Corea del Norte ha sembrado la alarma a nivel mundial con su declaración de haber detonado una bomba de Hidrógeno, el arma más poderosa que se conoce y a la que solo un selecto y reducido número de países tiene acceso. Recordemos que la “Bomba de Hidrógeno” (más propiamente “bomba de fusión” ya que se sirve de la energía que libera la masa de los átomos de dos elementos al juntarse o fusionarse para convertirse en los átomos de un tercero) puede llegar a ser cientos de veces más potente que la llamada “Bomba Atómica” (más propiamente “Bomba de Fisión” ya que se sirve de la energía liberada por la masa de los átomos de un elemento al deshacerse o fisionarse y convertirse en átomos de otros elementos) La cantidad de energía que libera la masa al transmutarse es descomunal. Einstein nos dejó la fórmula que relaciona ambas: Energía (en julios) = Masa (en gramos) x C2 (en metros) donde C es la velocidad de la luz en el vacío: 300 millones de metros por segundo, y hablamos del cuadrado de esta cifra. Si dejamos aparte los fenómenos relativistas del proceso, resultaría que un solo microgramo (la milésima parte de un miligramo) de masa puede producir 250KW/h, o sea, puede hacer brillar a 4.000 bombillas, de las antiguas de 60W, durante una hora. Tomada una idea de la capacidad energética de las reacciones nucleares, nos queda la pregunta del millón: ¿De verdad Corea del Norte ha podido producir una reacción de Fusión considerando la salvaje inversión técnica necesaria? Recordamos al lector, con la esperanza de no cansarle con tanto tecnicismo, que una reacción de Fusión exige unas condiciones de presión y temperatura que solo pueden alcanzarse gracias a otra reacción nuclear, pero de Fisión. Si, como suena, para producir una Bomba de Hidrógeno hay que detonar previamente una Bomba Atómica. Por fortuna, existen medios para determinar si en una zona del planeta se ha producido una explosión de tal magnitud. Una explosión termonuclear deja dos tipos de rastros: vibraciones en la corteza terrestre (semejantes a las de un terremoto) y residuos en la atmósfera. Según datos estadounidenses, el USGS (United States Geological Survey, Servicio Geológico de Estados Unidos) ha determinado que, en efecto, se produjo una explosión nuclear pero no parece que corresponda con la de una Bomba de Hidrógeno. Geólogos y sismólogos pueden determinar si las vibraciones recogidas por sus instrumentos corresponden a un terremoto producido de forma natural o por la mano del hombre. El primer dato a considerar es la posición del epicentro y del hipocentro: si se encuentran en una falla conocida, en una zona de intensa actividad minera, etc. Después se considera la forma de la onda que se ha recogido puesto que resulta muy diferente si proviene de una explosión o de un deslizamiento de placas tectónicas. En el caso del terremoto (desgarramiento, deslizamiento o choque de placas tectónicas), aceptando que la superficie de la Tierra es un medio elástico, es decir, se deforma parcialmente pero transmite también las fuerzas aplicadas, las partículas que forman las placas sufren dos movimientos: uno vertical de vibración y otro horizontal de traslación. Véase la figura siguiente en la que puede apreciarse como una vibración de forma de “S” se va propagando por la superficie de la Tierra. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 1 de 3 El caso de una explosión es bastante diferente. Se trata únicamente de una onda de presión que comprime las partículas de la corteza terrestre obligándolas a moverse en sentido horizontal sin vibración apreciable en sentido vertical. Se trata de un fenómeno muy similar a la propagación del sonido en un cuerpo sólido salvadas las diferencias en intensidad. En la segunda figura puede apreciarse claramente este efecto de desplazamiento que desencadena la propagación a grandes distancias de la onda de presión producida por la explosión. Adicionalmente, los bordes de la onda resultan muy marcados, sin ninguna suavidad, a causa de la brusca aparición de la presión. Yendo a los hechos, las señales recogidas por USGS el sitúan el epicentro de la explosión en las cercanías de Punggye-ri, el lugar donde Corea del Norte probó un artefacto nuclear (no de Hidrógeno) de unos 10 Kilotones en 2013. La magnitud de las mediciones hechas en 2013 así como las recogidas actualmente determinan que ambas explosiones fueron de intensidad 5.1. Obviamente, el USGS no dispone de medidores en Corea del Norte y las condiciones de medida pueden variar mucho, incluso se ha podido detonar la bomba a mayor profundidad, pero la igualdad de intensidades medidas, con las debidas reservas, descartan la explosión de Hidrógeno. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 2 de 3 No obstante, caben otras explicaciones poco tranquilizadoras: Se trató de una explosión de Hidrógeno, pero resultó fallida. Se trató de una bomba multiplicadora. A la Bomba de Fisión (Bomba Atómica) se le puede dotar de un añadido que producirá una Fusión Parcial (Bomba de Hidrógeno) poco eficiente para poder alcanzar los auténticos efectos pero bastante para multiplicar los efectos de la Bomba Atómica “clásica”. Para determinar si se trata de uno de estos dos casos hay que recurrir a la detección de residuos en la atmósfera. El AFTAC (Centro de Aplicaciones de la Fuerza Aérea Técnica), una organización de vigilancia de la Fuerza Aérea estadounidense que tiene como misión supervisar el respeto de los tratados nucleares de los países signatarios de los mismos, dispone de capacidad para recoger muestras y analizarlas. De hecho, ya realizó esta misión cuando la explosión del 2013 y se sabe que ha desplegado dos aeronaves Boeing WC-135 Constant Phoenix para volver a realizarla en la actualidad. Manuel Moraga Montejo Perito Judicial en Balística Forense Página 3 de 3