Percepción de Docentes de la Escuela de Medicina Sede Aragua

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Comunidad y Salud
Año 2013,Vol. 11, Nº 1, Ene-Jun
Depósito Legal: pp200202AR1401 - ISSN: 1690-3293
Artículo
P ERCEPCIÓN DE D OCENTES DE LA
ESCUELA DE MEDICINA SEDE ARAGUA
DE LA UNIVERSIDAD DE CARABOBO
SOBRE LA A TENCIÓN EN S ALUD A
POBLACIÓN SEXO-GENERO-DIVERSA.
.........................................................................
PERCEPTION OF TEACHERS FROM THE MEDICINE SCHOOL
DR. WITREMUNDO TORREALBA, CARABOBO UNIVERSITY ON
HEALTH CARE TO POPULATION SEX-GENDER DIVERSE.
Pedro Villasana1
Luis Sánchez2
Gustavo Rojas2
RESUMEN
ABSTRACT
En Venezuela el tema sexo-género-diversidad ha sido
tabú, aún más en nuestros centros de estudios profesionales,
teniendo como consecuencia desconocimiento, estigmatización
y rechazo para dicha población, e innegables impactos
negativos en su situación de salud y calidad de vida. El objetivo
de esta investigación es determinar la Percepción de los docentes
de la Escuela de Medicina Dr. Witremundo Torrealba,
Universidad de Carabobo, sobre la atención en salud a la
población sexo-género-diversa. Se realizó un estudio de corte
transversal, donde participaron 136 docentes de todos los
años de la carrera de Medicina, a través de una encuesta
anónima con preguntas cerradas. Se logró evidenciar que en
los y las docentes de nuestra Escuela de Medicina se mantiene
un rechazo hacia la población sexo-género-diversa; los
docentes están de acuerdo en que la escasa formación del
personal de salud está íntimamente ligada a discriminación y
maltrato a la población sexogénero-diversa. Paradójicamente,
aunque los/las docentes mantienen una posición de rechazo
hacia la población sexo género diversa, homolesbotransfobia;
se evidencian posibilidades para la aceptación de cambios en
la formación de nuevos profesionales de salud, y así disminuir
la estigmatización y el maltrato de la población sexo-génerodiversa en nuestros centros de salud.
In Venezuela the sex gender diversity issue has been
taboo, even more in our professional training centers, with the
consequence of ignorance, stigmatization and rejection for this
population, and our medical school Dr. Witremundo Torrealba
does not escape that. The objective of this research is to determine
the perception of teachers of medical school UCSA, on health
care to sex gender diverse population. This is a cross-sectional
study of field, participants were 136 teachers from all years of
the medical career, and data were collected with a anonymous
survey with closed questions. It was possible to show that the
teachers in our school of medicine remains a rejection diverse
population gender sex, teachers estànde agree that the lack of
training of health is closely linked to discrimination and abuse
in our health centers. Paradoxically, the teachers maintain a
position of rejection of sex gender diverse population, but, in
other way, open possibilities for acceptance of changes in training
new health professionals, and to reduce stigma and mistreatment
of the population sex-gender diverse in our health centers.
PALABRAS CLAVE: Percepción de docentes, atención a la
salud, sexogénerodiversidad.
KEY WORDS: Perception of teachers, attention in health,
sexgenderdiversity.
1
Docente Investigador. Unidad de Investigación y Estudios en Salud Pública. Facultad de Ciencias de la Salud Sede Aragua.
Universidad de Carabobo. 2Médico. Unidad de Investigación y Estudios en Salud Pública. Facultad de Ciencias de la Salud Sede
Aragua. Universidad de Carabobo. Correspondencia: pedrovillasana@hotmail.com
51
Percepción de Docentes de la Escuela de Medicina “Dr. Witremundo Torrealba”, sobre la Atención en Salud a Población sexogénero-diversa.
INTRODUCCIÓN
La diversidad sexual es la puerta de entrada a
un amplio campo de estudio, que pone de manifiesto y
defiende las infinitas y legítimas formas de pensar, sentir
y desear de las personas. De este modo, rompe tabúes y
subvierte esquemas culturalmente determinados, que
han impuesto históricamente caminos únicos para ser y
vivir en el mundo. Aunque ha sido empleado con
frecuencia para referirse a las distintas orientaciones
del deseo sexual de las personas, incluye también las
identidades de género y las diversas formas sexuales
que existen, más allá de las categorías tradicionales y
excluyentes de hombre y mujer.
En este sentido, la diversidad sexual es
cualquier práctica, orientación, discurso o ideología
asociada con la sexualidad alternativa, distinta a la
hegemonía heterosexual, en contraposición a la
ideología androcéntrica y heterosexista.1 Pareciera más
adecuado hablar de sexo-género-diversidad para
referirnos a ella en un sentido integral e integrador.
El estigma, la discriminación y la violencia
contra las personas homosexuales (homofobia y
lesbofobia) y contra la población transgénero, travesti
o transexuales (transfobia), amenazan los esfuerzos para
detener la epidemia de VIH y Sida en América Latina y el
Caribe. Las evidencias indican que esta población, y
especialmente los hombres que tienen sexo con otros
hombres (HSH), son desproporcionadamente afectados
por la epidemia. Sin embargo la discriminación que
sufren, incluso en los servicios de salud, dificulta que
se realicen la prueba del VIH, busquen apoyo y reciban
tratamiento antirretroviral.1
En América Latina, el enorme rechazo hacia la
diversidad sexual, se evidencia en la tardía
despenalización de la homosexualidad en las décadas
de los años 80 y 90, en países como Chile, Ecuador,
Colombia, Nicaragua y Panamá. En estos últimos dos
países de América Latina donde las relaciones
homosexuales eran criminalizadas, se revocaron estas
leyes en el año 2008. En El Caribe, esta medida fue
propuesta durante la 8ª Reunión General Anual de la
Asociación Pan Caribeña contra el VIH/Sida (PANCAP)
en noviembre de 2008, pero la homosexualidad continúa
siendo un crimen en siete países.1
Dos países incluyen en sus nuevas Carta
Magnas la política antidiscriminatoria por orientación
sexual e identidad de género: Ecuador (2008) y Bolivia
(2009). En el caso de Ecuador, que ya enunciaba el
derecho a la no discriminación por orientación sexual
52
en la Constitución aprobada en 1998, ha supuesto
grandes avances como la aprobación de uniones sin
importar el sexo de sus integrantes, el reconocimiento
de familias alternativas (desde abuelos y nietos hasta
parejas del mismo sexo) y la protección legal para ejercer
el derecho a la orientación e identidad sexual.2
En Venezuela subsisten leyes segregacionistas
por razón de orientación sexual o identidad de género.
Al igual que antes, cuando las mujeres o las personas
de razas o religiones diferentes, no gozaban de iguales
derechos, hoy en día las lesbianas, gays, bisexuales,
transexuales, transgénero e intersex, son excluidas y
excluidos de iguales derechos, a pesar de tener iguales
deberes, contraviniendo el principio de la igualdad. Ello
en virtud de prejuicios de distinta naturaleza similares a
los que justificaban la privación de derechos a las
mujeres, personas de diferentes religiones o colores de
piel, inadmisibles en un estado laico y que se diga
respetar los derechos humanos de todas y todos por
igual sin discriminación.3,4
Odio, rechazo o desvalorización que se
expresan a través de discriminación, violencia, violación
de derechos, burla, desprecio exclusión, hasta la
agresión, pueden culminar en el crimen de odio y son
barreras que separan a las personas de los centros de
salud.5
Actualmente la estructura de los servicios de
salud está diseñada para atender solo a hombres y
mujeres (binario), sin tomar en cuenta a la población
sexo-génerodiversa, siendo esto un factor de
discriminación en todos los centros de salud del país.
Además, los Programas de salud también están dirigidos
a la atención hombre-mujer, sin tomar en cuenta las
personas sexo-génerodiversas. Debemos señalar
además, que se desconoce el impacto que en términos
de indicadores de salud estaría provocando esta
situación en la población y, si ese impacto es
invisibilizado por los mismos tabúes.
Esta investigación busca aproximarse a la
situación de la población sexo -género diversa y la falta
de información que hay respecto a ella; las realidades
que se manejan alrededor, y el impacto que tiene en la
atención a la salud de dicha población; por eso tenemos
la necesidad de ahondar en esta materia para dar a
conocer la realidad que se vive en nuestra comunidad
de profesores y la opinión que tienen sobre este tema,
pudiéndose aplicar una estrategia para proporcionar una
mejor visión, mejor entendimiento y una correcta actitud
ante la población sexo -género diversa. Nos planteamos
entonces, determinar la percepción que tienen los
Pedro Villasana; Luis Sánchez; Gustavo Rojas/ pp. 51-57
formadores de profesionales de la salud en cuanto a la
atención en salud de la población sexo-género diversa.
MATERIALES
Y
MÉTODOS
Se trata de un estudio de corte transversal, el cual se
realizo en la Escuela de Medicina Dr.
WitremundoTorrealba de la Universidad de CaraboboNúcleo Aragua, con 136 docentes de dicha escuela, de
todos los años de la carrera de Medicina. Los datos
fueron recolectados mediante una encuesta anónima con
preguntas cerradas, sometida a validación por expertos,
en la que nos planteamos determinar las características
de la población de docentes y su perfil atendiendo a:
sexo, edad, grado de conocimiento que poseen sobre la
población sexo-género-diversa, el posicionamiento ético
y moral, y su percepción respecto a la formación impartida
para atender a dicha población sexogénero diversa en
los centros de salud.
RESULTADOS
Se evidencia que la mayoría de docentes se
encuentra en edades comprendidas entre 41-50 años
(63,97%) a predominio del sexo femenino (66,9%).
Destacó que la religión predominante en los y las
docentes es la católica (77,20%), seguida de la evangélica
(16,9 %).
Los docentes en 89,70 %, desconoce el
concepto sobre sexo-género diversidad. Se evidencia
igualmente que una mayoría de los mismos (56,6 %), no
sabe si en sus grupos de clases tiene o no alumnos
sexo-género-diversos, frente a un 37,5% que señala si
tener conocimiento de ello. Esto añadido a que la mayoría
de los/las docentes (95,60%) no tiene conocimiento sobre
el porcentaje o magnitud mundial de la población de
personas sexogenerodiversa, y que además 54,4%
reconocen no tener trato con dichas personas.
Se pudo constatar que 72,6% de los/las
docentes acepta la convivencia con las personas
sexogénerodiversa, pero 18,5% no acepta y rechaza a
dicha población, en un contexto en el que 96% dice
tener conocimiento sobre la organización de esta
población a nivel mundial, pero 94,1% no tiene
conocimiento acerca de tener un familiar o allegado
sexogénerodiverso.
Por otra parte, 78,7% considera que la
homosexualidad NO es una enfermedad o defecto
genético, sin embargo, 44,9 % opina que la identidad de
género depende del sexo biológico, y 49,3% piensa que
la misma no es determinada directamente por el sexo
biológico al nacer.
En relación al status legal,94,8% tiene
conocimiento acerca de que la sexogénerodiversidad
NO es condenada por las leyes en Venezuela, reportándo
que para 84,4% el comportamiento de esta población no
es condenable desde su punto de vista, y para 9,6% si
lo es. Nótese la variación de 10% entre los resultados
de una y otra respuesta. Así, a la pregunta acerca de si
considera correcto o no que exista diversidad de
orientaciones sexuales, 66,7% responde que SI, mientras
25,2 % expresa que NO, y 8,1% NO SABE o no responde.
El porcentaje de rechazo aumenta progresivamente en
la medida que la pregunta se hace más personal.
En relación a la igualdad en el goce de derechos
por parte de la población sexogénerodiversa frente a la
heterosexual, 97% opina que deben tener los mismos
derechos, y 5 % que no. Encontrándo que 74,8% opina
que los seres humanos deben gozar de la libertad para
asumir la orientación sexual y de género que deseen, en
tanto 14,1% opina que no y 11,1% no sabe o no responde
a la pregunta.
Desde el punto de vista ético, 83,7% de las/los
docentes opina que NO son aceptables las relaciones
sexuales entre personas del mismo sexo, en tanto 8,9%
opina que SI son aceptables, y 7,4% no sabe o no
responde. Se evidencia que la mayoría de los docentes
(53,3%) opina que no debería ser aprobado el matrimonio
homosexual.
Acerca de las condiciones para la atención en
los servicios de salud, 97% opina que SI atendería a la
población sexogénerodiversa en igualdad de
condiciones con la heterosexual en cualquier centro de
salud, lo cual concuerda con la respuesta a la pregunta
acerca de si dicha población sexogénerodiversa debería
ser atendida en espacios diferentes a la heterosexual
donde 90 % responde que NO, que deben ser atendidos
en los mismos espacios sin distinción. Además, 92%
opina que NO deben existir áreas de hospitalización
diferenciadas de las poblaciones masculina y femenina
para la población sexogénerodiversa en los centros de
salud y se reporta que 90,4 % de las/los docentes opinan
que esta población sexogénerodiversa es
ESTIGMATIZADA Y MALTRATADA.
En relación a la formación de las y los
profesionales para la atención a la salud, 84,4 % de las/
los docentes expresan que les hubiese gustado recibir
información acerca de la sexogénerodiversidad durante
su propio proceso de formación profesional. Igualmente
50,4 % opina que actualmente las/los estudiantes de
medicina NO son bien formados e informados acerca de
la temática sexogénerodiversidad, en tanto que19,3%
53
Percepción de Docentes de la Escuela de Medicina “Dr. Witremundo Torrealba”, sobre la Atención en Salud a Población sexogénero-diversa
opina que SI y 30,4 % NO SABE O NO RESPONDE. Por
otra parte, 81,5% opina que SI se deberían incluir
contenidos acerca de este tema sobre sexo-génerodiversidad en las materias del pensum de estudios de
medicina, 5,2 % opina que NO, y 13,3% no sabe o no
responde. Un 85,2% manifiestan que SI impartirían en
sus cátedras información sobre sexogénerodiversidad
a sus alumnos y alumnas, mientras que 10,4 % opinan
que impartir esta información SI puede resultar ofensivo
para sus alumnos y alumnas, en tanto 60,7 % piensa que
NO, y 28,9 % no sabe o no responde.
Finalmente, 10,4% opina que la
sexogénerodiversidad SI es un TABÚ para las/los
docentes de la Escuela de Medicina, en tanto 80,7%
opina que NO lo es, y 8,9 % no sabe o no responde.
DISCUSIÓN
En primer término resalta el alto índice de
confesión acerca de la religión que profesa la población
estudiada (94%), esto pudiera indicar la presencia
mayoritaria de principios y valores de índole religioso
en la población de docentes. Esto concuerda con
diversos estudios y estadísticas que reportan un alto
índice de confesión y/o militancia religiosa en la
población latinoamericana y la venezolana en particular.
Los principios morales de índole religioso pudieran tener
gran peso en la orientación y formación de opiniones
en la población.
Llama la atención la desinformación acerca de
la sexogénerodiversidad que prevalece entre las/los
docentes, no sólo en términos de conocimiento formal
sobre la materia, sino además en cuanto al conocimiento
sobre la presencia o no de personas sexogénerodiversas
en los grupos de estudiantes de los que son
responsables-formadores, desconociendo la magnitud
de esta realidad a nivel mundial y nacional, y
reconociendo además, en un alto porcentaje, no tener
trato con población sexogénerodiversa. Estos
resultados pudieran revelar una actitud o postura
evasiva, que frente a la incomodidad inspirada en
principios morales o religiosos, opta por ignorar o
minimizar la existencia de cierta realidad.
En general se observa, gran aceptación para la
convivencia con la población sexogénerodiversa, sin
que podamos ignorar que cerca de un 20% de las/los
docentes manifiestan posiciones de rechazo y quizás
homofóbicas y, tener en cuenta que 94,1% desconoce
si en su familia o grupo de allegados existen personas
sexogénerodiversas o no.
54
Nuestras/os docentes opinan mayoritariamente
que la homosexualidad no es una enfermedad, lo que
contrasta con la posición que mantiene el Manual
Diagnóstico y Estadístico de las Enfermedades Mentales
IV (DSM-IV, por sus siglas en inglés), publicado por la
Asociación Americana de Psiquiatría (APA, por sus
siglas inglés), y la Clasificación Internacional de
Enfermedades (CIE-10), de la Organización Mundial de
la Salud (OMS) en la que establecen la homosexualidad
como enfermedad mental.6 Esta es una discusión que
tiene mucha vigencia, pues diversos grupos y
organizaciones mantienen posturas diferentes, desde
quienes promueven la despatologización de la diversidad
hasta aquellos grupos (fundamentalmente transexuales),
que reivindican a la transexualidad como una condición
que debe ser "tratada" quirúrgicamente, esto en función
de incluir a las intervenciones de cambio de sexo en el
rango de tratamientos y por lo tanto objeto de cobertura
de la seguridad social; esta inclusión como "condición",
o patología, está generando muchas controversias.
El "determinismo" biológico del sexo sobre el
género, nos muestra resultados poco concluyentes en
uno u otro sentido, lo cual podría reproducir la
representación hegemónica que existe en nuestra
sociedad, con una arquitectura binaria de base
positivista, para la cual la concepción del género como
"constructo social" resultaría de difícil aceptación. Por
añadidura, la formación profesional de la población
participante en el estudio es netamente positivista
(medicina y bioanálisis), y estaría moviéndose en su
territorio de seguridad, como es la biología.
El conocimiento de la legalidad, y su relación
con la legitimidad atribuida y reconocida reporta
resultados interesantes, pués no obstante, manifestar
en un 94,8% conocer la situación legal de la
sexogénerodiversidad en Venezuela, en la medida en que
la exploración se desplaza al terreno de la legitimidad, el
porcentaje de aceptación va disminuyendo
progresivamente a un 84,4%, hasta llegar a un 66,7% al
momento de aceptar como éticamente correcta la
diversidad de orientaciones sexuales.
Estos resultados concuerdan con el preámbulo
de nuestra Carta Magna venezolana7 que establece una
sociedad democrática donde se asegure el derecho a la
vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, la justicia
social y a la igualdad sin discriminación; con el Artículo
3, que asigna al Estado la defensa y el desarrollo de la
persona y el respeto a su dignidad; en el Artículo 20
señala que toda persona tiene derecho al libre
desenvolvimiento de su personalidad y en el Artículo
21 establece que todas las personas son iguales ante la
Pedro Villasana; Luis Sánchez; Gustavo Rojas/ pp. 51-57
ley y no se permitirán discriminaciones fundadas en raza,
sexo, credo, o condición social7. Así mismo nuestra Ley
Orgánica del Trabajo, en su Artículo 26, prohíbe toda
discriminación en las condiciones de trabajo basada en
edad, sexo, raza, estado civil, credo religioso, filiación
política o condición social. 4,8 Hasta aquí todo bien.
Sin embargo, en el marco legal de Venezuela
persiste un fuerte rechazo hacia
la
sexogenerodiversidad, como lo expresado en el Artículo
88 de la Ley Orgánica del Trabajo donde se establece
que el Estado garantizará la igualdad y equidad de
hombres y mujeres en el ejercicio del derecho al trabajo,4,8
discriminando a la población sexogénerodiversa (fuera
de dicha clasificación); al igual que el Artículo 77 de la
Constitución, que protege el matrimonio entre un hombre
y una mujer …, excluyendo así a la población sexo género
diversa de dicho derecho constitucional. Esto concuerda
con la mayoritaria posición de rechazo que presento la
población de docentes de la Universidad de CaraboboNúcleo Aragua, hacia el matrimonio homosexual. 7
Resulta contradictorio aceptar la diversidad, y rechazar
por NO ACEPTABLES las relaciones sexuales entre
personas del mismo sexo y oponerse frontalmente al
matrimonio homosexual. ¿De qué estamos hablando
entonces?, ¿de relaciones asexuadas?. Tanto el texto
constitucional, como las respuestas de las/los docentes
resultan contradictorias.
De la población participante en el estudio, un
97% opina que SI atendería a la población
sexogénerodiversa en igualdad de condiciones con la
heterosexual, 90% opina que NO debería ser atendida
en espacios diferentes a la heterosexual, y 92% opina
que NO deben existir áreas de hospitalización
diferenciadas de las poblaciones masculina y femenina
para la población sexogénerodiversa; no obstante,
reconocer en un 90,4% que es estigmatizada y maltratada
en los centros de atención. Las/los docentes parecen
optar por ignorar el problema, o ¿no atreverse a proponer
cambios?, aún y cuando la evidencia empírica nos ha
mostrado como ésta práctica de atención indiferenciada
es generadora de maltrato en los centros de salud. En
este sentido la discusión está abierta, desde posiciones
que afirman que la atención diferenciada favorecería
mayor exclusión, hasta quienes defienden que diluir la
diversidad en una atención que ignore las
particularidades de género y orientación sexual,
incrementa los riesgos y no favorece una atención
equitativa.
Tratar en los mismos lugares, y atender en
igualdad de condiciones a la población
sexogénerodiversa no tiene el resultado deseado, y los/
55
las docentes confirman que en nuestros centros de
salud la población sexo género diversa es estigmatizada,
concordando con Basso, 9 quien señala entre las
prácticas discriminatorias a las que son expuestas la
población sexogénerodiversa por parte de los y las
trabajadores/as de salud, entre otras, el maltrato
sistemático, los prejuicios, la negación a ser atendidos
o demoras en el tratamiento por su condición, el maltrato
en las salas de espera y el hecho de ser internados en
salas por su sexo biológico, y no por su orientación.
Todas estas prácticas se entretejen, de manera que
avanzan en el camino de la desvalorización de las
personas sexo género diversas.9
Las actuales condiciones de funcionamiento
del sistema de salud, entre las que encontramos una
amplia burocratización, falta de infraestructura adecuada
a razón de la demanda, etc., se convierten en una barrera
para el acceso equitativo de amplios sectores sociales
que dependen del servicio público para el cuidado y la
atención de su salud.9 Si a esto añadimos la posibilidad
de ser discriminados/as y maltratados/as por un personal
sin la preparación adecuada, no debe extrañarnos que
la población sexo género diversa acuda tardíamente a
buscar atención para su salud.
Nuestros resultados concuerdan con un
estudio realizado por la Organización Internacional del
Trabajo (OIT), que trata sobre la violencia que se origina
en violación de los derechos constitucionales.5 Los y
las docentes parecen tener claro, cuáles son algunos
mecanismos generadores de violencia y de
discriminación, y además cuáles correctivos son
necesarios realizar. Uno de estos mecanismos pudiera
ser combatir dicha problemática desde la construcción
de un nuevo punto de vista, que pudiera ser la formación
del personal de salud.
Acerca de los procesos de formación
profesional, 84,4% de las/los docentes expresan que les
hubiese gustado recibir información acerca de la
sexogénerodiversidad durante su propio proceso
educativo. Esto puede significar un reconocimiento
autocrítico de sus propias debilidades de preparación
para el manejo del tema. Además 50,4% opina que las/
los estudiantes NO son bien formados e informados
sobre este tema, unido a un 30,4 % que NO SABE O NO
RESPONDE, revelando una mezcla de desinterés,
impotencia y un nuevo intento por subestimar y
desvalorizar la situación.
Un 81,5% opina que se deberían incluir
contenidos acerca del tema en el pensum de estudios de
medicina, y 85,2% manifiestan que SI impartirían en sus
Percepción de Docentes de la Escuela de Medicina “Dr. Witremundo Torrealba”, sobre la Atención en Salud a Población sexogénero-diversa
cátedras información sobre sexogénerodiversidad a sus
alumnos y alumnas. En tanto 10,4% opina que impartir
esta información puede resultar ofensivo para sus
alumnos y alumnas, en tanto 60,7% piensa que no, y
28,9% no sabe o no responde. Parece haber una posición
entre la disposición y el desconcierto. La rigídez y el
apego a las posiciones socialmente "aceptadas" de los
pensum de estudios, así como los complicados
mecanismos para producir cambios, podrían estar
funcionando como obstáculos o mecanismos
disuasivos, obligando a la pregunta por la autonomía y
la libertad de cátedra en nuestras universidades.
Nuevamente concordamos con el estudio de la
OIT, que recomienda la necesidad de formación del
personal que labora en los centros de salud para hacer
frente a la violencia en el trabajo, y que esta debe basarse
en un conjunto de medidas y ha de impartirse de manera
continua o periódica, según las necesidades concretas,
a todos los trabajadores y a sus representantes, a los
supervisores y a los directores.5 Podemos preguntar
entonces: si las condiciones y la disposición del
personal docente son favorables a la incorporación de
la sexogénerodiversidad en la formación, ¿Qué lo está
impidiendo?.
La sexualidad forma parte integral de la
personalidad, y su ejercicio placentero es básico para el
bienestar individual y social de las personas; por lo
tanto, discriminar o reprimir a personas con orientación
sexual diferente a la heterosexualidad normativa, es
negarles su condición humana y reducir sus derechos
ciudadanos. 2 Estos resultados, muchas veces
contradictorios, pueden ser indicios del peso que
podrían estar representando las posturas morales y/o
éticas de la población estudiada al momento de fijar
posición ante un fenómeno que pueda resultarles
incómodo, conflictivo, o pecaminoso…, y sobre todo al
momento de traducir en la práctica las posiciones
favorables frente a la población sexogénerodiversa que
manifiestan en algunos casos.
CONCLUSIONES Y RECOMENDACIONES
Los/las docentes reconocen su propio déficit
de formación sobre el tema, y expresan que los/las
estudiantes no han sido ni son formados/as sobre el
tema sexo génerodiversidad, a pesar de la necesidad y
de su obligación de atender a dicha población sin
discriminación de ningún tipo. Además reconocen
empíricamente del impacto que esto provoca en la
situación de salud de la población, aún y cuando este
impacto no haya sido sistematizado y estudiado
apropiadamente.
Muestran disposición a impartir información
sobre la sexogénerodiversidad y reconocen que se
debería añadir al pensum de estudios de la carrera
materias con contenido pertinentes. El tema no es un
tabú entre la población de docentes, abriendo así un
abanico de posibilidades para incorporar en nuestras
universidades este tema, y además nos confirman que
les hubiese gustado que durante su formación como
profesionales hubiesen impartido información. La tarea
es diseñar y poner en práctica los necesarios mecanismos
de intervención para dar urgente respuesta a esta
situación.
Esta disposición positiva se paraliza cuando
nuestra población de docentes debe asumir posturas
prácticas y concretas que vayan más allá del ámbito
universitario y académico; con una población docente
mayoritariamente religiosa y posiblemente apegada a
esos valores y principios por encima del respeto a la
Constitución y los Convenios Internacionales suscritos
por Venezuela. Se paralizan frente a sus propias posturas
morales y éticas, que estarían provocando la inacción y
falta de iniciativas para dar respuestas a esta
problemática desde su ámbito de acción. Son docentes,
pero no dejan de ser los hombres, mujeres y
posiblemente otros, sujetos a prejuicios y
condicionamientos sociales.
Por último, las posturas morales que se
encuentran posicionadas en buena parte de nuestro
todavía atrasado e inconstitucional Marco Legal, en
nuestras instituciones de diverso tipo, y sobre todo en
el imaginario colectivo de nuestra nación, representan
evidentes obstáculos al ejercicio libre de la ciudadanía.
El trabajo legislativo, pero sobre todo el trabajo por el
respeto al Ser Humano son indudablemente tareas
pendientes para la construcción de una Sociedad cada
vez más democrática, justa y solidaria.
56
Pedro Villasana; Luis Sánchez; Gustavo Rojas/ pp. 51-57
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Recibido: Diciembre, 2012
Aprobado: Marzo, 2013
57
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