La Piel Es un órgano neurovascular sensible y delicado, límite entre el medio interno y eterno del cuerpo. Debido a que constituye el punto de aplicación de los procedimientos hidroterápicos, será conveniente comentar algunos aspectos de su naturaleza. Estructura de la piel Desde un punto de vista estructural, podemos dividir la piel en: 1) Epidermis: constituye la capa más superficial. En ella podemos distinguir varias capas de células, de las cuales las más características son la capa germinal (o germinativa), la más profunda, la más profunda a partir de la cual se forman los estratos superiores, y la capa córnea, formada por células muertas que se renuevan constantemente. La renovación total de la epidermis dura unos 28 días (ritmo lunar). No obstante si sometemos a nuestro organismo a un sobreesfuerzo, la renovación se retrasa. De ahí que sea tan importante dormir lo suficiente. Durante la vejez esta renovación ocurre más lentamente lo que predispone a las heridas, y retraso en la cicatrización. 2) Dermis: Se compone de una capa de tejido conjuntivo, muy laxa, que se vuelve más compacta y de consistencia casi fibrosa a medida que alcanza más profundidad. Se halla abundantemente vascularizada, de tal forma que puede llegar a almacenar, en determinadas situaciones hasta una tercera parte de todo el volumen sanguíneo de nuestro cuerpo. Es indispensable una buena alimentación para evitar el depósito de grasa en las arterias y favorecer la circulación sanguínea. La dermis desempeña, una importante función de protección frente a factores mecánicos externos (golpes, presión, etc,). 3) Tejido celular subcutáneo (o hipodermis): se halla por debajo de la piel propiamente dicha. Constituido por tejido laxo, abundan en él gran cantidad de células adiposas (almacenadoras de grasa), que puede alcanzar desde algunos milímetros hasta varios centímetros (por ejemplo en obesos). La cantidad de grasa que se almacena allí corresponde a la mitad del depósito total de grasa del organismo. Debido a que el número total de células adiposas se forma en los primeros años de la infancia es importante considerar la alimentación y estilo de vida de los niños. Funciones de la piel 1) Protección: la capa cornea protege de los rozamientos, el calor, microorganismos, agentes químicos, etc. y de la excesiva transpiración (evaporación). 2) Secreción: función realizada por las glándulas sebáceas, las que segregan un producto graso que se esparce por la piel y ejerce una función de protección. 3) Excreción: esta función es la de eliminar los productos existentes en nuestro organismo pero por la piel. Los órganos encargados de tal función son las glándulas sudoríparas, que se hallan repartidas por toda la superficie cutánea, y en número elevado en las palmas de las manos y las plantas de los pies. La sudoración está influida por la temperatura, la humedad del aire y por estímulos nerviosos. El sudor se compone de casi 99 % de agua, el 1-2 % restante, está formado, en su mayor parte, por cloruro sódico (sal común), junto a otros productos, entre ellos, potasio, ácido láctico, y urea (producto de desecho del metabolismo de las proteínas). Este último se excreta principalmente por el riñón, por eso se lo llama “tercer riñón”. El sudor es ácido (pH entre 4,5 y 6) debido a los ácidos orgánicos volátiles que contiene. Es por esto que se considera a la sudoración como un mecanismo de disminución de la acidez de los líquidos corporales. No obstante, su principal función es la de regular la temperatura corporal. De la constante secreción de sebo, excreción de sudor y la renovación de las células más superficiales de la capa córnea, se forma una delgada capa ácida que recibe el nombre de manto ácido de la piel. Este nos protege de los agentes microbianos. 4) Función sensorial: La piel dispone de estructuras nerviosas adecuadas para recibir todo tipo de estímulos externos (frío, calor, tacto, presión, dolor, etc.) y transmitirlos, a modo de información, al cerebro. De la misma forma, la piel es también un reflejo de determinados procesos internos: Ira, miedo, etc. ------La piel se enrojece o palidece. Falta de sueño, cansancio--------piel marchita, fláccida, de aspecto insano. Los estímulos físicos, tales como el agua fría o caliente, actúan vía refleja sobre la superficie cutánea donde se aplican, gracias a los nervios (terminaciones nerviosas cutáneas) que conducen el estímulo nervioso regulador de a través de la médula espinal, hasta el centro regulador de la temperatura corporal dentro de unos límites constantes, envía impulsos nerviosos que influirán sobre los vasos sanguíneos (contracción o dilatación), la motilidad de los pelos (“piel de gallina”) y la sudación de la zona cutánea en cuestión. Existen a su vez, otras vías reflejas, que se ponen en marcha al aplicar estímulos físicos externos sobre la piel y producen reacciones en otras zonas cutáneas del cuerpo. Otros actúan sobre órganos o vísceras internas del cuerpo. 5) Mantenimiento de la temperatura corporal: gracias a la red vascular que posee, regula la cantidad de calor que desprende el organismo. La temperatura corporal normal varía de unos individuos a otros, pero en términos generales oscila entre 36,5 y 37 ºC en la axila, y aumenta de medio a un grado si se mide en el recto. Existe en la base de nuestro cerebro un centro nervioso (hipotálamo) encargado en regular la temperatura interna de nuestro cuerpo y evita que esta alcance valores que pongan en riesgo la vida. Nuestro organismo produce calor de dos maneras: Mediante reacciones químicas (metabolismo) Actividad muscular. La hormona tiroidea que genera un aumento del metabolismo. El sistema nervioso simpático. Al aumentar el calor, también aumenta la velocidad de las reacciones químicas, por lo que se genera más calor (perpetuando el ciclo y generando más calor). Es por esto que si la temperatura corporal interna aumenta, se le dificulta aún más a los mecanismos de perdida de calor disminuir la temperatura corporal. Por otro lado el cuerpo pierde calor por radiación (en forma de rayos infrarrojos), por conducción (hacia objetos o hacia el aire) y por evaporación. Existe una evaporación insensible del agua que contiene nuestro organismo, a través de la piel y los pulmones, de más de medio litro al día, que no se modifica y que tiene lugar siempre, sea cual sea la temperatura corporal. No obstante hay una pérdida de calor por evaporación que se puede controlar regulando la intensidad del sudor. El sudor, al pasar de la forma líquida a la gaseosa (transpiración), toma el calor necesario de la superficie cutánea, lo que equivale a decir que con ello se favorece el enfriamiento del cuerpo. La circulación sanguínea de la piel Según la función a que estén destinados, podemos distinguir la piel en dos tipos de vasos sanguíneos. Por un lado están las arterias, capilares y venas, destinado a nutrir los tejidos cutáneos, y por otra, un amplio plexo venoso subcutáneo, que tiene como función regular la temperatura de nuestro cuerpo, ya puede llegar a almacenar grandes cantidades de sangre. Un plexo es una redecilla de vasos sanguíneos interconectados entre sí. Dicho plexo venoso se comunica con las arterias nutricias de la piel por interconexiones (llamadas anastomosis) arteriovenosas. Estas uniones se hallan intensamente envueltas por fibras musculares y nerviosas, y ante estímulos como el frío, ejercicio, sangrados, estados de ansiedad, se cierran (los vasos sanguíneos). Así la sangre que llega a los plexos venosos es mínima. Las encontramos en mayor cantidad en manos, pies, orejas, nariz y labios. Lo contrario ocurre ante estímulos como el de calor, o masaje, donde los vasos se dilatan y pasa más sangre a los plexos, hasta siete veces más (al calentar el cuerpo). La cantidad de sangre que puede llegar a pasar a través de los vasos sanguíneos de la piel varía, en mayor cuantía, que en cualquier otro órgano del cuerpo. La sangre que precisa la piel para regular la temperatura corporal de pende de dos factores: 1) La intensidad del metabolismo de nuestro organismo. 2) La temperatura del ambiente externo que lo rodea. Regulación del riego sanguíneo de la piel El flujo de sangre que circula a través de la piel se halla regulado fundamentalmente por el sistema nervioso autónomo. Este sistema actúa a través de varios mecanismos: 1) Centro de control térmico: nuestro cuerpo tiene un sitio en el cerebro que se encarga de regular la temperatura corporal. Ese sitio es el hipotálamo. Este manda la señal para regular el flujo sanguíneo que circula a través de la piel mediante dos mecanismos: Vasoconstrictor (contraer los vasos sanguíneos). Vasodilatador. Este centro termorregulador ubicado en nuestro cerebro, actúa como un termostato, de forma que su calentamiento por encima de los valores normales a los que está programado, origina una vasodilatación de los vasos sanguíneos cutáneos, además de la sudación. El enfriamiento, en cambio, origina vasoconstricción e interrumpe la sudación (para evitar perder calor). 2) Mecanismo vasoconstrictor simpático: los vasos sanguíneos de la piel están inervados por una gran cantidad de fibras nerviosas que mantienen las anastomosis venosas prácticamente cerradas mientras la temperatura corporal es normal. Cuando la temperatura aumenta, entonces se dilatan las anastomosis por disminución de los impulsos nerviosos y se llenan de sangre, favoreciendo la perdida de calor por sudoración. 3) Mecanismo vasodilatador simpático: cuando la temperatura corporal aumenta, se produce sudoración y el flujo de sangre a nivel de los brazos y tronco se triplica. La piel, órgano aislante y radiador Debido a la grasa que contiene el tejido celular subcutáneo, la piel constituye un eficaz medio aislante para conservar gran parte del calor interno que se produce en las reacciones metabólicas. Los vasos sanguíneos de la piel atraviesan las capas más profundas de la piel llegando al plexo venoso subcutáneo, del que ya hemos hablado. La piel constituye a su vez un gran sistema radiante, ya que permite un gran paso de sangre de las partes más profundas del cuerpo hacia la piel, si es que necesita eliminar calor. El frío sobre la circulación cutánea Si aplicamos frío directamente sobre la piel, los vasos cutáneos se van estrechando cada vez más hasta alcanzar una máxima contracción cuando la temperatura de una aplicación fría externa es de unos 15º. ¿Qué ocurre si continuamos disminuyendo progresivamente la temperatura? Los vasos cutáneos no se contraen más, sino que paradójicamente, comienzan a dilatarse. Esto previene que las partes del cuerpo más expuestas al frío no sufran congelación. Fundamentos físicos de la hidroterapia La hidroterapia es el tratamiento basado en la aplicación de agua sobre el cuerpo humano estímulos de tipo térmico (frío-calor), mecánico (mayor o menor presión o rozamiento sobre la piel). Temperatura El agua posee una serie de propiedades físico-químicas que la hacen muy adecuada para la aplicación de estímulos térmicos. Posee la capacidad de absorber calor y conducirlo. Por ello la aplicación de calor húmedo sobre el cuerpo suele producir una efecto más intenso que la aplicación de calor seco. El estímulo térmico proporcionado por el agua será tanto mayor cuanto más alejada se halle su temperatura del llamado punto indiferente. Este se halla entre 34 y 35º. A tal temperatura no se percibe el agua ni fría ni caliente. El estímulo térmico será mayor cuanto más alejado se halle del punto indiferente. Tomando este punto como referencia, clasificaremos los distintos procedimientos hidroterápicos en: Muy fríos o helados (0-12º) Produce sensación de dolor. Fríos (12-18º) Produce sensación molesta de frío, pero tolerable Frescos (18-27º) Produce sensación agradable en aplicaciones cortas. Tibios (27-32º) Produce sensación agradable en casi todos los casos. Neutrales (32-36,5º) Produce sensación confortable. Calientes (37-40º) calor). Muy calientes (40-43º) Produce enrojecimiento de la piel (sensación de Tolerable en aplicaciones cortas. Cuanto mayor sea la humedad del aire, menor será la temperatura máxima tolerada. Presión hidrostática Es la presión que ejerce sobre un cuerpo el agua. En un baño completo (cuerpo sumergido, excepto la cabeza), la presión ejercida por el agua hace disminuir el perímetro del tórax de 1 a 3,5 cm, mientras que el perímetro abdominal se acorta de 2,5 a 6,5 cm. Los baños parciales de piernas (nivel de agua hasta la ingle) favorecen en ellas el retorno venoso, va a constituir una medida de apoyo en el tratamiento de las varices, y más si el agua esta fría. Reacciones vasculares normales a los estímulos térmicos del agua Reacciones normales de la piel a las aplicaciones hidroterápicas frías (menos de 18ºc) 1º Fase Palidez “Carne de gallina” Sensación de frío que puede llegar a ser dolorosa. 2º Fase Enrojecimiento cutáneo Sensación de calor y bienestar Reacciones normales a las aplicaciones hidroterápicas calientes (36-38ºC) Transcurren en una fase Enrojecimiento cutáneo Sensación de calor y bienestar Reacciones normales a las aplicaciones hidroterápicas muy calientes (más de 39ºC) 1º Fase Palidez Piel de gallina Presión sorda o sensación de dolor 2º Fase Enrojecimiento cutáneo (mayor vascularización) Sensación de mucho calor que va disminuyendo hasta una agradable sensación de bienestar. En la piel, como ya vimos, existen terminales nerviosas las cuales están comunicadas con receptores cutáneos para el frío y para el calor. Llama la atención que los receptores cutáneos para el frío sean más abundantes que los de calor. Por esto la respuesta a los estímulos fríos es más rápida que a los calientes. La reacción consensual Todas las reacciones que ocurren en los vasos sanguíneos de la piel, provocadas por estímulos calientes o fríos, no van a limitarse a la zona aplicada sino que sus efectos se extienden a zonas más alejadas por una acción nerviosa refleja que se llama “reflejo consensual”. Esto significa que si yo aplico frío sobre el brazo derecho, el brazo izquierdo tendrá más tarde una reacción de calor al igual que el derecho. O cuando aplicamos un baño de pies calientes y desaparece el frío en todo el cuerpo. Principios prácticos en la hidroterapia 1) Precalentamiento: ante toda aplicación fría, el cuerpo debe calentarse o estar caliente previamente. 2) Aplicación fría al final: Tras toda aplicación de una cierta intensidad, conviene hacer una aplicación fría al final (de corta duración) para: a) Reestabilizar la regulación de la temperatura y la circulación sanguínea; b) Terminar la sudación y limpiar la piel; c) Prevenir una desadaptación al frío (enfriamiento inadecuado del cuerpo sobrecalentado) 3) Adaptación al frío: Las aplicaciones (estímulos) de temperatura alterna con una disminución progresiva de la superficie y el tiempo de aplicación no solo mejoran la adaptación al frío, sino que producen también una mejor adaptación circulatoria. Esto se demuestra con el hecho de que, con una buena adaptación al frío, los aumentos del pulso y la presión arterial que se observan ante una situación de estrés o sobrecarga, son menores que en las personas poco o mal adaptadas al frío. La adaptación del sistema termorregulador de nuestro organismo al frío suele durar unas seis semanas cuando las aplicaciones de agua se realizan de forma correcta y persistente. Cuando se ha conseguido una buena adaptación al frío se observa: a) Un aumento de la temperatura media de la piel. b) Un aumento de la temperatura media de las extremidades (dedos de los pies). c) Una menor sensación de frío. d) Tras una aplicación fría, el calentamiento reactivo es más rápido y completo que en las personas inadaptadas al frío. e) Tras una aplicación fría en las extremidades inferiores, el calentamiento reactivo de la garganta es también más rápido. f) Disminuye la propensión o susceptibilidad a padecer infecciones. g) Hay una mejor estabilización de la función circulatoria y también del psiquismo. h) Aumenta la capacidad de trabajo y la condición física. i) Mejora la tolerancia y la respuesta orgánica a las situaciones de estrés. El agua fría agente de salud El sistema nervioso no solamente es órgano de la sensibilidad y del momento, sino que también es la fuerza que dirige todo el organismo en los procesos de nutrición y eliminación que constituyen la vida del cuerpo. Un ejemplo de esto lo constituye el hecho de que si se producen putrefacciones intestinales, la defensa nerviosa expulsa lo dañino con diarreas. Si entra algún cuerpo extraño por boca o nariz, se excitan los nervios correspondientes produciendo tos, estornudos o vómitos. Otra forma en la que el sistema nervioso intenta expulsar las toxinas de la sangre, la defensa nerviosa procura expulsión mediante erupciones de la piel, llagas, supuraciones. La sangre nutre al sistema nervioso, si la sangre está cargada de toxinas (provocadas por medicamentos, sueros, vacunas, putrefacciones intestinales, etc.) se paraliza al sistema nervioso, el cual no puede cumplir con su función de eliminar. Es por ello que sentimos una acción calmante cuando inoculamos algún medicamento, este paraliza al sistema nervioso y evita que podamos ir limpiándonos. La piel y su actividad de nutrición y eliminación. Como vimos anteriormente posee millones de orificios llamados poros que sirven para absorber materias externas y expulsar las toxinas propias. Si exponemos la piel a gases o químicos poderosos, también intoxicaremos la sangre por esta vía. Debemos ser cuidadosos en cómo nos vestimos ya que la función de nutrición o pulmón que cumple la piel se verá afectada si utilizamos ropa de nylon, o muy ajustada al cuerpo. También se verá afectada la función de eliminación de la piel (como tercer riñón o tercer pulmón). Como vimos, la piel esta ricamente vascularizada (tiene vasos sanguíneos) e inervada por nervios. Esta red nerviosa se comunica con otros órganos del cuerpo como la mucosa intestinal, pulmones, riñones. Asique cuando actuamos afiebrando la piel (con aplicaciones frías) y atraemos la sangre hacia ella, aliviamos cualquier proceso en aquellos sitios (congestión pulmonar o bronquial por ejemplo). Y por otro lado se eliminarán las sustancias tóxicas por simple exhalación o transpiración cutánea. “Las enfermedades se curan mejor por fuera que por dentro del cuerpo” Priessnitz. Transpiración y reacción Ahora analizaremos otro aspecto de la actividad funcional de la piel que se manifiesta por transpiración y reacción térmica. Ambas son el resultado de la acción del sistema nervioso sobre la circulación sanguínea. La transpiración: La transpiración es el líquido secretado por las glándulas sudoríparas como ya vimos, resultado del estímulo del calor o de la impresión nerviosa. La transpiración enfría la piel como resultado de la perdida de calor por evaporación, en cambio la reacción térmica, obtenida por el conflicto con el frío, la calienta. Si bien la transpiración puede ser beneficiosa para el organismo, porque se eliminan materias extrañas del organismo cuando se produce con la piel congestionada y activo riego sanguíneo, generalmente es perjudicial pues enfría la piel alejando de ella por la vasoconstricción de capilares, el torrente circulatorio. Esto a su vez provoca que la piel vaya hacia el aparato digestivo nuevamente y deje la piel sin riego sanguíneo, lo que la enfría y palidece. Reacción de calor: Esta reacción, provocada por el conflicto térmico del frío del agua o del aire sobre la piel, favorece la exhalación cutánea de las impurezas que la sangre contiene, mediante el trabajo de los poros que se realiza normalmente como consecuencia de una piel caliente y congestionada. Esta se produce como consecuencia de la acción del frío sobre la piel, a diferencia de la transpiración que es efecto del calor. El calor sobre la piel tiene acción fría cuando deja de actuar, y aumentan la temperatura del interior del cuerpo, ya que la sangre se aleja de la piel. Los enfermos tuberculosos, como un ejemplo, suelen transpirar mucho, y así y todo no mejoran. Los baños calientes o de vapor provocan más tarde una reacción fría, ya que el calor provoca reacción fría en el cuerpo como vimos. Es por ello necesario que luego del baño de vapor o al sol lo combinemos con abluciones de agua fría para provocar alternativamente vasoconstricción y vasodilatación en la red de capilares sanguíneos de la piel. Así se favorece la circulación de la sangre y su purificación a través de los poros (aunque no se transpire). Para conservar la reacción después de una aplicación fría es preciso evitar la transpiración porque el sudor, enfriando la piel, la descongestiona y así pone fin a su benéfica actividad circulatoria circulatoria y purificadora de la sangre. Para asegurar una buena reacción de calor después de una ablución o chorro de agua fría, lo mismo que una envoltura húmeda o un baño de asiento debe hacerse ejercicio físico moderado, para evitar la transpiración que destruiría los beneficios que se persiguen con la reacción. Cuando se produce sudor por transpiración se debe pasar por todo el cuerpo una toalla mojada con agua fría y vestirse enseguida sin secarse o meterse en la cama. El agua sobre la piel se descompone en oxígeno e hidrógeno, el oxígeno pasa a la circulación y va a oxigenar y purificar las células. El hidrógeno se combina con el CO2 y se elimina. Reglas comunes a toda aplicación de agua fría en el exterior del cuerpo: El cuerpo debe estar en condiciones de reaccionar con el frío del agua. Para ello es necesario comprobar antes de la aplicación de agua fría, que la piel y los pies del sujeto estén calientes. Si están frío no puede hacerse dicha aplicación, sin antes calentarlos, mediante ejercicio físico, abrigo, ortigaduras, fricciones de trapo seco de lana, frotación con la mano, en posición al sol o al vapor y hasta con el uso de la bolsa de agua caliente. Por el contrario, si la piel denuncia fiebre al termómetro, las aplicaciones de agua fría prescritas en tales circunstancias serán siempre oportunas, Una sola excepción presenta esta regla: el baño de pies, que puede hacerse con los pies fríos, pero siempre observando las normas indicadas para dicho baño. Debe obtenerse que el cuerpo reaccione con calor después de hecha la aplicación de agua fría. Las aplicaciones de agua fría no son para enfriar, sino para despertar la reacción de calor. Además de observar la regla anterior, hay que buscar la reacción con abrigos adecuados o ejercicios moderados como caminar, barrer, etc. Enfriamientos y resfriados sólo vendrán como consecuencia de contravenir esta regla. Las aplicaciones de agua fría se harán con el estómago desocupado, o sea, después de hecha la digestión estomacal que demora tres horas, más o menos, cuando se ha ingerido alimento cocinado o conservado. Si sólo se ha comido fruta, ensalada o semilla, la digestión se hace en menos tiempo. Como única excepción a esta regla debe anotarse la faja húmeda, o compresa derivativa al vientre que puede hacerse, así como la cataplasma de lodo, inmediatamente después de comer. Observar los plazos indicados en la duración de cada aplicación y ejecutar éstas con las modalidades determinadas y detalladas en esta obra. Observaciones: Las mujeres suspenderán las aplicaciones durante tres días cuando haya menstruación. Pero pueden practicar el lodo en el vientre. Las aplicaciones de agua fría pueden hacerse desde que cae el ombligo en el bebe hasta cualquier edad, en sanos y enfermos. En climas cálidos se deberá enfriar el agua con un poco de hielo. El agua fría El agua fría se aprovecha por dentro de la siguiente manera: Bebiéndola a sorbos, ya que provoca irritación gástrica al tomarla de golpe en grandes cantidades, al igual que a nivel pulmonar. Agua de vertiente, estero o río, especialmente la que cae naciendo de la montaña. No secando la piel cuando aplicamos agua sobre ella para generar las reacciones, ya que absorbe sus elementos químicos y energía. El agua más pura es la de las frutas y verduras crudas. De allí que los crudívoros nunca tienen sed. El agua fría aplicada sobre la piel normaliza: 1) Porque despierta la normalidad funcional del organismo. 2) Porque mediante la reacción térmica saca a la superficie del cuerpo la congestión de sus entrañas que es fiebre destructiva. 3) Porque favorece por los poros la expulsión de las impurezas de la sangre. La reacción de la piel al agua fría es la siguiente, se genera contracción sanguínea de la piel llevando la sangre al interior del cuerpo en un primer momento. Luego se llena de sangre la piel (a nivel de los plexos venosos) por medio de la acción de calor que sigue al frío. Esto redistribuye el flujo sanguíneo a diferentes partes del cuerpo. Así activada la piel, las impurezas internas son expulsadas por los poros por simple exhalación o transpiración. Es por lo explicado anteriormente que la aplicación de agua fría debe hacerse por partes, ya que una inmersión completa en agua fría puede provocar graves daños. La sangre violentamente se dirige a los órganos internos y puede provocar un colapso pulmonar o cardiaco. Se debe aplicar el agua fría primero en los pies, ir subiendo hasta llegar al cuello sin tocar la cabeza (salvo indicación contraria). Mientras calor acumule la piel y más fría sea el agua la reacción será más enérgica y duradera. Los baños de agua fría deben ser cortos. Condiciones para que el baño de agua fría tenga un mejor resultado: 1) El cuerpo debe estar lo más caliente posible, si se puede transpirando. 2) Agua fría de pozo si es posible. 3) Que la aplicación sea breve, de uno a cinco minutos. En invierno se debe ser más estricto para poder observar estos puntos. Las mujeres deben abstenerse de baños fríos durante el período menstrual que de por si es un proceso de purificación, y será bloqueado al aplicar agua fría. La propia fuerza vital es la que nos cura ¿Cuál es la forma en la que se restablece nuestra salud? No existe nada que podamos introducir al organismo, droga, inyección o recurso extraño que sea capaz de sustituir a nuestra propia fuerza vital. Esta es la que nos restablece cuando entramos en el desequilibrio y nos enfermamos. La energía vital es transferida por el sistema nervioso, a través de nuestro cerebro y medula espinal. Todo lo que paraliza al sistema nervioso, llámese drogas, inyecciones, etc. impide que este sistema impulse a nuestro organismo a reequilibrarse y librarse de las toxinas acumuladas. Por lo tanto, como vimos anteriormente en el apartado sobre la piel, todo lo que estimule al sistema nervioso (frio, calor, con agua) va a desencadenar la reacción nerviosa que active las eliminaciones y la regulación térmica en nuestro organismo en general. ¿Cuánta energía vital poseemos? La que hemos heredado de nuestros padres, ya que una sangre saludable, nutre a todo nuestro sistema nervioso y eso nos da una energía vital capaz de mantener nuestra salud. Es decir, heredamos la sangre de nuestros padres, lo que formará un sistema nervioso más o menos saludable. Luego, mediante nuestra alimentación y eliminaciones, mantendremos saludable nuestra sangre, la cual nutrirá a nuestro sistema nervioso y le llevara sangre pura, sin toxinas. Para auxiliar a cualquier enfermo debemos levantar su energía vital mediante: a) El restablecimiento de la digestión. b) Normalizar las eliminaciones por la piel. La red nerviosa que cubre la superficie del cuerpo, reacciona como defensa con calor al contacto con el frio, activando así el riego sanguíneo de la piel y provocando “fiebre curativa”, que saca el calor (fiebre) de la zona digestiva y la deriva a la superficie de la piel. Allí la sangre se limpiará de impurezas a través de los poros. Órganos que intervienen en la purificación de la sangre: Amígdalas Bazo Hígado Páncreas Apéndice Sistema ganglionar (ubicado en cuello, axilas, ingle, codos, articulaciones) Cuando existe inflamación de alguno de ellos, se debe a que están actuando en la eliminación de substancias toxicas para nuestro organismo. Nunca deben ser extraídas por medio de cirugías, sino ayudando al organismo a purificar la sangre. Esto se logra provocando fiebre curativa. Para provocar fiebre curativa en la superficie del cuerpo se dispone de las siguientes aplicaciones de agua fría: 1) Frotaciones o abluciones. 2) Chorros parciales o totales. 3) Envolturas húmedas o paquetes. 4) Baños de vapor (lavado de la sangre) o al sol. 5) Ortigaduras (que despiertan una reacción nerviosa y circulatoria, afiebrando la piel) Para derivar directamente la fiebre del interior del vientre del enfermo tenemos baños locales fríos: 1) Baños genitales. 2) Baños de tronco. 3) Baño de asiento. 4) Baño vitalizador de Just. 5) Faja derivativa. 6) Compresa abdominal. 7) Cataplasma de barro (sobre todo el vientre y aun alrededor del tronco). 8) Enemas o lavativas con agua natural. Finalmente la dieta cruda de frutas o ensaladas con poca sal y semillas, almendras, constituye un alimento refrescante. Debe ser el alimento de todo enfermo que guarde cama. Cuando se normaliza la digestión el enfermo formará sangre pura, y si al mismo tiempo normaliza las eliminaciones, eliminará las impurezas de su economía, con lo que se restablecerá la purificación orgánica, que es salud integral, llegando cada siete u ocho años a una renovación completa. Durante la juventud y primera infancia es la época de mayor actividad vital, es en estos periodos donde debe regenerarse el hombre. Luego el cambio orgánico se retarda hasta paralizarse. Siempre es más fácil restablecer a un enfermo agudo que a uno crónico, el cual deberá ser estricto en la nutrición y las eliminaciones activas por la piel, intestinos, riñones. Es decir, nuestros remedios para restablecer la salud son: 1) Aire. 2) Agua fría. 3) Sol – vapor, combinado con agua fría (lavado de sangre). 4) Tierra. El aire Nos nutre y proporciona energías químicas, magnéticas, solares, eléctricas, etc. Además oxida nuestros productos desgastados favoreciendo su combustión y eliminación, realizando así el doble proceso de nutrirnos y purificarnos. Estando sanos o enfermos siempre debemos buscar el aire puro, huyendo del encierro y respirando profundamente al aire libre o en la habitación ventilada. El baño de aire reemplaza a la frotación con agua fría: Este se realiza antes que salga el sol y mejor en invierno. La técnica consiste en exponerse desnudo a la acción del aire libre o dentro del dormitorio frente a una ventana abierta, haciendo ejercicio, a fin de dominar el frío. La duración debe ser de unos minutos a una hora o más. Terminado el baño hay que procurar la reacción de calor, volviendo a la cama o vistiéndose rápidamente. La forma más sencilla de tomar el baño es saltar de la cama desnudo frente a la ventana abierta del dormitorio, sin temer a las corrientes, hacer flexiones acompañadas de respiraciones profundas y frotarse la piel con las manos a lo largo de todo el cuerpo durante el baño, que será de 5 a 15 minutos, a lo menos. Esto hace entrar al organismo en conflicto térmico con el aire frío y lo obliga a entrar en actividad. El efecto de este baño es tonificante y purificador y debiera practicarse diariamente. Conviene utilizarse en personas nerviosas y debilitadas, ya que es menos violento que la aplicación con agua fría especialmente en invierno. Luz La luz es el alimento más sutil del sistema nervioso, ya que nuestras funciones orgánicas son accionadas por los nervios. La pintura o empapelado de las paredes de las habitaciones deben ser blancos. Debe exponerse el enfermo tanto al aire como a la luz solar constante. La ventana abierta permitirá ingresar ambas cosas. Para renovar la sangre y favorecer las reacciones químicas en las células es necesaria la luz solar. Este baño se toma con el cuerpo al aire libre, bajo un árbol u otra sombra que permita la exposición más extensa a la luz solar. También puede hacerse en la habitación con la ventana abierta en condiciones similares a las del baño de aire. Baño de aire Baño de luz Actúa por conflicto con el frío Temperatura más moderada (se toma tras una hendija de luz que deja la ventana o debajo de un árbol) Es tónico (cuanto más frío sea) o Vitalizador estimulante Se beneficia la función respiratoria y Se beneficia la función respiratoria y eliminadora de la piel eliminadora de la piel Beneficioso en invierno, personas Beneficioso para niños debilitadas y nerviosas. Sol Por instinto la gente se da cuenta de las propiedades purificadoras del sol, al colocar la ropa al sol vemos como se libra de olores y humores malsanos. La exposición al sol es práctica que diariamente deben ejercitar sanos y enfermos para mantener la salud unos y recuperarla los otros. Los baños de sol son depurativos y permiten eliminar transpirando. Se puede tomar en cualquier hora del día , con la debida precaución, prefiriéndose siempre las horas de la mañana, su duración va desde algunos minutos hasta una hora, siendo muy beneficioso dormir al sol con la cabeza siempre a la sombra y el cuerpo cubierto con hojas verdes, sábana o manta para evitar la irritación de la piel. Si se transpira se hará frotación de agua fría a los menos al finalizar la aplicación. Como purificador o depurativo el baño de sol se aplicará desde las 11 a 13 horas del mediodía, cuando la acción del sol es más enérgica. Con la cabeza a la sombra se expondrá al sol el cuerpo desnudo cubierto con una sábana o frazada de lana BLANCA para transpirar de 20 a 60 minutos, combinando con ablución de agua fría a todo el cuerpo cada 5 minutos. El baño terminará con otra ablución de agua fría o un baño de tronco. Así este baño actúa como un lavado de sangre (baño de vapor combinado con agua fría). Si alguna parte está afectada con dolores, congestiones, inflamaciones, tumoraciones o ulceras conviene cubrir dichas zonas con barro, hojas verdes o lienzos húmedos. Si el sol actúa directamente sobre ellos puede aumentar la inflamación y congestión local empeorando la curación. Colocando barro u hojas verdes, la acción de la clorofila y los elementos químicos del barro favorecen la curación. Los baños de sol deben tomarse con cautela, comenzando con 15minutos y luego ir aumentando el tiempo. Se puede comenzar exponiendo solo las piernas, para luego continuar con todo el cuerpo. Un muy síntoma es cuando la acción del sol se pigmenta la piel, pues es signo de absorción de energías solares. Con más de 90 pulsaciones por minuto los baños de sol irán combinados con frotaciones de agua fría cada cinco minutos. Para reaccionar bien con cada frotación el cuerpo se cubrirá con frazada blanca de lana como se realiza en el lavado de sangre. Tierra La tierra tiene las siguientes propiedades: Desinflamante Cicatrizante Purificadora Absorbente Vitalizadora Calmante La cataplasma de barro o tierra húmeda es de efecto prodigioso en los siguientes casos: En congestiones de diferentes órganos (hígado, estómago; riñones, intestinos, pulmones, etc.). En caso de fiebre. En desarreglos digestivos, flatulencias, acidez, mal aliento, úlceras gástricas y aun tumores. Se recomienda colocarla de noche y dormir con ella. También en casos de: Heridas, golpes, quemaduras. Eccemas y erupciones de la piel: en estos casos enterrar al enfermo bajo 10 a 15 cm de barro, con la cabeza fuera y bien asoleada. Esta aplicación debe durar 15 minutos en un adulto y luego completar con ablución de agua fría y buscando una reacción de calor con ejercicio o sol. Un baño de sol con sudación y luego un baño de tronco con fricción del bajo vientre, es un desintoxicante poderoso. ¡Reemplaza al jabón! El poder purificador de la tierra lo hace ventajoso sustituto del jabón, disolviendo toda clase de sustancias grasosas y colorantes de las manos. El andar descalzo a pie sobre la tierra, especialmente cuando está húmeda y removida, fortifica al sistema nervioso, ya que lo estimula, y además ayuda a eliminar toxinas por los pies. Se aconseja a sanos y enfermos pasearse a pie desnudo por el rocío del pasto al salir el sol 5 o 10 minutos cada día, buscando reacción de calor con un paseo o ascendiendo a cerros. El barro combate la fiebre interna y local. Es el barro el medio más adecuado para conseguir refrescar nuestro aparato digestivo y enviar el mayor flujo de sangre hacia la piel para obtener el equilibrio térmico que es salud integral del cuerpo. El barro combina dos elementos: tierra y agua. Esto hace que descomponga todo aquello que produce putrefacción de los tejidos y al poseer gérmenes beneficiosos compiten con los dañinos dejándolos sin efecto. De esta forma renueva, destruye la materia muerta y le da vida. Las cataplasmas de barro actúan por dos cualidades que poseen, la temperatura y la densidad. 1) Por temperatura: Cuando uno sufre un golpe, el sistema nervioso manda la señal que provocara vasodilatación de los capilares sanguíneos de la zona que se afectó. Esto provoca que gran cantidad de sangre intente llevar las células muertas y dañadas. A su vez el aumento del volumen sanguíneo a nivel local comprime los nervios y eso provoca dolor. La cataplasma de barro mezclada con agua fría moderará la reacción (dolor) sin paralizar la acción reparativa del organismo. 2) Por densidad: Por otro lado la mayor densidad del barro atraerá las partículas toxicas hacia sí, purificando la herida, calmando el dolor por desinflamación y acelerando la cicatrización. Esto ocurre gracias a que el barro al ser más denso que la sangre atrae sustancias que están en menor medida en él. La piel actuaría como la membrana permeable que separa dos compartimientos, igualándose las concentraciones de solutos y solvente de cada lado según lo que falte o sobre. Qué tipo de tierra utilizar: Usar tierra natural de cualquier región, mezclada con agua fría, revolviendo la mezcla hasta que tenga el aspecto de una pomada. Debe estar libre de basura, cuerpos extraños y abono (se puede hacer un pozo en el jardín de unos 15 cm y extraer tierra de allí). Cuando se extrae la tierra debe pasársela por tamiz y colocarla en un recipiente apropiado (puede ser de barro cocido el recipiente). En las inflamaciones superficiales agudas como picaduras de insectos, golpes o quemaduras, heridas de arma blanca o de fuego y fracturas: cuando se coloca el barro este va perdiendo su efecto desinflamante cuanto más se calienta. Si hay tumoración o ulceración de larga data se aplicará el barro directamente sobre la zona y se cambiará constantemente hasta que desaparezca el dolor o hinchazón. En los casos de inflamaciones agudas (golpes, quemaduras, heridas, etc.) se cambiará el barro cada vez que se caliente demasiado, aproximadamente cada una hora. Este tiene un efecto cicatrizante y desinflamante, purificando y evitando todo tipo de complicaciones. En congestiones de órganos internos: cuanto más se calienta el barro aplicado sobre la piel, tanto más se extrae el calor interno hacia la superficie de la piel. Se cambiará la cataplasma solo cuando se seque el barro. La cataplasma de barro debe colocarse no solo sobre el área interna más afectada (pulmones por ejemplo) sino además sobre todo el vientre, ya que el barro descongestiona el interior de nuestro aparato digestivo y lleva la circulación sanguínea hacia la piel y extremidades que se calientan. Como se prepara la cataplasma: Extender sobre un lienzo una capa de barro de 4 a 5 milímetros, y se aplica directamente sobre la piel del cuerpo forrando encima con paños de lana y luego colocar una faja prendiendo con alfileres de gancho para que no se mueva la cataplasma. En inflamaciones locales el barro debe ser más grueso (2,5 cm). Lo más práctico es colocar sobre la pesa el paño de lana, el lienzo y sobre él, el barro, luego colocar sobre la piel y aplicar la faja. Se puede aplicar entre dos lienzos delgados el barro y no directamente sobre la piel, aunque se observan menores resultados. Esto suele hacerse cuando la aplicación será sobre la cabeza por los inconvenientes que trae el cabello. La tierra que fue utilizada puede secarse al sol de seis a ocho días para que se purifique y pueda volver a ser utilizada. Como colocarse la cataplasma La cataplasma de barro puede colocarse en cualquier momento del día, antes de comer, recién comido o durante la comida, ya que favorece el proceso de digestión. Debe colocarse desde el pecho hasta las ingles, cubriendo también los costados del tronco. Cuanto más amplia mejor. Puede que parezcan erupciones o haya picazón por la aplicación. Eso es beneficioso, habla de eliminación de impurezas por acción del barro. Ejercicio Físico El ejercicio físico es indispensable diariamente y a toda hora de ser posible, en caso contrario, al menos debe practicarse al levantarse, al mediodía y antes de acostarse. Los ejercicios naturales son los mejores: Caminar Subir cerros Cavar la tierra, etc. De no ser posible, diariamente en su dormitorio con la ventana abierta, deberá hacer ejercicios de flexiones de pierna y de tronco, los que sean necesarios para poner en actividad todas las partes del cuerpo. El ayuno Con este nombre se conoce el acto de abstenerse de comer por un lapso de tiempo determinado, las bebidas no quebrantan el ayuno. El ayuno permite al organismo descansar del diario trabajo digestivo, para que las energías que deben gastarse en ese proceso, actúen en las funciones de eliminación y purificación orgánica. En los adultos el ayuno es el purificador más sencillo y eficaz, debiéndose practicar en toda dolencia aguda o crónica. En los niños el ayuno debe ser regulado por el instinto. Cuando el niño no quiere comer hay que esperar hasta que pida alimento y en ningún caso obligarlo. En estos casos está indicada la fruta cruda, ya que hay incapacidad digestiva por inflamación del aparato digestivo. Técnicamente el ayuno normaliza y purifica la sangre, activando las eliminaciones generales y favoreciendo la eliminación de materias morbosas. En el tiempo del ayuno todas las células se dedican a eliminar impurezas. Además el ayuno permite combatir la fiebre interna ya que hace descansar al aparato digestivo. La debilidad que se suele atribuir a pasar tiempo sin comer, en realidad se debe a la depresión de la energía vital por desnutrición e intoxicación. Ambas secundarias a las putrefacciones intestinales que se fabrican como resultado del estado de inflamación del aparato digestivo. Si a esto quiero agregar comidas a base de carnes, lácteos, huevos, sustancias irritantes como gaseosas, café, té, mate, etc., estaría actuando de la misma forma que si echara leña al fuego, generando putrefacción y materias toxicas que pasarán a la sangre continuando con el ciclo de depresión de la energía vital (entienda depresión de la energía vital como un debilitamiento del sistema nervioso, el único que puede activar la eliminación de las toxinas del cuerpo). El ayuno no significa paralizar la nutrición ya que uno debe practicar baños de aire, de sol y luz, los que nutrirán al organismo permitiéndole descansar del proceso digestivo. ¿Cuántos días debo ayunar? El ayuno puede ser de uno o varios días seguidos, Una vez por semana (un día), cada quince días o una vez por mes. ¿Cómo ayunar? El ayuno puede ser absoluto, sin comer nada sólido, bebiendo agua o jugos de frutas. Puede ser relativo, agregando frutas o ensaladas crudas a lo anterior. El primero debe ser observado por todo adulto cada vez que el organismo funcione anormalmente, y extenderlo hasta presentar hambre. El ayuno de frutas lo practican los niños y aquellos enfermos que deben guardar cama. El ayuno favorece a quienes realizan trabajo intelectual y manual. El ayuno solo con agua se recomienda solo por unos pocos días ya que el intestino requiere celulosa (almidón de las frutas y verduras) que barren las impurezas intestinales, entre ellas la bilis, cuya retención intoxica. Bibliografía La Medicina Natural al alcance de todos, Manuel Lezaeta Acharán, Decimotercera Edición, Editorial Kier, 1983: 83-92; 153-181 La curación por el agua, Hidroterapia, Dr Frederic Viñas de la Cruz, 4º Edición, Editorial “Los libros de Integral”, Barcelona, Mayo de 1994: 43-84.