W. H. Auden La Degollación de los Inocentes Raál Gustavo Aguirre Antonin Artaud: la conciencia como pasión y conflicto POEMAS Ferreira Gullar, Victor: Va/era Mora, Arna/do Acosta Bello, John Lyons, Hernán Lavin Cerda y Enrique Hemández D'jesús DOCUMENTOS Fernando Pessoa Carta a Casais Monteiro Vol. 6 N° 3 Setiembre-Octubre 1976 1 W.H.Auden La Degollación de los Inocentes 1 Ferreira Gullar Poemas 12 Arnaldo Acosta Bello Tres Poemas 15 Raúl Gustavo Aguirre Antoni« Artaud: y conflicta. 19 JohnLyons M4s aJJ4de la Biografta 21 Victor Valera Mora Cuatro Poemas 23 Hernán Lavin Cerda Dos Poemas 26 Enrique Hémández D'Jesús Dos Poemas 29 Fernando Pessoa Carta a Casais Monteiro REDACCION: Alejandro Oliveros Reynaldo Pérez-Só POESIA. revista bimestral Departamento de literatura l :Eugenio la conciencia como pasión Montejo de poesía y teoría poética editada por el de la U. C. - A p.d o. 3052. Valencia. Venezuela LA Of;GOLLACION Of; LOS INOCf;NTf;S 1 HERODES Estoy perplejo porque tengo que decidir y porque mi decisión debe ser conforme con la Naturaleza y la Necesidad. Comienzo por prestar homenaje a aquellos por- quien mi naturaleza es por necesidad lo que es. A la Fortuna -porque me ha hecho Tetrarca, porque me ha librado de los atentados, porque a los sesenta años mi cabeza es lúcida y mi digestión perfecta. A mi Padre -porque me proporcionó a los viajes y al estudio. A mi Madre -por los medios para satisfacer mi amor la nariz aguileña. A Eva, mi ama de cria -por mis hábitos regulares. A mi hermano Areias, que se casó con una trapecista y murió alcohólico para refutar así la posición de los Hedonistas. Al Sr. Haz todo, que me inició en los elementos de geometría, con los cuales me fue posible comprender los errores de los poetas trágicos. Al Profesor Farol -por sus lecciones sobre la guerra del Peloponeso. Al extranjero que concí a bordo de un viaje a Sicilia -por recomendado el ensayo de Brown sobre la Decisión. A Menina Botao, mi secretaria -por cursos eran inaudibles. haber reconocido haberme que mis dis- No hay ningún desorden visible. Ningún crímen -¿qué habrá más inocente que el nacimiento del hijo de un carpintero? Hoy ha sido uno de aquellos días perfectos de Invierno, fríos, luminosos, profundamente tranquilos durante el que los ladridos de un mastín de rebaño-se oyen en leguas y leguas, y las 1 grandes y agrestes montañ~ crecen hasta las murallas de la ciudad, yel espíritu se siente intensamente despierto, y esta noche, en cuanto me demoro en el balcón, en lo alto de la ciudadela, no hay nada, en todo el magnífico panorama de planicie y montes, que denuncie por qué el Imperio está bajo la amenaza de un peligro más terrible que u~a invasió~ de tártaros en veloces camellos o que una conspiración de la Guardia Pretonana. Los bateles descargan adobo en los almacenes del río. En las posadas hay frutas, sopa y bocadillos a precios asequibles. La separación de los cultivos se popularizó. La carretera de la costa atraviesa las m ontañas y ya no llevan espingardas los conductores de camiones. Las cosas empiezan a estar organizadas. Hace mucho tiempo que nadie roba los bancos del jardín ni mata los cisnes. En esta provincia hay niños que nunca han visto un piojo, cambistas que jamás tocaron nna moneda falsa, mujeres de cuarenta años que nunca se escondieron en un vallado, como no fuera en broma. En veinte años conseguí cambiar algo. Pero no es suficiente. A pocas leguas de aquí hay aldeas donde aún creen en las brujas. No existe una sola ciudad donde una buena librería sea negocio. Las personas capaces de resolver el problema de Aquiles y la Tortuga, se cuentan con los dedos de una sola mano. Aún estoy en el principio. En veinte años el oscurantismo apenas fué repelido unos pasos. Y es aquí, a pesar de todo, aunque el Imperio tiene millares de leguas cuadradas, donde es posible vivir una Vida Racional. Una frá~il mancha de luz comparada con las áreas inm mensas de noche bárbara que la rodea por todos lados. Esa incoherente salvajeda de rabia y terror, donde los idiotas mongoles son considerados sagrados y las madres que dan a luz gemelos son inmediatamente muertas, donde la malaria es tratada con gritos, donde los guerreros de soberbio coraje se someten a las órdenes de videntes histéricos, donde las mejores raciones de carne son reservadas para los muertos, donde si se ve un mirlo blanco jamás trabaja nadie en ese día, donde acreditan firmemente que el mundo fué hecho por un gigante de tres cabezas o que el movimiento de los astros es controlado por el hígado de un elefante vagabundo. y con todo, en el mismo centro de esta mancha civilizada donde, sabe el cielo a costa de cuántos dolores y sangre, se consideró innecesario, a cualquier edad superior a los doce años creer en las hadas, o en que las causas primeras residen en infinitos y mortales objetos, tanta gente aún siente añoranza del desorden en cuyo seno las pasiones gozaban una licencia frenética. César se refugia en su pabellón de caza perseguido por el "ennui", y en los suburbios de la capital la sociedad se torna selvática, corrompida por las sedas y los perfumes, ablandada por el azúcar y las aguas quietas, se vuelve insolente por los teatros y por las esclavas seductoras y, en todas partes, incluyendo esta provincia, todos los días brotan nuevos profetas pregonando la vieja cantiga bárbara. W. H. Auden Lo he intentado todo. Prohibí la venta de cristales y de tablas de adivinación; puse un fuerte tributo a los juegos de azar; los tribunales tienen poderes para sentenciar a los alquimistas a trabajar forzados en las minas; es crimen penado por los códigos el hacer danzar a las masas o el sentirse poseso. Pero nada tiene garantías de eficacia. ¿Cómo puedo esperar comprensión de las masas, cuando, por ejemplo, como sé de fuente segura, la capital de mi propia custodia 2 3 usa un amuleto contra el mal-de-ojo, y el más rico mercader de la ciudad consulta un medium antes de cualquier transación importante? Las leyes son impotentes para cortar la súplica primaria de añoranzas que se yergue, cada día que pasa, de todos estos hogares bajo mi protección: "Oh, Dios, aparta de nosotros la justicia y la verdad porque no la comprendemos ni la deseamos. La eternidad seria para nosotros una broma tremenda. Deja tus Cielos y desciende a nuestra tierra de bardas y relojes de agua. Hazte un pariente nuestro. Bebe, divierte al abuelito, acompaña a la Señora a la Opera, ayuda a Guillermo a hacer sus deberes escolares, presenta a Mica un bello oficial de marina. Vuélvete simpático y frágil como nosotros y te amaremos como nos amamos a nosotros mismos". La razón es impotente y ahora hasta el Compromiso Poético no funciona. No se admiten esas historietas encantadoras en las cuales Zeus, disfrazado de cisne, de toro, de aguacero o de lo que se nos ocurra, se acostaba con una mujer hermosa para engendrar un héroe. El público se volvió demasiado "culto". Bajo las metáforas graciosas, bajo los símbolos, presiente un imperativo austero:' 'Vive heroicamente"; tras el mito del origen divino, presiente la grandeza humana auténtica que es una censura de su propia bajeza. Y por eso, en un acceso de furor, pone la poesía en la calle y llama a la Profesía : "Tu hermana acaba de insultarme, Yo pedí un Dios que fuese tan igual a mí cuanto fuese posible. ¿De qué sirve un Dios cuya divinidad consiste en hacer cosas difíciles que yo no soy capaz de entender? El Dios que yo deseo y pretendo conseguir debe ser un dios que pueda reconocer inmediatamente, sin que esté obligado a esperar para ver lo que dice o hace. Nada extraordinario debe haber en él. Convoquémosle ahora, por favor. Estoy harto de esperar". Y hoy, a lo que parece, a juzgar por el trío que me visitó esta mañana con careta de éxtasis sobre las sabias faces, la cosa ocurrió: "Dios acaba de nacer", gritaban ellos. "Le vimos con nuestros propios' ojos. El Mundo está salvado. No importa nada más". No hace falta ser un gran psicólogo para estar seguro de que, si este boato no es aplastado ahora, será capaz de envenenar el Imperio en pocos mas. No es preciso ser un profeta para predecir estas consecuencias. La razón será sustituída por la Revelación. En lugar de la Ley Racional, de verdades objetivas, perceptibles por quien quiera que se someta a la necesaria disciplina intelectual, e iguales para todos, el conocimiento degenerará en tumulto de visiones subjetivas, sensaciones que la subalimentación engendró en el plexo solar, visiones angélicas engendradas por la fiebre o por los estupefacientes' sueños proféticos inspirados por el son del agua cayendo. Cosmogonías enteras serán extraídas de cualquier resentimiento personal olvidado, poemas épicos completos serán escritos en lenguajes especiales, los borrones de los niños de las escuelas serán considerados superiores a las obras maestras. El Idealismo será sustituído por el Materialismo. A Príapo le bastará mudarse a un lugar distinguido y llamarse Eros, para transformarse en el querido de las mujeres de edad madura. La vida después de la muerte será un eterno 4 banquete de ceremonia en que los convidados tendrán siempre veinte años, Desviada de su natural y completo escape en el patriotismo y en el orgullo cívico y familiar ,la necesidad de las Masas materialistas, un ídolo visible al cual adoren, será llevada a corrientes enteramente antisociales, donde no habrá educación que las atienda. Se prestarán honras divinas a teteras de plata, a pequeñas depresiones en la tierra, a nombres en los mapas, a animales 'domésticos , a molinos en ruinas y también, en casos extremos, que se volverán crecientemente vulgares, a dolores de cabeza, tumores malignos, o a las cuatro de la tarde. La Justicia será sustituida por la Piedad como principal virtud humana; y cualquier recelo de castigo se desvanecerá. No habrá sacripanta que no se felicite: "Qué pecador no seré para que venga Dios en persona a salvarme. Qué hombre de los diablos no seré". No habrá, tratante que no argumente: "A mí me gusta cometer crímenes.A Dios perdonarlos". Es 'Ciertoque el mundo está perfectamente hecho. Y la ambición de cualquier joven será garantizarse el arrepentimiento a la hora de la muerte. La nueva aristocracia será constituida exclusivamente por ascetas holgazanes y enfermos sin cura. El Diamante Bruto la Prostituta Que Muere Tuberculosa, el bandido que respeta la madrecita, la epiléptica que ama los animales, serán los héroes y las heroínas de la nueva tragedia. En cuanto al general, al estadista y al filósofo, se convertirán en el centro de todas las sátiras y burlas. Es evidente que no se puede consentir que suceda esto. La civilización tiene que salvarse, lo que significará llamar a los militares, como supongo. Qué horror. ¿Por qué será que, al fin y al cabo, siempre la civilización acaba por llamar a esos ordenadores profesionales para quienes es absolutamente indiferente que sea Pitágoras o un lunático la persona que tienen orden de liquidar? ¡Oh, cielos!, ¿por qué esta desventurada criatura no nació en otro sitio? ¿Por qué no son comprensivos los hombres? Yo no quiero ser sanguinario. ¿Por qué esta gente no vé que la noción de un Dios finito es absurda? ¿Por qué es así? Y supongan, por hipótesis, que esta historia es verdadera, que esta criatura es inexplicablamente Dios y Hombre, que crece, vive y muere, sin cometer un único pecado, ¿podrá eso mejorar la vida? Por lo contrario la tomará peor, muchísimo peor. Pues significa que, habiendo mostrado una vez cómo es posib~e esto, Dios espera de cada uno, cualquiera sea su condición, que viva una vida sin pecados para con la carne y para con el .rnundo. Y entonces sería cuando el genero humano caería en la locura y en la desesperación. ¿Esto para mí, personalmente para mí, en este momento en que Dios me dio el poder de destruirlo? Me excuso de haber llegado a la certeza. Es imposible que El quiera divertirse tan terriblemente a mi costa. ¿Por qué se obstinaría así conmigo? He trabajado como un esclavo. Pregunten a quien quieran. Leí todas las relaciones sin saltar una línea. Di lecciones de dicción. Raramente me dejé sobornar. ¿Cómo osa El confiarme la decisión? He procurado ser bueno. Me lavo los dientes todas las noches. .Hace' más de un mes que no tengo relaciones sexuales. Protesto. Soy liberal. Quiero que todo el mundo sea feliz. Quién pudiera no haber nacido. 5 TI SOLDADOS Cuando la Guerra de los Sexos terminó por la matanza de las Ancianas encontraron un hijo de madre soltera muriendo asfixiado debajo de ellas; alguien le llamó Jorge y ese fué el Diablo: POf:;MAS t"=[;RR[;IRA GU LLAR Le enrolaron luego en la tropa. Jorge, mi viejo recluta, ¿Cómo fuiste a parar a la tropa? En la Retirada de la Razón desertó en su caballo de palo y vivió a costa de un viejo hasta que se cansó de golpearlo; le rompió los lentes. le robó el libro de cheques y la gabardina y después se encaminó a la tropa Jorge, mi viejo apuntador, ¿Cómo fuiste a parar a la tropa? Antes de la Dieta del Azúcar usaba láminas de barba y poco después desarrolló una alergia a las virginidades: descubrió un remedio de su invención que nadie quiso patentar , y entonces volvió a la tropa. Jorge, mi viejo murciélago, cómo fuiste a parar a la tropa? Cuando acabaton las Vice-Cruzadas fué contratado por ciertos Moscovitas que experimentaban desodorizantes entre los Esquimales; cogió un constipado y fué condenado a trabajar a las minas Pero se escabulló nacía la tropa Jorge, mi viejo Emperador, Cómo fuiste a parar a la tropa? Desde que la paz fué asesinada con Honra, han tratado de la vida pero, ¡hurra! aquí viene Su Fustigadora abotonándose el uniforme; apresurado para la Degollación de los Inocentes, Volvió al gallinero de la tropa, Jorge, mi viejo "espada" Bien venido seas a la tropa ID RAQUEL Perros a la izquierda enseñando los dientes, zambullendo el mirar en solideces demasiado hondas para llenar con rosas. A la derecha carneros sensibles dirigiendo los ojos hacia un orgullo donde no hay sueño que crezca. En algún lugar de estas ilimitadas vastedades de delirio hay una criatura perdida que habla Otrora en el lenguaje de las llagas. Mañana, tal vez, se descubrirá a sí misma en los Cielos, Pero aquí el Dolor no tuerce el silencio ni en este sentido ni en aquél, ni por cualquier razón. y ahora ha qudado helada la tierra para siempre. (De "For the time being", 6 Versión de Antonio F. Molina) EN UN PRINCIPIO Ferreira Gullar (Sao Luís de Maranhao, 1930) llegó a ser uno de los mentores principales del movimiento de la Poesía Concreta junto con Décio Pignatari, Haroldo de Campos y Augusto de Campos, movimiento éste que tendría su mayor impulso en el ya desaparecido Suplemento Dominical del Jornal do Brasil (entre 1956-1961). Más tarde encabeza con Reynaldo Jardim y el crítico Oliveira Bastos un movimiento disidente, el Neoconcretismo, con perspectivas más amplias y subjetivistas, pues el poeta neoconcreto no rechaza' 'la subjetividad sin la cual no es posible ninguna creación ... " Distingue entre "el verbalismo y el conocimiento fenomenológico". Después de algún tiempo abandonará totalmente el concretismo y se dedicará a una poesía de carácter tradicional (poesía de cordel) comprometida socialmente. "Creemos, y la crítica en general está con nosotros, que la verdadera poesía de Ferreira Gullar, aquélla que es el resultado filtrado y transfigurado de su vivencia humana y cultural, está en el libro Luto Corporal, uno de los testimonios más compactos de la nueva generación de poetas brasileros", se dice en una antología preparada por los poetas Manuel Bandeira y Walmir Ayala. Ferreira Gullar se encontraba preso hasta hace muy poco, luego de tratar de entrar al Brasil desde Argentina, donde se hallaba exilado. Libros publicados: Um pouco Acima do Chao, 1950. Luto Corporal, 1954. Poemas (poesía concreta), 1958. Jooo Boa-Morte CabraMarcado Pro Mo"er, 1962. Dentro Da Noite Veloz, 1975. Poemas Sujo, 1976. Los textos que incluimos pertenecen a Luto Corporal. (Nota y versión de Reynaldo Pérez-Só) 7 ferreira gullar Un fuego sin resplandor quema los frutos en este campo. Donde la vegetación no ríe. Cavamos la palabra. Bajo su brillo, la cal; y cavamos la cal. Donde brotara la fuente, las piedras secas. Donde brotara la fuente, brotara la fuente. Aquí brotara la fuente. Un fuego sin resplandor alimenta los frutos de este campo. Esto es la polvareda floreciendo, sin ruido y sin milagro. La polvareda floreciendo su milagro. Esto es un verano elevándose con sus hojas y su sol. De una garganta clara, el mar (un verano) elevándose sin tumulto. El poeta Ferreira Gullar en una foto reciente Flores diurnas, fieras mías, son éstas las máquinas del vuelo. La piel del cuerpo se incencia en tu inberno verdadero. Yo te violento, suelo de la vida, garganta de mi día. En tu áspera luz controlo todo mi canto. 8 9 ferreira pilar ferreira gullar * * Como árbol, la arai'la engendra en la sombra su fiesta, cualquier salto. Viejos soles que el follaje bebió, luz, polvareda ahora, tejida en lo oscuro. Alto abandono en que los frutos alborecen, y rompen! Pero que no se desvanezca la madurez de ese tiempo; y ruede el oro, esclavo, por tierra, para que lo que es canto se redima sin ayuda. El olor del cuerpo es impuro, pero es necesario amarlo. Ningún otro sol me alumbra, sino ese, mortal como un pájaro, que mi trabajo inflama de ese olor. y es así como la alegría concibe, dentro de mi boca, su cristal difícil. Suelo verbal, campos de soles pulverizados. Aquí las alas de la vida se destruyen y más puras regresan. El mar talla los trabajos de su soledad. La palabra erguida vigila por encima del hambre el terreno ganado. 11 10 TRI;;S POI;MAS a.rnaldo acosta bello ARNALDO ACOST A 8f;LLO LA LUCIERNAGA Una luciérnaga ha entrado en la habitación, al matar la luz, diviso al gusano de fuego que pausadamente gira o hace violentas rúbricas, puntos y líneas donde la brasa por momentos se aviva y promete visiones al sueño. Es como un juego: mientras mi cuello se desplaza para que el ojo la siga, mientras mi respiración y mi cuerpo son los del gato que ha visto una mariposa, ella, la luciérnaga, pasa su faro cientos de veces sobre mi cara, sin saber dónde voy, sin haberme visto. Finalmente se precipita y su caída suena como l~ semilla de un árbol secreto. De resplandor en resplandor va perdiendo la vida sin que yo pueda distinguir la mano que ha apagado ese fugaz incencio. 12 liRIOS Al sol los lirios se encienden vidrios de una catedral recta cuyas últimas piedras existen en el agua. Rojas bocinas, faros en la cabeza del tallo en la mañana altivos, en la tarde señeros, no puedo hacer para ustedes una canción triste aUllque sean humildes y sean banderas y trompetas de un ejército que ya a morir cuando el atolondrado verano entre a tambor batiente y vengan las hormigas a ese cementerio de flores. No importa. La tierra ha guardado sus llamas y en las primeras nubes cuando la frescura corra como vena hacia el corazón, un viejo temperamento brotará en el mástil. Ese navío de grandes capas traerá la esperanza en forma de herradura. Para entonces el guayabo agrio estará en flor y con discreta esencia en toda la estación abrirá caminos a olvidadas hierbas. 13 amaldo acosta bello ANTONIN ARTAUD: LA CONCI~NCIA COMO PASION y CON~LICTO Raúl Gustavo Aguirre COMIENZA A CRECER Un instante después de la cena la música y el café hacen nacer las 'cosas y la mirada pura, sin ojos que le exijan volver, siente la lluvia fina, toca la hierba donde un conejo se agacha todas las tardes, da vueltas en la casa y sus pisadas dan vergüenza al silencio, sale al sol y mira los hebreos de regreso. En la flor tiene el fuego de las batallas, se aprieta contra el suefl.o de la reina que vive en el musgo, entra en las piedras, busca la mina de miel, la hebra de oro en labios desconocidos, las horas rojas cayendo de un árbol me cubren. En la montafl.a un pálido río comienza a crecer. (Del libro inédito: ADAGON, o FJ Brusco Pavor de los Tréboles) 14 En el cielo de la poesía y del arte teatral contemporáneos, Artaud es un astro inclasificable, un poco fuera de órbita, al que se suele mirar con inquietud, con desconcierto o compasión, en el peor de los casos. Es que en Artaud -se dice, se lo repite hasta el cansancio- obró su poder erosivo la enfermedad. Pero, ¿qué enfermedad? Jamás esta palabra explicó menos, situó menos a un hombre. Artaud sigue siendo un enigma, y es muy posible que en los años siguientes, como hasta hoy, ese enigma suscite reflexiones, interrogaciones. Por ejemplo, ¿no se halla por lo menos en el origen de su "enfermedad" el ejercicio honrado de una lucidez, una voluntad (o simplemente una fatalidad) de conciencia que de por sí ya lo sitúa en lo excesivo, cuando en sí misma esta aspiración a no mentirse, a dejarse enredar en la realidad tendría que ser lo común en todo ser humano? El teatro verdadero me ha parecido siempre como el ejercicio de un acto peligroso y terrible" : estas palabras del poeta de Le Pese - nerfs podrían muy bien referirse a su propia existencia. Porque, en efecto, para Antonin Artaud, la vida fué, de continuo, "un acto peligroso y terrible". No es el escenario , 'donde se desarrolla virtuosa y simbólicamente un mito" (el mito, diríamos aquí' de la persona: la máscara), sino "ese crisol" donde "se presenta físicamente y al natural el acto mítico de hacer un cuerpo". Detengámonos en estas palabras aparentemente inocuas: nos llevan al vértigo de un abismo. Porque, en primer lugar, tales reflexiones no son metafóricas. Lo confirma jean-Louis Barrault cuando nos dice que Artaud"se volvió teatro"y que "su vida es exactamente una tragedia". ¿Y por qué? Porque Artaud "tenía conciencia de todo, de una manera permanente, y también de una manera alarmante". Ahora bien: "tener conciencia de todo", con "una percepción de ojo de mosca", es -meditémoslocargar con la urgente presencia de ese "todo": del universo, de la existencia, de los seres siempre infinitos, cuestionadores, desafiantes; es tener la mirada tan colmada de realidad que termina por perderse en esa realidad, por perderla, por traspasarla. "Era ante todo poeta" , concluye Barrault. Que es otra manera de decir lo mismo. Maurice Blanchot -el tremendamente agudo crítico de La par! du feu observa, también él, que Artaud "estuvo dotado y atormentado por una extrema lucidez" , que estuvo constantemente preocupado por la poesía y el pensamiento, y no por su persona a la manera romántica"; más todavía, que "se expuso a una exigencia de trastorno que volvía a cuestionar las bases de la cultura y el mundo contemporáneos". ¡Nada menos! Pero, es necesario, continúa sensa- 15 tamente Blanchot, que renunciemos, .para alcanzarlo, a la imagen convenciónal del genio. fulminado. No. olvidaremos el espacio. de dolor, de estrechamiento. y de grito. en el cual fué mantenido, pero. no. lo. veremos nunca llevar sobre sí mismo. una mirada de complacencia que no. apuntara más que a él. Si se ha interrogado, con sospecha, sobre el enigma que representaba, es que esa existencia enigmática lo. puso constantemente en lucha con condiciones y relaciones nuevas, exigidas por el esptrit« de poesta y en las que tuvo. que permanecer sin apoyarse en las formas sociales o. religiosas tradicionales' (el subrayado. es nuestro). Buscó peligrosarnente "en la comunicación del arte y cfe lo. sagrado, una forma nueva del arte y una conciencia nueva de lo. sagrado". Blanchot sabe que la' "enfermedad" de Artaud no. es fácil de explicar. "La experiencia del pensamiento. poético. corno carencia y corno dolor es trastornadora, sin medida, única. Compromete a quien la siente en la violencia de un combate. De ese combate, Artaud ha sido. misteriosamente el lugar. Combate entre el pensamiento. corno carencia y la imposibilidad de soportar esa carencia; entre el pensamiento. corno nada y la plenitud de surgimiento. que se oculta en ella; entre el pensamiento. corno separación y la vida inseparable del pensamiento." . Artaud "no. está nunca en lugar seguro". Lo que se constituye en sujeto. de reflexión y lo. que ella descubre en el supuesto. de toda la creación: "la poesía es poesia en el espacio", o. corno escribe Artaud mismo: "parte de la necesidad de palabra mucho. más que de la palabra ya fo.rmada". Es, concluye Blanchot, "la experiencia del arte corno cumplimiento. de lo. que no. puede cumplirse, realización de eso. que sin embargo. es siempre otro que lo. real". En semejante intensidad de existencia, es comprensible que cuando. Artaud "habla de la vida, es del fuego. que habla; cuando. nombra el vacío, es la quemadura del vacío, el ardor del espacio. en vivo, la incandescencia del desierto." aquello. que. sus palabras quieren atrapar. Pocas veces asistimos a una sed de verdad tan insaciable, tan desgarradora. Por ello, también, nos.parece que André Breton no. es por entero. justo. cuando. declara: "El lugar donde Artaud me introducía me da siempre la sensación de un lugar abstracto, de una galería de espejos. Hay siempre allí para mí algo. de 'verbal' aun cuando. el verbo es muy noble, muy bello. Es un lugar de lagunas y de eclipses donde personalmente no. reencuentro ya mis comunicaciones con las innumerables cosas que, a pesar de todo, me gustan y me retienen sobre la tierra". Breton, sin duda, habla con sinceridad, pero curiosamente proyecta sobre su antiguo compañero lo.Sreparos que se le pueden hacer al surrealismo. (o. a quienes tornaron el surrealismo. demasiado. co.mo. un método. o. una fórmula). No. creemos, de todas maneras, que estos reproches se pueden formular a Artaud. No. era un hombre que tuviese en absoluto nada que ver con "lo. que puede hacer to.rcer el arnor". Por el contrario, si Artaud se despedaza en una búsqueda a través de "la incandescencia del desierto." , es justamente porque ha visto. las áterradoras distancias, las ambigüedades y las deformaciones que median entre la poesía y las palabras, entre la verdad y el pensamiento, entre la realidad y la conciencia, entre la sociedad y el amor. Padeció corno pocos el sentimiento. de estar sumergido. en una falsedad 16 Antonin Artaud / Autorretrato 17 11 esencial. Que ella puede explicarse sociológicamente, como lo hace Engene Ionesco, es quizá sólo una primera aproximación: "La falsa cultura -escribió el autor dei!J Rinooeronte+ nos separa de todo y de nosotros mismos, nos esconde la realidad, es 'inauténtica', es una autodefensa torpe como un arma que se volviera contra quien la utiliza: cuando se es amputado, se termina por percibirlo. Es pues el proceso a esa cultura desvitalizada, fuera de todo, queaos tiene prisioneros en una irrealidad desarraigada, lo que emprende Artaud". Esta es una explicación, sin duda, pero sólo en parte. Más a fondo, Blanchot nos recuerda: "Es verdad, realmente, que Artaud ha sufrido del espíritu y por el espíritu. Es verdad que su pensamiento ha sido dolor, y su dolor, el infinito del pensamiento". Esta perspectiva existencial puede o no ser aceptada, pero es la que más se acerca, a nuestro entender, al sentimiento que suscita aquello que sabemos, en vida y obra, de ese hombre que, según Barrault, "era un príncipe' '. No obstante, tampoco se trata aquí de evocar la célebre figura del albatros y de recordar que "lo más dificil para un genio -como escribe de él Abel Gance- no es ser genio, es vivir", caminar por el mundo con entorpecedoras alas de gigante. Como quiera que fuere, todo hombre tiene siempre ante' sí dos caminos fundamentalmente diversos: o ' 'acepta" .la realidad tal como ¡~es dmJa(en nociones, valores y reglas implícitas de comportamiento) ola inte"oga y la padece. Para la biología, tenemos en el primer supuesto un organismo concordancia con su medio: no hay conflicto de adaptación.· En el segundo, el conflicto es el origen de una nueva búsqueda, hasta que cambia el organismo o cambia el medio. El ser humano pertenece, por sus características, a la segunda determinación: es un ser -dicen los antropólogos- "abierto" , en perpetuo conflicto, un conflicto que la civilización se propone siempre atenuar, cuando no lo oculta o lo hace todavía, por el contrario, más grave. Aquí tenemos otra posible aproximación. Aunque Antonio Artaud, según acierta a expresarlo Arthur Adamov, no pertenece a ningún "campo", "escapa -como Maurice Nadeau lo ve también- a todas las glosas, a todas las utilizaciones, a todos los pretextos. Un astro,. decíamos al comienzo, inclasificable. Queda, sin embargo, a través de estas notas, y sobre todo del conocimiento siempre recomendable de sus escritos, de sus poemas, de su extraordinaria correspondencia, la imagen de un hombre que vivió el conflicto hasta sus últimas consecuencias, y para quien la poesía fué este conflicto en su más viviente y concreta expresión a la vez que la única manera de enfrentarlo. ' 'Me gustan -escribiólos poemas de los hambrientos, de lós enfermos. de los parias, de los envenenados: Francois Villon,Charles Baudelaire.Edgar Poe, Gerardde Nerval, y los poemas de los supliciados del lenguaje que están en pérdida en sus escritos, y no de aquellos que se afectan perdidos para instalar mejor su conciencia y su ciencia y la pérdida y lo escrito. Los perdidos no lo saben, balan o braman de dolor y de horror". en Que un poema es la vida, "un acto peligroso y terrible", es su grande, su imborrable enseñanza. (J) 18 MAS ALLA Dt; LA 810GRAt=IA Cuando el biógrafo trata de iluminamos ve nuestra sombra una forma informe Extirpada de lo que pasó antes el actor atrapado sobre la escena bajo el foco deslumbrante; pero nosotros somos la madera con la que se labré la estatua la zarza silvestre retorcida podada para darle forma las cosas que no hicimos las palabras jamás reseñadas los suspiros secretos, solitarios hasta la gente que nunca nos conoció Busca los colores que se secaron en la paleta sin llegar nunca al lienzo; estudia nuestra biología, nuestras fuerzas nuestras enfermedades nuestras mujeres que nunca aparecen nuestras noches de ebrio estupor cuando nos confesábamos con las paredes y ias sillas vadas o vagábamos por calles llenas de gente en busca del descubrimiento. Las citas que incluye este trabajo ~tAn tomadas de la antologia titulada ¿Quiin conoce a Antonin Artaud? /por/ Arthur Adamov, Antonin Artaud, lean-Louis Barrault, Maurice Blanchot, And~ Breton, Abel Gance, Eugene Ionesco, Maurice Nadeau, Tristan Tzara /y/ lean Wahl. Buenos Aires, Rodolfo Alonso Editor, 1975, 80 p. 19 CUATRO No ares a través de nuestro laberinto, realidad carne y hueso siempre es una exageración de los mitos que tratarás de crear; no le dediques tu tiempo a diarios de viaje que registran la pintoresca ruta que tomamos, que cambian la ruta del pasado, barriendo las huellas que llevan a callejones sin salida o a sucesos que mejor se callan; cuenta todo, las palabras privadas que electrocutaron una vida futura que cayó en el camino y se disolvió en el polvo. Cuenta más que todo. (Versión de Nicolás Suescún) 20 POi;MAS VICTOR VALt;RA MORA GINEBRA Respirar entre tus piernas ahí donde el corazón golpea frenético buscando salir para escrutarme enfrentarme borrar la duda XV El sordo sol y los muros de la idiota ciudad están en su sitio y más terca que una mula es la vida y espantanecedades soy y firmo la carta 21 vlctor valera mora DOS POf;MAS ~~RNAN LAVIN CfRDA IV Antonio Mirapalcielo se la pasaba en San Juan de Los Morros preguntando si por ahí no habían visto a Visto y cuando para buscarle la lengua le decían "el hombre es un forcito chocado por la puerta de los amores" Antonio como si nada respondía "es un carreto de hilo sin hilo' rodando por una pendiente" PABLO DE ROKHA El cuerpo se me cae sobre la tierra bruta P. de R. La anarquía de tu alma en fisión, Viejo Búfalo, vuela ahora reencarnándose por el calibrado hueso del revólver xl que habrá de filiarnos con la santa violencia, desde donde rescataremos, gran oriundo, y a muerte, Varado y pobre mas no de solemnidad sino a falta de cobres de los buenos viene hacia mí un paraguas enloquecido un abrigo de piel de camello una aguja de nodriza la que me mantiene en estado de gracia quien no me deja morir la casta y loca y trémula maligna 22 la venerada de tú carne de Job que lo perdió todo en un día, después de setenta y cuatro años de acoso en una de las celdas de este Zoológico del Nuevo Extremo, acolmillado por hembras carniceras y pálidas que empollan sus cenizas, sin rabo, sin orejas, como el Toro de la Resignación. 23 hernan lavln cerda EN A COLMAN NO HAY NADIE Abro la celda del monasterio y una voz tu voz sale aullando desde el fondo del pozo No hay nadie aquí en Acolman el templo está vado Los naranjos no se mueven ¿En qué tiempo estamos? No existe el futuro aquí en Acolman no vive un alma no vive un triste cuerpo y vada desolada está tu voz que sube y baja no existe y sube es un sadismo· es un suplicio y el aullido pasa al límite y el silencio es tenebroso Cierro la puerta de la celda trato de huir grito echo mi voz al fondo del pozo no hay nadie aquí en Acolman la sangre no corre es el vado es un sadismo es un suplicio El cuerpo que me azota no es un cuerpo ¿Adónde vas? Una voz que no existe baja al pozo ¿Quién anda por ahí? 24 hernán lavln cerda No hay Acolman No hay templo no hay ~ pájaro que viene a picotear las naranjas que no existen Nadie vuela no se oye un solo aullido nadie pide socorro No está la celda que yo abro no vive nadie aquí no está esa voz que sube y sube ni el vado que nos mira con sus ojos de búho El vado no existe pero mejor vámonos vámonos ya de aquí antes que prendan fuego a la Cruz 25 eorique hemindez d'jesús DOS POt;MAS ~NRIQU~ ~~RNAND~Z LA llUVIA D'-Jt;SUS DE LAS DOS VENTANAS Además me acaricio el cuerpo con el temor de ser descubierto lo hago en el más profundo secreto me rodeo de objetos tazas chinas cuadro de los más extraños bosques música en ferrocarriles Me asomo a la primera ventana y veo la lluvia caer sobre la vegetación .y los animales se esconden y el gato comienza también a acariciarse Voy a la cocina y veo los vasos de peltre de vidrio y las bolsas de ir al mercado y las de traer el licor también las tazas de arcilla las cucharas de palo y el cesto donde transportamos el gato desde muy lejos El tiempo de igual manera necesita un descanso comienzo a vivir fuera de él llenándome de picante el cabello de cebollas y de ajo en aceite de oliva Me baño de bebidas preparadas también tomo piña y crema de leche La segunda ventana me detiene en el café y en matas con hojas larguísimas también pájaros de madera Hoy limpié el jardín y sembré unas señoritas en un matero ahora les cae agua. TIEMPOS ANUNCIADOS El cuerpo se va Ojo de animal de los sueños viento nube de garra Relaciono el vuelo de la mujer de duraciones y de sombras semejante a mi rostro con apariencia de venado Como a primera vista y al mayor de los manjares el espíritu es un acontecimiento de tal manera nuestros riesgos deben referirse a la vida o también a ciertas decisiones En lo que a mi bañado de oro se refiere de últimos colores desteñido y hasta asqueroso tranquilo y con audacia de flotación y de las ausencias adecuado a este hermoso en donde todos somos partidos por la mitad ¿Quiere saber del destino? ¿De la realidad y de la incertidumbre? de estas cosas pequeñas que están (que están) de racimos de mis ojos 27 26 enrique hemández d1esÍls de entregarme a lo más lejano De los jardines aparecidos mortales en los antiguos cristales de pieles castillos puentes caballos y sueños sobre ellos agonizante en las torres Aparecen las historias desnudas cubiertas de fuego Mi condición es suficiente Juega hasta encontrarme Donde sea mi barriga el choque delegado misterioso de la sorpresa qué penoso e impaciente qué cambiado estoy en la fantasía De 'modo fortuito seguido de mi espera de mi abuso misterioso. 28 CARTA A CASAIS MONT~IRO Mi muy apreciado camarada: Lisboa, 13 de Enero de 1935 Agradezco mucho su carta, la cual vaya contestar inmediata e íntegramente. Antes de comenzar, deseo pedirle disculpas por responderle en este papel de copia. Se me acabó el más decente; es domingo, y no puedo conseguir otro. Pero es. mejor, creo, un mal papel que retardar la contesta. En primer lugar, quiero decirle que yo nunca vería ••otras razones", discrepando respecto a mí, en cualquier cosa que escribiera. Soy uno de los pocos poetas portugueses que no decretó su propia infabilidad, ni toma cualquier crítica que se le haga como un acto de lesa divinidad. Además de eso, sean cuales fueran mis defectos mentales, en mí no existe ninguna tendencia a la manía de persecución. Por otra parte, conozco bastante ya su independencia mental, que, si me es permitido decirlo, en mucho apruebo y elogio. Ser Maestro o Jefe nunca me lo propuse -Maestro, porque no sé enseñar, ni sé si tendría qué enseñar; Jefe, porque ni siquiera sé freir un huevo. No se preocupe, pues, con lo que tenga que decir, en cualquier ocasión, respecto a mí. No ando en busca de lonjas en los pisos superiores. Concuerdo completamente con Ud. en que no fué de la mejor suerte mi inicio con un libro de la naturaleza de Mensaje. Soy, de hecho, un nacionalista místico, un sebastianista racial. Pero soy, fuera de eso, y hasta en contradicción con eso, muchas otras cosas. Y esas cosas, por la misma 'naturaleza del libro, Mensaje no las incluye. Comencé con ese libro mis publicaciones por la sencilla razón de que fue el primer libro que conseguí, no sé por qué, organizar y terminar. Como estaba listo, me incitaron a que lo publicara y accedí. No lo hice, confieso, con la idea del posible premio del Secretariado, aunque no hubiera habido mayor pecado intelectual en eso. Mi libro estaba terminado en setiembre, y juzgaba yo que no podría participar en el concurso, ya que ignoraba que el plazo para hacer la entrega de los libros, que en principio fuera hasta finales de julio, había sido prorrogado hasta finales de octubre. Sin embargo, para los últimos días de octubre ya tenía listos algunos ejemplares de Mensaje, así-que hice la entrega que el Secretariado exigía. El libro cumplía con las condiciones necesarias (nacionalismo) para concurrir. Concurrí. Cuando pensaba a veces en una posible ordenación para la futura publicación de mis obras, nunca un libro del género Mensaje figuraba como el número uno. Dudaba si debería comenzar por un libro de versos grandes +de unas 350 páginas-, englobando las diferentes sub-personalidades del propio Fernando Pessoa, o si debería abrir con una novela policíaca, que aún no he llegado a terminar. 29 Concuerdo con Ud., dije, en que no fué de la mejor suerte mi inicio con la publicación de Mensaje. Pero concuerdo con los hechos de que'fue el mejor inicio que yo podría hacer. Precisamente porque esa faceta -en cierta forma secundariade mi personalidad nunca, hasta el momento, se había manifestado lo suficiente ~ las colaboraciones que había hecho para las revistas (exceptuando el caso de Mar Portugués ,parte de este mismo libro) -precisamente por eso convenía que ella apareciera, y que apareciese ahora. Coincidió, sin que yo' lo planificara o premeditase (soy incapaz de premeditación práctica), con uno de los momentos críticos (en el sentido original de la palabra) de la remodelación del subconsciente nacional. Lo que hice por azar y se completó por convicción fué exactamente tallado, con Escuadra y Compás, por el Gran Arquitecto. (Interrumpo. No estoy ni borracho ni loco. Estoy escríbiendo directamente, tan a prísa como me lo permite la máquina, y me voy sirviendo de las expresiones que se me ocurren, sin fijarme de que haya o no literatura en ellas. Suponga -y será bueno suponerlo, porque es la verdad- que estoy simplemente hablando a su lado). Respondo directamente ahora a sus tres preguntas: (1) plan de la futura publicación de mis obras, (2) génesis de mis heterónimos y (3) ocultismo. Hecha la publicación, en las condiciones que le indiqué, de Mensaje, que es una manifestación unilateral, deseo proseguir de la siguiente manera. Estoy completando ahora una versión totalmente remodelada del Banqueiro Anarquista; debe estar lista pronto y pienso publicarla inmediatamente desde el momento que esté lista. De llegar a hacerla, la traduciría inmediatamente al inglés, y trataría de ver si puedo publicarla en Inglaterra. Si queda como espero, tiene probabilidades europeas. (No tome esta frase en el sentido del Premio Nóbetinmanente). Después-y ahora respondo propiamente a su pregunta que alude a la poesía- planeó, para el verano, reunir el ya voluminoso libro de poemas cortos del propio Fernando Pessoa en un tomo grande, y ver si consigo publicarlo a finales de este mismo año. Será ese el volumen que Casais Monteiro .espera, y ese es el que yo mismo deseo que se haga. Ese, entonces, mostrará todas las facetas, salvo la nacionalista, que Mensaje ya manifestó. Me referí, como vió, únicamente a Fernando Pessoa. Nada pienso acerca de Caeiro, Ricardo Reis o Alvaro de Campos. Nada de esto podré hacer, en el sentido dé publicar, excepto cuando (ver más arriba) me sea otorgado el Premio Nóbel. Sin embargo -y lo pienso con tristeza- puse en Caeiro todo mi poder de despersonalización dramática, puse en Ricardo Reis toda mi disciplina mental envuelta en la música que le es propia, puse en Alvaro de Campos toda la emoción que no ~oy ni a la .vida ni a mí. Pensar, mi querido Casais Monteiro, que todos estos tienen que ser, en el ejercicio de la publicación, relegados por Fernando Pessoa, impuro y simple. Creo haber respondido a su primera pregunta. Si algo pasé por alto, digame en qué. Si pudiera responder, responderé. Por los momentos no tengo más planes. Y, sabiendo yo lo que son y en qué terminan mis planes, es como para decir, Gracias a Diosl. Ahora paso a responder su pregunta sobre la génesis de mis heterónimos. Vaya tratar de responderle completamente. Empiezo por la parte psiquiátrica. El profundo rasgo de histeria que existe en mí, es el origen de mis heterónimos. No sé si soy simplemente histérico, o si 30 soy, con una e~resi~n más adecuada, un hístero-neurasténico. Me inclino p<?rlasegundahlpótc;sls, porque hay en mí fenómenos de abulia, lo que no se encuadra con el registro de los síntomas de la histeria propiamente dicha. Sea como fuere, el origen mental de mis heterónimos está en mi tendencia orgánica y constante hacia la .despersonalización y simulación. Estos fenómenos -felizmente para mí y los demás- se mentalizaron en mí; quiero decir, que no se manifiestan en mi vida práctica, exterior, en el trato con los otros; hacen explosión hacia adentro y los vivo a solas conmigo. Si yo fuese mujer -en la m~jer los fenómenos histéricos se manifiestan como ataques y cosas por el est¡}o- cada poema de Alvaro de Campos (el más histéricamente histérico de mi) sería una verdadera alarma en la vecindad. Pero soy hombre, y en los hombres la histeria asume aspectos principalmente mentales; así todo acaba en silencio y poesía... Esto explica, tant bien que mal, el origen orgánico de mi heteronimismo. Ahora v~y a escribirle la historia directa de mis heterónimos. Comienzo por los que ?1uneron, y de algunos de los cuales ya ni me acuerdo, los que yacen perdidos en el pasado remoto de mi infancia casi olvidada. Tuve la tendencia, desde niño, a crear a mi alrededor un mundo ficticio, de rodearme de.amigos y conocidos que nunca existieron. Ignoro, por supuesto, si realmente no existieron, o si soy yo qae no existo. En estas cosas, como en todas, no debemos ser dogmáticos. Desde que tengo conciencia de ser aquello que llamo yo, recuerdo configurar mentalmente, en forma, movimientos, carácter e historias, diferentes figuras irreales que eran p?Camí tan visibles y mías como las cosas de aquello que llamamos, quizá abusivamente, vida real. Esta tendencia, que tengo desde que recuerdo ser un yo, me ha acompañado siempre, cambiando un poco la clase de música con que me encanta, pero no alterando nunca su modo de encantar. Recuerdo, pues, lo que me parece haber sido mi primer heterónimo, o, mejor dicho, mi primer conocido inexistente -un tal Chevalier de Pas de mis seis .años, por quien escribía cartas para mí mismo, y cuya figura no totalmente difusa, todavía conquista aquella parte de mi afección rayana a la saudade. (Recuerdo, con menos nitidez, otra figura, cuyo nombre ya no me llega, umcamente sé que era, también, extranjero, y creo que un rival de Chevalier de Pas ...) ¿Cosas que le pasan a todos los niños? Sin duda sí, o quizás.' Pero tan fuertemente las viví que aún las vivo, pues las evoco de tal manera que se me hace necesario un esfuerzo que me haga recapacitar que no fueron reales. Esta tendencia a crear en tomo mío otro mundo, igual a éste pero con otra gente, nunca se me fué de la imaginación. Tuvo varias fases, entre las cuales ésta, ocurrida en mi edad adulta. Se me ocurría algo ingenioso, ajeno completamente, por un motivo u otro, a quien yo soy, o a quien me supongo que soy. L~ decía, inmediatamente, espontáneamente como perteneciente a un amigo rruo, cuyo nombre inventaba, cuya historia exageraba, y cuya figura -cara, estatura, ~rajey gestos- de súbito veía frente a mí. Así adquirí y multipliqué, va~lOsamigos y conocidos que nunca existieron, pero que todavía hoy, a casi treinta años de distancia, oigo, siento, veo. Repito: oigo, siento, veo... Y tengo saudades de ellos. (Cuando empiezo a hablar -y escribir a máquina es para mí hablar- me es muy difí~ildete~erme. Basta de fastidiarle, Casais Monteiro! Vaya entrar en' la'géneslS de rnis-heterónirnos literarios, que es, al final, lo que Ud, quiere 31 Fernando Pessoa saber. De cualquier forma, ló que se dijo arriba le habla de la madre que los dió a luz). Allá por 1912, salvo error (que nunca sería grande), se me vino a la idea escribir unos poemas de carácter pagano. Esbocé algunas cosas en verso irregular (no en el estilo de Alvaro de Campos, sino en un estilo de irregularidad media), y abandoné el caso. Sin embargo, se me esbozó en una penumbra mal urdida, un vago retrato de la persona que estaba haciendo aquello. (Había nacido, sin Que lo supiera. Ricardo Reis). . Ail.o y medio o dos años depués, me vino en mente echarle una broma a Sa-Cameíro, Inventar a un poeta bucólico, bastante complicado, y presentarlo, no recuerdo cómo, en cualquier tipo de realidad. Tardé unos días elaborando el poeta, pero nada conseguí. Un día en que finalmente desistí -fué el 8 de marzo de 1914- me acerqué a una cómoda alta, y, tomando un papel, comencé a escribir ,de pié, como siempre lo hago cuando puedo.Escribí treinta y tantos poemas uno tras otro, en una especie de éxtasis cuya naturaleza no lograré definir. Fué el día triunfal de mi vida, y nunca podré tener otro día así. Abrí con un título, O Guardador de Rebanbos, Lo que v: siguió fué la revelación de alguien en mí, a quien dí desde el primer momentoj el nombre de Alberto Caeiro. Discúlpeme lo absurdo de la frase: se había manifestado en mí mi maestro. Fue esa la sensación inmediata que tuve. Tan así que, después de haber escrito esos treinta y tantos poemas, inmediatamente tomé otro papel y escribí, de seguidas, también.los seispoemas que constituyen la Cbuua Obllqua, de Fernando Pessoa. Inmediata y oompletamente ... Fue el retorno de Fernando Pessoa-Alberto Caeiro a Fernando Pessoa sólo él. O mejor, fué la reacción de Fernando Pessoa contra su inexistencia como Alberto Caeiro. Revelado Alberto Caeiro, traté luego de descubrirle -instintiva e .inconscientemente- unos discípulos. Extraje de su falso paganismo el Ricardo Reis latente, descubrí su nombre y se lo adapté, porque a esa altura ya lo vela. De pronto, en dirección opuesta a la de Ricardo Reis, surgió, impetuosamente, un nuevo individuo. De un golpe, en la máquina de escribir, sininterrupción ni enmienda, surgió la Oda Triunfal de Alvaro de Campos, la Oda con ese nombre y la persona con el nombre que tiene. Creé, entonces, una coterie inexistente. Le dí a todo aquello un carácter real. Regulé las influencias, conocí las amistades, oí, dentro de mí, las discusiones y las divergencias de criterios, y en todo esto me parece que fui yo, creador de todo; lo menos que allí hubo. Parece que todo sucedió independientemente de mí. Y parece que así sucede todavía. Si alguna vez pudiese publicar yo la discusión estética entre Ricardo Reis y Alvaro de Campos, verá como son diferentes y cuan poco importante soy en el asunto. Cuando estaba por publicarse Orpbeu, fué preciso, a última hora, conseguir cualquier cosa para completar el número de páginas necesarias. Sugerí entonces a Sá-Carneiro que yo hiciera un poema "antiguo" de Alvaro de Campos -un poema de cómo Alvaro de Campos sería antes de haber conocido ~ Caeiro y haber recibido su influencia. De este modo realicé Opiario, donde mtenté dar todas las tendencias latentes de Alvaro de Campos, como después deberían ser reveladas, pero sin haber aún rastro alguno que lo relacione con su maestro Caeiro. De los poemas que he escrito, fue- el que más me dió qué ~acer, por el doble poder de despersonalización que tuve que realizar. Pero, en fin, creo que no salió mal, y que nos muestra Il Alvaro en su comienzo ... 33 32 Creo que le expliqué el origen de mis heterónimos. Si hay algún asunto que necesite una explicación más lúcida -estoy escribiendo de prisa, y cuando escribo de prisa no soy muy lúcido-, dígalo, que de buena gana se la daré. Y, por supuesto, un complemento verdadero aunque histérico; al escribir ciertas partes de las' 'Notas para recordar a mi Maestro Caeiro ' '( 1 r.de Alvaro de Campos, lloré con verdaderas lágrimas. Es para que sepa con quien está tratando, mi querido Casais Monteiro! Unas observaciones más en este asunto ... Veo frente a mí, en el espacio incoloro aunque real del sueño, las caras, los gestos de Caeiro, Ricardo Reis y Alvaro de Campos. Les construí sus vidas y edades. Ricardo Reis nació en 1887 (no me acuerdo del día ni del mes, pero en alguna parte debo tener la fecha), en Porto, es médico y actualmente se encuentra en el Brasil. Alberto Caeiro nació en 1889 y murió en 1915; nació en Lisboa, ¡,,:,rovivió casi toda su vida en el campo: Profesión no tuvo, en cuanto a su educación, fue muy escasa. Alvaro de Campos nació en Tavira, el 15 de octubre de 1890 (a Ia 1.30 de la tarde, me lo dijo Ferreira Gomes; y es verdad, pues, hecho el horóscopo para esa hora, todo está correcto). Este, como Ud. sabe, es ingeniero naval (por Glasgow), pero ahora está aquí en Lisboa inactivo. Caeiro era de estatura media, y, aunque realmente frágil (murió tuberculoso), no lo aparentaba. Ricardo Reis es un poco, pero muy poco, más bajo, más fuerte, más delgado. Alvaro de Campos es alto (1.75 mts. de altura, 2 ctms. más que yo), flaco y con tendencia a enconvarse. Ninguno con barba -Caeiro rubio muy blanco, ojos azules; Reis con un ligero moreno mate; Campos entre moreno y blanco, muy al vuelo tipo judío portugués, cabello, sin embargo, liso y normalmente peinado a un lado, monóculo. Caeiro, como dije, no tuvo casi educación alguna, únicamente la primaria; se le murieron los padres siendo muy joven, quedándose en casa, viviendo de unas pequeñas rentas. Vivía con una vieja tía, tía-abuela. Ricardo Reis, educado en un colegio de jesuitas, es, como dije, médico; vive en Brasil desde 1919, pues se exilió espontáneamente por ser monárquico. Es latinista por educación ajena, y semi-helenista por educación propia. Alvaro de Campos tuvo una educación vulgar de liceo; después fué enviado a Escocia a estudiar ingeniería, primero mecánica y después naval. En unas vacaciones hizo un viaje a Oriente, de donde resultó Opiario. Le enseñó latín un tío suyo de Beira que era sacerdote. ¿ Cómo escribo en nombre de los tres? ..• Caeiro por pura e inesperada inspiración, sin saber ni siquiera calcular qué cosa iría a escribir. Ricardo Reis, después de una deliberación abstracta, que repentinamente se concretiza en una oda. Campos, cuando siento un súbito impulso por escribir y no sé qué. (Mi semi-heterónimo Bernardo Soares, que, por otra parte, en muchas cosas se asemeja a Alvaro de Campos, aparece siempre que estoy cansado o somnoliento , de menera que tenga ya un poco adormecidas las capacidades de raciocinio e inhibición; su prosa es un constante delirio. Es un semi-heterónimo .porque, no siendo mi propia personalidad, no es totalmente diferente delamía, es únicamente una simple mutilación de ella. Soy yo, menos el raciocinio y la afectuosidad. La prosa, salvo lo que el raciocinio da de tenue a la mía, es igual a ésta, y el portugués perfectamente igual. Mientras que Caeiro escribía mal el (1) 34 Publicado portugués, Campos lo hada razonablemente, pero con faltas como al decir' 'ea propio" en vez de "ea mesmo' ·,etc. _ Reís mejor que yo, pero con un purismo que considero exagerado. Lo difícil para mí es escribir la prosa de Reis todavía inédita, o de Campos. La simulación es más fácil, porque es más espontánea, en verso). A esta altura estará Casais Monteiro diciéndose qué mala suerte.le hizo caer, por lectura, en medio de un manicomio. En todo caso, lo peor de todo esto es la incoherencia con la que lo he estado escribiendo. Repito, sin embargo: escribo como si estuviera hablando a su lado para que pueda escribir inmediatamente. No siendo así, pasarían meses sin conseguir hacerlo. Queda por responder a su pregunta sobre el ocultismo. Me pregunta si creo en el ocultismo. Hecha de esa forma la pregunta, no está muy clara. Comprendo, no obstante, la intención y a ésta respondo. Creo en la existencia de planos superiores al nuestro y en sus habitantes, en experiencias de diversos grados de espiritualidad, sutilizándose hasta llegar a un Ente Supremo, que presumiblemente creó este mundo. Puede ser que haya otros Entes, igualmente Supremos, que hayan creado.otros universos, y que esos universos coexistan con el nuestro, interpenetrándose o no. Por estas razones, y aún por otras, la Orden Externa defUcultismo, o sea, la Masonería, evita (Salvo la Masonería anglosajona) la expresión' 'Dios" , dadas sus implicaciones teológicas y populares, y prefiere decir "Gran Arquitecto del Universo", expresión que deja en blanco el problema de si El es Creador, o simplemente Gobernador del mundo. Dadas estas escalas de seres, no creo en la comunicación directa con Dios, pero, según nuestra perfección espiritual, podemos ir comunicandonos con seres cada vez más elevados. Hay tres caminos para lo oculto: el camino mágico (incluyendo prácticas como las del espiritismo, intelectualmente a nivel de la brujería, que es magia también), camino éste extremadamente peligroso, en todos los sentidos. El camino místico, que no tiene propiamente peligros, pero es incierto y lento. Y el camino alquírnico, el más dificil y el más perfecto de todos, porque implica una transmutación de la propia personalidad que la prepara, sin mayores riesgos, más bien con defensas que los otros caminos no tienen. En cuanto a la "iniciación" o no, puedo únicamente decirle esto, que no sé si responde a su pregunta: no pertenezco a ninguna Orden Iniciática. La cita, epígrafe de mi poema Eros e Psique, de un trozo (traducido, pues el Ritual es en latín) del Ritual del Tercer Grado de la Orden Templaría de Portugal, indica simplemente -lo que es un hecho- que me fué permitido hojear los Rituales de los tres primeros grados de esa Orden, extinta, o adormecida desde más o menos 1888. Si no estuviera adormecida, no citaría el trozo del Ritual, pues no se deben citar (indicando el origen) trozos de Rituales que están en actividad. Creo así, mi querido camarada, haber contestado, aunque con ciertas incoherencias, a sus preguntas. Si tiene otras por hacer, no dude en hacerlas. Responderé conforme pueda y lo mejor que pueda. Lo que podrá suceder, y espero que me disculpará desde ahora, es que no responda inmediatamente. Le abraza un camarada que mucho le estima y admira. en Poesia N° 27 N.T. 35 T~XTOS y AUTOR~S El poeta argentino Raúl Gustavo Aguirre (véase POESIA N° 1) nos envió especialmente su ensayo sobre Artaud. La editorial Monte Avila prepara una antología de su obra poética. La Degollación de Los Inocentes, de W. H. Auden, fue tornada de For tbe time being y su traducción se debe a Antonio F. Molina. John Lyons es un joven poeta irlandés, graduado en la Universidad de Oxford y especialista en literatura latinoamericana. Más allá de la Biografia fue cedido especialmente para' POESIA. La versión de los textos de Ferreira Gullar, así corno de la carta de Fernando Pessoa, se debe a Reynaldo Pérez-Só. Amaldo Acosta Bello formó parte del grupo de poetas venezolanos reunidos en tomo a la revista Tabla Redonda, a comienzos de la pasada década. Los textos publicados.son inéditos. Los poemas del chileno Hernán Lavín Cerda (1939) forman parte de un libro en preparación. En la actualidad reside en México. Víctor Valera Mora, poeta venezolano de las últimas promociones, recogió su producción inicial bajo el título Amanecl de Bala. Los textos incluidos fueron entregados especialmente para su publicación en POESIA. Enrique Hemández D'Jesús pertenece a la generación más reciente de poetas venezolanos. Reside actualmente en Italia. 36 ~ UNIVERSIDAD -:;.~ DIRFCCION DE CARABOBO DE CULTURA PABLO BOLAÑOS Rector Vice-Rectar Académico Vice-Rector Administrativo Secretario ~ S JACOBO DIVO ALEJANDRO JOAQUIN ZHALOUT ALVARADO H. ------------------------------------------------