Un Embajador entre Cadenas La Vía Apia (Latín: Via Appia) fue una de las más importantes calzadas de la antigua Roma, que unía Roma con Brindisi, el más importante puerto comercial con el Mediterráneo oriental y Oriente Medio. Estacio describió su importancia (Sylvae, 2.2) al describirla por su nombre común: ”APPIA LONGARUM TERITUR REGINA VIARUM” ”La vía Apia es conocida comúnmente como la reina de las grandes calzadas romanas” Los romanos se dieron cuenta de la nobleza inherente del camino imbuido por las circunstancias y el método de su construcción, y su utilidad a la república romana. La vía Apia era el paradigma de todos los caminos romanos subsecuentes. Se convirtió en el mismo símbolo de la república, trayendo consigo estabilidad, paz y libertad a la gente del imperio, por lo menos en sus ideales. Su historiador más grande, Livio, que no era romano de nacimiento, tomó ese punto de vista. Seguramente por esta calzada pasó Pablo y sus compañeros cuando fue llevado prisionero a Roma para dar testimonio de las grandes noticias del Reino de Dios, trabajando afanosamente, haciéndo los preparativos de aquel Reino que muy pronto vendrá. Un Embajador entre Cadenas INTRODUCCION Un embajador nunca visto en la historia, un itinerante viajero que cruzó todo el mediterráneo, tocó las ciudades principales de la antigua Macedonia y del imperio romano, pero no se olvide, fue un embajador encadenado representante del Reino de Dios, comunicándoselo a los reyes y a la gente importante de aquel mundo. E l apóstol de los gentiles, la insigne figura de la Iglesia de Dios en el primer siglo, nos referimos al apóstol Pablo, el hombre controversial para los judíos, romanos y el resto de sociedades contemporáneas a él. Lo tuvieron por loco, sedicioso y hasta por delincuente común, él mismo le testifica a su coadjutor Timoteo: “Considera lo que te digo, y el Señor te dé entendimiento en todo. Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio, en el cual Iglesia Esperanza de Israel 2 sufro penalidades, hasta prisiones a modo de malhechor; más la palabra de Dios no está presa” 2 Timoteo 2:7 – 9 Muchas veces se ha idealizado la figura de este paladín del Evangelio, no resulta nada fácil poder vivir la realidad que vivió el apóstol Pablo cuando fue llevado de tribunal en tribunal, presentando el Evangelio de Jesucristo a los reyes y potentados de aquel mundo, haciéndolo entre cadenas como un delincuente, sometido a tremendas presiones psicológicas y físicas, pero aun con este peso encima este hombre de Dios tenía una autoestima súper elevada y aunque se miraba encadenado se consideraba un embajador del Reino de Dios y escribía: “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia, y súplica por todos los Santos y por mí, a fin de que al abrir me sea dada palabra para dar a conocer con denuedo el misterio del evangelio, por el cual soy embajador en cadenas; que con denuedo hable de Él, como debo hablar” Efesios 6:18 – 20. Un Embajador entre Cadenas Un embajador nunca visto en la historia, un itinerante viajero que cruzó todo el mediterráneo, tocó las ciudades principales de la antigua Macedonia y del imperio romano, recorriendo la vía Apia; pero no se olvide, fue un embajador encadenado. Así llegó a Roma y fue presentado ante los grandes jueces que crearon el derecho romano y expuso ante ellos con denuedo las noticias del gobierno de Dios, de quien era representante: “Porque no me avergüenzo del evangelio, porque es poder de Dios para salvación a todo aquel que cree; al judío primeramente, y también al griego.” Dijo con gran vehemencia cuando le escribió a los Romanos 1:16. En ese tiempo creer en el Evangelio de Cristo en Roma era símbolo de ignorancia, desdén, y significaba ser lo más vil de la sociedad, pero Saulo el de Tarso, el que antes había sido egresado de la connotada escuela de Gamaliel, aunque ahora se encontraba sujeto a las cadenas, no se avergonzaba de lo que presentaba ante los romanos, él mismo Iglesia Esperanza de Israel 3 testifica: “Nos difaman, y rogamos; hemos venido a ser hasta ahora como la escoria del mundo, el desecho de todos” 1 Corintios 4:13 Pero aun estando en esta desventajosa posición ante la sociedad siempre mantuvo firme su ideal, aunque encadenado se consideró un embajador del Reino de Dios. Trabajó febrilmente haciendo los preparativos en el corazón de los hombres para que recibieran aquél gobierno celestial que un día vendrá a la Tierra e implantará la paz y el orden que los hombres con todos sus conocimientos no han podido encontrar. Cuando llegó a Roma después de haber cruzado la tormentosa travesía del Mediterráneo, habiéndosele otorgado una “cárcel domiciliaria”: “Aconteció que tres días después, Pablo convocó a los principales de los judíos, a los cuales, luego que estuvieron reunidos, les dijo: Yo, varones hermanos, no habiendo hecho nada contra el pueblo, ni contra las costumbres de nuestros padres, he sido entregado preso desde Jerusalén en manos de los romanos; los cuales, habiéndome Un Embajador entre Cadenas examinado, me querían soltar, por no haber en mí ninguna causa de muerte. Pero oponiéndose los judíos, me vi obligado a apelar a César; no porque tenga de qué acusar a mi nación. Así que por esta causa os he llamado para veros y hablaros; porque por la esperanza de Israel estoy sujeto con esta cadena.” Hechos 28:17 – 20 Encadenado se presentó ante Festo y Felix y disertó de la abstinencia y del Reino de Dios: “Diciendo él estas cosas en su defensa Festo a gran voz dijo: estás loco, Pablo; las muchas letras te vuelven loco. Más él dijo: no estoy loco, excelentísimo Festo, sino que hablo palabras de verdad y de cordura… ¿Crees, OH rey Agripa, a los profetas? Yo se que crees. Entonces Agripa dijo a Pablo: Por poco me persuades a ser cristiano. Y Pablo dijo: ¡Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos, los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy excepto estas cadenas!” Hechos 26:24 – 29. Lo pesado de las cadenas romanas que fueron impuestas en sus pies y en sus brazos no impidió a este embajador del Reino de Dios dar la noticia del futuro gobierno a los connotados políticos y representantes del imperio de las águilas romanas. Iglesia Esperanza de Israel 4 “De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio, una noche y un día he estado en altamar” 1 Corintios 11:24 - 25 El Naufragio de Pablo D e los tres naufragios a los que hace alusión Pablo solo se describe uno, y es el que sufrió cuando fue enviado a Roma, porque él mismo apeló para ser juzgado en la corte de César. Lucas, el médico amado, su compañero de viaje, describe con todos los detalles como este embajador encadenado soportó aquel tormentoso naufragio, el inspirado cronista empieza su narrativa así: “Cuando se decidió que habíamos de navegar para Italia, entregaron a Pablo y algunos otros presos a un centurión llamado Julio, de la compañía augusta” Hechos 27:1 Se dice que Un Embajador entre Cadenas la compañía augusta era la que estaba al servicio personal del emperador César Augusto, Julio era uno de los centuriones, y a este le asignaron llevar a Pablo y a los otros presos a la ciudad imperial: “Y embarcándonos en una nave adramitena que iba a tocar los puertos de Asia, zarpamos, estando con nosotros Aristarco, macedonio de Tesalónica” Hechos 27:1 – 2. NOTA: Nave adramitena significa que era un barco con matrícula de un puerto de Adramitio que pertenecía a la ciudad de Misia, una provincia romana. Tal parece que en este viaje Pablo llevaba a dos fieles compañeros, Lucas, que describe el viaje y el macedonio Aristarco del puerto de Tesalónica. En la historia de la Iglesia no se presenta Aristarco como un prominente predicador, pero fue un fiel compañero de Pablo en los momentos difíciles de su ministerio, no lo dejó solo, el embajador entre cadenas lo recuerda de la siguiente manera: “Aristarco, mi compañero de cárcel, les manda saludos…” Colosenses 4:10 Lucas nos dice: “Al otro día llegamos a Sidón; y Julio tratando humanamente a Pablo le permitió Iglesia Esperanza de Israel 5 que fuese a los amigos para ser atendido por ellos” Hechos 27:3. El insigne apóstol iba enfermo y encontró misericordia en el centurión, dándole permiso para que sus amigos de ese lugar lo atendieran. Pablo adolecía permanentemente de una enfermedad en los ojos, esta lo golpeaba fuertemente hasta humillarlo, por ejemplo: cuando estuvo predicando el Evangelio a los Gálatas se encontraba en una situación igual: “Pues vosotros sabéis que a causa de una enfermedad del cuerpo os anuncié el evangelio al principio; y no me despreciasteis ni desechasteis por la prueba que tenía en mi cuerpo, antes bien me recibisteis como a un ángel de Dios, como a Cristo Jesús. ¿Dónde, pues, está esa satisfacción que experimentabais? Porque os doy testimonio de que si hubieseis podido, os hubierais sacado vuestros propios ojos para dármelos” Gálatas 4: 13 – 15. Algunos historiadores dicen que esta enfermedad era tan terrible que imposibilitaba a Pablo por algún tiempo, llenándole de infección sus ojos, tanto que el aspecto físico de él no era tan agradable, más las veces que Un Embajador entre Cadenas había sido lapidado y azotado, nos da la idea de que físicamente no era un hombre de regular apariencia, por ello él escribe: “Porque á la verdad, dicen, las cartas son graves y fuertes; mas la presencia corporal flaca, y la palabra menospreciable.” 2 Corintios 10:10 Pero así es Dios, en la debilidad se perfecciona, y ese concepto lo entendió Pablo. Esa fue su constante en la vida como apóstol, embajador y gran exponente del Mensaje del Reino de Dios que llevó al mundo. Se le había impuesto esa carga, y así fue enviado a Roma sujeto entre cadenas y golpeado por la enfermedad que lo atormentaba, por eso él decía: “Pues si anuncio el evangelio, no tengo porque gloriarme; porque me es impuesta necesidad; y ¡ay de mi si no anunciare el evangelio!” 1 Corintios 9:16. Por estar en esta situación Dios le puso de compañero al Médico Lucas para que lo auxiliara; y continúa narrando el inspirado cronista: “Y haciéndonos a la vela desde allí, navegamos a sotavento de Chipre, porque los vientos eran contrarios. Habiendo atravesado el mar frente a Cilicia y Panfilia, arribamos a Mira, ciudad de Licia. Y hallando Iglesia Esperanza de Israel 6 allí el centurión una nave alejandrina que zarpaba para Italia, nos embarcó en ella. Navegando muchos días despacio, y llegando a duras penas frente a Gnido, porque nos impedía el viento, navegamos a sotavento de Creta, frente a Salmón. Y costeándola con dificultad, llegamos a un lugar que llaman Buenos Puertos, cerca del cual estaba la ciudad de Lasea.” Hechos 27:4 – 8. Nadie avizoraba lo tormentoso que iba a ser la navegación, los marineros, hombres de conocimientos de los vientos y mareas no se percataron del peligro que se avecinaba, por eso describe el médico Lucas: “Se había perdido mucho tiempo, y era peligrosa la navegación por haber pasado ya la fiesta del ayuno” Hechos 27:9. Lucas nos está ubicando el tiempo en que iban cruzando el Mediterráneo ¿Cuál es esa fiesta del ayuno que había pasado? Está refiriéndose al día de la expiación, que todo buen judío celebra en el día 10 del mes de Tishri que es equivalente a finales del mes de Septiembre y principio de Octubre, Lucas señala esto para ubicarnos que era tiempo de recio invierno: “Así que Pablo les advirtió: Señores, veo que nuestro viaje va a ser desastroso y que va causar mucho perjuicio, tanto para el barco y su carga como para nuestras propias vidas, pero el Un Embajador entre Cadenas centurión en vez de hacerle caso, siguió el consejo del timonel y del dueño del barco” Hechos 27:10 – 11. Claro, Pablo no significaba nada para el centurión romano, ni para el capitán y el dueño del barco, para ellos el apóstol era solamente un reo sujeto a cadenas que tenía que comparecer ante los tribunales de César, pero a la postre se dieron cuenta que aquél hombre tenía la razón: “Cuando comenzó a soplar un viento suave del sur, creyeron que podían conseguir lo que querían, así que levaron anclas y navegaron junto a la costa de Creta. Poco después se nos vino encima un viento huracanado, llamado nordeste, que venía desde la isla. El barco quedó atrapado por la tempestad y no podía hacerle frente al viento, así que nos dejamos llevar a la deriva. Mientras pasábamos al abrigo de un islote llamado Cauda a duras penas pudimos sujetar el bote salvavidas. Después de subirlo a bordo, amarraron con sogas todo el casco del barco para reforzarlo temiendo a que fueran a encallar en los bancos de arena de la Sirte” Hechos 27:13 – 17 ¡Que tremenda tragedia la que pasó Pablo en ese viaje a Roma!, alguien le levantó la tempestad, una fuerza poderosa se oponía para que no llegara a la gran ciudad a publicar las noticias del Reino de Dios. De repente se Iglesia Esperanza de Israel 7 miró todo tranquilo, como leímos en el verso 13, sopló un viento suave del sur, los marinos se confiaron y se lanzaron hacia mar abierto en su viaje y sorpresivamente apareció el huracán, esa es la clásica forma del ataque del enemigo de las almas, nos deja vivir momentos de tranquilidad y después nos asalta. Pablo conocía las estrategias de este sujeto pues él mismo escribió: “Para que Satanás no se aproveche de nosotros, pues no ignoramos sus artimañas” 2 Corintios 2:11 La tempestad que sufrieron en el mar Mediterráneo fue sin precedentes, de veras que el demonio lo quería dejar sepultado en aquellas tenebrosas olas: “Al día siguiente, dado que la tempestad seguía arremetiendo con mucha fuerza contra nosotros, comenzaron a arrojar la carga por la borda. Al tercer día con sus propias manos arrojaron al mar los aparejos del barco. Como pasaron muchos días sin que apareciera ni el sol ni las estrellas, y la tempestad seguía arreciando, perdimos al fin toda esperanza de salvarnos” Hechos 27:18 – 20 Para que Lucas registre con puntualidad que habían perdido toda esperanza de salvarse quiere decir que la situación era completamente neurálgica. Un Embajador entre Cadenas ¿Cuantas preguntas le pudieron brotar a Lucas de su cerebro? Iban con Pablo para anunciar el Reino de Dios a la populosa capital del mundo de aquél entonces y ahora se miraba un panorama hostil, tal parecía que el fin de la vida para ellos había llegado; realmente que se necesita estar revestido de la armadura de Dios para enfrentar esos malos momentos: “Fortalézcanse con el gran poder del Señor. Pónganse toda la armadura de Dios para que puedan hacer frente a las artimañas del Diablo” Efesios 6:10 – 11. Aparentemente no había salida ni explicación lógica para aquella situación incómoda, Lucas y Aristarco miraban que la barca se partía y el viaje sería frustrado, pero luego aparece nuevamente la gran figura del embajador del Reino de Dios diciendo: “Llevábamos ya mucho tiempo sin comer, así que Pablo se puso en medio de todos, y dijo: Señores, debían haber seguido mi consejo y no haber zarpado de Creta, así se habrían ahorrado este perjuicio y esta pérdida. Pero ahora los exhorto a cobrar ánimo, porque ninguno de ustedes perderá la vida; Iglesia Esperanza de Israel 8 solo se perderá el barco. Anoche se me apareció un ángel del Dios a quien pertenezco y a quien sirvo, y me dijo; no tengas miedo, Pablo. Tienes que comparecer ante el emperador, y Dios te ha concedido la vida de todos. Así que ¡Ánimo, señores! Confío en Dios que sucederá tal y como se me dijo. Sin embargo, tenemos que encallar en alguna isla” Hechos 27:21 – 26 La misión era llegar a Roma, aunque las fuerzas del mal se opusieran, “Si la misión se podía se iba a hacer, y si no se podía hacer siempre se haría”, el testimonio había que darse en Roma, y de hecho se dio, arrastrando las oxidadas cadenas romanas nuestro héroe después de superar tantas penurias llegó a Roma. “La nave fue a dar a un banco de arena y encalló. La Proa se encajó en el fondo y quedó varada, mientras la popa se hacía pedazos al embate de las olas” Hechos 27:41 La intentona de ahogar a Pablo no pudo realizarse, pero el demonio siempre con el fin de matarlo: “Los soldados pensaron en matar a los presos para que ninguno escapara nadando. Pero el Un Embajador entre Cadenas centurión quería salvar la vida de Pablo, y les impidió llevar a cabo el plan. Dio orden de que los que pudieran nadar saltaran primero por la borda para llegar a tierra, y de que los demás salieran valiéndose de tablas del barco. De esta manera todos llegamos sanos y salvos a tierra”. Así nos cuenta Lucas en su narrativa en Hechos 27:42 – 44 Que respiro tan profundo han de haber dado los náufragos cuando llegaron a la isla después de haberse escapado de perecer en la tormenta. Nadie más que Pablo comprendía por qué había sucedido semejante situación. El enemigo del Reino de Dios estaba empeñado en perseguir a Pablo y a sus compañeros porque ellos eran portadores de la buena semilla. “Una vez a salvo, nos enteramos de que la isla se llamaba Malta. Los isleños nos trataron con toda clase de atenciones. Encendieron una fogata y nos invitaron a acercarnos, porque estaba lloviendo y hacía frío” Hechos 28:1 – 2 Así que llegaron a la isla que hoy se conoce como la República de Malta, todos estaban Iglesia Esperanza de Israel 9 calentándose en torno a la hoguera que los malteses habían hecho: “Sucedió que Pablo recogió un montón de leña y la estaba echando al fuego, cuando una víbora que huía del calor se le prendió en la mano. Al ver la serpiente colgada de la mano los isleños se pusieron a comentar entre sí, sin duda este hombre es un asesino, pues aunque se salvó del mar, la justicia divina no va a consentir que siga con vida” Hechos 28:3 – 5. Verdaderamente que sufrió a manera de un malhechor, ¿Quién de los nativos hubiese pensado en ese momento que Pablo era el hombre escogido entre los millares de Israel para llevar la buena nueva a los reyes y todos los que estaban en eminencia en aquél tiempo?; los habitantes de Malta no miraban más que a un reo limitado a unas cadenas que iba para Roma a ser condenado: “La gente esperaba que se hinchara o cayera muerto de repente, pero después de esperar un buen rato y de ver que nada extraño le sucedía, cambiaron de parecer y decían que era un dios” Hechos 28:6 Un Embajador entre Cadenas Este hombre que sufrió como fiel soldado de Jesucristo lo hizo con el gran propósito de dejar un legado a la posteridad y nosotros somos esa generación postrera, y debemos tomar el consejo que dejó escrito: “Sed imitadores de mi como yo de Cristo” 1 Corintios 11:1 Reuniones: Miércoles y Viernes de 5:50 a 6:50 p.m. Sábados de 8:00 a.m. a 10:00 a.m. y de 3:00 a 5:00 p.m. Nuestro Apdo. 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