2º de Bchto. Historia de la Filosofía Réné Descartes: Razón y método. Para Descartes todos los seres humanos están dotados de razón o de sentido común. Todos se pueden dedicar por tanto al estudio de aquello que les interese y pueden resolver con su uso incluso los asuntos más complejos El buen sentido es la cosa mejor repartida del mundo; pues cada uno piensa estar tan bien provisto de él, que hasta aquellos que son más difíciles de contentar en cualquier cosa, no suelen desear más del que ya tienen. Por lo que no es cierto que todos se engañen; sino más bien eso atestigua que la capacidad de juzgar bien, y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es lo que propiamente se denomina el buen sentido o la razón, es naturalmente igual en todos los hombres; y así que la diversidad de nuestras opiniones no proviene de que unos sean más razonables que otros, sino solamente de que conducimos nuestros pensamientos por vías diversas, y no consideramos las mismas cosas (Discurso del método, Parte I). De igual modo que la razón es la misma en todos los seres humanos, hay unidad en las ciencias. Todos los saberes se relacionan entre sí. Los diferencia únicamente el objeto del que se ocupan. No obstante, hay algunos que son más generales que otros. Para explicar esto, Descartes compara los distintos saberes con un árbol. En éste la filosofía o metafísica serían las raíces, el fundamento de todos los demás; el tronco se correspondería con la física o filosofía natural y las ramas serían los distintos saberes o ciencias. Puesto que todos los hombres están dotados de razón, todos pueden alcanzar el conocimiento. Entonces, ¿por qué se equivocan tanto y tienen como verdaderas las opiniones más absurdas? Porque no saben conducir correctamente su razón. Y ello ocurre porque no proceden con método o porque el método que emplean no es el adecuado. En efecto, analizando las ciencias del momento, Descartes observó que la astronomía y la física habían progresado, mientras que la filosofía estaba llena de contradicciones. Esto se debía a que en las dos primeras se había empezado a utilizar el método hipotético deductivo acompañado de la matematización de la naturaleza, tal y como había planteado Galileo, mientras que en filosofía se seguían usando procedimientos escolásticos consistentes en realizar largas demostraciones de una sentencia aduciendo razones a favor y en contra de las mismas. Para evitar los errores en la filosofía y en la vida cotidiana, propone Descartes la utilización de un método, inventado y puesto en práctica por él, que le ha dado muy buenos resultados. Este método consiste en: Reglas ciertas y fáciles cuya cierta observancia permite que nadie tome nunca como verdadero nada falso, y que, sin gastar inútilmente, ningún esfuerzo de inteligencia, llegue, mediante un acrecentamiento gradual y continuo de ciencia, al verdadero conocimiento de todo lo que sea capaz de conocer (Reglas para la dirección del ingenio, IV). Los principios o reglas del método son los siguientes: 1. "Fue el primero, no admitir como verdadera cosa alguna, como no supiese con evidencia que lo es: es decir, evitar cuidadosamente la precipitación y la prevención, y no comprender en mis juicios nada más que lo que se presentase tan clara y distintamente a mi espíritu, que no hubiese ninguna ocasión de ponerlo en duda". 2. "El segundo, dividir cada una de las dificultades que examinare, en cuantas partes fuere posible y en cuantas requiriese su mejor solución". 3. "El tercero, conducir ordenadamente mis pensamientos, empezando por los objetos más simples y más fáciles de conocer, para ir ascendiendo poco a poco, gradualmente, hasta el conocimiento de los más compuestos, e incluso suponiendo un orden entre los que no se preceden naturalmente". 4. "Y el último, hacer en todo unos recuentos tan integrales y unas revisiones tan generales, que llegase a estar seguro de no omitir nada". (Discurso del método, Parte II). El criterio de evidencia para admitir que algo es verdadero se basa en las características de la claridad y la distinción, que se definen como sigue: • LLamo claro al conocimiento que se halla presente y manifiesto a un espíritu atento, como decimos que vemos claramente los objetos cuando, hallándose presentes a nuestros ojos, obran assaz fuertemente sobre ellos, y en cuanto éstos están dispuestos a mirarlos. (Principios de Filosofía) • LLamo distinto al conocimiento que es tan preciso y diferente de todos los demás que no abarca en sí sino lo que aparece manifiestamente a quien considera tal conocimiento como es debido. (Principios de filosofía) Actividades: 1. Busca información sobre la vida de Descartes y elabora una pequeña biografía de este autor. 2. Elabora una pequeña reseña de otros personajes relevantes en el ámbito de la filosofía y de la ciencia contemporáneos de Descartes. 3. ¿De qué ciencia toma Descartes el modelo para su método? Pon un ejemplo concreto de la aplicación del mismo. 4. Lee atentamente el inicio del texto de la Tercera Meditación (los tres primeros párrafos) y señala de qué modo el autor pone en marcha su propio método en su intento de hallar un conocimiento verdadero.