DECLARACION DE BARQUISIMETO, 2013 Las Federaciones, Asociaciones, Cámaras, Cooperativas y Fundaciones de Fedeagro, reunidas en la ciudad de Barquisimeto, en ocasión de celebrar la Asamblea Anual de la Confederación del año 2013, nos dirigimos al país con la finalidad de puntualizar algunos aspectos centrales del acontecer agrícola de la Nación y ratificar la posición de Fedeagro acerca de estos temas. El Ministerio de Agricultura y Tierras en su Memoria y Cuenta del año 2012, registra un crecimiento sectorial del 9,95%. La superficie cosechada y el tamaño del rebaño de bovinos que soportaría este crecimiento, jamás se han obtenido y se requeriría de un conjunto de políticas e incentivos; así como de un incremento considerable de la inversión pública en el Sector Agrícola (que no se produjo en 2012), para alcanzar este crecimiento. En 2012, el mejor de los tres últimos años en cuanto al comportamiento del régimen climático, se obtuvo un modesto crecimiento (alrededor del 1%) con respecto al año anterior; pero el 2011 fue un año de muy baja producción, de manera que crecer modestamente con respecto a un año malo, no tiene mayor significación económica. Sin lugar a dudas, el comportamiento de la agricultura en los últimos años y más concretamente a partir del año 2007, refiere un claro sesgo recesivo. La producción del 2007 alcanzó, en los rubros de mayor peso en la estructura de la producción agrícola, records históricos difícilmente igualables bajo el esquema o patrón de políticas agrícolas seguido desde entonces. El consumo se ha venido cubriendo en su mayor parte con importaciones, las cuales registran un incremento significativo; en efecto, de un promedio de 1.500 millones de dólares de la década de los noventa, se pasó a un promedio superior a 7.500 millones de dólares, en los tres últimos años. En el año 2012, el valor de las importaciones agroalimentarias superó los 8.100 millones de dólares, un crecimiento del 47%, con respecto a 2011. En rubros sensibles como cereales (arroz, maíz y sorgo), leche, carne, azúcar, oleaginosas de ciclo corto, cítricos, tomate industrial y café, el componente importado del Consumo Aparente supera el 60%. Si bien es cierto el argumento utilizado por fuentes oficiales para justificar esta situación, es el mayor acceso de la población a bienes agroalimentarios, no lo es menos que la caída de la producción interna es el principal condicionante del incremento de las importaciones. No es interés de Fedeagro mantener una disputa permanente con el MAT alrededor de las estadísticas agrícolas; pero es necesario poner en evidencia la verdadera situación del Sector y mostrar resultados reales que permitan ejercer las acciones para revertir las tendencias negativas en la producción de diferentes rubros. Las razones que influyen en los resultados del Sector Agrícola las hemos planteado en múltiples ocasiones y han sido expuestas en las tres últimas Declaraciones de nuestras Asambleas Anuales; no obstante, referiremos algunas de ellas: La política de intervención de la propiedad privada, traducida en la afectación de fundos y unidades de producción en pleno proceso productivo, es el elemento más nocivo de la política agrícola implantada desde 1999. En 2012, de acuerdo a la Memoria Y Cuenta del MAT, se rescataron 550.000 ha pertenecientes a 64 unidades de producción, un 150% de la meta establecida. Se estima en más de 4.000.000 ha. la superficie intervenida en los últimos catorce años. De persistir esta situación, la inversión privada destinada a la consolidación de las unidades productivas continuará descendiendo. Ningún agricultor está dispuesto a invertir en su finca si está amenazado o pertenece a un eje geográfico señalado como prioritario por el Gobierno Nacional o Regional. El rezago de los precios de importantes rubros agrícolas de alta sensibilidad y las limitaciones en la disponibilidad de agroquímicos. La mayor parte de los rubros regulados registran una caída de los precios en términos reales y los costos de producción de estos rubros, superan los ingresos recibidos por la venta de sus productos. Bajo estas circunstancias la única alternativa es incrementar la productividad; no obstante, las condiciones climáticas de los últimos años y la baja Inversión Bruta Fija Pública en obras de infraestructura productiva, han jugado en contra de esta posibilidad. A los factores antes mencionados se agregan las fallas en el suministro de insumos claves (semilla, fertilizantes, insecticidas, fungicidas y herbicidas), limitados por las dificultades del sector privado para acceder a divisas y por fallas de suministro de las empresas estatales dedicadas a la fabricación y distribución de insumos agrícolas. La competencia de las importaciones, las cuales ingresan al país sin pago de aranceles, subsidiadas en los países de origen, producidas con tecnología transgénica vedada para los agricultores venezolanos, y con procesos inflacionarios mucho menores al nuestro. No solo se trata de del volumen importado, de por si exagerado; sino la oportunidad de su arribo al país coincidiendo con las zafras nacionales de diferentes rubros. Adicionalmente Venezuela ofrece a sus nuevos socios comerciales y políticos, ventajas competitivas para pagar la deuda petrolera con materia prima agrícola y alimentos en condiciones extremadamente ventajosas cuando se comparan a las ofrecidas por el Gobierno a los agricultores venezolanos. Insistimos en la grave situación de la inseguridad rural, el mal estado de la vialidad agrícola y del drenaje en diferentes zonas del país. Los robos, asesinatos, secuestros y vacunas están diezmando el campo venezolano, incrementando considerablemente los costos y alejando la inversión. La vialidad agrícola; tanto en mantenimiento, como nuevas vías y el mal drenaje en vastas regiones del país afectadas por sedimentación y saturación de cauces naturales, impiden incorporar nuevas áreas a la producción, o limitan el desarrollo de ejes productivos con gran potencial. Parte importante de la oferta tecnológica disponible está divorciada de la demanda de los agricultores y la transferencia de tecnología está circunscrita a centros académicos de restringida actuación y posibilidades. Actualmente existe una marcada escasez de repuestos, maquinaria e implementos agrícolas en el mercado, producto de la escasa disponibilidad de divisas para las empresas comercializadoras de esta línea de bienes y productos. Adicionalmente los costos de reposición, conjuntamente con los de repuestos y las reparaciones se han elevado considerablemente impactados por la devaluación del bolívar. Reiteramos que la compleja red de instituciones públicas con incumbencia en la agricultura vienen actuando sin coordinación, yuxtaponiendo sus acciones y dificultando en alto grado la gestión pública. A los aspectos anteriormente referidos se une las modificaciones del marco legal en el cual actuamos, con las reformas y creación de leyes y normativas concebidas en un entorno urbano o industrial, muy alejados del sector rural. Esta normativa incide negativamente en la agricultura, impactando considerablemente los costos de producción. Sobre los aspectos anteriormente referidos Fedeagro, en los últimos catorce años, ha presentado opciones concretas llevadas a consideración de diferentes instancias públicas y privadas. En la Asamblea de 2012 ofrecimos una Propuesta para reactivar la agricultura con una visión de corto y mediano plazo, fijándonos como objetivos: Alcanzar, entre el 2013 y el 2019, una tasa interanual promedio de crecimiento sectorial del 3%. Lograr, en el mismo lapso, un autoabastecimiento de rubros agrícolas esenciales del 70% y una oferta exportable en rubros con ventajas comparativas, mejorar el ingreso de la población rural e incrementar la ocupación en la agricultura y sus encadenamientos en 25%, y sacar de la pobreza a 3 millones de venezolanos. Esta propuesta tiene plena vigencia y es un marco de referencia para revertir la recesión agrícola en la cual estamos inmersos. En la Asamblea de este año presentamos otra Propuesta titulada “Visión Maíz 2020, más Maíz, más País”, en la cual delineamos un plan de acción para alcanzar la suficiencia de este rubro en el año 2020. Si bien esta referida al maíz, los aspectos metodológicos que fundamentan la propuesta, se han concebido para aplicarlos a otros rubros. Fedeagro reitera su disposición a participar en una estrategia agrícola con todos los sectores e instancias públicas y privadas, sobre la base del respeto y la mutua consideración. El país requiere una agricultura prospera y un crecimiento sostenido para disminuir la vulnerabilidad agroalimentaria y hacernos menos dependientes de las importaciones. Solo con el concurso de todos es factible alcanzar nuestra soberanía y sustentar las bases para alcanzar un desarrollo económico equilibrado de amplio alcance geográfico y social.