Recursos Pastorales – La necesidad de elaborar proyectos

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Recursos Pastorales - La necesidad de elaborar proyectos
Autor: Jorge A. Blanco
Departamento de Audiovisuales Editorial SAN PABLO
audiovisuales@san-pablo.com.ar
A lo largo de nuestra historia personal y comunitaria, seguramente, hemos comprobado que,
en numerosas ocasiones, algunos de nuestros planes e iniciativas pastorales fracasan o no
alcanzan los objetivos deseados, ya sea por falta de organización y proyección, o porque estos
quedan librados al azar o la espontaneidad de quienes intentan llevarlos a cabo. Por eso, para
familiarizarnos y ejercitarnos en la tarea de elaborar y planificar proyectos, les propongo una
sencilla guía que nos puede ser útil para intercambiar experiencias e ideas y para tratar de
alcanzar, de manera concreta y real, los objetivos deseados o necesarios en nuestra labor
cotidiana:
*Definición:
Un proyecto es un conjunto de actividades ordenadas que se realizan de manera planificada y
organizada, combinando diferente tipo de recursos, a partir de una determinada necesidad o
problema, y en pos de alcanzar un determinado objetivo.
*Pasos para seguir:
1) ¿Qué?
Esta pregunta inicial, tan simple como necesaria, debe llevarnos a definir claramente qué es lo
que se quiere o se necesita hacer. El sentido común debe ayudarnos, como primer paso, a
identificar, describir y ampliar la idea central, lo que se hará.
2) ¿Por qué?
El segundo paso requiere fundamentar, con criterios lógicos, claros y razonables, el porqué se
quiere o se necesita llevar a cabo ese proyecto. Para eso, no olvidemos la importancia de un
buen diagnóstico de la situación y de una posterior evaluación de las necesidades, las
prioridades, las urgencias, etcétera, que nos movilizan y necesitamos resolver.
3) ¿Para qué?
Preguntarnos también “para qué” y “qué se espera” obtener de este proyecto nos ayudará a
clarificar, distinguir y definir el objetivo primero, general o principal, de aquellos otros
objetivos más específicos, complementarios o, en todo caso, secundarios que componen este
proyecto. Explicitando un poco más:
*El objetivo general será el propósito central y principal para llevar a cabo en este proyecto.
*Los objetivos específicos o complementarios son aquellos que se derivan de la búsqueda del
objetivo principal y que, a modo de pasos, habrá que alcanzar o efectuar para llegar, afianzar o
fortalecer el objetivo general.
4) ¿Cuánto? ¿Cuándo?
“Cuánto” se quiere hacer y lograr con la concreción de este proyecto, y “cuándo” concretarlo
son preguntas orientadoras para establecer los servicios que se prestarán y presentarán, como
así también las necesidades que se pretenden cubrir y el momento o el tiempo en que se
efectuarán. Además, estas inquietudes nos permitirán empezar a poner en términos
concretos, todo lo que de imaginario o teórico parece hasta aquí este ejercicio.
5) ¿Cómo?
Interrogarnos acerca de “cómo hacerlo” o “cómo se quiere hacer” nos llevará directamente a
establecer, de manera más precisa, las diferentes acciones, tareas, actividades, metodologías,
etcétera, a fin de conseguir lo proyectado. En este momento, no debemos las experiencias
vividas de las que hablamos en la introducción.
6) ¿Dónde?
Preguntarnos “dónde” se quiere o se debe hacer será necesario para determinar el espacio
físico que el desarrollo del proyecto requiere. En nuestro caso, deberemos pensar no solo en
espacios físicos habituales (aulas, salones, templos, etc.), sino también en ámbito barriales,
parroquiales, diocesanos, etcétera, como un emplazamiento más.
7) ¿A quiénes?
¿A quiénes va dirigido este proyecto? ¿Quiénes serán los beneficiarios directos e indirectos?
Identificar de manera precisa tanto a los destinatarios como a sus características y sus
necesidades será fundamental para la posterior concreción de logros y evitar confundirnos con
lo que nosotros creemos que es el otro, o que el otro necesita.
8) ¿Con qué?
Esta pregunta nos debe orientar a prever “con qué medios y elementos” llevaremos a cabo lo
planificado. Es decir, las herramientas para realizar el trabajo: los recursos materiales,
metodológicos, los objetos concretos, la infraestructura, etcétera.
9) ¿Quiénes?
¿Quiénes ejecutarán lo proyectado? Será esencial para evaluar los recursos humanos con los
que contamos para desarrollar el proyecto: las personas que se necesitan, su disponibilidad, si
estas deben estar capacitadas o recibir alguna preparación, adiestramiento, etcétera. También
es importante tener en cuenta, en nuestro caso, si hay otros movimientos, instituciones,
grupos pastorales, cercanos que puedan ayudarnos a llevar adelante la tarea. Esta misma
pregunta nos debe inducir a designar responsables concretos del proyecto, que se destaquen
del resto por ocuparse del cumplimiento de lo establecido.
10) ¿Cuánto?
Si bien ya hablamos acerca de algunos recursos en el punto octavo, también es importante
calcular los costos de elaboración y ejecución del proyecto. Esto implica precisar los otros
recursos, es decir, los materiales. Para eso, evitando prejuicios, se incluirá el ítem del dinero o
los fondos para asumir los costos que sean necesarios. ¿Cuánto va a costar? es una pregunta
vital para la salud del proyecto y que nos inducirá a hacer un presupuesto previo y evaluar y
garantizar cómo se obtendrán los recursos financieros.
*Evaluación:
Consideremos al final la necesidad de la evaluación del proyecto. Hay quienes la realizan ni
bien terminan de armar el proyecto, al comienzo y antes de ponerlo en práctica, con el objeto
de analizar el diseño, sus posibles fisuras, la coherencia con el diagnostico inicial, etcétera.
Para algunos resulta mejor una evaluación por etapas de tiempo, o a través de determinados
criterios: por ejemplo, su rentabilidad, los resultados temporales (plazos, períodos, etc.) o
inmediatos, relación entre costos y beneficios, etcétera. Otros la hacen al final de lo ejecutado
a partir de lo obtenido. En nuestro caso, si bien lo ideal sería contar con estas tres instancias
evaluativas, sabemos que en la práctica no siempre esto se lleva a cabo, por lo tanto, sería
importante contar con, al menos, alguna de estas instancias evaluativas.
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Fuentes:
*Formulación de proyectos, Equipo Nacional de Formación, Acción Católica Argentina
(www.accioncatolica.org.ar)
*Cómo elaborar un proyecto, Ezequiel Ander-Egg y María José Aguilar Idañez, 18ª edición,
Lumen Humanitas
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