MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ ESCRITO EN EL QUE SE EXPONEN LOS PRINCIPOS –EN SENTIDO LATO- QUE DEBEN REGIR LAS DECISIONES DE UN MAGISTRADO ELECTORAL EN EJERCICIO DE SUS FUNCIONES, RELACIONADOLOS CON LA ACTUACIÓN DURANTE LA CARRERA PROFESIONAL Y EJEMPLIFICANDO DE QUÉ FORMA SE HAN PUESTO EN PRÁCTICA. ASIMISMO, RAZONANDO LA VISIÓN SOBRE LAS FUNCIONES Y RETOS DE LA SALA REGIONAL ESPECIALIZADA EN LA JUSTICIA ELECTORAL. a) Principios rectores de las decisiones de un Magistrado Electoral. El Derecho como instrumento para resolver controversias desde la cúspide del orden jurídico nacional rige también la actividad jurisdiccional: de ahí que los sujetos inmersos en la tarea del juzgamiento tienen la obligación de actuar de conformidad con los principios emanados de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, a la cual deben respeto y obediencia. Así, los principios que deben regir las decisiones de un juez electoral en el desempeño de sus funciones, no son diferentes a las que regulan las de aquellos jueces que tienen competencias para resolver controversias en otras materias. El Estatuto del Juez Iberoamericano reconoce como garantía para los justiciables, la existencia de jueces independientes e imparciales en el ejercicio de sus funciones, los cuales se encuentran tan sólo sometidos a la Constitución y a la ley, con estricto respeto a la tutela de los derechos humanos y a las libertades fundamentales. La independencia se refiere a la autonomía del juzgador para decidir las controversias sometidas a su potestad a través de la aplicación del Derecho a las cuestiones fácticas. El principio en mención atañe al sistema judicial como institución (independencia institucional) a partir de la separación que debe existir con los otros Poderes y, por un lado, al propio juez en lo individual (independencia individual) en relación con los demás integrantes del Poder Judicial respecto de quienes no tiene que seguir instrucciones sobre la forma de resolver los casos de su conocimiento. De ese modo, la imparcialidad reside en la disposición equilibrada que guarda el juez en torno a una controversia y a las partes del mismo, manteniéndose libre de toda subordinación e interferencias al decidir los casos para evitar vulnerar el derecho fundamental de tener un juicio justo. Cabe puntualizar, que en el ejercicio jurisdiccional, los jueces no se encuentran sometidos a autoridades judiciales superiores, lo cual se entiende, desde luego, sin perjuicio de la facultad conferida a tales instancias para revisar las decisiones a 1 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ través de los recursos legalmente establecidos, y de la fuerza que los ordenamiento atribuyan a la jurisprudencia y a los precedentes emanados de instancias jerárquicas. Desde otra arista, para el ejercicio de la adecuada función jurisdiccional se requiere de jueces imparciales, esto es, que no tengan intereses en juego en los casos que les compete resolver, tampoco opiniones anticipadas sobre los justiciables, ideas preconcebidas en cuanto al destino del asunto que atienden y, mucho menos, promover los intereses de una de los sujetos involucrados en el litigio. En esa tesitura, uno de los principales elementos que configuran las garantías mínimas en la administración de la justicia es la existencia de un tribunal imparcial, esto es, ausencia de parcialidad, animosidad o simpatía hacia cualquiera de las partes. De ahí la importancia de la existencia de tribunales independientes e imparciales como núcleo central de un sistema judicial garante de los derechos humanos con plena conformidad con el sistema constitucional y los tratados internacionales, en el que los jueces deben tener la libertad para desempeñar su quehacer profesional. Ahora, el principio de objetividad consiste en que los actos del juzgador se apeguen a los criterios que las normas en la materia dictan, de modo que sus determinaciones sean ajenas a su ideología, con lo cual, se ausenta de prejuicios con el fin de inspirar confianza en los ciudadanos y entes en la sociedad democrática en torno a que los fallos se emiten por las razones que el Derecho suministra, y no por las que se deriven de su modo personal de pensar o sentir. El profesionalismo como principio que rige la actuación jurisdiccional entraña que la función se realice en forma responsable y seria, con los conocimientos específicos de la materia y constante actualización. Por otro lado, en el quehacer del juez debe imperar la exhaustividad y motivación en sus resoluciones para brindar seguridad jurídica, entendida ésta como el principio de Derecho que es base de la «certeza jurídica», razón por la cual, el principio en comento, debe guiar tanto la decisión de los asuntos sometidos a su conocimiento, como la aplicación posterior de los criterios asumidos con antelación, lo que representa la posibilidad de conocer con toda certidumbre el contenido e interpretación de las normas y su alcance (esto es, lo mandado, lo permitido y lo prohibido). Ciertamente, la seguridad jurídica es un principio jurisdiccional que orienta la actividad de los jueces a fin de evitar márgenes de desviación e ilegitimidad jurídicas. Éste se cumple a través de la motivación de las sentencias, exponiendo las razones de su determinación y generando precedentes que dotan de predecibilidad a las decisiones jurisdiccionales. 2 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ Por tanto, se considera a la predecibilidad de las decisiones judiciales como una exigencia de la seguridad del Derecho y como medio idóneo para el logro de un orden justo; en efecto, elementos integrales de ésta son la certeza, la eficacia jurídica y la ausencia de arbitrariedad. En esas condiciones, la predecibildiad de las decisiones judiciales se vincula por algunos autores al principio de igualdad, al ser menester tener en cuenta, que los casos iguales merecen ser tratados de manera similar; de ahí que el criterio judicial que sirve de justificación a una decisión del juzgador, debe utilizarse en las posteriores determinaciones que constituyan casos idénticos. Lo anterior se sustenta en el hecho de que los precedentes materializan el principio de igualdad al hacer necesario que se dé un tratamiento normativo igual a los supuestos que reúnen condiciones fácticas semejantes, sobre todo porque la relevancia del precedente descansa en que se erige como el instrumento que sirve para apreciar la juridicidad de los pronunciamientos judiciales ya expresados. Así, la razón principal que explica la necesidad de observar el precedente radica en que la analogía sirve a estos efectos, porque se funda en el desarrollo del principio que dicta la tesis referente a que lo igual debe ser tratado de manera idéntica o por lo menos similar, y lo desigual debe considerarse de forma diferenciada, máxime que la predecibilidad está ligada a los valores de libertad, seguridad e igualdad. Es verdad que la predecibildiad de las decisiones judiciales plantea grandes retos e incógnitas, tales como la diferencia entre los resultados a los que se llegue en la valoración de pruebas o muy particularmente, la operatividad de los precedentes judiciales; empero, su valor se vincula a la seguridad que debe producirse en los destinatarios para dar funcionalidad a la regularidad del comportamiento judicial. No se desconoce que a virtud del principio de independencia judicial, ya aludido, se amplía el abanico de los criterios decisorios que emiten los tribunales; sin embargo, cuando se produce un cambio de criterio en las sentencias en relación con el precedente, la resolución debe circunscribirse a una motivación suficientemente razonable sobre el porqué no se asumió tal postura, con el propósito de evidenciar, en todo caso, las diferencias específicas que existen entre los casos anteriormente juzgados y el asunto que se aparta del precedente. De lo expuesto, resulta evidente que los Magistrados Electorales deben cumplir con todos y cada uno de los principios enunciados con antelación, teniendo en cuenta que su actividad profesional tiene que conducirse en todo momento con estricto respeto al orden constitucional, convencional y legal, así como de acuerdo a las normas éticas que orientan la actividad que los jueces desempeñan, a fin de preservar la dignidad de la función, la imparcialidad e independencia de la judicatura, la integridad, la probidad, la igualdad, la competencia y la diligencia. 3 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ Por tanto, los jueces deben salvaguardar los derechos humanos, manteniendo un nivel de integridad en virtud del derecho doméstico e internacional y de las normas éticas, para proteger a los individuos contra los abusos de poder y garantizar una recta administración de justicia que respete plenamente las garantías del debido proceso. b) Forma en que los principios mencionados se han puesto en práctica durante la carrera profesional Ahora bien, los principios referidos se han cumplido en la labor jurisdiccional desempeñada a lo largo de mi trayectoria profesional, en tanto, no he sido objeto de presiones exteriores y en la administración de justicia tampoco he actuado desde intereses personales, ni a partir de consideraciones subjetivas, dado que los criterios propuestos en todo momento se han guiado por la aplicación de las normas que constituyen el marco jurídico de los diferentes casos, así como en base a la interpretación de las disposiciones conforme a los criterios legalmente previstos y respetando siempre los principios constitucionales y las formalidades del debido proceso, como también, maximizando la protección de los derechos humanos en materia política electoral. Igualmente, en los proyectos de resolución que me han sido encomendados, la motivación de la decisión y exhaustividad en el estudio de las constancias, hechos y Derecho, son elementos que permiten constar que he puesto en práctica los mencionados principios. Por cuanto hace a la predicibilidad, debe mencionarse que los precedentes han guiado la aplicación del Derecho en los asuntos que me ha correspondido participar como Secretaria de Estudio y Cuenta, siendo que las propuestas de solución diferenciada han obedecido a distinciones sobre aspectos fácticos que cada uno de los casos presenta. Así, una de las exigencias que han trazado mi actividad profesional en el ámbito jurisdiccional es el cabal cumplimiento de los principios referidos, los cuales cobran mayor efectividad, a través del principio de profesionalismo con que me conduzco, mediante el estudio y constante preparación, capacitación y actualización para el ejercicio de la función que desempeño. c) Función y retos de la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación se considera lo siguiente: Por cuanto al tópico en cuestión se estima que la judicialización del procedimiento especial sancionador ofrece la ventaja de un juzgamiento más objetivo, al ser la autoridad jurisdiccional –no inmiscuida en la investigación- la que valore las pruebas 4 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ y el cumplimiento de los requisitos y formalidades del procedimiento, fortaleciendo la garantía del debido proceso. Asimismo, la potestad sancionadora recaerá en un órgano integrado por juzgadores idóneos, a partir de la profesionalización alcanzada mediante una carrera judicial, con una visión de máximo respeto a los derechos humanos y principios constitucionales que está llamado a velar, proteger y hacer cumplir, con lo cual, el nuevo modelo sancionador se delinea hacia la visión de la Corte Interamericana por cuanto a que sostiene que deben ser los jueces quienes conozcan de los asuntos que involucren la posible afectación de derechos de los gobernados. La reforma busca a través de la sumariedad, que caracteriza al procedimiento especial sancionador, que la investigación y resolución se realicen con toda celeridad, con el objeto de que las probables violaciones a la ley puedan ponderarse en la calificación de validez de una elección, o bien, en las impugnaciones que se presenten en contra de los acuerdos de validez de los comicios. Si bien los procedimientos especiales sancionadores desde siempre han tenido una doble finalidad, como es, por una parte, sancionar a los sujetos responsables de la trasgresión de las normas electorales y, por otro, restablecer el orden jurídico violentado; ahora, a través de la reforma, esta segunda finalidad cobra mayor efectividad. Esto, porque la autoridad jurisdiccional en las resoluciones que emita, goza de facultades no sólo para imponer sanciones por la comisión de infracciones, sino que también puede ordenar el cese definitivo de conductas que se estimen contrarias al orden jurídico nacional, lo cual puede hacerse en la determinación que resuelva sobre el fondo de los hechos motivo del procedimiento instaurado; es decir, con independencia de que la suspensión de tales conductas pueda decretarse por la autoridad administrativa electoral nacional con el dictado de las medidas cautelares. Además, para tal propósito, la autoridad jurisdiccional cuenta con las facultades necesarias para hacer cumplir sus determinaciones, esto es, tiene la posibilidad de exigir en forma directa el acatamiento de sus fallos, atribuciones con las que no contaba la autoridad electoral administrativa, dado que ante incumplimientos sobre el restablecimiento del orden jurídico violentado sólo tenía la posibilidad de instaurar nuevos procedimientos sancionadores en contra de los sujetos que desacataban sus determinaciones. 5 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ d) Retos de la Sala Regional Especializada del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación. El principal desafío de la Sala Regional Especializada frente a la reciente reforma constitucional y legal en materia electoral será asegurar que cobren plena eficacia los derechos humanos frente a las reglas y formalidades del debido proceso y, al propio tiempo, reducir el ámbito de impunidad. Ello, a partir de que los procedimientos especiales sancionadores serán resueltos por la autoridad que tiene encomendado el deber de salvaguardar que todos los actos emitidos por las autoridades electorales, así como que las conductas de los actores políticos, se sujeten invariablemente al orden constitucional y legal, lo que permite, que el juzgamiento se realice siempre teniendo en cuenta la obligación constitucional de respetar los derechos humanos de los sujetos involucrados y el cumplimiento de los principios constitucionales rectores de la materia. Por otro lado, la Sala Regional Especializada tiene de frente a las funciones que le tocará desempeñar, el desafío de lograr que la reforma cobre efectividad a partir del diseño del nuevo modelo electoral, en aras de garantizar gobernabilidad en el Estado, seguridad jurídica y paz social, mediante el fortalecimiento de la democracia. 6 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ ESCRITO EN EL QUE SE EXPONEN TRES RESOLUCIONES DE LA SALA SUPERIOR DEL TRIBUNAL ELECTORAL DEL PODER JUDICIAL DE LA FEDERACIÓN QUE SE CONSIDERAN RELEVANTES EN CUANTO A SUS IMPLICACIONES JURÍDICAS, INSTITUCIONALES Y SOCIALES. SUP-RAP-57/2010 (Excepciones para difundir propaganda gubernamental) El problema esencial a desentrañar consistió en determinar cómo deben comprenderse las «excepciones» previstas en el artículo 41, Base III, apartado C, segundo párrafo, de la Ley Fundamental, que permiten difundir información por entes gubernamentales durante las campañas electorales de los procesos electorales. La Sala Superior confirmó el acuerdo del Instituto Federal Electoral que modificó aquél en que se emitieron normas reglamentarias sobre la propaganda gubernamental, para los procesos electorales de 2010. Conforme a la Constitución Federal, durante el tiempo que comprendan las campañas electorales y hasta la conclusión de la respectiva jornada comicial, se debe suspender la difusión en medios de comunicación social de toda propaganda gubernamental a fin de evitar que se pueda influir en las preferencias electorales de los ciudadanos; se excluyen de esa proscripción, las campañas de información de las autoridades electorales, así como las relativas a servicios educativos, de salud y las necesarias para la protección civil en casos de emergencia, por estimar el Poder Revisor de la Carta Magna, que no trastocan los principios de imparcialidad y equidad. Para desentrañar el sentido y dimensión de las excepciones a la limitación de la propaganda gubernamental, se interpretó de manera armónica y extensiva los conceptos que derivan de las excepciones, a partir de la propia Ley Fundamental, a fin de permitir que convivan todas las normas y principios contenidos en el invocado ordenamiento. Se concluyó que se podía difundir la propaganda que se cuestionaba,1 en atención a que estaba amparada en los supuestos de excepción de la normativa constitucional. La trascendencia de la sentencia residió en definir el alcance de las «excepciones» del artículo 41 constitucional, por medio de la interpretación sistemática de la Ley Fundamental, con el propósito de dotar de plena funcionalidad y vigencia a los fines 1 La atinente a la Lotería Nacional y Pronósticos para la Asistencia Pública; a la promoción nacional de México o de centros turísticos del país; las campañas de educación para el pago de impuestos a través del Servicio de Administración Tributaria y de los órganos de finanzas de las entidades federativas; la propaganda de comunicación social del Banco de México cuyo contenido sea exclusivamente educativo; las relativas al levantamiento del Censo General de Población 2010 y, la campaña de comunicación social en torno a los Festejos del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución. 1 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ de normas de la misma jerarquía que se encuentran en conexión, así como para magnificar los valores y principios inmanentes en el orden jurídico nacional. SUP-RAP-25/2011 y SUP-RAP-31/2011 Acumulados (Libertad de expresión) La Sala Superior confirmó la resolución del Instituto Federal Electoral, que declaró infundada la queja incoada por la difusión en radio y televisión de promocionales presuntamente violatorios de la normatividad electoral, que incluían el logotipo institucional del Gobierno del Estado de México. Se precisó que el elemento gráfico de la letra “O” contenida en la frase “ESTAMOS HASTA EL COPETE”, porque si bien formaba parte de los componentes que integraban el logotipo institucional empleado en la propaganda gubernamental de la entidad federativa, de su análisis se concluyó que su inserción en el spot no podía considerarse contrario a la normatividad, porque con ello, lo único que se hizo fue identificar al sujeto que era objeto de la crítica a difundir. Se consideró que las frases a que aludía el promocional2 tenían por objeto comunicar a la población una opinión diferente del resultado de la gestión gubernamental del Estado de México, aspecto que además de estar permitido, propendía a que la sociedad obtuviera sus propias conclusiones enfrentando los datos del Quinto Informe de Gobierno del Estado de México, ante la situación que de manera diferente percibía el emitente del promocional denunciado, lo que constituía una crítica racional, que no actualizaba infracción. Se estimo así, porque la protección del derecho a libertad de expresión adquiere una mayor dimensión, avanzando por una directriz que se explica a través de tres valores fundamentales de la democracia con los que convive, sin los cuales difícilmente puede concebirse su pleno ejercicio: pluralismo, apertura y tolerancia. Lo importante del fallo radicó establecer, que cuando está de por medio la libertad de expresión, no se puede dejar a los tribunales un margen de apreciación que, como censores morales, les permita decidir cuáles son los las expresiones relevantes, sobre todo si está en juego la libertad para debatir públicamente sobre asuntos políticos, esto es, las autoridades no deben decidir si un mensaje es capaz de contribuir al debate de interés colectivo, en virtud de que su función se debe constreñir a determinar si lo expresado excede las restricciones constitucionales, considerando que los límites de la crítica son más amplios tratándose de cuestiones gubernamentales que están sujetas al examen de la opinión pública. 2 “El Estado de México tiene el primer lugar en robo de vehículos a nivel nacional”; “Número uno en desempleo durante el primer trimestre de este año, siete millones de mexiquenses en pobreza patrimonial” y “Segundo lugar en secuestro y extorsión” y “Enrique Peña Nieto tiene miedo a la unidad partidista”. 2 MARCELA ELENA FERNÁNDEZ DOMÍNGUEZ SUP-RAP-70/2011 Y SUP-RAP-85/2011 Acumulados (Separación Estado-Iglesia) La Sala Superior modificó el acuerdo del Consejo General del Instituto Federal Electoral, que resolvió la queja incoada, entre otros, en contra de Hugo Baldemar Romero Ascención y de la Arquidiócesis Primada de México, con motivo de hechos presuntamente contraventores de la normatividad electoral, esto es, por inducir al voto a través de las declaraciones denunciadas. En la sentencia los agravios relacionados con la responsabilidad de la Arquidiócesis Primada de México se calificaron como sustancialmente fundados y suficientes para modificar la parte conducente del acuerdo reclamado. Se estimó así, porque las personas morales actúan por conducto de personas físicas; de ahí, que si el Presbítero Hugo Baldemar Romero Ascención concedió la entrevista ostentándose con el cargo de vocero de la Arquidiócesis, luego entonces, las manifestaciones así externadas, no sólo constituyeron su opinión personal, sino también la posición que tiene la institución de quien es su portavoz, máxime que al hacer tales declaraciones dejó de precisar que sólo referían a su propia postura y tampoco la asociación religiosa se deslindó de tales expresiones. Corroboró la responsabilidad de la arquidiócesis, la circunstancia de que dos comunicados fueron suscritos por el sacerdote en mención, en su carácter de Director de Comunicación Social del Arzobispado Primado de México, las que conjuntamente con la entrevista referida, se publicaron en la página de internet de la asociación religiosa, que corresponde a la versión electrónica del Semanario Desde la Fe, esto es, en el órgano de formación e información de dicha persona moral. Igualmente se patentizó que aun cuando el vocero de la Arquidiócesis no era su representante legal, a virtud de ser el encargado de difundir la información que la Arquidiócesis dirigía a sus feligreses o público en general, entonces esa clase de manifestaciones debían entenderse posiciones institucionales, máxime que no existieron deslindes de las declaraciones denunciadas. Lo importante de la sentencia es que refuerza el principio histórico de la separación de Estado-Iglesia decretada en el artículo 130 de la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos, el cual prohíbe que los ministros de culto intervengan en la renovación de los procesos electorales, y por tanto, les está vedado realizar manifestaciones que impacten en la transgresión al principio de equidad de la contienda. Asimismo, deviene relevante la decisión al establecer que tratándose de infracciones a normas electorales por parte de la iglesia, asociaciones religiosas o ministros de cultos, corresponde a la autoridad electoral administrativa instruir el expediente y determinar la probable responsabilidad y, a la Secretaría de Gobernación, la imposición de la sanción conducente. 3