Jesús da de Comer a Cinco mil Hombres – Juan 6

Anuncio
Lección 26 – Historias para vivir ‐ Jesús da de Comer a Cinco mil Hombres Jesús da de Comer a Cinco mil Hombres – Juan 6 En los estudios del Nuevo Testamento, hemos visto un cambio en la vida de algunas personas que tuvieron un encuentro con Jesús. En la lección anterior, Jesús sanó a un hombre endemoniado. Aprendimos que hay esperanza para los pecadores. Y que si hay como liberarse de las cadenas de los vicios y situaciones desesperadas. Estudiamos que Jesús puede derrotar el poder de Satanás en la vida de cualquiera. En la misma manera que Jesús liberó a este hombre de sus demonios, puede rescatar a cualquier persona que lo busca. La historia de hoy aparece en la Biblia en los cuatro evangelios. Uniremos todos los relatos en una sóla historia pero nos enfocaremos más en el relato de Juan capítulo 6. En esta lección veremos el poder de Jesús para proveer las necesidades humanas. Intente descubrir quien proveyó la comida para todos. Relato: Un día Jesús cruzó el mar de Galilea para estar a solas con sus discípulos. Pero un gran número de gente partieron tras Él porque le habían visto hacer milagros. Jesús subió a un cerro con sus discípulos y comenzó a enseñarles sobre el Reino de Dios, sanó también a los que lo necesitaban. al atardecer los discípulos le pidieron a Jesús que despidiera a la gente por que nadie tenía comida en aquel lugar tan remoto. Jesús le preguntó a Felipe, “¿Dónde vamos a comprar pan para que coma esta gente?” La Biblia explica que Jesús hizo la pregunta sólo para ponerlo a prueba, porque Él ya sabía lo que iba a hacer. En esencia, Felipe le contestó que no había cómo. Dijo, “Ni con el salario de ocho meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno.” Pero Andrés, otro de sus discípulos, le dijo, “Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente?” “Hagan que se sienten todos,” ordenó Jesús. La gente se sentó en grupos, y los varones adultos eran como cinco mil. Jesús tomó entonces los panes, dio gracias, y los discipulos distribuyeron el pan para todos. Lo mismo hizo con los pescados. La gente comió hasta satisfacerse, luego los discípulos recogieron los pedazos que habían sobrado y llenaron doce canastos. Enseguida la gente quería declararlo a Jesús como rey. Pero Jesús, dándose cuenta de esto, se retiró de nuevo a la montaña. Al siguiente día la gente encontró a Jesús. Él les dijo, “Ciertamente les aseguro que ustedes me buscan, no porque han visto señales sino porque comieron pan hasta llenarse. Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Sobre éste ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación.” Le preguntaron a Jesús, “ ¿Qué tenemos que hacer para realizar las obras que Dios exige?” Jesús les respondió, “Esta es la obra de Dios: que crean en aquel a quien Él envió.” Pero a la gente no les interesaba. Estaban sólo pensando en el pan que satisface el hambre de cada día. Jesús les explicó lo que satisface el hambre espiritual en el versículo 35 diciendo, “Yo soy el pan de vida. El que a mí viene nunca pasará hambre, y el que en mí cree nunca más volverá a tener sed.” Sin embargo, por causa de sus intereses personales la gente ignoraban sobre lo que Jesús hablaba de sus necesidades espirituales. Empezaron a murmurar contra Él, y muchos de sus seguidores le dieron la espalda y le abandonaron. Así que Jesús les preguntó a los doce discípulos, “¿También ustedes quieren marcharse?” Pero Pedro le contestó, “Señor, ¿a © Radio Ondas de Esperanza 2011 Lección 26 – Historias para vivir ‐ Jesús da de Comer a Cinco mil Hombres quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.” Preguntas: ¿Cuántas personas comieron? La Biblia sólo dice que había cinco mil hombres. Por supuesto había más personas que estas porque había mujeres, niños y jóvenes también. No sabemos el número exacto de personas pero es seguro que aquel día, por lo menos, cinco mil personas comieron de sólo 5 panes y 2 pescados y había comida de sobra. Entonces, ¿quién proveyó la comida para todos? Empezaron con cinco panes y dos pescados que el niño regaló. Pero, Él que bendijo y multiplicó era Dios. Antes de distribuir la comida, Jesús oró dando gracias a Dios. Jesús siempre buscó la voluntad del Padre y le glorificó en todo lo que hizo. El sabía que nosotros podemos aprender; que todo lo que recibimos, no importa si es pequeño o grande, viene de la mano de Dios. ¿Qué piensa? ¿Nuestras necesidades le interesan a Jesús o no? A veces no estamos tan seguros pero la respuesta es sí. El sabe de nuestras necesidades, y podemos confiar que El va a proveer. Jesús dijo en Mateo capítulo 6, versículo 8, “...su Padre sabe sus necesidades antes de que se lo pidan.” Jesús siguió enseñando que no debemos preocuparnos por la comida o la ropa porque Dios tiene cuidado de nosotros. También dijo, “Más bien, busquen primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas les serán añadidas.” Entonces, ¿Cómo debía haber contestado Felipe cuando Jesús le preguntó de donde iba a conseguir pan para la gente? Felipe había visto otros milagros que Jesús hizo. El debería haber confiado en Jesús desde el principio y contestado algo como, “No sé donde vamos a conseguirlo pero confío en tí porque nunca nos ha faltado nada mientras estamos contigo.” ¿Por qué quería la gente hacerle rey a Jesús? En palabras claras, fue sólo por interés personal. Ellos querían un rey para sanar sus enfermedades, darles comida, y derrotar a los romanos. Le estaban siguiendo sólo por lo que iban a recibir de Él. Ellos querían ser ricos y tener un país fuerte. No les interesaba seguir y obedecer a Dios. Ellos preguntaron que obra requiere Dios. Pero, cuando Jesús explicó que la obra que Dios exige es poner la fe en El, no les interesaba hacerlo. También, Jesús les dijo que Él era el pan de vida. Es decir que Él sostiene todas nuestras necesidades espirituales. Sin embargo, tampoco les interesaba. Tristemente, hay muchas personas así hoy en día. Siguen su religión o hacen sus ritos sólo por interés personal con la esperanza de recibir algo y sin interés algúno en Dios. Pero, ¿Hay ganancias materiales en seguir a Jesús? Las cosas materiales no son el enfoque de uno que quiere seguir a Jesús. Una persona cuyo motivo en seguir a Jesús es para recibir dinero o cosas, se dará cuenta que no le ayudará. Dios no es un Papá Noel celestial y Jesús no vino al mundo para dar riquezas materiales. Vino para salvarnos del pecado. ¿En que tiene usted más interés – en sus necesidades físicas o espirituales? Unos son honestos y dicen abiertamente, “en las necesidades físicas.” Otros dicen, “en las espirituales.” Y, la respuesta de algunos cambia cada día. O, dicen una cosa y actúan de otra manera. Aunque parecen indecizos, estas personas ya han decidido. Porque su indesición dice que no les importa tanto las cosas de Dios. Las personas que no dan importancia a su necesidad espiritual son como la gente en el relato de hoy. Estan dándole la espalda a Jesús. En este pasaje Jesús dijo, “Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna.” Sabemos que las cosas físicas no tienen importancia para los muertos. Sean pobres o ricos, todo va a pasar. Pero, lo que permanece para siempre es la vida espiritual. Los sábios responden a la pregunta como © Radio Ondas de Esperanza 2011 Lección 26 – Historias para vivir ‐ Jesús da de Comer a Cinco mil Hombres Pedro respondió a Jesús cuando dijo, “Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído, y sabemos que tú eres el Santo de Dios.” Es hermoso ver, en Jesús, un Dios todopoderoso que tiene compasión y poder para proveer nuestras necesidades físicas. Pero más impactante es ver en Jesús su habilidad y deseo de proveer para las necesidades espirituales. En la próxima lección estudiaremos acerca del poder de Jesús sobre la muerte. Antes de estudiar la historia cuando Jesús resucitó a Lázaro, les anímo leer de antemano en su Biblia, Juan capítulo 11. © Radio Ondas de Esperanza 2011 
Descargar