1 ¿PUEDEN SER INNOVADORAS LAS ACTIVIDADES PRIMARIAS

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¿PUEDEN SER INNOVADORAS LAS ACTIVIDADES PRIMARIAS?. EL,
CASO DEL CULTIVO DE MEJILLÓN EN GALICIA.
Gonzalo Rodríguez Rodríguez, Dpto. de Economía Aplicada da Universidade de
Santiago de Compostela.
FF. CC. Económicas e Empresariais. Av. do Burgo das Nacións, s/n.
15.704. Santiago de Compostela.
Tlf. 981.56.31.00, ext. 11.576
eagrr@usc.es
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RESUMEN.
¿Poden ser innovadoras Las actividades primarias?. EL caso del cultivo de mejillón en Galicia.
Desde un punto de vista teórico, las actividades primarias pueden ser innovadoras, sin embargo es
bastante inusual encontrar investigaciones conclusivas al respecto. Para explorar esta cuestión analizamos
el cultivo de mejillón en las rías gallegas, ya que este sector muestra particulares síntomas de dinamismo
(como altas ratios de inversión, continuos incrementos del ingreso y de los precios, etc). Nuestro objetivo
es conocer cuales son las causas de este dinamismo y, considerando sus características específicas y su
modelo de organización productiva, si puede ser considerado o no un ejemplo de actividades primarias
innovadoras.
A tal fin empleamos en concepto de milieu innovador, como instrumento para acotar el conjunto de
relaciones productivas susceptibles de explicar los procesos de innovación en este sector, así como para
caracterizar su estructura organizativa. Basándonos en este modelo podemos definir la extensión del
sistema productivo de la miticultura; así mismo podemos observar la importancia del conocimiento,
particularmente de aquel de tipo tácito, en el proceso de crecimiento; las relaciones con la industria
auxiliar y proveedora y, en definitiva, determinar el tipo de comportamiento innovador propio de esta
actividad .
Palabras clave: distrito industrial, milieu, innovación, miticultura.
Clasificación JEL: O0 (Economic development, tecnnological change)
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¿PUEDEN SER INNOVADORAS LAS ACTIVIDADES PRIMARIAS?. EL, CASO DEL
CULTIVO DE MEJILLÓN EN GALICIA.
Gonzalo Rodríguez Rodríguez.
Dpto. de Economía Aplicada da Universidade de Santiago de Compostela.
Introducción.
El análisis de los procesos de innovación y desarrollo cuenta en la actualidad con una vasta literatura
procedente de diversas aproximaciones heterogéneas (milieux innovateurs, sistemas regionales de
innovación, nueva economía industrial, clusters y eficiencia colectiva, teoría evolucionaria de la
innovación), que han demostrado las profundas conexiones entre el dinamismo de los sistemas
innovadores locales y la existencia de relaciones formales e informales de cooperación dentro de estos
sistemas (Audrestch and Feldman 1996; Becattini, 1990; Breschi and Lissoni, 2001, Keeble and
Wilkinson, 1999; Rabellotti, 1997; Saxenian, 1994; Schmitz, 1999; Storper, 1995). Estas interacciones
facilitan da circulación de las ideas y el conocimiento y su apropiación por los actores locales y,
finalmente, favorecen la dinámica competitiva de los sistemas locales de producción (Breschi and
Malerba, 2001; Capello and Faggian, 2005; Paniccia, 2002). En consecuencia, las firmas integradas en los
sistemas locales han de invertir individualmente en innovación y formación para beneficiarse de al
atmósfera industrial y construir su propia base de conocimiento y, al mismo tiempo, reforzar sus redes
internas e externas de aprendizaje y captación de información.
Cuando nos adentramos en este campo para analizar los procesos de innovación es muy poco
usual encontrar investigaciones conclusivas al respecto, siendo escaso el bagaje de conocimiento de que
disponemos. Algunas de las aportaciones al respecto de que disponemos sostienen explícitamente la
capacidad innovadora de las actividades primarias (Mendez, 2001). En otros casos esa capacidad se
infiere en la afirmación de que las empresas situadas en sectores maduros que no son intensivas en I+D
pueden ser igualmente innovadoras (Asheim e Isaksen, 2001). Entre las aportaciones más recientes al
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respecto estaría la propuesta de los arranjos (Cassiolato et al, 2002), que traslada la idea de sistema
locales de innovación a actividades primarias, sectores industriales maduros, etc.
En este sentido es nuestro objetivo, contribuir a la discusión en este aspecto, trasladando el
debate al cultivo de mejillón en las rías gallegas. Esta actividad ha mostrado en los últimos años
particulares síntomas de dinamismo (altos niveles de inversión en capital fijo, continuos incrementos del
ingreso y de los precios, aumento de la productividad, etc), de modo que intentaremos establecer cuales
son las causas de este dinamismo y si, tomando en consideración las características de su modelo de
organización productiva, puede ser considerado un sector primario innovador.
Este trabajo constituye un primer paso en esta dirección, quedando limitado a una aproximación
cualitativa a la caracterización de la miticultura como sistema productivo territorial. En este sentido
somos conscientes de la necesidad de completar este trabajo mediante abordajes cuantitativos de la
cuestión. En particular, dado que consustancial a la idea de sistema productivo local es la interacción
entre los agentes, sería este el aspecto que sería necesario contrastar. A este respecto la teoría de redes
(Wasserman and Faust, 1994), constituye un marco analítico adecuado para captar información relacional
a nivel de empresa y territorio.
Con este propósito, el primer paso de este trabajo será realizar una breve reflexión sobre el
concepto de innovación, de cara a acotar el amplio espectro de las definiciones al uso, así como las
limitaciones que para este trabajo implican estas definiciones.
El siguiente paso es establecer el patrón de uso de la tecnología en el cultivo de mejillón, usando
la taxonomía de Bell y Pavitt. A través de este modelo podremos establecer la senda tecnológica de esta
actividad y obtener ciertas consideraciones a cerca del uso esperable de la tecnología en esta actividad.
Una vez establecidos estos aspectos previos, el siguiente asunto será la caracterización de la
miticultura como milieu (Maillat, Grosjean, 1999). Basándonos en este modelo teórico podemos definir a
extensión do sistema productivo da miticultura. Así mismo podemos observar la importancia que el
conocimiento tácito en el proceso de crecimiento, la relaciones con la industria auxiliar y proveedores y,
finalmente, establecer las características de este sistema.
Sobre el concepto de innovación.
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Seguramente fruto de la amplitud y consolidación del análisis económico de la innovación, actualmente
resulta poco frecuente encontrar en la literatura más reciente definiciones explicitas de innovación. La
especialización que ha alcanzado el debate provoca, además, que el foco se concentre en aspectos mucho
más específicos, cuyo tratamiento conceptual y metodológico si se aborda en detalle.
En este caso, sin embargo, es necesario revisar y reflexionar sobre el marco conceptual, ya que
pretendemos adentrarnos en un ámbito donde no sólo la literatura es más escasa, sino que determinadas
convenciones establecidas sobre los procesos de innovación muestran las aristas propias de un
En primer lugar, y a pesar de la amplia difusión que determinadas definiciones de innovación
han alcanzado, no es posible afirmar que exista una única definición generalmente aceptada, de hecho,
parte del debate sigue estando ligado a la determinación de que actividades y
Como punto de partida para esta revisión tomaremos las aportaciones al debate de Schumpeter,
dada el profundo impacto que tuvieron el la literatura posterior. Schumpeter (1976, 77) considera que
existe innovación cuando estamos ante uno de los cinco casos que a continuación se exponen:
A. Introducción de un nuevo bien (es decir, uno que no es todavía familiar a los consumidores)
o de una nueva calidad de un bien.
B. La introducción de un nuevo método de producción, esto es, de uno no probado por la
experiencia en la rama de producción de que se trate, que no precisa fundamentarse en un
descubrimiento nuevo desde el punto de vista científico y puede consistir simplemente en
una forma nueva de manejar comercialmente una mercancía.
C. La apertura de un nuevo mercado, esto es, un mercado en el cual no haya entrado la rama
especial de la manufactura del país de que se trate, a pesar de que existiera anteriormente
dicho mercado.
D. La conquista de una nueva fuente de aprovisionamiento de materias primas o de bienes
semifacturados, otra con independencia de si ya existía o de si hay que crearla.
E. La creación de una nueva organización de cualquier industria, como la de una posición de
monopolio o bien la anulación de una posición de monopolio existente con anterioridad.
Tal planteamiento implica una notoria radicalidad en cuanto a la consideración de lo que es
innovación, refiriéndose a acciones, productos y procesos completamente nuevas desde una perspectiva
sectorial. En consecuencia, quedan excluidas, entre otras las innovaciones incrementales. En esta
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dirección se dirige la crítica de Baumol (1993), quien argumenta que la taxonomía de Schumpeter no
incluye aquellas actividades innovadoras que aprovechan tecnologías ya disponibles y válidas,
generalmente mediante modificaciones que se adapten a las necesidades específicas; así mismo, excluye
procedimientos especulativos que puedan producir innovaciones procedimentales (caso de una nueva
táctica legal).
No obstante, el pensamiento de Schumpeter sigue inspirando a aquellos que consideran que una
definición demasiado laxa de innovación constituye una desvirtualización o vanalización del fenómeno,
provocando un marco difuso e, incluso, confuso de análisis. En este sentido Godinho (2004) propone
como definición: a world level first introducction and application of certain advance with technological
nature or another. Tal definición, mide la innovación en función de un punto de llegada, que sería la
frontera tecnológica. De este modo, aquellos que están acometiendo sucesivas mejoras, si estas no sitúan
a la empresa en la vanguardia tecnológica del sector o rama de que se trate, no serían innovaciones. Una
parte del pensamiento económico tiende a considerar que esos últimos serían imitadores (COTEC, 1996,
27).
El planteamiento que acabamos de exponer tiene la ventaja de establecer un parámetro
discriminatorio claro a efectos de establecer lo que es innovación y lo que no lo es, si bien, y como
consecuencia de este carácter restrictivo, excluye aquellas mejoras incrementales o adquiridas a través de
proveedores.
Bajo un prisma como el anterior (y llevando la definición a nuestro ámbito de análisis) serían
innovadoras las actividades de biotecnología (la primera introducción a nivel mundial de un transgénico,
por ejemplo), caracterizadas por un esfuerzo sistemático y formalizado para la generación de nuevos
conocimientos. Más difícilmente serían innovadoras las restantes industrias alimentarias, quines dependen
en gran medida de otras industrias y de la investigación pública para renovar su tecnología (Rama, 2005,
4)
Otras definiciones contemporáneas ponen, sin embargo, el acento en el punto de partida: Innovar
es al fin y al cabo incorporar conocimiento a la producción para renovar o mejorar la misma (Méndez,
2001). Tal planteamiento, coincidente con la muy difundida idea de que la innovación es toda mejora de
producto, de proceso, de gestión o de organización, basa el carácter innovador en la superación de algún
estado previo, siendo este el que define el carácter de innovación e no tanto (o no sólo) el carácter radical
de novedad.
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El amplio rango de definiciones aceptadas de innovación incluye aún otros aspectos que no
hemos considerado. Así Vence (1998) sostiene que innovación es: conjunto de traballos creativos que se
emprenden dun modo sistemático co fin de aumentar o volume de conocimientos, incluidos o
conocimiento do home, a cultura e a sociedade, así como o empleo desa suma de conocimientos para
concebir novas aplicacións. Es este caso se pone el acento en el carácter sistemático de las actividads
emprendidas y se deja abierto el carácter novedoso de las aplicaciones concebidas.
La variedad de acepciones ha provocado el surgimiento de determinadas tentativas de síntesis.
Un buen ejemplo de ello, que citamos además por si notable significatividad, es la definición que
encontramos en el 3er Community Innovation Server (CIS) (Comunidad Europea, 2004; 288): “An
innovation is a new or significantly improved product (good or service) introduced to the market or the
introduction within an enterprise of a new or significantly improved process. Innovations are based on the
results of new technological developments, new combinations of existing technology or the utilisation of
other knowledge acquired by the enterprise”. En este caso el carácter de mejora refiere a una situación
anterior, si bien al exigírsele un determinado grado a esa mejora, aproxima esta definición a aquellas que
se referencian en la frontera tecnológica. No obstante, la cuantificación y concreción de esa “mejora
significativa” genera un relevante problema metodológico, cuya resolución, en el caso del CIS, se ha
dejado en buena medida en manos de los agentes que contestan el cuestionario, pues son ellos los que ha
de interpretar si las mejoras que han introducido son significativas o no.
En definitiva, parece que pudieran ser tres los puntos cardinales que determinarían la realización
de actividades innovadoras.
ƒ
Un punto de partida, cuya superación determinaría el carácter de mejora.
ƒ
Un punto de llegada, por cuanto la mejora ha de ser significativa, la que implica un salto
cualitativo hacia la frontera tecnológica.
ƒ
El carácter sistemático, por oposición a la realización de actividades aisladas o puntuales.
Y aún podría ser introducida una cuarta dimensión, ya explicitada en el plateamiento de
Schumpeter, referente al carácter sectorial de la innovación, pues cada sector ha de innovar de acuerdo a
la senda tecnológica y pautas competitivas que le son propias. Más aún, si aceptamos que los territorios
también compiten (Porter, 1991) debemos aceptar que la innovación pueda referenciarse a nivel
local/regional. Es decir, que puedan existir innovadores locales cuya capacidad de cambio supera a la que
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es propia del territorio en el que se localizan. Desde este punto de vista la innovación se concibe con
independencia de que pueda constituir una rutina para otras empresas (COTEC, 1996, 28) o territorios.
En consecuencia, desde nuestra perspectiva, aquellas actividades sistemáticas y formalizadas que
contribuyan a la generación de nuevos productos, procesos, métodos u organizaciones, son
indudablemente innovaciones, pero también los son aquellos resultados basados en la experiencia, en la
experimentación práctica, en la imitación adaptativa o creativa y, en definitiva, las mejoras incrementales.
Pensamos además, que es esta la única senda de que disponen determinados sectores y actividades para
nacer, sobrevivir y consolidarse, antes de generar las capacidades que les permitan acceder a otras fuentes
de conocimiento.
Una vez establecida esta conceptualización de la innovación (proceso de mejora significativa de
acuerdo a las exigencias tecnológicas de cada sector) debemos indicar que no existen (salvo en lo que ser
refiere a definiciones muy restrictivas de innovación) consideraciones formales que impidan establecer la
hipótesis de que un sector primario pueda ser innovador. Sin embargo, la literatura soslaya de hecho este
tipo de actividades, por lo que salvo algunas aportaciones recientes es escasa la atención que se le ha
prestado, de modo que el acervo científico es aún reducido.
En este sentido, nuestro propósito es comprobar si de acuerdo a las pautas propias de este tipo de
actividades la miticultura es capaz de innovar (de superar mediante esfuerzos sistemáticos los sucesivos
estadios productivos) y como, en su caso, se produce la creación y acumulación tecnológica.
La dinámica económica de la miticultura gallega.
La producción de mejillón, tal y como se practica actualmente en las rías gallegas, es fruto de una senda
productiva y tecnológica relativamente corta, ya que no es hasta 1946 cuando se instalan las cuatro
primeras bateas en la Ría de Arousa. El conocimiento productivo inicial de que se disponía era tan escaso,
que el descubrimiento del método de cultivo (en bateas) se produjo después de varias tentativas fallidas
en las que se pusieron a prueba las intuiciones que el promotor, Alfonso Ozores Saavedra, tenía. Desde
entonces ha sido necesario desarrollar todos los aspectos técnicos de la producción: la estructura de la
batea, el sistema de flotación, el sistema de fondeo, el número y colocación de las cuerdas, el método de
cultivo, el diseño de los barcos, etc.
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La supervivencia y consolidación de esta actividad casi sesenta años después da muestra de la
capacidad de aprendizaje desarrollada, definiendo una trayectoria tecnológica propia. A efectos de
caracterizar la estructura y dinámica actual de esta actividad en la actualidad expondremos a continuación
aquellos elementos que resultan más representativos.
La producción de mejillón a la altura de 1999 generaba 7.141 empleos equivalentes a tiempo
completo (Rodríguez, 2003), con una producción que si en términos de volumen viene situándose en los
últimos años en torno a las 250.000 toneladas, en términos de valor superaba para ese mismo año los 94
millones de euros (García Negro, 2003). Tal volumen de producción representa el 98% de la producción
total española y la mitad, aproximadamente, de la producción europea. Datos, estos últimos, que reflejan
el grado de consolidación de esta actividad.
A efectos de completar esta rápida caracterización de la estructura productiva, cabe indicar que
el cultivo se lleva a cabo en 3.338 bateas, que forman parte de un máximo1 de 1.735 explotaciones, siendo
la tipología dominante la pequeña explotación (1 o 2 bateas) de carácter familiar. No obstante, debemos
indicar que esta actividad está liderada por un grupo de firmas de mayor dimensión con estructuras
empresariales propias del capitalismo avanzado.
En cuanto a la dinámica de esta actividad citaremos tres aspectos que consideramos
representativos, la evolución de los precios, la inversión y la evolución de la productividad.
1
La presencia comprobada de relaciones productivas informales, generalmente en base a lazos familiares, hace que el
tamaño real de las explotaciones (la unidad en la que se organiza el trabajo) sea superior a lo que indica la titularidad
de las bateas (García Negro et al, 2002), sin que conozcamos con precisión la total extensión y determinación de estas
relaciones.
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Ilustración 1. Evolución de los precios del mejillón2. 1990-2002. (Pesetas)
140,0
120,0
100,0
80,0
Fresco
Industria
60,0
40,0
20,0
0,0
1990 1991 1992 1993 1994 1995 1996 1997 1998 1999 2000 2001 2002
Fuente: OPMEGA.
En primer lugar, podemos comprobar como a lo largo de la última década, los precios han
mostrado, en general, una tendencia creciente, en particular a partir de 1996. Debemos subrayar el hecho
de que a partir de este año, en el que debido a la presencia prolongada de biotoxinas en las rías la
producción extraída fue reducida, el crecimiento de los precios se acompañó de incrementos en el
volumen de producción (si bien este se encuentra ya estabilizado en torno a las 250.000 toneladas), lo que
da muestra de la creciente capacidad de valorización de la producción en el mercado.
Tabla 1. Variación de la Formación Bruta de Capital Fijo (FBCF) en la miticultura, 1995-1999.
Miticultura
FBCF 95
(Pesetas)
FBCF 99
(Pesetas)
2.864.377
5.817.455
FBCF/PE 95
32,6%
FBCF/PE 99
37,0%
Tasa de
variación
103,1%
Fuente: Elaboración propia, en base a cuestionarios empregados en TIOPC 95 e TIOPCE 99.
Como se puede observar (Tabla 1), la miticultura no solo ha incrementado el volumen de su
inversión productiva, hasta duplicarlo en términos corrientes en el plazo de 4 años, sino que también ha
incrementado su esfuerzo inversor, hasta alcanzar el 37% del valor de su producción efectiva y lo hace,
2
En la actualidad carecemos de series estadísticas oficiales sobre los precios de mejillón con suficiente amplitud y
fiabilidad como para ser utilizadas en un análisis de estas características, por lo que hemos tenido que recurrir a un
fuente alternativa. Se trata de los datos procedentes de la principal central de ventas mejillonera, que al agrupar a más
del 60% de los productores, nos ofrece una imagen suficientemente representativa, cuando menos, de la tendencia
seguida por la evolución de los precios.
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además, partiendo de un nivel de esfuerzo ya elevado. Por otra parte, esta inversión es esencialmente neta,
ya que el volumen de las amortizaciones se sitúa en el 13% del total de la FBCF, siendo el principal
componente la compra de barcos auxiliares (Rodríguez, 2003, pp. 178). Es decir, se está produciendo una
notable ampliación y renovación de la capacidad productiva de esta actividad.
Tabla 2. Productividad del Empleo. 1995, 1999.
Total sectores
España
VABpb (Mpta)
Empleos
VAB por empleo (pta)
67.962.148
13.733.700
4.948.568
VABpb (Mpta.)
Empleos
VAB por empleo (pta)
Crecimiento de la
Productividad 1995-1999
85.042.380
15.402.600
5.521.300
Total sectores
Total Pesca
Galicia
Galicia
1995
3.767.448
138.066(a)
1.000.400
37.983
3.765.942
3.634.941
1999
4.608.122
s.d.
1.026.100
s.d.
4.490.909
s.d.
11,6%
19,2%
Miticultura
Gallega
6.226
5.110
1.218.395
11.842
7.141
1.658.273
36,1%
Fuente: INE, 2003; FBBV, 2000; TIOPC 95 y elaboración propia
En cuanto a la productividad del empleo, si bien esta es aún baja en comparación a la media de la
economía gallega y española, es de destacar el más rápido crecimiento que experimenta y lo hace,
además, incrementando el número de empleos en proporción superior a la del conjunto de la economía.
En definitiva, la miticultura gallega está inmersa en un proceso de cambio que está afectando a
todos los elementos de su estructura productiva; el modo de empleo del capital y el trabajo están a
sufriendo modificaciones objetivables, cuyo fin es la mejora de la productividad, cuya consecución nos
proporciona una cierta medida de éxito y dinamismo.
Dado que la innovación es fruto de la exigencia de continuos incremento de la productividad
presente en todos los sectores económicos, y dado que, como hemos visto, esta ha aumentado
significativamente, debemos preguntarnos por el papel que aquella ha podido jugar en este proceso, así
como por su articulación en el sistema productivo.
El patrón de uso de la tecnología en la miticultura.
Un paso previo al análisis económico de los procesos de innovación en la miticultura es la definición da
su base tecnológica. Solo una vez establecidas las pautas de empleo del conocimiento propias de una
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determinada actividad podemos establecer la adecuación de sus capacidades y patrón de uso de la
tecnología a las exigencias de su entorno productivo y tecnológico. No es esperable la misma intensidad
en le esfuerzo innovador (medido por I+D o por patentes) en un sector maduro o en uno de alta
tecnología, existiendo una serie de posibilidades intermedias según el grado de vinculación con la ciencia
y el grado de madurez de la trayectoria tecnológica de ese sector (Vence, 2001, 329). La base tecnológica
no es una característica aislada, si no que está en consonancia con las características de las empresas, sus
estrategias competitivas, el tipo de consumidores a los que se dirige, etc, de modo que el esfuerzo
innovador estará vinculado al rol que este juegue en la formación de la ventaja competitiva en la actividad
en cuestión.
Para la definición e clasificación das pautas de empleo da tecnología da miticultura adoptamos a
metodología propuesta por Bell e Pavitt (1993), desarrollada sobre la taxonomía previamente realizada
por Pavitt (1984). Su modelo está basado en la evidencia empírica obtenida a partir de detallados estudios
de innovación a nivel de empresa y de estudios agregados sobre pautas de innovación en las principales
empresas de economías desarrolladas a lo largo de las últimas décadas. Como todas las modelizaciones,
esta clasificación supone un proceso de generalización sobre la realidad observada a efectos de establecer
rasgos comunes que permitan identificar modos de comportamiento y empleo de la tecnología en los
procesos productivos, en particular en países industrializados. Las actividades sometidas a esta
clasificación, la miticultura por ejemplo, aun presentando especificidades, en lo substancial son
explicables mediante este método de análisis.
En el caso que nos ocupa son observables las siguientes pautas de comportamiento en relación a
la acumulación tecnológica (Rodríguez, 2003):
ƒ
El cambio tecnológico procede fundamentalmente de los proveedores de maquinaria y de otros
tipos de inputs.
ƒ
La mayor parte de la tecnología es transferida internacionalmente incorporada a los bienes de
capital.
ƒ
La acumulación tecnológica se centra, sobre todo, en los procesos de producción.
ƒ
El tamaño típico de las empresas es de pequeña dimensión.
ƒ
El aprendizaje a través de la producción y los proveedores son las principales fuentes de
acumulación tecnológica.
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Tales comportamientos resultan identificables bajo la categoría de empresas dominadas por los
proveedores. No obstante, debemos realizar una matización a esta denominación, ya que si bien es cierto
que la principal forma de acumulación tecnológica cuantificable es la adquisición de bienes de capital, y
en este sentido es cierto que el sector depende del esfuerzo en innovación de sus proveedores para
innovar, también lo es que las innovaciones cualitativamente más significativas aplicadas por esta
actividad fueron generadas endogenamente: el cultivo en bateas, la central de ventas e a Denominación de
Origen Protegida para un producto marino, fueron creadas por los propios productores. Se trata, por tanto,
de una variante en la que los conocimientos contextualizados, basados en la experiencia productiva, han
tenido una importancia elevada en períodos recientes.
Si el que acabamos de indicar es el patrón de comportamiento propio de este sector, debemos a
la hora de evaluar el carácter innovador de esta actividad habremos de referenciarlo, sobre todo, en las
fuentes de conocimiento contextualizado y en la relación con los proveedores. En menor medida serán
relevantes las actividades de I+D o la ingeniería. Esto no quiere decir que sean irrelevantes o que su
importancia no pueda ser creciente en el futuro, solo que el grueso de la acumulación tecnológica en esta
actividad no se apoya en ellos.
Tabla 3. Cronología de la innovación en la miticultura gallega.
Fuentes de acumulación
tecnológica
Invención
Experiencia productiva
Experiencia productiva
Experiencia productiva.
Proveedores de maquinaria
Periodos
1946
Nacimiento de la
miticultura
1946-1962
Período experimental
1962-1975
Período de crecimiento
1975-1995
Período de
modernización
Principales ámbitos de acumulación
tecnológica
•
•
Proceso: batea
Producto: mejillón
•
Proceso: Mejoras en el diseño de la
batea, Materiales, Técnicas de cultivo,
Localización de las bateas, etc
•
Proceso: Número de cuerdas
•
Proceso: Desdobladora, red tubular, grúa
hidráulica, etc.
Gestión: estructura organizacional: central
de ventas, red asociativa-cooperativa.
•
Experiencia productiva.
Proveedores.
Servicios de consultoría
Centros de Investigación
1995Período actual
•
•
•
Proceso: innovaciones incrementales,
control de calidad.
Producto: nuevas presentaciones y
envases.
Gestión: DOP, Consejo Regulador
Fuente: elaboración propia.
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Para verificar este comportamiento hemos realizado una cronología de la innovación en la
miticultura. Tal registro no pretende, en absoluto, ser exhaustivo, aunque a efectos analíticos sería
deseable una mayor sistematización en la identificación de las innovaciones que se han producido en esta
actividad, el carácter incremental de la mayor parte de ellas, hace que esta tarea exceda las posibilidades
de este trabajo, de modo que nos ceñimos a aquellas innovaciones que resultaron determinantes o
claramente ilustrativas del estado de acumulación tecnológica en cada uno de los períodos considerados.
Aunque en la actualidad exista un recurso creciente a las empresas de consultoría para aspectos
tales como control de calidad, cuestiones ambientales, estudios de mercado y estratégicos, etc, así como
acuerdos de colaboración y relaciones informales con centros de investigación, las principales fuentes de
acumulación han sido y son la experiencia productiva y la relación con proveedores, en particular de
maquinaria. De la primera procede la práctica totalidad de la acumulación tecnológica referida a las
técnicas de cultivo: diseño de la batea, método de cultivo, fondeo, sistema de flotación, etc. De los
proveedores de maquinaria proceden el conjunto de la maquinaria para el manejo del producto de que se
dispone en la actualidad: desdobladora, desgranadora, etc. También procede de proveedores el tipo de
cuerdas empleadas, las grúas, etc. Sólo recientemente se registran de modo sistemático relaciones con
otros tipos de fuentes de acumulación tecnológica, que si bien tienen un valor estratégico indiscutible en
términos de diversificación de las fuentes sobre las que se sostiene la ventaja competitiva, aún distan
mucho de ser el principal soporte de esta.
Una vez establecida la pauta de acumulación tecnológica es necesario analizar como esta se
inserta en los procesos y estructura productiva de esta actividad, cuestión que abordamos a continuación.
El sistema productivo de la miticultura.
En nuestro caso, en este primer acercamiento al problema hemos recurrido a fuentes secundarias que
posibilitan un acercamiento cualitativo, si bien esperamos en el futuro poder realizar un contraste,
mediante técnicas cuantitativas de los argumentos que a continuación desarrollaremos.
Hemos optado, a la hora de realizar esta aproximación por el paradigma de los milieus, que
frente a otras propuestas (Distritos industriales, Sistemas Locales de Innovación, etc), nos ofrece una clara
taxonomía de elementos que permiten contrastar la existencia de un sistema productivo que favorece (o
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no) los procesos de innovación, desarrollando a través de el los mecanismos por los que la innovación se
produce.
El desarrollo y conceptualización de la noción de milieu es, en buena medida, deudora de los
trabajos realizados por los grupos de investigación integrados en la asociación GREMI3. De un modo
sucinto, podemos caracterizar el milieu o entorno local como un red de actores ye relaciones que
configuran un sistema productivo, en el que los agentes económicos, sociales, políticos e institucionales
poseen modos específicos de organización y regulación, tienen una cultura propia y generan una dinámica
de aprendizaje colectivo (Crevoisier et al, 1990; Perrin, 1990)4.
Esta concepción de los procesos de desarrollo sufrió un proceso evolutivo en el que,
primeramente, mediante la noción de milieu se captaba a lógica territorial y, posteriormente, se definía
como, en determinados casos, esta podía estimular el cambio estructural y productivo mediante la
innovación. Así, se parte de la idea de que la empresa no es un agente innovador aislado, si no integrado
en un entorno con el que es interdependiente, subrayándose que el pasado, la organización y el consenso
que estructuran los territorios resultan determinantes de la innovación que se produce en ellos (Maillat,
1995).
A efectos de contemplar estos dos aspectos recogeremos, en primer lugar, el concepto de milieu,
para a continuación establecer en que casos estos constituyen milieus innovadores. Maillat, Crevoisier e
Lecoq (1994)5 definen ó mileu en función de las cinco siguientes características:
ƒ
Una entidad espacial, es decir, un espacio geográfico sin fronteras en el sentido estricto del
término, pero con una cierta unidad, reflejo de tipos de comportamiento específicos e
identificables.
ƒ
Un grupo de agentes (empresas, instituciones de investigación, formación y educación,
autoridades locales, líderes locales) que necesitan un relativo grado de independencia en el
proceso de toma de decisiones y son autónomos en la formulación das sus decisiones
estratégicas.
ƒ
Elementos materiales específicos (empresas, infraestructura) pero también elementos
inmateriales (saber-hacer, normas, etc) e elementos institucionales.
3
O GREMI (Groupe de Recherche Européen sûr les Milieux Innovateurs) fundouno en 1984 Philippe Aydalot e
desde entonces ha reunido a una veintena equipos de investigación de Europa y los Estados Unidos, que investigan
sobre el desarrollo de los sistemas productivos y la innovación tecnológica.
4
tomado de Barquero, (1999).
5
Citado en D. Maillat e N. Grosjean, 1999.
15
ƒ
Una lógica organizacional (la capacidad de cooperar) que está dirigida a la mejora del uso de
los recursos creados en común por los agentes, que actúan de un modo abierto hacia los
demás y de forma interdependiente.
ƒ
Una lógica de aprendizaje (la capacidad de cambiar), que caracteriza la capacidad de los
agentes de cambiar su comportamiento a medida que cambia el entorno tecnológico y de
mercado.
El concepto de milieu está centrado en la organización eficiente dos recursos, cuando esta se
traslada al estímulo de dinámicas innovadoras, podemos hablar de milieus innovadores (Maillat, 1995).
Por tanto, la diferencia entre ambos radica en la capacidad de inducir una dinámica innovadora en el
territorio a partir de las externalidades derivadas de su modo específico de organización.
En la configuración de esta propuesta resulta determinante la visión de las empresas no como
agentes aislados, sino como agentes incorporados en un entorno local específico susceptible de estimular
y facilitar (o no), la creación y difusión de innovaciones entre las empresas, de modo que el territorio
actuaría como una incubadora de innovaciones (Aydalot, 1986).
Además de las características propias del milieu, aquellos que son innovadores desarrollan la
capacidad de orientar sus interacciones hacia la creación de externalidades específicas de innovación y
hacia procesos de aprendizaje que procuran formas cada vez más eficientes de gestión común de los
recursos. Estos milieus tendrían dos características específicas (Maillat, 1995):
ƒ
Son capaces de abrirse al mundo exterior y recoger de el las informaciones o formas de
conocimiento que puedan ser necesarias para la transformación de los sistemas tecnoproductivos territoriales.
ƒ
Sus recursos se organizan, coordinan y relacionan por estructuras económicas, culturales y
técnicas que restituyen los recursos explotables para nuevas combinaciones productivas. De
este modo se reduce la incertidumbre propia de todo proceso innovador mediante una
actuación colectiva en forma de redes de innovación. En particular, son la explotación de la
lógica de la interacción y de la capacidad de aprendizaje las que crean el contexto apropiado
para la formación, desarrollo y difusión de las innovaciones.
16
Por tanto, los milieus innovadores se caracterizan por ser capaces de ser sensibles a las
modificaciones en el entorno, captar el conocimiento que necesitan para acometer el cambio estructural y
estimular una dinámica interna de adaptación a los cambios producidos. En definitiva, consiste en la
integración flexible de la lógica interna en los cambios exteriores y en la existencia da capacidad de
aprender y de estimular su creatividad, que se trasladarían a la actualización de las ventajas competitivas
territoriales.
De lo expuesto hasta ahora podemos inferir que no es el recurso explotado lo que determina la
capacidad innovadora, si no el modo en que se organizan los recursos. De este modo la aparición de
iniciativas innovadoras puede darse en todo tipo de actividades y territorios, desde la pesca y le marisqueo
al turismo o la industria textil, y en áreas rurales o urbanas. La mayor parte de los casos estudiados están
vinculados á industria (Méndez, 2001), lo que introduce un cierto sesgo en las propuestas derivadas. Sin
embargo, no altera el principio fundamental de que estas iniciativas surgen y se desarrollan allí donde las
condiciones sociales, económicas, culturales e institucionales estimulan el cambio social y productivo.
Establecidos los elementos del modelo, a continuación desarrollamos su aplicación al sistema
productivo de la miticultura en Galicia.
Entidad espacial.
La miticultura en Galicia se origina en un espacio perfectamente definido y caracterizado por una cultura
productiva y una identidad propias, vinculadas al mundo del mar, como es la Ría de Arousa. Aún en la
actualidad, esta ría, concentra las dos terceras partes de las bateas. En un escenario como este la
proximidad física facilita os contactos personales y empresariales y la difusión de las innovaciones.
Sin embargo, actualmente la miticultura ha expandido sus zonas de producción por casi todas as rías
atlánticas de Galicia, desde la de Vigo, hasta la de Sada, por lo que debemos cuestionarnos sobre la
existencia de una entidad espacial definible en la actualidad. Esta nueva unidad requiere una reflexión en
términos físicos y en términos relacionales.
La fachada atlántica constituye el área más dinámica de Galicia y actualmente concentra las dos terceras
partes de la población. Forma un eje norte-sur sobre el que se asienta un sistema de ciudades medias y
17
pequeñas articuladas por la Autopista A9, que permite comunicar los dos extremos de este eje, Ferrol y
Vigo en aproximadamente dos horas. Desde nuestra perspectiva analítica son dos las notas que es
necesario subrayar respecto a este escenario. En primer lugar, la articulación del sistema productivo en
torno a un sistema de ciudades, que permite el desarrollo de servicios a las empresas y al consumo. En
segundo, lugar el carácter difuso de este crecimiento, propio de los procesos de urbanización e
industrialización actuales. Esta dos notas (carácter difuso del desarrollo y articulación en torno a sistemas
de ciudades) son propias de los procesos de desarrollo en la actualidad (Vázquez Barquero, 1998), de
modo que si la proximidad física se diluye en los procesos de desarrollo actuales necesitaremos explotar
otras vías para aproximarnos definir el marco en el que se producen las relaciones entre los actores.
No obstante, debemos indicar que a pesar de este proceso de difusión geográfica la Ría de
Arousa sigue ocupando un espacio nuclear en esta actividad, desde distintas perspectivas:
ƒ
Desde o punto de vista productivo, por que acoge a las dos terceras partes de la producción.
ƒ
Desde un punto de vista físico, por el carácter relativamente central de su localización.
ƒ
Desde o punto de vista funcional, en primer lugar, porque en ella se localizan los dos
principales nodos de relaciones de esta actividad (OPMEGA y el Consejo Regulador); en
segundo lugar, porque estos nodos centralizan las funciones directivas de esta actividad; y,
en tercer lugar, porque en ella se localiza una parte importante, de los restantes actores
relacionados con el sistema productivo de la viticultura, como son algunas industrias
auxiliares, conserveras, centros de investigación y formación, etc.
Desde el punto de vista de la geografía física, podemos establecer, en consecuencia que el
proceso de difusión se compatibiliza con la preservación de una unidad espacial central que articula el
sistema productivo. No obstante, la relevancia de la existencia de una entidad espacial no es otra que
establecer un entorno definido en el que se facilita o posibilita la interacción entre los agentes, ya que es
en las relaciones donde radica la capacidad para generar conocimiento nuevo. De hecho una de las ideas
centrales de los sistemas productivos locales (Distritos, milieus, etc) es la difusión epidémica de las
innovaciones, indistintamente si esta de debida a la proximidad espacial o si se debe al intercambio
sistemático de información entre los agentes. En este sentido es posible considerar la noción de difusión
concéntrica de innovaciones basada en una lógica secuencial que presupone que la difusión de nuevas
18
tecnologías se da en función del grado de solidaridad y cohesión existente entre los agentes participantes
(Britto, 2004).
En este sentido cobra particular importancia la estructura organizacional6 de la miticultura, que
desarrollada con posterioridad a la expansión de la miticultura por las rías atlánticas, supuso la creación
de proximidad organizacional a medida que se diluía la proximidad física, preservando un marco en el
que se facilitaba la interacción entre los agentes. De este modo es posible seguir hablando de una unidad
identificable con tipos de comportamiento específicos.
Actores locales.
La existencia de diversidad de actores, con estratégicas autónomas, está presente también en este sistema
productivo, si bien podemos anticipar que esta diversidad será presumiblemente inferior a la que
podríamos encontrar en sistemas industriales más complejos.
Tabla 4. Agentes Institucionales Involucrados en el Milieu de la Miticultura.
Tipo De Actores
Denominación
Centros tecnológicos y de control de la calidad
Centros de Formación
Administración Pública
Publicaciones especializadas
Fuente: Elaboración propia.
Instituciones para la Investigación
Universidade de Vigo.
Universidade de Santiago
Universidade da Coruña
Instituto Investigacións Mariñas (CSIC)
Instituto Oceanográfico de Vigo e de Coruña
Centro de Investigacións Mariñas
Centro de Cultivo Mariños de Ribadeo
CETMAR
ANFACO-CECOPESCA
Centro de Control da Calidad do Medio Mariño.
IGAFA
Escola Oficial Náutico-Pesqueira de Ribeira
Escola Oficial Náutico Pesqueira de Ferrol.
Instituto Politécnico Marítimo-Pesqueiro do Atlántico.
Consellería de Pesca e Asuntos Marítimos.
Secretaría Xeral de I+D (Consellería Presidencia).
Consellería de Educación.
Administración local.
Industrias pesqueras.
Industrias conserveras.
Además de los propios productores, encontramos entre los actores de este sistema asociaciones y
organizaciones de productores (OPMEGA, Federación Norte, Confederación Sur, Consello Regulador do
6
Abordaremos su descripción posteriormente, en el apartado referido a la Lógica organizacional.
19
Mexillón de Galicia, etc). También podemos contar empresas auxiliares (fabricación de grúas, astilleros y
varaderos, fabricación de maquinaria para manejo del mejillón, fabricación de cuerdas de cultivo, etc). De
hecho, en 1995 el porcentaje de adquisiciones de inputs intermedios en Galicia realizadas por esta
actividad era del 78,2%, (Rodríguez, 2001b) cifra que nos proporciona una idea nítida respecto a la
existencia de relaciones productivas de carácter territorial. De igual modo, el destino del output es
fundamentalmente el mercado interior gallego (cocederos, depuradoras, conserveras, etc, al que destina el
71% de su producción en 1999 (Rodríguez, 2003, 178), destacando particularmente la industria
conservera a la que dirige un 58% de total.
Además existen, relacionados aunque no de modo exclusivo con la miticultura, otra serie de
actores institucionales, recogidos de modo sintético en la Tabla 47, que muestran la diversidad e actores
implicados.
Elementos materiales.
El milieu también requiere de elementos materiales específicos (empresas, infraestructura), algunos de
ellos ya los hemos referido con anterioridad, por lo que no es necesario volver sobre ellos. Además en
términos de infraestructura, resulta particularmente destacable la rede portuaria gallega, que supera el
centenar de puertos en la fachada atlántica, siendo utilizados algunos de ellos prácticamente en exclusiva
por la actividad mitícola.
Elementos inmateriales.
En cuanto a los elementos inmateriales, estos se encuentran integrados en la cultura productiva de la
miticultura, que si bien surge dentro del contexto de la cultura marina gallega, adopta progresivamente
aspectos diferenciales e específicos, convirtiéndolo en un modo propio de afrontarlos retos
socioeconómicos que se les plantean.
Esta cultura específica es identificable particularmente a través de los rasgos que a continuación
y de modo sintético se exponen:
7
Información más detallada de cada uno de ellos se puede consultar en Rodríguez (2003).
20
ƒ
Una forma de producción específica situada entre el marisqueo y la pesca, caracterizada por la
existencia de relaciones de propiedad sobre el producto y la área productiva.
ƒ
Una cultura de consenso y cooperación, que constituye un a de las sus formas de gobernación
específicas.
ƒ
Una mayor propensión e permeabilidad al cambio, ilustrada, por ejemplo, en una presencia de
empleo femenino muy superior a los restantes sectores de la pesca gallega.
ƒ
El carácter social da producción e da distribución da riqueza obtenida, determinado por la
distribución de la producción entre muchas pequeñas unidades.
Lógica organizacional.
La lógica organizacional (la capacidad de cooperar) conforma uno de los rasgos culturales que
caracterizan esta actividad, siendo este un recurso construido socialmente.
El punto de inflexión para la instauración de una cultura de cooperación se produce en 1979 con
la creación de la Federación de Productores de Mejillón de Galicia (FEPMEGA), la primera central de
ventas exitosa, que a lo largo de los anos 80, reconstituida en OPMAR (hoy OPMEGA) llegó a agrupar al
80% de la producción. Mediante esta estrategia, los productores fueron capaces de contraponer un
monopolio de oferta al monopolio de demanda establecido por la industria conservera, dando lugar a un
reequilibrio de las fuerzas negociadoras que permitió le incremento de los precios y el proceso de
acumulación que hemos descrito en páginas anteriores.
Esta estructura asociativa abarca a la práctica totalidad de los productores, organizados en dos
niveles, un primer nivel constituido por aproximadamente 37 agrupaciones de productores locales y un
segundo nivel constituido por tres centrales de ventas: OPMEGA, Federación Norte y Confederación Sur.
Aun podríamos definir un tercer nivel organizativo paralelo constituido por el Consejo
Regulador, donde no solo están presentes los productores, si no también los depuradores de marisco.
Esta cultura de cooperación non excluye, en absoluto, relaciones de competencia entre las
empresas que participan das diferentes fases da producción. Así la totalidad de las organizaciones a través
de las que se vende la producción: Opmega, Cabo de Cruz, etc, mantienen a una estrategia de
valorización del producto y, en particular, de precios, afín (en particular en la producción no destinada a
industria), compitiendo, sin embargo, por colocar su producto en el mercado o por tomar posiciones
21
preferentes en nuevos mercados. Del mismo modo, las depuradoras, cocederos y distribuidores rivalizan
en la conquista de mayores cuotas de mercado.
Lógica de aprendizaje:
Finalmente, la noción de milieu incorpora una lógica de aprendizaje (capacidad de cambiar), que
caracteriza la capacidad de los agentes de cambiar su comportamiento a medida que lo hace le entorno
tecnológico e de mercado.
Non cabe duda que la miticultura ha sido capaz de aprender a lo largo del tiempo: el cultivo en
bateas, los paulatinos avances sobre sistemas de fondeos, colocación de las cuerdas, métodos de trabajo8,
el conocimiento sobre os lugares de fondeo, el aprendizaje sobre formas de trabajo en común, etc. Estas y
otras innovaciones dan muestra de esa capacidad. Este modo en el que el sector acumula conocimiento
responde a los mecanismos propios do distrito, en le que el conocimiento sen crea en un territorio
determinado donde existe una concentración crítica de actores mediante mecanismos de tipo
fundamentalmente cultural (Bellandi, 1986).
Efectivamente, en la miticultura tiene lugar una aprendizaje mediante la práctica y el
conocimiento creado se difunde en un espacio determinado (la Ría de Arousa fundamentalmente)
quedando fijado en ese sistema productivo a modo da atmósfera industrial marshalliana.
Es propio de los distritos la explotación de las ventajas adquiridas o estáticas: bajos coste de la
mano de obra, aprovechamiento de recursos naturales, existencia de subvenciones publicas, etc.
Actuación que suele acabar conllevando importantes costes sociales o medioambientales en la medida en
que se pretenda perseverar en el mantenimiento de esas ventajas y no en la construcción de otras nuevas.
En el estadio económico actual de capitalismo mundial en le que el cambio tecnológico se
produce a una velocidad creciente y, desde luego, superior a aquella que es posible exclusivamente
mediante mecanismos de tipo cultural, la formación de la ventaja competitiva se construye mediante la
creación y perfeccionamiento del conocimiento, de modo que son necesarios instrumentos específicos y
especializados para la incorporación de conocimiento al sistema productivo y recursos humanos
cualificados para llevarlo a cabo (Porter, 1991).
8
O laboreo, por ejemplo, pasa de realizarse sobre la batea a realizarse a flote en barcos que dejan libre un gran
espacio central en la cubierta para realizar estas labores, lo que á vez permitía que se eliminaran obstáculos en el
emparrillado de las bateas que limitaran la llegada de luz a las cuerdas de cultivo.
22
En este sentido, aunque la ventaja competitiva de la miticultura sigue apoyándose en buena
medida en los bajos costes salariales (Rodríguez et al, 2004) y en la explotación intensiva de recursos
naturales, también se observan determinados síntomas de cambio. En cuanto a la mano de obra dos son
los aspectos a señalar, la mejora de la calidad en la estabilidad y las prestaciones sociales asociadas al
empleo (Rodríguez, 2003) y la existencia reciente de una política de formación y cualificación puesta en
práctica por el Consello Regulador.
En cuanto a la preservación de los recursos, están en marcha tanto proyectos de investigación
participados por el sector para afrontar el problema de los sedimentos depositados bajos las bateas por
deposición del mejillón, como la cuestión del aprovechamiento y valorización de las conchas (ALECO
S.A.9).
También es de destacar, el establecimiento de un departamento de I+D en el Consello Regulador,
que si bien cuenta con medios aún escasos, da cuenta de la vocación de diversificación de las fuentes de
conocimiento presentes en esta actividad. Tanto esta institución como OPMEGA participan actualmente
en proyectos de I+D, sin embargo el carácter reciente y no sistemático de las acciones realizadas limita
las conclusiones que se puedan extraer al respecto. En este sentido, la miticultura es también buena
muestra del carácter no lineal de la relación entre ciencia y tecnología, ya que si bien la incorporación de
conocimiento formalizado es aún reducida, el esfuerzo investigador en el ámbito científico es
significativo dadas las condiciones del entorno regional. En 1995 el esfuerzo en I+D medido en
porcentaje de gasto sobre el VABcf fue del 0,59%, cifra superior al esfuerzo medio realizado en Galicia
en el 1994, o 0,44% (Rodríguez, 2003, 392).
La Xunta de Galicia, a través de la Consellería de Pesca e a Secretaría Xeral para o I+D, fue la
principal fuente de financiamiento de la investigación ligada al mejillón, aportando fondos a 31 de los 40
proyectos desarrollados sobre esta especie en el período 1982-1997. Aspecto este que pone de manifiesto
la dependencia que sectores como estos, integrados por pequeñas empresas tienen par realizar
investigaciones por si mismos y la dependencia que la investigación realizada, particularmente en la
industria alimentaria tiene del sector público (Rama, 2005)
En definitiva, el aprovechamiento de recursos abundantes y baratos está dejando paso, si bien de
modo aún incipiente, a la constitución de ventajas dinámicas basadas en el conocimiento. Siendo otra nota
9
Esta empresa situada en Boiro tiene por objetivo reducir y valorizar 80.000 Tn anuales de concha de mejillón.
Promovida inicialmente por el sector conservero, también esta participada en su accionariado por empresas y
organizaciones productoras de mejillón, como el Grupo Proinsa, Amegrove, Asociación de Productores de Mejillón
de Cabo de Cruz, Federación de Asociaciones de Mejillones de Arousa y Norte e OPMEGA, que junto con otras
empresas depuradoras e cocederos alcanzan una participación del 32% del capital
23
caracterizadora de este aspecto la dependencia de la investigación pública para acumular conocimiento
formalizado.
El entorno innovador de la miticultura gallega.
Hasta ahora hemos visto cual ha sido a lo largo del tiempo el patrón tecnológico de la miticultura y hemos
establecido como reviste características propias de un milieu o entorno innovador. Nos resta, solamente,
establecer como ese entorno se configura respecto a los procesos de aprendizaje e innovación. Nuestra
hipótesis es que las empresas situadas en sectores maduros que no son intensivas en I+D pueden ser
igualmente innovadoras (Asheim e Isaksen, 2001; Méndez, 2000; Vázquez, 1999), empresas que podrían
ser definidas como empresas innovadoras de baja intensidad. A lo largo de este apartado comprobaremos
como es en este último grupo en el que se inserta la miticultura gallega, pudiendo definirla como una
actividad innovadora.
Para llevar a cabo o nuestro propósito tomamos como punto de partida la tipología de los milieus
propuesta por Maillat (1995), eliminando el prejuicio que supone definir como innovadores solo aquellos
que además de estar caracterizados por una lógica de interacción también lo están por una lógica de
aprendizaje, que en función de los indicadores que propone para evaluarla, se orienta a la acumulación de
conocimiento formalizado. En este sentido, definimos cuatro tipos de territorios:
a)
Áreas desvertebradas: son territorios con una baja interacción entre las empresas y una
escasa capacidad de aprendizaje. En esta tipología entrarían aquellos territorios en los que la
actividad productiva es realizada por empresas aisladas, normalmente PYMEs, que carecen
tanto de capacidades económicas para la innovación formalizada, como de un entorno
productivo que permita procesos sociales de creación de conocimiento.
b) Polos tecnológicos: se trata de áreas en las que se concentra un numero importante de
empresas intensivas en tecnología pero que carecen de vínculos significativos entre si. Aquí
los indicadores de acumulación tecnológica formalizada son elevados, pero la interacción de
empresas reducidas. Normalmente surgen ligados a políticas públicas de promoción de I+D
y de creación de infraestructuras avanzadas.
c)
Sistemas locales de empresas: en este caso a lógica de interacción predomina sobre a lógica
de aprendizaje. Se trataría de empresas innovadoras de baja intensidad, donde predomina en
24
la trayectoria tecnológica el conocimiento contextualizado. En esta categoría cabrían desde
distritos basados en ventajas estáticas, pero con una gran densidad de relaciones entre los
partícipes, a sistemas territoriales que innovan y actualizan as sus ventajas competitivas, no
basadas en elevados esfuerzos en I+D.
d) Áreas Centrales: se trata de áreas muy dinámicas, normalmente vertebradas en torno a
grandes ciudades, en las que tienden a agruparse empresas innovadoras de alta intensidad,
servicios avanzados, recursos humanos altamente cualificados, etc. En este tipo de territorios
tanto los indicadores de interacción, como los de aprendizaje son elevados, y la trayectoria
tecnológica es muy dependiente del conocimiento formalizado.
De la existencia de un sistema local de empresas no puede inferirse la existencia de una senda
continuada de éxito para ese territorio. Existirán territorios con una alta densidad de relaciones entre
empresas pero en los que la ventaja competitiva será estática, basada, en la explotación de recursos
naturales abundantes o en el bajo coste de la mano de obra. En este caso el dinamismo del territorio será
cada vez menor hasta iniciar una senda de declive que puede resultar irrecuperable. Otros territorios
evolucionarán para volver más sofisticadas as sus ventajas. En tales casos las innovaciones tendrán
predominantemente un carácter incremental, serán pequeñas mejoras de productos, de procesos y de
gestión y, en menor medida, procederán de esfuerzos en I+D. No obstante, en una economía competitiva
como la actual, en la que el cambio tecnológico es cada vez más rápido, la necesidad de sistematizar los
procesos de innovación y de recurrir a la investigación formalizada tiende a aumentar (Asheim e Isaksen,
2001), por lo que los procesos de acumulación contextualizados deben ser reforzados para mantener el
dinamismo del sistema.
Ocurre que las PYMEs situadas en sectores maduros son más dependientes para a su
competitividad de la calidad del entorno, es decir, de la inserción en regiones que aprenden, ya que
carecen de capacidades para crear por si mismos los recursos para construir procesos de aprendizaje. Las
grandes empresas, por le contrario, si pueden disponer de la capacidad de profundizar por si mismos en
los procesos de creación de conocimiento. As PYMEs competitivas serán, por tanto, el resultado de
estrategias territoriales, basadas en una trayectoria productiva compartida, construida sobre formas de
conocimiento localizadas, en las que la agrupación de empresas y las relaciones tejidas entre ellas
permiten una aprendizaje interactiva exitosa (Asheim e Isaksen, 2001).
25
En la definición de Maillat (1995) los territorios innovadores eran aquellos en los que se
manifestaba una clara lógica de aprendizaje, una importante dinámica de interacción y un carácter abierto
al exterior. Una vez corregida la visión de los procesos de aprendizaje podemos establecer el encaje de lla
miticultura en esta taxonomía.
En apartados anteriores comprobamos como la miticultura está caracterizada por una elevada
densidad de relaciones, siendo la lógica de la interacción la predominante, de hecho es el modo de
organización uno de los principales soportes de su ventaja competitiva. La lógica de aprendizaje es
predominantemente contextualizada, de modo que teniendo una importancia reducida en la actualidad los
procesos de acumulación de conocimiento formalizados, su presencia es, no obstante, creciente. Se trata,
en definitiva, de una actividad capaz de incorporar conocimiento de acuerdo a las pautas exigibles en este
tipo de sectores.
Por otro lado la actividad mitícola, está a corrigiendo, si bien de modo aún, incipiente aquellas
características propias de lo que Castillo (1994) denominaba detritos, é decir, la competencia en base al
bajo coste de la mano de obra y la generación de externalidades negativas de tipo ambiental. Como
vimos, las modalidades de empleo están evolucionando progresivamente hacia figuras de mayor calidad
y, sin que el papel de las familias deje de ser fundamental para proveer mano de obra barata, la
remuneración que estas reciben a través das rendas mixtas tiende a aumentar (Rodríguez, 2001b). Por otro
lado, el sector está participando en proyectos empresariales (Aleco S.A.) y de investigación orientados a
corregir los daños medioambientales. Evidentemente, la miticultura sigue basándose en la disposición y
explotación intensiva de recursos naturales, pero también diversifica sus fuentes de conocimiento.
Finalmente, las relaciones de la miticultura con el exterior se establecen mediante 4 vías: las
ventas, la inversión, la investigación, la participación en redes de empresas y organismos internacionales.
Las exportaciones a terceros países de la miticultura pasaron de significar o 15% do total de
empleos en 1995 a alcanzar el 21% en 1999, por lo que las relaciones con el exterior tienden a hacerse
más intensas, alcanzando actualmente volúmenes importantes. Resulta relevante la participación del
sector en las redes comerciales globales, ya que, por un lado, la existencia de clientes internacionales, que
suelen ser exigentes, sin duda estimulará la mejora de la calidad en esta actividad (Porter, 1991), y por
otra, al participar en mercados internacionales podrán percibir más directamente los cambios de tendencia
que se originen en ellos y articular una pronta respuesta competitiva.
26
La participación en el exterior se materializa también en procesos de inversión. Actualmente, por
lo menos tres empresas gallegas están instalando bateas en Portugal, existen inversiones en Andalucía y
se están estudiando otras en Chile. La instalación en estos lugares permitirá non solo acentuar su proceso
de crecimiento y acumulación si no desarrollar nuevas capacidades, en la medida en que tendrá que
adaptarse a entornos distintos pudiendo aprovechar nuevas fuentes de aprendizaje.
La apertura al exterior y la diversificación de las fuentes de información también ser produce a
través de las organizaciones del sector, tanto a través de la participación en proyectos de investigación
internacionales (Consello Regulador y OPMEGA), como de la participación en organizaciones
internacionales, caso de OPMEGA, integrada en la Asociación Europea de Organizaciones de
Productores, lo que les permitirá realizar contactos e conocer experiencias valorizables no seu proceso
productivo
Ilustración 0.1. Caracterización dos Territorios en Función da súa Pauta Tecnológica. A Inserción
da Miticultura Gallega.
MITICULTURA
Dinámica de Interacción
+
Áreas Devertebradas
Sistemas Locais de
Empresas
Polos Tecnolóxicos
Áreas Centrais
+
Dinámica de aprendizaxe
-
-
FONTE: Elaboración propia, sobre Maillat (1995)
En definitiva es un sector progresivamente más abierto y vinculado a la redes económicas
globales, que está persiguiendo continuamente la actualización do su conocimiento y la definición de
novas fuentes de ventaja competitiva, por lo que podemos afirmar que se trata de un sector innovador.
27
Aún tratándose de una aproximación cualitativa, existe una base argumental sólida que permite
plasmar la ubicación del cultivo de mejillón en la tipología propuesta. El predominio de la lógica de
aprendizaje y del conocimiento contextualizado y el hecho de que as innovaciones sean de baja intensidad
(fundamentalmente incrementales), nos permite clasificar la miticultura como un Sistema Local de
Empresas. En la formación de su ventaja competitiva esta activad es muy dependiente de su entorno, que
en última instancia va aún más allá de su propio milieu, para abarcar también lo que podríamos
denominar Sistema de Innovación de la Pesca Gallega. Si bien, este aspecto de las elaciones excede las
posibilidades de este trabajo.
En cualquier caso es ese entorno en su conjunto el que permite la articulación de instrumentos y
relaciones que posibilitan el aprendizaje interactiva de los distintos partícipes y, en definitiva, los
procesos de innovación.
Conclusiones.
Los enfoques predominantes sobre la innovación constituyen un marco de análisis un tanto rígido, en
particular, a la hora de contemplar actividades propias de sectores considerados tradicionalmente
primarios, así como aquellos situados en áreas periféricas. En estos análisis es tratamiento de la
innovación resulta uniformizador, por cuanto no distingue pautas y exigencias de empleo del
conocimiento diferenciadas en función de la actividad de que se trate. En cambio, tiende al empleo de
indicadores, que si bien tienen la ventaja de resultar objetivables (Gasto en I+D, patentes, etc), también
tienen la desventaja de no considerar otras fuentes de conocimiento, como son las contextualizadas. En
consecuencia, este tipo de indicadores resultan adecuados para el análisis de actividades industriales o de
ciertos servicios avanzados, pero no para otro tipo de actividades, como la pesca o la agricultura. De
hecho, la tradicional división en tres sectores resulta cada vez más obsoleta e inadecuada, ya que la
cuestión no es tanto el tipo de bien que producen si no la capacidad para incorporar conocimiento para de
renovar o ampliar la ventaja competitiva.
En el caso de la miticultura hemos establecido como el patrón de acumulación tecnológica se
situaba en los términos que le son propios, los de una actividad en la que la acumulación tecnológica está
dominada por los proveedores. A lo largo de su senda tecnológica, ha necesitado largos períodos para
28
gestar nuevas innovaciones, como consecuencia del recurso al conocimiento tácito predominantemente y
de su fuerte dependencia del entorno para innovar.
Aún en la actualidad, la mayor parte de las innovaciones incorporadas al cultivo de mejillón
tienen un carácter regional, sin embargo se detecta un recurso creciente as uso de conocimientos formales.
Precisamente este es uno de los aspectos que debe ser tenido en cuenta a la hora de gestionar la política de
innovación, tanto a nivel de empresa, como, sobre todo a nivel de políticas públicas de innovación.
En definitiva, pensamos que las actividades primarias, a la vista de lo que se ha puesto de
manifiesto en el análisis de la miticultura, pueden ser innovadoras, aunque tienen unas dificultades
específicas para acumular suficientes capacidades (el pequeño tamaño de las empresas, por ejemplo). Por
esta razón son particularmente dependientes de su entorno para innovar, de modo que si quieren acelerar
su proceso de acumulación de conocimiento, deben participar e interactuar en sistemas de innovación más
abiertos y complejos.
La miticultura gallega ha mostrado una extraordinaria capacidad de acometer mejoras que le
permiten dotarse de novas ventajas competitivas y asegurar su supervivencia a lo largo del tiempo, es, por
tanto, una actividad innovadora. La innovación se realiza de forma incremental y con un carácter de baja
intensidad, es decir, mediante tecnologías no excesivamente sofisticadas, pero que agregadas a una base
de conocimientos contextualizados permiten acelerar la acumulación tecnológica y la revitalización de las
ventajas competitivas. En la medida en que desde mediados de los 90 se está acelerando el proceso de
capitalización y cambio tecnológico, los proveedores de bienes de capital tenderán a incrementar o su
peso en la creación de factores de innovación. Esto no significa que vaya a convertirse en un receptor
pasivo de tecnología, ya que, el proceso de innovación es dirigido desde o interior del propio sector
mitícola, desde el milieu.
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