defensor. su intervención en la diligencia de declaración

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181157. IX.2o.34 P. Tribunales Colegiados de Circuito. Novena Época. Semanario Judicial de la Federación y su Gaceta. Tomo XX, Julio de 2004, Pág. 1711.
DEFENSOR. SU INTERVENCIÓN EN LA DILIGENCIA DE DECLARACIÓN
PREPARATORIA DEBE SER DESDE EL MOMENTO MISMO EN QUE EL
INCULPADO COMIENZA A DECLARAR Y NO CON POSTERIORIDAD. El artículo 20,
apartado A, fracción IX, de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos
dispone que en todo proceso de orden penal tendrá el inculpado las siguientes garantías: "IX.
Desde el inicio de su proceso será informado de los derechos que en su favor consigna esta
Constitución y tendrá derecho a una defensa adecuada, por sí, por abogado, o por persona de
su confianza. Si no quiere o no puede nombrar defensor, después de haber sido requerido
para hacerlo, el Juez le designará un defensor de oficio. También tendrá derecho a que su
defensor comparezca en todos los actos del proceso y éste tendrá obligación de hacerlo
cuantas veces se le requiera."; en tanto que el primer párrafo del artículo 183 del Código de
Procedimientos Penales para el Estado de San Luis Potosí estatuye: "La declaración
preparatoria comenzará por las generales del inculpado, en las que se incluirán también los
apodos que tuviere, el grupo étnico o indígena al que pertenezca, en su caso, y si habla y
entiende suficientemente el idioma español, y sus demás circunstancias personales; siendo
obligación del Juez, hacerle saber que puede expresarse en su lengua o dialecto con asistencia
de intérprete designado por él, o en su caso por el Juez. Acto seguido se le hará saber el
derecho que tiene para defenderse por sí o por persona de su confianza, advirtiéndole que si
no lo hiciere, el Juez le nombrará un defensor de oficio.". De dichos preceptos se advierte que
el respeto a ese cúmulo de garantías mínimas tendientes a lograr la salvaguarda de los
derechos fundamentales del inculpado, entre las que se encuentra la de contar con una
adecuada defensa por abogado, no queda constreñida a la mera designación o nombramiento
del defensor, sino a la comunicación que el gobernado puede tener con él, aun de manera
privada, con anterioridad al momento en que vaya a producir su versión respecto de los
hechos cuya comisión se le atribuye, esto es, al principio de su intervención en la declaración
preparatoria, precisamente por la relevancia y trascendencia que esa actuación implica dentro
del proceso; de ahí que si es en esa diligencia cuando el inculpado nombra su defensor, desde
ese momento debe otorgársele la oportunidad de ser asesorado por él, pues de lo contrario es
ilegal si una vez realizada la designación de defensor, inmediatamente después se pide la
declaración al inculpado y hasta después se da la intervención al defensor en esa diligencia,
pues es claro que aquél no contó con una oportuna defensa, ya que para entonces habrá
rendido su declaración.
SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO DEL NOVENO CIRCUITO.
Amparo directo 34/2004. 14 de abril de 2004. Unanimidad de votos. Ponente: Pedro Elías
Soto Lara. Secretario: Gustavo Almendárez García.
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