotados
y cuatro reparados, por lo que seis pudieron volver a entrar en
servicio más tarde, durante la guerra. El ataque japonés también
hundió o dañó tres cruceros, tres destructores, un buque escuela y
un minador. Los norteamericanos perdieron 188 aeronaves,
murieron 2402 estadounidenses y 1282 quedaron heridos de
diversa consideración. Sin embargo, los japoneses no atacaron la
central eléctrica, el astillero, las instalaciones de mantenimiento,
los depósitos de combustible y torpedos, los muelles de
submarinos y el edificio del cuartel general y de la sección de
inteligencia. Los nipones perdieron 29 aeronaves y cinco mini
submarinos, además de sufrir 65 bajas militares entre muertos y
heridos. Asimismo, un marino japonés fue capturado vivo.
El ataque conmocionó profundamente al pueblo estadounidense y
llevó directamente a la entrada de los Estados Unidos en
la Segunda Guerra Mundial, tanto en los teatros de guerra
de Europa como del Pacífico. Al día siguiente del ataque, 8 de
diciembre, los Estados Unidos le declararon la guerra al Imperio del
Japón. El apoyo interno en Norteamérica a la no intervención en el
conflicto mundial, que había sido fuerte, desapareció, mientras que
la asistencia clandestina al Reino Unido fue remplazada por una
alianza plena. Las operaciones posteriores de la nación americana
llevaron a que le declararan la guerra la Alemania nazi y la Italia
fascista el 11 de diciembre, lo que fue correspondido por los
Estados Unidos al día siguiente .El 7 de diciembre de 1941 los
aviones japoneses atacaron inesperadamente las islas Hawái,
destruyendo la flota norteamericana fondeada en Pearl Harbor
.Tres día más tarde, los japoneses desembarcaban en Luzón,
iniciando la conquista de las islas Filipinas y aniquilaban el poderío
naval británico en Externó Oriente al hundir en el golfo de Siam al
acorazado Prince of Wales y el crucero pesado Repulse.
Hay numerosos precedentes históricos de ataques militares sin
previa declaración de guerra por parte de Japón. Sin embargo, la
inexistencia de una declaración formal por parte nipona mientras
se llevaban a cabo negociaciones que parecían prosperar llevó al
presidente estadounidense Franklin D. Roosevelt a calificar al 7 de
diciembre de 1941 como una fecha que vivirá en la infamia.
Durante 1941 las relaciones entre Estados Unidos y Japón eran
tensas, sobre todo, después de que Roosevelt había congelado
todos los créditos japoneses en los Estados Unidos, además de
bloquear el suministro de petróleo al Japón .Sin embargo, el ataque
japonés fue un grave error estratégico para el Eje, en primer lugar
porque abría un nuevo frente de combate y fundamentalmente
porque provocaron la entrada en la guerra de un gigante como los
Estados Unidos .Hitler, que tenía a sus tropas atrapadas por el
invierno ruso, en las puertas de Moscú, esperaba que los japoneses
atacaran a Rusia desde Siberia para estrangularla en una operación
de pinzas con el ejército alemán .Desde el punto de vista del Eje, la
visión de Hitler era la correcta pero los japoneses, igual que
Mussolini, desconfiaban con buen tino de su aliado alemán. Si
Mussolini atacó a Grecia para iniciar una guerra paralela a la de
Hitler, tratando de asegurase una mejor posición ante la creciente
hegemonía alemana, los japoneses atacaron a los Estados Unidos
con la esperanza de que Alemania se desangrase en su guerra con
los rusos.En ese sentido, los japoneses acertaron en su política de
no asistir a los alemanes con un ataque masivo desde Siberia, pero
nunca debió atacar a los Estados Unidos por una cuestión de
equivalencias. A pesar del heroico esfuerzo demostrado durante
cuatro largos años de guerra, Japón nunca tuvo posibilidades reales
de vencer a una potencia gigantesca como los Estados Unidos, que
contaba con una industria armamentística muy superior en
recursos humanos y materias primas. Además los japoneses
tuvieron que librar la guerra prácticamente solos contra una
coalición de naciones encabezada por los Estados Unidos, Australia,
Nueva Zelanda, Inglaterra, India, el ejército nacionalista chino y
demás países del sudeste asiático que preferían combatir con los
aliados antes que servir a los japoneses. En el momento del ataque
a Pearl Harbor, la equivalencia de fuerzas en el Pacífico era
relativamente pareja, salvo en los portaviones, como lo demuestra
el siguiente cuadro.
Cuando la Segunda Guerra Mundial estalló el 1 de septiembre de
1939, Reino Unido y Francia declararon la guerra a Alemania, sin
embargo, Estados Unidos no se implicó militarmente en el conflicto
a pesar de ver cómo caía Francia o cómo la aviación alemana
bombardeaba las islas británicas. Sin embargo, hace 70 años, el 7
de diciembre de 1941, un suceso cambiaría el curso de la guerra
haciendo que Estados Unidos se sumase al conflicto bélico: el
ataque a Pearl Harbor.
La invasión de China, los embargos y las negociaciones
Desde la primera guerra entre China y Japón, el Imperio Japonés
siempre había se había fijado en China como posible lugar en el que
extraer recursos para un país extremadamente poblado, al que le
afectó de lleno la Gran Depresión y que no contaba con materias
primas propias como el petróleo o el hierro. Con un gran ejército
cada vez menos controlable por el gobierno de la nación, las
fuerzas armadas japonesas decidieron, por cuenta propia, invadir
Manchuria en 1931.
En 1937, el ejército japonés prosiguió con su expansión en China
(iniciándose la Segunda Guerra Chino-Japonesa que se extendería
hasta 1945, incluyéndose también dentro del marco de la Segunda
Guerra Mundial) y sufrió sanciones económicas y embargos
comerciales por parte de Estados Unidos y Reino Unido en el que
bloquearon el suministro de hierro y petróleo al país nipón. La
tensión siguió aumentando entre las grandes potencias y el Imperio
de Japón dado que éste no cesaba en sus intenciones de expandirse
por Asia.
En 1940, con Alemania e Italia en guerra con el Reino Unido y
Francia, el Imperio Japonés invadió la colonia francesa de
Indochina (hoy Vietnam, Laos y Camboya), un hecho que Estados
Unidos respondió con el cierre del Canal de Panamá para los barcos
japoneses, cortando de raíz una de sus principales vías de
suministro.
Ante la presión del embargo y el fracaso de las negociaciones entre
Estados Unidos y Japón, dado que Estados Unidos exigía la retirada
de las tropas japonesas de China y de las colonias francesas, Japón
comenzó a barajar la posibilidad de entrar de lleno en un conflicto
bélico para librarse del embargo, eso sí, siempre habría que
mostrar que se perseguía un acuerdo.
En 1940, con una Europa en guerra, Estados Unidos se mantuvo al
margen porque, tras la Primera Guerra Mundial, los conflictos en
Europa les parecían lejanos y totalmente ajenos a su país, por
tanto, en esta ocasión preferían mantenerse al margen y, en todo
caso, apoyar a los británicos con material. De hecho, en una
consulta que realizó el gabinete del Presidente Roosevelt a la
población estadounidense para evaluar el grado de aceptación de
un conflicto militar con Japón, los resultados arrojaron que la
mayoría de la población se sentía totalmente ajena a “problemas
exteriores.
La preparación del ataque
Estados Unidos trasladó en la conocida como la Nota de Hull sus
exigencias algo que, desde Japón, se tomó como un insulto cuya
consecuencia fue la preparación de un ataque contra intereses de
Estados Unidos.
Japón llevaba años preparándose para una guerra contra las fuerzas
navales de Estados Unidos, sin embargo, sus planes de guerra
pasaban por un ataque con submarinos a la flota del Pacífico (con
base en Pearl Harbor, en la isla de Oahu en Hawái) y,
posteriormente, esperar un contra ataque que sería respondido
con todas las fuerzas navales japonesas. Sin embargo, el
nombramiento del almirante Yamamoto como Comandante de las
fuerzas navales japonesas y los progresos en los portaviones y la
aviación naval, hizo ver las cosas desde otra perspectiva.
En 1940, los países europeos que poseían colonias en Asia tenían el
foco puesto en Europa y en la ofensiva de Alemania, por tanto, las
fuerzas militares de las colonias se habían visto reducidas a la
mínima expresión, algo que Japón podía aprovechar como una
ventaja táctica. Para Yamamoto, la clave de la fuerza naval de
Estados Unidos estaba en Pearl Harbor, la base que concentraba a
sus fuerzas, por tanto, un ataque a este puerto dejaría desarmados
a los Estados Unidos el tiempo suficiente como para que las fuerzas
japonesas pudieran expandirse por todo Asia sin apenas encontrar
resistencia (dado que Estados Unidos debería primero reconstruir
su flota).
A principios de febrero de 1941, el almirante Yamamoto comenzó a
confeccionar un plan de ataque contra Pearl Harbor que se
desarrollaría con aviones lanzados desde portaviones. Yamamoto
elaboraría un plan con aportaciones de un as de la guerra
aérea, Minoru Genda que desde 1934 había estado trazando planes
de ataque contra la base estadounidense. El plan podría tener éxito
pero era muy arriesgado, algo que Yamamoto dejaría patente en
una frase: Si fallamos, es mejor que finalicemos la guerra
El grueso de la fuerza de ataque estaría formado por seis
portaviones (Akagi, Kaga, Hiryu, Soryu, Shōkaku y Zuikaku) que
transportarían 81 cazas de combate, 135 bombarderos en picado,
104 bombarderos horizontales y 40 aviones torpederos a los que
acompañarían fuerzas navales de escolta y soporte (otros 17
navíos). Además, las fuerzas aeronavales japonesas dispondrían de
un nuevo tipo de torpedos (capaz de operar en aguas poco
profundas) y nuevas bombas, capaz de explotar tras traspasar el
blindaje de un barco (y explotar en su interior, maximizando los
daños). Tras varios simulacros y entrenamientos en la isla de
Kyūshū, el Almirante Yamamoto enviaría una orden secreta de 151
páginas en la que se detallaba la expansión japonesa por toda Asia
una vez se lanzase el ataque a Pearl Harbor.
Japón desplegó agentes de inteligencia en Hawái y en las colonias
europeas en Asia para recopilar información sobre el movimiento
de tropas, fuerzas estacionadas o sus rutinas, una información que
sería de gran valor para las fuerzas japonesas y que, por ejemplo,
permitió fijar el día del ataque al 8 de diciembre de 1941 según el
horario japonés, es decir, el domingo 7 de diciembre de 1941 (ya
que los domingos los barcos se quedaban en puerto y, por tanto, el
daño a provocar sería mucho mayor).
Las Fuerzas de Estados Unidos en 1941 y los indicios del ataque
La tensión entre Estados Unidos y Japón se había traducido en
múltiples alarmas e informes de inteligencia que anunciaban
posibles ataques que, al final, no llegaban a producirse por lo que
fueron perdiendo peso y no eran tomados demasiado en serio por
los mandos. Desde finales de 1940, la Inteligencia Militar
estadounidense era capaz de descifrar los códigos diplomáticos
japoneses y asistía al reporte de información que el consulado
japonés de Honolulu enviaba con datos relativos a las fuerzas
navales estadounidenses.
La inteligencia militar intuía un ataque pero la información no era
concluyente y, prácticamente, quedaba sustentada por conjeturas
por lo que, rara vez, era tomada en serio. De hecho, el 27 de enero
de 1941 (11 meses antes del ataque), un diplomático de Perú
destinado en Tokio, el Doctor Ricardo Rivera Schreiber, se enteró
de los planes japoneses de ataque a Pearl Harbor y se lo comunicó
al embajador de Estados Unidos en Japón que, a su vez, se lo
comunicó a la Inteligencia Naval que desestimó la información.
La Marina de Estados Unidos había instalado redes para evitar
ataques de torpedos lanzados por submarinos (además de haber
sembrado de minas parte del puerto) y el Ejército se encargaba de
patrullar el espacio aéreo pero, como no había muchos aviones
disponibles, las patrullas eran escasas y los efectivos se dedicaban
al entrenamiento. Por otro lado, la disposición de los barcos
estadounidenses en el puerto, extremadamente juntos, los hacía un
blanco fácil ante un ataque pero la Marina siempre pensó que el
Ejército garantizaba su seguridad.
El 7 de diciembre de 1941
Treinta minutos antes del ataque, los negociadores japoneses
darían por finalizadas las negociaciones con Estados Unidos, un
mensaje que se enviaría desde Tokio a Washington pero que, por
problemas técnicos, sería enviado una vez lanzado el ataque, por lo
que éste tomó a Estados Unidos totalmente por sorpresa y, claro
está, sin ninguna declaración de guerra por parte de Japón.
La avanzadilla de este ataque estaría encabezada por cinco mini
submarinos que lanzarían torpedos sobre las naves
estadounidenses. A las 6:37 horas del 7 de diciembre de 1941, el
destructor USS Ward detectó y hundió a uno de estos submarinos e
informó de ello a la cadena de mando y a la inteligencia naval
(ninguno de estos 5 mini submarinos regresaría de su misión) pero
el reporte de esta escaramuza no fluyó con la velocidad necesaria
entre los mandos.
Hubo un segundo indicio del ataque que llegó a manos del Ejército
de Estados Unidos que operaba la estación de radar de O pana
Point y detectó la fuerza aeronaval japonesa pero, al verlo en la
pantalla del radar, asumieron que era una escuadrilla de
bombarderos B-17 que venían desde el continente.
El ataque comenzó a las 7:53 horas del domingo 7 de diciembre
(hora de Hawái) con una primera oleada de 183 aviones torpederos
que, contando con el factor sorpresa, se encargarían de atacar a la
flota amarrada en el puerto mientras que el grupo de bombarderos
se lanzaría a por las bases aéreas del Ejército para desmantelar
cualquier opción a una defensa del espacio aéreo. La segunda
oleada, formada por 170 aviones, atacó una base aeronaval de la
Marina en pleno centro de Pearl Harbor.
La mayoría de los tripulantes de los buques se despertó con el ruido
de las primeras explosiones de los torpedos y las bombas. Los
marineros no estaban instruidos para una situación así y se
encontraron con barcos en los que los depósitos de armas estaban
cerrados y, por tanto, no tenían con qué cargar los cañones y las
defensas antiaéreas, por lo que el caos de los primeros instantes
fue enorme. Poco a poco, los oficiales y marineros de los barcos
ocuparon sus puestos y pusieron en marcha las defensas logrando
derribar 29 aviones japoneses (nueve en la primera oleada y veinte
en la segunda). El ataque también tomó por sorpresa al Ejército,
que vio cómo se destruían en tierra muchos de sus aviones, aunque
pudo lanzar algunos cazas P-36 Hawk y P-40 Warhawk para intentar
hacer frente al ataque.
Balance de bajas
Tras 90 minutos de ataque, 3.435 estadounidenses (68 de ellos
civiles) habían perdido la vida y 1.178 habían sido heridos. Además,
18 barcos habían sido hundidos, incluyendo cinco acorazados. De
estos acorazados hundidos el más conocido es el USS
Arizona donde murieron 1.102 efectivos al hundirse el barco por la
explosión de una bomba que atravesó el casco y explotó en el
depósito de armas de la nave. El ejército perdió 188 aviones y 155
quedaron dañados durante el ataque, todos ellos fueron atacados
estando en tierra y sin tiempo para poder despegar.
Las fuerzas japonesas también sufrieron bajas, concretamente, 55
aviadores y nueve tripulantes de submarino, además de sufrir la
pérdida de 29 aviones y 74 aviones dañados por fuego
estadounidense.
Las consecuencias del ataque
Al día siguiente al ataque, las fuerzas japonesas comenzaron una
fuerte ofensiva a lo largo de Asia: Hong Kong, Filipinas y Malasia
El Congreso de Estados Unidos declaró la guerra a Japón (con un
único voto en contra, el de la congresista Jeannette Rankin) con el
clamor de la opinión pública estadounidense que había visto cómo
su país había sido atacado sin aviso previo y, por tanto, de manera
traicionera. El Presidente Roosevelt firmó la declaración de guerra
contra Japón pronunciando una frase que perduraría durante los
años al calificar el ataque como: Una fecha que vivirá en la infamia
Con la firma de la declaración de guerra, Estados Unidos entraba de
lleno en la Segunda Guerra Mundial (entrando en guerra con las
potencias del eje: Alemania, Italia y Japón) y orientando toda su
economía hacia el esfuerzo bélico: recaudación, industria y
reclutamiento de efectivos. El sentimiento patriótico y de venganza
se extendió por un país que desconfiaba de los estadounidenses de
ascendencia japonesa (llegando incluso a internarlos en campos de
concentración bajo sospecha de espionaje) y el Comandante Naval
de Pearl Hervor el General a cargo de las fuerzas aéreas de la zona
fueron relevados de sus mandos por no haber dispuesto las
defensas suficientes.
La entrada de Estados Unidos en el conflicto cambiaría el curso de
la guerra, algo que el Primer Ministro Británico, Winston Churchill
recogería en sus memorias: Estando saturado y saciado con
emoción y sensación, fui a la cama y dormí el sueño de los seguros
y agradecidos
Desde un punto de vista táctico, el ataque a Pearl Harbor fue una
maniobra militar sin precedentes y de gran éxito, sin embargo, el
impacto del ataque sobre las fuerzas navales de Estados Unidos no
fue tan grande como esperaba Japón puesto que, al final, tan sólo
quedaron 5 barcos totalmente destruidos y, aún así, se pudo
aprovechar bastante material (como los cañones del Arizona).
Además, los 3 grandes portaviones de Estados Unidos no estaban
atracados en Pearl Harbor aquel día y, por tanto, quedaron fuera de
peligro y disponibles para una acción ofensiva.
Pearl Harbor sería el primer ataque sufrido por Estados Unidos en
su territorio aunque no sería el único ataque que lanzarían las
tropas de Japón. El resto de ataques se quedaron en pequeñas
escaramuzas que tuvieron lugar en Alaska, California u Oregón (en
este caso un avión japonés se lanzó con el propósito de provocar
incendios forestales en el estado de Oregón).
Pearl Harbor en la actualidad
Pearl Harbor sigue siendo una de las principales bases navales de
Estados Unidos pero, además, es un lugar para el recuerdo de los
que murieron en el ataque.
El USS Arizona sigue hundido en el estuario del puerto siendo la
tumba de muchos de los marineros que murieron en este buque
aquel día al igual que otros barcos, como el USS Utah. Sobre el
Arizona se levanta un memorial en el que existe una placa en la que
están grabados los nombres de los que murieron aquel día y es un
lugar de peregrinación de familiares y supervivientes. De hecho, es
habitual que las dotaciones de los buques de guerra que entran
en Pearl Harbor rindan honores al Arizona con un saludo al pasar
por su lado. Pearl Harbor es un hecho que ha sido tratado en
alguna que otra producción cinematográfica como Tora! Tora!
Tora! , uno de las mejores películas que se han rodado sobre este
tema y en la que el gran Akira Kurosawa participó en el guion (y fue
apartado de la dirección porque su visión no era del agrado de los
productores). La película es bastante cercana a la realidad e intenta
mostrar los errores de ambos bandos con bastante objetividad.
ataque a Pearl Harbor
El ataque a Pearl Harbor fue ejecutado por la Armada
Imperial Japonesa en la mañana del 7 de diciembre de 1941.
Fue un ataque sorpresa que planearon los japoneses contra las
flotas marinas (Flota del pacífico) y las fuerzas aéreas estado
unidenses, todo esto transcurrió en Oahu, Hawái.
El objetivo del ataque (dirigido por el vicealmirante Chuchi
Nagumo) era neutralizar a la flota de los estados unidos para no
recibir ataque por un tiempo, para poder conquistar territorios y
formar "La gran Asia japonesa" y salir de los problemas económicos
que Japón estaba teniendo desde hacía 1 año atrás.
El ataque destruyó 13 buques de guerra y 188 aeronaves, y mató a
2.403 militares y 68 ciudadanos estadounidenses
La Flota del Pacífico (objetivo principal a destruir) no estaba en el
puerto y por lo tanto no fueron atacados. Estados Unidos, tardó 1
años y medio para recuperarse de este ataque.
Después del este ataque, el presidente Franklin Delano
Roosevelt (EE.UU.) declaró la guerra a Japón, y cuatro días después,
Hitler declaró la guerra a los Estados Unidos.
La opinión pública estadounidense vio el ataque como un acto de
traición, y la fuerza aislacionista perdió el apoyo popular, que se
volcó fuertemente a favor de la guerra contra las Potencias del Eje
(que eran Alemania, Italia y Japón principalmente).
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