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FAO en acción
Comida rápida, económica y también sana
FAO ayuda a mejorar la calidad de la comida de los puestos callejeros
¿Tienes hambre? ¿Te comerías algo rápido? En
cualquier gran ciudad del mundo, ya sea Nueva
York, Bangkok o Dakar, este problema tiene fácil
solución. Basta con bajar a la calle. La comida de
los puestos callejeros ocupa una gran parte de
nuestra dieta diaria, sobre todo en algunos países
en desarrollo, debido al ritmo de vida en las
ciudades y a la migración del campo a la ciudad.
Fácil de preparar y de vender, estos alimentos
ambulantes son apetecibles y económicos. Pero
también son una vía rápida para intoxicaciones
alimentarias. Los puestos callejeros a menudo
carecen de condiciones adecuadas de
almacenamiento, refrigeración y de medios para
cocinar los alimentos e impedir que se contaminen
de bacterias, como la salmonella. La falta de agua
potable y de medios adecuados para eliminar los
desechos incrementa el peligro de contaminación
para los clientes.
Durante los últimos 15 años, la FAO ha llevado a
cabo una serie de acciones destinadas a mejorar la
calidad de los alimentos callejeros. La Comisión
del Codex Alimentarius de la FAO y de la OMS,
encargada de establecer las normas de inocuidad
de los alimentos en todo el mundo, ha producido
documentos de orientación, a nivel regional, sobre
la calidad de los alimentos comercializados en la
vía pública. Además, la FAO ha llevado a cabo
estudios de investigación y ha ayudado a las
autoridades locales a mejorar la calidad de la
comida callejera en 24 ciudades de África, Asia y
América Latina. He aquí algunas de esas
experiencias:
Durante el brote de cólera de 1991, en Perú y
Bolivia, la FAO brindó su asistencia técnica para
detectar el virus en algunos alimentos de venta en
la calle, como el ceviche, a base de pescado crudo.
Gracias a estos proyectos de la FAO, más de 600
inspectores y en torno a 50 000 manipuladores
latinoamericanos recibieron capacitación sobre
cómo mejorar la calidad de los alimentos. Ahora
una nueva campaña de información se ha puesto
en marcha para informar a los consumidores sobre
su derecho a exigir mayor calidad en los
alimentos de venta ambulante.
En Bangkok, Tailandia, los alimentos de la calle
suministran el 40 por ciento del total del consumo
de energía de los habitantes de la ciudad.
Desgraciadamente, una investigación sobre la
calidad de estos alimentos mostró niveles
inaceptables de bacterias y toxinas. Con el apoyo
de la FAO, las autoridades tailandesas
instituyeron un Código de prácticas para el
comercio ambulante que incluía 10 medidas para
mejorar su higiene. Se hizo un curso para
capacitar a los inspectores del sector y se llevó a
cabo una campaña de sensibilización para los
consumidores.
En otro rincón del mundo, en la capital de
Senegal, Dakar, también prospera la venta
ambulante de alimentos y con ella sus problemas
concomitantes. Los puestos embotellan el tráfico,
la basura ensucia las calles y tapona los desagües
y, en consecuencia, aumenta la frecuencia de
enfermedades de origen alimentario. Pero con la
ayuda de la FAO se ha puesto en marcha un
ambicioso proyecto: un nuevo mercado en el que
los vendedores ambulantes dispondrán de agua
potable, servicios de basura y de aseos. Además,
la capacitación no se refiere sólo a cuestiones
relativas a la higiene de los alimentos sino
también a técnicas de gestión de empresa y
asesoría jurídica, para que los vendedores
conozcan sus derechos y deberes como
contribuyentes al erario público.
En Sudáfrica, se ha apostado por la producción de
materiales de divulgación, incluyendo vídeos, con
información básica sobre la preparación y
manipulación de alimentos. "Este proyecto ha
tenido tanto éxito que queremos utilizarlo como
modelo en otras ciudades africanas", explica
Enrico Casadei, oficial de nutrición del Servicio
de calidad de alimentos y normas alimentarias de
la FAO. En la actualidad, está en proceso la
preparación de una conferencia regional para
intercambio de experiencias y propuestas.
Datos y cifras
El Codex Alimentarius y la venta ambulante
Un estudio de la FAO en Calcuta reveló que los
alimentos vendidos en los puestos callejeros
pueden ser la manera mejor y más barata de
obtener una dieta equilibrada fuera de casa. Una
comida de medio kilo puede contener: 20-30
gramos de proteínas, 12-15 gr. de grasa, 174-183
gr. de carbohidratos. Proporciona 1 000 calorías
aproximadamente, y no cuesta más de un cuarto
de dólar.
En América Latina y el Caribe, la compra de
alimentos en la vía pública representa del 20 al 30
por ciento del gasto familiar urbano y es una
importante fuente de empleo. La venta ambulante
es una fuente de renta importante para las
mujeres. En algunas regiones del mundo, ellas
representan entre el 70 y el 90 por ciento de los
vendedores.
En Bangkok, Tailandia, 20 000 vendedores
ambulantes suministran a los habitantes de la
ciudad el 40 por ciento del total de su consumo de
energía. Tras una campaña de sensibilización para
mejorar la calidad de los alimentos promovida por
la FAO, los comerciantes anunciaron que las
ventas habían aumentado un 20 por ciento.
La Comisión del Codex Alimentarius ha adoptado
dos documentos regionales de orientación sobre la
venta ambulante de alimentos, uno para la región
de África y otro para América Latina y el Caribe.
Estos documentos constituyen la base de un
código de prácticas de aplicación en los
respectivos países bajo la responsabilidad de las
autoridades locales.
La Comisión del Codex Alimentarius fue creada
en 1963 por la FAO y la OMS para desarrollar
normas alimentarias, reglamentos y otros textos
relacionados. Actualmente cuenta con 165 países
miembros. Se ocupa de la protección de la salud
de los consumidores, de asegurar prácticas de
comercio claras, así como de promover la
coordinación de las normas alimentarias
acordadas por organizaciones gubernamentales y
no gubernamentales.
La Comisión del Codex Alimentarius es el único
foro internacional que reúne a la comunidad
científica, a los especialistas, a los órganos
reguladores de los gobiernos, a los consumidores
internacionales y a las organizaciones industriales.
Algunos resultados importantes de la Comisión:
•
ha fijado el límite máximo de residuos en los
alimentos para más de 3 200 pesticidas;
•
ha evaluado unos 1 005 aditivos;
•
ha definido principios generales de higiene
en la cadena alimentaria, desde el momento
de la producción hasta que llega a los
consumidores;
•
ha fijado reglas para el uso seguro de aditivos
en los alimentos y ha creado directrices para
el etiquetado;
•
ha clarificado la definición de alimentos
orgánicos con el fin de evitar informaciones
engañosas sobre la calidad de los alimentos
o los métodos de producción;
•
ha establecido normas reconocidas
internacionalmente y directrices para el
comercio internacional de alimentos,
valorado en unos 300 000 millones de
dólares al año;
•
ha puesto en marcha 30 comités
especializados, integrados por destacados
profesionales de la salud (gubernamentales,
científicos y representantes de los sectores de
la alimentación y la agricultura) para
proporcionar la base científica continuada
para las normas del Codex.
Los textos del Codex son usados por los
gobiernos como parte de sus requisitos nacionales
para la seguridad de los alimentos. Sus socios
comerciales también los usan para especificar el
grado y la calidad de sus envíos comerciales
internacionales.
Para más información, contactar con la Oficina
de relaciones con los medios de comunicación de
la FAO:
Tel: (+39) 06 5705 3625
Fax: (+39) 06 5705 3699/
Media-Office@fao.org
O visitar la página web de la Comisión del Codex
Alimentarius:
http://www.codexalimentarius.net/Default.htm
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