Perspectiva de género: una promesa a cumplir

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Perspectiva de género: una promesa a
cumplir
POR VERÓNICA RIVERA TORRES | 18 DE ENERO DE 2013 | 7:20 AM – 9 COMMENTS
Nunila López y Myriam Cameros
D
urante la pasada campaña electoral, el actual gobernador Alejandro García Padilla,
prometió lo siguiente:
“Restableceremos la política pública educativa de Perspectiva de Género, derogada por la
Administración Fortuño en su primer mes de gobierno. El currículo educativo tiene que evitar los
estereotipos y promover la aceptación de la diversidad que nos caracteriza hoy como
puertorriqueñas y puertorriqueños”. Pueden leer la plataforma del PPD en su totalidad, aquí.
Sin embargo, en días recientes, a preguntas de un periodista de Noticel, el Gobernador pareció
evadir su diáfana promesa de campaña y a la pregunta directa de dicho medio noticioso dio una
respuesta evasiva:
NC: “¿Eso incluye la implementación de un currículo con perspectiva de género?”
“El discrimen en las escuelas no tiene nombre y puede ser por la razón que sea, por razón de
raza, por razón de orientación sexual, por razón de lo que sea. El discrimen tiene que erradicarse
de nuestra convivencia como pueblo”. Enlace a la entrevista al Gobernador aquí.
Dicha contestación dejó entrever cierta resistencia del Gobernador a asumir claramente su
compromiso de campaña. Al parecer, nuestro Gobernador entiende que adoptar la perspectiva de
género en nuestra educación beneficiaría exclusivamente a grupos particulares de la ciudadanía y
sospechamos que se refiere a las mujeres y las personas de la comunidad LGTTBQI. La
confusión no es de extrañar, ya que por años grupos fundamentalistas han dedicado grandes
recursos a tergiversar los alcances de la perspectiva de género, con frases tales : “la “perspectiva
de género ataca el matrimonio, defiende el aborto, promueve la homosexualidad y se opone a la
religión”. Ver “serie investigativa” del semanario El Visitante de la Iglesia Católica, aquí.
La realidad es que la perspectiva de género es una apuesta informada y educada que diversos
colectivos de derechos humanos hemos hecho para erradicar la violencia en nuestra sociedades.
Parte de una premisa con la que muchas personas solemos estar de acuerdo: la educación como
punta de lanza para la transformación social. No es una apuesta que hacemos exclusivamente en
Puerto Rico.
El Comité de América Latina y el Caribe para la defensa de los derechos de la mujer (CLADEM)
lanzó hace unos dos años una campaña regional a favor de una educación antidiscriminatoria y
no sexista. En el documento base de la campaña, nuestra organización estableció:
Buscamos una educación que construya relaciones de respeto, igualdad y cooperación entre los
géneros, que afiance una cultura de derechos humanos y que no valide ni reproduzca
estereotipos, prejuicios e inequidades. Una educación que refleje las distintas culturas que
conviven en este, nuestro continente, uno de los más ricos y de los más pobres a la vez.
En el caso de la violencia contra las mujeres, personas expertas han sostenido reiteradamente que
los roles de género se convierten en camisas de fuerza que, una vez sacudidas, se pueden
convertir en violencia. De hecho, durante una reunión entre la actual Procuradora de las Mujeres
y el Movimiento Amplio de Mujeres se discutió el tema de los roles de género y se le explicó a
ella por qué, por ejemplo, la política de la Administración Fortuño conocida como “Promesa de
Hombre” no tendría éxito atajando la violencia contra las mujeres. Enseñarle a un ser humano
que, por haber nacido con un sexo determinado, tiene que ser “caballeroso”, “proveedor”,
“fuerte” y debe “proteger” a las personas del sexo opuesto en sus roles de “madres” y “esposas”
es una fórmula cerrada y binaria que ha comprobado ser fuente de violencia.
Por ejemplo, investigadores de la Universidad de Granada publicaron hallazgos sobre la relación
nociva entre lo que ellos llaman “sexismo benévolo” -comportamientos sexistas de los hombres
hacia sus parejas que son socialmente considerados como ¨buenos¨- y la forma en que la
sociedad percibe y justifica los malos tratos del hombre a la pareja. (Enlace a la noticia sobre el
estudio aquí)
Sabemos que superar los roles de género es una tarea titánica, que opera a distintos niveles. Hay
un trabajo individual e íntimo que todas y todos tenemos la responsabilidad de realizar. Pero
también el Estado tiene el deber de utilizar sus recursos, a través de políticas públicas
concertadas, para inculcar un fuerte compromiso con la inclusión, la solidaridad y respeto en
nuestra ciudadanía.
Al final, no estamos en desacuerdo con el Gobernador cuando dice que el discrimen tiene que
erradicarse de nuestra convivencia como pueblo. Por eso, CLADEM apoya toda estrategia
educativa que propenda a la eliminación de todas las discriminaciones que sufren las niñas,
adolescentes y mujeres en general, incluyendo las que se cruzan con raza, nacimiento, origen
nacional, ideas políticas o religiosas, edad, orientación sexual, identidad de género, condición
económica y distintas capacidades físicas y sensoriales.
Apostamos a que la educación desde la perspectiva de género es un excelente punto de partida
para comenzar a atajar las distintas discriminaciones, no sólo porque ya existe una ley y una
carta circular que la viabilizan sino porque es una política inclusiva que nace de la premisa de
que nuestros niños y nuestras niñas merecen ser educados sobre la equidad y el respeto a la
diferencia. Le enseñaríamos que las mujeres y los hombres no tienen que comportarse de X
forma para ser sujetos ni sujetas de derecho. Enseñaríamos expresamente que el machismo es
algo que se debe y puede erradicar. Y, esencialmente, enseñaríamos que todas las personas
tenemos derecho a vivir en paz.
Todo ello sembraría semillas de equidad que servirían para erradicar distintas expresiones de
discrimen.
¿Dónde nos quedamos en el 2008?
La Ley Núm. 108 de 26 de mayo de 2006, mandata al Departamento de Educación (DE), en
coordinación con la Oficina de la Procuradora de las Mujeres, a incorporar la perspectiva de
género en todas las instancias del sistema educativo. La Carta Circular 3-2008-2009 del DE,
firmada por el entonces Secretario de Educación, establece el desarrollo de una guía para la
incorporación de la equidad de género en el currículo, en todas las disciplinas académicas, en
todos los niveles, programas y servicios en las escuelas. (Enlace a la carta circular aquí)
Todo eso quedó en un limbo durante la Administración Fortuño. Es hora de retomar el camino
hacia la equidad.
Deberes del gobierno de Puerto Rico:
1. Diseñar e implantar un currículo dirigido a promover la equidad por género.
2. Desarrollar metodologías para incorporar esta perspectiva, capacitar a todo su personal en
este enfoque y usar lenguaje inclusivo en todas sus prácticas y documentos.
3. Expresar esta política pública en todo material curricular o texto que el DE promueva,
publique y produzca.
4. Incentivar que a las y los universitarios que interesen convertirse en maestros y maestras se
capaciten en cuanto a la perspectiva de género antes de obtener sus grados académicos.
5. Crear un comité de trabajo, con carácter de urgencia, que incluya a representantes de los
Departamentos de Educación, Salud y Familia, las organizaciones que agrupan a las
maestras y los maestros, trabajadoras/es sociales, y representantes de la sociedad civil que
por años han trabajado a favor de esta gestión.
Es verdad que no creemos en “promesas de hombre” pero sí tenemos el derecho a exigir que
quienes nos gobiernan cumplan con las suyas. Ya es hora. Es tiempo.
Fuente: http://www.80grados.net/perspectiva-de-genero-una-promesa-quese-tiene-que-cumplir/
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