Leyendo día a día en 1 Corintios La iglesia imperfecta Comentario conciso sobre 1 Corintios Comentario conciso sobre 2 Corintios Leyendo día a día en 2 Corintios Leyendo día a día en 1 Corintios S. Emery Day by day through the New Testament Precious Seed Publications Introducción La Epístola a los Corintios forma parte del primer ciclo de cartas de Pablo denominadas sus Epístolas Misioneras, las cuales son 1 y 2 Tesalonicenses, 1 y 2 Corintios, Romanos y Gálatas. En ellas Pablo trata mayormente temas de doctrina básica. En 1 Corintios está escribiendo a una iglesia que había plantado unos tres años antes durante una estadía de quizás dieciocho meses, Hechos 18.11. Corinto tenía dos características sobresalientes. Se conocía corrientemente por su afán por la sabiduría. Hubo una época en que “hablar como hablan en Corinto” daba a entender expresarse con certeza y belleza artística. Era el centro del intelectualismo. Por otro lado, era conocida por su corrupción. La lascivia predominaba al extremo que era la Sodoma del Nuevo Testamento. Por esto, se usaba comúnmente el término “corintizar” al referirse a una vida inmoral. Así, dos extremos marchaban mano en mano, y en ese ambiente existía una iglesia local. Dos factores dieron lugar a la epístola. Primeramente, llegaron a Pablo del hogar de Cloé informes acerca de condiciones que prevalecían en la asamblea, 1.11. Él las trata en los capítulos 1 al 6. Adicionalmente, se le había enviado una carta que presentó ciertas preguntas, y procede a contestarlas a partir del capítulo 7, como sabemos por el v. 1. Al interesarse por esta carta, uno debe llevar en mente que, si bien es cierto que su sustancia versa sobre asuntos frecuentes en Corinto, el propósito es que tenga una aplicación mayor. Pablo, con un tal “nuestro hermano Sóstenes”, escribe a la iglesia de Dios en Corinto, pero a la vez se dirige a “todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”. Al ser así, el mensaje de esta epístola aplica no tan solo a todo lugar, sino a toda fase eclesiástica y por ende a nuestros propios días. No nos atrevemos a decir que cualquier parte es de sólo una relevancia netamente local en sus principios hoy en día. Jesucristo es Señor, no solo de los creyentes en Corinto, sino de todo su pueblo a lo largo de los tiempos, 1.2, y por esto su voluntad es común a todos. A los tales Pablo manda saludos de gracia y paz. capítulo 1 Las riquezas y responsabilidades de los redimidos 1. La situación del creyente, vv 4 al 9 Aquí hay munificencia para dar acciones de gracias por un conjunto de cosas buenas — fuisteis enriquecidos, nada os falta en ningún don, os confirmará hasta el fin, irreprensibles, llamados a la comunión con su Hijo. Nos fijamos en que estas bendiciones serán otorgadas por la gracia de Dios, v. 4, y garantizadas por su fidelidad, v. 9. 2. La concordia del creyente, vv 10 al 16 Es motivo de preocupación. Su llamamiento a una comunión como ésta exige unidad entre las partes y la misma debe ser expresada por hechos y actitud, v. 10, sin parcialidad, v. 12. Donde abunda la parcialidad es evidencia de un Cristo dividido y un líder sobre evaluado, vv 13 al 16. 3. La comunión del creyente, vv 17 al 25 Este mensaje amerita énfasis y será eficaz solamente donde impera la concordia. La meta de Pablo era siempre la de predicar el evangelio. ¿Es la nuestra? Su tema es siempre las buenas nuevas de Cristo crucificado, la palabra de la cruz. Su estilo no era el uso intelectual del saber humano, cosa que lo anula, y que Dios desaprueba, vv 17 al 20. Su sustancia es el poder de Dios para salvar y seguir salvando, v. 18. 4. El llamamiento del creyente, vv 26 al 31 Aquí hay una misericordia para ser acogida. Es de un todo antimundano. Nótese el llamado en sí; era por la locura de la predicación, o de la cosa predicada; los llamados; las cosas necias del mundo, y todo el producto de “lo necio de Dios”. ¡Cuán contrario al proceder de Dios es todo esto! Nuestro llamamiento nunca fue con base en nuestra grandeza, sino solo sobre la base de la gracia divina, en la salvación, como en lo demás. Dios será siempre “todo en todos”. Donde la misericordia de nuestro llamamiento se posesiona de nuestro corazón y nuestra situación espiritual por medio de Cristo encanta el alma, entonces la concordia se realizará y el evangelio será predicado. Lección: Que nos maravillemos ante nuestra riqueza, que obremos para la unidad, que testifiquemos por fidelidad y que adoremos ante la grandeza divina. capítulo 2 Un golpe contra el intelectualismo En gracia Dios ha preparado múltiples bendiciones para aquellos que le aman. El ojo humano nunca ha visto cosa parecida, el oído humano nunca ha escuchado semejante noticia y el corazón humano jamás ha concebido bondades como estas, 2.10, pero Dios las ha revelado. ¿Cómo se dan a conocer y cómo se puede conocerlas si están tan más allá de la imaginación y el concepto del hombre? Para esta comunicación, la sabiduría corintia era de un todo inadecuada. Pablo, el gran portador de estas cosas a Corinto, no las declaró con habilidad de oratorio o sabiduría. Rehusó el uso de palabras persuasivas porque sabía que son inadecuadas como medio de comunicación. Sabía que Dios había rechazado de un todo este proceder, 1.19,20. Si esto era cierto donde el intelectualismo reinaba y donde estaba presente un apóstol hábil y preparado, ¿cómo atreveríamos a revertir a ello hoy día? Todavía el mundo no conoce a Dios, ni las cosas de Dios, mediante la sabiduría. Entonces, ¿cómo se dan a conocer? Primero, están envueltas en la predicación y el conocimiento de Cristo y de Cristo crucificado. Cristo y su obra en cruz constituyen el único fundamento de todas las bendiciones de Dios para el hombre. Descartar esto es alejarse de los dones que Dios ofrece. Debido a esto el apóstol manifiesta un afán evidente a definir su ministerio, 2.3. El temor y temblor, una expresión paulina, no se debía a un peligro personal sino a un sano afán por cumplir correctamente un deber santo. Segundo, la revelación de estas cosas sí requiere sabiduría (pero no la de este mundo que es perecedera sin Dios) escondida del intelecto humano y eternamente duradera. Tercero, esta comunicación es 2 posible sólo por medio del Espíritu Santo. Solamente a través de él la revelación es todo envolvente, 2.10,11, y por consiguiente adecuada. Este Espíritu Omnisciente es el don de Dios a todos los que le aman. Pablo concluye que los hombres espirituales no pueden discernir cosas espirituales por medios carnales, ni puede el hombre natural comprender las cosas del Espíritu por el uso de sus propias habilidades. Contando con el Espíritu, contamos con la mente de Cristo. Lección: Pidamos sabiduría, Santiago 1.5, y seamos responsivos al Espíritu. capitulo 3 Capacidad y construcción espiritual Al cabo de tres años ellos eran todavía niños que requerían leche. Su capacidad era deficiente y por su disensión y división se manifestaban ser carnales, de manera que estaban fallando en su construcción. Cual campo arado de Dios, han debido producir fruto, pero no había evidencia de tal cosa. El espíritu partidista les dejaba atrofiados. Los hombres preferidos eran sólo instrumentos para siembra y riego, y tan sólo Dios podía producir cosecha; ¡Él hace que semilla lleve fruto! El tipo de alimento espiritual que se asimila determina el ritmo de desarrollo, y el espíritu partidista lo descubre. Lamentamos la ausencia de apetito espiritual para las cosas profundas de Dios, tan evidente en estos días, y la manifiesta carencia de desarrollo que la acompaña. Oremos por apetitos robustos por una vianda que nos hará avanzar de la niñez y que nos hará hombres y mujeres de Dios. No somos solamente niños en una familia cuyo desarrollo está bajo observación, sino también constructores de una asamblea empleada para la industria. “Vosotros sois … edificio de Dios”, y la expectativa es que construyan. Labranza es pasiva y edificio es activo, pero el fundamento (echado ya en parte) es uno mismo, Cristo Jesús, como afirma Él mismo en Mateo 16.16 al 18. En cuanto a Corinto, Pablo lo echó, y ahora instruye a los edificadores. Si Dios vigila cuidadosamente mi desarrollo espiritual cual constructor, yo debo vigilar el desarrollo de mi servicio. Cualquiera nuestra capacidad o lugar en la asamblea, somos responsables por el progreso de la construcción, escogiendo los materiales con cuidado. ¿Nuestros materiales son costosos y duraderos, requiriendo sacrificio y atención (oro, plata y piedras preciosas), o baratos y de mala calidad, incorporados sin esfuerzo y de utilidad pasajera (madera, heno y hojarasca)? ¿Estoy construyendo al estilo de los antiguos, un templo digno de Dios, o un edificio moderno y provisional? Un día el gran Inspector de Obras lo va a revisar y probarlo contra incendio; ¡ojalá que no se reduzca a cenizas, aun cuando sé que yo, el constructor salvado, no seré consumido en las llamas! Lección: Vivir a la luz del tribunal de Cristo. capítulo 4 La autoridad apostólica cuestionada Muchos estaban cuestionando todavía el derecho de Pablo de dirigir, y él defiende de cuatro maneras su autoridad delegada. • Hace ver a la iglesia qué eran él y Apolos. En el 3.5 pregunta: “¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos?” Eran siervos (la palabra es “remeros subordinados”) de Cristo y por ende deberían obedecer. También eran administradores, y por esto deberían ser fieles, 4.1, Estas realidades, dice, deben determinar la actitud de los hombres hacia ellos. 3 • Les hace saber ante qué tribunal debe responder, y dice que no es a uno de los hombres, por muy eclesiástico que sea, ni siquiera el tribunal de su propia conciencia. Aun teniendo buena la conciencia, no sería el factor determinante. Él debe responder a su Señor. Por esto el juicio de parte de otros debe esperar el tribunal de Cristo, porque sólo el que se sentará allí puede divulgar correctamente los motivos y pesar la evidencia, vv 3 al 5. • Les refiere a lo que reconoce que los apóstoles son: no usurpadores de autoridad deseosos de encabezar la procesión, sino de estar a la retaguardia (como si fueran los despojos de guerra), condenados a muerte y un espectáculo ante todos como escoria y rechazos, v. 9. • Luego les recuerda lo que era para ellos: no sólo un guardián entre muchos, sino un padre que les había engendrado por medio del evangelio. ¿Esto no es motivo de respeto y una disposición a seguir sus palabras en vez de rechazarlas? vv 14 al 16. ¿Todo esto requiere confirmación? Timoteo la suplirá, v. 17. ¡Pero Pablo tenía autoridad! Escuche su voz y fíjese en la ironía que puede emplear, vv 8 al 10. Escuche de nuevo y fíjese en la indignación santa, vv 18 al 21, pero con todo su preocupación paternal, v. 14. Este espíritu partidario estaba perturbando la asamblea, como sabemos por 1.10 al 13, 3.3,4, 4.6,7, y lo cierto es que hace estragos hoy día. ¿Cómo percibimos a los siervos del Señor que nos traen la buena palabra de Dios (aunque reconocemos que no son apóstoles)? ¿Con desprecio, o selectivamente, o en un espíritu partidario, o como los que nos traen la buena palabra de Dios? ¿Cómo valoramos el ministerio del apóstol Pablo? ¿Leemos con prejuicios, con desprecio, o quizás asignando mucho de su material a tiempos ya pasados? ¿O le escuchamos como a “mandamientos del Señor”, 14.37? Lección: Señor, ayúdanos a no ser tasadores, sino oyentes. capítulo 5 Conducta reprochable en la iglesia Esta lectura es triste, pero prestemos atención cuidadosa, llevando en mente que nuestro Dios no sólo es amor sino luz también, y en él no hay tinieblas. Cuán fiel es el Libro Santo, escondiendo nada y tratando los pecados abiertamente. Pablo se presta a tratar con una situación que está ensuciando la historia de la asamblea y manchando su testimonio. Se informa que hay incesto, y en un lugar como Corinto esto podría tomar por sorpresa a los creyentes nuevos. ¡Y por su gravedad supera aun a la inmoralidad común en la ciudad! v. 1. Por esto, la necesidad del 16.13: “Velad”. La carne puede alcanzar grados de vergüenza aun más que los inconversos. • Una actitud deplorable, v. 2. Los creyentes no estaban preocupados, v. 6, sino contentos al tener el culpable entre ellos. Así también en estos días se presentan situaciones en asambleas que no suscitan alarma cuando deben hacerlo. • Una acción decisiva, vv 3 al 5. Pablo está en alerta. Aunque ausente, juzga el asunto, y entrega al ofensor a Satanás para la destrucción de la carne y la salvación del espíritu. • Un acompañante que debe ser derrotado, v. 6. Si no se aparta al culpable, la levadura obrará en todos; el cáncer debe ser extirpado para que no se pierda el miembro del cuerpo. • Una acción acordada, vv 7, 8. Ellos debían purgar la levadura vieja llevando en mente que Cristo nuestra Pascua fue sacrificado por ellos, y, cual gente sin levadura, guardar la fiesta de panes sin levadura; a saber, guardar la vida resultante en sinceridad y verdad. A Israel le era exigido quitar la levadura el primer día. • Una asesoría proferida, vv 9 al 13. Se debe rehusar acompañar o aun comer con aquellos 4 que andan o se comportan de manera vergonzosa. Esto no autoriza aislar a aquellos que, aun cuando sin tacha en sus vidas, no se expresan a nuestra simple satisfacción propia. Pero la palabra nos instruye a alejarnos de aquellos dentro de nuestra propia comunión que están trayendo infamia sobre el testimonio. El impío debe ser apartado de un todo, desde luego con miras a su restauración. Debe ser quitado cual perverso, v. 13, un acto de disciplina de parte de la congregación entera; nótese vv 4, 5. Lección: Al ver a uno excomunicado, pensamos: “Salvo por la gracia de Dios, allí voy yo”. 6.1 al 11 El cristiano y los tribunales Los conflictos entre hermanos pueden surgir, y surgen. ¿Cómo resolverlos? Llevemos en mente que esta sección trata exclusivamente de situaciones que se presentan entre creyentes. Es evidente que los corintios se acudían a los tribunales, el uno contra el otro, vv 6, 7, y Pablo expresa sorpresa ante su falta de sabiduría, v. 2. A la luz de mayores responsabilidades por delante, dice, ellos deben contar con la capacidad y el derecho de juzgar sus propios asuntos internos. Él describe esos tribunales como “los injustos” y “los incrédulos”, y afirma que recurrir a los tales para resolver nuestros problemas es injusto, v. 1, vergonzoso, v. 5, y un defecto evidente, v. 7. Él sugiere el procedimiento correcto. Tiene que haber en la asamblea al menos un hombre sabio y capaz de arbitrar, v. 5. Pero hay un procedimiento mejor, y es el de sufrir el agravio, o permitir que le defrauden a uno. En vez de vindicarse, ¿no sería ésta una manera mejor para desplegar la ley de Cristo? “Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente. Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra. Orad por los que os ultrajan”, Mateo 38, 39, 44. Bienaventurados los misericordiosos, a saber, los que no insten en sus derechos. Los testimonios han sido perjudicados por las demandas judiciales. Ahora deja al descubierto la verdad del asunto. Ustedes, alega, se dañan a sí mismos y defraudan aun a sus hermanos. Los vv 9, 10 nos asustan, pero Pablo les hace recordar que esos términos tan feos se aplicaban una vez a algunos de ellos, pero ahora han sido cambiados por la gracia transformadora de Dios, v. 11. Habían sido lavados de la contaminación del pecado (y el tiempo del verbo aquí es el activo), y de esta manera se habían puesto aparte de otros para Dios. Por esto estaban separados para siempre (i) de lo que eran, y (ii) a lo que han llegado a ser; y han sido justificados plenamente ante Dios en el nombre del Señor Jesucristo y en el Espíritu de nuestro Dios. Lección: No somos lo que éramos, de manera que nuestra conducta no debe ser lo que era. 6.12 al 20 El cuerpo del creyente Si el alma es el tema de interés para Pedro, el cuerpo lo es para Pablo. ¿Había oído de los del hogar de Cloé que la verdad tocante al cuerpo del creyente era muy distorsionada todavía en las mentes de algunos en la iglesia, y que prácticas en Corinto contaminaban la asamblea de Dios? Para empezar él explica la ley de la libertad cristiana. No es licencia. Todo me es lícito [¿repetía aquí un refrán popular entre ellos?], pero no necesariamente conveniente. Como 5 choferes que pagamos impuestos y portamos licencia, tenemos el derecho de usar la carretera, pero no por esto podemos escoger el carril que queramos. Hacerlo sería nada aconsejable. Es más: aun cuando tal vez gocemos del derecho de hacer algo, nuestra libertad cristiana debe llevarnos más allá de semejante pequeñez de servidumbre, v. 12b. Pablo ilustra esto en el versículo siguiente, y este versículo enfoca la esfera del cuerpo. El apóstol quiere enseñarnos que: • El cuerpo no es para la gratificación propia, vv 13b, 14. Libertad sin licencia (fornicación). Sus funciones deben orientarse a Dios y no a uno mismo. El propósito del cuerpo es para el Señor, y a la vez el Señor es para el cuerpo; Él es su Propietario y Contralor. • El cuerpo tiene privilegios sagrados, vv 15 al 18. ¡Es un miembro de Cristo en asociación santa! Este cuerpo mío, este marco carnal y tangible, es uno de sus miembros. ¿Me atrevo a profanarlo? Soy un espíritu con él, ¡y huyo de la sodomía! • El cuerpo tiene santidad, vv 19, 20. Tiene un Residente santo. Por gracia se ha convertido en residencia del Espíritu Santo — su santo naos, ¡su lugar santísimo! Si manos no consagradas no se atrevían a tocar el monte santo del Sinaí sobre el cual reposaba momentáneamente la santidad divina, ¿alguna cosa contaminante debe tocar este cuerpo donde mora eternamente el Espíritu de santidad? Esta presencia santa confirma que no somos nuestros para agradarnos a nosotros mismos, y el cuerpo del creyente despliega un cartel: Vendido. Es ahora propiedad de Otro, comprado a gran costo, v. 20, para ser una residencia. Lección: Que hoy y todos los días nuestro lema sea: “A él sea gloria para siempre jamás”. capítulo 7 El cristiano y el matrimonio En vista de las condiciones morales en Corinto no es sorprendente que este tema tenga lugar en la epístola. El v. 1 hace entrever que era un asunto que ocupaba la asamblea. En su respuesta, se le permite a Pablo intercalar mandamientos divinos con su juicio apostólico; compárense vv 6, 25, 40. Al intentar resumir el contenido de este capítulo extenso, vamos a notar cuatro lealtades que presenta: • Lealtad al yugo conyugal, vv 1 al 9. Pablo afirma que el matrimonio no es para todos, vv 1b, 7, 8, pero es aconsejable moralmente, v. 2: Sin embargo, este estado no debe ser bígamo. Debe ser reconocido mutuamente, tanto en lo moral como en lo físico, vv 3 al 5. Una vez casados los dos llegan a ser “una sola carne” y esta unión debe ser honrada constantemente. • Lealtad al cónyuge, vv 10 al 24. No es sólo que el yugo debe ser honrado, sino que no debe ser roto, vv 10, 11. Sin embargo, si uno de los dos se va, es aconsejable la reconciliación y es prohibido el rematrimonio. Se contempla otra situación que debe haber sido el caso a menudo en Corinto, donde uno de los dos es creyente y la otra parte no. Esto no es base para separarse, vv 12, 13. Aun estando la casa dividida espiritualmente, donde hay contentamiento debe haber también lealtad al cónyuge inconverso, por razones domésticas y familiares, v. 14. En el caso que se vaya el cónyuge inconverso, que se vaya, pero el hecho de quedarse los dos juntos puede resultar en la conversión de quien no era salvo, vv 15, 16, De manera que la regla en toda circunstancia es la del v. 24: “Cada uno en el estado en que fue llamado, así permanezca para Dios”. • Lealtad al Señor, vv 25 al 38. Él considera ahora el asunto del soltero o la soltera. 6 Prevalecían condiciones que no se nos han divulgado, vv 26 al 32, que motivan a Pablo a aconsejar que esas personas no se casen, y él alude a una lealtad mayor en vv 32b al 35. Con cuánto cuidado se debe decidir este asunto del matrimonio. ¿Promoverá mi devoción al Señor? Sin embargo, cada cual debe estar convencido en su propia mente, vv 36, 37. • Lealtad a la ley conyugal, vv 39, 40. Este pasaje descarta el divorcio; permite el rematrimonio sólo después de la muerte de una de las partes, y requiere que sea “en el Señor”. Lección: La demanda en nuestros tiempos es la lealtad a estos principios. capítulo 8 Preocupación por el que haya sido idólatra Los creyentes corintios habían sido idólatras, pero el evangelio les había librado. Con todo, después de generaciones de esa servidumbre y la presencia constante de prácticas idolátricas, se puede entender que quedarían muchas dificultades por enfrentarse. Aun hoy en día hay muchos que luchan contra tendencias malas después de haber sido rescatados de vidas de libertinaje e inmoralidad, o del poder de una religión herética. Pablo aconseja que los creyentes en estas circunstancias requieren la simpatía y el cuidado de otros creyentes. Aquí es un asunto de comer lo que ha sido ofrecido a los ídolos. Esto sería una dificultad en Corinto, donde lo que se vendía en el mercado había pasado por esa ceremonia. En su tiempo Daniel rehusó contaminarse con semejante cosa. Ahora, dice Pablo, sabemos que todos tenemos conocimiento, pero esto meramente hincha a uno mientras que el amor edifica. El solo hecho de pensar que sabemos, es dejar entrever nuestra falta de conocimiento. Pablo dice que sabemos que el ídolo no es nada — apenas un pedazo de madera o piedra — y que hay un solo Dios y Padre y un Señor, Jesucristo, pero no todos tienen ese conocimiento. Algunos, acostumbrados por años a los ídolos, consideran que comer esa carne equivale tener contacto vivo con el ídolo, y por esto sus conciencias débiles se contaminan, pero nosotros sabemos que esa carne no tiene nada que ver con nuestra aceptación, v. 8. ¿Cuál debe ser, entonces, la actitud de aquellos que tienen conocimiento? ¿Actuar conforme a él? Mire, dice Pablo, que la libertad suya no venga a ser tropiezo para los débiles. “No hagas que por la comida tuya se pierda aquel por quien Cristo murió”, Romanos 14.15. Mi práctica debe tomar en cuenta la conciencia débil de mi hermano. La importancia del uso de la libertad mía es evidente cuando su abuso sea un tropiezo para otro; el v. 12 dice que es pecar contra Cristo. La cuestión de comer carne ofrecida a ídolos puede carecer de pertinencia en muchas tierras ahora, pero el principio sigue vigente. ¿Hay modos de conducta y práctica que son lícitos para mí debido al conocimiento alumbrado que tengo, pero probablemente serán piedras de tropiezo para algunos de mis hermanos? Entonces debo pedir gracia para desistir de ellos. Lección: La decisión de Pablo — “no comeré carne jamás” — tipifica mi comportamiento. ¿Actúo por conocimiento o por amor? capítulo 9 El apostolado cuestionado ¿Algunos en la ciudad estaban cuestionando la autoridad apostólica de Pablo y de esta manera intentando socavar su obra? Esto debe ser considerado y resuelto aquí y ahora, ¿o de qué provecho será esta carta? Pablo trata el asunto de tres maneras. 7 • Establece los derechos de su vida y servicio, vv 1 al 15. Les hace recordar que no debería tener necesidad de certificar su apostolado, por cuanto ellos mismos eran el sello de su llamamiento, siendo fruto de su ministerio. Además, ¿era esencial haber visto al Señor para ser un apóstol? Le he visto, dice. ¡Él nunca se olvidó del camino a Damasco! Así que, procede a defender su libertad apostólica. ¿Ellos dudan de sus derechos físicos, matrimoniales y laborales? vv 4 al 6. ¿Acaso los soldados no sirven por salario, los viñadores no comen del fruto y los pastores no viven de la grey? Y ahora procede a precedentes escriturarios, citando la ley del buey en la siega, el labrador y el sacerdote, vv 9 al 13. Entonces, ¿el que labora en la esfera espiritual no merece recompensa en lo material? ¿El Señor no lo ha autorizado? “Ordenó el Señor que los que anuncian el evangelio, que vivan del evangelio”, v. 14. Pablo ha basado sus derechos sobre tres consideraciones: las normas de la vida, el testimonio de las Escrituras y la palabra del Señor mismo. Derechos tenía, pero los renunciaba por el bien del evangelio. • Prosigue hablando de sus responsabilidades, vv 16 al 23. El evangelio era la carga de su vida, y tenía la responsabilidad de velar por su necesidad. Le había sido encomendada una mayordomía, y hacía todo por el bien del evangelio. Cumplía de balde. Aun cuando podría sostenerse por la evangelización, lo hace manufacturando tiendas. Su dedicación es a todos, buscando sólo su salvación. • Luego afirma su decisión, vv 24 al 27. Esta determinación sacrifica sus derechos y sostiene su responsabilidad. En una carrera el atleta se concentra en la meta; en los juegos deportivos el participante piensa en la corona; cual boxeador en el ring, Pablo se conformará con el encomio del Señor. También así va a “correr”, sin hacer caso del desdén y de los adversarios imaginarios, disciplinándose y negándose a sí mismo acaso sea rechazado. Él ocupa un cargo, respeta una confianza y cumple una comisión. Lección: ¿Qué me cuestan mi obra y mi testimonio? capítulo 10 Cuidado, acaso caigamos • Se ofrece una ilustración, vv 1 al 5. Obsérvese el contraste y la repetición: “todos” y “los más”. De esta manera aprendemos de la historia de Israel que el privilegio mutuo no dio inmunidad del fracaso y el juicio. El disfrute de los privilegios y las bendiciones cristianos no son de por sí un escape de la disciplina. • Se insiste en una aplicación, vv 6 al 12. Israel está presentado como el gran ejemplo para la Iglesia cristiana. ¡No haga caso omiso de su Antiguo Testamento! ¿Codiciamos, guardamos ídolos en el corazón, fornicamos, tentamos al Señor o murmuramos? ¡Cuidado! La historia se ha repetido y puede repetirse, y Dios no ha cambiado. • Se provee una inspiración. v. 13. “Fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino que dará también juntamente con la tentación la salida …” Es el estímulo de la fidelidad de Dios revelada y operativa. Ahora, v. 14, Pablo comienza un párrafo nuevo y se dirige a un punto problemático en Corinto, el de la idolatría. Ellos la habían dejado para volver a Dios, pero deben huir de ella persistentemente. En el capítulo 8 él ha tratado el comer la carne ofrecida a ídolos, y ahora trata el asociarse con los idolátricos. ¿Esta sección tiene una voz para nosotros? Sí, dice Juan: “Hijitos, guardaos de los ídolos”, 1 Juan 5.21. Al creyente se le ha dado el privilegio de sentarse a la mesa del Señor y comer 8 continuamente cual hijo de rey, como Mefi-boset. Es una mesa de provisión espiritual para cada día y todo el día. Debemos guardar y practicar este privilegio, que nos lleva a comunión santa con la sangre y el cuerpo de Cristo, y por esto nos impide acceso a las mesas que son idolátricas porque son inmundas, vv 20, 21. ¿Nos atrevemos a provocar al Señor al buscar satisfacción en aquellas mesas en vez de la suya? De nuevo el escritor cita el refrán de ellos: ¿todo es lícito? sí, pero no por esto conveniente o edificante. En estos casos debemos considerar el bien de nuestro prójimo. Debemos respetar la conciencia de otro, y por esto, para el bien ajeno, rehusamos los alimentos una vez que sepamos su naturaleza, vv 28, 29. Participar de lo que sabemos es extraño a la mesa del Señor es provocarle a él a celos y a la vez hacer tropezar a otros, sean salvos o no, v. 32. Lección: ¿A cuál mesa estoy comiendo? Nótese el 11.1 11.1 al 16 El reconocimiento del señorío Debemos comenzar nuestra meditación sobre estos versículos con el último: “Si alguno quiere ser contencioso, nosotros no tenemos tal costumbre, ni las iglesias de Dios”, y de esta manera aprender que lo que Pablo ha venido diciendo a partir del v. 2 no era aplicable tan sólo a Corinto. Parece que era su enseñanza dondequiera que iba, y en este orden de ideas es significativo el pronombre “nosotros”. Una buena traducción es: “Si alguno busca argumento sobre esto, sólo puedo decir que nosotros y las iglesias de Dios en general nos ceñimos a esta regla sobre esta materia”. En nuestro pasaje encontramos el señorío expuesto en los vv 2 y 3, y el señorío aplicado en los vv 4 al 15. Muchos detalles en Corinto merecían la complacencia del apóstol, pero hacía falta corrección en este asunto del señorío. Todo varón tiene una cabeza: Cristo. La mujer, toda mujer en los vv 3 y 15, tiene una cabeza: el varón. Cristo tiene una Cabeza: Dios. Es orden divino, y no un concepto apostólico, ni es algo que se puede descartar en nuestros tiempos de mentalidad unisex. Esto será manifiesto donde cada sexo reconoce fielmente a su respectiva cabeza, no sólo en un símbolo sencillo sino también en la práctica general. En los ejercicios espirituales, el varón quitará cualquier cubierta de su cabeza (y ni siquiera dejará que su cabello crezca hasta largo, v. 14); lo hace en reconocimiento y honra de su Cabeza, v. 4. Al contrario, la mujer pondrá una cubierta sobre su cabeza (sin haber rasurado la cabeza, porque su cabello es una segunda cubierta, v. 15); lo hace en reconocimiento del varón, a saber, el sexo masculino, vv 5, 13. La oración y profecía del v. 5 no puede autorizar una actividad pública, porque Pablo trata esto en el capítulo 14. Dice aquí que la desobediencia de la mujer en este asunto equivale quitar el cabello de un todo, vv 5, 6. Da la impresión que la emancipación de mujeres que efectuó el evangelio había dado lugar a licencia en la asamblea, y Pablo discernía la necesidad de control apostólico. En los vv 8 al 12 él expone la necesidad de las posiciones relativas de los sexos. Los ángeles, quienes siempre oyen la voz del Señor, están observando nuestra conducta y por esto es precisa una señal de autoridad, v. 10. Lección: Así como Cristo siempre reconocía y agradaba a la Cabeza suya, que nosotros también reconozcamos la nuestra, para que de esta manera Dios sea glorificado 9 11.17 al 34 Orden en las reuniones Nuestro versículo de apertura enseña que la sustancia de la sección anterior había sido parte de la causa de desórdenes en la asamblea. Pero había otra causa. Las divisiones y los cismas estaban a la vista, aun en su reunión para hacer memoria del Señor. En aquellos días la reunión comenzaba con un ágape, o convivio, pero éste se estaba degenerando en una orgía de bebida y comida, cuando los ricos traían una abundancia y los pobres se quedaban hambrientos y apenados, vv 21, 22. Esta situación convertía la fiesta sagrada de conmemoración en un acto nada santo. Pablo escribe, entonces, para corregir semejante desorden y promover el buen orden. Les instruye a los santos que la fiesta conmemorativa debe ser: • SUJETADA. Debe reconocer el señorío de Cristo. Nótese que siete veces se hace mención del Señor. Siendo Señor, debe dominar nuestras reuniones, cosa que frenará la tendencia cismática. • GUIADA. La conmemoración de los sufrimientos y la muerte debe orientar la reunión. Haciendo memoria de él, nos olvidaremos de nosotros mismos y de nuestras prioridades, vv 24 al 26. • SENCILLA. La sencillez tan hermosa de la fiesta es evidente en los vv 23 al 25, y puede ser mancillada por las añadiduras inventadas y por la legalidad no autorizada. • EXPECTATIVA. Se celebra sólo “hasta que Él venga”. Estas cuatro características tienen como fin quitar el yo de las reuniones de la iglesia. Con esto en mente, mucha debe nuestra preparación de corazón como también el cuidado en nuestra conducta cuando vamos a la conmemoración colectiva de nuestro Señor, vv 27 al 29. Asistir de otra manera puede acarrear la disciplina suya. ¿Será que a veces puede tomar la forma de una enfermedad o la muerte? v. 30 Al reunimos para partir el pan, no debemos sólo hacer memoria del Señor reverentemente, sino a la vez respetar a nuestros concreyentes del gran cuerpo de Cristo, vv 29,33, porque somos “un solo pan”, 10.17. Cuán necesario y prudente es, entonces, juzgarnos a nosotros mismos para que no seamos juzgados del Señor. Lección: Señor, enséñame cómo conducirme en la casa de Dios. 1 Timoteo 3.15 12.1 al 11 Acerca de los espirituales Pablo desea recordar a sus lectores de su tiempo pasado. Siendo miembros de naciones tan diferentes de Israel, su religión les había arrastrado a la adoración de ídolos que él describe como mudos. No podía oir ni hablar y por lo tanto no podían revelarse. Ahora, en cambio, esa gente se convirtió “de los ídolos a Dios, para servir al Dios vivo y verdadero”. Este Dios oye, habla y se hace conocer a los hombres, y ha enviado a su Espíritu a nuestros corazones. Bajo la influencia suya, ninguno maldeciría a Jesús sino le coronaría más bien. El Espíritu Santo es, entonces, el gran Preventivo en mi vida y el gran Promotor. Maldecir a Jesús es evidencia de que el Espíritu me es desconocido, pero coronar a Jesús cual Señor mío es exclusivamente el resultado del Espíritu operando en mi ser, vv 1 al 3. Este Espíritu Santo, quien me insta a reconocer el señorío suyo y el de Cristo, me enlaza con su servicio. Al reconocer su señorío, gustosamente me hago su vasallo, su súbdito, para que los ministerios de Dios puedan hablar por medio de mí. Por esto leemos en nuestro pasaje del 10 Espíritu y sus dones; del Señor Jesús y sus ministerios; de Dios el Padre y sus obras. El potencial para servicio está a la disposición del Espíritu, vv 7 al 11; el lugar y la práctica del servicio dependen de la elección del Señor del siervo; el poder (la energía o la realización) del ministerio es de Dios. Notamos que los dones, la ministración y la realización son diversificados pero emanan todos de una misma fuente que no cambia. En cuanto a los que pueden llamar a Jesús Señor, a cada uno (no a algunos) le es dada la manifestación del Espíritu para provecho, v. 7. Es para ser “negociada” en los intereses del Maestro: “Negociad entre tanto que vengo”, Lucas 19.13, 15. Obsérvese la diversidad de los dones del vv 8 al 10, aun cuando todos son asignados por el mismo Espíritu. Ninguno de ellos se logra personalmente, sino que son nuestros por intermedio de de, o conforme con, el Espíritu Santo, y Él los hace operativos, v. 9. Ninguno se logra ni se ejerce por mero intelecto; “las hace uno y el mismo Espíritu, repartiendo a cada uno en particular como él quiere”, v. 11. Lección: ¿Cuál es mi don, mi esfera, y de dónde mi fuerza? 12.12 al 31 El Cuerpo de Cristo Pablo escribe a los creyentes corintios: “Vosotros, pues, sois el cuerpo de Cristo, y miembros cada uno en particular”, v. 27. Y a los efesios: “Hay un cuerpo”, 4.4. Concluimos, entonces, que esta frase “cuerpo de Cristo” tiene una expresión local y una universal, siendo compuesto en cada caso de todo creyente renacido. La ilustración de esto está en el v. 12: el cuerpo humano que es un conjunto pero se compone de muchos miembros. El inicio está en el v. 13: “fuimos todos bautizados en un cuerpo”. Los muchos miembros devinieron un cuerpo por bautismo en el Espíritu Santo. Nadie en la iglesia en Corinto estaba sin ese bautismo, y Pablo se incluye a sí mismo y todo otro creyente: “todos fuimos bautizados”. No es procedente preguntar a un creyente si ha sido bautizado en el Espíritu; si no, no es creyente. Este bautismo se hizo una realidad histórica en pentecostés, Hechos 1.5, 2.4, y es una realidad espiritual en el momento de la conversión. La naturaleza envolvente del Cuerpo está en los vv 14 al 19. Hay diversidad, pero todos los miembros son esenciales por igual. No debemos quejarnos si nos sentimos ser un miembro inferior, porque somos lo que somos, y estamos donde estamos, por decisión divina: “como él quiso”, v.18. Y, los vv 21 al 24 enseñan que los diversos miembros son indispensables. Si el Diseñador los considera indispensables para sí, lo son cada uno para el otro. El factor estimulante es que Dios ha dado honor abundante a los miembros aparentemente de menos importancia, v. 24. Un dedo gordo del pie puede estar fuera de la vista mucho del tiempo, pero sin él el cuerpo pierde equilibrio. Estas verdades militan contra una falta de consideración entre los miembros. Nótense en los vv 25 al 27 expresiones tales como “[sin] desavenencia … se preocupen los unos por los otros … los miembros se duelen con él … los miembros con él se gozan”. Podemos promover la unidad por medio del interés el uno por el otro, la simpatía, la estima. Para concluir, Pablo interpreta el sentido de los miembros en vv 28 al 30. Aun cuando puestos por mandato divino, v. 18, hay lugar para el ejercicio personal: “Procurad, pues, los dones mejores”; y también un “camino más excelente”. Lección: ¿Estoy perjudicando el Cuerpo, o perfeccionándolo? 11 capítulo 13 El amor en el laboratorio Pablo lleva al laboratorio de la investigación apostólica esta principal virtud moral y la somete a un examen triple. • Lo pesa por su DENSIDAD, vv 1 al 3. Es de mayor peso que la excelencia lingüística, de la eminencia profética y de la benevolencia filantrópica. En esta operación Pablo prueba hasta lo superlativo; nótense sus medidas: lenguas de hombres y de ángeles, todo misterio, todo conocimiento, toda fe, todos mis bienes — ¡pero aparte del amor estos son sólo un ruido, una cifra, la bancarrota! El amor debe impulsar el amor el ministerio, la habilidad y la caridad. No importan la boca, la cabeza ni la mano, sino el corazón. • Lo examina por su CALIDAD, vv 4 al 7. Cada examen es progresivamente más intenso. Nótense su apariencia externa y sus acciones manifiestas. Son hermosas en su simetría — no irregularidad, v. 4; no inferioridad, v. 4, porque el amor desconoce los celos; no anormalidad, v. 4, porque el amor no hace gala de sus dones; no vulgaridad, v. 5, nunca insolente, indecente ni de mal gusto. Su superficie es lisa; el amor no pone reparos. Ahora nótense su construcción interna y sus mociones escondidas. Son hermosas en su abnegación propia. El amor se sacrifica, v. 5; el amor se mantiene en segundo plano, v. 5; se olvida de sí, v. 5; no se acuerda de heridas, porque su interés no es en sí mismo, v. 6; nunca se contenta cuando otros yerran. Es fuerte, es tolerante, tiene confianza, es crédulo, nunca sospechoso, abriga esperanza y aguanta. Acepta no recibir lo que le es debido, y perdura cuando recibe lo que no es debido. • Lo mide por su DURABILIDAD, vv 8 al 13. Expresa primeramente su conclusión. ¡El amor nunca deja de ser! Nunca es insuficiente, y perdura más que el ministerio espiritual, vv 8 al 10. Estos se muestran inferiores ante el amanecer de lo perfecto. Su alcance supera la madurez física, vv 11, 12. Los placeres humanos y las tendencias cambian, pero el amor es constante. Aun cuando la fe y la esperanza están acordes con el amor, ellas conducen a un punto final, pero el amor es en sí lo definitivo. Lección: ¡Siga el amor! 14.1 Hágalo suyo. 14.1 al 25 Ministerio que edifica Quedarán resueltos los problemas de esta sección si “seguimos el amor”. Cuán importante es el capítulo 13, ubicado entre los dones del capítulo 12 y su aplicación en el capítulo 14. Pablo prepara cuidadosamente, dando permiso para una ambición personal en esferas espirituales, pero especificando el mayor. Encabeza la lista con el don de la profecía. ¿Qué es esto? Es hablar por Dios a los hombres, no tanto hablar de lo que va a suceder sino exponer verdades. Lo contrasta con hablar en lenguas (idiomas) como el primer don en la lista y el último en 12.8 al 10, 28 al 30. De lenguas dice que es una capacidad inútil para los hombres porque nadie entiende lo dicho, mientras que el profeta habla para edificación, consuelo y consolación. Dice también que hablar en una lengua es personal pero profetizar es para el provecho de todos. Aunque Pablo está permitiendo las lenguas por el tiempo entonces presente, él da precedencia al profeta y su ministerio, v. 5, y afirma que hablar públicamente en lenguas es confundir sin que la iglesia obtenga provecho, vv 6 al 11. El celo por los dones espirituales debe ser regulado por su valor constructivo y práctico, vv 12 al 14. El ministerio en la iglesia no sólo debería darse en el Espíritu, sino con la 12 comprensión del ministro y del oyente, quien puede añadir inteligentemente su asentimiento, vv 15 al 17. Él valora cinco palabras inteligentes por encima de diez mil en un idioma desconocido. Aunque afirma que puede hablar en lenguas, v. 18, nunca en las Escrituras le encontramos haciéndolo. Él aplica sus conclusiones. El v. 20 da a entender que debe haber progreso salvo en la cuestión de la malicia. Las lenguas no son más que una señal a los no creyentes, mientras que la profecía es lo opuesto. Los extraños van a ver el hablar en idiomas desconocidos como locura, pero van a quedarse convictos al oir a hombres hablando inteligentemente por Dios; habrá una respuesta en reconocer a Dios y confesar su presencia, vv 21 al 25. Esto debe ser nuestra meta. Hoy estamos rodeados de un clamor por dones espectaculares, novedosos y emocionales. Unos preguntan: ¿Estoy perdiendo algo al no contar con esos dones? Señor, danos mentes quietas, una conducta controlada por el Espíritu y una lengua capaz de hablar la verdad tuya con convicción y comprensión. Lección: ¿Qué pido a Dios? ¿Me conformo con lo de segunda o quiero lo mejor que Él me puede dar? ¡Reflexione! 14.26 al 40 Cuando la iglesia se reúne Nuestra reuniones deben ser caracterizadas por: • edificación: Hágase todo para edificación, v. 26. • dignidad: Hágase todo decentemente y con orden, v. 40. Estas reuniones deberían (i) promover del desarrollo mutuo, y (ii) preservar el arreglo espiritual. En ellas, obviamente, la lengua es el factor operacional, y en visto de esto Pablo dice que la lengua debe estar bajo control, vv 26 al 33, y bajo restricción, vv 34 al 36. • La lengua bajo CONTROL. No todos los dones están asignados a uno solo en las operaciones de la iglesia, v. 26; todos pueden aportar según su capacidad específica. En vista de aquellos eran días en que se ejercía el don de lenguas, Pablo dice que su aplicación debe ser limitada. La reunión no debe tornarse confusa, ya que cada cual debe ministrar “por turno”, o “en su curso”. Uno debe callarse si algún otro no va a interpretar su intervención. La profecía también debe estar bajo control, vv 29 al 31, y los oyentes deben prestar atención al mensaje y discernirlo. Es importante notar que “los espíritus de los profetas están sujetos a los profetas”, y que Dios es Dios de paz, vv 32, 33. ¿Qué aporto cuando estoy presente? ¿Estoy siempre ejercitado ante Dios? El v. 26 no autoriza que hable de buenas a primeras, sino que debo ejercer la preparación del alma. • La lengua bajo RESTRICCIÓN. Esto corresponde a las mujeres en la reunión. ¿Qué quiere decir que ellas “callen”? v. 34 Dejemos que el pasaje anterior interprete. Cuando uno que hablaba en lenguas debía guardar silencio, quiere decir obviamente que desistiera de dar su ministerio, vv 28, 30. Por esto, que la mujer calle (la misma palabra griega) no quiere decir que desista de platicar con otra, sino que no intervenga en ministerio público. Su lugar es una de sujeción, como dice también la ley. No se trata de una innovación paulina. Que las hermanas intervengan en las reuniones de la iglesia es insubordinación e indecoroso, vv 34, 35. ¿Pablo percibe oposición en estos asuntos? ¿La palabra divina se originó con los corintios, o eran su dueño exclusivo? v. 36 Una espiritualidad genuina reconoce las palabras del apóstol como las del Señor. Lección: ¿Cómo reacciono yo personalmente a este capítulo? 15.1 al 11 13 La base y gloria del evangelio Nos detenemos para reconsiderar el mensaje que trae la salvación. • Primeramente, su COMUNICACIÓN. Es un mensaje a ser predicado. Pablo lo predicó y ellos lo recibieron. Demanda respuesta y debe ser abrazado permanentemente cual ancla del alma, “en el cual también perseveráis”. Somos salvos por medio de su mensaje por sincera convicción, “si retenéis la palabra”, y si nuestra fe es genuina, y no meramente un consentimiento hueco, “si no creísteis en vano”. Se queda inalterable en su transmisión de época a época, ya que Pablo afirma escribir lo que antes, “primeramente”, les enseñó. Está reafirmando, no enmendando. Es meticuloso en su manera de tratar esto; lo comunicó “asimismo” como lo recibió y lo predicó, vv 3, 2. Es que él era un mayordomo, un administrador, del evangelio: lo recibió, lo entregó. El evangelio no es paulino; es divino. • Segundo, su CONTENIDO. Aprendemos de los vv 3 al 5 que el evangelio es una fe histórica, no una filosofía, un ideal, una teoría o un concepto mental. ¡Sucedió de veras! Se basa en hechos históricos que tuvieron lugar sobre la tierra a la luz y al oído de hombres. El evangelio se reviste de cuatro elementos históricos: Cristo murió, fue sepultado, fue resucitado, fue visto. No leemos aquí que haya comenzado con su nacimiento, su vida, su ministerio, ¡sino con su muerte! Se destaca su consumación: Cristo resucitó. De estos cuatro elementos, dos son fundamentales: Cristo murió y Cristo resucitó, ambos hechos “conforme a las Escrituras”. Su sepultura confirma que había muerto y su aparición confirma que había resucitado. Pablo convoca a testigos, entre ellos el despliegue impresionante de quinientos hermanos que le vieron en una misma ocasión. ¿Algunos no lo creen? En Jerusalén uno haya podido contactar a muchos que gustosamente hubieran ofrecido evidencia. Hay un factor potente: ¡Cristo murió por nuestros pecados! De nuevo, “conforme a las Escrituras”, y en vista de nuestra necesidad desesperada, fue por el amor y la misericordia de Dios. Esta gracia obró en nosotros; dejemos que obre a través de nosotros, vv 9 al 11. Lección: ¡Ay de mí si no predico el evangelio, este evangelio! 15.12 al 58 Cristo resucitado, de regreso, levantando y reinando El sepulcro abierto enfoca sobre grandes perspectivas, y la resurrección de Cristo es el aval de grandes temas. El pasaje que nos ocupa pende de dos afirmaciones importantes: (i) “mas ahora Cristo ha resucitado de los muertos”, y (ii) “en su venida”. Por cuanto Cristo ha sido resucitado, la resurrección nuestra está asegurada; y por cuanto Él viene de nuevo, será efectuada. La resurrección de Cristo y la nuestra están vinculadas inextricablemente; la una exige la otra; la una reposa sobre la otra. La importancia de Cristo se ve en el hecho de que, al no ser una realidad, la predicación apostólica es hueca, la fe es vana, el pecado impera, nuestros seres queridos han perecido y nosotros merecemos gran lástima. La realidad de su resurrección asegura una gran cosecha venidera, porque así como en Adán “todos” murieron, también en Cristo “todos” serán vivificados, cada cual en su orden en el regreso de Cristo al aire. Habiendo tratado con la base de nuestra resurrección, él habla ahora de su autenticidad. ¿El bautismo es una farsa? Podríamos ser bautizados tan solo como muertos si es que los muertos no resucitan. Vivir en peligro no tiene sentido, y nuestra disposición a enfrentar la 14 muerte por causa de él es inútil, si es que los muertos no resucitan. Se ocupa luego de su modalidad, vv 35 al 49, empleando como ilustración el reino vegetal. Nuestro cuerpo corruptible se siembra cual semilla en la tierra pero será resucitado incorruptible y para el cielo, conforme le plazca a Dios, vv 38 al 42. Sembrado en corrupción, será levantado exento de deterioro; sembrado en deshonra, será levantado radiante; “los justos resplandecerán como el sol en el reino de su Padre”, Mateo 13.43. Sembrado en debilidad, será levantado con un potencial nuevo; sembrado cuerpo natural, será levantado cuerpo espiritual, sin limitaciones de tiempo, espacio o materia. ¡La grandeza de todo esto! Será triunfo por medio de nuestro Señor Resucitado que vendrá. Y en el v. 24 hay la consumación: el Cristo reinante no tendrá rival alguno; todo gobierno y poder adverso será subyugado: La muerte abolida, Él entregará el reino a Dios el Padre. Entonces la muerte de Cristo será respondida por el gobierno de Cristo, conduciendo al estado eterno cuando Dios será todo en todos. Lección: Contando con esta perspectiva cierta, que nos encontremos “firmes y constantes, creciendo en la obra del Señor siempre”, v. 58. capítulo 16 Conclusiones varias Se han tratado temas de mayor relevancia y atendido a dificultades; ahora Pablo llega al final de su carta y ofrece — • un recordatorio, vv 1 al 4. Asuntos importantes de doctrina nunca deben restar atención a las necesidades terrenales de otros, y la debida atención a la fe delante de Dios debe ir mano en mano con el debido interés en otros. Obsérvese la prioridad asignada a este ejercicio. Era en el día de hacer memoria del Señor en su muerte que ellos debían aportar de manera práctica para sus hermanos en necesidad. • un deseo, vv 5 al 9. Él quería estar con ellos. Manifiesta interés y amor al dejar ver que, no obstante sus muchas reprimendas, quisiera pasar una buena temporada entre esos creyentes. • una recomendación, vv 10 al 12. Si Timoteo les visita, él velará por el bienestar de aquel hijo genuino en la fe. Le protegerá de cualquier incidente desagradable de parte de los corintios, y también explicará los movimientos de Apolos. Nos llama la atención su cuidado por sus consiervos; este hombre no se olvida de las cortesías humanas. • una directriz, vv 13, 14. Él insta a sus lectores a la vigilancia, fidelidad, buena disposición fuerza, y al amor. Sin duda esta estocada les alcanzaría el corazón. • un consejo, vv 15 al 18. Les hace recordar a algunos que conocen y señala sus ministerios a favor de Pablo y a favor de los mismos corintios, exhortando que estimen y obedezcan a los tales. • varios saludos, vv 19 al 24. En vv 19, 20 Pablo envía saludos de parte de otros y en los versículos siguientes de parte de sí mismo. Aunque a veces sus cartas hayan sido escritas por la mano de un amanuense, él debe fijar su firma propia como evidencia de su legitimidad, v. 21. Con esto, expresa su ultima advertencia y saludo. Si alguno no ama al Señor (Pablo ha enfatizado el señorío de Cristo en esta epístola), que sea maldito — ¡el Señor viene! El tratado apostólico, en algunas partes severo y para corregir, tan enfático pero tan estimulante, cierra con notas de gracia divina y la dulzura de su propio amor en Cristo. Lección: Estemos conscientes siempre de las cortesías cristianas. 15 La iglesia imperfecta 1 Corintios R.E. Harlow Traducción de The imperfect church: 1 Corinthians Publicaciones Cotidianas, Scarborough, Canadá Este material fue traducido para el uso de la empresa editorial Everyday Publications, donde fue modificado posteriormente. En esta versión he simplificado el formato ligeramente. D.R.A. Contenido 1. Introducción y acción de gracias Introducción 1.1 al 3 Acción de gracias 1.4 al 9 2. División en la iglesia Seguir a los hombres 1.10 al 17 Sabiduría y poder de Dios Sabiduría del mundo 1.18 al 20 Sabiduría de Dios 1.21 al 25 Sabiduría en Cristo 1.26 al 31 El mensaje de Pablo a los corintios La visita de Pablo a Corinto 2.1 al 5 Revelación de verdad más profunda No revelada a líderes del mundo 2.6 al 9 Revelada ahora por el Espíritu Santo 2.10 al 12 Recibida por creyentes 2.13 al 16 Más acerca de divisiones en la iglesia Niños en Cristo 3.1 al 4 Siervos del Señor 3.5 al 9 Galardones 3.10 al 17 Sabiduría humana y líderes humanos 3.18 al 23 ¿Quiénes son los apóstoles? No juzguen a los siervos de Dios 4.1 al 5 No se jacten de los hombres 4.6,7 No vivan como reyes 4.8 al 13 Síganme a mí 4.14 al 17 16 Yo vengo 4.18 al 21 3. Pecado en la iglesia La condición en Corinto 5.1 al 5 El pecado se extenderá 5.6 al 8 El pecado debe ser juzgado 5.9 al 13 4. Demanda judicial contra otro Mejor pedir que creyentes juzguen 6.1 al 6 Mejor aceptar pérdida 6.7 al 11 5. Fornicación y vida matrimonial Fornicación Nuestros cuerpos pertenecen al Señor 6.12 al 14 Juntar cuerpos 6.15 al 17 El cuerpo es templo del Espíritu Santo 6.18 al 20 Personas casadas Instrucciones acerca de la vida matrimonial Cómo los casados deben comportarse 7.1 al 5 ¿Debe casarse un cristiano? 7.6 al 9 ¿Puede divorciarse un cristiano? 7.10,11 La separación si uno es creyente 7.12 al 16 Debemos quedarnos como estamos Judío o gentil 7.17 al 20 Esclavo o libre 7.21 al 24 Casado o soltero 7.25 al 28 Razones por este mandamiento El tiempo es corto 7.29 al 31 Debemos ocuparnos en las cosas del Señor 7.32 al 35 Resumen 7.36 al 40 6. Libertad cristiana Comida ofrecida a ídolos Mejor el amor que el conocimiento 8.1 al 3 Hay un Dios y los ídolos no son nada 8.4 al 6 ¿Los cristianos deben comer alimentos ofrecidos a un ídolo? 8.7 al 13 Pablo no insistía en sus derechos Los derechos de un apóstol Pablo un verdadero apóstol 9.1,2 17 Los demás apóstoles 9.3 al 7 Las enseñanzas del Antiguo Testamento 9.8 al 14 Pablo no insistía sobre todo Las razones de Pablo 9.15 al 18 El deseo de Pablo de ganar algunos para Cristo 9.19 al 22 Pablo renunciaba todo para servir mejor al Señor 9.23 al 27 La comunión Comunión con ídolos La bendición de Dios sobre Israel 10.1 al 5 El pecado de Israel 10.6 al 10 Una advertencia 10.11 al 14 Comunión con Cristo La mesa del Señor 10.15 al 18 La mesa de los demonios 10.19 al 22 Comunión con el pueblo de Dios Cómo manifestar la comunión 10.23,24 Comida ofrecida a ídolos 10.25 al 30 Resumen de la enseñanza de Pablo 10.31 al 11.1 7. Cubiertas para la cabeza ¿Cuándo debemos cubrirnos? 11.2 al 6 El Antiguo Testamento comprueba esta enseñanza 11.7 al 12 La naturaleza nos enseña lo mismo 11.13 al 15 La práctica de otras iglesias 11.16 8. La Cena del Señor Qué hacían los corintios al reunirse 11.17 al 22 Una revelación a Pablo 11.23 al 25 La advertencia de Pablo La importancia 11.26 Comer y beber indignamente 11.27 al 32 Resumen 11.33,34 9. Dones espirituales El Espíritu Santo y sus dones Dones a todo creyente El Espíritu Santo mayor que todos los espíritus 12.1 al 3 Diferentes dones para diferentes creyentes 12.4 al 11 La iglesia es como un cuerpo 18 El cuerpo es un cuadro de la iglesia 12.12,13 Son necesarias todas las partes del cuerpo 12.14 al 26 La iglesia es un cuerpo de Cristo 12.27 al 31 El amor es el camino más excelente Los dones sin el amor son inútiles 13.1 al 3 ¿Qué hace el amor? 13.4 al 7 El amor es mayor que los dones 13.8 al 13 La profecía es mayor que las lenguas La profecía edifica una asamblea 14.1 al 6 La profecía puede entenderse fácilmente 14.7 al 12 Debemos hablar para el beneficio de todos Los creyentes no instruidos 14.13 al 17 Debemos considerar a los demás en la reunión 14.18,19 Las lenguas son señal y la profecía es para edificar 14.20 al 25 El gobierno de Dios en las iglesias Gobierno en general 14.26 Límites sobre la intervención en las reuniones Lenguas 14.27,28 Profecía 14.29 al 33 Mujeres 14.34,35 Resumen, 14.36 al 40 10. La resurrección Cristo resucitó de los muertos El evangelio 15.1 al 4 Muchos vieron al Señor una vez resucitado 15.5 al 11 Los creyentes resucitarán de la muerte ¿Qué de si no hay resurrección? 15.12 al 16 ¿Qué de si Cristo no resucitó de la muerte? 15.17 al 19 Todos resucitarán 15.20 al 23 Todo estará sujeto a Dios 15.24 al 28 ¿Por qué sufrir si no hay resurrección? 15.29 al 34 ¿Cómo resucitarán los muertos? Cuadros de vida y gloria 15.35 al 41 Explicación de la resurrección 15.42 al 50 ¿Qué sucederá con los creyentes vivos? 19 15.51 al 58 11. La ofrenda dominical 16.1 al 14 12. Planes y saludos Los planes de Pablo 16.5 al 12 Mandamientos finales 16.13 al 18 Saludos y una bendición 16.19 al 24 Pablo el apóstol escribió trece de las veintiuna cartas en el Nuevo Testamento. Las dos más largas son romanos y 1 Corintios. La gran labor de Pablo era predicar el Evangelio y levantar iglesias locales o asambleas. La Epístola a los Romanos explica en detalle el Evangelio que Pablo predicaba, y 1 Corintios nos dice cómo conducirnos en una asamblea. Pablo escribió Efesios también, que nos enseña grandes verdades acerca de la Iglesia y muestra cuán importante es ante los ojos de Dios. Hay muchos versículos y capítulos en el Nuevo Testamento que hablan de cómo la asamblea debe conducirse, y Pablo escribió a Timoteo para informarnos cómo actuar en la familia de Dios, en la iglesia del Dios viviente, 1 Timoteo 3.15. 1 Corintios es la epístola más importante sobre el tema de cómo conducir nuestras iglesias. Nos da las respuestas del Espíritu a muchos problemas en la iglesia en Corinto. Hoy día tenemos algunos de estos problemas, y podemos encontrar en 1 Corintios las respuestas de Dios. La palabra iglesia se encuentra 22 veces en 1 Corintios, más que en cualquier otro libro del Nuevo Testamento. Se usa 21 veces en Hechos, nueve veces en 2 Corintios, nueve veces en Efesios y 19 veces en Apocalipsis 1, 2 y 3. Estos libros son importantes y nos ayudan a entender la Iglesia de Dios, pero casi todas las epístolas dicen algo acerca de la iglesia. La palabra Dios se encuentra 103 veces en 1 Corintios y se menciona el Señor Jesucristo 119 veces. Este libro nos habla de Dios y Cristo y la Iglesia de Dios. Dios espera de nosotros una conducta de obediencia en la iglesia, como también en todo tiempo y todo lo demás. Dios el Espíritu guió a Pablo a escribir esta carta y enseñarnos los caminos de Dios en la Iglesia. ¿Quién era Pablo? Saulo nació en Tarso, una ciudad de Cilicia en la provincia romana de Asia Menor. Fue enseñado por Gamaliel, un sobresaliente maestro judío y un fariseo, Hechos 5.34, 22.3. Saulo era muy celoso por la ley judaica y al principio pensaba que debería hacer todo lo que podía para impedir a su pueblo creer en el Señor Jesucristo. Todo eso cambió cuando Saulo encontró al Señor en el camino a Damasco. De una vez el Señor le mandó a llevar el Evangelio a tanto judíos como gentiles y él comenzó a predicar que Cristo es el Hijo de Dios, Hechos 9.15,20. El libro de Hechos relata sus tres grandes viajes misioneros: (1) Saulo y Bernabé salieron de Antioquía y regresaron a Antioquía, Hechos 13.3 a 14.26. Durante ese tiempo el nombre de Saulo fue cambiado a Pablo, Hechos 13.9. (2) Pablo y Silas comenzaron desde Antioquía y Pablo regresó a esa ciudad más adelante. Timoteo les acompañó la mayor parte del tiempo, Hechos 15.40, 16.3, 18.22, y Lucas les acompañó desde Troas a Filipos. (Lucas escribió el libro de Hechos, y en el capítulo 16, versículos 10 a 40, leemos la palabra nosotros, —o esa forma de los verbos— incluyendo a Lucas, pero después del 16.40, la palabra ellos). (3) El tercer viaje comenzó en Hechos 18.23, pero no leemos que Pablo haya regresado a Antioquía. El libro de Hechos termina con Pablo encarcelado en Roma, pero aprendemos de sus cartas a Timoteo y Tito un poco acerca de sus viajes posteriores. 20 En el segundo viaje misionero Pablo llegó a Corinto y predicó el Evangelio, primeramente en la sinagoga de los judíos. Algunos judíos creyeron pero los demás obligaron a Pablo a abandonar la sinagoga, así que él se reunía con los creyentes en una casa. A la vez Pablo trabajaba en su oficio durante el día, y Silas y Timoteo le acompañaban en la predicación. El Señor Jesús le animó a Pablo y él se quedó en Corinto por año y medio, Hechos 18.1 al 11. En el tercer viaje Pablo fue a Grecia y se quedó allí tres meses, Hechos 20.2,3. Corinto era la ciudad más grande en Acaya o Grecia, y podemos estar seguros que Pablo visitó la asamblea allí cuando fue a Grecia. Se menciona en la Biblia dos ciudades más en Grecia. Pablo había estado en Atenas antes de ir a Corinto, y algunas personas creyeron, pero no leemos de una iglesia en Atenas, Hechos 17.16,34. Había también una asamblea en Cencrea, un puerto cercano a Corinto, Romanos 16.1. El libro de Hechos no dice que Pablo haya vuelto a Corinto, pero vemos en sus cartas que él esperaba hacerlo, 1 Corintios 4.19, 11.34, 16.4, 2 Corintios 1.15, 13.1. Pablo oyó de otros que había problemas en la iglesia de Corinto, y los creyentes le escribieron acerca de otros asuntos. ¿Cuáles eran esos problemas? La epístola nos habla de aquellos problemas y da las respuestas. Introducción y acción de gracias Divisiones en la iglesia Pecado en la iglesia Demanda judicial contra otro Fornicación y vida matrimonial Libertad cristiana Cubiertas para la cabeza La Cena del Señor Dones espirituales La resurrección La ofrenda dominical Planes y saludos Los creyentes habían escrito a Pablo acerca de algunas de estos asuntos y Pablo había oído de otros acerca de algunas de ellas. Preguntaron acerca de la vida matrimonial, 7.1; la libertad cristiana, 8.1; los dones espirituales, 12.1; la ofrenda, 16.1. Pablo oyó de otros asuntos: las divisiones en la iglesia, 1.11; pecado en la iglesia, 5.1; la cena del Señor, 11.1; la resurrección, 15.12. El Espíritu Santo dio las respuestas por intermedio de Pablo a la iglesia en Corinto, y a nosotros por las Sagradas Escrituras. Pablo escribió la primera carta a los corintios cuando él estaba en Éfeso, 16.8. Esto fue durante su tercer viaje misionero, Hechos 19.10. Pablo y los apóstoles podían enseñar las mismas verdades en otras iglesias, y así pronto los creyentes llegaron a saber las respuestas a sus problemas. Hoy día las iglesias tienen los mismos problemas de tiempo en tiempo. Dios nos ha preservado la carta a los corintios. Esto quiere decir que debemos desarrollar las iglesias según la enseñanza del Espíritu Santo en el Nuevo Testamento. 1 - Introducción y acción de gracias Introducción Pablo escribió primeramente que él era el autor de esta carta y que ella iba dirigida a los corintios. Le pidió a Dios bendecirlos y dijo por qué él adoraba a Dios por ellos. 21 Pablo se llamó un apóstol, y los corintios, santos. Le pidió a Dios darles gracia y paz. 1.1 Ante todo Pablo declaró que había sido llamado como apóstol. En Romanos 1.1 él también había dicho que había sido llamado a ser apóstol. En sus cartas afirmaba que era apóstol de Jesucristo. Pedro hizo lo mismo en sus dos cartas. (Santiago y Judas no eran apóstoles, y no sabemos a ciencia cierta quién escribió el libro de Hebreos. Juan se llama anciano en su segunda y tercera carta). Era importante que los corintios aceptaran la autoridad de Pablo como apóstol. El tenía que decirles algunas cosas severas, y exigirles hacer lo correcto. Un apóstol Llamado a ser apóstol Por la voluntad de Dios Gálatas 1.1, 1 Timoteo 1.1, Tito 1.1 1 Corintios 1.1, Romanos 1.1 1 Corintios 1.1, 2 Corintios 1.1, Colosenses 1.1, Efesios 1.1, 2 Timoteo 1.1 Pablo era un apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios. En Gálatas 1.1 dijo que ningún hombre le había hecho apóstol, solamente Dios. Vemos que Pablo es un apóstol por voluntad divina también en 2 Corintios, Colosenses, Efesios y 2 Timoteo. ¿Quién era Sóstenes? Sóstenes había sido el líder de la sinagoga de los judíos en Corinto, y se oponía a Pablo y sus enseñanzas acerca del Señor, Hechos 18.17. Ahora era convertido a Cristo y estaba con Pablo en Éfeso. Sóstenes era bien conocido a los corintios y estaba dispuesto que Pablo usara su nombre en esta carta con sus mensajes fuertes. Pablo le llamó un hermano en el Señor pero no sabemos más acerca de él. 1.2 Pablo escribió esta carta a la iglesia de Dios en Corinto. La palabra iglesia quiere decir una asamblea de personas. En 1 Corintios se usa la palabra al referirse a toda la Iglesia en el mundo, incluyendo a todos los creyentes, y también de los cristianos que se reunían en una población. Se encuentra cinco veces la palabra iglesias. Iglesia en 1 Corintios: todo el cuerpo de Cristo iglesia local iglesias locales 10.32, 12.28, 15.9 1.2, 4.17, 6.4, 11.18,22, 14.4,5,12,19,23,28,35, 16.19 7.17, 11.16, 14.33,34, 16.1,19 Corinto era una de las peores ciudades del Imperio Romano. Los creyentes tenían que vivir en el mundo en una ciudad muy impía, pero la iglesia pertenecía a Dios; era suya. Esta Iglesia de Dios incluía a todos los que eran santificados en Cristo Jesús. Ellos habían sido puestos aparte del mundo impío en derredor, y llamados santos, el pueblo santo de Dios. Pero esta carta es para otros fuera de Corinto. Los creyentes en Corinto estaban unidos con todos en todo lugar que invocaban el nombre de nuestro Señor Jesucristo. Esto quiere decir todos los salvos, Hechos 2.21, Romanos 10.12 al 14. El es Señor suyo además de nuestro. Hemos invocado el nombre del Señor para ayudarnos, y ahora llevamos su nombre, somos cristianos, Hechos 11.26. Hoy día algunos cristianos rechazan las enseñanzas de 1 Corintios porque dicen que fue escrita a una iglesia tiempo atrás y no tenemos que obedecer la epístola. Es importante ver que Corintios es para todos los creyentes en el mundo hoy día; es para nosotros. 1.3 El versículo 3 es la salutación de Pablo a la iglesia en Corinto. Él usó las mismas palabras al escribir a los gálatas, tesalonicenses, romanos, colosenses, filipenses y a Filemón y Tito. Para Timoteo él añadió la palabra misericordia. Las palabras gracia y paz eran términos comunes de salutación, pero aquí están en la forma de una oración. Pablo pidió de nuevo al final de la carta que la gracia de nuestro Señor Jesucristo fuera para ellos, 16.23. La 22 gracia de Dios es la base de todo lo que El hace para nosotros. La gracia vino por medio de Cristo Jesús y somos salvos por su gracia, Juan 1.17, Efesios 2.8. La gracia trae la salvación por la fe, y la paz es el resultado de la fe, Romanos 5.1. Aquí tanto la gracia y la paz vienen de Dios el Padre y nuestro Señor Jesucristo. Estos grandes dones, o regalos, que son la gracia y la paz, pueden ser sólo de Dios, así que el Espíritu Santo enseña aquí que el Señor Jesucristo es igual con Dios. Se llama el Hijo en el 1.9 y 15.28, pero Colosenses y Hebreos nos dan mucho más enseñanza sobre la deidad de Cristo. Carta de Carta para Bendición de Bendición es Pablo y Sóstenes Iglesia en Corinto y todos los santos Dios el Padre y nuestro Señor Jesucristo Gracia y paz Acción de gracias 1.4 En el versículo 3 Pablo oró que la gracia de Dios acompañara a los creyentes, y de una vez da gracias a Dios por la gracia que les fue dada. En el versículo 3 la gracia vino del Padre y el Señor Jesucristo; en el versículo 4 viene por medio de Cristo. El versículo 3 se refiere a Cristo en su Persona, Él es Dios el Hijo; el versículo 4 se refiere a su Obra, porque la gracia de Dios podría venir a nosotros sólo por la muerte de Cristo en la cruz. Esta gracia se da a todos los que están en Cristo Jesús. Pablo podía estar agradecido por esto siempre. Pronto veremos algunas de las cosas en Corinto que le entristecían mucho. 1.5 La gracia de Dios nos da más que la salvación. La iglesia en Corinto era rica en dones espirituales, especialmente en disertación y conocimiento. A los griegos les encantaba una buena disertación, y algunos tenían el don de dar buenos discursos, como Pedro menciona en 1 Pedro 4.10,11. Otros tenían en particular el don de la sabiduría, 1 Corintios 12.8, 13.8. 1.6 Pablo y Timoteo y Silas predicaron en Corinto y dieron su testimonio de que Jesús es el Cristo, Hechos 18.5. Dios confirmó su testimonio al dar dones a los que creyeron. En Éfeso Dios honró el mensaje de sus siervos por medio de milagros, Hechos 19.6,11; y lo mismo en Jerusalén, Hebreos 2.4. En Corinto Él confirmó su testimonio al dar dones a la iglesia. 1.7 El resultado era que a la iglesia realmente no le faltaba nada en ningún don espiritual. Pablo quería ir a Roma para estar en condiciones de dar a los creyentes algún don espiritual, Romanos 1.11, pero eso no era necesario en Corinto. Ellos tenían los dones espirituales pero no los usaban correctamente. Así que, en esta carta Pablo les enseñó (y a nosotros) cómo usar los dones para el Señor. Pablo también les había enseñado a los creyentes nuevos que Cristo volvería, como él había hecho un poco antes en Tesalónica. En un segundo viaje misionero Pablo fue de Tesalónica a Berea, Atenas y Corinto. Estaba sólo unas dos semanas en Tesalónica, pero les instruyó en cuanto a la venida de Cristo, 1 Tesalonicenses 1.10. Pablo enseñó a los tesalonicenses en sus cartas que Cristo vendrá a las nubes y llevará a su Iglesia arriba al cielo, 1 Tesalonicenses 4.17; luego vendrá a la tierra para juzgar los hombres impíos, 2 Tesalonicenses 1.7 al 10. Pablo recibió del Señor esta verdad acerca del Rapto de la Iglesia, 1 Tesalonicenses 4.15. Creemos que Pablo escribió a los tesalonicenses mientras él estaba en Corinto, y podemos estar seguros de que enseñó estas grandes verdades a los corintios también. En el capítulo 15, versículos 51 y 52, aprenderemos más acerca del Rapto. Mucha gente conoce la Biblia pero no ama al Señor. Aquellos que le aman, están esperando con gran gozo el día en que El volverá. 23 1.8 Algunas personas pueden temer caer en pecado antes de que el Señor vuelva. Así el Señor prometió que nos guardaría fuertes y firmes hasta el fin. Solamente Dios puede hacerlo, Judas 24. El Señor Jesús nos ha limpiado de nuestros pecados y nos está lavando cada día por su Palabra, 1 Juan 1.7, Efesios 5.26,27. Su deseo es presentarnos ante sí como una Esposa sin falta, Colosenses 1.22, Filipenses 1.6. Será un día feliz para Él, y para nosotros. 1.9 Dios ha prometido guardarnos. Él es fiel, y guarda sus promesas, 10.13, 1 Tesalonicenses 5.24, 2 Tesalonicenses 3.3. Es Dios quien nos ha llamado a la comunión con su Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Tenemos comunión con el Padre y el Hijo, 1 Juan 1.3; con el Espíritu Santo, 2 Corintios 13.14, Filipenses 2.1; y el uno con el otro, 1 Juan 1.7. Debemos llevar en mente siempre que tenemos comunión con Cristo en sus padecimientos, Filipenses 3.10. Somos llamados a compartir en sus sufrimientos, 1 Pedro 2.21, pero más de todo somos llamados a tener gozo, no tristeza. También somos llamados a : paz justificación santidad luz bendición herencia eterna 1 Corintios 7.15 Romanos 8.30 1 Pedro 1.15 1 Pedro 2.9 1 Pedro 3.9 Hebreos 9.15 2 - Divisiones en la iglesia Pablo dio gracias a Dios por las cosas buenas que veía en Corinto, pero entonces tuvo que decirles que algunas cosas eran muy incorrectas. Había divisiones en la iglesia y algunos cristianos estaban siguiendo a un hombre, y otros a otro. Esto fue resultado de orgullo por la sabiduría humana. Pablo no se había acercado a ellos de esa manera, sino que les dio palabras del Espíritu Santo. Ellos se estaban conduciendo como cristianos muy nuevos, pero eran responsables por su conducta en la iglesia. Los apóstoles no eran nada en sí, sino eran enviados por Cristo y deberían ser obedecidos. Seguir a los hombres Pablo oyó que había cuatro divisiones en la iglesia, cada grupo jactándose por un líder humano. Algunos decían ser seguidores de Pablo, de manera que él explicó que esto era incorrecto. 1.10 Primeramente apeló a los corintios como hermanos a quedarse unidos y estar de acuerdo en lo que decían. El apóstol podía dar mandamientos y a veces lo hacía, pero muchas veces él rogaba a los creyentes, 4.16, 16.15, 2 Corintios 2.8, 6.1, 8.6, 9.5, 10.1. Aquí les rogaba en el nombre del Señor Jesucristo; Pablo creía que el Señor mismo haría la misma cosa. Por cierto esta es la voluntad de Dios y Cristo oró que fuésemos todos uno, Juan 17.17. Somos uno en Cristo Jesús, pero no siempre manifestamos el uno al otro esta unidad. Pablo quería ver a los corintios de acuerdo entre sí en lo que hablaban; no permitir divisiones en su seno; y estar perfectamente unidos en su manera de pensar. La asamblea en Filipos era más espiritual que la de Corinto, pero también tenía una división. Pablo les apeló ser de un mismo sentir. Ellos estaban envanecidos y Pablo les recordó del Señor Jesucristo quien asumió un lugar humilde, Filipenses 2.2 al 8. 1.11 Pablo oyó de gente en la familia de Cloé que los corintios estaban entregados a las querellas. No sabemos quién era Cloé, pero los miembros de la familia de esa dama no temían decir la verdad acerca de la asamblea en Corinto. Pablo podía decirles claramente 24 quiénes le habían informado. Esto es importante. No debemos decir nada malo acerca de otros creyentes si no es la verdad. Pero si es necesario hablar, debemos estar dispuestos a que ellos sepan quién lo dijo. No es una señal de amor dejar que un cristiano siga en pecado. Puede ser necesario hablar con él o ella, y si no quiere oir, usted debe volver a tratar la cuestión, pero ahora con uno o dos más. Si todavía no hace caso, usted decírselo a la iglesia, Mateo 18.15 al 17. La iglesia es santa y Dios no puede bendecir si hay pecado en la asamblea. 1.12 Sus querellas produjeron divisiones. La iglesia llegó a ser cuatro grupos, cada uno con su nombre propio. Algunos decían ser de Pablo, algunos de Apolos, algunos de Cefas (otro nombre para Simón Pedro, Juan 1.40 al 42). Se nos manda obedecer a los líderes que Dios nos ha dado, Hebreos 13.17, pero no a usar sus nombres para dividir la iglesia. Fue muy mal hecho seguir a estos líderes humanos, pero el otro grupo era todavía peor. Ellos tomaron para sí el nombre de Cristo, ¡como si los otros cristianos realmente no fuesen de él! Pablo era un gran maestro, Apolos era un gran predicador, Pedro era al comienzo el más prominente de los apóstoles, pero era incorrecto dividir la asamblea de esa manera. Pablo era el primero en predicar en Corinto, y Apolos fue después. No sabemos si Pedro había estado allí. Apolos era un judío egipcio que conocía bien el Antiguo Testamento y era buen orador. Aquila y Priscila le ayudaron a comprender la doctrina de Cristo, la cual ellos habían aprendido de Pablo, Hechos 18.1,2,24 al 28. Hoy día la Iglesia está dividida porque gente toma el nombre de algún gran hombre, o de un país, o de una doctrina favorita. Entonces ellos procuran unir estas divisiones bajo todavía otro nombre. El Señor Jesús oró que fuésemos uno, y somos uno. Hay un solo Espíritu Santo y Él mora en todo verdadero creyente. Nos hace uno ante el ojo de Dios. 1.13 Pablo hizo tres preguntas, todas con la misma respuesta, No. Cristo no está dividido y ningún grupo de cristianos debe decir que son los únicos que son de él. Sólo Cristo murió por nosotros, ciertamente no Pablo ni ningún otro hombre. El Señor nos mandó bautizar a los creyentes en el nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo, Mateo 28.19. En Éfeso algunos creyentes fueron bautizados en el nombre del Señor Jesús, Hechos 19.5. Los creyentes en Corinto fueron bautizados, pero ciertamente no en el nombre de Pablo, Hechos 8.8. 1.14,15 En realidad Pablo estaba contento por no haber bautizado a los que creyeron cuando él predicó el Evangelio, excepto Crispo y Gayo. Crispo era el líder de la sinagoga en Corinto hasta ser salvo, Hechos 18.8. Más adelante la asamblea celebraba reuniones en casa de Gayo, y Pablo se hospedó con él cuando en Corinto, Romanos 16.23. (Había otros hombres en el Nuevo Testamento con el mismo nombre). A Pablo le agradó que ningún corinto podría causar una división en la iglesia por decir que el apóstol Pablo le había bautizado en su propio nombre. 1.16 Pablo se acordó también que él había bautizado a la familia de Estéfanas. Fue la primera familia a ser salva en el país de Acaya, y se entregaban plenamente a la obra de ayudar a los demás creyentes. Estéfanas fue a Éfeso con dos hombres más y le contó a Pablo acerca de la iglesia en Corinto, 16.15,17. 1.17 El Señor Jesús mandó a Pablo a predicar el Evangelio. Por medio de Ananías le dijo a Pablo que le había escogido para llevar su nombre al pueblo gentil, a reyes y a la nación de Israel también, Hechos 9.15, y a ser testigo a todos los hombres, 22.15. El Señor le dijo que su obra sería la de abrir los ojos de la gente, volverlos de las tinieblas a la luz, de Satanás a Dios, para que reciban el perdón de pecados por fe en Cristo y una herencia entre el pueblo de Dios, Hechos 26.16 al 18. Veremos que el Evangelio fue una de las revelaciones especiales dadas a Pablo, 15.3. Los once apóstoles fueron mandados a predicar, enseñar y 25 bautizar, y nosotros debemos hacer lo mismo, pero no debemos llamar la atención a nosotros mismos ni causar divisiones en la iglesia. Aquí Pablo dice que él fue mandado a predicar sin procurar usar las palabras de sabiduría humana. Esto fue muy importante porque por sus palabras sagaces un hombre puede persuadir a la gente a hacer buenas obras, pero esto le hace orgulloso, y también a los que le oyen. El Señor Jesús murió en la cruz por nuestros pecados; nuestras buenas obras no hacen falta, así que no hay lugar para el orgullo humano. Sabiduría y poder de Dios El resto del primer capítulo nos enseña la diferencia entre la sabiduría de Dios y la necedad del hombre, entre el poder de Dios y la debilidad del hombre. Palabras que quieren decir sabio o sabiduría ocurren trece veces en los versículos 18 al 31; necedad seis veces; poder cinco veces; debilidad dos veces. SABIDURÍA DEL MUNDO 1.18 El mensaje del Evangelio dice a la gente que Cristo murió en la cruz por sus pecados. Algunos creen esto, otros lo rechazan. Los que rechazan dicen que es locura enseñar que un hombre podría morir por todos, o que Dios castigaría a una persona inocente por pecados que no cometió. Estos están perdidos porque no aceptan al Salvador. Algunos creen el Evangelio y saben que es el poder de Dios, Romanos 1.16. Puede salvarnos del pecado y guardarnos para vivir en la voluntad de Dios. Hace falta el poder de Dios para derrotar a Satanás y darnos la victoria sobre nuestras propias costumbres malas. Sabemos que sólo un hombre podía morir por los pecados de otros, el Hombre Cristo Jesús. Sabemos también que Dios nunca le obligó hacerlo: su gozo era hacer la voluntad de Dios, Juan 10.17, Salmo 40.8. 1.19 Los hombres dicen que el Evangelio es locura pero Dios dijo que El iba a destruir lo que los hombres llaman la sabiduría, la inteligencia de los entendidos, Isaías 29.14. Isaías habló estas palabras al pueblo de Jerusalén quienes estaban confiando en sus sabios para salvarles de sus enemigos. 1.20 Isaías se burló también de los sabios de Egipto, Isaías 19.11,12, y los estudiosos de Jerusalén, 33.18, 44.25. El Señor Jesús enseñó que Dios ha escondido sus pensamientos de los sabios de este mundo y los ha revelado a quienes son humildes, Mateo 11.25. Los fariseos y escribas estaban seguros de ser sabios, pero Cristo les llamó insensatos y ciegos, Mateo 23.17,19. Hoy día algunos se creen suficientemente sabios como para cambiar la Palabra de Dios, rechazar una parte y guardar parte. El Espíritu Santo dijo que Dios iba a: destruir la sabiduría de los que se creen sabios, desechar el entendimiento de los entendidos, hacer lucir como locura la sabiduría de este mundo, SABIDURÍA DE DIOS 1.19 1.19 1.20. 1.21 Dios es sabio y planificó todo desde el principio. Dios en su sabiduría planificó que la gente no podría conocerle a Él por su propio entendimiento. Le plació hacer la predicación su método para salvar. Esta predicación les parece locura a los hombres, pero Dios lo planificó así porque exige fe antes de salvar a uno, Hebreos 11.6. Es así para que la gente nunca podrá gloriarse acerca de su salvación, 1 Corintios 2.5. La sabiduría de Dios: La profundidad de las riquezas de la sabiduría 26 y de la ciencia de Dios Cristo poder de Dios, y sabiduría de Dios [La] sabiduría de Dios [se habla] en misterio La multiforme sabiduría de Dios [se da a conocer] por medio de la iglesia [a los ángeles] Romanos 11.33 1 Corintios 1.24 1 Corintios 2.7 Efesios 3.10 1.22 Esta sencilla predicación del Evangelio no era popular entre los judíos ni los gentiles. Los judíos querían ver milagros como prueba de que el mensaje era veraz. Moisés probó por milagros que Dios le había enviado, Éxodo 4.30,31, pero advirtió a Israel contra los falsos profetas, Deuteronomio 13.1, 18.22. Los judíos demandaban que el Señor Jesús les mostrara señales, Juan 2.18, 6.30, y el Señor lo hizo, Juan 2.23, 20.30, Hechos 2.22. Aun así muchos judíos no querían creer, Juan 11.47, 12.37. El Cristo resucitado dio gran poder a los apóstoles, pero todavía la mayoría de los judíos no creían, Hechos 2.43, 4.16,17. Hoy día tenemos toda la Palabra de Dios, y no necesitamos de milagros para ayudarnos a conocer la verdad. El poder de Dios se ve en los hombres salvados de los hábitos del pecado. Por nuestras vidas podemos mostrar que Dios está con nosotros todavía. Los incrédulos pueden hacer grandes cosas, y pronto Satanás contará con un gran líder mundial que podrá realizar milagros, Mateo 7.22, 2 Tesalonicenses 2.9, Apocalipsis 13.13. Los judíos pedían señales y los griegos buscaban sabiduría. Podemos ver esto en Atenas, Hechos 17.18,21,32, y el pueblo de la cercana Corinto era parecido. En realidad ellos querían la sabiduría humana, no la de Dios como está revelada en las Escrituras. Hoy es lo mismo. La gente quiere educación pero rechaza la revelación de Dios, la Biblia. 1.23 Pablo predicaba a Cristo como el Salvador quien murió en la cruz por nosotros. Él reconoció que su mensaje era ofensivo a los judíos y una barrera para ellos. Los gentiles pensaban que un Evangelio sencillo era locura; ellos querían algún gran sistema que solamente unos pocos podrían entender, para gloriarse ellos de su mayor sabiduría. 1.24 Pablo nunca iba a cambiar su mensaje para agradar bien sea a los judíos o los griegos. Había muchos de ambas razas en la asamblea en Corinto. Todos ellos habían sido salvos por medio del mensaje del Evangelio, habiendo oído el llamado de Dios y creído en Cristo. Para ellos (y para nosotros) Cristo es el poder de Dios. Él había sido crucificado en debilidad, 2 Corintios 13.4, pero esta misma muerte fue la única manera en que un Dios santo podría salvar a pecadores. Ahora ha resucitado de la muerte y está sentado a la diestra de Dios, el lugar de poder, Marcos 16.19, 1 Pedro 3.22. El Evangelio de Cristo crucificado muestra también que Cristo es el centro del sabio plan de Dios para el mundo. Cristo es la sabiduría de Dios. 1.25 Los gentiles pensaban que este mensaje era insensatez. Pablo dijo que aun si lo es, es mejor que toda la sabiduría de los sabios. Los judíos pensaban que el mensaje era demasiado débil para salvar a alguno: un hombre crucificado no podía salvarse ni a sí mismo. Pablo dice que este mensaje es más fuerte que cualquier cosa que el hombre puede sugerir. Toda religión humana se basa en la idea que los hombres pueden salvarse. El Evangelio dice que tan sólo Cristo puede salvar, y que puede hacerlo a perfección. SABIDURÍA EN CRISTO 1.26 La sabiduría del hombre más sabio es insensatez ante los ojos de Dios, y la mayoría de los corintios no eran vistos como sabios de este mundo antes de ser llamados a Cristo. Muy pocos de ellos eran hombres poderosos en la ciudad, en los negocios, la religión o el 27 ejército; pocos procedían de familias ricas o nobles. El apóstol ha venido hablando especialmente acerca de la sabiduría, 1.17,19,20,21,22,24,25, pero también del poder, 1.18,24,25. Ahora él añade otra clase de gente que podría ser orgullosa: los de familias ricas, hijos de algún príncipe o caudillo. Muy pocos corintios lo eran. 1.27 Dios ha escogido a la gente ordinaria, quienes podrían ser considerados por el mundo como necios. Su propósito es avergonzar a los que se piensan sabios. Él ha escogido gente que es débil en este mundo para avergonzar a los que se llaman fuertes. Dios escogió aquellas personas en Corinto y les llamó para sí de entre el mundo, 1.9. Le agradó salvarles por la predicación, y les dio gracia y todos los dones de la iglesia, 1.4,21. 1.28 Otra vez, Él escogió gente que no era de las mejores familias, los "nadie", gente ordinaria que no era muy bien vista de los que se creían ser algo. Probablemente muchos de los creyentes eran esclavos, 7.21. Las clases gobernantes en Corinto eran gente de poder y dinero y probablemente algunos no sabían que estos creyentes existían. Dios escogió lo que quería aun si los hombres no les daban ninguna importancia. La mayor parte de los creyentes estaban en este grupo, pero quizás algunos procedían de los estratos superiores. En Atenas, Dionisio era miembro del Areópago, una persona sabia e influyente. Manaén eran de buena familia y llegó a ser uno de los maestros en la iglesia en Antioquía, Hechos 13.1. Mujeres importantes aceptaron el Evangelio en Tesalónica y Berea, Hechos 17.4,12. En Corinto sabemos de Erasto, el tesorero de la ciudad, Romanos 16.23. 1.29 ¿Por qué escoge Dios mayormente a los que no son sabios ni importantes? Hemos visto que Él está de un todo dispuesto a salvar a todos, sean ricos o pobres, sabios o ignorantes. Su plan es traer abajo todo orgullo humano, sea orgullo de sabiduría, poder o familia. Nadie podrá gloriarse ante Dios. Nadie puede decir que ganó el cielo por obras. Debe ser por fe y solamente por fe, Romanos 3.27, Efesios 2.9. 1.30 Sin embargo, Dios no va a llenar el cielo de gente ignorante o pecaminosa. ¿De dónde obtendremos la sabiduría? Primeramente Dios nos pone en Cristo quien es tanto el poder como la sabiduría de Dios, 1.24. Dios le hace ser sabiduría para nosotros; en él están escondidos todos los tesoros de la sabiduría, Colosenses 2.3. La sabiduría de Dios también nos da en Cristo justificación, santificación y redención. Justificación: Dios nos hace justos ante él por fe en Cristo, Romanos 4.5,22,24, 5.1, 10.4,10, Filipenses 3.9. Cristo lo hizo posible por su muerte. Santificación: Dios nos pone aparte para sí y cada día nos está haciendo santos, como también a todo su pueblo, 1.2. En el capítulo 6, versículo 11 veremos que somos santificados y justificados en el nombre del Señor Jesús y por el Espíritu de Dios. Somos santificados en Cristo Jesús, 1.2, y por el Espíritu Santo, Romanos 15.16, 2 Tesalonicenses 2.13. Redención: Hemos sido librados de la esclavitud del pecado porque Cristo pagó el precio, Romanos 3.24, Efesios 1.7, Colosenses 1.14, y Él nos librará de la presencia del pecado cuando recibamos nuestros cuerpos nuevos en su venida, Romanos 8.23, Efesios 1.14, 4.30. Pasado: Dios en sabiduría planificó todo antes de crear el mundo. Él dio redención al Calvario y nosotros la recibimos al creer. Presente: Él nos da santificación día a día en la medida en que nos sometemos al Espíritu Santo. Futuro: Nuestra redención será completa cuando Cristo venga. 1.31 Todo esto es el plan de Dios para que estemos en condiciones de darle toda la gloria al Señor para siempre jamás. No podemos gloriarnos en riquezas ni buenas obras ni 28 nuestros regalos a los pobres. Podemos gloriarnos, y nos gloriaremos, sólo en Cristo y su obra a favor nuestro. Sabiduría: 1.17 Sabiduría de palabras Pablo no la usaba al predicar el Evangelio. 1.19 Sabiduría de los sabios será destruida. 1.20 Sabiduría de este mundo será enloquecida. 1.21 Sabiduría de este mundo no podía hacer a los hombres conocer a Dios. 1.22 Sabiduría buscada por los griegos. 1.21 Sabiduría de Dios utiliza la predicación para salvación. 1.24 Sabiduría de Dios: Cristo es la sabiduría divina. 1.30 Sabiduría de Dios: Cristo nos es hecho la sabiduría de Dios. 2.1 Sabiduría no fue empleada por Pablo en Corinto. 2.4,13 Sabiduría humana no fue usada por el apóstol. 2.5 Sabiduría de los hombres no es base para la fe. 2.6 Sabiduría del mundo difiere de la sabiduría verdadera; es insensatez para con Dios, 3.19. 2.7 Sabiduría de Dios hablada por los apóstoles en un misterio. Gloriarse realmente quiere decir alabar al Señor o regocijarnos en Él. Jeremías dijo por el Espíritu Santo que debemos alabarnos sólo en Jehová, Jeremías 9.23,24. Pablo dijo por el Espíritu Santo que debemos gloriarnos sólo en el Señor Jesús, así que vemos que el Señor Jesús es Jehová Dios. Lea también Gálatas 6.14, Efesios 2.9. Hombres sabios: 1.19 Sabiduría de hombres será destruida. 1.20 ¿Dónde están? 1.26 Pocos escogidos para la salvación. 1.27 Serán avergonzados. 3.18 Que se hagan ignorantes, para que lleguen a ser sabios. 3.19 El Señor les prende en su astucia. 3.20 El Señor conoce sus pensamientos. Locura: 1.18 El Evangelio es locura para los que se pierden. 1.21 La locura de la predicación salva al que cree. 1.23 La predicación de la cruz es locura para los gentiles. 2.14 Las cosas del Espíritu son locura para el hombre natural. 3.19 La sabiduría de este mundo es insensatez para Dios. 1.25 Lo insensato de Dios es más sabio que la sabiduría de los hombres. 1.27 Dios escogió lo necio para avergonzar a los sabios. El mensaje para los corintios En el primer capítulo Pablo mostró que había divisiones en la iglesia en Corinto, y que se basaban en el orgullo y la sabiduría humana. Él había ido a Corinto para predicar el Evangelio, pero no con las palabras de humana sabiduría, 1.17. En la primera parte del 29 capítulo 2 él dice más acerca de esto, 2.1 al 5. En el resto del capítulo 2 les dijo que su carta enseñaría la verdadera sabiduría de Dios, 2.6 al 16. LA VISITA DE PABLO A CORINTO Pablo no había venido a ellos con excelencia de palabras o sabiduría humana. Ahora les dice por qué esto era importante. 2.1 Veinte veces Pablo llamó a los creyentes sus hermanos en 1 Corintios: 1.10,11,26, 2.1, 3.1, 4.6, 7.24,29, 10.1, 11.2,33, 12.1, 14.6,20,26,39, 15.1,50,58, 16.15, y muchas veces en otras cartas también. Cuando en Corinto él les contó al pueblo acerca de Dios y Cristo. Su testimonio a Cristo fue confirmado por Dios, 1.6. El Señor les había dicho a los apóstoles que ellos serían sus testigos, Lucas 24.48, Hechos 1.8, 4.33 y Pablo podía testificar que había conocido al Cristo resucitado, Hechos 22.8, 1 Corintios 15.15. El dio este testimonio acerca de Dios a los corintios, pero en palabras sencillas y no con humana sabiduría. En el versículo 1 algunos traductores dicen que Pablo “declaró” el misterio de Dios a los corintios. Esta palabra se encuentra en el 2.7, 4.1, 15.51. Sin duda Pablo enseño muchas verdades a los corintios cuando estaba allí por año y medio, Hechos 18.11, y en esta carta les dijo muchas otras verdades. 2.2 Pablo usaba palabras sencillas al predicar el Evangelio porque estaba resuelto a no saber nada sino a Cristo crucificado. Por supuesto Pablo sabía mucho y ha podido usar las reglas de oratorio sagaz. Pero el Espíritu le condujo a predicar tan sólo a Cristo quien murió en la cruz. Pablo comprendió que esto sería una barrera a los judíos e insensatez a quienes no eran judíos, pero para los creyentes sería el poder y la sabiduría de Dios, 1.23,24. Hoy día mucha gente predica acerca de Cristo como un gran Maestro, o Ejemplo, no como el que murió por nuestros pecados. Esto deja lugar para el orgullo humano porque la gente podría seguir el ejemplo y enseñanzas de Cristo para salvarse por buenas obras. La cruz no deja lugar para el orgullo humano. 2.3 Pablo sabía que los corintios querían oir a los buenos oradores usando palabras largas que les harían sentirse orgullosos. Él temía que no escucharían su mensaje sencillo. Por cierto algunos de ellos decían que él era débil y sus palabras no sonaban como importantes, 2 Corintios 10.10, pero aun cuando tenía ese temor, él hablaba y se daba plenamente a la predicación de la Palabra, Hechos 18.5. El Señor mismo le dio un mensaje especial y mandó no temer sino hablar con confianza. El Señor sabía que muchos corintios iban a creer y le prometió a Pablo que nadie le haría daño en ese lugar, Hechos 18.9,10. Los judíos le acusaron ante el tribunal, pero Pablo estaba preparado para hablar ante Galio, el gobernador de Grecia. Después de esto él se quedó en Corinto un tiempo más, Hechos 18.14,18. Pablo sabía que era débil en sí mismo, pero Dios escogió las cosas débiles para avergonzar a los hombres fuertes, 1.27. Pablo había aprendido que el poder de Dios se hace perfecto en la debilidad, y habló también de sus temores cuando estaba en Macedonia, 2 Corintios 12.9, 7.5. 2.4 Pablo no usaba palabras de humana sabiduría en su mensaje y predicación en Corinto. Su predicación era acerca de Cristo crucificado, 1.17,23. Él quería usar sólo el poder del Espíritu Santo para convencer a la gente que su mensaje era la verdad. El Evangelio es el poder de Dios, 1.18,24. Se menciona el Espíritu Santo treinta veces en 1 Corintios; siete veces en este capítulo; once veces en el capítulo 12, y tres veces en el capítulo 14. La obra del Espíritu también es muy importante en Hechos, donde Él está mencionado cincuenta y cuatro veces. 30 Debemos decirles a otros acerca de Cristo crucificado y resucitado, pero llevando en mente que sólo el Espíritu Santo puede llevar una persona al Salvador. 2.5 Pablo quería que los corintios creyeran en Cristo, y que su fe fuera fuerte. Podría ser así tan sólo si se basara en el poder de Dios y no en la sabiduría de hombres. El poder de Dios: La predicación de la cruz es el poder de Dios a los que son salvos, Cristo es el poder de Dios y la sabiduría de Dios, Nuestra fe debe basarse sólo en el poder de Dios, 1.18 1.24 2.5 Es posible que una persona oiga acerca de Cristo y se le dice que debería creer en Él. Esa persona dice que sí cree en Cristo, pero su "fe" no se basa realmente en el Evangelio, el poder de Dios, y quizás no perdure mucho tiempo. Él o ella es como los discípulos quienes siguieron al Señor Jesús al principio, pero volvieron, Juan 6.66, o como los de Hebreos 10.39, que retrocedieron para perdición por no haber tenido nunca la vida eterna. REVELACIÓN DE VERDAD MÁS PROFUNDA Era importante predicar el Evangelio en lenguaje sencillo, pero hay mucha verdad en la Biblia que es más profunda. El Espíritu Santo reveló estas verdades a los apóstoles. El Señor Jesús había prometido que el Espíritu de verdad les iba a guiar a toda verdad, Juan 16.13. Las veintiuna epístolas del Nuevo Testamento contienen muchas verdades más profundas que explican los maravillosos consejos de Dios. No revelada a líderes del mundo — 2.6 El mensaje de Pablo no se basaba en sabiduría humana, pero él podía enseñar, y al efecto enseñaba, la verdadera sabiduría de Dios. Esta no es para los que no son salvos o para creyentes nuevos que son como niños en Cristo. Las verdades más profundas son para los que son maduros espiritualmente, aquellos que han crecido como cristianos. Esta sabiduría verdadera es muy diferente de la sabiduría de este mundo. No es la sabiduría de los líderes mundiales de hoy día. Estos hombres desaparecerán y su sabiduría no llegará a nada. Dios usa las cosas débiles, los creyentes, para reducir a nada los líderes sabios. Dios usa lo que ellos piensan es sin valor, el Evangelio, para deshacer su sabiduría, 1.27,28. 2.7 En esta epístola Pablo revela la verdadera sabiduría de Dios, llamada un misterio. Esto quiere decir alguna verdad que no había sido revelada antes. Pablo recibió mucha verdad del Señor y sabía que tenía que ser fiel en enseñar estas verdades a otros, 4.1,2. Uno de los misterios era aquello que va a suceder cuando el Señor venga, 15.51 al 54. Otros misterios se revelan en Romanos 11.25, 16.25, Efesios 3.3 al 9, 5.32, 6.19, Colosenses 1.26,27, 2.2, 4.3, 1 Timoteo 3.9,16, Apocalipsis 1.20, 10.7, 17.7. Dios planificó con anticipación todo lo que Él haría, pero revela las cosas lentamente. Él planificó las edades y sabía antes de crear el mundo todo lo que iba a acontecer. Todo ello es para la gloria suya, pero Él nos amó y estaremos en la gloria con Cristo. 2.8 Los líderes de este mundo no se dieron cuenta de la sabiduría de Dios ni comprendían su plan de llevar muchos hijos a la gloria, Hebreos 2.10. Esto se prueba por el hecho de crucificar al Señor Jesús. El Señor Jesús oró por los que le crucificaban, porque ellos no sabían lo que estaban haciendo, Lucas 23.34. El sumo sacerdote representaba la nación de los judíos y Poncio Pilato representaba el Imperio Romano, el mundo gentil. La raza humana puso a Cristo en la cruz. Los líderes no sabían que Jesús era el Señor de gloria, pero eran responsables por matar a un Hombre inocente y rechazar a su Mesías. Se llama nuestro glorioso Señor Jesucristo en Santiago 2.1. El nombre fue tomado de Salmo 24.7 al 10, donde el rey de gloria por venir es 31 Jehová el Señor todopoderoso. Dios se llama el Dios de la gloria en Hechos 7.2, y el Padre de gloria en Efesios 1.17. Así, el mundo rechazó al Señor de gloria. Dios propone llevarnos a gloria con Cristo. Es necesario que estemos dispuestos identificarnos con Cristo en su rechazamiento también: primeramente el rechazo, después la gloria, 1 Pedro 1.7, 4.13, 5.10. 2.9 Dios ha preparado cosas maravillosas para los que le aman. El Espíritu emplea aquí palabras como las de Isaías 64.4: Ningún ojo vio lo que hay en la Palabra de Dios, ningún oído lo oyó, ninguna mente puede imaginarlo. Cristo ha ido a preparar un lugar en la casa de su Padre para nosotros que le amamos, Juan 14.2. Le amamos a Él porque Él nos amó primero, 1 Juan 4.19. Aun ahora Dios obra todas las cosas para el bien de los que le aman, Romanos 8.28. Hay una corona especial para los que aman el regreso del Señor, 2 Timoteo 4.8. Revelada ahora por el Espíritu Santo — 2.10 El mundo no podía descubrir los consejos de Dios por la sabiduría, y nadie podía imaginarse qué bendiciones Dios tiene en mente para nosotros. Pero ahora Dios ha revelado estas cosas a nosotros por su Espíritu Santo por intermedio de los apóstoles. El Espíritu Santo sabe todo, aun las cosas profundas de Dios. El Espíritu Santo es Dios y Dios lo sabe todo. Los hombres deben escudriñar, o examinar con cuidado, las Escrituras, 1 Pedro 1.11, Juan 5.39, 7.52, e intentar entender mejor la Palabra de Dios. Cristo escudriña nuestras mentes y corazones y sabe perfectamente lo que pensamos y queremos, Apocalipsis 2.10. Dios sabe la intención del Espíritu Santo en nosotros, Romanos 8.27, y el Espíritu sabe la mente de Dios. Él es eterno, es Dios, Hebreos 9.14. 2.11 El ser humano es diferente de cualquier animal por cuanto el hombre tiene espíritu además de cuerpo y alma, 1 Tesalonicenses 5.23. Nuestros espíritus hacen posible que sepamos, amemos y adoremos a Dios. Ninguna persona puede saber todos los pensamientos íntimos de otro, sólo lo puede el espíritu propio de uno. Dios es una Persona y ciertamente ningún hombre, ninguna criatura, puede saber sus pensamientos íntimos. Sólo el Espíritu Santo de Dios sabe todo lo que Dios sabe. 2.12 El apóstol ha hablado acerca de la sabiduría de este mundo y sus cosas necias y débiles, 1.20,27. El espíritu malo de este mundo es Satanás; él y sus demonios controlan los hombres, Efesios 2.2, 6.12. Hemos recibido el Espíritu Santo quien Dios envió para enseñarnos acerca de los maravillosos dones que Él tiene para nosotros. El Espíritu lo hace por intermedio de los apóstoles quienes han escrito el Nuevo Testamento y Dios lo ha preservado maravillosamente para nosotros a lo largo de todos estos años. Recibida por creyentes — 2.13 Pablo y los apóstoles les comunicaron estas verdades profundas a los creyentes de aquel entonces cuando ellos predicaban y enseñaban en las reuniones de la asamblea, y cuando escribieron sus epístolas. Ellos no usaban palabras de sabiduría que habían aprendido de hombres instruidos, sino usaron las palabras que aprendieron del Espíritu Santo. Esto es muy importante. Toda la Escritura es dada por el Espíritu Santo por medio de hombres escogidos, profetas y apóstoles, 2 Timoteo 3.16, 2 Pedro 3.16. Esto incluye los sesenta y seis libros del Antiguo Testamento y el Nuevo Testamento. En estos sesenta y seis libros hay muchos miles de palabras y toda palabra es importante, Mateo 4.4. Aquí el Espíritu Santo condujo a Pablo a qué decir, y él y otros apóstoles usaron exactamente las palabras que el Espíritu Santo les enseñó. 32 ¿Cómo podemos entender las palabras del Espíritu? El mismo nos ayuda y es importante comparar cosas espirituales con otras cosas espirituales. Es decir, cuando usted está procurando entender un versículo difícil, otro versículo en la Biblia le ayudará a entender el que es difícil. Usted acomoda, o compara, la enseñanza de estos dos versículos, y quizás muchos otros versículos también. Usted puede hablar, o explicar, estos versículos a otros cristianos quienes también tienen al Espíritu Santo. Pablo recibió verdades espirituales del Espíritu Santo, y él enseñó estas verdades usando palabras espirituales, no palabras aprendidas de humana sabiduría. 2.14 El hombre que no es salvo no recibe y no puede saber la enseñanza del Espíritu Santo porque es locura para él y su valor puede ser visto sólo de una manera espiritual. El Espíritu llama natural, o no espiritual, a una persona mundana. Esta persona vive por sus sentidos naturales, que son sensuales, o basados en el alma, y no tiene al Espíritu de Dios, Judas 19. La sabiduría de este mundo se basa también en el alma, Santiago 3.15. Algunas personas quieren ser salvas y de una vez el Espíritu Santo les ayuda a entender el Evangelio. Judas Iscariote era un hombre natural. El pensaba que era necedad que María vaciara todo ese costoso ungüento sobre el Señor, Juan 12.3 al 5. 2.15 Un hombre espiritual tiene al Espíritu de Dios para ayudar valorar una enseñanza, pero ninguna persona mundana puede comprender correctamente a una que es espiritual. El hombre natural no puede entender la sabiduría y poder de un creyente. Por ejemplo, los sacerdotes no comprendían a Pedro y Juan, Hechos 4.13, y la gente de Atenas sólo se reía de Pablo, Hechos 17.32. A veces un creyente que no es espiritual puede caer en pecado y la iglesia debe juzgarle, como veremos en el capítulo 5. 2.16 Ningún hombre natural conoce los pensamientos de Dios, y ciertamente ninguno puede darle consejo a Dios. El Espíritu emplea aquí las palabras de Isaías 40.13, como hace también en Romanos 11.34. La mejor sabiduría de hombres es locura, o insensatez, para con Dios, 3.19. Pero los que tienen el Espíritu pueden conocer la mente de Cristo. El Señor nos ha revelado sus pensamientos a los apóstoles, quienes nos dieron el Nuevo Testamento; y a los profetas, quienes nos dieron el Antiguo Testamento. Los secretos de Dios, 1 Corintios 2: Para creyentes maduros Conocidos a Dios desde la eternidad pasada no conocidos a los líderes de este mundo ni a hombre alguno Revelados por el Espíritu Santo quien sabe todas las cosas y mora en nosotros Revelados por medio de los apóstoles de Cristo pero sólo a verdaderos creyentes 2.6 2.7 2.8 2.9 2.10 2.11 2.12 2.13,16 2.14,15 ¡Cuán maravilloso es que nosotros podemos conocer a Dios! Más acerca de divisiones Pablo comienza en capítulo 1, versículo 10, con hablar acerca de las divisiones en Corinto. Los creyentes pensaban que era una evidencia de su sabiduría escoger líderes humanos y tomar el nombre de un apóstol como el nombre de una parte de la iglesia. Pablo ha explicado 33 que la sabiduría humana no tiene ningún lugar en la iglesia. Ahora en el capítulo 3 él continuó con decir que los creyentes no eran maduros, que Pablo y Apolos eran simplemente siervos de Dios y su pueblo, que todos están construyendo sobre el mismo fundamento y cada uno es responsable al Señor por su conducta en la iglesia. En el último párrafo Pablo advierte de nuevo contra la sabiduría humana y los líderes humanos. Niños en Cristo 3.1 El apóstol no podía darles las verdades más profundas del Espíritu porque ellos eran todavía como niños en Cristo. Eran hermanos de Pablo, habían nacido de nuevo, pero no habían crecido como cristianos, 1 Pedro 1.23, 2.2. No eran hombres naturales como en el 2.14; ellos han podido ser, y han debido ser, espirituales, pero andaban y se comportaban todavía según la carne, como hombres de este mundo. 3.2 Pablo tenía que alimentarles con leche, las verdades sencillas de las Escrituras, como niños pequeños. Ellos no podían usar la carne sólida, los misterios más profundos de Dios. La asamblea de Corinto tenía todos los dones del Espíritu, 1.7, y ellos pensaban que eran sabios, pero Pablo se había dado cuenta de que eran inmaduros en Cristo. ¿Cómo puedo yo crecer espiritualmente? Con aprender y llevar a cabo la Palabra de Dios. Toda Escritura es útil para que un varón de Dios sea preparado enteramente para toda buena obra, 2 Timoteo 3.16,17. 3.3 ¿Por qué dijo Pablo que los corintios eran niños en Cristo? Porque algunos de ellos eran celosos de otros y algunos disputaban con otros creyentes. Estas son dos obras de la carne, la naturaleza vieja, Gálatas 5.19 al 21. Ellas resultan en división en la asamblea, cosa que es a su vez obra de la carne, Gálatas 5.20. Debemos fijarnos en personas que causan divisiones en la asamblea y guardar nuestra distancia de ellos, Romanos 16.17. 3.4 Los corintios seguían líderes humanos y tomaban los nombres de hombres, 1.12. Esto mostraba que se comportaban como hombres mundanos y eran todavía niños en las cosas de Dios. Más adelante, los creyentes hebreos no entendían bien la Palabra de Dios, y el Espíritu Santo dijo que ellos también eran como niños. Han debido enseñar a otros, pero necesitaban todavía aprender ellos mismos las primeras lecciones, Hebreos 5.11 al 14. Siervos del Señor 3.5 Algunos en Corinto pensaban que Pablo era muy importante, y quizás a otros les gustaba la predicación de Apolos. Pero Pablo dijo que él y Apolos consideraban su servicio como un don recibido del Señor. Dios le da algún don a todo creyente por medio del Espíritu para el bien de toda la asamblea, 12.7, no para la gloria del creyente en particular. ¿Por qué, entonces, debe alguien gloriarse en su propio don o el de cualquier otro? 4.7. 3.6 Pablo pensaba de la iglesia como si fuera un jardín. Dios le dio a Pablo el privilegio de ser el primero en predicar el evangelio en Corinto. Esto era como sembrar la buena semilla, Lucas 8.11. Más tarde Apolos llegó a Acaya y ayudó grandemente a los que habían creído, Hechos 18.27, 19.1. Esto era como regar las matas tiernas con el agua de las Escrituras. Fue buen trabajo en equipo, pero sólo el poder de Dios puede hacer que las matas crezcan y produzcan fruto. 3.7 Pablo vio que su trabajo con Apolos sería inútil sin la ayuda de Dios. Como hombres Pablo y Apolos no eran nada, sólo Dios es importante. Sólo el Señor puede hacer crecer la mata, sólo Dios puede sacar fruto del Evangelio. Toda la sabiduría de hombres no es nada si Dios no está en el asunto. Leemos de Dios sembrando en Isaías 60.21, 61.3, Mateo 15.13, 21.33. 3.8 Pablo y Apolos eran uno solo y unidos en su deseo de servir al Señor y ayudar la asamblea. Esta fue otra razón por qué la asamblea no ha debido dividirse en grupos llamados 34 el de Pablo, el de Apolos, y de otro nombre. Pablo y Apolos eran siervos de Dios y cada uno recibiría un galardón de Dios según su servicio. Es así para nosotros también; el Señor premiará a los que le sirven fielmente, Mateo 25.21. Debemos servirle porque le amamos, 1 Tesalonicenses 1.3, Hebreos 6.10, y El no se olvidará de cualquier cosa que hagamos por Él, 1 Corintios 15.58, Apocalipsis 2.2. Usted nunca debe temer hacer demasiado para el Señor. 3.9 Pablo y Apolos eran socios o consiervos que pertenecían a Dios. El Señor Jesús está sobre el trono de Dios y Él obra con nosotros, Marcos 6.19,20. Pablo estaba agradecido por las personas que trabajaban con él: Pablo y Apolos servían a Dios por la bendición de la iglesia, y la iglesia también era de Dios. Pablo ha venido hablando de la iglesia como un jardín, y ahora él dice que también es como un edificio. Sea una u otra cosa, Dios es su dueño. Pablo habló doce veces de la iglesia de Dios o las iglesias de Dios: Gálatas 1.13, 1 Tesalonicenses 2.14, 2 Tesalonicenses 1.4, 1 Corintios 1.2, 10.32, 11.16,22, 15.9, 2 Corintios 1.1, Hechos 20.28, 1 Timoteo 3.5,15. Consiervos de Pablo: Tito Priscila y Aquila Timoteo Epafrodito Filemón Marcos, Aristarco, Demas, Lucas 2 Corintios 8.23 Romanos 16.3 Romanos 16.21, 1 Tesalonicenses 3.2 Filipenses 2.25 Filemón 1 Filemón 24 Galardones Pablo y Apolos tendrían su recompensa de Dios por su servicio fiel. Esta es una promesa para todo el pueblo de Dios. La iglesia es como un edificio y todos nosotros compartimos el trabajo. 3.10 Pablo sembró la semilla en el jardín de Corinto. El puso también el fundamento del edificio, que es una ilustración de la iglesia. Dios le dio como un don la sabiduría que necesitaba para echar el fundamento. Apolos llegó más tarde y añadió al edificio. Era una gran responsabilidad y todos deben tener cuidado en construir conforme a la voluntad de Dios y la palabra de Dios. 3.11 Jesucristo es el fundamento de la Iglesia, y nadie puede poner otro. Más tarde Pablo escribió en Efesios 2, versículos 19 al 22, que el pueblo de Dios está siendo edificado como templo santo para el uso suyo. El fundamento fue echado por los apóstoles y profetas, quienes, como Pablo, predicaron a Cristo. En Efesios aprendemos que Cristo no es sólo el fundamento sino también la piedra principal del ángulo. El amarra todo el edificio en uno solo, en sí. En Mateo 16, versículo 18, el Señor dijo que Él iba a edificar su Iglesia sobre el lecho de roca de su propia Deidad, la cual Pedro había confesado en esos momentos. El Hijo de Dios es el fundamento inmovible de la única verdadera Iglesia. 3.12 Todos los creyentes son miembros de la verdadera Iglesia de Dios, y estamos ayudando en su construcción. Cada uno tiene un efecto o influencia sobre todos los otros en la asamblea. Esta influencia puede ser buena o mala. Podemos ayudar a otros espiritualmente o a veces ser un estorbo para ellos. En el versículo 12 hay seis materiales diferentes: 35 Oro, plata, piedras preciosas Madera, heno, hojarasca El oro, la plata y las piedras preciosas se usaron en el templo del Señor, 2 Crónicas 2.7, 3.6,7, Lucas 21.5. Se usó la madera también, 1 Reyes 6.15, y hoy día se hacen muchas casas de madera. Algunas personas usan la paja para el techo. Aquí Pablo está enseñando acerca de la Iglesia, no un edificio que existía, y él está hablando de materiales que pueden ser quemados y otros que el fuego no puede dañar. 3.13 Un día el Señor vendrá y juzgará a su pueblo. El dará galardones a todos los que le han servido. Su venida será como fuego, Mateo 3.11,12. Se revelarán todas nuestras obras. El oro, la plata y las piedras preciosas no serán quemados por fuego, pero desaparecerán la madera, el heno y la hojarasca. El "fuego" mostrará de qué tipo ha sido la obra que hemos hecho por el Señor. La palabra fuego se usa también para el juicio de los pecadores, 2 Tesalonicenses 1.8, Mateo 25.41, Apocalipsis 20.15. Los creyentes están en Cristo y el asunto de sus pecados se ha resuelto una vez para siempre. Cuando Cristo venga por nosotros se juzgarán nuestras obras y se darán los premios, o sea los galardones. 3.14 El "fuego" destruirá todo lo que yo he hecho por razones de satisfacción propia: cosas hechas para mi propia gloria; cosas hechas en mi propio poder y sabiduría. Aquí el apóstol está hablando especialmente de la Iglesia y lo que hacemos para construirla. La enseñanza de doctrina incorrecta no ayudará, sería como madera, heno y hojarasca. Vivir en pecado sería así también. Pedro habló de los creyentes como piedras vivas en un edificio espiritual, y del Señor Jesucristo como la Principal Piedra del Angulo, la más importante Piedra viva, 1 Pedro 2.4 al 7. En Corintios el oro habla de la gloria de Dios, la plata de la redención. Las piedras preciosas nos hacen pensar en las piedras en la vestidura del sumo sacerdote, Éxodo 28.17 al 20, o el fundamento de la Nueva Jerusalén, Apocalipsis 21.19 al 21. 3.15 Cada creyente tiene algún don del Señor, y tiene la oportunidad de ganar una recompensa. Pero algunos malgastan su tiempo, hacen más daño que bien en la iglesia, o buscan gloria para sí mismos. Estos perderán su galardón que han podido recibir, ellos sufrirán pérdida, sus obras serán quemadas. Ellos son gente salva porque confiaron en Cristo. Dios les ha dado la vida eterna como un regalo gratis, y Él nunca lo quitará. Es importante entender que los cristianos no pueden perder su salvación, pero sí pueden perder su galardón. Nadie puede quitarle a usted de la mano de Cristo, pero la gente sí puede hacer que usted pierda su recompensa, Juan 10.28, Apocalipsis 3.11. 3.16 La Iglesia es el templo de Dios y Dios vive en la Iglesia por su Espíritu. El Espíritu vive también en todo creyente, y el cuerpo de cada creyente es un templo de Dios, 6.19. El Señor Jesús enseñó que el Espíritu Santo vendría a vivir en nosotros, y el Padre y el Hijo vivirían en los que le aman y guardan sus mandamientos, Juan 14.17,23. 3.17 Nadie puede destruir la Iglesia de Dios; Cristo la está edificando y aun el poder de la muerte no puede detenerle, Mateo 16.18. Pero hay enemigos que procuran corromper la Iglesia con introducir doctrina o prácticas malas. Dios va a destruir esas personas porque su templo, la Iglesia, debe ser santo. Este es un aviso solemne a los cristianos que permiten la falsa doctrina o introducen divisiones en la Iglesia. Sabiduría humana y líderes humanos En el capítulo 1 Pablo dijo que los corintios estaban dividiendo la iglesia al seguir líderes 36 humanos y que esto se debía a la sabiduría humana. Al final del capítulo 3 les advirtió de nuevo acerca de estas cosas. 3.18 Es posible que una persona se engañe a sí misma, y esto es aun peor que mentir a otras personas. Un hombre sigue pensando en una cosa que no es verdad, hasta que llega a pensar que sí lo es, Gálatas 6.3, Santiago 1.22,26, 1 Juan 1.8. Algunos en Corinto pensaban que eran sabios en este mundo, así que pensaban que también eran sabios en las cosas del Señor. El Espíritu de Dios nos manda aquí a aprender que somos necios en la vista de Dios porque tan sólo así seremos realmente sabios. 3.19 La sabiduría del mundo es sólo insensatez para con Dios; Dios la hizo así, 1.20. Pablo probó esto con usar las palabras de Job 5.13. Los fariseos se pensaban suficientemente sabios como para poner trampa al Señor Jesús, pero Él volvió la trampa contra ellos, Mateo 22.15 al 22. La misma cosa sucedió a los saduceos, Mateo 22.23 al 33. 3.20 Otra vez el Espíritu Santo usó palabras del Antiguo Testamento, Salmo 94.11. El Señor sabe todas las cosas, aun los pensamientos íntimos. El Señor Jesús, el Hijo de Dios, puede saber lo que uno está pensando, Mateo 9.4, Juan 1.48, 16.30, 21.17. Dios conoce los pensamientos de los que se creen sabios; sus pensamientos son vacíos y no valen nada, Romanos 1.21. 3.21 Ningún cristiano debe gloriarse en hombres, ni en los hombres más sabios, ni aun en los apóstoles de Cristo. Ningún grupo de creyentes puede decir que Pablo es nuestro líder, o Apolos el nuestro. Todos los cristianos son nuestros y todas las cosas les ayudan a bien, Romanos 8.28. 3.22 Los tres apóstoles eran de toda la Iglesia, Pablo, Apolos y Cefas o Pedro. Sus dones eran para el bien de todos los creyentes, ¿Por qué, entonces, reclamaba una parte de la iglesia a uno u otro de ellos para sí? 1.12. El mundo y su sabiduría pertenecen a los creyentes. No debemos estar bajo su control, y no somos del mundo, Juan 17.14,16; sin embargo, podemos aprovecharlo para la gloria del Señor, 1 Corintios 7.31. La vida y la muerte son nuestras. Tenemos la vida en este mundo pero tenemos a la vez la vida eterna. Aun la muerte no es nuestro maestro ahora, porque Cristo ha vencido a Satanás quien tiene el poder de la muerte, Hebreos 2.14,15, 1 Corintios 15.54 al 56. La muerte es ahora nuestra manera de entrar en la presencia del Señor: partir es estar con Cristo, Filipenses 1.23. El tiempo es nuestro, tanto el tiempo presente como todo el futuro. Dios nos da cada hora corta cada día, y debemos usar el tiempo para él. Todo el futuro es nuestro; estaremos con Cristo para siempre. Y de nuevo el Espíritu dice que todo es nuestro. 3.23 No somos de Pablo, Apolos, Pedro ni el mundo. Todos ellos son nuestros. Nosotros somos de Cristo y somos suyos solamente. Hemos sido comprados por precio, 6.20, 7.23, Hechos 20.28. Somos llamados los suyos, Juan 13.1, porque el Padre nos dio a Él, Juan 17.2,6,7,9,11,12,24. Pertenecemos a Cristo. Cristo es de Dios. El Hijo es del Padre, pero Él tomó forma de Siervo. Vino para hacer la voluntad del Padre y la hizo a perfección. La Cabeza de Cristo es Dios, 11.3, y al final Dios será todo en todos, 15.28. Lea de nuevo los versículos 21 al 23 y glorifique a Dios por enseñarle estas cosas maravillosas. 37 ¿Quiénes son los apóstoles? Pablo ha mostrado que los apóstoles son de los creyentes y que nosotros debemos usar sus dones para la bendición de la Iglesia. En el capítulo 4 él dijo más a sus lectores acerca de la obra de los apóstoles y sus problemas, y prometió visitar a Corinto. NO JUZGUEN A LOS SIERVOS DE DIOS Pablo ha declarado que los apóstoles pertenecen a los creyentes pero eran responsables a Cristo mismo. 4.1 Los corintios deben pensar de Pablo y Apolos y Pedro como siervos bajo Cristo. Pablo fue nombrado por Cristo para esta posición cuando fue salvo, Hechos 26.16. También siete veces él se llama a sí mismo por una palabra diferente que quiere decir servidor, y cinco veces tuvo a bien llamarse a sí un esclavo de Jesucristo. Así eran Pedro y Santiago. Véanse Romanos 1.1, Filipenses 1.1, Tito 1.1, Santiago 1.1, 2 Pedro 1.1. A los apóstoles les fueron dadas revelaciones especiales de las verdades más profundas de Dios, algunas de las cuales nunca habían sido conocidas antes. Estas revelaciones no fueron tan sólo para el bien de los apóstoles mismos; ellos fueron ordenados a decirlas a otros. Esto lo hicieron en sus cartas y al enseñar los creyentes en las asambleas. 4.2 El Señor requería que ellos fuesen fieles en pasar estas verdades profundas a otros. Nosotros debemos ser fieles siervos del Señor. Timoteo lo era, 4.17, y Pablo pensaba que podía decir que él lo era también, y el Señor le encontró fiel, 1 Corintios 7.25, 1 Timoteo 1.12. El Señor nos examinará a cada uno y dará recompensa a los que El encuentre fieles, 1 Corintios 3.14. 4.3 Pablo quería ser hallado fiel, pero no le preocupaba cómo los corintios le juzgaban, o cualquier otro. Por cierto él no se juzgaba a sí mismo. Si procuramos juzgarnos a nosotros mismos podemos estar demasiado contentos o demasiado tristes. 4.4 Pablo podía decir que él tenía buena conciencia y que no sabía de nada incorrecto en su vida, Hechos 23.1, 24.16, 2 Corintios 1.12, 2 Timoteo 1.3. Pero esto no era prueba de que él era sin falta en los ojos de Dios. Sólo el Señor nos puede juzgar debidamente, y Dios le ha hecho Juez de todos los hombres, Juan 5.27. El sabe todo en cuanto a nosotros, pero aun así nos da mayor gracia, 1 Corintios 1.3, 16.23. 4.5 Por estas razones no debemos procurar juzgar la obra de otro por el presente. No podemos saber los pensamientos íntimos de otros ni las cosas que hacen a solos. Estas cosas pueden ser mejores o peores de lo que nosotros sabemos. En cualquier caso nadie sino el Señor puede saber todos los hechos y Él ha guardado para sí el derecho de juzgar a sus siervos. Lo hará cuando vuelva por nosotros, 1.7, 1 Pedro 1.7,13. Él nos mostrará a cada uno estas cosas secretas y nos recompensará por todo lo que es bueno. No debemos buscar la alabanza de los hombres, sino esperar aquel día en la esperanza de oir alabanza de Dios. El apóstol Pablo se preocupaba en gran manera porque algunos corintios le alababan a él al decir ‘Yo soy de Pablo’, 1.12; a la vez otros le juzgaban, diciendo que él no debería ser llamado un apóstol, 9.12. NO SE JACTEN DE LOS HOMBRES 4.6 Pablo acaba de advertir a los lectores a no juzgar a nadie antes de tiempo. Él usó a sí mismo y a Apolos como ejemplos, 3.4 al 6,22. Pero también otros maestros habían estado en Corinto. Pablo no nombró estos hombres pero su enseñanza era aplicable a ellos también. Pablo deseaba que los corintios no alabaran a ningún hombre ni se gloriasen acerca de uno 38 más que otro, ni se hinchasen de orgullo. Las Escrituras enseñaban que un hombre vive por sólo poco tiempo y no debe confiar en otros hombres, Salmo 39.5, 146.3,4, Isaías 2.22. Los corintios no debían tener de los hombres un concepto más alto de lo escrito en el Antiguo Testamento. 4.7 Pero algunos hombres son mejores predicadores que otros. Es así, pero todo es cuestión del don recibido de Dios. Ninguno debe gloriarse en lo que puede hacer, porque todo procede de Dios. Nadie puede vivir un minuto una vez de que Dios le quite el aliento. Aun el poeta pagano sabía que vivimos y existimos sólo en Dios, y Pablo usó sus palabras al hablar en Atenas, Hechos 17.28. Vamos a leer en el capítulo 12 que los dones a la Iglesia vienen del Espíritu Santo. NO VIVAN COMO REYES Los corintios pensaban que la sabiduría de este mundo era importante y ellos se gloriaban en sus líderes humanos. Ahora aprendemos que intentaban vivir como reyes en este mundo. 4.8 Los corintios tenían mucho que comer; ellos querían hacerse ricos y vivir como reyes. Dios quiere nuestra felicidad pero los hombres han rechazado a nuestro Señor y Rey y Él todavía no ha regresado a reinar. No debemos procurar evitar el sufrir con Cristo. Si sufrimos con Él, más adelante vamos a reinar con Él, 2 Timoteo 2.12. Así Pablo dijo que deseaba que el tiempo hubiese llegado cuando los corintios sí van a ser reyes, porque los apóstoles también van a reinar con ellos. 4.9 Los apóstoles estaban viviendo una vida muy diferente. Parecía que Dios había puesto a los apóstoles como los últimos entre la gente, como si fueran culpables de algún crimen y tenían que morir como ejemplos a los demás. Los apóstoles habían sido puestos como si fuera en exhibición pública, para ser insultados y objeto de risa de parte del mundo entero, tanto ángeles como hombres. Los creyentes hebreos sufrían de la misma manera, Hebreos 10.33. 4.10 La gente pensaba que los apóstoles eran tontos, pero eran así por Cristo . El Señor advirtió a sus discípulos que ellos serían aborrecidos de todos por causa de él, Mateo 10.22, y le dijo a Pablo al principio que él tendría que sufrir por su Señor, Hechos 9.16. Pablo estaba dispuesto a hacer mucho por causa del evangelio, 1 Corintios 9.23, y morir por causa de Jesús si fuera necesario, 2 Corintios 4.11. También la gente consideraba que los apóstoles eran débiles y despreciados, pero los corintios se consideraban sabios y fuertes, y querían la honra del pueblo. Los corintios no estaban dispuestos a sufrir por causa de Cristo. 4.11 Los apóstoles sufrían mucho. A menudo no tenían suficiente alimento o ropa. La gente les maltrataba, aun dándoles golpes con el puño, como habían hecho al Señor Jesús, Mateo 26.67, Marcos 14.65. Los apóstoles no tenían un lugar que podían considerar su propio hogar. Pablo sufrió el azote y látigo, como su Maestro también, Marcos 10.34. Lucas 22.63. 4.12 Cuando estaba en Corinto, Pablo trabajó para ganar la vida porque no quiso aceptar regalos de los creyentes allí, Hechos 18.3, 1 Corintios 9.6,18. La gente decía cosas muy duras acerca de Pablo, Hechos 19.26, 21.28; ellos hacían lo mismo en cuanto al Señor Jesús, Juan 9.28, 1 Pedro 2.23. Como su Señor, Pablo no respondía hablando mal de ellos; él bendecía a los que le atacaban. Esteban y su Señor pidieron a Dios perdonar a los que les estaban matando, Lucas 23.34, Hechos 7.60. Los apóstoles eran perseguidos pero lo aguantaban y no sentían que el Señor les había abandonado, 2 Corintios 4.9. Pablo había perseguido a la Iglesia de Dios, 15.9, Gálatas 1.13. Filipenses 3.6, y él aprendió que todos los creyentes pueden ser perseguidos, 2 Timoteo 3.12. 39 4.13 Otros insultaban a los apóstoles pero los siervos de Dios procuraban hablar con consideración y ayudar la gente. Algunas personas ponían a los apóstoles al nivel más bajo de los hombres, como criminales en espera de muerte, o como agua sucia a ser botada como inútil y hasta peor. En estos versículos Pablo no estaba hablando de problemas que había experimentado años antes cuando recién salvo. Todavía sufría estas cosas en Éfeso al escribir la carta, Hechos 19.29 al 31. SÍGANME A MÍ Pablo había sido el primero en predicar el Evangelio en Corinto, y esperaba que los creyentes le seguirían. Él envió a Timoteo a enseñarles de nuevo las mismas cosas. 4.14 Pablo dijo que los corintios estaban viviendo como reyes pero los apóstoles eran rechazados por el mundo. Él escribió estas cosas para hacerles reflexionar, no para avergonzarles. Ellos han debido sentirse avergonzados, pero el verdadero propósito de Pablo fue mostrar que los amaba. Ellos habían recibido vida eterna por medio de su mensaje acerca de Cristo, así que él podía llamarles sus hijos, 2 Corintios 6.13. Nosotros también recibimos la vida eterna por el mensaje del Evangelio; hemos renacido por la Palabra de Dios, 1 Pedro 1.23. 4.15 Los corintios podían contar con muchos maestros pero tener un solo padre espiritual. Dios le había dado a Pablo el privilegio de conducirles al Señor. Otros maestros tal vez estaban procurando hacer ver su sabiduría propia, o ponerles en contra de Pablo. 4.16 Pablo como su "padre" podía pedirles seguirle a él y no a estos otros. Sin embargo él no les pidió seguirle como hombre, sino sólo como un apóstol inspirado. Pablo seguía a Cristo, así que ellos deberían imitar su ejemplo, 11.1. Los tesalonicenses eran seguidores del apóstol y del Señor, 1 Tesalonicenses 1.6, 2 Tesalonicenses 3.7,9. 4.17 Timoteo también era hijo espiritual de Pablo, así como Tito y Onésimo, 1 Timoteo 1.2,18, 2 Timoteo 1.2, 2.1, Tito 1.4, Filemón 10. Timoteo era a la vez fiel en el Señor; también lo eran Tíquico y Epafras, Efesios 6.21, Colosenses 1.7. Timoteo era un hijo amado y los corintios eran hijos amados, 4.14. ¿Por qué Pablo le pidió a Timoteo que fuera a Corinto? Él amaba a sus hermanos allí y quería que le siguieran como su padre espiritual. Desde Éfeso Timoteo fue a Macedonia, Hechos 19.22, y después a Corinto. En Corinto les haría recordar a los creyentes de los consejos y modo de ser de Pablo, y su enseñanza y práctica. Pablo enseñaba los mismos principios en todas las iglesias, pero escribió cartas para atender a las necesidades particulares de cada una. YO VENGO Los creyentes orgullosos esperaban que Pablo no viniera a visitarles, pero él estaba seguro de hacerlo. Posiblemente tendría que reprenderles por su mala conducta. 4.18 Pablo escribió a los corintios para que no se pusieran orgullosos, 4.6. Timoteo vino a enseñarles las mismas cosas, pero algunos pensaban que Pablo mismo temía venir. 4.19 El proponía visitarles muy pronto, pero dijo también, ‘si el Señor quiere’. Pablo era apóstol por la voluntad de Dios, 1.1, y quería que toda su obra fuera según la voluntad de Dios, Hechos 16.7, 1 Tesalonicenses 3.11. Algunos en Corinto se oponían a Pablo y su enseñanza, y hablaban grandes palabras en contra de él. Tal vez ellos temían decir estas cosas con Pablo allí presente. Él sabría si ellos realmente tenían el poder del Espíritu Santo, o si simplemente estaban hablando grandes palabras. 40 4.20 El Señor Jesucristo reinará como Rey sobre el mundo entero y establecerá el Reino de Dios por mil años, Lucas 21.31. El Reino de Dios no es un país o estado; hoy día el reino incluye a todos los que aceptan a Dios como Rey. Vamos a aprender más acerca del reino de Dios en 6.9,10, 15.24,50. Aquí en el 4.20 el Espíritu Santo enseña que, en los asuntos de Dios, las palabras sin poder no valen mucho. Vimos que a Dios le complace salvar la gente por la predicación, 1.21, pero las palabras del predicador deben ser con poder, el poder del Espíritu Santo. Debemos predicar a Cristo quien es el poder de Dios, 1.24. 4.21 Algunos entre los corintios procuraban rechazar a Pablo y él sabía que tendría que hablar muy fuertemente a ellos. Posiblemente él tendría que usar la vara en lo que diría, pero él les amaba, 4.14, y su deseo era ir a ellos con ternura y amor, no para hacerles tristes, 2 Corintios 2.1. 3 - Pecado en la iglesia Pablo pensaba que tal vez él tendría que venir a Corinto y tratar con los orgullosos, pero de una vez él tenía que decirles del pecado en la iglesia y qué deberían hacer ellos al respecto, 16.1 al 5. El pecado se extenderá en la asamblea, 16.6 al 8, de manera que es necesario poner fuera de la comunión a una persona pecaminosa, 16.9 al 13. La condición en Corinto Un hermano estaba viviendo en pecado y la iglesia no le juzgaba. Pablo mandó a los creyentes a entregar esa persona a Satanás. 5.1 El mundo en Corinto era muy inmoral, pero aun las personas mundanas no practicaban lo que estaba haciendo un cristiano en la iglesia. El hombre estaba viviendo una vida inmoral con la esposa de su padre, y esto era bien sabido en la ciudad. Hoy día la gente del mundo conoce y practica toda forma de inmoralidad. El cristiano debe guardarse enteramente separado de esas costumbres impías, 6.18. 5.2 Este pecado era muy malo, pero la iglesia no tomaba ninguna acción y este hecho era todavía peor. La ley de Dios les decía que era incorrecto, Éxodo 20.14, Levítico 18.8. Ellos sabían que no estaban bajo la ley, Gálatas 5.18, y parece que pensaban que la gracia de Dios perdonaría los pecados de un creyente. Dios como Juez sí ha perdonado nuestros pecados, pero como Padre aseguradamente El castigará a sus hijos que persisten en pecar. Aprenderemos más acerca de esto en el capítulo 11, versículos 30 al 32. En el cuerpo de Cristo si un miembro sufre todos sufren con él, 12.26. Un hombre en la iglesia en Corinto estaba viviendo en pecado y todos los demás han debido sentirse tristes. Los creyentes todavía eran orgullosos de su conocimiento en vez de confesar el pecado a Dios y pedir que El lo quitara. El hombre no quería arrepentirse de su pecado y por esto fue necesario excluirle de la asamblea. La mujer era culpable también pero nada se dice de ella, así que creemos que ella no estaba en la iglesia. 5.3 Pablo estaba lejos de Corinto, en Éfeso, pero él estaba con ellos en espíritu. Pablo amaba a los creyentes allí y sabía en su corazón que les era difícil poner a este hermano fuera de la iglesia. Pero Pablo había juzgado al hombre que había hecho esto, y el juicio de Pablo sería el mismo estando él con ellos en Corinto. 5.4 Ellos deberían reunirse en el nombre del Señor Jesús y tener presente que El había prometido estar con ellos, Mateo 18.20. Ellos podrían actuar con la autoridad del apóstol Pablo y el poder del Señor Jesús. En aquel entonces la iglesia se reunía para la oración, Hechos 4.31; enseñanza, 11.26; oir informes misioneros, 14.27; conversar sobre un problema 41 de doctrina, 15.6,30; partir el pan, 20.7,8; y, como aquí, para juzgar a un pecaminoso. 5.5 Los creyentes tenían que poner fuera de la asamblea a esta persona pecaminosa. Hay una protección especial en la asamblea, y Satanás puede atacar más fácilmente si un cristiano está sin esa protección. Así que ellos tenían que entregar ese hombre a Satanás aun si esto quería decir que él moriría. Su espíritu sería salvo en el Día cuando el Señor vendrá a juzgar su pueblo, 3.13. Sería mejor para él morir que seguir en el pecado. Sus obras serían quemadas pero él sería salvo, 3.15. Este hombre fue puesto fuera por lo que él hizo. Más adelante, Pablo entregó a dos hombres a Satanás por lo que ellos dijeron, 1 Timoteo 1.20. Obra de Satanás: Satanás puede tentarnos a pecar procurar dividir la asamblea engañar al pueblo, haciéndose pasar por un ángel causar enfermedades 1 Corintios 7.5 2 Corintios 2.11 2 Corintios 11.14 2 Corintios 12.7 El pecado se extenderá ¿Por qué era tan importante para la asamblea excluir a este hombre? Porque probablemente el pecado se extendería a toda la asamblea. Un cristiano joven ve que no se castiga a otro por su pecado, y él o ella llega a pensar que puede hacer lo mismo. De esta manera las costumbres pecaminosas alcanzan también a los demás. 5.6 Parece que los corintios se sentían orgullosos porque podían permitir al hombre continuar en la asamblea, pero esto no era bueno. Pablo dijo que la levadura es una ilustración del mal. Para hacer pan, usted pone un poco de levadura en la masa y la levadura se extiende a toda la masa. El pueblo de Israel hacía su pan sin levadura cuando ellos guardaban la Fiesta de la Pascua, Levítico 23.5,6, Deuteronomio 16.4. 5.7 Sin duda el mal en la iglesia iba a llegar a otros, así que era necesario quitarlo. Es el Espíritu Santo quien hace santa la iglesia; ella debe quedarse así, quitando toda cosa inmunda. Esto haría la iglesia como una nueva masa para el pan sin levadura. El Señor Jesús es el Cordero de Dios, y El dio su vida por nosotros. En la Pascua el pueblo de Israel ofrecía un cordero, que era una ilustración de nuestro Señor. 5.8 No debemos guardar ciertos días como si fueran más santos que otros, Gálatas 4.10,11, pero debemos adorar al Señor todos los días y darle las gracias por nuestra salvación. Debemos vivir una vida santa y adorarle y servirle. La asamblea también debe ser santa, y, al ser necesario, hay que quitar todo lo malo. Esto es como guardar la levadura en Israel para celebrar ellos la Pascua, Éxodo 12.15. La malicia y la maldad son como la levadura vieja. Debemos tener sinceridad y verdad en la asamblea. La sinceridad quiere decir que el pecado ha sido quitado y la verdad quiere decir que servimos según la Palabra de Dios, Juan 4.24, 17.17. Celebrar la fiesta es una ilustración de la adoración a Dios. El pecado debe ser juzgado Pablo les había dicho a los creyentes en Corinto que ellos no debían tener nada que ver con personas inmorales. Ahora él les manda a no tener trato con personas culpables de seis pecados comunes. La responsabilidad de los creyentes es de poner fuera de la asamblea a las tales personas. 5.9 Posiblemente Pablo escribió muchas cartas a creyentes y asambleas, pero el Espíritu 42 Santo le guió de una manera especial cuando él escribió las trece cartas del Nuevo Testamento; posiblemente él escribió también la carta a los Hebreos. A lo largo de todos estos años Dios ha guardado seguras estas cartas para nosotros. El versículo 9 da a entender que Pablo había escrito otra carta anterior a los corintios, la cual no ha sido guardada para nosotros. En aquella carta él les mandó a no tener trato con la gente inmoral. 5.10 Algunos corintios pensaban que esto quería decir que ellos no debían tener nada que ver con la gente de este mundo porque muchas personas en la ciudad de Corinto eran muy inmorales. Para evitar a toda esa gente, sería necesario salir de un todo de la ciudad o del mundo entero. La Biblia dice que debemos ir y decirle a la gente el amor de Dios, pero no podemos tomar parte en sus actividades pecaminosas. 5.11 Ahora el apóstol explicó que los creyentes no deben tener trato con cualquier persona que dice ser cristiano pero está continuando en cualquiera de estos seis pecados. No podemos estar seguros que una persona sea creyente cuando está pecando así. Solamente Dios sabe eso, pero si la persona se llama a sí misma un cristiano, no debemos tener comunión con esa persona. Pablo habló en una carta anterior de la inmoralidad, el amor al dinero, el hurto y la idolatría, y ahora el Espíritu Santo agrega dos pecados más, que son el decir cosas severas en contra de otro y la borrachera. La gente decía muchas cosas malas en contra del Señor Jesús, 1 Pedro 2.23, y los creyentes no deben usar ese lenguaje en contra de nadie. Las personas que persisten en hacer esto deben ser puestas fuera de la comunión de la asamblea. La Biblia dice que la borrachera es un pecado, Génesis 9.21, 1 Samuel 25.36, Proverbios 23.20,21, Mateo 24.49, Romanos 13.13, Gálatas 5.21, Efesios 5.18, 1 Tesalonicenses 5.7, Tito 2.3, Apocalipsis 17.2. No podemos tener ninguna comunión con los borrachos. No debemos permitir que las personas pecaminosas hagan memoria del Señor participando en el partimiento del pan en la asamblea. Comer una comida ordinaria es una señal de comunión y es importante mostrar a las personas llamadas cristianas que no podemos tener ninguna comunión con ellos mientras vivan en pecado. 5.12,13 El apóstol Pablo no era responsable ante las personas inconversas fuera de la asamblea, pero la iglesia tenía autoridad para juzgar a todas las personas en la asamblea, o sea, entre ellos. Dios es el Juez de todos los hombres, pero la iglesia debe poner fuera a cualquier persona mala que está viviendo una vida inmoral. Satanás se llama el maligno, Efesios 6.16, 1 Juan 2.13, 3.12, 5.18, y a veces él puede tentar a los cristianos a comportarse de una manera mala. Dios castiga sus hijos para que ellos no sigan en el pecado. El quiere que volvamos a él. Este hombre fue puesto fuera de la iglesia en Corinto, pero él se arrepintió y más adelante Pablo dijo a los creyentes que le recibieran de nuevo, 2 Corintios 2.5 al 11. 4 - Demanda judicial contra otro Los corintios no eran espirituales; ellos eran como niños en Cristo. Una señal de esto era las divisiones entre ellos, y Pablo ha venido dando enseñanza sobre este pecado. Otra señal era el hecho de ir a los tribunales de la ciudad para que un juez pagano arreglara los pleitos entre ellos. Los creyentes en la asamblea pueden juzgar debidamente, 6.1 al 6, y sería mejor aceptar una pérdida que apelar a hombres pecaminosos y fuera del reino de Dios, 6.7 al 11. Mejor pedir que creyentes juzguen Nueve veces Pablo preguntó a los corintios si ellos no sabían algo que han debido saber: 43 3.16, 5.6, 9.13, y en el capítulo 6, versículos 2,3,9,15,16,19. Esta es otra evidencia de que ellos realmente no eran sabios en las cosas de Dios y no podían valerse de la vianda de las verdades más profundas, 3.2. 6.1 Todos nosotros tenemos que vivir con otras personas y es de esperar que habrá querellas. En la asamblea debe existir el amor hermanable, pero pueden presentarse querellas entre dos creyentes. Si esto sucede debemos pedir que otros cristianos arreglen el asunto. Había querellas entre creyentes en la asamblea en Corinto pero algunos demandaban a sus hermanos en los tribunales en vez de pedir a otros creyentes enterarse de sus diferencias. 6.2 Los creyentes van a juzgar el mundo cuando Cristo venga a reinar sobre todos los hombres, Mateo 19.28, Apocalipsis 2.26. En ese entonces nosotros tendremos cuerpos nuevos y la vieja naturaleza pecaminosa se habrá ido para siempre. Aun ahora nosotros contamos con las Escrituras y el Espíritu Santo, y debemos ser capaces de arreglar las querellas entre creyentes. Pablo las llama cosas muy pequeñas. 6.3 Algunos de los ángeles decidieron seguir a Satanás y cayeron en pecado. Los ángeles serán juzgados por el Señor Jesucristo, 2 Pedro 2.4, Judas 6, y nosotros vamos a estar con él. La palabra mundo en el versículo 2 quiere decir todos los seres, tanto hombres como ángeles. Pablo ya había pronunciado juicio sobre hombres y ángeles que introdujeran enseñanza falsa en las iglesias, Gálatas 1.8. En la Biblia los ángeles son vistos como poderes espirituales que tienen control sobre líderes humanos o naciones, Daniel 10.13, Efesios 6.12. Los creyentes van a juzgar a estos ángeles, ¡pero ahora algunos creyentes estaban pidiendo a los líderes humanos que les juzgaran! 6.4 Aun personas sin mucha importancia en la iglesia serían mejores que personas del mundo afuera. Los cristianos habían ido a los jueces de la ciudad en Corinto, pero ellos han debido ir a la asamblea. Los creyentes nuevos contaban con el Espíritu Santo y sabían algo acerca de la Palabra de Dios. 6.5 Los corintios han debido sentir vergüenza por lo que habían hecho. Sin duda había por lo menos un hombre verdaderamente sabio en la asamblea quien podía atender a sus querellas de una manera justa. Pablo no quería decir en verdad que ellos deben pedir esto a los creyentes nuevos o los que no tenían instrucción espiritual, pero aun ellos serían preferibles a personas del mundo. 6.6 En vez de esto, un hermano acusaba a otro ante el tribunal y pedía a las personas no salvas atender al problema. En la familia de Dios debemos hacer todo lo posible para vivir en paz con nuestros hermanos y hermanas en Cristo. Si esto es imposible, podemos pedir a un hermano sabio en la asamblea que resuelva nuestras diferencias, pero nunca llevar otro al tribunal. Mejor aceptar pérdida Algunos de los creyentes en Corinto pensaban que podían reinar como reyes y en verdad ellos querían todo el dinero posible. Estos jueces en Corinto eran hombres pecaminosos, y los creyentes habían sido limpiados de los mismos pecados. 6.7 Es verdad que la iglesia en Corinto tenía todos los dones espirituales, 1.5, pero ellos eran todavía niños en Cristo. Esto se veía en que ellos se sentían libres a demandar el uno al otro en los tribunales, y en su codicia por todo lo que podían obtener. En vez de ir a los tribunales, mejor sería sufrir una pérdida. Dios puede proveer para todas nuestras necesidades y reponer lo que perdemos por el bien de Cristo. 6.8 Los corintios no pensaban así de ninguna manera. Por cierto algunos de ellos estaban defraudando a sus propios hermanos en Cristo para obtener más para sí mismos. Esto es exactamente lo contrario a lo que el Señor quiere. Los primeros cristianos tenían todo en 44 común con otros creyentes, Hechos 2.45, 4.34,35, y se nos manda a hacer bien, especialmente a los de la familia de Dios, Gálatas 6.10. 6.9,10 Los cristianos de Corinto pedían a personas pecaminosas a ayudarles en los tribunales a sacar dinero de otros cristianos. Estas personas pecaminosas no eran del reino de Dios ni iban a entrar en él. El Espíritu Santo nombró diez pecados e hizo saber a los cristianos que ellos no deben engañarse a sí mismos, o dejar que otro les diga que estas cosas no eran muy malas. En una carta anterior Pablo les advirtió acerca de cuatro de estos pecados, y en esta carta él incluye dos más, 5.9 al 11. Y ahora pone otros cuatro en la lista: el adulterio, la homosexualidad (ambas personas) y la estafa. Satanás siempre procura que el pecado se vea como algo bonito. Le dijo a Eva las ventajas de desobedecer la ley de Dios. Les dijo a Judas y Ananías que ellos tendrían dinero para sí mismos, Juan 13.27, Hechos 5.3. Hoy día algunas iglesias reciben a los homosexuales como si fueran cristianos normales. No se engañen, Gálatas 6.7. 6.11 Algunos de los corintios no eran mejores; ellos habían sido culpables de algunos de estos pecados. ¿Cómo, entonces, podrían esperar estar en el reino de Dios? Lo que éramos y lo que el Espíritu Santo ha hecho: Éramos sucios, corrompidos por pecado, pecaminosos y culpables Nos ha lavado, santificado, puesto aparte para Dios y justificado Esta obra del Espíritu Santo es todo en el nombre del Señor Jesús. Por cierto, leemos que somos lavados, hechos limpios, por Cristo, por su Palabra, Hebreos 13.1; 1 Corintios 1.30, Juan 15.3, y la Iglesia está siendo lavada y santificada por la Palabra, Efesios 5.26, Juan 17.17. Somos justificados por Cristo, Gálatas 2.17; por su sangre, Romanos 5.9; léase también Juan 1.7. Deténgase aquí mismo para dar gracias al Señor Dios por estas tres maravillosas bendiciones. 5 - Fornicación y vida matrimonial El Espíritu Santo había hecho lo mismo a todos los corintios y todos ellos contaban con estas tres grandes bendiciones. Ellos han debido tener más amor y respeto para cada uno sin procurar estafar el uno al otro y demandar a sus hermanos ante los jueces mundanos. Ahora el Espíritu va a decir más acerca del pecado de la fornicación en el resto del capítulo 6, y no poco acerca de personas casadas en el capítulo 7. Fornicación Los pecados sexuales eran muy comunes entre la gente mundana en Corinto, y los creyentes se sentían tentados a volver a sus viejas costumbres. Nosotros somos libres pero nuestros cuerpos pertenecen al Señor, 6.12 al 14. La fornicación une el cuerpo con una persona pecaminosa, 6.15 al 17; y debemos tener presente que el Espíritu Santo vive en nuestros cuerpos, 6.18 al 20. NUESTROS CUERPOS PERTENECEN AL SEÑOR 6.12 Pablo, por el Espíritu Santo, había enseñado que los creyentes no están bajo la ley, Gálatas 3.18, y algunas personas decían que por esto podían continuar en el pecado. La ley de Dios decía que los israelitas no debían cometer el adulterio, y sin duda los cristianos no 45 tenían libertad para hacerlo. Pablo no niega aquí que tenemos libertad en Cristo, pero esto no quiere decir que podemos cometer pecado. Muchas cosas no son buenas o provechosas para nosotros. Ciertamente no debo permitir que se vuelva hábito algo que tiene control sobre mi vida. 6.13 El cuerpo tiene sus usos correctos y naturales. Dios provee viandas para nuestros cuerpos y Él ha diseñado el cuerpo para que pueda aceptar el alimento que necesita. Aun así el cuerpo natural no va a vivir para siempre. Dios también ha planificado el cuerpo para que nazcan niños y la raza humana continúe aun cuando otras personas mueran. Esto es natural pero no quiere decir que la actividad sexual sea tan necesaria como lo es nuestro alimento. El cuerpo no está hecho para la inmoralidad sexual, la fornicación o el adulterio. Dios hizo el cuerpo humano para su propia gloria, y Él provee todo lo que necesitamos. Nosotros vivimos en Cristo y Él vive en nosotros, en nuestros cuerpos. El cuerpo es para el Señor y el Señor para el cuerpo. 6.14 El cuerpo tendrá que morir, pero Dios lo resucitará a vida de nuevo, tal como Él resucitó a Cristo a vivir después de haber muerto. Vamos a leer mucho más sobre esto en el capítulo 15, pero observemos aquí que se trata del poder de Dios. JUNTARSE CUERPOS 6.15 Pablo había enseñado anteriormente a los corintios que sus cuerpos eran partes del cuerpo de Cristo, y añadió mucho más acerca del cuerpo de Cristo en el capítulo 12. Aquí les muestra cuán malo es que un creyente use su cuerpo en el pecado de la fornicación. El cuerpo de un creyente es parte del cuerpo santo de Cristo. ¿Él o ella, entonces, debe hacer de su cuerpo parte del cuerpo de un pecador inmundo? ¡Nunca! 6.16 Dios dijo en el principio que un hombre y su esposa eran como un cuerpo, Génesis 2.24. Lo mismo es cierto en cuanto a cualquier hombre y mujer en la unión sexual. Así dos personas se hacen como un solo cuerpo cuando se juntan en la inmoralidad sexual. 6.17 Nosotros los creyentes nos hemos juntado al Señor, así que somos uno en espíritu con Él. Esto es muy superior a la unión natural del hombre y su esposa porque el espíritu es mayor que el cuerpo. Le aceptamos a Él como Señor y vivimos en Él. EL CUERPO ES TEMPLO DEL ESPÍRITU SANTO 6.18 Pablo ha explicado lo pecaminoso de un acto inmoral, y ahora manda a los corintios a huir de los pecados sexuales. José hizo exactamente eso cuando una mujer procuró obligarle a pecar con ella, Génesis 39.12. Pablo mandó a los corintios a huir de la adoración de ídolos, 10.14, y mandó a Timoteo a huir del amor al dinero como también de los deseos de los hombres jóvenes, 1 Timoteo 6.10,11, 2 Timoteo 2.22. Otros pecados no rompen la unión entre nuestros cuerpos y Cristo de la misma manera que hace la inmoralidad sexual. Otros pecados pueden perjudicar el cuerpo; por ejemplo, el comer demasiado, la borrachera, o el uso de drogas. Y, cualquier pecado rompe nuestra comunión con el Señor y destruye nuestro gozo en Él. Pero la fornicación significa unir el cuerpo con el cuerpo de una persona impía en vez de usarlo para el Señor. 6.19 Los corintios sabían que la iglesia es un templo de Dios y es santa, 3.16,17. Ellos sabían que el Espíritu es dado a todo verdadero creyente, Hechos 2.38, 1 Tesalonicenses 4.8. Aquí el apóstol agregó que el cuerpo de cada creyente es el templo del Espíritu Santo quien vive en él o ella. El pecador debe morir y todos somos pecadores. Cristo pagó la pena de nuestros pecados y ahora somos de él. Nuestros cuerpos realmente no son nuestros; son suyos. 6.20 El Señor nos ha comprado y no tenemos que morir por nuestros pecados, Gálatas 46 3.13. El precio es la sangre preciosa de Cristo, 1 Pedro 3.18,19. Nuestros cuerpos pertenecen a Dios, no a Satanás ni al mundo ni a nosotros. Así el Espíritu nos manda a glorificar a Dios en nuestros cuerpos como también en nuestros espíritus. Hagamos todo para la gloria de Dios, 10.31. El cuerpo: es para el Señor, no para la fornicación es para ser destruido y resucitado de nuevo es un miembro de Cristo, no de una prostituta es víctima del pecado cuando uno comete fornicación es templo del Espíritu Santo es comprado a gran precio es para la gloria de Dios 6.13 6.13,14 6.15 6.18 6.19 6.20 6.20 Personas casadas Todas las cosas son lícitas pera no todas las cosas son buenas para nosotros, y pueden llegar a ser malas costumbres, 6.12. La fornicación es un pecado contra el Señor y contra nuestros propios cuerpos. En el capítulo 7 el Espíritu Santo nos enseña acerca del casamiento. El matrimonio debe tenerse en estima, pero Dios va a juzgar a todos los que son culpables de la inmoralidad sexual, Hebreos 13.4. Podemos dividir el capítulo 7 en cuatro partes - Instrucciones sobre la vida matrimonial Quédense como están Razones por este mandamiento Resumen Los corintios habían escrito a Pablo con preguntas acerca de cómo vivir como cristianos. En el capítulo 7 Pablo contestó seis preguntas acerca de la vida matrimonial. Para algunas personas es bueno casarse; para otras personas es bueno quedarse soltero. Debemos procurar no cambiar nuestra posición sino quedarnos como somos cuando Dios nos llama a Cristo. Un cristiano no debe casarse con una persona que no es salva y no debe divorciarse. INSTRUCCIONES SOBRE LA VIDA MATRIMONIAL Aquí Pablo contesta preguntas acerca de la manera en que personas deben conducirse, 7.1 al 5; si un cristiano debe casarse, 7.6 al 9; acerca del divorcio, 7.10,11; acerca de la separación si uno de los cónyuges es salvo, 7.12 al 16. Cómo personas casadas deben comportarse -7.1 No tenemos una copia de la carta que los creyentes en Corinto le escribieron a Pablo, pero él contestó sus preguntas acerca de los alimentos que habían sido ofrecidos a los ídolos, 8.1,4; acerca de los dones espirituales, 12.1; acerca de la colecta de dinero, 16.1. Aparentemente aquí ellos le preguntaron si un cristiano puede casarse. Tocar mujer es otra manera de decir tomar una esposa, Génesis 20.6, Proverbios 6.29. La regla general es que es mejor no casarse. 7.2 Sin embargo, vivimos en un mundo de gran tentación y maldad, de manera que es mejor casarse que caer en el pecado de la fornicación. La Biblia enseña que un hombre debe tener una sola esposa y una mujer debe tener un solo marido. 7.3,4 Tanto el esposo como la esposa debe dar al otro lo que es suyo por derecho. La 47 esposa no debe decir que tiene autoridad sobre su propio cuerpo, y el marido tampoco debe decirlo. Sus cuerpos son el uno del otro. Esto quiere decir que un hombre no puede insistir en su propio placer en cualquier momento, ni la esposa tampoco puede hablar así. 7.5 Quiere decir también que ni el esposo ni la esposa puede negarse el uno al otro por razones enteramente de su propia conveniencia. Ellos no deben rechazar el uno al otro, pero pueden estar de acuerdo (de mutuo consentimiento) a quedarse separados por un tiempo corto para entregarse a la oración por algún problema específico. Ellos deben volver a tener relaciones para no quedarse expuestos a tentación. De este versículo aprendemos que la verdadera oración requiere la negación propia, y que Satanás puede tentarnos por medio del uso natural del cuerpo. ¿Debe casarse un cristiano? — De muchas maneras es mejor no casarse pero no hay mandamiento a no hacerlo. 7.6 Pablo era un apóstol de Jesucristo y los apóstoles podían hablar con autoridad hasta que el Nuevo Testamento fuese escrito. Aquí él no manda a los creyentes casarse, pero les da permiso para hacerlo. 7.7 Posiblemente Pablo haya sido casado en una época, pero habla aquí de sí mismo como no casado. Creemos que él había sido miembro del concilio judío en Jerusalén, porque podía votar, Hechos 26.10. Al ser así, él ha debido ser un hombre casado, y posiblemente su esposa había muerto. Pablo nunca se casó de nuevo y pensaba que mejor podía servir al Señor sin esposa. Otros podían hacer lo mismo y algunos tienen de Dios un don especial para hacerlo. 7.8,9 Pablo podía decir a las personas no casadas a quedarse solteros como él; y dijo lo mismo a las mujeres cuyos esposos habían muerto. Pero ellas deberían casarse en vez de quemarse a causa de sus deseos. ¿Puede divorciarse un cristiano? — Muchos de los que se casan no son felices. ¿Pueden deshacer lo que han hecho? 7.10 Ahora el apóstol sí da un mandamiento definitivo, y por cierto el Señor Jesucristo ya había dicho lo mismo, Marcos 10.11,12. Una esposa no debe dejar a su marido. 7.11 Si se separa, ella no debe casarse de nuevo, pero ella puede regresar a su marido si él acepta esto. Un hombre tampoco debe dejar a su esposa. Hoy día la separación es el primer paso hacia el divorcio. La separación si uno de los cónyuges es creyente — La Biblia enseña que un cristiano no debe casarse con una persona que no es salva, 7.39, 2 Corintios 6.14. Pero ocurre muchas veces que un hombre o una mujer acepta a Cristo y su pareja se niega hacerlo. ¿Qué debe hacer el cristiano? 7.12,13 El Señor Jesús no había hablado de este asunto, pero ahora el Espíritu Santo da la respuesta por medio de Pablo. El cristiano no debe dejar a su esposo o esposa si esa otra parte está dispuesta a vivir con el creyente. 7.14 El cristiano tiene una influencia sana sobre el esposo o la esposa que no cree, y Dios ve a los dos como uno solo. Él bendice en parte al que no es creyente porque su pareja lo es. Sus hijos también están protegidos bajo la bendición de Dios. El Señor mandó a Israel a no casarse con esposas de otras naciones, Éxodo 34.16, y no les era permitido recibir en la congregación de Israel a los hijos de extranjeros, Deuteronomio 23.3. No debemos casarnos con una persona que no es salva, pero tampoco debemos abandonar a un cónyuge que todavía no ha creído, o temer que nuestros hijos van a estar bajo una maldición. Dios quería que Israel fuese una nación santa, pero quiere que nosotros 48 seamos santos como individuos como también en la iglesia. Un cristiano no podría incorporar a un esposo, esposa o hijo inconverso en la iglesia, pero debemos vivir con ellos y ayudarles a creer. 7.15 A veces una persona tiene tanto odio a Cristo que él o ella rechaza vivir con una pareja que ha aceptado al Señor. En este caso el cristiano debe procurar que no se vaya la persona inconversa, pero él o ella está libre si esa otra persona se va. El marido no tiene que dar sostén a la esposa que se ha ido por esta razón, y él está en mejores condiciones para servir al Señor. Pero Dios nos ha llamado a estar en paz, y la mayoría de las parejas casadas deben saber vivir juntos sin pelear. 7.16 Los cristianos realmente deben procurar seguir viviendo con el esposo o esposa que no es creyente. Ellos deben vivir una buena vida cristiana y mostrar quietamente a su pareja que ha habido un gran cambio. Podemos mostrar verdadero amor a nuestras familias, y de esta manera probar que Dios ama a cada uno en el hogar. Muchos esposos y esposas han orado por su pareja inconversa y han tenido gran gozo cuando esa persona también aceptó al Señor como su Salvador. Toda la familia puede ser unida en Cristo, y de esta manera ser una gran ayuda el uno al otro. Es muy importante que procuremos ganar a otros para Cristo y entonces procurar ganar también a sus familias. DEBEMOS SEGUIR COMO ESTAMOS Como regla general un cristiano debe quedarse como era él o ella cuando llamado por Dios. No intente cambiar su condición por el solo hecho de ser cristiano ahora. Por supuesto usted debe cambiar de una vez sus hábitos pecaminosos, y Dios le ayudará y le dará poder para esto. Aquí el apóstol Pablo dice que no debemos hacernos como judío o gentil, 7.17 al 20; debemos seguir siendo esclavos o libres, 7.21 al 24; casados o solteros, 7.25 al 28. Judío o gentil — 7.17 El Señor llamó a gente en diferentes condiciones de vida, y nosotros debemos entender que nuestra condición es planificada por Dios. Una iglesia necesita diferentes tipos de personas, y no debemos intentar grandemente cambiar cuando llegamos a ser cristianos. Pablo enseñaba la misma cosa en todas las iglesias; él no estaba tratando a los cristianos de una manera diferente, 4.17, 11.16, 14.33. 7.18 Había tanto judíos como gentiles en la asamblea en Corinto, Hechos 18.4,6. Ahora eran creyentes y no tenían por qué sentir vergüenza por su raza. La circuncisión era una señal del pacto de Dios con Abraham, Génesis 17.10,11, y algunos judíos de Jerusalén intentaban obligar a los nuevos cristianos gentiles que aceptaran la circuncisión, Hechos 15.5. Los cristianos gentiles no deben aceptar ser circuncidados, y los cristianos judíos no deben intentar quitar esta marca de sus cuerpos. 7.19 La circuncisión era muy necesaria en el Antiguo Testamento, pero ahora no. No es importante que uno haya sido circuncidado o no. Sí es muy importante obedecer las leyes de Dios. En el Antiguo Testamento hay muchas leyes acerca del servicio y los sacrificios en el tabernáculo que nosotros no tenemos que guardar hoy día, pero el Nuevo Testamento enseña la voluntad de Dios para nosotros. 7.20 La regla general es quedarse como era cuando Dios le salvó. En este capítulo Dios da, 7.7; llama, 7.15,24; y arregla diferentes condiciones para diferentes personas, 7.17. Esclavo o libre — 7.21 Algunos fueron llamados cuando esclavos. Ellos no deben preocuparse por esto porque un esclavo cristiano puede servir al Señor con servir bien a su maestro terrenal, 49 Efesios 5.6,7. A veces un esclavo podía comprar su libertad al pagar una gran suma de dinero. Un cristiano podría usar su libertad para servir mejor al Señor. 7.22 Un esclavo cristiano debe estar dispuesto a quedarse como esclavo porque en realidad él, siendo del Señor, es un hombre libre. Y un hombre libre es también un esclavo de Jesucristo. Esclavos de Jesucristo: Pablo Romanos 1.1, 2 Corintios 4.5, Filipenses 1.1, Tito 1.1 Santiago Santiago 1.1 Pedro 2 Pedro 1.1 Juan Apocalipsis 1.1 7.23 Cristo nos ha comprado con su propia sangre, 6.20, Apocalipsis 5.9. A veces los hombres se vendían a sí mismos como esclavos para cancelar sus deudas, Mateo 18.25. Para servirle perfectamente al Señor debemos mantenernos sin deuda, y así no ser esclavos de hombres, Romanos 13.8. 7.24 De nuevo Pablo les dijo a sus hermanos en Cristo que se queden como eran cuando Dios les llamó. Les llamó ‘hermanos’ a los creyentes en Corinto en 1.10,11,26, 2.1, 3.1, 4.6, 7.29, 10.1, 11.2,33, 12.1, 14.6,20,39, 15.1,50,58, 16.15. El dio el mismo mandamiento en el versículo 20 y también en los versículos 8 y 40, pero aquí Pablo agregó que Dios está con nosotros y podemos permanecer con él sin temor y sin buscar un cambio. Casado o soltero — La misma regla aplica al matrimonio: quédese como está, y no intente cambiar las cosas. Los corintios habían escrito a Pablo acerca de personas que no eran casadas, y aquí él continúa sus respuestas a las preguntas, como había hecho parcialmente en los versículos 8 y 9. 7.25 En el versículo 10 Pablo mandó la misma cosa que el Señor había hecho. En el versículo 6 dio permiso, y en el versículo 25 dio su propio consejo. Pablo fue guiado por el Espíritu Santo en todo lo que él escribió en el Nuevo Testamento, y quería ser fiel. Dios es fiel y El requiere que sus siervos lo sean, 1.9, 4.2, 10.13. Pablo dijo que Timoteo era fiel, 4.17, y aquí dijo que Dios le había dado a él misericordia para ser fiel. Con los otros apóstoles, él recibió misericordia del Padre de misericordias, 2 Corintios 1.3, 4.1. 7.26,27 La iglesia en Corinto estaba pasando por días difíciles y por eso era mejor que uno no cambiara de condición, sino se quedara tal como se encontraba. Muchas veces los apóstoles tenían grandes dificultades, y Pablo mismo había aprendido a enfrentar las dificultades con gozo, 2 Corintios 6.4,10, 12.10. Así él aconseja de nuevo: quédese como está, sea casado o soltero. 7.28 Casarse no es pecado, pero puede traer problemas tales como tienen a veces la mayoría de las personas casadas. El apóstol no explicó esto y su consejo fue con el fin de guardar a los creyentes de dificultades innecesarias. RAZONES POR ESTE MANDAMIENTO ¿Por qué dio Pablo su consejo a los corintios de esta manera? Porque era corto el tiempo para servir al Señor, 7.29 al 31, y los creyentes deben ocuparse en el Señor más que en otras personas, 7.32 al 35. Dios no siempre nos explica sus razones, y debemos estar dispuestos a obedecer aun sin entender por qué. Más adelante vamos a saber las buenas razones que tiene Dios. El tiempo es corto — 50 7.29 En el mejor de los casos, la vida es muy corta. Nadie puede hacer todo lo que él o ella desearía hacer antes de morir. No podemos saber cuán cerca está el regreso del Señor. Esta es nuestra última gran oportunidad para servirle. Desde ahora en adelante los hombres casados deben procurar servir al Señor tanto como los que no son casados. Pablo ya ha dicho que los casados deben mantener relaciones normales, 7.3,5, y más adelante él enseñó que un hombre debe amar y cuidar a su esposa como haría con su propio cuerpo, y quedarse con ella, Efesios 5.25,28,29,31. Estos versículos no enseñan algo diferente de 1 Corintios 7.29; debemos guardar un sano equilibrio. 7.30 El tiempo es corto y los que lloran no deben ser vencidos de tristeza. La gente feliz también debe guardar en mente lo que es más importante. Los que compran bienes deben saber que las cosas realmente no son tan importantes, Mateo 16.26. Debemos hacer tesoros en el cielo, ya que allí duran para siempre, Mateo 6.19,20. 7.31 Vivimos en el mundo y debemos usar las cosas de este mundo, alimento, ropa y muchas otras cosas. El Señor nos dice aquí que no gastemos todo nuestro tiempo en busca de estas cosas. ¿Por qué? Porque este mundo no puede continuar en la misma forma como ahora, 1 Juan 2.17. El Señor viene de nuevo y Él va a cambiar todo. Debemos ocuparnos en las cosas del Señor — Esta es la segunda gran razón por qué no debemos hacer grandes intentos por cambiar nuestra condición. 7.32 Dios quiere que vivamos sin preocupaciones, Mateo 6.25,28,31, Filipenses 4.6. Esto no quiere decir que debemos ser descuidados pero debemos confiar plenamente en nuestro Padre. Un soltero puede darse completamente a la obra del Señor y agradarle a Él solamente. 7.33 Una persona casada es responsable por el cuidado de su pareja. Un hombre debe proveer para su propia familia, 1 Timoteo 5.8. Hay el peligro de que un hombre intente agradar a la esposa y no tenga tiempo para la obra del Señor. 7.34 Lo mismo da con algunas mujeres casadas. Las esposas deben cuidar a sus esposos y atender al hogar, 7.3 al 5, 1 Timoteo 5.14. Pero una soltera no tiene estas responsabilidades, y debe ocuparse sólo en agradar al Señor. Una mujer casada también debe procurar agradar al Señor y ella puede ayudar en la obra, especialmente en la oración, pero de otras maneras también. 7.35 Ser casado no es pecado, ni para el hombre ni para la mujer. Pedro y los otros apóstoles eran hombres casados, 9.5. Solamente unas pocas personas tienen un don especial de Dios que les hace posible servirle a Él solos, o sea sin esposo o esposa, 7.7. Pablo no quería hacer reglas, o hacerles sentirse culpables al casarse. Él estaba intentando ayudarles a hacer lo correcto, y servir al Señor plenamente sin ser distraídos por otros intereses y responsabilidades. Sin duda el servicio al Señor traerá a cada uno un gran galardón, tanto ahora como más adelante también, 3.14. RESUMEN Los últimos versículos repiten de una manera breve la enseñanza principal del capítulo 7. 7.36,37 Un hombre cristiano puede pensar que debe casarse, y un padre cristiano puede querer que su hija no se case, así que Pablo dice de nuevo que no es incorrecto casarse ni tampoco dar la hija en casamiento, 7. 2,9,28. Pero es bueno si un cristiano puede quedarse firme y no ceder a demandas de casarse o dar su hija en casamiento, 7.1,8,20,26,27,32,34. 7.38,39 Pablo repitió que es bueno casarse, pero todavía mejor quedarse soltero. Hemos visto las ventajas de quedarse soltero: nuestro tiempo es corto, y debemos entregarnos al servicio 51 del Señor, 7.29 al 35. Lo mismo aplica a las viudas, 7.8,9, Romanos 7.1 al 3. Una viuda puede casarse de nuevo si ella desea hacerlo, pero sólo con un hombre cristiano. Un creyente debe casarse sólo con otro creyente, y debe primeramente pedir dirección al Señor antes de tomar este paso importante. Todo lo que hacemos debe ser para agradar al Señor. 7.40 Pablo dice a las viudas que ellas serán más felices si no se casan de nuevo. Una viuda puede dedicarse a la oración y confiar en el Señor que suplirá sus necesidades por medio de su pueblo, 1 Timoteo 5.3,5. Esto fue un consejo de Pablo y no un mandamiento del Señor, 7.12,25. Con todo, Pablo contaba con el Espíritu Santo quien le guió a escribir estas cosas, como también en todas sus trece epístolas. Pablo sabía que tenía el Espíritu de Dios porque él pertenecía a Cristo, Hechos 9.17, 13.9, Romanos 8.9. En el capítulo 6, versículos 12 al 20, leemos acerca del terrible pecado de la fornicación. En el capítulo 7 el Espíritu Santo nos instruye acerca del matrimonio. Debemos glorificar a Dios en nuestros cuerpos, 6.20, y hacer todo para agradar al Señor, 7.10,32,34,35,39. 6 - Libertad cristiana En la Corinto antigua la gente adoraba a los ídolos en sus templos. Prostitutas religiosas vivían también en estos templos y la inmoralidad sexual formaba una parte de la religión. Pablo ha venido advirtiendo a los creyentes de la fornicación, y ahora aborda el tema del pecado de la idolatría. Los cristianos entendían correctamente que ellos no estaban bajo la antigua ley de Moisés, Gálatas 5.18, pero algunos pensaban que este hecho les daba libertad a comer alimentos que habían sido ofrecidos a los ídolos. Los corintios le preguntaron a Pablo sobre esto y él dijo que no debemos hacer nada que perjudica a otro cristiano, capítulo 8. El mismo no insistía en sus propios derechos como apóstol, capítulo 9. En el capítulo 10 advierte contra la comunión con ídolos, 8.1 al 14. Debemos tener comunión con Cristo, 8.15 al 22, y el uno con el otro, 10.22 al 11.1. Alimentos ofrecidos a los ídolos En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel traía sus animales a Jehová. Algunos de éstos se usaban como comida una vez quemada sobre el altar una pequeña parte para el Señor, Levítico 3.5, 7.15. Los paganos mataban animales para comida y ofrecían una parte de cada animal a sus ídolos; el resto lo vendían en el mercado. Esto quería decir que por lo regular un cristiano podía comprar sólo la carne que había sido una ofrenda a los dioses paganos. Algunos creyentes opinaban que no había nada de malo en esto, pero unos pocos se preocupaban por el asunto. Pablo les dijo que el conocimiento es bueno, 8.1 al 6, pero que ellos deben tener consideración de los creyentes que no sabían tanto como ellos, 8.7 al 13. MEJOR EL AMOR QUE EL CONOCIMIENTO Primeramente Pablo expresó su acuerdo con los corintios que todos tenemos conocimiento, pero éste puede ser malo. 8.1 Muchas veces el conocimiento hace a uno sentirse orgulloso, en particular aquellos que han aprendido en una escuela. Algunos de los corintios eran orgullosos de sus propios líderes, 4.6,18,19; otros eran orgullosos aun cuando uno de los creyentes estaba viviendo en un terrible pecado, 5.2. El amor es superior al conocimiento porque puede edificar a la iglesia y no hace orgulloso al que ama, 13.4. Es más importante edificar a la iglesia que ser orgulloso del mayor conocimiento que tiene uno, 1 Tesalonicenses 5.11, Romanos 14.19. 8.2 Además de eso, nadie sabe todavía lo que debe saber. La gente con poco conocimiento 52 supone muchas veces que hay poco más por saber. Contamos con la Biblia entera pero nadie la conoce a perfección, y en el cielo siempre vamos a aprender más acerca de Dios. 8.3 Es importante amar a los otros cristianos, y todavía más importante amar a Dios. Dios conoce a los que realmente le aman, y cuánto le aman, Salmo 1.6, Jeremías 1.5, Juan 10.14,27, 2 Timoteo 2.19. HAY UN DIOS Y LOS ÍDOLOS NO SON NADA 8.4 Los corintios adoraban ídolos en el pasado, pero habían aprendido que hay un solo Dios y que los ídolos no son nada. La Biblia enseña que hay un solo Dios verdadero, Deuteronomio 6.4, Marcos 12.29, 1 Timoteo 2.5; Santiago 2.19. Los ídolos son de oro o plata o piedra o madera, pero no tienen ninguna importancia en el mundo que pertenece a Dios, Salmo 115.4 al 8. Por esta razón algunos de los corintios pensaban que no importaría que ellos comiesen alimentos que habían sido sacrificados a los ídolos. Otros estaban preocupados y pensaban que sí sería incorrecto hacerlo, Éxodo 34.15. 8.5 Los paganos adoran a los espíritus inmundos que ellos llaman sus dioses. Estos espíritus le roban a Dios la adoración de los hombres. La gente los adora y les llama dioses. Hay millones de estos espíritus, algunos en los cielos, algunos en la tierra. Leemos de espíritus de maldad en lugares celestiales, Efesios 6.12, y los espíritus o demonios muchas veces intentan vivir en los cuerpos de la gente y controlarles. 8.6 Los cristianos no adoran a ningún ídolo o dios falso, sino sólo al solo Dios verdadero. Dios se ha revelado como Padre, Hijo y Espíritu Santo. Todas las cosas proceden del Padre, por el Señor Jesucristo. Dios nos creó por el Hijo, y nos ha redimido por el Hijo. Vivimos para el Padre por el poder del Hijo. ¿LOS CRISTIANOS DEBEN COMER ALIMENTOS OFRECIDOS A UN ÍDOLO? Muchos de los corintios sabían que estos ídolos no son nada, pero ellos deberían mostrar amor a otros cristianos que no sabían tanto como ellos. 8.7 Algunos de los corintios no estaban seguros que el ídolo no era nada, y pensaban que ellos serían contaminados al comer sus alimentos. Ellos habían estado bajo el poder de espíritus de maldad por tanto tiempo, que pensaban todavía en el ídolo al comer esos alimentos. Su conocimiento era incompleto y sus conciencias débiles. ¿Qué es la conciencia? Nuestra conciencia nos ayuda a saber en nuestro propio corazón o mente qué es correcto y qué no es correcto. Debemos comprender lo que la Biblia enseña y hacer lo que es correcto. Así tendremos una buena conciencia. El Espíritu habla de: una buena conciencia 1 Timoteo 1.5,19, Hebreos 13.18, 1 Pedro 3.16,21 una conciencia limpia 1 Timoteo 3.9, 2 Timoteo 1.3, Hebreos 9.14 una conciencia débil 1 Corintios 8.10 una mala conciencia Hebreos 10.22 una conciencia corrompida Tito 1.15 ... cauterizada y muerta 1 Timoteo 4.2 8.8 En el Antiguo Testamento Dios mandó a su pueblo a no comer ciertos tipos de carne, Levítico 11.4,10,13,23,42. Al hacerlo, uno no podía adorar a Dios ese día. Estas reglas no aplican a nosotros hoy día. Los alimentos no nos dan más favor con Dios. No somos mejores en los ojos de Dios si comemos lo que ha sido sacrificado a los ídolos, como suponían algunos corintios, ni somos peores si negamos comerlos. 8.9 El conocimiento es bueno pero puede hacer a uno orgulloso. El amor es más importante y debemos mostrar amor a aquellos que todavía no conocen muy bien la Palabra de Dios. Posiblemente nosotros sepamos que tenemos el derecho de hacer ciertas cosas, pero debemos 53 tener cuidado a no hacer nada que resulte en que otros pequen. Pensamos que somos fuertes y podemos hacer algo sin cometer pecado, pero debemos mostrar amor hacia otros que consideramos débiles. Hoy día muchos cristianos se consideran libres para ir a diversos lugares y hacer muchas cosas. Ellos deben tener presente que Cristo nunca les va a meter en un lugar de tentación, porque nos mandó a orar acerca de esto, Mateo 6.13. Los creyentes jóvenes van a saber del asunto y posiblemente ellos, haciendo lo mismo, caerán en pecado. 8.10 Usted es fuerte y sabe mucho. Usted está libre a ir al templo y comer alimentos ofrecidos a los ídolos. Pero alguien tiene una conciencia débil y le ve haciendo eso. Así él o ella se siente animado a hacer lo mismo aun cuando ello perturbe su conciencia, Romanos 14.23. 8.11 También es pecado hacer algo que haga que otros caigan. Cristo murió por ese hermano o hermana quien ha nacido de nuevo. Un creyente no puede perder su vida eterna que Dios le ha dado, pero puede malgastar su vida en este mundo si continúa en pecado, Juan 12.25. Posiblemente yo piense que tengo gran conocimiento, más que otros, pero yo no debo ser la causa de que otro caiga en pecado. 8.12 Un hermano tiene la conciencia débil porque no sabe tanto como usted sabe. Usted hiere su conciencia al hacer algo que él considera malo. Esto le anima a él hacer lo mismo, pero le es pecado, porque va en contra de su conciencia. Usted está pecando contra aquel hermano, quien es miembro del cuerpo del Cristo, y por esto está pecando contra la Cabeza del Cuerpo, el Señor Jesucristo. Debemos tener gran cuidado de no hacerle triste a nuestro Salvador a causa de nuestros pecados. 8.13 El versículo 13 ofrece en una forma breve la enseñanza principal del capítulo 8. Pablo habló por sí mismo cuando dijo que estaría dispuesto a no comer alimentos si fuera asunto de herir a un hermano. (La palabra ‘hermano’ se encuentra cuatro veces en los versículos 11 al 13). Nosotros debemos decir lo mismo; no debemos comer aquellos alimentos, ni beber vino, si esto va a causar que un hermano o una hermana caiga en pecado, Romanos 14.21. Pablo no insistía en sus derechos El apóstol ha venido diciendo que un creyente tiene el derecho de comer los alimentos ofrecidos a ídolos, pero él no siempre debe exigir sus derechos. Pablo tenía ciertos derechos como apóstol, 9.1 al 14, pero no insistía en ellos, 9.15 al 27. Él era buen ejemplo para todos nosotros. LOS DERECHOS DE UN APÓSTOL Algunos en Corinto estaban diciendo que Pablo no era un apóstol en verdad porque trabajaba con sus manos para ganar dinero, de manera que él muestra primeramente que sí era apóstol, 9.1,2 Él ha podido hacer lo mismo que otros apóstoles, 9.3 al 7, y empleó versículos del Antiguo Testamento para enseñar la voluntad de Dios, 9. 8 al 14. PABLO UN VERDADERO APÓSTOL 9.1 Pablo estaba libre de la ley de Moisés así como lo eran los corintios, pero dijo que no comería ciertos alimentos si eso fuera causa de que otro pecara, 8.13. Pablo era un apóstol, 1.1. Una señal de un verdadero apóstol era que había visto al Señor. Los once apóstoles habían estado con el Señor por años, y también Matías, quien tomó el lugar de Judas, Hechos 1.21 al 26. Pablo vio a Cristo en la gloria, Hechos 9.17, 26.16. El Señor bendijo la obra de Pablo y gente fue salva por intermedio de su mensaje. 9.2 Los corintios han debido aceptar a Pablo como un apóstol porque él fue el primero en 54 predicarles el Evangelio. Ellos llegaron a ser cristianos y esto fue prueba de que Pablo era apóstol de Jesucristo. Pero su labor se hacía en el poder del Señor, y él no ha podido hacer nada en su propia fuerza. LOS DEMÁS APÓSTOLES 9.3 Algunos en Corinto decían que ellos eran de Pedro o de Apolos. Posiblemente rechazaban a Pablo y decían que él no era realmente un apóstol. Ellos no han debido intentar juzgar al apóstol, 4.3,5, pero él les contestó en amor. 9.4 Él y Bernabé tenían el derecho de vivir, así como tenía cualquier otro. Es necesario comer y beber para mantener la vida, y la iglesia ha debido proveer lo que los apóstoles necesitaban. 9.5 Pablo y Bernabé gozaban de los mismos derechos que los demás apóstoles, incluyendo a Pedro y los hermanos del Señor, tales como Santiago y Judas. Pablo ha podido casarse de nuevo y llevar una esposa consigo en sus viajes misioneros. El pensaba que al no casarse él podría servir al Señor mejor, 7.7. Este versículo muestra que Pedro tenía una esposa y que María había tenido otros hijos aparte del Señor Jesús. La iglesia católicorromana enseña que Pedro fue el primer Papa, pero hoy día no permite que sus sacerdotes se casen. Esta iglesia enseña también que María es "la madre de Dios", el Señor Jesús, y por esto ella no tuvo otros hijos. Léanse Marcos 1.30, 3.32, Juan 7.3, Gálatas 1.19, Judas 1. 9.6 Bernabé había sido una gran ayuda a Pablo en ocasiones anteriores, Hechos 4.36, 9.27, 13.2, Gálatas 2.1, pero ellos tuvieron una diferencia de criterio sobre una cuestión y se separaron, Hechos 15.37 al 40. Pablo enseñó más adelante que nosotros los creyentes debemos perdonar el uno al otro, Efesios 4.32, y en el versículo 6 él habló de una manera muy positiva acerca de Bernabé. Sabemos que Pablo trabajó haciendo tiendas en Corinto para costear sus gastos y los que estaban con él, 1 Corintios 4.12, Hechos 20.34, 1 Tesalonicenses 2.9, 2 Tesalonicenses 3.8. Bernabé también trabajaba con sus manos para sufragar sus gastos en el servicio del Señor. 9.7 En realidad esto no era necesario. En la vida ordinaria la gente puede servir sólo si sus necesidades son satisfechas. El rey o el gobierno costea todos los gastos de los soldados en el ejército. Un agricultor planta una viña y los frutos son suyos. Un pastor alimenta su rebaño y él mismo toma su alimento de entre su rebaño. LAS ENSEÑANZAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO 9.8 Pablo ha venido mostrando de la vida cotidiana que la gente que sirve al Señor deben recibir soporte. La Biblia dice la misma cosa. La ley también decía que los levitas deben aceptar la décima parte de los demás israelitas para estar en condiciones de servir al Señor, Hebreos 7.5. 9.9 Aquí Pablo emplea un versículo de Deuteronomio 25.4 acerca de alimentar un buey que está trabajando para su amo. Se conducía el buey en torno de una pila de granos para que sus patas separasen la paja del grano. El dueño no debía fijar un mecate en la boca del buey para impedir que comiese algo mientras trillaba de esta manera. Dios sí cuida a sus criaturas, Génesis 1.30, Job 38.41, y su Palabra nos instruye a ser benévolos con los animales pero a no adorarles. 9.10 Dios se ocupa mucho más por los seres humanos, Mateo 6.26, y El provee por sus siervos. La obra del Señor es como la agricultura; el agricultor trabaja arduamente en arar su campo porque él espera conseguir una buena cosecha. Se madura el grano y de nuevo el agricultor tiene que trabajar arduamente para cosecharlo. Así se realiza su expectativa. 55 9.11 De manera que, Pablo plantea esta pregunta. Los apóstoles habían sembrado la buena semilla al llevar el Evangelio a Corinto. ¿Por qué pensaban los creyentes que era difícil suplirles con las cosas que ellos necesitaban para el cuerpo? Las bendiciones espirituales son más importantes que el dinero. 9.12 Otros apóstoles, evangelistas y maestros tenían el derecho de aceptar donativos de la asamblea en Corinto. Pablo había iniciado la asamblea en Corinto, 9.1,2, y él ha debido gozar del derecho aun más que otros. Pero Pablo no había insistido en sus derechos. Más bien estaba dispuesto a proveer para sí con el trabajo de sus propias manos. Él no quería impedir de ninguna manera la proclamación del Evangelio. Hoy día mucha gente solicita dinero, diciendo que será de ayuda en la obra del Señor, pero es posible que esto impida la divulgación del Evangelio. 9.13 Aquí hay algo más que aparentemente los corintios no sabían (véase el capítulo 6). Pablo les preguntó acerca de algo en el Antiguo Testamento. Los sacerdotes servían a Dios con ofrecer sacrificios santos sobre el altar, y tenían permiso para comer ciertas partes de algunos sacrificios. Ellos no poseían fincas ni huertos, y dedicaban todo su tiempo a las cosas del Señor. Véanse Levítico 6.16,18,26,29, 7.6,7,31,32, Números 18.8 al 19, Deuteronomio 18.1 al 4. 9.14 Moisés escribió los mandamientos del Señor, y ahora Pablo expresa por el Espíritu Santo la voluntad de Dios para la Iglesia. El Señor les había dicho a sus discípulos que salieran y predicaran sin recargo, ya que Dios atendería a sus necesidades, Marcos 6.8 al 10. Dios ha formado la luna y las estrellas, Salmo 8.3; Él puede proveer alimento para sus siervos fieles. Sin embargo, el mensaje aquí es para las iglesias; los creyentes deberían apoyar a los que sirven al Señor de veras. PABLO NO INSISTÍA SOBRE TODO Los apóstoles tenían el derecho de esperar que el pueblo del Señor les diera soporte, y ciertamente Pablo era un apóstol. Ahora les dijo a los corintios por qué él dedicaba una parte de su tiempo a trabajar por su propio sustento. Pablo les había enseñado que no debemos insistir en nuestros derechos, 6.12, 8.9,13, y añadió más en 10.23,33. Por su propia vida él daba un buen ejemplo de su enseñanza. Las razones de Pablo — Pablo no había aceptado donativos de la iglesia en Corinto, pero con todo él continuaba en la predicación del Evangelio. ¿Por qué hacía estas cosas? 9.15 Pablo no se había valido de sus derechos como apóstol, 9.12, y él no escribía esta carta para obtener dinero. Pablo estaba muy contento con poder decir que el Evangelio es gratuito, y podía predicar a Cristo sin ganancia para sí. Para él este privilegio era más precioso que la vida, y él preferiría morir antes que cobrar dinero por su ministerio. Nadie podría quitarle esta satisfacción. 9.16 Con todo, él no podía gloriarse en esto. El Señor Jesús le había ordenado a predicar el Evangelio, y él estaría muy triste al no hacerlo. Nosotros también. Tenemos órdenes de predicar el Evangelio, y si no lo hacemos, tendremos tristeza en vez de gozo ante el Tribunal de Cristo. 9.17 Como Pablo, tendremos gran galardón si predicamos el Evangelio gratuitamente y de buen ánimo, pero se nos manda hacerlo queriendo o no. Quizás Pablo también quería decir que ganaría salario si predicara sólo porque él quería hacerlo. En realidad él predicaba el Evangelio porque el Señor le había mandado hacerlo. Pablo era un administrador, un 56 mayordomo, y quería ser fiel, 4.2. Pedro les dijo a los ancianos de las iglesias que dieran de comer a las ovejas de Dios de buena voluntad y no por ambición al dinero, 1 Pedro 5.2. 9.18 Pablo podía anticipar el galardón que él va a recibir en la venida de Cristo, pero aun en ese tiempo su satisfacción era la predicación de las buenas noticias sin recargo alguno. Esto es importante. La gente oye decir que la salvación es gratuita, pero el predicador exige pago por su labor. Esto podría hacer a la gente pensar que ellos tienen que dar dinero para ser cristianos. Pablo tenía el derecho de recibir soporte, pero no quería valerse de ese derecho. El amor de Cristo le impulsaba, 2 Corintios 5.14, y no el amor al dinero, 1 Timoteo 6.10. El deseo de Pablo de ganar algunos para Cristo — El amor que Pablo tenía para Cristo le hacía esforzarse más de lo que él hubiera hecho por cualquier cantidad de dinero. Él hacía todo para salvar el mayor número posible de personas. 9.19 Pablo no aceptaba dinero de los corintios, así que estaba libre del control suyo. Con todo, se hacía siervo de todos para ganarles para Cristo. 9.20 Pablo era un cristiano pero era benigno con los judíos y no les causaba vergüenza por las creencias que ellos tenían. Por ejemplo, él quería que Timoteo fuese circuncidado para que los judíos no tomaran ofensa, Hechos 16.3. Estos judíos estaban bajo la ley, y Pablo y Timoteo obedecieron la ley aun cuando pensaban que no estaban en el deber de hacerlo. Debemos intentar comprender las creencias de otros, pero no podemos cambiar el Evangelio para acomodarlo a las ideas erradas que ellos tienen. Pablo nunca hacía esto, por ejemplo, Gálatas 2.14. 9.21 Pablo se sentía responsable de predicar el Evangelio a todos, judíos y gentiles, Hechos 9.15,20,21, Romanos 1.16. Siendo cristiano, no estaba bajo la ley de Moisés y podía decir a los gentiles que ellos debían acudir a Cristo sin guardar las leyes del Antiguo Testamento. Algunos creyentes judíos procuraban obligar a los gentiles a circuncidarse para estar en condiciones de creer en el Señor, pero Pablo luchaba contra esto. Pablo sabía dentro de sí que él estaba bajo la ley de Cristo, pero no bajo las antiguas leyes del templo en el Antiguo Testamento. 9.22 Algunas personas tenían una conciencia débil y Pablo procuraba no ofenderles, 8.12,13. Él renunciaba sus propios derechos para vivir como los demás y así ganarlos. Esto no quiere decir que Pablo pecaría porque todos son pecadores y él quería ser como ellos. Nunca podemos ofrecer excusa por pecar. Pablo renunciaba todo para servir mejor al Señor — El deseo de Pablo era predicar el Evangelio, y él anticipaba el galardón que el Señor va a dar. 9.23 Pablo se hacía de todo a todos, y hacía todas estas cosas por el bien de la predicación del Evangelio y para ganar almas para Cristo. La gente se salvaba y esto en sí le contentaba al apóstol, 9.18. Él participaba en el gozo que el Evangelio trae a los que lo aceptan. 9.24 En las ciudades griegas los jóvenes participaban en carreras y otros juegos deportivos, todo en la esperanza de ganar un premio. Los corintios sabían que muchos corrían en una misma carrera pero uno solo llegaba de primero y recibía la corona. Un hombre tiene que correr con gran esfuerzo para llegar de primero en una carrera, y nosotros debemos estar dispuestos a trabajar duro y renunciar nuestros propios placeres con el fin de recibir un premio del Señor. 9.25 Los jóvenes se preparaban para los juegos con vivir muy cuidadosamente, sin 57 comer o beber demasiado y guardando sus cuerpos bajo control. Nosotros debemos hacer lo mismo. Pablo le mandó a Timoteo a pelear la buena batalla de la fe, y Pablo le dio buen ejemplo en sí mismo, 1 Timoteo 6.12, 2 Timoteo 4.7. Los atletas griegos procuraban ganar una corona que representaba un gran honor. Pero la corona era de hojas de un árbol, y por supuesto se secaban rápidamente. Nosotros podemos aspirar a una corona que el Señor Jesús dará y que dura para siempre. El Espíritu Santo nos cuenta más acerca de coronas. Estas son muy superiores que cualquier premio por ganar en atletismo o exámenes escolares. Corona de justicia 2 Timoteo 4.8 Corona de vida Santiago 1.12, Apocalipsis 2.10 Corona de gloria 1 Pedro 5.4 9.26 Para ganar una carrera es necesario saber adónde ir y correr directamente hacia la meta. Pablo habló de la carrera cristiana como una meta, y él estaba esforzándose grandemente para ganar el premio, Filipenses 3.14. Los griegos realizaban también torneos de boxeo en sus juegos atléticos. A veces los boxeadores lanzan sus brazos sólo al aire, sin darse contra el opositor. Ellos golpean el aire porque el opositor se ha alejado. Pablo estaba luchando contra poderes espirituales, Efesios 6.12, y no quería perder tiempo. 9.27 El anhelo de Pablo era correr bien y luchar bien. Para hacer esto él guardaba bajo control tanto su cuerpo como sus sentimientos humanos. El Señor nos ayudará a hacer lo mismo, pero tenemos que pedirle fuerza todos los días. En una carrera una persona puede ganar al vencer a los demás. En la esfera espiritual podemos ganar el galardón con ayudar a los demás a correr mejor. Pablo había predicado el Evangelio a muchos, 1 Corintios 1.23. Él indicó a los corintios cómo ganar un galardón, 3.14,15. Pablo sabía que no podía perder su vida eterna pero sí podía perder su galardón. Él podía ser como un atleta que no respeta las reglas y por esto no gana el premio, 2 Timoteo 2.5. Aseguradamente el pecado no nos dejará ganar un galardón. La comunión En el capítulo 9 el apóstol ilustró de su propia vida que un cristiano no debe insistir en sus derechos. Ahora en el capítulo 10 él advirtió a los corintios a no tener comunión con ídolos, 10.1 al 14. Nuestra comunión debe ser con Cristo, 10.15 al 22, y con su pueblo, 10.23, 11.1. COMUNIÓN CON ÍDOLOS Pablo empleó el Antiguo Testamento como una lección para nosotros a guardarnos de ídolos de cualquier tipo. Todo el pueblo de Israel recibió las bendiciones divinas, 10.1 al 5, pero algunos de ellos cayeron en pecado grave, 10.6 al 10. Dios les castigó y esto debe ser una gran advertencia para nosotros, 10.11 al 14. La bendición de Dios sobre Israel — 10.1 Israel sabía que Dios estaba presente con ellos mientras viajaban de Egipto a Canaán, ya que una gran nube les protegía del calor del sol en el desierto. El Señor les abrió un camino a través del Mar Rojo cuando los egipcios les perseguían, y todo el pueblo pasó en medio de las aguas. 10.2 Este era un cuadro, una figura, del bautismo. El bautismo es un cuadro de nuestra muerte a la vida antigua y nuestra resurrección para vivir la vida nueva en Cristo. Así el pueblo estuvo en el mar, un cuadro de la muerte, pero la nube era un cuadro de la presencia de Dios con ellos. Ellos obedecieron a Moisés al cruzar a través del mar, de manera que Pablo podía decir que fueron bautizados en Moisés. Nosotros obedecemos a Cristo y nuestro 58 bautismo muestra que le seguimos a él. 10.3 Dios le dio a Israel pan del cielo, llamado maná, cada día por cuarenta años, Éxodo 16.4,15. Se llamaba pan de nobles, Salmo 78.25, y aquí alimento espiritual. El maná es un cuadro de Cristo, el Pan vivo, Juan 6.31 al 35, 48 al 51. 10.4 El pueblo necesitaba también agua para beber. Dos veces leemos que Moisés golpeó una roca con su vara y salió agua, Éxodo 17.6, Números 20.11. La roca era un cuadro de nuestro Señor Jesucristo. En el Antiguo Testamento, Roca es varias veces un nombre para Dios, Salmo 18.2, 31.3, 42.9, 71.3, y Cristo es Dios el Hijo. Como hombre Él fue herido y muerto por nuestros pecados, Isaías 53.4,5. Dio de beber a Israel dondequiera que fuesen, y ahora Él da el agua de la vida eterna a todos los que vienen a Él, Juan 4.14, 7.37. 10.5 Todos los israelitas contaban con estas bendiciones, pero la mayoría de ellos cayeron en pecado y de ellos no se agradó Dios. No alcanzaron la tierra de Canaán sino murieron en el desierto, excepto Josué y Caleb y los niños, Números 14.29 al 32. El pecado de Israel — El gran pecado de Israel fue el de rehusar entrar en la tierra de Canaán, pero ellos provocaron a Dios con sus pecados en otras ocasiones también. El Espíritu Santo nos relata algunos casos como advertencia para nosotros. 10.6 El pueblo de Israel era ejemplo para el pueblo de Dios después de ellos. Ellos pecaron, y podemos aprender que Dios odia el pecado por la manera en que El les castigó. Ellos deseaban cosas malas, por ejemplo, en Números 11.4 donde leemos acerca de algunos extranjeros que fueron permitidos viajar con ellos. Esta gente no estaba satisfecha con la comida que Dios les proveyó, y el pueblo de Israel fue castigado por caer bajo su influencia, 10.10,33,34. No debemos dejar que los deseos malos nos controlen, Mateo 5.28, Hechos 20.33, Romanos 1.24, 13.14, Gálatas 5.17, Efesios 2.3, Colosenses 3.5, 1 Tesalonicenses 4.5, 1 Timoteo 6.9, 2 Timoteo 3.6, Tito 3.3, Santiago 1.14, 1 Pedro 4.3, 2 Pedro 3.3, 1 Juan 2.17 y Judas 16. 10.7 El pueblo de Israel cayó muchas veces en la tentación de adorar a los ídolos. Aarón hizo una imagen de oro en la forma de un becerro, y el pueblo llevó sacrificios a este ídolo, Éxodo 32.1 al 6. El pueblo de Corinto adoraba a los ídolos, y hoy día muchos cristianos han sido salvos de la idolatría pero todavía pueden encontrarse tentados. Aun el amor para las cosas del mundo es idolatría, Colosenses 3.5, Efesios 5.5. 10.8 La inmoralidad sexual es parte de la adoración idólatra. Balaam, un falso profeta, envió mujeres a tentar a los hombres del Israel a pecar, Números 25.1, Apocalipsis 2.14. Dios castigó a veintitrés mil de ellos ese mismo día, y mil más un poco después, Números 25.9. Dios no castiga la gente de una vez en nuestros días, pero sin duda su enojo se hará conocer, Apocalipsis 21.8, 22.15. 10.9 Tentar a Dios quiere decir ponerle a prueba. ¿Él realmente cumplirá sus promesas y sus advertencias? Israel tentó a Dios, Éxodo 17.2,7, Salmo 78.18,41,56, 95.9, 106.14, y aquí en nuestro versículo vemos que ellos estaban tentando a Cristo, quien es el Hijo de Dios. Hablaron en contra de Dios y mucho pueblo fue mordido de serpientes y murió, Números 21.5.6. Hoy día una persona puede continuar en algo que él o ella sabe que desagrada a Dios. La tal persona pone a prueba a Dios a ver si de veras Él le castigará, y aseguradamente lo hará. 10.10 El pueblo de Israel se quejó de Dios y sus siervos, Éxodo 15.24, 16.2, 17.3, Números 11.1, 14.2, pero en Números 16 un levita y dos israelitas más se rebelaron contra Moisés y murieron cuando la tierra se abrió y los tragó. Entonces el pueblo echó la culpa a 59 Moisés y Aarón, y el Señor les juzgó, Números 16.13,32,41,46. Pablo les advirtió a los corintios a no rechazar la autoridad suya que Cristo le dio cual apóstol. Una advertencia — 10.11 El Espíritu Santo nos trae lecciones de la historia de Israel. Estas cosas sucedieron en realidad y el Espíritu Santo las registró en el Antiguo Testamento como una advertencia a nosotros el pueblo de Dios de toda época. Dios ha tratado con la humanidad de diferentes maneras en diferentes tiempos. Por ejemplo, desde Moisés hasta Cristo, Israel contaba con la ley de Dios y adoraba en el templo. Hoy día estamos en la edad de la gracia, Juan 1.17, y podemos aprender del trato divino en edades anteriores. Los propósitos de Dios en el pasado se cumplen en la edad de la Iglesia. Dios ha tratado con los hombres de diversas maneras y podemos aprender lecciones de lo que está escrito en la Biblia acerca de esto. 10.12 Cada uno es tentado. Cada uno puede vencer. De estos ejemplos podemos aprender dos lecciones. En el versículo 12 tenemos que tener cuidado de no caer en pecado. Esto es especialmente importante cuando nos imaginamos fuertes y capaces de resistir la tentación. En este momento Satanás intentará tropezarnos. Pedro estaba seguro de que él no negaría conocer al Señor, pero Satanás lo tentó y él cayó, Marcos 14.29, Lucas 22.31,61. 10.13 Satanás no cuenta con maneras nuevas para tentar a uno. Él emplea los mismos métodos viejos. Otra gente ha sido tentada de la misma manera que nosotros, y han podido vencer. Dios nos ha dado el Espíritu Santo quien es mayor que Satanás, 1 Juan 4.4. La tentación no es pecado, y no tenemos por qué pecar. Dios no tienta a nadie, Santiago 1.13, pero Él puede permitir la tentación que sabe que podemos soportar. El siempre provee una salida. El versículo 13 enseña que Dios es más fuerte que Satanás, y su voluntad es que no cometamos pecado, 1 Juan 2.1. Le permite a Satanás probarnos en parte, pero no exceder los límites, Job 1.12, 2.6. 10.14 Aquí Pablo habla de los corintios como amados, como en 4.14, 15.58, 2 Corintios 7.1, 12.19. A menudo eran tentados a volver a la adoración de ídolos, y la fornicación era parte de la religión pagana. Pablo dijo que ellos no deberían enfrentar y luchar contra esta tentación, sino huir de ella. Nosotros debemos huir de la tentación de cometer fornicación, 6.18. COMUNIÓN CON CRISTO La mesa del Señor expresa nuestra comunión con Él, así que la mesa de demonios habla de tener comunión con espíritus inmundos. La mesa del Señor — 10.15 El apóstol les habló aquí a los corintios como gente pensante, aun cuando a veces creían saber más que él, 4.10. Ellos tenían suficiente conocimiento de las Escrituras y el proceder de Dios como para entender que Pablo les estaba enseñando la verdad y para responder correctamente a sus preguntas en el versículo 16. 10.16 En capítulo 11 el apóstol dio enseñanza clara acerca del partimiento del pan en la cena del Señor. Él habló aquí de la copa y el pan. Damos gracias por la copa que habla de las grandes bendiciones que recibimos por la sangre de Cristo. El pan habla del cuerpo del Señor; nosotros lo partimos y comemos un poquito. Esto manifiesta que participamos en el sacrificio de Cristo, y recibimos grandes bendiciones 60 espirituales por medio de Él. 10.17 El pan habla también de la Iglesia que es el cuerpo de Cristo, Efesios 1.23. Varios creyentes se reúnen y Cristo está en medio de ellos, Mateo 18.20. Ellos constituyen un cuerpo y Cristo es su Cabeza. Todos participan del mismo pan al reunirse a partir el pan. Son todos uno en Cristo y cada uno debería procurar ayudar a los otros miembros del cuerpo. 10.18 En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel nos proporciona un cuadro de esta verdad. Ellos podían traer ante el altar del tabernáculo o del templo un animal como sacrificio y comer una parte ante el Señor. De esta manera participaban de las bendiciones del altar. Bendiciones por medio de la sangre de Cristo. Hemos sido -comprados Hechos 20.28 redimidos Efesios 1.7, 1 Pedro 1.19 librados del pecado Apocalipsis 1.5 justificados Romanos 5.9 limpiados 1 Juan 1.7 purificados en cuanto a la conciencia Hebreos 9.14 acercados a Dios Efesios 2.13 capacitados para acercarnos a Dios con libertad Hebreos 10.19 La mesa de los demonios — 10.19 Pablo no quería que sus lectores pensaran que él les estaba enseñando a respetar los ídolos. Dijo antes que un ídolo no tiene importancia en el mundo y que hay un solo Dios verdadero, 8.4. Ahora él agrega que el sacrificio a los ídolos tampoco tiene importancia. 10.20 Pero realmente hay espíritus detrás de estos ídolos, y son espíritus inmundos. Puede que usted piense que le pueden ayudar, pero ellos le desviarán de Cristo. Algunas personas hoy día procuran obtener información especial de una bruja, un profeta, un muerto, o de las estrellas. Los espíritus inmundos se contentan al dar información y pretender ser su amigo, pero son todos ellos siervos de Satanás y enemigos de Cristo. 10.21 La gente está dispuesta a ser socios con los demonios y oírles a ellos. Ellos no pueden estar en comunión con el Señor. Bebemos de la copa de bendición del Señor y participamos a su mesa. Esto es imposible si estamos en comunión con los demonios. La mesa del Señor quiere decir nuestra comunión con él cada hora cada día. Recibimos siempre beneficios de su muerte, y debemos regocijarnos siempre en sus bendiciones. El primer día de la semana participamos en la cena del Señor de la manera que Él quiso, en el partimiento del pan. 10.22 Si una mujer cae en pecado, su esposo puede ponerse muy bravo y celoso, Proverbios 6.32 al 34. Algunos creyentes piensan que pueden tener comunión con los demonios y a la vez estar en comunión con el Señor. Esto no es posible y sin duda el Señor se enojará si lo intentamos. Por supuesto Él es más fuerte que nosotros y sin duda castigará a cualquiera que le desobedezca. Nadie puede contra el Dios Todopoderoso, 1.25. COMUNIÓN CON EL PUEBLO DE DIOS Podemos manifestar que estamos en comunión con el Señor por nuestra comunión con su pueblo. Lo hacemos al no exigir nuestros derechos y al intentar ayudar a los demás, 10.23,24. Entonces Pablo vuelve al tema de comer alimentos ofrecidos a los ídolos, 10.25 al 30. Los últimos tres versículos del capítulo afirman tres grandes principios para nuestra conducta. 61 En el capítulo 6, versículo 12, el Espíritu nos enseña que no podemos hacer todo lo que no está prohibido por la ley. Algunas acciones tal vez sean legítimas pero no apropiadas. En el capítulo 8 él nos muestra que debemos pensar en otros y no comer alimentos sacrificados a los ídolos si esto haría daño a otro. Estos mandamientos se repiten en la última parte del capítulo 10. Cómo manifestar la comunión — 10.23 De nuevo se nos dice que posiblemente no sea conveniente hacer algunas cosas aun cuando el Nuevo Testamento no las prohíbe. En 6.12 Pablo dijo que no dejaría a nada controlarle, pero aquí dice que muchas cosas no contribuirían a la edificación de otros. El amor edifica, 8.1, y debemos hablar en la iglesia sólo para edificar a otros, 14.3,4,5,12,26. 10.24 No debemos ocuparnos siempre de tan sólo lo que pensamos que nosotros mismos necesitamos o queremos. Mucha gente son como el hijo menor que dijo: ‘Dame’, Lucas 15.12. Están pensando tan sólo en sí mismos. Debemos considerar a los demás y procurar ayudarles, Filipenses 2.4. Nuestro Señor Jesús dio su vida por otros. Alimentos sacrificados a los ídolos — 10.25 Los cristianos en Corinto estaban libres a comer cualquier alimento, aunque sacrificado, que se ofrecía para la venta en el mercado público. Ellos no tenían que preguntar si había sido parte de un sacrificio a un ídolo. 10.26 El Antiguo Testamento enseña que el Señor creó todas las cosas y la tierra es suya, como también todo lo que en ella hay. Todos los animales son suyos y El provee alimento para la gente. Los pecadores pueden usar las criaturas de Dios para fines incorrectos, como los sacrificios ofrecidos a ídolos, pero aun así sabemos que en realidad todo es de Dios. Debemos dar gracias al Señor por su bondad. El Espíritu Santo usó las palabras de Salmo 24.1 en este versículo y en el versículo 28. 10.27 Los creyentes deben estar dispuestos a comer junto con personas inconversas. El Señor Jesús lo hizo, Lucas 7.36, 15.2. Pablo les dijo a los corintios que ellos deberían comer todo lo que les fuese ofrecido, y no preguntar si había sido sacrificado a los ídolos. 10.28 El apóstol había enseñado a los corintios que un hermano débil podría ser tentado a pecar al ver a otro cristiano comiendo alimentos sacrificados a los ídolos, 8.10. Aquí el escribe de nuevo que algún hermano podría objetar y por esto un cristiano debe estar dispuesto a rehusar estos alimentos. La conciencia de este hermano le haría infeliz, y así los demás deberían comer otra cosa. La tierra es del Señor, y Él puede proveer muchos otros tipos de alimento. 10.29 Debemos prestar atención a la conciencia de otro hermano que no sea tan bien enseñado en las Escrituras. La asamblea es un solo cuerpo y yo debo renunciar mis derechos para contribuir a que otros crezcan. Un hombre puede pensar que conoce las Escrituras bien y tiene libertad para hacer ciertas cosas. Tal vez él pregunte: "¿Por qué debo yo estar limitado por la conciencia débil de un hermano que no conoce la enseñanza de las Escrituras?" 10.30 Posiblemente él diga, "Doy gracias a Dios por estos alimentos, y por qué puede otro criticarme?" Los otros no deben criticar, pero debemos estar dispuestos a renunciar nuestros derechos si esto ayudará a otros a seguir al Señor. RESUMEN DE LA ENSEÑANZA DE PABLO Estos versículos afirman de nuevo y de una manera resumida los principios generales de lo que el Espíritu ha venido enseñando en los capítulos 8, 9 y 10. 62 10.31 Debemos hacer todo sólo para la mayor gloria de Dios. Esto incluye no comer alimentos que han sido sacrificados a los ídolos si lesiona a otro hermano, 8.1 al 13, 10.14 al 30. Quiere decir que no debemos quejarnos y nunca cometer pecado sexual ni tener nada que ver con una religión falsa, 10.1 al 13. Debemos seguir a Pablo quien renunció sus propios derechos como apóstol para estar en condiciones de servir mejor al Señor, 9.1 al 27. Dios será glorificado en la Iglesia para siempre jamás, Romanos 11.36, 16.27. Nuestras vidas deben darle gloria todos los días, 2 Corintios 4.14, 8.19. 10.32 Es pecado influenciar a otro que peque, y se nos dice no hacerlo, 1 Corintios 8.9, Romanos 14.21, 2 Corintios 6.3. Pablo procuraba ayudar a judíos y gentiles, 9.20,21. En el Antiguo Testamento todos eran judíos o no judíos, pero ahora hay un tercer grupo. La iglesia de Dios incluye a los que nacieron bien sea judíos o gentiles, pero no son ni el uno ni el otro, son cristianos. 10.33 Nuestra meta debe ser agradar a todos, si esto aportará a conducirles al Señor. Esto no quiere decir que cometeremos pecado sólo para complacer a los pecadores. Ellos se reirían de nosotros y esto de ninguna manera les ayudaría a ser cristianos. Debemos renunciar a nuestros derechos y ayudar a muchos otros en la medida posible. Nuestro gran deseo es que la gente sea salva, 9.22. Esto es lo que Dios quiere también, 2 Pedro 3.9. 11.1 Debemos seguir el ejemplo de Pablo en todas las cuestiones donde él seguía el ejemplo del Señor Jesucristo. Pablo no era perfecto, el Señor Jesús sí era. El Señor nos dio el mayor ejemplo de hacerse pobre para que seamos ricos, dando El su vida para que nosotros pudiéramos tener vida. No diga que podemos hacer cualquier cosa que hizo Cristo. El Señor Jesús tenía una naturaleza santa, pero nosotros tenemos todavía una naturaleza pecaminosa, aun contando con el Espíritu Santo por dentro. El Espíritu nos ayudará a ser más como es Cristo. 7 - Cubiertas para la cabeza Los creyentes de Corinto le habían preguntado a Pablo acerca de comer alimentos que habían sido sacrificados a los ídolos, y los capítulos 8, 9 y 10 nos proporcionan la respuesta del Espíritu. Los creyentes habían formulado otras preguntas y Pablo había oído también de otras maneras acerca de sus problemas, capítulos 1 al 7. Ahora en los capítulos 11 al 14, inclusive, él les enseñó otros asuntos tocantes a la iglesia y lo que ellos deberían hacer al reunirse en el nombre del Señor. Nos ayudará a comprender estos capítulos la cláusula: “Si, pues, toda la iglesia se reúne en un solo lugar”, 14.23. El Espíritu Santo enseña acerca de: Cubiertas para la cabeza La Cena del Señor Dones para la Iglesia Cómo usar su don Lenguas y profecía Primeramente, ¿qué de las cubiertas para la cabeza? La pregunta se contesta en los versículos 4 al 6, pero antes Pablo comienza por alabar a los corintios por lo que ellos hacían bien, y luego les explicó el orden divino, 11.2,3. Después empleó las Escrituras del Antiguo Testamento para probar su enseñanza, 11.7 al 12; luego él empleó la naturaleza misma, 11.13 al 15, y la costumbre en todas las iglesias, 9.16. ¿Cuándo debemos cubrirnos? Un varón no debe cubrir la cabeza al orar o profetizar, pero una mujer debe cubrirla al hacer 63 cualquiera de estas dos cosas. 11.2 Pablo podía alabar a los hermanos (y hermanas) en Corinto porque ellos se acordaban de lo que les había enseñado y guardaban los mandamientos que el apóstol les había comunicado. Los fariseos pasaban a los judíos las tradiciones de los maestros antiguos, pero a menudo estas tradiciones les conducían a cambiar la ley de Dios, Mateo 15.3,6. No debemos seguir las tradiciones de hombres, Colosenses 2.8, ni cualquier enseñanza que difiere de la Palabra de Dios. Pablo enseñaba al pueblo a cumplir la voluntad divina, y nosotros debemos seguir tan sólo las tradiciones del Nuevo Testamento. 11.3 Es importante hacer todo en la iglesia según el orden divino. Este versículo dice que Cristo es la cabeza de todo varón; el varón es la cabeza de la mujer; Dios es la cabeza de Cristo. El Hijo es Dios, el Señor Jesucristo es igual a Dios. Pero Él vino para hacer la voluntad del Padre y nunca se opuso a ella. No hay diferencia entre varón y mujer en Cristo: todos somos pecadores y todos somos salvos por la gracia suya, Gálatas 3.28. Pero en la iglesia Dios ha responsabilizado al varón al decir que él es cabeza de la mujer. Más adelante él enseñó que Cristo es la Cabeza de la Iglesia, Colosenses 1.18, 2.19, Efesios 1.22, 4.15, 5.23. En este último versículo Pablo dijo además que el varón es cabeza de su esposa. 11.4 El Señor ha escogido la cubierta de la cabeza como un símbolo a ser usado cuando oramos o profetizamos, especialmente en la iglesia. En algunos países hoy día los varones acostumbran llevar sombrero. Los varones cristianos deben quitarse el sombrero cuando oran o profetizan; si no lo hacen, ellos traen deshonra sobre su Cabeza, el Señor Jesucristo. 11.5 La mujer debe tener una cubierta sobre su cabeza al orar o profetizar. Si no, ella trae deshonra sobre su cabeza, su esposo. Pero a la vez ella deshonra al Señor porque estos mandamientos son parte de la Palabra suya. El cabello de una mujer no es en realidad la cubierta suya, porque el versículo dice que sin una cubierta ella es como la mujer que lleva la cabeza rapada. 11.6 Cortarse el cabello era señal de humillación o desgracia, Deuteronomio 21.12, Jeremías 7.29, y un varón o una mujer que tomaba el voto del nazareo tenía que raparse, Números 6.9,18, Hechos 21.24. Así el Espíritu enseñaba que una mujer con la cabeza descubierta traía deshonra a su esposo y también a sí misma. Posiblemente una mujer rehusé cubrir la cabeza; si lo hace, ella también debería rasurarse la cabeza o mandar a rapar su cabello. Si esto le traería vergüenza, entonces debería llevar una cubierta sobre su cabeza al orar o profetizar. El Antiguo Testamento comprueba esta enseñanza Ahora el Espíritu va atrás al Génesis capítulos 1 y 2 para mostrar la diferencia entre varón y mujer. 11.7 El varón fue creado en imagen de Dios, Génesis 1.26,27. Dios desea que el varón manifieste la gloria divina y por lo tanto él no debe cubrir su cabeza. La mujer manifiesta la gloria del varón. Esto no quiere decir que ella es inferior; le es honra hacer lo que Dios ha establecido para ella. 11.8,9 Jehová Dios formó la primera mujer de una parte del cuerpo de Adán, Génesis 2.21,22. Dios lo hizo porque el varón no era completo en sí; le hacía falta una ayuda idónea. Dios hizo a Eva para Adán. Este es un cuadro hermoso de Cristo y la Iglesia. Cristo existía antes de la Iglesia, y la Iglesia 64 está en formación para su gloria y complacencia. 11.10 Los ángeles de Dios saben estas cosas y pueden ver cuando una mujer creyente lleva una cubierta para manifestar que ella está bajo la autoridad de su esposo. La Iglesia manifiesta a los ángeles la maravillosa sabiduría de Dios, Efesios 3.10. Es importante que las mujeres se cubran al orar o profetizar, y que los varones no lo hagan. 11.11 Los cristianos necesitan el uno al otro, y en el Señor los varones necesitan a las mujeres, como las mujeres a los varones. Todos tenemos nuestra parte en la obra del Señor. 11.12 En el principio Eva fue formada del cuerpo de Adán, pero desde ese entonces cada uno procede del vientre de su madre. Es así por nacimiento natural, pero Dios está por encima de todo y todo procede de él, Romanos 11.36. En estos versículos el Espíritu nos enseña que las mujeres deben cubrirse para mostrar que ellas desean obedecer al Señor. Dios ha hecho al varón cabeza de la mujer: El varón fue creado primero; La mujer fue formada del varón y para el varón; Los ángeles están observando. La naturaleza nos enseña el mismo 11.13 El apóstol prosigue con la pregunta de si les parecía propio a los corintios que una mujer orara con la cabeza descubierta. Además de las Escrituras, sus mentes naturales les dirían la misma cosa. 11.14 Por naturaleza el cabello de la mujer crece más largo que el del varón. Es una vergüenza que un varón tenga cabello largo, y es una vergüenza que la mujer se rape. 11.15 Dios ha formado el cuerpo de la mujer de una manera que Él considera conveniente y sabia. Esto incluye el cabello largo, el cual es para su gloria y también para cubierta. Su cabello es una cubierta permanente pero ella también debe poner un velo u otra forma de cubierta al orar o profetizar. La práctica de otras iglesias 11.16 El Espíritu ha insistido en este mandamiento acerca de la cubierta y ha apoyado su enseñanza en el Antiguo Testamento y en la naturaleza. Con todo, es posible que algunos deseen contender sobre el tema, así que Pablo agrega que todos los apóstoles y las iglesias de Dios seguían esta costumbre, y Corinto debería hacer lo mismo. 8 - La Cena del Señor En esta epístola Pablo respondió a varias preguntas y corrigió algunos errores de los cuales él había oído. Ahora Pablo tenía que decir a los corintios que ellos no estaban comportándose debidamente en la Cena del Señor, 11.17 al 22. Entonces les dijo de la revelación que él había recibido del Señor, 11.23 al 25, y les advirtió de los resultados de lo que ellos estaban haciendo, 11.26 al 32. Los últimos dos versículos les dieron un resumen de esta enseñanza. Qué hacían los corintios al reunirse Había divisiones entre los creyentes y desorden en la Cena del Señor. 11.17 Pablo podía alabar a los creyentes en el versículo 2 porque ellos obedecían los mandamientos del Señor, pero ahora él no puede. Era correcto que se reunieran como una asamblea, pero causaba más daño que bien porque no era para la gloria de Dios ni la bendición del pueblo. 11.18 Pablo no creía todo lo que oía, pero sabía que había cierta verdad en estos informes sobre divisiones en la iglesia. En el capítulo 1 ellos seguían a diversos líderes, 1.10,12; aquí 65 estaban divididos en grupos con diferentes opiniones. 11.19 Los cristianos tienen todavía la misma naturaleza pecaminosa de antes, así que Pablo podía esperar ver divisiones en la iglesia. Estas eran malas, pero había una ventaja, y era que una división mostraría quiénes tenían la razón, además de quiénes estaban errados. Estas divisiones se llaman disensiones y son obra de la carne, nuestra naturaleza vieja, Gálatas 5.20. Las divisiones fueron introducidas en la iglesia por maestros falsos a quienes Dios juzgará, 2 Pedro 2.1. Los creyentes deben advertir a los tales, y luego expulsarlos de la iglesia, Tito 3.10,11. 11.20 Los creyentes han debido reunirse para hacer memoria del Señor y partir el pan. Las iglesias de aquellos tiempos se reunían a menudo para una comida corriente y celebraban la cena del Señor después, Judas 12, Hechos 20.11, pero en Corinto la comida era la cosa principal. 11.21 Cada persona traía su propia comida y la comía sin esperar a los demás. Los creyentes ricos tenían más comida que necesitaban, y han podido compartirla con otros. Más bien, ellos comían y bebían demasiado, mientras que a otros les faltaba. 11.22 Ellos han debido comer en casa y no despreciar la asamblea. Los creyentes pobres pasaban pena a causa de ellos. Pablo no podía alabarles por estas circunstancias. Una revelación a Pablo Así que, Pablo les mostró la suma importancia de la Cena del Señor. El Señor Jesús había pedido a sus doce discípulos hacer memoria de Él por el partimiento del pan, Lucas 22.19. Más adelante el Señor le dio a Pablo una revelación especial en este sentido. Revelaciones especiales a Pablo: El Evangelio El Rapto La Cena del Señor La Iglesia Gálatas 1.11,12, 1 Corintios 15.3 1 Tesalonicenses 4.15 1 Corintios 11.23 Efesios 3.3,6 11.23 Desde el cielo el Señor había instruido a Pablo en la manera en que quiere que hagamos memoria de Él aquí en la tierra. Pablo había entregado esta verdad a los creyentes en Corinto. La última noche que estuvo sobre la tierra, el Señor había instruido a sus discípulos. Él sabía que Judas le entregaría y que Él iba a morir por nuestros pecados. El resucitó de nuevo y subió al cielo, y desde la gloria reveló a Pablo la misma cosa. 11.24 Él tomó pan, un alimento común que se puede encontrar en la mayoría de los países del mundo. El pan habla de la vida entregada. El trigo o algún otro cereal se siembra y el grano muere, Juan 12.24. Brota, crece y es cortado. El grano se trilla y se muele para hacer harina, y luego el pan se hornea. Todo esto puede hablar de nuestro Señor Jesucristo. El sufrió muchas cosas a manos de hombres y de Dios. Habiendo dado gracias. A menudo el Señor Jesús le daba gracias a su Padre, Mateo 11.25, Marcos 8.6, Juan 6.11, 11.41, y nosotros debemos ser agradecidos, Filipenses 4.6, Colosenses 3.15. Lo partió. Este es otro cuadro de la muerte de nuestro Señor. Sin embargo, no se quebró hueso alguno del cuerpo de Cristo, Juan 19.31 al 37. El Señor les mandó a sus discípulos a tomar pan y comer. De esta manera ellos manifestaron que habían aceptado a Cristo. 66 Él explicó que el pan era un cuadro de su propio cuerpo que dio al morir en la cruz por nosotros. Algunos dicen que el pan es en realidad el cuerpo de Cristo cuando el sacerdote lo bendice, pero esto no está en la Biblia. El pan es también un cuadro de la Iglesia que es el cuerpo de Cristo sobre la tierra, 10.17. Mateo, Marcos y Lucas registran este deseo del Señor de que se empleen el pan y la copa para hacer memoria de Él. Hoy día algunos cristianos nunca hacen memoria del Señor de esta manera, y otros lo hacen una sola vez al año. Aparentemente la iglesia de ese tiempo lo hacía el primer día de cada semana, Hechos 20.7. Haríamos bien en seguir este ejemplo y nunca olvidarnos de nuestro maravilloso Señor y su sacrificio en bien nuestro. 11.25 De la misma manera el Señor dio gracias por la copa una vez que los discípulos habían participado del pan. La copa es un cuadro del nuevo pacto en la sangre de Cristo. En la época del Antiguo Testamento un acuerdo entre dos hombres podía ser sellado con sangre, y Dios también hizo esto, Éxodo 24.8. El nuevo pacto es superior al antiguo, y el Señor Jesús es el Mediador que lo estableció, Hebreos 8.6. Para esto hacía falta la sangre suya, Hebreos 10.29, 13.20, y la copa nos recuerda cada domingo de nuestro Señor Jesús y las bendiciones del nuevo pacto La advertencia de Pablo 11.26 Aquí Pablo mostró primeramente a los corintios la importancia de la Cena del Señor, y luego los resultados de participar de una manera indigna, 11.27 al 32. La importancia — Pablo había enseñado ya que la Cena del Señor es importante porque el Señor les pidió a sus discípulos hacer memoria de Él, y posteriormente le dio a Pablo una revelación especial acerca de esto. Ahora él añadió que anunciamos la muerte del Señor al partir el pan. Pablo anunció el secreto de Dios y el Evangelio de Cristo, 2.1, 9.14. Cada uno de nosotros anuncia la muerte del Señor y confesamos que somos suyos cada vez que partimos el pan y bebemos de la copa. Debemos seguir haciendo esto hasta que Él vuelva. Cuando venga le veremos y estaremos con Él para siempre, 1 Tesalonicenses 4.17, 1 Juan 3.2, y no será necesario partir el pan para hacer memoria de Él. Debemos serle fieles en partir el pan hasta ese Día. Cada creyente debería ser bautizado; el bautismo también habla de nuestra muerte con Cristo, Romanos 6.4, y es un testimonio al mundo de que somos suyos. Cada creyente se bautiza una sola vez, después de salvo, pero partimos el pan muchas veces hasta que Él venga. Comer y beber indignamente — En Corinto los creyentes llevaban su propia comida y bebida, y esta comida había asumido más importancia que la Cena del Señor. Sería mejor no partir el pan y beber la copa que hacerlo de una manera incorrecta. Aquellos que hacían esto eran responsables y el Señor les juzgaría. 11.27 ¿Qué quiere decir por comer y beber indignamente? Los corintios estaban haciendo precisamente esto, y eran culpables de pecar contra el cuerpo y la sangre del Señor. Hoy día podríamos comer y beber sin considerar el verdadero sentido del pan y la copa, o sin arrepentirnos de algún pecado en nuestras propias vidas. Esto sería indigno y podríamos estar pecando contra el Señor. 11.28 Así que un creyente debe preguntarse ante el Señor: ¿He cometido algún pecado? Él o ella debe confesar el pecado ante el Señor antes de partir el pan. También debe arreglar cualquier contienda que posiblemente tenga con otro cristiano, Mateo 5.23,24. 67 11.29 También debemos reflexionar sobre el sentido real de la cena del Señor. Los corintios se reunían para la Cena del Señor, pero había divisiones en la asamblea y ellos pensaban más en comer y beber que en hacer memoria del Señor. Esto era muy mal hecho y ellos eran culpables. 11.30 Dios da la vida eterna a todos los que creen en su Hijo, y Él nunca la quitará, Romanos 11.29. Dios nos hace hijos y nos incorpora en su familia, y no nos echará fuera. ¿Esto quiere decir que podemos continuar en el pecado? De ninguna manera. Dios castigará a sus hijos si ellos le desobedecen, Hebreos 12.7 al 11. El Señor castigó a la asamblea en Corinto con permitir que algunos se enfermaran o se debilitaran en sus cuerpos. El sueño puede ser saludable para gente enferma, Juan 11.12, pero aquí se usa la palabra para referirse a la muerte, como en 15.20,51, 1 Tesalonicenses 4.14. Estos verdaderos creyentes murieron y fueron a estar con el Señor. Dios puede llevar a su hogar en el cielo a su hijo o hija, y esto sería preferible a dejar que esa persona se quede aquí vivo en la tierra a continuar en el pecado. Dios recibe en el cielo a aquellos que han recibido a Cristo como Salvador. También Él dará gran galardón a aquellos que le aman y obedecen y sirven. Perderemos nuestro galardón si desobedecemos, pero no perderemos nuestra vida eterna. 11.31 Así que debo examinar mi propio corazón y vida y dejar que el Espíritu me manifieste cualquier pecado, como sea. Debo confesar todo pecado al Señor y quitarlo. Así el Señor no tendrá que juzgarnos o castigarnos. 11.32 El Señor juzga su pueblo para enseñarles a seguir mejor en sus caminos. Es para nuestro beneficio, para que seamos santos como Él, Hebreos 12.10. Esta es otra prueba de su amor, Apocalipsis 3.19, y Él no nos castigará con el mundo. Resumen 11.33,34 Así Pablo les mandó a los corintios a esperar el uno por el otro y no comer antes de que los demás estuviesen listos. Ellos deberían comer su comida ordinaria en casa y no al reunirse para la Cena del Señor. El Señor les estaba juzgando a causa del desorden en la cena suya, 11.30. Había otras cosas de menor importancia que Pablo les enseñaría al ir a visitar la asamblea en Corinto, 4.19. 9 - Dones espirituales Los corintios le habían preguntado a Pablo acerca de los dones del Espíritu Santo y en estos tres capítulos el Espíritu mismo da las respuestas de Dios por intermedio del apóstol Pablo. El capítulo 12 versa sobre el Espíritu Santo y los dones que Él da al cuerpo de Cristo. El capítulo 13 dice que debemos emplear nuestros dones solamente en amor. El capítulo 14 muestra que el don de la profecía es más importante que el de las lenguas, y que en la iglesia debemos seguir las órdenes de Dios. El Espíritu Santo y los dones Nadie podría ser cristiano sin el Espíritu de Dios, y Él da algún don a cada creyente, 12.1 al 11. La Iglesia es como un Cuerpo con muchos miembros, todos diferentes pero necesarios, 12.12 al 31. Dones a todo creyente El Espíritu Santo es más poderoso que los espíritus al ídolos, y Él sólo da el poder para llamar a Jesús Señor, 12.1 al 3. Al hacerlo, somos salvos y Él nos pone en el cuerpo de Cristo. Da dones a todos los creyentes para ayudar a todos los otros, 12.4 al 11. 68 EL ESPÍRITU SANTO MAYOR QUE TODOS LOS ESPÍRITUS 12.1 Es bueno preguntar acerca de lo que no entendemos, buscando las respuestas en la Biblia. Estos creyentes no entendían los dones de Dios, y aquí Pablo les enseña, 10.1, 2 Corintios 1.8. Hoy día no hay apóstoles, pero ellos pusieron por escrito la Palabra de Dios y todos estos años el Señor ha guardado sus escritos para nosotros. 12.2 Una cosa sí sabían los corintios, y era que antes de salvos ellos habían seguido y obedecido a los ídolos paganos. Estos ídolos no pueden hablar, ver, oir, oler, tocar o caminar, Salmo 115.4 al 7, pero detrás de ellos hay espíritus malignos. Estos poderes espirituales procuran obligar la gente a adorar al ídolo, y los corintios sabían esto por experiencia. 12.3 El Espíritu Santo nos da la victoria sobre estos poderes malignos. Él nunca guiaría a ninguno a decir algo en contra del Señor Jesús. Por otro lado, ninguno puede llamar a Jesús su Señor sino por el poder del Espíritu Santo. Esto nos muestra que los espíritus son muy fuertes y no debemos dejar que tengan control alguno sobre nosotros. Satanás no quiere que nadie sea salvo. La gente es salva cuando confiesa con la boca que Jesús es el Señor, y cree en el corazón que Dios le levantó de los muertos, Romanos 10.9. Para hacer esto uno requiere el poder del Espíritu Santo. DIFERENTES DONES PARA DIFERENTES CREYENTES Estos dones vienen de Dios y el Espíritu Santo da diferentes tipos de dones según su propia voluntad. 12.4 al 6 Estas son las diferencias. El Espíritu Santo da diferentes tipos de dones, 12.4. El Señor es servido de diferentes maneras, 12.5. Dios emplea diferentes formas de trabajo en diferentes personas, 12.6. Hay un solo Dios, un Señor, un Espíritu Santo, Efesios 4.4 al 6. El solo Dios emplea diferentes personas con diferentes dones de maneras diferentes. En una iglesia local cada cual tiene un don y una responsabilidad. La bendición viene de Dios, Cristo y el Espíritu Santo, 2 Corintios 13.14. 12.7 El Espíritu da dones diferentes, pero todos ellos son para el bien de otros. Ningún don es con el fin de hacer que un creyente piense que él o ella es mejor que otros. Cada persona tiene un don y debe usarlo para la gloria del Señor y la bendición de la iglesia. 12.8 al 10 El solo Espíritu de Dios da nueve dones diferentes a diferentes personas. En Gálatas 5.22,23 Él da a cada uno el fruto que tiene nueve características. Aquí tenemos: Palabra de sabiduría. Algunas personas tienen el don de decir la palabra oportuna en el momento oportuno, así como se necesita en la asamblea. Palabra de ciencia. Otros tienen un profundo conocimiento de las Escrituras y la manera como obra Dios. Varios en la iglesia en Corinto tenían este don, 1.5, y podían hacerse oir. Hoy día necesitamos hombres de sabiduría y ciencia que puedan compartir éstas con la asamblea. Sin embargo el don especial de la ciencia no es necesario ahora porque la Palabra de Dios es completa, 13.8. Fe. Una fe especial es un don para algunos creyentes. Todos tenemos fe; de otra manera no seríamos salvos. Todos oramos, cosa que hay que hacer con fe según Santiago 6.16, pero algunos creyentes tienen este don especial más que otros, 13.2, Mateo 17.20, 21.21. Sanidad de enfermos. Debemos orar por nuestra salud cuando estamos enfermos, 11.31, y también podemos orar por otros, Santiago 5.16, 1 Juan 5.16. En la Iglesia de ese entonces el Espíritu dio dones especiales de sanidad a algunos creyentes. Realización de milagros. El Señor Jesús sanó a muchas personas cuando Él estaba aquí sobre la tierra. Levantó a tres de la muerte y también hizo muchos otros milagros. Además 69 Él dio a sus discípulos el poder de sanar enfermos, Mateo 10.1, Lucas 10.9. Después de haber resucitado de la muerte, les envió a predicar el Evangelio y sanar los enfermos, Marcos 16.18. Estas señales eran para probar que Dios les había enviado, Hebreos 2.4. Era importante fortalecer con toda prontitud la iglesia de aquellos tiempos. Al cabo de unos pocos años estas señales ya no eran necesarias y el Espíritu Santo no las daba. Por ejemplo, Pablo mismo oró que fuese librado de alguna enfermedad del cuerpo, pero no fue sanado, 2 Corintios 12.8. Timoteo, Epafrodito, Trófimo y Gayo se enfermaron pero no fueron sanados por milagros, 3 Juan 2, 1 Timoteo 5.23, Filipenses 2.27, 2 Timoteo 4.20. Profecía. Profetizar quiere decir hablar por Dios. Dios conoce el futuro, así que a veces sus profetas decían qué iba a suceder más adelante. Por ejemplo, Agabo profetizó que habría una gran hambre, y en una ocasión posterior que Pablo sería tomado preso en Jerusalén, Hechos 11.27, 21.11. La profecía era otra señal que Dios estaba con la iglesia de aquellos tiempos, pero hoy día no hay profetas legítimos que nos pueden decir qué va a suceder en el futuro. Discernimiento de espíritus. Satanás cuenta con muchos espíritus que hacen su obra. Algunos de ellos mandan en los ídolos, 10.20, y otros procuran introducir enseñanza falsa en la Iglesia. Todos debemos conocer la Palabra de Dios para así reconocer de una vez cualquier enseñanza falsa, 1 Juan 4.1 al 3. El espíritu dio un don especial a algunas personas para permitir a la iglesia de aquellos tiempos saber qué era falso. Esto era muy importante cuando el Nuevo Testamento todavía no había sido escrito de un todo. Lenguas. Era otro don se usaba al principio para probar que Dios estaba con los creyentes de aquellos tiempos, 14.22. En el Día de Pentecostés gente de quince países diferentes oyeron acerca de las maravillosas obras de Dios, cada uno en su propio idioma, Hechos 2.4,8. Más adelante los gentiles también recibieron este don, 10.46, 19.6. Interpretación de lenguas. Otro don era necesario para explicar lo que otros estaban diciendo cuando hablaban en idiomas extranjeros en una reunión de la asamblea. 12.11 El Espíritu Santo dio estos diferentes dones según su propia voluntad. Nadie puede dar los dones del Espíritu a otra persona. Algunos piensan que un alto funcionario de una iglesia puede dar dones espirituales, o que usted puede ganarlos con asistir a un centro de enseñanza. Solamente el Espíritu da como a él le plazca. La iglesia es como un cuerpo Un cuerpo es una ilustración de la Iglesia de Cristo como un todo, 10.16,17, y cada asamblea local es también un cuerpo con Cristo como su Cabeza. Aquí el apóstol mostró que un cuerpo tiene muchos miembros, y Cristo también es así, 12.12,13. En un cuerpo natural: todas las partes son necesarias todas las partes son diferentes todas las partes necesitan de las otras todas las partes dan honra a las otras todas las partes cuidan de las otras En el cuerpo de Cristo Dios ha puesto ocho dones diferentes, y nosotros debemos buscar los mejores dones, 12.31. El cuerpo es un cuadro de la iglesia — 12.12 El cuerpo humano tiene muchas partes diferentes: dos brazos, dos piernas, diez dedos y otros diez. Adentro hay también un corazón, un estómago y muchos otros órganos. David sabía que Dios había hecho una gran cosa al hacer el cuerpo humano, Salmo 139.14. La Iglesia es todavía más maravillosa: hay muchos creyentes pero un solo Cuerpo. 70 12.13 En un ser humano, es el espíritu humano que hace que todas las partes sean una misma persona. Sin un espíritu la persona moriría, Santiago 2.26. En la Iglesia el Espíritu Santo mora en cada miembro y hace que todos nosotros seamos un mismo Cuerpo. En el Día de Pentecostés el Espíritu descendió sobre ciento veinte creyentes y los formó como un Cuerpo con un Espíritu, Él mismo. Desde aquella ocasión Él ha sumado muchos más a aquel solo Cuerpo, algunos judíos, algunos griegos, algunos esclavos, algunos libres, Gálatas 3.28. Todos bebemos del agua de vida, 10.4. El bautismo del Espíritu Santo tuvo lugar poco después de volver Cristo al cielo, Hechos 1.5. Cuando una persona acepta al Señor hoy día, él nace de nuevo por el Espíritu Santo y es hecho miembro de Cristo. De esta manera participa del bautismo del Espíritu Santo y por esto no debe orar por recibir lo que ya tiene. Son necesarias todas las diferentes partes del cuerpo — 12.14 al 17 El cuerpo humano tiene muchas partes, y el Cuerpo de Cristo tiene muchos miembros. Ambos son en realidad un solo cuerpo. El pie no es la mano, pero es una parte importante del cuerpo. Los pies nos ayudan a movernos, caminar o correr. El oído no es lo mismo que el ojo, pero con todo es necesario para que la persona reciba ideas de otros. En la iglesia, algunas personas tienen dones importantes, y posiblemente otros digan, No soy necesario en la iglesia. Pero no es verdad. Imagínese una persona cuyo cuerpo no es nada sino sólo un enorme ojo. El puede ver pero no puede oir ni hacer otra cosa alguna. O vamos a suponer que él no fuera nada sino una gran oreja; no puede ver ni olfatear. 12.18 al 20 Dios ha hecho un cuerpo mejor. Su plan fue de juntar muchas partes para hacer así un solo cuerpo humano. Una sola parte no se puede llamar el cuerpo, y muchas partes juntas hacen un solo cuerpo. 12.21,22 Ninguna parte puede decir que no le hace falta otra parte. El ojo necesita la mano, la cabeza necesita los pies. Por cierto, todas las partes del cuerpo son necesarias, aun las que parecen ser más débiles. 12.23,24 Algunas partes del cuerpo deben ser cubiertas de ropa, pero no por ser partes menos importantes, ya que toda parte es necesaria. Las partes hermosas del cuerpo no tienen que ser hechas más atractivas. Dios mismo ha puesto las diferentes partes en el cuerpo, y Él da mayor honor a aquellas partes que más lo necesitan. 12.25,26 Cada parte del cuerpo cuida a todas las otras partes. No hay división en un cuerpo. Ninguna parte puede decir que no va a cuidar las otras partes. Si una parte sufre dolor, todo el cuerpo duele. Si una parte está feliz, esto hace que todo el cuerpo esté feliz. La iglesia es un cuerpo de Cristo — 12.27 Toda la Iglesia se llama el Cuerpo de Cristo, pero aquí la iglesia local en Corinto se llama un cuerpo de Cristo. Esto quiere decir que los corintios eran partes del cuerpo y Cristo era la Cabeza. Las enseñanzas principales en los versículos 14 al 26 se aplican a la iglesia local. Todos los miembros son necesarios. Todos los miembros son diferentes unos de otros. Todos los miembros necesitan a todos los otros. Todos los miembros dan honor a todos los otros, y especialmente aquellos que parecen tener solamente un poco de honor. Todos los miembros cuidan a todos los otros miembros. No debe haber división en la iglesia. Todos necesitamos a los otros miembros. 71 12.28 Dios ha puesto las diferentes partes en el cuerpo humano de la manera que quiso, 12.18. El Espíritu de Dios da dones a todo creyente de la manera que Él quiere, 12.11. Aquí es Dios que pone a cada cual en la iglesia. Son ocho los dones mencionados en el versículo 28, y cuatro de los cuales no estaban en la lista de los versículos 8 al 10. 12.8 al 10 Palabra de sabiduría Palabra de ciencia Fe Dones de sanidades Realización de milagros Profecía Discernimiento de espíritus Hablar en lenguas Interpretación de lenguas 12.28 12.29,30 Apóstoles Apóstoles Profetas Profetas Maestros Maestros Milagros Milagros Sanidades Sanidades Ayuda Administración Lenguas Hablar en lenguas Interpretación de lenguas En el Nuevo Testamento hay dos listas más de dones: Romanos 12.6 al 8 Efesios 4.11 Profecía Apóstoles Ministerio Profetas Enseñanza Evangelistas Exhortación Pastores Dar Maestros Presidir Hacer misericordia En el versículo 28 Dios pone en la iglesia primeramente los apóstoles. Es importante que aceptemos a los apóstoles porque ellos enseñaban la voluntad de Dios y con la autoridad suya. Los profetas también recibieron ayuda de Dios para escribir el Nuevo Testamento y mostrar a las iglesias sus sendas y su voluntad hasta completarse el Nuevo Testamento. Los maestros tenían el don de explicar al pueblo de Dios la palabra de Dios y su sentido más profundo. La realización de milagros y dones de sanidades eran dones especiales a título de señal para mostrar que Dios estaba obrando en los cristianos de aquel entonces. Algunas personas no parecen contar con un don especial, pero ellos pueden ayudar a otros en la asamblea, como hacían Estéfanas y su familia, 16.15. Por cierto, todos nosotros debemos hacer todo lo que podamos para ayudar a todos los otros en el cuerpo, 12.26. Toda asamblea necesita de pastores para guiar al pueblo. Cristo ha dado este don a algunos, Efesios 4.11. Aquí Dios pone en la iglesia tanto ayudadores como líderes. Su obra es muy importante. Hablar en otras lenguas. Algunos podían hablar en otras lenguas para que otras personas pudiesen entender el Evangelio rápidamente. 12.29,30 Ninguno de estos dones fue dado a todos los creyentes. En estos versículos Pablo hizo siete preguntas, y cada vez la respuesta fue No. Seis de estos dones se mencionan en el 72 versículo 28, y el último en el versículo 10. No es correcto enseñar que todo creyente debe tener un don en particular. 12.31 Es correcto desear los dones mayores, y Pablo mostró en el capítulo 14 que la profecía es mayor que las lenguas. Pero primeramente el Espíritu nos enseña que el don es menos importante que la manera en que lo usamos. Debemos tener amor para todos en la iglesia si vamos a ayudarles por el uso de nuestro don. Debemos amar a Dios si queremos usar correctamente sus dones dados a nosotros. Si amamos al pueblo del Señor, procuraremos ayudarlos, y en este esfuerzo nosotros aprenderemos hacerlo mejor. Debemos procurar los dones de Dios porque amamos a los creyentes, y no para probar que somos mejores que otros. El amor es el camino más excelente Es posible tener un don de Dios y estar orgulloso por esto, como si fuera porque yo soy mejor que los otros, 4.7. Hemos visto que cada uno de nosotros debe estar preparado para servir a todos los miembros en el cuerpo de Cristo pero aquí el Espíritu enseña que todo debe hacerse en amor. El capítulo 13 muestra que los dones sin el amor son inútiles, 13.1 al 3; qué hace el amor, 13.4 al 7; y por qué el amor es mayor que los dones, 13.8 al 13. LOS DONES SIN EL AMOR SON INÚTILES 13.1 Los corintios pensaban que un gran orador era la persona más importante, y por esto algunos seguían a Apolos, 1.12. Ellos pensaban también que era gran cosa hablar en lenguas. Así Pablo les dijo que él posiblemente podría hablar de una manera maravillosa pero solamente el amor haría que sus palabras fueran realmente útiles. Sin amor él no sería mejor que el ruido hecho al chocar metal contra metal. 13.2 La profecía era un don más importante que las lenguas, y también lo era el don especial de ciencia. Pablo pudo explicar los misterios secretos de Dios, 2.7, 4.1, 15.51, Romanos 16.25, Efesios 3.3, 5.32, 6.19, Colosenses 1.26,27, 2,2, 4.3. El Señor Jesús enseñaba que muy poca fe es suficiente para mover montañas, quitar enemigos, resolver problemas, echar fuera demonios, Mateo 17.20, 21.21. Pablo tenía fe para sanar gente y realizar otros milagros, Hechos 16.18, 19.11, 12, 20.10, 28,8,9. Pero sin amor él no tendría valor alguno. 13.3 Todos debemos estar dispuestos para ayudar a otros creyentes cuando ellos tienen dificultades, pero algunos tienen un don especial, Romanos 12.8, Gálatas 6.10. En la iglesia de aquel entonces algunos repartían todo lo que tenían, Lucas 18.28, Hechos 4.37. Pablo podría repartir todo su dinero y esto ayudaría a los pobres y hambrientos, pero no le traería galardón a Pablo si no lo hiciera en amor. El Señor Jesús conoce nuestros corazones. En la religión pagana una persona puede ofrecerse como holocausto a dioses falsos y la gente pensaría que esa persona era noble y santa. Pero no sería útil para la persona ni para otros. ¿QUÉ HACE EL AMOR? Estos versículos nos dicen qué es el amor al mostrar cómo actúa una persona que tiene amor. 13.4 Una persona con amor puede enfrentar problemas con paciencia y es benigna hacia otros. La paciencia y bondad son parte del fruto del Espíritu, como también el amor, Gálatas 5.22. Dios es amor y Cristo es Dios, así que podemos ver amor perfecto en la vida de nuestro Señor Jesucristo. Él era paciente y benigno aquí en la tierra. El resto del versículo 4 nos dice tres cosas que el amor no es, y los versículos 5 y 6 nos dan 73 cinco más. La persona amorosa no es celosa de otras personas que posiblemente tengan más don que uno. No habla acerca de sí mismo ni procura que la gente crea que es más importante de lo que es en verdad. Él no es orgulloso como eran algunos corintios, 4.6,18,19, 5.2. 13.5 Cuatro cosas más que no hace una persona con amor. No se conduce de una manera como para ofender a otros; él tiene buenas costumbres según la época en que vive y la gente con quienes vive. No procura sacar lo mejor de todo para sí; él está dispuesto a ayudar a otros, 10.24,33, Filipenses 4.2. Una persona con amor no se enojará fácilmente hacia otros; es paciente. 13.4. El Señor Jesús tenía enojo con sus discípulos porque ellos no creyeron, Marcos 3.5, pero cuando venga Él tendrá enojo con la gente a causa de sus pecados, Apocalipsis 6.16. Sin amor una persona se acuerda del mal que otros le han hecho, para que alguna vez pueda hacer lo mismo con ellos. Si tenemos amor procuraremos olvidarnos de aquello y perdonar a quien lo hizo, 1 Pedro 4.8. 13.6 Sin amor podemos estar contentos cuando otros hacen mal, porque sabemos que Dios les va a castigar. Esto es malo; debemos estar contentos con la verdad de Dios. Otros oyen la verdad y la obedecen; esto trae mayor gozo a quienes aman a Dios y a los hombres. 13.7 Hay también cuatro cosas más que hace una persona con amor: Siempre está dispuesto a apoyar o proteger otros. Siempre está dispuesto a confiar en otros. Procura creer que ellos quieren hacer lo correcto, y tiene fe en ellos. Siempre espera lo mejor. Siempre es paciente en toda clase de dificultades. Estas son las marcas de una persona con amor, y se ven perfectamente en la vida de nuestro Señor Jesucristo. Sin embargo, Dios no sólo ama. Él es justo también y a veces tiene enojo, 13.4, y nunca cree la mentira, 13.7. EL AMOR ES MAYOR QUE LOS DONES Los corintios pensaban que algunos de los dones eran grandes porque a ellos les gustaba pararse ante otros y hablar. El Espíritu menciona aquí tres dones que eran temporales y no iban a durar mucho más tiempo. El amor va a durar para siempre. 13.8 El amor nunca deja de ser; en el cielo, en la eternidad, nosotros amaremos y seremos amados. Pero estos tres dones van a desaparecer pronto: El don de la profecía hacía falta hasta escribirse el Nuevo Testamento. Era una señal que Dios estaba con las nuevas iglesias cristianas, pero los profetas también instruían a los creyentes en el camino de Dios. La Iglesia estaba edificada sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, y a ellos se les había revelado la verdad, Efesios 2.20, 3.5. Hoy día el Nuevo Testamento está completo y ya no hace falta este don de profecía. El don de las lenguas era otro don para los creyentes de aquellos tiempos para probar que Dios estaba con su Iglesia, hasta bien establecida ella. El don especial de la ciencia se llama palabra de ciencia en el 12.8. Este también se necesitaba antes de completarse el Nuevo Testamento. 13.9 Algunos creyentes tenían el don de profecía. El Espíritu Santo podía darles una pequeña revelación de la voluntad de Dios para ayudar a fortalecer a la asamblea. Algunos tenían la palabra de ciencia. Ellos podían entender el Antiguo Testamento y las partes del Nuevo Testamento que ya existían, y la doctrina de los apóstoles. El Espíritu les ayudaba a 74 enseñar a otros también, 2 Timoteo 2.2. Pero estos dos dones eran en parte solamente. 13.10 En aquellos tiempos el Nuevo Testamento estaba escrito solamente en parte. Creemos que Pablo escribió nueve epístolas más después de escribir 1 Corintios. Las cartas de Pedro se escribieron más adelante, como también las de Juan y Judas y la carta a los Hebreos. Solamente cuatro de las veintiuna epístolas fueron escritas antes de 1 Corintios. La Palabra de Dios es perfecta. El Nuevo Testamento contiene la verdad que debemos creer y que fue una vez dada a los santos, Judas 3. Hoy día no hay necesidad de los dones de la profecía y ciencia para llenar los vacíos. El apóstol Juan dijo que nadie debería añadir al libro del Apocalipsis ni quitar de él, Apocalipsis 22.18,19. Esto es cierto en cuanto a la Biblia entera, con sus treinta y nueve libros en el Antiguo Testamento y veinte y siete en el Nuevo. Algunos maestros piensan que las palabras “lo perfecto” se refieren a Cristo cuando Él vuelva. Esto daría a entender que el don de lenguas continuaría hasta que Él regrese en poder. Por varias razones creemos que “lo perfecto” se refiere a la Biblia y no a Cristo. 13.11 Ahora el apóstol presenta dos ilustraciones, un niño y un espejo. Cuando era niño él hablaba y pensaba como niño. Así es con todos. Más adelante él llegó a ser hombre y puso a un lado aquella manera de ser porque contaba entonces con la capacidad de una persona madura. Así es con la profecía, lenguas y el don de especial ciencia. Los creyentes en Corinto usaban aquellas cosas pero más adelante ellos tendrían algo mejor, todo el Nuevo Testamento. La profecía y ciencia ya no serían necesarias. Las lenguas y otros dones dados como señales habían sido dados hasta establecerse la Iglesia. 13.12 La Palabra de Dios es como un espejo, Santiago 1.23. Los corintios tenían sólo una parte pequeña del Nuevo Testamento; ellos tenían muchos problemas que no podían entender. Todo quedaría más claro una vez que el Espíritu Santo había dado la plena revelación de parte de Dios. Aun Pablo no sabía todo el consejo de Dios. Dios sabía todo acerca de Pablo y más adelante le fue dada a Pablo una revelación adicional de la verdad. Efesios 3.3 al 5. Todas sus epístolas fueron inspiradas por el Espíritu Santo. 13.13 Estos tres dones dejarían de ser, pero la fe, la esperanza y el amor quedarían. La fe es lo opuesto de la vista; es necesaria hasta que estemos con el Señor, Hebreos 11.1. Nuestra esperanza es que Él vuelva por nosotros, Tito 2.13. Cuando Él venga nosotros no vamos a esperar lo que ya habrá sucedido, Romanos 8.24. El amor es el mayor de estos tres porque va a existir para siempre. Así que estos tres dones pronto iban a cesar, 13. 8. La fe, esperanza y amor iban a continuar pero dos de ellos cesarían al venir el Señor. Esto muestra que los tres dones cesarían antes de esa ocasión. Profecía iba a cesar pronto Lenguas iban a cesar pronto Ciencia especial iba a cesar pronto Fe queda hasta la venida del Señor Esperanza queda hasta la venida del Señor Amor existirá siempre La profecía es mayor que las lenguas En el capítulo 12 aprendimos acerca de los dones del Espíritu Santo a las iglesias, y en el capítulo 13 vimos que cualquier don debe ser usado en amor. En el capítulo 14 leemos que la profecía es más importante que las lenguas, 14.1 al 25, y que Dios quiere que sigamos el 75 orden suyo en las iglesias, 14.26 al 40. Este capítulo trata del hablar en una reunión de la iglesia. La palabra “hablar” se usa veintecuatro veces y la palabra “iglesia” nueve veces. En Corinto se usaban dos dones corrientemente, la profecía y las lenguas, al hablar en la asamblea. La palabra “lenguas” se encuentra quince veces en el capítulo 14 y “profecía” catorce veces. En la asamblea los hermanos deben hablar solamente para el provecho de todos, 14.1 al 6, y deben hablar claramente, 14.7 al 12. Ellos deben procurar ayudar a tanto los salvos como los no salvos, como hacía Pablo, 14.13 al 25. LA PROFECÍA EDIFICA UNA ASAMBLEA 14.1 Debemos todos procurar conocer más el amor de Dios y mostrarlo a otros. Si lo hacemos, es correcto desear los dones espirituales, 12.31, y la profecía era más importante que el don de lenguas. 14.2 Era posible hablar en un idioma que nadie sino Dios entendería. El Espíritu dio este poder al hombre y su espíritu humano hablaba "misterios" a Dios. Pero él no sabía qué decía, ni lo sabía más nadie en la asamblea. 14.3 El don de la profecía era para la bendición de otros. El Espíritu Santo ayudaba al profeta a hablar en la asamblea, para edificar a los creyentes, animarlos y advertirles, y dar consuelo a los que estaban tristes. Hoy día no tenemos profetas, pero tenemos maestros y pastores, Efesios 4.11. Ellos tienen todo el Nuevo Testamento que usan para edificar, animar y advertir a los creyentes. 14.4 El hablar en lenguas ha podido dar una sensación de placer a quien lo hacía, pero lo cierto es que no edificaba a la iglesia. Los profetas podían hacerlo, y ahora los maestros pueden hacerlo, por medio de la Palabra de Dios. 14.5 Pablo hubiera estado contento si todos los creyentes habrían podido hablar en lenguas, pero la profecía era todavía más importante. El don de lenguas era una señal en ese tiempo, 14.22, como también el don de interpretar. Algunos querían hablar en lenguas en la asamblea en Corinto cuando nadie podría entender o interpretar, pero estaban malgastando el tiempo de la asamblea sin ayudar a nadie sino a sí mismos. Han debido guardar silencio y escuchar a otros que podrían profetizar. 14.6 Pablo sabía que el hablar en lenguas no ayudaría a otros. Él sería de ayuda a la asamblea al tener una revelación de Dios que él podría contarles, o algún conocimiento de la voluntad de Dios que podría enseñar, o alguna profecía o doctrina que podría explicar. LA PROFECÍA PUEDE ENTENDERSE FÁCILMENTE El hablar en lenguas es incorrecto porque nadie en la iglesia puede entender lo que se dice. Ahora el apóstol dijo que los instrumentos musicales pueden ser entendidos y las lenguas extranjeras tienen sentido. Nadie debe hablar en la asamblea si otros no pueden entender el sentido y ser ayudados. 14.7,8 Los instrumentos musicales no tienen vida pero pueden ser entendidos al ser tocados correctamente. En el Antiguo Testamento se tocaba trompeta para llamar los hombres a la guerra, pero ellos no se prepararían salvo que la trompeta sonara claramente con el debido mensaje, Números 10.3 al 10. 14.9 Es importante dar un mensaje claro cada vez que hablamos. Algunas personas quieren usar palabras largas para mostrar que son bien instruidas, pero es más importante que los oyentes entiendan fácilmente y sean edificados. Si la gente no entiende, da lo mismo que uno hable al aire sin que nadie escuche. 76 14.10 Al principio todo el mundo hablaba el mismo idioma pero Dios juzgó a los hombres en la Torre de Babel para que no pudieran entender el uno al otro y tuvieran que ir a vivir en diferentes partes del mundo, Génesis 11.1 al 9. Hoy día hay más de dos mil idiomas diferentes. Cada idioma puede ser entendido fácilmente por las personas que lo hablan. 14.11 Pero las otras personas no podrán entender este idioma "extranjero", y las personas que lo hablan no podrán entender los idiomas de los otros. El hablar en lenguas en la asamblea no ayudaba a nadie. 14.12 Los corintios querían usar los dones espirituales, 12.31, 14.1, pero el Espíritu los mandó a poner en primer lugar la ayuda a la asamblea. Nadie debe hablar en una reunión de la asamblea sólo para mostrar cuán espiritual o cuán inteligente es. DEBEMOS HABLAR EN LA ASAMBLEA PARA EL BENEFICIO DE TODOS En una reunión de la asamblea debemos tener en mente los creyentes sin instrucción, 14.13 al 17, como hacía Pablo, 14.18,19. Las lenguas eran una señal a los judíos que no eran creyentes, pero la profecía sería una ayuda a los creyentes, 14.20 al 25. Los creyentes no instruidos — 14.13 Algunos creyentes en Corinto tenían el don de hablar en lenguas, pero se les manda a orar también por el don de interpretación, o a no usar lenguas en la asamblea. 14.14 Algunos se levantaban a orar en un idioma que nadie podía entender, ni siquiera el que oraba. Posiblemente esto contentaba al hombre que oraba pero no traía provecho a más nadie. 14.15 Dios es Espíritu, y es necesario adorarle a Él con el espíritu de uno, Juan 4.24. El libro de los Salmos contiene muchos versículos que nos mandan a alabar y adorar al Señor y muchas veces se da la razón por hacerlo. Por ejemplo, piense en el Salmo más corto, el 117. Se manda a alabar al Señor porque su misericordia es grande y su verdad va a continuar para siempre. Debemos entender por qué estamos adorando a Dios. Salmo 47.7 dice que debemos cantar alabanzas con inteligencia; véase también Romanos 15.9 y Santiago 5.13. Aquí Pablo dice que él quería cantar y orar con su espíritu, pero también entender lo que estaba diciendo. 14.16 Es bueno decir Amén cuando un hermano ora en la asamblea. Esto muestra que usted oraría de la misma manera. Pero usted no podría decir Amén si él hablara en lenguas, porque no sabría cómo estaba orando él. Un hombre podría hablar en lenguas y dar gracias a Dios sin que nadie entendiera ni dijera Amén. 14.17 Un hombre podría estar orando muy bien, pero sin ayuda para usted. Todo lo dicho en una asamblea debe ser de ayuda y debe edificar a todos los otros. Debemos pensar en todas las otras personas en la reunión — 14.18 Pablo tenía del Espíritu Santo el don de lenguas y hablaba más que todos los corintios. El usaba esto fuera de la asamblea para convencer a los judíos, quienes siempre buscaban señales, 1.22. 14.19 Pero en la asamblea él pensaba que era mejor decir solamente cinco palabras que otros podrían entender que muchos miles de palabras en otro idioma que nadie conocería. LAS LENGUAS SON PARA SEÑAL, LA PROFECÍA PARA EDIFICAR El capítulo 14 nos enseña que la profecía era mayor que el don de lenguas. Aprendemos que lenguas son una señal a los judíos, pero la profecía edifica a los creyentes. 14.20 De nuevo Pablo llama a los corintios “hermanos”, como en el 10.1 y 12.1. Él quería 77 que comprendieran que la profecía era importante. Ellos deben ser como niños en cuanto a lo que es malo, pero deberían ser capaces de pensar como hombres maduros. El Espíritu había prometido que el Nuevo Testamento iba ser dado completo y hasta ese entonces ellos podrían pensar sólo como niños, 13.11,12. Aquí de nuevo Él les da una revelación completa acerca de lenguas y ellos podían entender, con su ayuda. Ellos no deberían ser ignorantes como niños en su manera de entender las Escrituras, pero deberían ser inocentes como niños en cuanto a las cosas malas. 14.21 La palabra “ley” se usa para referirse a todo el Antiguo Testamento y ya era completa.* Los corintios han debido recordar lo que había dicho Isaías en el capítulo 28, versículos 11 y 12. Dios iba a usar otros idiomas pero todavía el pueblo de Israel no iba a oir y obedecer. Así que el don de lenguas era una señal que Dios tendría que juzgar a Israel y todos los que rehúsan obedecer al Evangelio. En la ocasión de Pentecostés muchos judíos oyeron acerca de Dios en idiomas diferentes y creyeron en Cristo, Hechos 2.8,41. Aquellos que rehúsan creer no tienen excusa. * La palabra ley se usa para referirse a los cinco libros de Moisés, Lucas 24.44, Juan 1.45; y para todo el Antiguo Testamento, Juan 10.34, 15.25, Romanos 3.10 al 19. En Romanos 3 se citan en los versículos 10 al 18 partes de varios Salmos, llamadas la ley en el versículo 19. 14.22 Los creyentes no necesitaban señal; ellos aceptaban al Evangelio como la verdad. El don de lenguas era para gente que no estaba convencida que el mensaje venía realmente de Dios. El don de profecía fue dado para ayudar a los creyentes a entender mejor los caminos de Dios. 14.23 Toda la iglesia debe reunirse en ocasiones fijas, Hebreos 10.25, y esta parte de Corintios nos enseña acerca de las reuniones de la asamblea. Los cristianos nuevos podían venir y también los que todavía no eran salvos. Diversos hombres podían hablar pero todo tenía que ser para la bendición de otros. Procure pensar en una reunión donde todo el mundo estaba hablando en idiomas extranjeros. La gente pensaría que los cristianos estaban locos y fuera de razón. 14.24 La profecía es mayor que las lenguas. Un hombre puede enseñar con calma más verdad acerca de la santidad y amor de Dios y sus caminos maravillosos. Esto sería de ayuda para todos: los creyentes serían bendecidos y los visitantes serían persuadidos de que era la verdad. 14.25 La persona inconversa estaría de acuerdo con que él o ella es un pecador. El daría adoración a Dios y diría a otros que de veras Dios estaba con los cristianos en la asamblea. Estas cosas son importantes. Todo creyente debe adorar a Dios y hablar a otros acerca del Señor. Dos dones temporales, 1 Corintios 14: Profecía habla a los hombres 14.3 edifica a la iglesia 14.4 es mayor 14.5 es para el provecho de la asamblea 14.6 habla como extranjero 14.11 debe orar por interpretación 14.13 el que habla no entiende 14.14 la gente no entiende 14.16 78 Lenguas habla a Dios edifica a uno mismo salvo que uno interprete 14.2 14.4 14.5 habla al aire 14.9 cinco palabras mejores que para creyentes los pecadores creen y adoran a Dios 14.21 14.22 14.24 14.25 el oyente no es instruido 10.000 palabras una señal a no creyentes una mala impresión sobre los visitantes 14.17 14.21 14.22 14.23 El gobierno de Dios en las iglesias En la primera parte del capítulo 14 hemos aprendido que la profecía es más importante que las lenguas. En la segunda parte el Espíritu Santo nos enseña las reglas o principios a seguir cuando nos reunimos como una iglesia. Posiblemente todo el mundo tenga algo que decir, 14.26, pero hay límites: para los que hablan en lenguas, 14.27,28; para profetas, 14.29 al 33; para mujeres, 14.34,35. Los últimos cinco versículos nos dan un resumen del capítulo. GOBIERNO EN GENERAL 14.26 Los creyentes deben reunirse con frecuencia en calidad de iglesia. Cada hermano puede estar preparado para hablar si el Espíritu Santo así le dirige. El puede sugerir que todos canten un cántico de alabanza o quizás él dará alguna enseñanza de la Biblia. En la iglesia de aquel entonces algunos tenían el don de lenguas o podrían decir a los otros de una nueva revelación. La regla básica era, y todavía es: En la asamblea todas las cosas deben ser hechas para edificar a otros. LÍMITES SOBRE LA INTERVENCIÓN EN LAS REUNIONES (a) Lenguas, (b) Profecía — 14.27 En la iglesia de aquel entonces algunos tenían el don de lenguas pero no más de dos o tres podían hablar en una reunión, y sólo uno a la vez. Posiblemente algunos tenían el don de explicar o interpretar el idioma extranjero que otro usaba. Puede ser que en Corinto algunos querían hacer notar su don y por esto varios hablaban a una vez, de manera que nadie entendía lo que decían. Es evidente que esto no edificaría a nadie en la fe. 14.28 Nadie debía hablar en lenguas si no había quien interpretara. Ellos deben hablar a sí mismos y a Dios quien conoce nuestros corazones. 14.29 Los profetas también podían hablar, pero no más de dos o tres en una misma reunión. La asamblea debía tener cuidado que ningún falso profeta llegara para enseñarles doctrina mala, Hechos 20.28 al 30. El Espíritu Santo dio a algunos el don de reconocer la enseñanza de espíritus malos, 12.10, y un profeta debería escuchar lo que otros están diciendo acerca de su enseñanza. Hoy día algunos tienen el don de enseñar pero ellos deben estar dispuestos a oir de otros que también conocen la Palabra de Dios. 14.30 Un profeta debe terminar su intervención si algún otro hermano ha recibido un pensamiento nuevo que él ha deseado decir a la asamblea. 14.31 El Espíritu les dijo a los corintios que ellos deberían desear especialmente el don de profecía, 14.1. Solamente dos o tres podían hablar en una misma reunión pero en otra ocasión habría oportunidad para todos. El propósito era que todos los otros aprendieran más de los caminos de Dios y ser animados a seguir al Señor, 14.3. Estas instrucciones aplican a los maestros en la asamblea hoy día. 14.32 La profecía era un don del Espíritu Santo pero esto no quería decir que el que hablaba había perdido el control de sí. Él podría terminar su intervención al ser necesario, o podría esperar otra ocasión, 14.29,30, teniendo presente que otros poseían el mismo don. 14.33 Dios creó el universo y la gente se asombra ante el orden que ve en la creación. También en la iglesia Dios no puede ser responsable por el desorden cuando dos o más 79 personas piensan que el Espíritu Santo les está guiando a hablar a una misma vez. Dios es el Dios de paz, Romanos 15.33, Filipenses 4.9, 2 Tesalonicenses 3.16, Hebreos 13.20. Dios fue revelado como el Dios de paz en todas las iglesias. Mujeres — 14.34 En el Nuevo Testamento algunas mujeres fueron llamadas profetisas, Hechos 21.9, pero no leemos de ninguna hermana que poseía el don de lenguas. En cualquier caso, las mujeres no podrían usar ningún don de hablar en una reunión de la asamblea. Deben quedarse en silencio, porque el Espíritu Santo no da permiso que hablen. Ellas deben obedecer, como Dios mandó a Eva en el principio, Génesis 3.16. Mucha gente objeta a este versículo hoy día y demanda que las mujeres gocen de iguales derechos que los hombres. En la iglesia de Dios, sin embargo, debemos seguir lo que dice la Palabra de Dios. Las mujeres cristianas pueden adorar a Dios en sus corazones, quizás de una manera mejor que la mayoría de los varones. Debemos adorar en espíritu, y según la verdad que es la Palabra de Dios, Juan 4.24, 17.17. Las mujeres pueden enseñar a otros, Hechos 18.26, 2 Timoteo 3.15 (con 1.5), Tito 2.4, pero no en una reunión de la asamblea. 14.35 Esto quiere decir que ellas no deben siquiera hacer preguntas en la asamblea, sino preguntar a sus esposos en casa. (Así que el esposo debe conocer bien su Biblia para contestar las preguntas de su esposa). Algunas familias leen la Biblia juntos cada día, conversan sobre ella y aprenden más de la Palabra de Dios. Esta es una muy buena costumbre. Las jóvenes deben preguntar a sus padres, si ellos son cristianos. Si no, ellas deben consultar a otro hermano en cuanto a su problema, una vez terminada la reunión. El Espíritu Santo dijo que es una vergüenza que la mujer hable en la reunión de la asamblea. Resumen El Espíritu enseña aquí que los mandamientos de Pablo son los mandamientos de Dios, 14.36 al 38, y después Él repite de una manera breve la instrucción principal de este capítulo, 14.39,40. 14.36 Pablo sabía que no les gustaba a algunos de los corintios lo que él estaba enseñando. Ellos pensaban que tenían grandes dones y que Dios les había revelado su verdad. Pablo preguntó si pensaban que la Palabra de Dios había venido primeramente de los corintios, o si tal vez había venido a ellos no más. 14.37 Algunos de los corintios estaban seguros de que ellos tenían el don de profecía o algún otro importante don espiritual, y que no tenían que aceptar la enseñanza de Pablo si no estaban de acuerdo. Pero el Espíritu Santo dijo que debían reconocer que Pablo estaba enseñando los mandamientos de Dios. 14.38 Pero posiblemente alguna otra persona no aceptaría la enseñanza de Pablo y tendría el deseo de quedarse ignorante. El Espíritu Santo dijo que los creyentes no deben aceptar esta persona como un profeta de Dios porque Dios no le aceptaría a él. Pero en cambio este versículo puede expresar la idea que si alguno rechaza la autoridad de Pablo, la tal persona va a quedarse ignorante de los consejos de Dios. Este es un principio importante en el juicio de Dios. La luz recibida trae más luz; la luz rechazada trae tinieblas. Dios es luz, y Cristo vino como la Luz del mundo, Juan 1.4, 8.12, 1 Juan 1.5, pero Él ciega a los que rechazan verle, Mateo 13.13, Juan 9.39, 12.40, Hechos 28.26, 2 Corintios 3.14, Romanos 11.7. Esto es muy solemne y nos muestra la importancia de leer, creer y obedecer la Palabra de Dios. 80 14.39 Este capítulo enseña que la profecía edificaba a los creyentes y era mucho más importante que las lenguas. Ambos eran dones del Espíritu Santo en ese tiempo y los creyentes no deben prohibir a la gente hablar en lenguas. El versículo 13.8 enseña que ambos dones correspondían a los primeros tiempos de la iglesia. Hoy día los creyentes se edifican en la iglesia por medio de aquellos que enseñan la Palabra de Dios. El don de lenguas era una señal para mostrar a los judíos que Dios estaba con los creyentes de aquel entonces. Los dones de ciencia especial y profecía eran muy necesarios para enseñar a los creyentes los caminos de Dios antes de completarse el Nuevo Testamento. Estos tres dones no son necesarios hoy día pero Dios nos ha dado en el capítulo 14 instrucciones para que podamos entender los principios generales de sus caminos. La gran lección aquí es que todo debe ser hecho para la bendición de toda la iglesia y esto es muy importante. 14.40 Todo debe ser hecho correctamente y en orden, especialmente en las reuniones de la asamblea. Debemos estar seguros de hacer las cosas según el orden de Dios, y no del hombre. A lo largo de los años se han introducido en las iglesias muchas costumbres que en nada se basan en las Escrituras, y hoy día algunas personas dicen que podemos hacer como queremos. A Pablo le agradó mucho ver que los colosenses estaban actuando según el orden de Dios, Colosenses 2.5. Vemos en la naturaleza el hermoso orden de Dios. Él quiere que su orden sea visto en sus iglesias. 10 - La resurrección En Corintios Pablo había contestado varias preguntas acerca de las cuales los creyentes le habían escrito, y también otros problemas de los cuales él había oído de otras personas. Había divisiones en la iglesia; algunos seguían a un líder y otros a otro. Un hermano era culpable de inmoralidad y otros estaban intentando defraudar a sus concreyentes y llevarles delante de los tribunales. Algunos no tenían problema con comer carne que había sido ofrecida a los ídolos paganos. Pablo escribió también acerca de ponerse o no ponerse cubierta para la cabeza, y cómo comportarse en la cena del Señor. En los capítulos 12 al 14 hemos leído mucho acerca de la profecía, las lenguas y otros dones. Ahora en el capítulo 15 el apóstol trata la doctrina de la resurrección del cuerpo. La palabra “cuerpo” se encuentra diez veces. La resurrección quiere decir que el cuerpo de una persona es levantado de la muerte. Por supuesto solamente Dios puede hacer tal cosa y a Dios se menciona once veces en el capítulo, al Señor Jesucristo dieciocho veces. 1 Corintios 15 es más largo que cualquier otro capítulo en las veintiuna epístolas del Nuevo Testamento. Por cierto es más largo que algunas de las epístolas cortas como Filemón, Tito, 2 y 3 Juan y Judas. El Espíritu Santo consideraba la resurrección un tema muy importante. El capítulo consiste en cuatro partes: Cristo resucitó de los muertos Los creyentes resucitarán de la muerte Cómo resucitarán los muertos Qué sucederá con los creyentes todavía vivos cuando el Señor venga Cristo resucitó de los muertos La resurrección es parte del Evangelio, y Pablo había recibido una revelación especial de los hechos del Evangelio, 15.1 al 4. Los corintios podían tener la confianza de que Cristo resucitó de la muerte porque muchas personas le habían visto, 15.5 al 11. EL EVANGELIO 15.1 Pablo había predicado el Evangelio en Corinto, Hechos 18.1, y los corintios 81 recibieron y creyeron el mensaje. Fueron salvos de la única manera en que uno puede ser salvo, creyendo por medio del Evangelio. Ellos estaban todavía firmes en su fe. Nuestra firmeza está en la gracia, Romanos 5.2, 1 Pedro 5.12 Nuestra firmeza es por fe, Romanos 11.20, 2 Corintios 1.24 15.2 La palabra salvado quiere decir rescatado del pecado. Dios ha perdonado nuestros pecados y Él nos guarda del poder del pecado día a día. El Evangelio: Pablo lo recibió, lo entregó, lo predicó y lo declaró. Los corintios lo recibieron, lo creyeron, lo recordaban, fueron salvos por ello y estaban firmes en la fe Nadie puede saber con certeza que otros son salvos en verdad excepto por la manera como ellos viven. Pablo sabía que la resurrección es una realidad y una parte necesaria del Evangelio. Algunos corintios no creían en la resurrección y ellos realmente no podían ser salvos por un mensaje que negaba esta verdad. Antes habían dicho que creían en el Evangelio, incluyendo la resurrección, pero ahora ellos estaban manifestando que no creían de veras. 15.3 Pablo recibió algunas verdades directamente de Dios; por ejemplo, la cena del Señor, 11.23. Él dice aquí que recibió la verdad del Evangelio. Esta fue una revelación de Jesucristo, Gálatas 1.11,12. Él entregó este mensaje a los corintios. De los Evangelios sabemos que Cristo murió en la cruz, y que fue por nuestros pecados, Marcos 10.45, Juan 10.11,15. Las Epístolas enseñan la misma cosa, Romanos 4.25, 5.8, Gálatas 1.4, Hebreos 7.27, 10.12, 1 Pedro 1.18,19, 2.24, 3.18, 1 Juan 2.2. 15.4 El Evangelio declara que Cristo fue sepultado y resucitó de la muerte el tercer día. Algunas personas procuran decirnos que Cristo no murió en verdad, que Él solamente se desmayó a causa del dolor y los soldados suponían que estaba muerto. Pero la Biblia dice que un soldado metió una lanza en su costado, que sería suficiente como para matarlo, y también que su cuerpo estaba envuelto en una apretada sábana y quedó en la tumba por tres días. Sabemos que Jesucristo murió en verdad. En ese entonces los corintios contaban con el Antiguo Testamento pero muy poco del Nuevo Testamento. Aun el Antiguo Testamento mostraba que el Salvador que iba a venir, iba a morir y resucitar de nuevo. Léase con cuidado Salmo 16.10, Isaías 53.4 al 6, 10 al 12. MUCHOS VIERON AL SEÑOR UNA VEZ RESUCITADO 15.5 Pedro, llamado también Cefas o Simón, vio al Señor en el primer día, Lucas 24.34. María le vio aun antes de Pedro, Marcos 16.9, Juan 20.16. Tarde en el mismo día Él apareció a los diez apóstoles en un cuarto en un piso alto, y a Tomás una semana más tarde, Juan 20.19,20,26. Más adelante Matías fue llamado uno de los doce apóstoles y él también había visto al Señor una vez que había resucitado de la muerte, Hechos 1.22,26. 15.6 El Espíritu Santo nos dice aquí que Cristo fue visto por más de quinientos hombres. Mateo cuenta que los once discípulos se encontraron con el Señor en una montaña en Galilea y quizás había muchas otras personas en ese encuentro, Mateo 28.16. El versículo siguiente dice que algunos dudaban aun en esa ocasión y posiblemente esas personas eran discípulos aparte de los once. Pablo escribió esta carta unos veintitrés años después y la mayoría de aquellas quinientas personas vivían todavía. Ellos podrían dar su testimonio a cualquiera que procuraba probar que Cristo no había resucitado de la muerte en verdad. 82 15.7 Aquí el Espíritu revela que Jacobo vio al Señor después de resucitado éste. Había dos apóstoles llamados Jacobo, Hechos 1.13, y todos los apóstoles se mencionan en este versículo. Así que parece que Pablo se refiere aquí a Jacobo el hermano del Señor, Gálatas 1.19, quien no era apóstol sino líder en la iglesia en Jerusalén. Al principio ninguno de los hermanos creían en Él, Juan 7.5, pero después de su resurrección ellos estaban con los discípulos, Hechos 1.14. Los apóstoles estaban juntos de nuevo cuando el Señor subió al cielo, Hechos 1.4,9. Toda esta gente podía testificar al hecho de que habían visto a Cristo en su cuerpo humano después de haber resucitado Él de la muerte. 15.8 Pablo fue la última persona a quien Cristo se manifestó. Esto fue en el camino a Damasco cuando Pablo vio a Cristo en gloria y oyó su voz, Hechos 26.16. Pablo dijo que él era como un bebé prematuro, nacido de repente y sin el desarrollo normal. Los otros apóstoles habían estado con el Señor y habían aprendido y desarrollado lentamente hasta ser llamados apóstoles del Señor. 15.9 Pablo no era un hombre orgulloso y aquí él se refiere a sí mismo como el más pequeño de los apóstoles. Dijo que quizás la gente no debe llamarle un apóstol, porque él había perseguido al pueblo de Dios antes de su conversión, Hechos 8.3, Gálatas 1.13. Más adelante habló de sí como menos que el más pequeño de todos los santos, Efesios 3.8. El en sí no era nada, pero sabía que en verdad no era inferior a ninguno de los apóstoles, 2 Corintios 12.11. 15.10 Pablo ha debido ser juzgado por Dios por perseguir a su pueblo, y sólo la gracia de Dios le hizo lo que era. La gracia de Dios no fue malgastada en él. Pablo amaba al Señor quien le salvó y no quería otra cosa más que servirle a él. La gracia de Dios obraba en él y él trabajaba más intensamente que los otros apóstoles. Sabemos que somos solamente pecadores salvos por la gracia de Dios. ¿Estamos dispuestos a darnos de un todo a Dios: nuestros días, nuestros cuerpos, nuestros dones, todo por Jesús? 15.11 La gracia de Dios se veía en Pablo y en las vidas de aquellos que creyeron en Cristo por medio de sus labores. Esto probaba que Cristo vivía, que resucitó de entre los muertos. Todos los apóstoles seguían en la predicación del mismo Evangelio; era lo que los corintios creían y por lo mismo habían sido salvos. Los creyentes resucitarán de la muerte Algunos de los corintios enseñaban que no hay resurrección. En esto ellos estaban siguiendo la enseñanza falsa de los saduceos, Hechos 23.8. El Señor Jesús respondió a esta doctrina, Marcos 12.18 al 27, y los corintios han debido saber mejor. Más adelante dos hombres enseñaban que la resurrección ya había tenido lugar y esto destruyó la fe de algunos creyentes sencillos, 2 Timoteo 2.17,18. Aquí el apóstol considera cuatro preguntas y los resultados si fueran ciertas estas cosas. Si no hay resurrección, Cristo no resucitó de la muerte. Si Cristo no resucitó, nosotros estamos todavía en nuestros pecados Si Cristo sí resucitó, todos los hombres van a resucitar de la muerte Si no hay resurrección, nosotros no tendríamos que sufrir como cristianos ¿QUÉ DE SI NO HAY RESURRECCIÓN? 15.12 Los apóstoles enseñaban que Cristo resucitó de la muerte. ¿Como entonces podían decir algunos de los corintios que es imposible la resurrección de personas muertas? 15.13,14 Si nadie puede resucitar de la muerte entonces Cristo no resucitó, porque Él era un Hombre que murió. Si esta enseñanza fuera cierta, entonces sería inútil predicar el Evangelio 83 y si no hay Evangelio entonces por supuesto su fe no tenía valor, 15.2,17. 15.15,16 Los apóstoles serían mentirosos porque ellos dijeron que Dios había resucitado a Cristo y ellos le habían visto vivo después de su muerte. Dios no le levantó a Cristo si es que no hay tal cosa como la resurrección y ninguna persona muerta puede resucitarse. Los corintios nunca han debido decir estas cosas. ¿QUÉ DE SI CRISTO NO RESUCITÓ? 15.17 Nuestra fe se basaría en un mensaje falso acerca de un Cristo muerto. Un mensaje de este tipo no podría salvar a nadie del pecado. Nosotros seríamos todavía pecadores culpables bajo el juicio de Dios. 15.18 Esta enseñanza falsa dejaría a los corintios perdidos para siempre. Algunos cristianos habían perdido la vida por decir que creían en el Evangelio acerca de Cristo. Ellos también estaban perdidos si ese mensaje era falso. Dormir en Cristo quiere decir creer en él y luego morir. Sus cuerpos "duermen" y resucitarán cuando venga Cristo. Sus espíritus ya están con el Señor y ellos están muy contentos, Filipenses 1.21,23. 15.19 Nosotros esperamos que Cristo nos resucitará de la muerte y que viviremos para siempre con el Señor. Con esta esperanza podemos estar contentos en este mundo aun cuando tengamos grandes problemas, Romanos 5.3, 1 Pedro 4.16. ¿Pero qué de si no hay resurrección? Entonces estamos sufriendo por nada y la gente debe sentir gran lástima por nosotros. ¿CUÁLES SON LOS RESULTADOS DE LA RESURRECCIÓN DE CRISTO? En estos versículos el Espíritu Santo muestra que todos los hombres resucitarán de la muerte y serán sujetos a Dios. Todos resucitarán — 15.20 El apóstol ha probado que Cristo sí resucitó de la muerte, y que no es aceptable ninguna otra enseñanza. Un gran resultado de esto es que la gente puede resucitar de la muerte y la Biblia enseña que en efecto la gente va a resucitar, Juan 5.28,29. Cristo es como el primer grano de trigo que el agricultor consigue antes de estar lista toda la cosecha. Sabemos que Cristo resucitó y por esto podemos estar seguros de que toda persona va a resucitar también. 15.21 La muerte es el resultado del pecado de un hombre, Génesis 2.17, Romanos 5.12. Todos son pecadores y la regla de Dios es que todo pecador debe morir, Hebreos 9.27. Pero por medio de otro Hombre habrá una resurrección de la muerte. 15.22 Todos los descendientes de Adán y Eva tienen un cuerpo que puede morir y todas las personas excepto el Señor Jesús tienen una naturaleza pecaminosa que les hace pecadores. Cristo es un Hombre, pero también es Dios. Él resucitó de la muerte y tiene poder de resucitar a todas las personas de la muerte. 15.23 Hace mucho tiempo que Cristo resucitó. Es como el primer grano de una gran cosecha, 15.20. Los creyentes de aquel entonces son de Cristo y ellos van a resucitar de la muerte cuando el Señor venga. Aprenderemos más acerca de esto en el versículo 52. Los que no son creyentes también van a resucitar de la muerte y serán juzgados por el Señor. Esto será mil años después de la primera resurrección, Apocalipsis 20.5,12,13. Todo estará sujeto a Dios — 15.24 Entonces vemos el plan y orden de Dios: (1) La resurrección de Cristo (2) La resurrección de creyentes (3) El fin. El Señor Jesús va a dar de nuevo a Dios el Padre la autoridad que Él recibió para ser Rey 84 sobre el mundo. Para ese entonces Cristo habrá puesto en sujeción todos los poderes espirituales que se han rebelado contra Dios. Aun ahora estos poderes han sido puestos en sujeción a Él, 1 Pedro 3.22, pero más adelante Él los obligará a obedecer para que nunca más puedan luchar contra Dios y su pueblo. 15.25 Es necesario que Él reine. Esta es la voluntad de Dios y nada podrá cambiarla. Los reyes de la tierra van a unirse contra Cristo pero no podrán tener éxito, Salmo 2.2,6. El fin vendrá cuando Dios haya puesto todos sus enemigos bajo Cristo. Es necesario que Él sufra Hechos 17.3 Es necesario que Él resucite Hechos 17.3 Es necesario que Él reine 1 Corintios 15.25 15.26 Algunos de los enemigos de Cristo son hombres y ellos también tendrán que morir. La muerte en sí es un enemigo y ella también será vencida. Después de eso nadie va a morir, pero los malos serán juzgados y enviados al Lago de Fuego. Esto se llama la muerte segunda, Apocalipsis 20.14,15. En Apocalipsis encontramos más detalles: Satanás será atado con una gran cadena 20.1,2 Cristo y los santos reinarán sobre el mundo por mil años 20.4,6 Satanás será suelto 20.7 El reunirá a los hombres para luchar contra el pueblo de Dios 20.8 Los hombres serán destruidos por fuego 20.9 Satanás será echado al Lago de Fuego 20.10 Todos los pecadores se presentarán ante Cristo, quien va a estar sentado sobre el Gran Trono Blanco 20.11,12 Ellos también serán echados al Lago de Fuego 20.15 Dios creará un nuevo cielo y tierra 21.1 15.27 La Biblia dice que Dios prometió poner todas las cosas debajo los pies de Cristo, Salmo 8.6, y el Espíritu Santo repitió estas palabras aquí en el versículo 27. Dios también mandó al Señor Jesús a sentarse a la mano derecha de Dios hasta que Él haya puesto sus enemigos por debajo de sus pies, Salmo 110.1, Hebreos 1.13. Todas las cosas. Esto quiere decir todo y todas las personas, pero todavía no vemos todo sujeto a Él, Hebreos 2.8. De todos modos, Dios no se pondrá debajo de la autoridad de Cristo, pero pondrá a toda otra persona bajo el Hijo cuando venga el tiempo de Dios. 15.28 Esto será el fin. El Hijo estaba sujeto a su Padre cuando aquí sobre la tierra y lo será en toda la eternidad. Esto no quiere decir que el Hijo sea menor que Dios, sino quiere decir que Él no será mayor que el Padre; Dios será todo en todos. La palabra Dios muchas veces quiere decir Padre, Hijo y Espíritu Santo. ¿POR QUÉ SUFRIR SI NO HAY RESURRECCIÓN? Muchos creyentes sufrían por el nombre de Cristo y muchos habían perdido la vida. La vida cristiana no tendría sentido sin la resurrección. 15.29 Hoy día algunos maestros suponen que la gente muerta puede recibir beneficio si una persona se bautiza por ellos en vida. Pero la Biblia enseña que el bautismo muestra a todos que un creyente es un discípulo de Cristo. Somos bautizados en la muerte de Cristo pero Cristo resucitó, así que nosotros debemos vivir una vida nueva por Él, Romanos 6.3,4. El bautismo no hace que un pecador vivo sea una persona salva, y por supuesto no puede ayudar a los que ya están muertos. Posiblemente el versículo 29 quiere decir que cristianos nuevos se están bautizando y 85 tomando su lugar en la asamblea. Ellos sabían que tendrían que sufrir y podrían perder la vida. Les era permitido a los siervos de Satanás matar a algunos creyentes y esos creyentes recibirán el galardón del mártir, Hebreos 11.35. Pero la Iglesia seguía creciendo. Algunos morían pero otros se bautizaban y tomaban el lugar de los que ya no estaban. Podríamos decir que ellos fueron bautizados por, o en el lugar de, los muertos. 15.30 Pablo y los otros apóstoles sabían que ellos estaban en peligro de muerte cada hora de cada día. Esteban y Jacobo fueron asesinados y Pedro y Pablo casi perdieron la vida, Hechos 7.59, 12.2,4, 14.19. ¿Por qué estaría alguien dispuesto a morir por el Evangelio si es sólo una gran mentira? 15.31 Pablo estaba preparado para la muerte todos los días. El tenía algún problema físico o alguna enfermedad pero también tenía que enfrentar peligros y muerte muchas veces. Él dio más detalles acerca de sus experiencias en 2 Corintios 11.23 al 27, pero aquí declara que estaba en peligro todo el tiempo. Pablo estaba agradecido por la obra del Señor en Corinto y contaba a otros de los creyentes allí, 2 Corintios 7.14, 9.2. Aquí él hace esta fuerte declaración con base en su contentamiento a causa de ellos. 15.32 A veces los cristianos de aquel entonces eran lanzados a la plaza de fieras donde animales feroces pronto los destruían mientras el público seguía el espectáculo desde lugares seguros. No se podía castigar de esta manera a los ciudadanos romanos, así que Pablo quería decir que él tenía grandes problemas con los que hacían ídolos en Éfeso, Hechos 19.23 al 34. En el Salmo 22 David habló de sus enemigos como fieras, 15.12,13,16,20,21. ¿Pablo haría frente a todos estos peligros simplemente como un hombre? No, él sabía que Cristo había resucitado de la muerte y también Él resucitaría a Pablo. Si no hay resurrección, bien podríamos decir: Vamos a gozarnos porque pronto se acaba la vida y la muerte es el fin de todo. Los pecadores en Israel decían eso, Isaías 22.13, y la gente pagana estaba diciendo lo mismo en los tiempos de Pablo. Hoy día muchas personas viven así, cualquier cosa para placer, ya que no creen en Dios ni en una vida futura. 15.33 Aun la gente pagana sabía que una persona probablemente llegaría a ser como sus amigos o amigas. En este versículo Pablo citó un refrán de un poeta griego llamado Menander. Los compañeros malos echarán a perder una persona. Así Pablo advirtió a sus lectores a no dejar que Satanás los haga pensar otra cosa. La enseñanza falsa cambiaría su modo de vida y los creyentes no deberían tener ninguna comunión con aquellos que enseñaban que no hay resurrección. 15.34 El Espíritu mandó a los corintios a despertarse, ser sobrios, vivir de una manera santa y no continuar en el pecado. Algunos de ellos eran ignorantes del poder de Dios y su manera de hacer las cosas. Esto quedaba claro porque ellos estaban enseñando que no hay resurrección. Toda la asamblea ha debido estar avergonzada pero en cambio ellos tenían orgullo de su sabiduría, 1.17 al 30. Lo mismo era cierto cuando un hermano cayó en un terrible pecado. Esto afectaba a toda la asamblea pero los creyentes estaban orgullosos cuando han debido estar tristes, 5.2. ¿Cómo resucitarán los muertos? Los corintios han debido saber lo que el Espíritu Santo enseñó a los creyentes en Tesalónica, que los cristianos que mueren van a resucitar en la venida de Cristo, 1 Tesalonicenses 4.16. Pero en este capítulo el Espíritu Santo ha enseñado que Cristo resucitó de la muerte y va a resucitar a todos en su debido tiempo. La gente griega era enseñada a no creer nada que no podían entender, así que Pablo continuó con una explicación del misterio de la resurrección. Él lo hace con ilustraciones de la naturaleza: semillas, animales, estrellas, 15.35 al 41, y entonces les muestra cómo los creyentes vivos irán al cielo, 15.42 al 50. 86 CUADROS DE VIDA Y GLORIA 15.35 La gente podría pensar en la resurrección y hacer dos preguntas: ¿Cómo resucitarán los muertos; y qué cuerpo tendrán? La gente en Atenas se reía de Pablo cuando él hablaba de la resurrección, Hechos 17.32. 15.36 Estas preguntas necias mostraban que en realidad uno no estaba pensando bien. Todo el mundo sabe que una semilla no producirá una planta viva si primeramente la semilla no "muere". El Señor Jesús también enseñó una lección espiritual de este hecho, Juan 12.24. Primeramente la semilla tiene que ser plantada en la tierra. Parece que muere allí pero pronto Dios produce vida de ella, una cosa viva con la misma naturaleza que la semilla. 15.37,38 El agricultor no pone toda la planta en la tierra, sino sólo la semilla. Dios le da a la semilla un cuerpo según su propia voluntad, a cada semilla su propio cuerpo especial. Hay miles de diferentes tipos de semilla y Dios ha diseñado toda la naturaleza según su gran plan. 15.39 También hay miles de diferentes tipos de animales. Los hombres tienen un tipo de carne, los animales otro, los peces otro, las aves otro. No es correcto decir que la carne del ser humano es la misma que la carne de animales. Aquí Pablo está enseñando que hay grandes diferencias en el mundo de la naturaleza. 15.40 Hay cuerpos que están bien adaptados para los cielos, y hay cuerpos que Dios ha preparado para la vida sobre la tierra. Cada tipo de cuerpo es importante y cada uno tiene su propia gloria. 15.41 Hay diferencias entre los objetos en los cielos que nosotros podemos ver con nuestros ojos naturales. El sol, la luna y las estrellas tienen su propia gloria, y algunas estrellas son más brillantes que otras. EXPLICACIÓN DE LA RESURRECCIÓN Pablo usó estas ilustraciones para ayudarnos a entender qué va a suceder cuando resucitamos de la muerte. 15.42 Cuando una persona muere, su cuerpo es puesto en la tierra y es sepultado. El cuerpo humano no puede vivir para siempre porque todos están bajo la pena de muerte. Todos los hombres serán resucitados de la muerte y recibirán un cuerpo que no morirá. Sin embargo, los malos serán juzgados y lanzados al lago de fuego, que se llama la muerte segunda, Apocalipsis 20.14,15. Debemos advertir a la gente acerca de esto y enseñarles cómo sus nombres pueden ser escritos en el libro de la vida del Cordero. 15.43 Nuestro cuerpo natural se está muriendo; no tiene honra, es débil. Los creyentes recibirán cuerpos nuevos que nunca podrán morir, cuerpos de gloria y poder. Nuestros cuerpos nuevos serán como el de Cristo, 1 Juan 3.2. Después de resucitado de la muerte Cristo tenía un cuerpo que los hombres podían ver y tocar, Lucas 24.39, pero era glorioso, Filipenses 3.21. 15.44 El cuerpo que el hombre tiene ahora es un cuerpo natural y está bajo el control del alma; el hombre se conduce según sus sentidos. Nuestros cuerpos nuevos estarán bajo el control de nuestros espíritus y mejor adaptados al cielo. Muchas veces actuamos ahora según los deseos del alma y hacemos las cosas simplemente porque sentimos el deseo de hacerlas. Debemos dejar que el Espíritu Santo nos muestre qué hacer y nos ayude hacerlo. 15.45 Adán fue creado primero y dado un cuerpo, alma y espíritu pero en Génesis 2.7 dice que fue hecho alma viviente. Esto sugiere que el alma del hombre iba a controlar su vida. Adán fue el primer padre de todos los hombres. Él pecó y así pasó su naturaleza pecaminosa a la raza humana. 87 Cristo es la Cabeza de una nueva creación y por esto también se llama Adán. Él nunca hará mal y así Él es el último Adán. Nunca habrá otra raza de hombres. Adán recibió su vida de Dios; Cristo tiene vida en sí, y da vida a todos, Juan 1.4, 5.25 al 29. 15.46 En el plan de Dios las cosas naturales vienen primero y las cosas espirituales vienen después. Cristo vino después de Adán. En nuestras vidas éramos primeramente sólo hombres naturales. Venimos a Cristo y recibimos el Espíritu Santo. Ahora debemos vivir como personas espirituales. 15.47 Adán fue formado del polvo de la tierra, pero más que eso él era una persona terrenal; pensaba y actuaba como un hombre de este mundo. El Señor Jesús nació de la virgen María, pero Él era y es el Hijo de Dios que vino del cielo a la tierra, Juan 3.13,31, 6.38,51. Él es Señor de todo, Hechos 10.36. 15.48 Todos los hombres y mujeres son descendientes de Adán. Todos tenemos la misma naturaleza, somos gente de la tierra. Algunos de nosotros hemos nacido de nuevo y somos de Cristo. Tenemos la naturaleza nueva, participamos en la naturaleza de Dios, 2 Pedro 1.4. Somos como Cristo, 1 Juan 4.17. Dios está obrando en nuestras vidas para hacernos más como él, Romanos 8.28,29. Este proceso se completará cuando le veamos como El es, 1 Juan 3.2. 15.49 Nacimos como Adán, y éramos gente terrenal como Adán y Eva. En la resurrección tendremos cuerpos como el de Cristo, Filipenses 3.21, y, mejor todavía, no tendremos una naturaleza pecaminosa, así también como Cristo. 15.50 Nuestros cuerpos terrenales no podrían existir en el cielo en su forma actual. Carne y sangre se refiere al cuerpo natural, 15.44, y no pueden heredar el reino. Los hombres malos no van a heredar el reino, 6.9, ni aquellos que practican las obras de la carne, Gálatas 5.19 al 21. Pero aquí los apóstoles declararon que los cristianos nacidos de nuevo necesitan un cuerpo nuevo, otro tipo de cuerpo, para entrar al cielo. ¿Qué sucederá con los creyentes todavía vivos cuando el Señor venga? En el versículo 35 alguien preguntó: ¿Que tipo de cuerpo tendremos en la resurrección? La respuesta es: Un cuerpo como el de Cristo. Pero la Iglesia continuará sobre la tierra hasta que el Señor venga. La carne y la sangre no pueden heredar el reino, así que surge la pregunta: ¿Cómo va a llegar esta gente al cielo? La respuesta es: Sus cuerpos serán cambiados. El Espíritu Santo ya había revelado a la Iglesia por medio de Pablo que el Señor va a descender a llevarnos al cielo. Los creyentes muertos van a resucitar de la muerte, y entonces los creyentes vivos van a ser llevados con ellos y todos van a estar para siempre con el Señor, 1 Tesalonicenses 4.14 al 17. 15.51 Pablo podía entender algunos de los misterios de Dios porque el Espíritu Santo le reveló lo que no se sabía antes, 1 Corintios 2.7, 4.1. Aquí aprendemos acerca del misterio del Rapto. Primeramente, algunos creyentes van a estar vivos cuando Cristo venga. Ellos no van a morir pero sus cuerpos serán cambiados. 15.52 Este cambio tendrá lugar en un espacio de tiempo muy corto, el tiempo necesario para abrir y cerrar el ojo. Tendrá lugar cuando suene la trompeta para resucitar los creyentes muertos. Ellos recibirán cuerpos nuevos que nunca podrán volver a morir, y nuestros cuerpos serán cambiados. 15.53 Hoy día tenemos cuerpos que podrían morir y no son aptos para el cielo. Todos los creyentes, tanto vivos como muertos, van a recibir cuerpos nuevos que no podrán morir. 15.54 Nuestros cuerpos que tenemos ahora pueden perecer y morir pero nuestros cuerpos nuevos serán inmortales. Esto tendrá lugar en la resurrección cuando Cristo vuelva por 88 nosotros. Entonces se cumplirá la profecía: La muerte ha sido devorada por la victoria, Isaías 25.8. El temor de la muerte guarda a los hombres en sujeción como esclavos pero la esperanza de la resurrección nos libera, Hebreos 2.15. 15.55 Entonces el apóstol usó palabras de Oseas 13.14. Él habla de la muerte como si fuera una persona. Parece que la muerte todavía puede reclamar a todos pero en la resurrección el poder de la muerte será al revés. Nosotros los creyentes podemos ver la muerte como un siervo que nos lleva a la presencia de Dios, donde esperaremos con gran gozo hasta el día de la resurrección. Los cristianos no deben temer la muerte, ni debemos estar muy tristes cuando otro creyente se marcha a estar con el Señor. 15.56 Todo esto es posible porque Cristo murió por nuestros pecados. Con razón la gente tiene temor de la muerte porque los pecadores deben enfrentar el juicio de Dios. La ley dice que Dios va a castigar a los que pecan. El Señor Jesús ha tomado nuestro castigo sobre sí mismo, así que no tenemos temor de la muerte ni del juicio de Dios. 15.57 Tenemos la victoria sobre el temor de la muerte solamente por medio de nuestro Señor Jesucristo, su muerte por nosotros y su resurrección de la muerte. Deténgase ahora mismo para dar gracias a Dios por el gozo y paz que Él nos ha dado en vez del viejo temor y tristeza. 15.58 ¿Qué efecto debe tener esto sobre nuestra vida? En vista de estas cosas nosotros debemos estar firmes en el Señor y mantenernos ocupados para Él. Algunas personas flojas piensan que les es permitido no hacer nada porque el Señor viene pronto. Aquí el Espíritu Santo nos manda a seguir sirviendo a nuestro Salvador. El Señor nunca se olvidará de lo que se hace por Él. Vendrá con galardones, Apocalipsis 22.12. Solamente lo que se hace por Él va a durar para siempre, 3.14. Nuestro trabajo por Él no puede ser sin valor. "Trabajar es mi deseo sin cesar por el Señor." El Espíritu Santo ya había revelado a la Iglesia por medio de Pablo algunas grandes verdades acerca de la venida del Señor, en 1 Tesalonicenses 4. En 1 Corintios 15 Él repitió algunas de estas cosas, pero no todas ellas, y añadió otras. 1 Tesalonicenses 4 Jesús murió y resucitó 4.14 los que durmieron en él decimos esto en palabra del Señor 4.15 nosotros que vivimos con trompeta de Dios 4.16 alentaos los unos a los otros con estas palabras 4.18 1 Corintios 15 Cristo ha resucitado de los muertos no todos dormiremos os digo un misterio no todos dormiremos se tocará la trompeta estad firmes y constantes, creciendo en la obra 15.20 15.51 15.52 15.58 Cada uno de estos dos capítulos tiene alguna verdad especial no revelada en el otro: 1 Tesalonicenses 4 traerá Dios con Jesús a los que durmieron nosotros ... no precederemos 1 Corintios 15 todos seremos transformados en un momento 4.14 89 15.51 15.52 a los que durmieron voz de mando ... de arcángel los muertos en Cristo resucitarán primero estaremos siempre con el Señor 4.15 4.16 esto corruptible se vestirá de incorrupción 4.17 ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria? 15.54 vuestro trabajo en el Señor no es en vano 15.58 15.53 11 - La ofrenda dominical Hemos visto que Pablo escribió a los corintios y contestó algunas de sus preguntas acerca de lo que ellos deberían hacer en la iglesia. En el último capítulo él les habló de una ofrenda especial por los creyentes pobres en Jerusalén. 16.1 Pablo había mandado a las asambleas en la provincia de Galacia a tomar una ofrenda especial a favor de sus hermanos que necesitaban ayuda. Los creyentes en Macedonia recogieron fondos con este fin, 2 Corintios 8.2 al 4. Aquí Pablo mandó a los corintios hacer su parte y más adelante dijo que ellos lo habían hecho, Romanos 15.26. (La asamblea en Corinto era la más grande en Acaya, o Grecia). 16.2 Este versículo nos da algunas reglas acerca de dar al Señor. (a). Debemos dar con regularidad. Las iglesias en ese entonces se reunían los domingos, el primer día de la semana, para adorar al Señor y partir el pan, Hechos 20.7. El dar es una parte de nuestra adoración, Hebreos 13.15,16. Pablo dijo a los creyentes que cada uno debe guardar sus ofrendas para que el dinero estuviese disponible cuando él llegara. Él no quería que ellos esperasen su llegada para tener entonces una gran reunión para recoger los fondos. Ellos debían guardar su dinero para esta ofrenda especial, pero el principio de dar cada semana aplica hoy día. (b). Cada uno debe dar parte de lo que ha ganado o recibido esa semana. En el Antiguo Testamento el pueblo de Israel tenía que dar la décima parte, pero el Nuevo Testamento no nos dice cuánto dar. Sí nos enseña que el galardón será mayor para los que dan bondadosamente y con sacrificio, 2 Corintios 9.6. 16.3 También es importante que más de un hombre sea responsable por el dinero de la asamblea. Aquí Pablo dice que la iglesia debería escoger algunos hombres para llevar el dinero a Jerusalén. Él podía escribir cartas a la iglesia allí para presentar a estos hombres, o la iglesia podría escribir las cartas. Es bueno hacer conocer, o encomendar, los creyentes que van de una iglesia a otra, diciendo por medio de una carta que la persona es de la asamblea. 16.4 Pablo estaría dispuesto a ir con ellos y sabemos que sí fue, con ocho hombres más incluyendo a Lucas, y llevó los fondos a Jerusalén, Hechos 20.4, 24.17. 12 - Planes y saludos En los últimos veinte versículos Pablo contó a los corintios acerca de sus planes, 16.5 al 12; dio algunos mandamientos finales, 16.13 al 18; envió saludos y la bendición de Dios, 16.19 al 24. Los planes de Pablo 16.5 Pablo estaba en la provincia de Asia cuando escribió esta carta y él tenía planificado ir a Corinto después de estar en Macedonia, Hechos 20.1,2. Les había advertido a 90 los corintios que vendría a verles y posiblemente tendría que hablar muy fuertemente a ellos, 4.21. 16.6 Ahora en el capítulo 16 él habló como si ellos le darían la bienvenida. Él pensaba que tendría que pasar el invierno en Corinto y que posiblemente los creyentes le ayudarían a hacer el viaje. Otras iglesias hacían esto, Hechos 15.3, Romanos 15.24, y era una costumbre buena, 2 Juan 6. 16.7 Pablo pensaba al principio visitar a Corinto en su viaje a Macedonia, 2 Corintios 1.15, pero ahora pensaba que sería mejor pasar más tiempo con ellos. Pablo oraba antes de hacer sus planes, pero aun así él estaba dispuesto a cambiarlos si el Señor le mostraba algo diferente. Nosotros debemos hacer lo mismo, Lucas 22.42, Santiago 4.15. 16.8 Él no dijo exactamente cuándo iría a Macedonia y Corinto pero sí pensaba quedarse un tiempo corto en Éfeso hasta el tiempo de Pentecostés, Hechos 2.1, 20.16. El día de Pentecostés viene siete semanas después de la Pascua cada año. 16.9 El Señor le había dado a Pablo una puerta abierta de gran oportunidad en Éfeso. Él ya había visto mucha bendición, Hechos 19.10,20, pero también el enemigo estaba muy activo, Hechos 19.23, 1 Corintios 15.32. Así es siempre. Dios nos da bendición y gozo en su obra, pero de una vez Satanás procura destruirlo. 16.10 Entonces Pablo mandó a los corintios que recibieran a Timoteo si fuera a visitarles. Timoteo quizás no era tan valiente como Pablo o Bernabé, 2 Timoteo 1.7, pero era fiel en la obra del Señor, como también lo era Pablo. Más adelante él sí fue a Corinto con Pablo y ellos dos enviaron sus saludos a los creyentes en Roma, Romanos 16.21. 16.11 Timoteo era todavía relativamente joven y posiblemente algunos corintios pensarían que él no era muy importante. Pablo mandó que le ayudaran en su camino al marcharse de Corinto para regresar a Pablo, junto con algunos creyentes más. 16.12 Poco antes Pablo quería que Apolos visitara a Corinto junto con otros que llevaron esta carta a la iglesia, pero Apolos no quería ir en esa ocasión. La asamblea en Corinto estaba dividida en grupos, algunos llamándose por el nombre de Pablo y otros por el nombre de Apolos, 1.12. Ni Pablo ni Apolos estaba dispuesto a estimular cualquier uso de sus nombres para dividir la asamblea. Mandamientos finales Entonces Pablo les dio a los corintios cinco mandamientos acerca de sus vidas como cristianos, 16.13,14, y les mandó que mostraran especial respeto para algunos en la iglesia. 16.13 Aquí hay cuatro instrucciones cortas: Quédense despiertos, atentos al peligro y el enemigo. Pablo había dicho lo mismo a otros, 1 Tesalonicenses 5.6, Colosenses 4.2. Y Pedro también, 1 Pedro 5.8, y el Señor Jesús, Apocalipsis 3.2. Quédense firmes en la fe cristiana, sin hacer caso a doctrina falsa, 2 Tesalonicenses 2.15, Gálatas 5.1, Filipenses 4.1, Efesios 6.14. Sean valientes como hombres sin temor de nada, 2 Samuel 10.12. Debemos dejar atrás las costumbres de niños, 13.11, y entender las verdades más profundas de las Escrituras, 3.1, Hebreos 5.14. Sean fuertes, guardando la verdad que habían recibido, 2 Tesalonicenses 2.15, Hebreos 4.14, 6.18. 91 16.14 Todo debería ser hecho de una manera amorosa y con un amor sincero en el corazón. El amor es más importante que cualquier don, 13.1 al 3. 16.15 Estéfanas y su familia fueron los primeros griegos en aceptar el evangelio y ser una familia cristiana. Pablo los había bautizado, 1.16, y ellos se habían dedicado a servir al pueblo de Dios. Debemos hacer lo mismo, Romanos 12.7, 15.25, Hebreos 6.10, 1 Pedro 4.10. 16.16 Pablo mandó a los corintios que obedecieran a éstos y otros líderes que estaban dispuestos a trabajar por el Señor. En Hebreos 13.17 se nos manda obedecer a los que Dios ha hecho líderes en la asamblea. Este es el orden divino; orden y sujeción son palabras importantes en 1 Corintios 11.34, 14.32,34,40. 16.17 Tres hombres viajaron en peligro desde Corinto hasta Éfeso para ver a Pablo y traerle la carta de la asamblea en Corinto. A Pablo le contentó verles y recibir noticias acerca de los creyentes en ese lugar. 16.18 Estos hombres eran un consuelo y estímulo para Pablo, como ellos habían sido para los otros creyentes en la asamblea en Corinto. Pablo mandó a los creyentes que reconocieran a estos hombres como líderes. Saludos y una bendición Ahora Pablo terminó su larga carta con saludos y su oración por la bendición de Dios sobre los corintios. 16.19 Más adelante había por lo menos ocho asambleas en la provincia de Asia, Apocalipsis 1.4, Colosenses 4.16, y los creyentes en esta ocasión mandaron saludos a los cristianos en Corinto. Aquila y Priscila habían estado en Corinto y fueron con Pablo a Éfeso, Hechos 18.2,3,18. Ellos eran judíos por nacimiento y llegaron a ser cristianos, como Pablo. Ellos también hacían tiendas, como Pablo. En Éfeso algunos de los creyentes se reunían como asamblea en la casa de éstos. Todos ellos mandaron saludos a Corinto. 16.20 Todos los hermanos mandaron saludos a los creyentes en Corinto. Dios nos está enseñando amar el uno al otro, 1 Tesalonicenses 4.9, y Pablo mandó a los corintios que saludaran el uno al otro con un beso santo, porque el beso es una señal de amor, 1 Pedro 5.14. El amor debe ser real y sincero, 1 Pedro 1.22. Un beso debe ser verdadero y santo. En algunos países hoy día los varones saludan a otros varones con un abrazo o un beso y las mujeres se saludan entre sí de la misma manera. 16.21 Entonces Pablo mandó sus propios saludos y escribió este versículo él mismo. Alguna otra persona escribió toda la carta conforme Pablo le decía qué hacer. En el Antiguo Testamento Baruc escribió lo que el profeta de Dios le mandó decir, Jeremías 36.17,18, y Tercio escribió la carta de Pablo a los romanos, Romanos 16.22. Algunas personas procuraban difundir enseñanza mala, escribiendo cartas y poniendo el nombre de Pablo al final, 2 Tesalonicenses 2.2, así que Pablo siempre firmaba sus cartas y oraba por la gracia de Dios para los lectores, 2 Tesalonicenses 3.17,18, Colosenses 4.18. 16.22 Algunas personas decían que amaban al Señor Jesús pero era mentira, como Judas cuando besó al Señor. Otros mostraban que ellos odiaban a Cristo con decir anatema Jesús, 12.3. Aquí el Espíritu Santo dijo que la maldición de Dios va a caer sobre todos aquellos que no aman al Señor Jesús, aquellos que no creen en Él. Pero los corintios amaban al Señor y esperaban su venida. Así Pablo usó dos palabras en el idioma griego, Maranata, o, El Señor viene, Santiago 5.8. Estas palabras pueden ser también una oración que el Señor regrese por nosotros, Apocalipsis 22.20. 16.23 Entonces Pablo oró que la gracia del Señor Jesús estuviera con ellos. Pablo escribió 92 trece cartas en el Nuevo Testamento y al comienzo de cada carta él pidió a Dios darles gracia y paz a sus lectores. Él terminó todas trece con una oración por gracia sobre ellos. Pedro también comenzó sus dos cartas de la misma manera, y Juan también en su segunda carta y en el Apocalipsis. Hebreos y Apocalipsis terminan así también. Pablo mismo conoció la gracia de Dios, 2 Corintios 12.9, Gálatas 1.15, 1 Corintios 3.10, 10.30, 15.10, y enseñaba que somos salvos y justificados por gracia, Efesios 2.5,8, Romanos 3.24, y no por obras, Romanos 11.6. 16.24 Finalmente él expresó su amor en Cristo Jesús para con todos ellos. Le había sido necesario decir algunas palabras severas en su carta pero aun estas palabras eran para guardarles del pecado. Había dicho que el amor nunca deja de ser y que todo debe ser hecho con amor, 13.8, 16.14. Los corintios deberían saber que en verdad él les amaba a todos en el Señor. La iglesia en Corinto distaba mucho de ser perfecta. Podemos estar agradecidos que Dios haya permitido estos problemas en Corinto porque el Espíritu Santo le mostró a Pablo cómo tratarlos. Posiblemente en nuestras iglesias no tengamos exactamente los mismos problemas pero podemos aprender de 1 Corintios los principios de los consejos de Dios. La iglesia imperfecta nos ayudará en hacer nuestras iglesias más como Dios quiere que sean. 93 Comentario conciso sobre 1 Corintios J.M. Davies; Bombay, India; 1960 Traducción de la primera parte del libro The Epistles to the Corinthians, a concise commentary; publicado por Gospel Literature Service, Bombay,1975. Introducción a las dos epístolas Un análisis de 1 Corintios Citas del Antiguo Testamento en 1 Corintios 1. Introducción 1.1 al 1.9 2. La asamblea cristiana y su unidad 1.10 al 4.21 3. La asamblea cristiana y su santidad 5.1 al 6.11 4. La asamblea cristiana y la libertad personal 6.12 al 11.1 5. La asamblea cristiana y su ministerio 11.2 al 15.11 6. La asamblea cristiana y el triunfo definitivo 15.12 al 58 7. La asamblea cristiana y su responsabilidad capítulo 16 8. Conclusión 16.22 al 24 Introducción a las dos epístolas La ciudad de Corinto está ubicada en el estrecho istmo que une lo que era la provincia griega de Acaya con el resto de Grecia. Era la capital de Acaya. Destruida en el segundo siglo antes de Cristo, fue reconstruida por Julio César como colonia romana. Debido a su ubicación estratégica, era importante en lo militar. La fuerte de Corinto, el Arcocorintius, estaba a una altura de 600 metros y protegida en todas sus vías de acceso. Los barcos navegaban desde el este hasta el cercano puerto de Cenrea y desde el oeste hasta Corinto por su golfo. La fuente de Peirene surtía agua en abundancia. Corinto llegó a prosperar como centro importante de comercio mediterráneo y contaba con una población de romanos, griegos y judíos. Los juegos del istmo, a los cuales se aluden en la primera epístola, atraían a muchos. Eran notorias la idolatría y lascivia. Se dice que mil devadasis (“vírgenes” o prostitutas del templo) estaban al servicio de los forasteros en el templo de Apordite. Se consideraba la fornicación como un acto de consagración a la diosa en vez de uno de profanación del cuerpo. Corinto era la Sodoma del Mar Egeo. La ciudad antigua es hoy día una aldea de quinientos habitantes. Al visitarla en 1952, vi en el pequeño museo los restos excavados de la adoración fálica, parecidos a los que había visto en Benares en 1950. 94 Se registra dos visitas del apóstol Pablo a la ciudad, y él alude a una posible tercera visita, 2 Cor. 13.1. En la primera, Hechos 18.1 al 17, se quedó por dieciocho meses o más. “Muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados”. La segunda fue por tres meses. Se dan pocos detalles, pero es evidente que no fue placentera, 2 Cor. 2.1, etc. Es difícil determinar si se realizó la tercera visita. En la asamblea en Corinto había judíos, entre ellos Aquila, Priscila, Crispo y Sóstenes, pero la mayoría eran gentiles o de entre los gentiles. Nombres como Erasto, Quarto y Gayo señalan antecedentes romanos. Antes de convertidos, se habían extraviado en una vil idolatría, 1 Cor. 12.2. No había en la congregación mucha gente de cultura; no muchos sabios según la carne, ni poderosos, ni nobles; 1.26 al 28. En lo moral, muchos habían sido de los peores, 6.9 al 11. Con el fin de desinflar su orgullo, el apóstol tuvo que recordarles de estas cosas. Su soberbia había concebido contienda y un espíritu partidista; véase Proverbios 13.10. Este estado de cosas impidió su desarrollo espiritual; 3.1 al 4. Además de ser niños y de orientación carnal, eran fáciles de engañar, 6.9, 15.33, 2 Cor. 11.3,4, y llevados por dondequiera de todo viento de doctrina, Efesios 4.14, incapaces de discernir los valores relativos de los dones y su uso, o del mayor valor de la gracia. Un análisis de 1 Corintios Galión era el gobernador romano cuando Pablo predicó en la ciudad y este hecho permite fijar la fecha de su ministerio en el año 51 aproximadamente. Él escribió la primera epístola unos tres años más tarde, estando en Éfeso, 16.8, posiblemente en la época de la Pascua, 5.7. En ella se alude a una carta anterior, 5.9. No contamos con ella, pero parece que su enseñanza versó sobre lo tratado en el capítulo 5. Él escribió la carta que conocemos como 1 Corintios debido a que le llegaron a través de los del hogar de Cloé ciertos informes acerca del espíritu faccioso y la licencia moral que prevalecía, 1.11, 5.1. Además, la asamblea había enviado por medio de Estéfanas, Fortunato y Acaico ciertas preguntas en relación con problemas que existían, 7.1, 8.1, 12.1, 15.12, 16.17. Parece que también había engañadores activos, aunque el apóstol no los nombra específicamente. Dice en 6.9 y 15.33, “No erréis ...”, o sea, no se dejen engañar. Él menciona en particular su falsa doctrina en cuanto a la resurrección, 15.12. El enfoque de la epístola es reprensión junto con los correctivos necesarios. Con todo, encierra instrucción importante sobre muchos temas que no se encuentran en otras partes del Nuevo Testamento. Su propósito es gobernar la conducta del creyente en relación con la asamblea en lo espiritual, moral y didáctico. Otra manera de estudiar la epístola es la de notar las dos partes principales en que se divide. En los capítulos 1 al 6 el apóstol trata de lo que había oído de los de Cloé, 1.11, y de otras personas, 5.1. En los capítulos 7 al 16 trata de los asuntos a que se referían sus preguntas. Estas respuestas comienzan con las palabras, “En cuanto a las cosas de que me escribisteis ...”, 7.1. Es importante darnos cuenta de que se trata primeramente las condiciones que la asamblea no había considerado como temas de correspondencia con Pablo. Lo que era de importancia primaria para el apóstol, era solamente secundario para ellos. Esto en sí era indicio de su 95 estado carnal, de su insatisfactoria condición espiritual e inmadurez, 3.1 al 4. Es provechoso notar las varias doctrinas fundamentales que se mencionan. La epístola nos proporciona lo que podríamos llamar la fe de una iglesia apostólica su teología; la doctrina acerca de Dios. Hay muchas referencias y alusiones a la doctrina de la Trinidad, 8.6, 12.4 al 6, 2 Cor. 13.14, y a la soberanía de Dios, 1.27 al 30, 2.10, 3.6, 12.18. su cristología; la doctrina acerca de Cristo. Se enseña claramente tanto la deidad como la humanidad de nuestro Señor. El título Señor se emplea casi cien veces en las dos epístolas, más que en cualquier otro escrito de Pablo. Cristo es “el Señor de gloria” en el 2.8. A uno como Pablo, quien había sido fariseo de los fariseos, este nombre se puede entender solamente como el equivalente del Jehová del Antiguo Testamento. Por otro lado se define claramente su sujeción como siervo del Padre, 3.23, 11.3, 15.28. su reumatología; la doctrina del Espíritu Santo. El tejido de la Epístola incorpora referencias ineludibles a la personalidad, deidad e igualdad del Espíritu. El lector debe encontrar más de veinte referencias al Espíritu Santo. su eclesialogía; la doctrina de la Iglesia. Es un tema prominente, tratado en efecto como a la epístola a los efesios donde el apóstol instruye sobre el misterio de Cristo y la Iglesia, Efesios 1.22,23, 5.32. su soteriología, la doctrina de la salvación. Pablo habla claramente, sin ambigüedades. Se nota la certeza del lenguaje en, por ejemplo, 1 Cor. 15.1 al 5. su escatología, la doctrina de las cosas postreras. En cuanto a la consumación y la venida del Señor el apóstol estaba firme. Véanse 2 Corintios 5 y 1 Corintios 15. las Escrituras de verdad. En más de una parte Pablo emplea el estilo del “escrito está” como su tribunal de última instancia. su demonología, la doctrina de Satanás y los demonios. Tengamos presente que ésta figura en diferentes partes. Satanás es el dios de este siglo y el Belial, 2 Cor. 4.4, 6.15. su antropología, la doctrina del hombre. Figuran la creación, caída y redención; se definen las partes constituyentes del ser humano: espíritu, alma y cuerpo. La estructura de 1 Corintios es Introducción Salutación, 1.1 al 3 Acción de gracias, 1.4 al 9 La asamblea cristiana y su unidad En relación con el evangelio, 1.10 al 2.5 En relación con el desarrollo cristiano, 2.6 al 3.4 En relación con el servicio, 3.5 al 4.21 La asamblea cristiana y su santidad En su relación con Dios, capítulo 5 En la relación del uno con el otro, 6.1 al 11 La asamblea cristiana y la libertad personal En relación con uno mismo, 6.12 al 20 En relación con el matrimonio, capítulo 7 En relación con el hermano débil, capítulo 8 96 En relación con el evangelio, 9.1 al 23 En relación con el galardón, 9.24 al 27 En relación con la comunión con Dios, 10.1 al 11.1 La asamblea cristiana y su ministerio Para Dios: La cabeza, 11.2 al 16 Para Dios: La cena, 11.17 al 34 Para la iglesia: Los dones, capítulo 12 El lírico del amor, capítulo 13 Para la iglesia: El don de lenguas, capítulo 14 Para el mundo, 15.1 al 11 La asamblea cristiana y el triunfo definitivo La resurrección de Cristo, 15.12 al 19 La resurrección de los muertos, 15.20 al 49 La transformación de los vivos, 15.50 al 58 La asamblea cristiana y su responsabilidad Para con los creyentes pobres, 16.1 al 4 Para con los que se dedican al ministerio, 16.5 al 21 Conclusión Citas del Antiguo Testamento en 1 Corintios El apóstol cita cada uno de los libros de Moisés y el libro de Malaquías, como también cada una de las secciones del Antiguo Testamento: la histórica, poética y profética. 1.19: Destruiré la sabiduría de los sabios. Isaías 29.14: Perecerá la sabiduría de sus sabios. 1.20: ¿Dónde está el sabio? Isaías 19.12: ¿Dónde están ahora aquellos tus sabios? 1.20: ¿Dónde está el escriba? Isaías 33.18: ¿Qué es del escriba? 1.20: ¿No ha enloquecido Dios la sabiduría del mundo? Parece ser una referencia a los falsos profetas del Antiguo Testamento. 1.31: El que se gloría, gloríese en el Señor. Jeremías 9.23: No se alabe el sabio en su sabiduría ... 2.9: Cosas que el ojo no vio. Isaías 64.4: Ni ojo ha visto a Dios fuera de ti. 3.19: Él prende a los sabios en la astucia de ellos. Job 5.13: ... que prende a los sabios en la astucia de ellos. 3.20: El Señor conoce los pensamientos de los sabios. Salmo 94.11: Jehová conoce los pensamientos de los hombres. Job 5.12: Frustra los pensamientos de los astutos. 4.6: “... lo que está escrito”. Esta no es una cita ni referencia a un pasaje en particular. Es una referencia a la enseñanza general de las Escrituras en cuanto a los límites impuestos sobre líderes. Tal vez se refiera a lo que el apóstol había dicho en capítulos anteriores. Nadie tiene 97 autoridad para introducir lo que la Palabra de Dios no justifica, como intentó Nadab en Levítico 10. 5.13: Quitad, pues, a ese perverso. Deuteronomio 13.5: ... quitarás el mal de en medio de ti. 6.16: Los dos serán una sola carne. Génesis 2.24: ... serán una sola carne. 7.8 al 11: El marido no abandone a su mujer. Génesis capítulo 2 9.7: ¿Quién planta viña y no come de su fruto? Deuteronomio 20.6: ¿Y quién ha plantado viña, y no ha disfrutado de ella? 9.9: No pondrás bozal al buey que trilla. Deuteronomio 25.4: No pondrás bozal al buey cuando trillare. 10.11: “Estas cosas les acontecieron como ejemplo”. Abarca todos los acontecimientos registrados en cuanto al viaje de Israel por el desierto: Todos estuvieron bajo la nube, Éxodo 13.21. Todos pasaron el mar, Éxodo 14.22. Todos comieron el mismo alimento, Éxodo 16.5. Todos bebieron la misma bebida, Éxodo 17.6. Quedaron postrados en el desierto, Números 14.29 al 37. Ellos codiciaron, Números 11.4 al 34. Idólatras, como algunos de ellos, Éxodo 32.4 al 6, Números capítulo 25. Algunos de ellos fornicaron, Números 25. 1 al 18. Perecieron por las serpientes, Números 21.6. Algunos de ellos murmuraron, Números 14.29 al 37. 10.18: ... los que comen de los sacrificios. Levítico 3.3, 7.15 al 34 10.20: A los demonios lo sacrifican, y no a Dios. Levítico 17.7: Nunca más sacrificarán sus sacrificios a los demonios. 10.22: ¿Provocaremos a celos al Señor? Deuteronomio 32.21: Ellos me movieron a celos. 10.28: Del Señor es la tierra y su plenitud. Salmo 24.1: De Jehová es la tierra y su plenitud. 11.25: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre. Éxodo 24.8: He aquí la sangre del pacto que Jehová ha hecho con vosotros. Zacarías 9.11: Por la sangre de tu pacto será salva. 13.5: [El amor] no es indecoroso. Zacarías 8.17: Ninguno de vosotros piense mal en su corazón contra su prójimo. 14.25: Postrándose sobre el rostro, adorará a Dios. Isaías 45.14: Te harán reverencia ... Ciertamente en ti está Dios. Zacarías 8.23: Hemos oído que Dios está con vosotros. 14.21: Con otros labios hablaré. Isaías 28.11: En extraña lengua hablará a este pueblo. 15.3,4: Muerte, sepultura y resurrección el tercer día. Oseas 6.2: El tercer día nos resucitará. Jonás tres días y tres noches en el vientre del gran pez. 15.20: Primicias de los que duermen es hecho. Levítico 23.10: Traeréis al sacerdote una gavilla por primicia. 15.21,22: En Adán todos mueren. Génesis 3.17 al 19: Al polvo volverás. 15.25: Preciso es que él reine. Salmo 110.1: Siéntate a mi diestra. Salmo 2 y Salmo 22 15.32: Comamos y bebamos, porque mañana moriremos. 98 Isaías 56.12: Tomemos vino, embriaguémonos de sidra; y será el día de mañana como este. 15.49: Hemos traído la imagen del terrenal. Génesis 5.3: Engendró un hijo a su semejanza, conforme a su imagen. 15.54: Sorbida es la muerte en victoria. Isaías 25.8: Destruirá a la muerte para siempre. 16.13: Portaos varonilmente, y esforzaos. 1 Samuel 4.9: Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres. 2 Samuel 10.12: Esforcémonos por nuestro pueblo. 1. Introducción 1.1 al 1.9 A. Salutación Estos versículos de introducción contienen la salutación y expresión de gratitud. Constituyen un resumen breve de lo que se expone en la Epístola. 1.1 Pablo, llamado a ser apóstol ... Pablo afirma su apostolado, como en la mayoría de sus epístolas. Son excepciones las cartas a los filipenses, tesalonicenses y a Filemón. Era apóstol por llamamiento, así como los corintios eran santos por llamamiento, 1.2 al 9. La voluntad de Dios en cuanto a esto le había sido revelada personalmente en la ocasión de su conversión y de nuevo por medio de sus siervos en Antioquía, Hechos 13.15. La primera ocasión fue la más importante; la segunda fue simplemente confirmatoria. La secuencia de las palabras Cristo Jesús indica que fue constituido apóstol por el Señor ya exaltado en contraste con la manera en que fueron ordenados los doce. 1.2 a la iglesia de Dios ... La asamblea, o ekklesía, en Corinto se componía de aquellos que habían sido llamados, santificados (o puestos aparte para Dios) y salvos por medio del evangelio, 1.24, 2.18. En Cristo Jesús ellos habían sido escogidos, santificados y enriquecidos, 1.2, 5, 30. El sentido de la palabra ekklesía se desprende de las dos veces que figura en Hechos de los Apóstoles. En el 7.38 Israel es la congregación (ekklesía) en el desierto, por cuanto era un grupo que había sido extraído de Egipto por redención. En 19.32,39, donde se habla de una protesta contra Pablo en Éfeso, leemos de una turba y de un reunión ordenada, esta última un cuerpo representativo con responsabilidad de gobernar la ciudad. La ekklesía en Corinto no ha debido ser una congregación desordenada o confundida, como lamentablemente llegó a ser en ciertas ocasiones. No era un segmento reducido de los creyentes en la ciudad, sino incluía a todos, 14.23.* Cuando había varias congregaciones en una misma ciudad, como en el caso de Roma, cada una se designaba según la localidad donde se reunía, Romanos 16.5. [* Nota del traductor: Nuestro respetado hermano puede llegar a conclusión porque, como comenta en su contexto, entiende que en 14.16,23,24 el indocto era creyente pero no formaba parte de “toda la iglesia” en Corinto.] Aun cuando se dirige la carta a la iglesia de Dios en Corinto, la salutación hace ver que la epístola es universal y de valor perdurable. 1.2 con todos los que en cualquier lugar ... Estas se llaman iglesias de Dios, iglesias de Cristo e iglesias de los santos en Romanos 16.16, 1 Cor. 11.16, 14.33. Si bien cada una es 99 una lámpara distinta, según sabemos por Apocalipsis capítulos 2 y 3, ellas estaban unidas en un vínculo de fe, esperanza y amor. La unidad era orgánica y no organizacional. No se formó una unión; no había una federación ni autoridad centralizada para controlarlas. Leemos de las iglesias de Galacia, de Asia y de Macedonia [todas ellas provincias], pero no de la iglesia de Asia ni la de Galacia. En vista de las divisiones existentes en la iglesia en Corinto, se debe notar el uso frecuente de todos en esta epístola. Todos tenían un mismo Señor. La obediencia a la voluntad de este solo Señor ha debido ser el vínculo. Invocar el nombre de Jesucristo como nuestro Señor es un eco de Joel 2.32, “Todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo”. Es un reconocimiento de su deidad. La unidad de la nación de Israel se señaló claramente en las palabras de Jehová a Moisés: “Bien he visto la aflicción de mi pueblo”, Éxodo 3.7, 5.1. Fue ilustrada por la manera en que cada tribu estaba representada por una piedra preciosa en el efod del sumo sacerdote, Éxodo 28.29. Fue enfatizada cuando Israel se había multiplicado “como la arena que está a la orilla del mar” y Jehová le dio a Salomón anchura de corazón en la misma medida, 1 Reyes 4.20, 29. Fue recordada en los días de guerra civil entre Israel y Judá por el hecho de seguir con doce panes sobre la mesa limpia y el holocausto quemado dos veces al día para todo Israel, 2 Crónicas 13.10, 11. En los días más oscuros para las diez tribus, cuando la apostasía llegó a su nadir bajo Ahab y Jezabel, Elías construyó un altar de doce piedras (no de diez), 1 Reyes 18.31. Y en los días cuando los setenta años de cautiverio llegaban a su fin, Daniel el intercesor oró por “todo Israel”, Daniel 9.7,11, y se identificó con ellos aun en su pecado. De nuevo en la época cuando el remanente volvió de Babilonia, según la instrucción del escriba y mentor Esdras, enseñado en la ley de Jehová, se ofrecieron doce becerros por todo Israel, Esdras 8.35. Estas ilustraciones del sumo sacerdote, el rey, los sacerdotes, el profeta, el intercesor y el maestro sirven para destacar la importancia de las palabras “con todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro señor Jesucristo” en el 1.2. Todo líder entre el pueblo de Dios debe tomar a pecho este mensaje. 1.3 Gracia y paz .... Esta salutación se encuentra en casi todas las epístolas. Expresa el deseo por su legítima prosperidad espiritual, especialmente en cuanto a su vida colectiva y testimonio. La gracia nos introduce a todas sus compañeras, como la verdad, Juan 1.17, súplica, Zacarías 12.10, apostolado o servicio, Romanos 1.9, y gloria, Salmo 84.12. El Padre y el Hijo se invocan conjuntamente, indicio del reconocimiento apostólico de la igualdad entre ellos. B. Acción de gracias 1.4 Gracias doy a mi Dios siempre por vosotros ... De esta manera se refiere a las diversas maneras en que ellos habían sido enriquecidos en Cristo Jesús, 1.4,5. El testimonio acerca de Cristo, 1.6, es el evangelio acerca de Él, llamado en 2.1 “el testimonio de Dios” y en 15.1 al 3 “el evangelio”. El cambio efectuado en ellos era una confirmación del poder de este testimonio; compárese Romanos 1.16 (“el poder de Dios para salvación”), palabras escritas desde Corinto. El evangelio no empobrece, sino enriquece. Es, al hablar de Proverbios 8.18, las riquezas duraderas y justicia. Por lo tanto, los corintios fueron enriquecidos en “todas las cosas”, a saber: palabra (lógos), 1.5, o sea, con un mensaje llamado en el 1.18 la palabra de la cruz ciencia, 1.5, o sea, un conocimiento práctico de Dios y su verdad 100 don, 1.7, cual es la habilidad concedida por Dios para impartir la palabra y ciencia esperanza, 1.7, de la venida o manifestación de Jesucristo confirmación, 1.8, o garantía que serían guardados “hasta el fin” sin ninguna acusación en su contra. La palabra traducida os confirmará era un término técnico para “garantizar” en el koine, el griego del pueblo común. ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Romanos 8.33. Ellos serán presentados santos y sin mancha e irreprensibles delante de Él, Colosenses 1.22. comunión, 1.9, la comunión entre aquellos que han sido llamados a este enriquecimiento cristiano. Aunque sus faltas eran muchas, su enriquecimiento le dio a Pablo motivo por alabanza. Hay una ilustración de esto en Rut, la pobreza olvidada a raíz de su unión con el rico Booz. Cinco veces en esta corta introducción el escritor habla del Señor Jesucristo, dándole su título entero, nombre, igualdad con el Padre, manifestación en gloria, día y comunión. El contexto en el cual se menciona el día de Cristo señala nuestra manifestación ante Él en el tribunal. Cristo perfeccionará la obra en nosotros hasta el día de Jesucristo, para que seamos sinceros e irreprensibles para el día de Cristo, para que en el día de Cristo se pueda gloriar, Filipenses 1.6,10, 2.16. 1.9 la comunión con su Hijo ... describe la asamblea en Corinto. Compárese con 10.16, 17: la copa que es la comunión de la sangre de Cristo y el pan que es la comunión del cuerpo de Cristo. El llamamiento de Dios, junto con la sangre o muerte de Cristo, forman la verdadera base de esta comunión. El uso de su título en pleno describe su carácter. Es la comunión de su Hijo (deidad), de Jesús (humanidad), del Salvador (Mateo 1.21), de Cristo (el Mesías) y del Señor (su gloria: Dios le ha hecho Señor y Cristo, Hechos 2.36). 2. La asamblea cristiana y su unidad 1.10 al 4.21 A. La unidad en relación con el evangelio 1.10 Os ruego, pues .... No obstante los lazos de unión el nombre del Señor y la comunión de todos había divisiones y contiendas. Manifiestas son las obras de la carne: ... pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, Gálatas 5.19,20. Ciertamente la soberbia concebirá contienda, Proverbios 13.10. Fue por medio de diferencia de idioma que el mundo se dividió, Génesis 10.13. Se prohibía sembrar diversas semillas, Deuteronomio 22.9. El apóstol les ruega a estar perfectamente unidos, empleando la palabra que en Mateo 4.21 se usa para remendar redes y en Gálatas 6.1 para devolver a su debido lugar un hueso descoyuntado. La contienda estaba estorbando su obra en el evangelio además de la actividad espiritual de la asamblea. El ruego de Pablo toca las dos causas de división en Corinto: diferencias doctrinales e incompatibilidad personal. 1.12 Quiero decir ... Ellos estaban promocionando siervos de Dios como líderes de partidos. No los tenían como servidores de Cristo, 4.1. Se alude a cuatro partidos, pero en ningún caso eran responsables las personas que se menciona. Más adelante en su carta, 4.6, Pablo dice que había usado el nombre suyo y el de Apolos a título de ilustración. Los verdaderos culpables eran sin duda ciertos líderes autonombrados que el apóstol llamará con cierto sarcasmo “ayos”, 4.15, o sea, esclavos designados para el cuidado de niños. 101 Los primeros tres partidos erraban al nombrar como sus líderes a los siervos de Dios. Eran cultos de personalidad. Se imaginaban espirituales; Si alguno se cree profeta, o espiritual, ...14.37. Parece que nada tiene ver con esto lo que el mismo escritor dice en 2 Cor. 10.7, donde habla de falsos profetas: Si alguno está persuadido en sí mismo que es de Cristo ... El cuarto partido se equivocó al afirmar que tenía una comunicación directa con Cristo y por lo tanto no necesitaba la ayuda de siervos de Dios. Era el grupo más peligroso. 1.13 ¿Acaso está dividido Cristo? ... Las contiendas traían tres consecuencias, como sabemos por las tres preguntas: Cristo dividido, Pablo crucificado, y bautismo en el nombre de Pablo. La división y el sectarismo niegan a Cristo como Cabeza y la unidad del cuerpo suyo. Niegan la importancia céntrica de la cruz y su mensaje, como también la suficiencia del nombre o la autoridad de Cristo. Tienden a introducir otra autoridad. El apóstol, entonces, trata las tres preguntas en secuencia inversa a la que figuran. 1.14 al 17 a ninguno de vosotros he bautizado ..., Percibimos que no era la práctica del apóstol efectuar el bautismo personalmente. En Corinto él había bautizado solamente a unos pocos. Al haber considerado el bautismo innecesario o de poca importancia, no hubiera bautizado a ninguno. Pero sí bautizó a algunos y dio enseñanza importante sobre la materia en Romanos 6.1 al 7, Colosenses 2.11 al 13, etc. Pedro era otro que delegaba esta tarea a terceros. Habiendo sido el mensajero principal, mandó bautizar a los de la casa de Cornelio, Hechos 10.48. Si el bautismo hubiera sido una parte esencial a la salvación, Pablo no ha podido hablar como hace en estos versículos. Él está enfrentando las semillas del ritualismo, el comienzo del farisaísmo. Aparentemente aquellos que bautizaban querían tomar como seguidores suyos a las personas que bautizaron, considerando que los habían incorporado en su respectivo partido. 1.17 al 25 no con sabiduría de palabras ... El gemelo del ritualismo es el racionalismo. Lo llama la sabiduría de este mundo, la sabiduría de hombres, la sabiduría de palabras. Pablo lo tumba como a un Goliat. En Corinto no había empleado la filosofía ni el oratorio, ya que los consideraba armas carnales, armadura de Saúl, 1 Samuel 17.36 al 39. No quería adornar su mensaje, acaso quedara sin efecto. Está en juego lo solemne y eternal. Es inútil intentar complicar un evangelio que en sí es sencillo, pensando complacer a los que se consideran inteligentes. La palabra, o predicación, o mensaje de la cruz es el gran divisor. Separa a los que se pierden por un lado y a los salvos por otro lado. La salvación se ve como una experiencia en el pasado: En esperanza fuimos salvos; Dios nos salvó y llamó, Romanos 8.24, 2 Timoteo 1.9. Se ve como una condición presente: Por gracia somos salvos, Efesios 2.5. Se ve como un proceso en progreso: A los que se salvan, esto es, a nosotros ..., 1 Cor. 1.18. Se ve como una bendición por realizarse: Nos ha puesto Dios para ... alcanzar salvación, 1 Tesalonicenses 5.9. Las citas en 1.19,20 constituyen un reto. Ellas proceden de Isaías 29.14, 19.12, 33.18. La sociedad inmoral de Corinto revelaba su impotencia y esterilidad. Pablo exige evidencia de la eficacia de su filosofía. Se había manifestado en bancarrota, como también la ley del Antiguo Testamento consistía en “débiles y pobres rudimentos”, Gálatas 4.9. El Mesías crucificado era tropiezo a los judíos, ya que podían pensar sólo en función de un Mesías reinante. Para los griegos, era locura, el colmo de lo ridículo. Pero su mensaje era más sabio que la filosofía y más fuerte que la ley. 1.26 al 30 mirad, hermanos, vuestra vocación ... Habiendo mostrado lo hueco e impotente del legalismo judío y la filosofía griega, el apóstol apela a los creyentes en Corinto a prestar atención a su llamamiento. Más adelante les apelaría a prestar atención a cómo edifican, 3.10; a cómo se comportan, 8.9; y cómo se jactan, 10.12. Se menciona tres supuestas evidencias de pertenecer a la aristocracia del mundo: ni muchos sabios, ni muchos 102 poderosos, ni muchos nobles. Al contrario, Dios escogió adrede el material menos esperado y aparentemente menos apto para desplegar en él su gracia y poder. Él optó por lo necio en vez del sabio, lo débil en vez de lo fuerte, lo vil y menospreciado en vez de la aristocracia, todo con el fin de que la carne no tuviera de qué jactarse. Así, el poder del evangelio está en contraste con la debilidad e incapacidad de la filosofía. La cruz, sabemos, se erigió en el Lugar de la Calavera. 1.30,31 por él estáis vosotros en Cristo Jesús ... Fue por la soberana gracia y elección de Dios que ellos estaban en Cristo. Los tres grandes términos de justificación, santificación y redención se deben considerar como incluidos dentro de la sabiduría y no como adicionales a ella. Cristo nos es hecho sabiduría de parte de Dios, como si fuera un cofre que guarda tres joyas de valor infinito. Estas tres son un resumen del mensaje del evangelio como está presentado en Romanos capítulos 1 al 8. La secuencia de las palabras indica que la redención es la del cuerpo. (... la adopción, la redención de nuestro cuerpo, Romanos 8.23) El pecado crea estos tres problemas. Es debido al pecado que el hombre es culpable, inmundo y esclavizado. ¿El preso culpable puede lograr su libertad o evitar el castigo a la misma vez que la justicia quede satisfecha en cuanto a la retribución que exige? ¿El leproso puede ser hecho apto para entrar en el santuario? ¿El esclavo puede gozar de libertad? El evangelio resuelve cada uno de estos problemas, y podemos gloriarnos tan sólo en el Señor. En el libro de Levítico se proyecta en sombra cada una de estas tres condiciones y su remedio. En los primeros capítulos se presenta la provisión para perdonar el culpable; en los capítulos centrales, la provisión para que el leproso sea limpiado; y en los capítulos finales la provisión para que el esclavo sea redimido por un tercero. De nuevo, esta vez en el 1.31, se aplica al Señor Jesús el título antiguotestamentario de Jehová, un reconocimiento importante de su deidad. 2.1 al 5 Así que, hermanos ..., El apóstol se presenta como ejemplo; su servicio en Corinto había sido muy fructífero. ¿Cómo se logró esto? En toda humildad él repasa su predicación entre ellos, habiendo rechazado oratorio y filosofía en vista de la comisión que Dios le había dado. Cristo le había enviado, dijo en 1.17, a predicar sin la sabiduría de palabras, para no hacer vana la cruz. Consciente de su propia debilidad, estaba entre ellos con mucho temor y temblor. ¿Acaso tenía miedo en cuanto a lo adecuado de su mensaje? Tenemos que rechazar la posibilidad. ¿O temía la oposición y persecución que recién había encontrado en Filipos? Posiblemente; Hechos 18.9,10. Pero lo más indicado es entender que se refería al temor de que se rebajara al nivel de los oradores corintios para depender de la habilidad humana, las palabras persuasivas y los argumentos, en vez de confiar solamente en el poder eficaz del Espíritu Santo. La demostración del poder del Espíritu resultó en convicción y conversión, como en el Día de Pentecostés cuando predicó Pedro. Tanto el mensaje (Jesucristo y éste crucificado, 2.2) como los métodos del apóstol en Corinto nos proporcionan un patrón para hoy día. B. La unidad en relación con el desarrollo cristiano 2.6 al 8 hablamos sabiduría ... Hemos visto que en la sección anterior el apóstol tenía en mente el mensaje del evangelio y la manera de presentarlo. Ahora procede a considerar su responsabilidad, o mayordomía, para este misterio, llamándolo la sabiduría oculta. En tres epístolas más habla de su responsabilidad doble: “mi evangelio y la predicación de Jesucristo, según la revelación del misterio”, Romanos 16.25: “anunciar entre los gentiles el evangelio ... y de aclarar a todos cuál sea la dispensación del misterio”, Efesios 3.8,9; “el 103 evangelio que habéis oído ... el misterio que había estado oculto”, Colosenses 1.23 al 26. Dice que fue hecho ministro; no el único sino uno entre varios a quienes se había encomendado esta responsabilidad doble de revelar y comunicar cierto misterio. Para las generaciones que vendrían y para la Iglesia en general él cumplió con este deber al escribir las epístolas a los romanos y los efesios. En contraste notable con las demás epístolas suyas, no asocia a otro consigo en la redacción de estos dos documentos. Afirma claramente que el evangelio había sido tema de promesa y profecía: ... el evangelio de Dios que Él había prometido antes por sus profetas en las santas Escrituras, Romanos 1.1,2; La Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles ..., Gálatas 3.8. Pero la verdad en cuanto a la Iglesia, la unión de judío y gentil en un cuerpo con Cristo como Cabeza exaltada, era un misterio escondido, el cual se reveló solamente en los tiempos del Nuevo Testamento. 2.9,10 Antes bien, como está escrito ... Se trata de una cita de la sustancia de Isaías 64.4, y debemos colocar al lado Ezequiel 40.4: Mira con tus ojos, y oye con tus oídos, y pon tu corazón a todas las cosas que te muestro. La verdad tocante al misterio no era tema de profecía en el Antiguo Testamento sino de revelación en el Nuevo. Las [cosas] que Dios ha preparado no se deben entender como el futuro eterno (como hacemos a veces al hablar en los entierros), sino las cosas que el Espíritu ya reveló. En su último mensaje a sus discípulos, en el aposento alto, el Señor dijo: Aún tengo muchas cosas que deciros, pero ahora no las podéis llevar. Pero cuando venga el Espíritu de verdad, Él os guiará a toda la verdad, Juan 16.12,13. Esto nos asegura que en el Nuevo Testamento contamos con toda la verdad, la revelación completa de la mente de Dios. Lo profundo de Dios equivale la sabiduría oculta, o lo que Efesios 3.9 llama el misterio escondido desde los siglos en Dios. En Apocalipsis 2.24 leemos de las profundidades de Satanás, una referencia a la falsificación satánica de la Iglesia legítima. El apóstol enseñaba esta sabiduría acertada entre aquellos que habían alcanzado madurez espiritual. Si bien es esencial a una comprensión de la verdad en cuanto a este misterio, no debemos imaginar que el apóstol se refiera a algún secreto que el cristiano “común” no puede alcanzar. Toda verdad divina es para todo hijo de Dios. Sin embargo, es posible que al emplear la palabra madurez, el escritor administraba una reprensión velada a los corintios por ser inmaduros, cosa que hará abiertamente en 3.1 al 5, llamándoles niños en Cristo. En esta sección el apóstol sigue una práctica común al enseñar por contrastes. Obsérvese “ni palabra, sino poder;” “no sabiduría, hablamos sabiduría;” “ojo no vio, Dios reveló;” “leche y no vianda”. Además del contaste entre la sabiduría de este mundo y la de Dios, leemos de los príncipes de este mundo con su gloria pasajera en contraste con el Señor de gloria eterna. Posiblemente Señor de gloria sea el título más exaltado que se aplica a Cristo en la Epístola; en Hechos 7.2 leemos del Dios de la gloria. 2.11 al 15 nadie conoce las cosas de Dios ... . En estos versículos se enfatiza el ministerio del Espíritu; obsérvese las siete referencias al Espíritu en el capítulo 2. Hay una brecha irreparable entre hombre y bestia. En contraste con la bestia, el hombre ha sido dotado de espíritu, y por esto la bestia no puede saber lo que le corresponde al hombre. Pero hay una sima todavía mayor entre el hombre y Dios, y por esto nadie conoce las cosas de Dios. Dependemos enteramente del Espíritu de Dios, no sólo para la proclamación eficaz del evangelio, 2.2,5, sino para que sepamos lo que Dios nos ha concedido. Tengamos presentes las palabras de Mateo 11.27: Nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar. La comparación entre el espíritu del hombre en relación con el hombre, y el Espíritu de Dios en relación con Dios, establece la unidad y trinidad de la Deidad, y también la deidad e igualdad del Espíritu con el Padre y el Hijo. El versículo es fundamental en cuanto a la 104 personalidad del Espíritu; Él puede penetrar “lo profundo de Dios”. Claramente, es omnisciente e igual con Padre e Hijo. En el 2.10 encontramos revelación por el Espíritu. Cosas que el hombre nunca ha podido conocer o descubrir, se nos han revelado por las Escrituras por intermedio de los apóstoles y profetas. “... ahora es revelado a sus santos apóstoles y profetas por el Espíritu”, Efesios 3.5. Por cuanto las Escrituras ya están completas, no puede haber más profetas. En el 2.12 encontramos iluminación por el Espíritu. “... para que sepamos lo que Dios nos ha concedido”. Por cuanto nosotros es enfático, debe referirse de una manera particular a los apóstoles. A ellos les fue dada la capacidad de comprender lo que Dios les había revelado para así enseñarnos a nosotros. Esto está en contraste con lo dicho acerca de los profetas del Antiguo Testamento, quienes tenían que buscar diligentemente el sentido de lo que estaban diciendo; 1 Pedro 1.10 al 12. Sin embargo, es cierto que todo creyente ha sido hecho recipiente del Espíritu Santo. El don del Espíritu es el sello y las aras de la salvación del creyente, Efesios 1.13, 4.30, 2 Cor. 1.22, 5.5. En el 2.13 encontramos inspiración. Las palabras empleadas para comunicar la verdad fueron escogidas por Dios. Hay una forma de palabras sanas que debemos guardar, 2 Timoteo 1.13. Si bien la revelación e inspiración se limitan a los apóstoles, la iluminación no. Podemos buscar y conocer la iluminación del Espíritu sobre la verdad ya revelada. El espíritu del mundo en el 2.12 es la actitud de independencia y suficiencia propia que está en contraste con la del verdadero discípulo. Este último es el de Isaías 50.4,5: “despertará mi oído para que oiga como los sabios”. La exhortación del Señor en Mateo 11.29 es que aprendamos de Él, el manso y humilde de corazón. Una construcción similar a la del 2.12 se emplea en Romanos 8.15: “No habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción”. Y también 2 Timoteo 1.7: “No nos ha dado Dios espíritu de cobardía ...” Puestos juntos, estos tres versículos muestran que hemos sido hecho recipientes del Espíritu con un propósito triple: saber, orar y testificar. 2.14 el hombre natural no percibe ... Esto se refiere al hombre en su estado de inconverso, controlado por un alma que no ha sido iluminada por el Espíritu Santo. Nicodemo es un ejemplo llamativo. Él no podía entender la enseñanza del Señor en cuanto al nuevo nacimiento. Era recto en lo moral y de capacidad reconocida en Israel, pero completamente carente de vida y comprensión espiritual. Teniendo el entendimiento entenebrecido, Efesios 4.18, no comprendía las cosas de Dios. El libro de Eclesiastés es el comentario que Dios ha dado sobre el hombre natural, sus objetivos, placeres y problemas. Sus intereses están todos “bajo el sol” y por lo tanto circunscritos al tiempo. Por esto teme a la muerte, ya que le cortará de la esfera donde está su tesoro. Busca la satisfacción en placer mundano, sabiduría, riqueza y religión, llegando a reconocer al final que son un vacío. Todo le resulta vanidad y aflicción de espíritu. No le agrada lo espiritual, ya que no le hace sentido. A la luz de esto, el 2.13 se puede entender como, “enseñar cosas espirituales a los que tienen mentes espirituales”, a saber, los que tienen al Espíritu. O, puede tener los sentidos que figuran en algunas traducciones: interpretar la verdad espiritual en lenguaje espiritual, o comunicar cosas espirituales por medios espirituales. 2.15 En cambio el espiritual ... El apóstol emplea expresiones parecidas en otras partes. Ocuparse del Espíritu es vida y paz, Romanos 8.6. Si alguno se cree profeta, o espiritual, reconozca que lo que os escribo son mandamientos del Señor, 1 Cor. 14.37. Vosotros que sois espirituales, restaurad, Gálatas 6.1. Sumado el uno al otro, estos pasajes ofrecen un retrato de lo que es un creyente ejercitado y equilibrado. Posee un espíritu de discernimiento 105 y es capaz de apreciar las cosas por sus cualidades espirituales. A la luz del contexto, y especialmente en contraste con el 3.1, parece que el espiritual en Corinto (ilustrado en la familia de Cloé) discernía el error de las divisiones y contenciones. Al no involucrarse en ellas, la tal persona no era juzgada de nadie. Sin embargo, puede ser que la idea sea la de discernir asuntos en una esfera mayor. A menudo el hombre natural no puede comprender los motivos que impulsan al espiritual. El escritor insta a los cristianos a ejercer el examen propio, 11.17, y a los profetas a someterse al juicio de otros, 14.29. Insta también a la asamblea a ejercer juicio disciplinario, 5.3 al 13. Sin embargo, insiste en que él es responsable al Señor no más, 4.3,4. 2.16 ¿quién conoce la mente del Señor Es una cita de Isaías 40.13, repetida en Romanos 11.34. En esencia es casi una reafirmación del 2.11: ¿quién de los hombres sabe ...? El hombre natural no puede conocer la mente del Señor, pero el espiritual posee la mente de Cristo y puede conocerla. Es enfático el vocablo nosotros, y hacemos bien en recordar que tener la mente de Cristo aplica tan sólo a los que son espirituales al estilo del apóstol. No era el caso con los de mente carnal en Corinto. Otra prueba de la deidad de Cristo es la aplicación de Isaías 40.13 a la persona del Señor. Así como el hombre natural nos es presentado en el libro de Eclesiastés, las características del espiritual se encuentran en la autobiografía espiritual del apóstol en la carta a los filipenses. 3.1 al 4 yo, hermanos, no pude ... Llegando al final de esta sección, el autor muestra el efecto de la envidia y contienda entre el pueblo del Señor. Se revierte al período de su ministerio entre ellos de la manera como había hecho en 2.1 al 5. No le había sido posible hablarles como a espirituales. A lo largo de año y medio les había alimentado como niños en Cristo, porque así eran, y parecía ahora que no habían progresado mucho desde ese entonces. Eran como niños retardos, difíciles de enseñar. En estos versículos de diagnóstico se señala cuatro síntomas de carnalidad. Las primeras dos síntomas son negativas y las otras positivas Su incapacidad de absorber alimento sólido, queriendo decir una falta de comprensión espiritual para captar algo más de lo elemental de la fe cristiana en una forma diluida. No podían entrar en la verdad del “misterio”, 2.7. Su falta de desarrollo espiritual; “ni sois capaces todavía”. Eran pigmeos. Andaban “como hombres” en el sentido que manifestaban por su envidia y contienda que estaban bajo el dominio de su naturaleza carnal. Ponían a siervos de Dios como líderes de partidos, imitando el estilo del mundo en su ensalzamiento de individuos como fundadores de escuelas de filosofía. Donde hay celos y contienda, allí hay perturbación y toda obra perversa, Santiago 3.16. En la historia de Israel hay un ejemplo evidente de la manera en que obra la contienda. En Jueces capítulo 8 la gente de Efraín se molestó porque Gedeón, de la tribu de Manasés, fue escogido en vez de uno de la tribu suya, la de Judá. No les agradaba estar en segundo lugar. De nuevo en el capítulo 12 este espíritu se manifestó y el resultado fue la muerte de miles de la gente de Efraín en una guerra civil. En los tiempos de Roboam, otro hombre de la tribu de Efraín, Jeroboam encabezó una división y formó el reino del norte, con consecuencias desastrosas. Cuando el Señor vuelva en poder y gran gloria, será reconocido por la nación como su Mesías y, se nos dice específicamente que Efraín no tendrá envidia de Judá, ni Judá afligirá a Efraín, Isaías 11.13. C. La unidad en relación con el servicio El apóstol ya había mostrado cómo un espíritu partidario y contencioso hace impacto sobre 106 el evangelio y los creyentes. Echa sombra sobre el mensaje e impide el desarrollo del pueblo del Señor. Ahora procede a tratarlo desde el punto de vista de su efecto sobre toda forma de servicio y especialmente sobre aquellos que asumen liderazgo en la obra. Cuando Madián (que quiere decir contienda) atacó a Israel, los invasores destruyeron todas las hortalizas, dejando nada para las ovejas, bueyes y asnos, Jueces 6.4. Estos tres animales sirven para ilustrar los tres grupos perjudicados por la contienda en Corinto, y por un espíritu contencioso en cualquier parte. Las ovejas representan al creyente en general; el buey al que sirve en la obra; y el asno, por cuanto tenía que ser redimido por un cordero, al inconverso. 3.5 y qué es Apolos? ... En esta sección los siervos se ven como colaboradores de Dios y la asamblea como labranza de Dios. Por cuanto los corintios estaban envanecidos unos contra otros, 4.6, el apóstol comienza con una pregunta: ¿Qué, pues, es Pablo, y qué es Apolos? Sabiamente, no hace mención de Pedro, ya que en ninguna parte se dice que éste haya visitado Corinto. Pablo había sembrado y Apolos regado, de manera que su ministerio era complementario y había armonía entre ellos dos. Eran uno en sus metas y deseos. Muchos hablan de regar la semilla con sus oraciones, pero no es el caso. Se riega con ministerio, bien sea a un particular o a la asamblea: Como desciende de los cielos la lluvia y la nieve ... [y] riega la tierra; Si dieres tu pan al hambriento ... serás como huerto de riego; Isaías 55.10,11, 58.10,11. Spurgeon hablaba de la diferencia entre el riego productivo y la inundación destructiva. ¿Qué es Pablo? Apolos? No hay nada personalmente derogatorio en la pregunta. El apóstol quiere enfocar la atención de sus lectores sobre la función y lugar de éstos en el gran esquema de la obra. Son apenas servidores, ministros o, mejor, diáconos. Dios dio el fruto, y son de importancia secundaria los que sembraron y regaron. El apóstol quiere que los corintios quiten la mirada de los hombres, y que la fijen en Dios. Eran como el ciego que necesitó un segundo toque, por cuanto veía los hombres como árboles. O sea, tenían un concepto distorsionado de sus líderes. En el 1.27 y de nuevo en 2.10 el escritor usó esta misma expresión pero Dios en cuanto a la elección y revelación. Ahora la bendición viene de la única fuente posible: de Dios. Pablo y Apolos eran colaboradores o consiervos, y Pablo habla de la misma manera de Timoteo, Tito, Marco y otros. La expresión comunica la idea de comunión en servicio. La siembra de Pablo se narra en Hechos 18.1 al 18 y la riega de Apolos en el 18.27. Cada uno tendrá su salario según su propia labor; el Señor reconocerá la diferencia en sus esfuerzos. 3.9 vosotros sois ... edificio de Dios El apóstol cambia de metáfora, viendo la asamblea ahora como un edificio y en particular como un templo. En este párrafo no se menciona a Apolos, pero se introduce una esfera más amplia al incluir a los líderes responsables en Corinto. Pedro se dirigió a los líderes en Israel como vosotros los edificadores, Hechos 4.11. Puede haber en el 3.9 una referencia indirecta a los judaizantes, del partido Pedro / Cefas en particular, quienes cuestionaban el apostolado de Pablo. Muy enfáticamente él dice que había echado la base, y esto por la gracia que le había sido dada y le había hecho apóstol. Hay una nota de advertencia en las palabras, “Nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. Se trata del fundamento de la asamblea en Corinto. El fundamento de la Iglesia se echó históricamente en el Calvario y doctrinalmente por los apóstoles y profetas: Pongo en Sion la principal piedra del ángulo ...; Edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas ..., 1 Pedro 2.6, Efesios 2.20. En Romanos 15.28 Pablo habla de su política de no construir sobre fundamento ajeno, y es en este sentido que emplea el término al escribir a los corintios. Fue una base doctrinal. Por cuanto insiste que se puede echar una sola, es importante notar qué dice de su predicación en Corinto. El solo fundamento, dice, es Jesucristo, pero en dos epístolas nos relata cuáles 107 fueron las piedras de los cuatro ángulos Jesucristo que entre vosotros ha sido predicado por mí, 2 Cor. 1.19. Parece que fue la primera nota que tocaba en la sinagoga, mostrando desde las Escrituras que Jesús era el Cristo. Inmediatamente después de su conversión, él había proclamado que “éste era el Hijo de Dios”, Hechos 9.20. Al comenzar su exposición del evangelio en la carta a los romanos, afirma que éste fue declarado Hijo de Dios con poder, según el Espíritu de santidad, por la resurrección entre los muertos. Me propuse no saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado, 1 Cor. 2.2. Su mensaje se define en 1.18 como la palabra de la cruz. La resurrección. Un repaso de sus sermones deja en claro que su trompeta daba sonido cierto en cuanto a esta verdad. Predicamos a Jesucristo como Señor, 2 Cor. 4.5. 3.12 si sobre este fundamento alguno edificare Si bien el fundamento puede ser uno solo, los materiales empleados pueden ser diversos. Los seis materiales se dividen en dos grupos, los imperecederos y los perecederos. Veamos diferencias entre los dos tipos. Hay una gran diferencia en su costo; los primeros tres son muy costosos y los otros baratos. Hay diferencia en su carácter; los hombres no pueden manufacturar los primeros, mientras que los otros son productos de la naturaleza y representan lo que el hombre puede hacer. Y, hay gran diferencia en su uso en la construcción; trabajar con piedras costosas es lento y tedioso, mientras que en poco tiempo se puede levantar una estructura de heno. La diferencia clave está en su combustión; el fuego no puede transformar el primer grupo pero acaba rápidamente con el segundo. No se puede decir que los materiales representan a personas, ni salvas ni inconversas, ya que la gente no será sometida a fuego. Como es el fundamento de la doctrina en cuanto a la persona y obra redentora de Cristo, así por analogía los materiales representan ministerio, a saber, lo que se ofrece para edificar la asamblea. Aquello que corresponde al primer grupo de tres es costoso, exige sacrificio y absorbe tiempo en su preparación. Aquello que corresponde al segundo grupo de tres no cuesta ni tampoco construye algo duradero. El día es el día de nuestro Señor Jesucristo que se menciona en el 1.8. Se refiere al tribunal de Cristo, cuando cada uno de nosotros dará a Dios cuenta de sí, Romanos 14.12. Aquel día aclarará lo que es oscuro en la noche, a saber, el período actual. No es tan sólo que el día lo hará evidente, sino que el fuego probará su carácter, ya que la obra de cada cual será sometida a la prueba de la Palabra de Dios. ¿No es mi palabra como fuego, dice Jehová, y como martillo que quebranta la piedra? Jeremías 23.29. Juan vio los ojos del Señor como llama de fuego, Apocalipsis 1.14. Es importante notar que no se trata de la salvación de una persona, sino del carácter de su obra. 3.14 Si permaneciere la obra de alguno Se contemplan dos clases de obreros. Recibirá galardón el que construya con arreglo a la Palabra. Por ejemplo: En conformidad a todas las cosas que Jehová había mandado a Moisés, así hicieron los hijos de Israel toda la obra [del tabernáculo] ... y los bendijo, Éxodo 39.42. En cambio, hay aquel que construya sobre buen fundamento, pero con todo verá sus esfuerzos reducidos a cenizas, sin que su propia salvación sea afectada. No hay nada en el versículo para sugerir una purificación del individuo en un estilo de purgatorio. 3.16 ¿No sabéis que sois templo de Dios? Para lenguaje parecido, favor de tomar el tiempo de notar el 5.6, 6.2,3,9,15,16,19, 9.23,24. Note también Romanos 6.16, 11.2: ¿No sabéis que si os sometéis a alguien como esclavos para obedecerle, sois esclavos ...? ¿No sabéis qué dice de Elías la escritura? Este verbo es óida, saber por percepción u observación, refiriéndose a hechos que han debido 108 ser obvios a los lectores. El templo de Dios en este versículo es la asamblea, a diferencia del 6.19 donde es la persona. Es la palabra usada al referirse al lugar santísimo donde moraba la gloria divina. El Espíritu mora en la asamblea y debe presidir su adoración y ministerio. 3.17 Si alguno destruyere ... La palabra que figura como destruyere y destruirá es la misma que figura en 2 Cor. 11.3 como extraviados: ... vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. Posiblemente las palabras se refieran al engañador, como dan a entender las palabras, “Nadie se engañe a sí mismo”, y también “No erréis” en el 6.9. El tal corrompería el santuario por su mala doctrina, como en 15.12,33, donde las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. Pero en Israel la inmundicia de parte de un individuo corrompería el santuario, y al no limpiarse el tal era cortado de entre la congregación según Números 19.13,20. Ilustraciones tenemos en 2 Crónicas 29.16,17, en los días de Ezequías, y Nehemías 13.4 al 9, en el caso de Eliasib. De esta manera corrompía la asamblea de Corinto el hombre que cohabitaba en pecado y fue disciplinado por el Señor, capítulo 5 y también 11.30. 3.18 Nadie se engañe a sí mismo ... Los versículos 18 y 20 son una advertencia a los que aparentemente eran líderes en la contención partidista. Son casi un eco de Proverbios 3.7, No seas sabio en tu propia opinión; teme a Jehová, y apártate del mal, y de Isaías 5.21, ¡Ay de los sabios en sus propios ojos, y de los que son prudentes delante de sí mismo! La sabiduría carnal y los métodos carnales que se emplean para lograr los propósitos de uno en una contienda en la congregación, son el camino seguro al desastre. Las dos citas son de Job 5.13 y Salmo 94.11: Que prende a los sabios en la astucia de ellos ..., y, Jehová conoce los pensamientos ... Las palabras la sabiduría de este mundo es insensatez para con Dios aplican la enseñanza de 1.20 al 25 al tema del ministerio cristiano, pero en el capítulo 1 está en vista su relación con la proclamación del evangelio. 3.21 ninguno se gloríe en los hombres Hay aquí un nota de advertencia a la asamblea con respecto de hacer los hombres líderes de partidos o correr detrás de uno u otro predicador al estilo de los príncipes de Rubén cuando incitaron a Coré a rebelarse contra Moisés, Números 16.1 al 3. Los siervos de Dios no deben controlar las asambleas. Todos los siervos de Dios son para el beneficio de todos. “Todo es vuestro”, a saber, para nuestro bien y provecho espiritual. Por extraño que parezca, son siervos las cinco cosas mencionadas: el mundo, la vida, la muerte, lo presente y lo porvenir. 3.23 vosotros de Cristo, y Cristo de Dios Todos ellos eran de Cristo, y un reconocimiento de este hecho en nuestros días pondría fin a cualquier espíritu partidista. Cristo es de Dios en el sentido que es siervo suyo, y a esto se refieren el 11.3 y el 15.28. La Epístola enfatiza tanto la deidad como la humanidad del Señor. Su carácter de siervo no terminó con su ascensión a la diestra del Padre. 4.1 téngannos los hombres ... Es evidente que algunos en la asamblea eran antagónicos a Pablo. Este grupo se volvió más agresivo y a ellos se refiere 2 Corintios. Ellos juzgaban al apóstol, 4.3, y se jactaban en pensar que Pablo no volvería. Él ya había hablado del servicio para Dios como “obra de diácono”, como plantar, trabajar, construir. Había hablado de sí como un arquitecto. Ahora emplea dos metáforas más: (1) servidores de Cristo. Esta no es la palabra para diácono, sino para un subalterno. (2) administradores de los misterios de Dios. Esta expresión sugiere una posición de responsabilidad comparable a la de los levitas, quienes tenían la guarda del tabernáculo de testimonio, Números 1.53. Semejante responsabilidad en el servicio exige fidelidad, ya que por lo regular no se supervisa la labor de un mayordomo, aunque, desde luego, él tiene que rendir cuenta, Lucas 16.1 al 12. La infidelidad de parte de un siervo resultaba en ser quitado del cargo, y con esto 109 en mente Pedro destaca la importancia de ser buenos administradores, 1 Pedro 4.10. Los misterios de Dios podrían abarcar todas las verdades relacionadas con el evangelio, pero lo probable es que se limiten a las verdades llamadas misterios de una manera específica. Hay por ejemplo el misterio de la piedad, 1 Timoteo 3.16; de la ceguera parcial de Israel, Romanos 11.25; de Cristo y de la Iglesia, Efesios 5.32; de que no todos vamos a morir, 1 Corintios 15.50,51, 1 Tesalonicenses 4.13 al 17. Como había aquellos en Corintio que juzgaban al apóstol, él afirma osadamente que no tenía conocimiento de nada en su contra, que tenía una conciencia enteramente limpia, pero a la vez reconocía que su conciencia no es el árbitro de última instancia. El Señor omnisciente juzga. Ya que Pablo vivía a la luz del tribunal de Cristo, él consideraba como cosa de menor importancia ser examinado ante algún tribunal levantado por aquellos señores, o ser evaluado según los valores de hombres: “o por tribunal humano”, a saber, “en día humano”. Es una expresión empleada aquí no más; significa el período durante el cual el gobierno del mundo está en manos de hombres. Terminará en fracaso en la consumación de esta edad, cuando el Señor vendrá en poder y gloria para dar comienzo al día del Señor / de Jehová. Pero Pablo se ocupa más del contraste entre el día del hombre con sus tribunales y el día de Cristo que va a declarar todo. Según el 3.13 la obra de cada hombre será puesta a descubierta, pero según 4.4,5 el Señor sacará a la luz las intenciones del corazón. Estas son los consejos secretos que han impulsado el servicio prestado, como también los celos y las contiendas tan abundantes en Corinto y, posteriormente, en toda localidad. El único encomio que le merecía atención es aquel Bien hecho, siervo fiel que vendrá del Señor. 4.6 lo he presentado como ejemplo ... El apóstol había empleado el nombre suyo y el de Apolos como ilustración, y adrede empleó estos diversos términos para describir su servicio y su carácter, todo con el fin de que ellos los aplicaran a sí mismos y a las circunstancias existentes en Corinto. De esta manera serían guardados de poner a los siervos de Dios sobre un pedestal por encima de lo que las Escrituras sancionan. Es llamativo que no se encuentre entre estas expresiones la de sacerdote. El Nuevo Testamento no la emplea al referirse a un siervo de Cristo. Pablo no cita escritura alguna. Al decir lo que está escrito, se refiere a lo que él mismo había dicho en cuanto a los siervos y su servicio. Por consiguiente, cualquiera que había sido capacitado para servicio ha debido recordar que debe todo a la gracia de Dios, sin lugar para jactancia. La pregunta en el 4.7, ¿quién te distingue? desinfla toda forma de satisfacción propia. 4.8 Ya estáis saciados... Les advierte en tonos macizos y severos, como a hijos amados suyos. Posiblemente sean los más agudos en la Epístola, y son casi un eco de lo dicho por Moisés a Israel en las llanuras de Moab. En el desierto esa gente habían sido peregrinos que dependían de Jehová para su sustento diario en la forma del maná. Ya estaban por entrar en la tierra y sus circunstancias cambiarían de un todo; ocuparían casas, viñas y olivares, con comida en abundancia. Por esto la advertencia: “Cuídate de no olvidarte de Jehová ...”, Deuteronomio 6.10 al 12. El consejo se repite y se amplía en 8.10 al 14. La prosperidad traería tentaciones. Las palabras sin nosotros reináis traen a la mente la parábola de Jotam en Jueces 9.8 al 10. El olivo no podía producir aceite para el santuario y llevar corona a la vez, ni la higuera producir higos si iba a aceptar corona, ni la viña sus uvas. Pero la zarza aceptó el honor con gusto, y podría ponerse la corona y seguir produciendo espinos. Es un cuadro vivo de una vida dominada por la carne, o una asamblea regida por reglas carnales. Las palabras estáis saciados ... estáis ricos son muy similares a las que nuestro Señor iba a decir a la iglesia de Laodicea. Los corintios habían reinado como realeza y aparentemente 110 gozaban de ciertas comodidades, pero sin nosotros da a entender que se olvidaban del apóstol y de la evangelización. En 4.8 al 10 se emplea seis palabras para describir el estado espiritual de aquellos creyentes: saciados, ricos, reináis, prudentes, fuertes, honorables. Habían honrado al mundo y habían sido honrados por el mundo. Las palabras son por demás irónicas. El apóstol procede con listar seis figuras para describir la condición suya Dios nos ha exhibido ... como postreros. Hace pensar en el maltrato que recibió Jeremías como el último de los profetas antes del cautiverio. Se estaban dando a los apóstoles el último lugar. ... sentenciados a muerte. La figura es de los certámenes ante un gran público en el foro, cuando el reo tenía la oportunidad de luchar con el gladiador, o con fieras, en un intento por salvarse la vida. Pablo asemeja a los apóstoles a aquellos condenados que tenían todo en su contra. espectáculo al mundo. Para el teatro mismo, junto con el universo, ante ángeles y hombres, ellos eran espectáculo, Hebreos 10.33. El teatro en Éfeso era grande, Hechos 19.29; hoy día está en ruinas, con tan sólo la choza de un guardián en el centro. insensatos. “¿Qué querrá decir este palabrero?” dijeron los atenienses de Pablo en Hechos 17.18. “Estás loco, Pablo”, afirmó Agripa en el 26.24. Él y sus colegas eran tenidos por necios por la manera en que vivían. débiles. Compárese con 2 Cor. 10.10: “A la verdad, dicen ... la presencia corporal débil”. De nuevo se abstenía voluntariamente a ejercer autoridad apostólica. despreciados. Eran como esclavos, negados sus derechos de ciudadanía. 3. La asamblea cristiana y su santidad 5.1 al 6.11 A. La santidad en su relación con Dios 5.1 De cierto se oye ... De manera abrupta el apóstol procede a tratar un caso muy grave de fracaso moral. Era una transgresión flagrante del código moral, un caso de fornicación del carácter más serio, y aparentemente cosa bien conocida entre ellos y aun tolerada. No fue uno de los muchos temas de la consulta que la asamblea había presentado, pero posiblemente él supo del asunto por intermedio de los tres señores que le visitaron y, según parece, le entregaron aquella carta. Pero la asamblea no se afligió a causa de ese pecado y por lo tanto no había tomado cartas en el asunto. Uno ha podido esperar que el apóstol hubiera tratado este problema antes de los demás, pero sin unidad en la asamblea hubiera sido imposible tratar con el ofensor, y no habría pureza. El pecado era el de Absalóm, 2 Samuel 16.22. Era algo que no se toleraba ni siquiera entre los griegos, aun en la relajación moral que había en Corinto. Se encontraban envanecidos, posiblemente jactándose de una libertad falsa en un régimen de gracia. Obsérvense otras referencias al envanecimiento en 4.16,19, 8.1, 13.4, y el trozo en Proverbios 28.25: “El altivo de ánimo suscita contiendas”. Por esto el apóstol les reprende; su actitud ante el pecado reflejaba su carnalidad y su arrogancia espiritual. En el 6.9 el apóstol advierte: “No erréis; ni los fornicarios ... heredarán el reino de Dios”. Parecía que algún engañador se ocupaba de tornar la gracia de Dios en lascivia, en una oportunidad para gratificar la carne. La libertad se había vuelto licencia. Cabe bien la posibilidad de que el hombre involucraba era uno que se aceptaba como un líder entre ellos, un caudillo de partido. 111 El pasaje hace ver la gravedad que el apóstol asignaba a semejante pecado. Así como el leproso tenía que ser excluido del campamento de Israel, Números 5.1 al 4, para el bien del pueblo en conjunto, también es absolutamente necesario tomar medidas disciplinarias en casos como éste para resguardar la salud espiritual de la asamblea. La iglesia local es el lugar donde mora la honra de Dios, Salmo 26.8. Es “el templo de Dios”, 3.16. Un pecado del carácter de éste contamina y debe ser enfrentado, así como a veces es preciso amputar un brazo o una pierna para salvar la vida de un individuo. El pecado en cuestión era uno claramente prohibido en la ley mosaica, y tenía que ser juzgado. Se pronunciaba una maldición sobre cualquiera que haya sido culpable del mismo, Levítico 18.8, Deuteronomio 22.20, 27.20, Amós 2.7; compárese Esdras 9.1, 10.6. Si la asamblea hubiera lamentado, el hombre culpable hubiera sido “quitado de en medio” de ellos. Quizás esto puede ser entendido en el sentido de una acción de parte de la asamblea, o quizás como de parte de Dios como en Hechos 5.1 al 5. En casos como éste una asamblea debe asumir el lugar y la posición de la viuda pobre en Lucas 18.1 al 3, clamando, “Hazme justicia de mi adversario”. 5.3 he juzgado ... En estos versículos el apóstol da su veredicto y el juicio que debería ser administrado. Conforme al principio enunciado en 3.17 que el que destruyere el templo de Dios recibiría juicio de la misma índole, el apóstol decretó que el culpable debe ser entregado a Satanás para la destrucción de la carne. Esto puede significar bien la destrucción de las pasiones carnales o bien un castigo físico. Si es la primera, entonces se involucraría alguna forma de enfermedad corporal que le impediría a la persona satisfacer su naturaleza carnal. Sin embargo, es más aceptable el segundo criterio. En este caso las palabras, “la destrucción de la carne” son afines a pronunciar una sentencia de muerte sobre el hombre. El pecado era tan grave que solamente la muerte resolvería el problema satisfactoriamente y vindicaría la santidad de Dios, y por ende sería una lección ante los ojos de la asamblea. Se puede considerar como ilustración de la primera interpretación el juicio pronunciado sobre la esposa adúltera en Números capítulo 5. Su aflicción corporal la convirtió en objeto de vergüenza en el campamento. Una asamblea congregada con el fin específico de ejercer disciplina es en efecto una solemne escena tribunicia, con el apóstol presente en espíritu y el Señor Jesucristo presente en poder. En el nombre de, o con la autoridad de, el Señor Jesús el juicio sería pronunciado y efectuado. Las palabras, “a fin de que el espíritu sea salvo en el día del Señor Jesucristo”, hacen ver que el juicio no incidía en cuanto a la salvación eterna del ofensor. Pero las palabras dificultan creer que la disciplina era con miras a su restauración. A menudo se sugiere que se trata del mismo individuo en 2 Cor. 2.5 al 10, pero esto es muy dudoso. La evidencia parece indicar lo opuesto. 5.6 No es buena vuestra jactancia. La reprensión severa en cuanto a su envanecimiento daría a entender que aun se gloriaban en su tolerancia del hombre y su conducta incestuosa, su vida licenciosa. Algunos de ellos han podido pensar que era una emancipación de las restricciones impuestas por la ley. Pablo les hace recordar que era preciso purgar la “vieja levadura”, y que se requiere sólo un poco de levadura para leudar una masa entera, o corromper toda la comunidad. El hecho de asemejar el pecado a la levadura confirma el criterio que en las Escrituras la levadura es siempre una ilustración del efecto del mal. Aquí el mal es moral. En Gálatas 5.9 es doctrinal. No sólo se debe excomulgar al individuo, sino también se debe jugar cualquier descuido en cuanto a lo moral, o de otra manera toda la asamblea se contaminaría por semejantes prácticas corruptas. El ejemplo perverso sería copiado por otros. “En Cristo” ellos eran considerados como posicionalmente sin levadura, así como Israel estaba representado por los doce panes sin levadura sobre la mesa en el tabernáculo. Si su vida y 112 práctica iban a corresponder a esto, ellos tendrían que limpiarse de la “vieja levadura”. Solamente así serían una “nueva masa”. A los israelitas se les mandó quitar toda levadura de sus casas en la época de la pascua. La primera masa hecha después de esto sería libre de levadura, sería una “nueva masa”. Es de esta figura que el apóstol toma su instrucción. 5.7 nuestra pascua, que es Cristo ... celebremos la fiesta Esta es una de las muchas maneras en que se alude a Cristo en la epístola. En 3.10,11 Él es el fundamento. En 10.4 es la roca, y en 15.20 la primicia. Hay otras, y un estudio de las figuras enriquece. La aplicación de la pascua a Cristo evidencia la importancia de estudiar la tipología del Antiguo Testamento. El Antiguo encierra al Nuevo y el Nuevo explica al Antiguo. La fiesta de los panes sin levadura se relacionaba con la de la pascua. El apóstol reconoce su significado típico para la vida cristiana al escribir, “celebremos la fiesta”. De esta manera se percibe la vida cristiana como una fiesta [una santa convocación], como en otras partes de 1 Cor. es presentada como una carrera y como una lucha. Se debe quitar la levadura en todas sus formas, sea la levadura vieja, o la de malicia y de maldad, o la levadura de los fariseos, o de los saduceos, o de Herodes, Mateo 16.6, Lucas 12.1, Marcos 8.15. La medida del gozo del Señor y de su redención en el creyente será la medida en que respeta la exigencia de quitar de sí la levadura. Esto es cierto tanto en lo particular como en lo colectivo. Hacemos bien en observar que en las instrucciones sobre la fiesta de panes sin levadura se prohibía comer pan leudado, Éxodo 12.20, y se prohibía guardar levadura en las casas y otros sitios, 12.15, 13.7. Además, se exigía comer pan sin levadura, 12.15, 13.6,7. El creyente no debe estar satisfecho con abstenerse de lo que es malo, sino debe alimentarse de Cristo, el auténtico pan de Dios, Aquel en quien no había pecado. El testimonio cristiano debe incluir lo positivo, y no limitarse a lo negativo. 5.8 de sinceridad y verdad Esto se refiere a la vida del creyente en su carácter positivo. El corazón debe ser sincero y el motivo debe ser puro. No es aceptable intentar a tapar una falta con cera, así como se solía hacer en las estatuas de mármol. El corazón debe mostrase sin defecto a la luz del sol. Todo esto está encerrado en la palabra traducida sinceridad. El trozo nada tiene que ver con la cena del Señor en sí. Tan interrelacionadas eran la pascua y la fiesta de panes que casi se percibían como una sola. Así también lo que ellas representan o profetizan típicamente la redención y la santificación están estrechamente vinculados en el Nuevo Testamento, como también al altar y la fuente eran asociados en el tabernáculo. 5.9 he escrito por carta El apóstol se refiere aquí a una carta escrita en una ocasión anterior, y parece que había un mal entendido en cuanto a su contenido y propósito. No tenemos esta carta ahora. Se ha sugerido que se refiere a lo que está diciendo en ese momento, pero no puede ser así porque dice que ya les había escrito “por carta”, y prosigue con lo que parece ser un resumen de su mensaje. Se prohíbe aun el intercambio social con uno que se llama hermano, si el tal es culpable de alguno de los pecados listados en el versículo 11. “Los que están fuera” es una frase que señala a los irregenerados; compárese Marcos 3.11, Colosenses 4.4, 1 Tesalonicenses 4.14. Dios les juzgará. No está dentro de la esfera de responsabilidad, ni es una prerrogativa, de la asamblea cristiana pronunciarse en juicio contra ellos. Aparentemente la mujer involucrada en este asunto era inconversa, o ella hubiera caído bajo la misma iniciativa disciplinaria que el hombre. A él se le describe como un perverso, y se manda que sea quitado de la comunión de la asamblea; compárese Deuteronomio 13.15, 17.7. Hasta allí la responsabilidad de la congregación. Se precisaba de autoridad apostólica para entregar el tal a Satanás. Leemos de esto una sola vez más, donde el pecado era doctrinal; 1 Timoteo 1.20. Ya que el mundo es la esfera donde 113 gobierna Satanás, se puede afirmar que al excomulgar al sujeto se le asignaba de hecho al poder de Satanás. Satanás puede tocar al creyente solamente con la voluntad permisiva de Dios, como vemos en el caso de Job y el del aguijón en la carne que le afligía a Pablo. La persona descrita en Gálatas 6.1 no debe ser tratada conforme a las instrucciones contenidas en este capítulo. B. La santidad en la relación del uno con el otro 6.1 ¿Osa alguno ...? En el capítulo 5 el apóstol les había reprendido fuertemente por no reconocer la santidad que conviene a la casa de Dios, al decir de Salmo 93.5. En 6.1 al 11 se enfatiza la santidad que debería caracterizar al pueblo de Dios en su trato el uno con el otro. De alguna manera no especificada ellos habían venido defraudando aun a sus propios hermanos en la fe. La idea no es que se puede defraudar a los demás, pero los hermanos en Cristo deben tener un cuidado especial para el bienestar de cada cual. Con el fin de buscar justicia, algunos habían entablado demandas en tribunales romanos. Cualquiera que resultare ser el fallo, esto de por sí era una falta, una derrota. Al condenar estas iniciativas el apóstol insta que se arreglen estos asuntos entre hermanos. El vocablo injustos en el 6.1 se debe entender como sinónimo con incrédulos en el 6.6. No hay sugerencia de que la decisión de parte del tribunal sería de hecho injusta, aunque la justicia sí se sacrifica en tales lugares. Los santos han de juzgar el mundo Mateo 19.28 Os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel. Lucas 22.25 al 30 Os sentéis en tronos juzgando a las doce tribus de Israel. Daniel 7.22 Se dio el juicio a los santos del Altísimo. A los ángeles también 2 Pedro 2.4 ... los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio Judas 6 ... los ha guardado bajo oscuridad ... para el juicio del gran día Por lo tanto, ¿se puede pensar que no sean capaces de juzgar asuntos que en el mayor de los casos son triviales en comparación? Leemos en relación con el 6.5 que hay dos posibilidades para el creyente defraudado. (1) Puede presentar el problema a los hermanos, o (2) puede aceptar el abuso, encomendar el asunto al Señor y esperar su veredicto. En este contexto se les advierte no engañarse. Los injustos no heredarán el reino de Dios, ya que la justicia caracteriza ese reino; “No paguéis a nadie mal por mal”, Romanos 12.17. Los pecados mencionados en el 6.9 son personales y sociales: vicios sexuales e idolatría. La mención de tantos es indicio del ambiente inmoral en la ciudad, pero una comparación con Romanos 1.19 al 32 y Colosenses 3.5 al 7 deja entrever que estaban en bancarrota moral tanto la civilización romana como la griega. No han podido ser más degeneradas. Los pecados mencionados en el 6.10 son los que se cometen contra otros (ladrones, avaros, borrachos, maldicientes, estafadores) y apóstol afirma de nuevo que los tales no heredarán el reino; véanse Gálatas 5.19 y Efesios 5.5. Se debe insistir en la rectitud moral como prueba de la legitimidad de la profesión de ser cristiano, así como la celebración de la fiesta de panes sin levadura era una señal sobre la mano y un memorial delante de los ojos; Éxodo 13.9. Era evidencia a uno mismo (las manos) y a otros (la frente). En el 6.11 se evidencia la eficacia del evangelio en Corinto. Las vidas de algunos habían sido 114 como aquellas de los versículos 9 y 10, pero ellos habían sido revolucionados y transformados por el dinamismo del evangelio. Habían sido justificados en el nombre del Señor Jesús, santificados por el Espíritu Santo, y lavados. Los verbos justificados y santificados están en la voz pasiva, pero lavados en la voz media. Se habían lavado, en el sentido que se interesaron para que fuese efectuado; ellos personalmente tenían una responsabilidad por el asunto. Una comparación con Hechos 22.16 (Ahora, pues, ¿por qué te detienes? Levántate y bautízate, y lava tus pecados, invocando su nombre). conduce a concluir que el apóstol se refiere aquí al hecho de que en su bautismo ellos habían profesado públicamente que habían renunciado su antiguo estilo de vida. El bautismo no es solamente un acto en el cual el creyente confiesa a Cristo como Señor (Hechos 10.48) y expresa su identificación con Cristo en sepultura (Romanos 6.4,5), sino también un símbolo de haber dejado la vida de antes (compárese Deuteronomio 21.1 al 6). Ser santificado por el Espíritu puede referirse a su obra inicial en poner aparte al creyente, o a lo que se menciona específicamente en el 6.19, donde se habla del cuerpo del cristiano como un templo propio del Espíritu. Dijo Jehová en Éxodo 29.43: Allí [en el tabernáculo] me reuniré con los hijos de Israel; y el lugar será santificado con mi gloria. Se emplea aquí en Corintios un título que no encontramos en otro lugar: el Espíritu de nuestro Dios. El versículo manifiesta cómo la Trinidad está en la trama y urdimbre de la Epístola. Las dos palabras santificados y justificados enfocan la atención sobre los dos aspectos de la vida cristiana enfatizados en esta sección: la santidad práctica que debe caracterizar la asamblea (capítulo 5) y la justicia práctica que debe caracterizar la conducta del creyente ante los demás (6.1 al 11). Los pecados mencionados en el 6.9 son inmundos (fornicarios, idólatras, adúlteros, afeminados, los que se echan con varones). Son una negación de la santidad, mientras los del versículo 10 chocan con la justicia. En los Salmos hay gran énfasis sobre estos dos aspectos de la vida en Dios. Leemos de la hermosura de la santidad que conviene a la casa de Dios en el 93.5 y 29.2. Leemos de los sacrificios de justicia y la senda de justicia en el 4.5 y 23.3. (Leemos de los frutos de justicia en Filipenses 1.11 y Hebreos 12.11). Son apenas unos pocos ejemplos. 4. La asamblea cristiana y la libertad personal 6.12 al 11.1 A. La libertad en relación con uno mismo Si bien el apóstol sigue en esta sección en exhortación a una santidad práctica en la vida, lo hace en el contexto de otro asunto que estaba tomando dimensiones peligrosas en la asamblea en Corinto. Era el problema de la libertad cristiana. Aparentemente había dos grupos que tenían criterios diametralmente opuestos acerca del ejercicio de su libertad. Cada uno parece haber tenido su máxima o slogan. Los libertinos tenían el suyo resumido cuatro veces en la afirmación que “todo me es lícito”. Lo aplicaban tanto a los alimentos como a la fornicación. Por otro lado, los ascéticos querían prohibir el matrimonio y el consumo de cualquier alimento que haya sido ofrecido a ídolos, y esto aun en el hogar. Al contender con estas dos fracciones opuestas el apóstol no intenta hacerlo de frente. Él se expresa como de acuerdo en parte con ambas, y luego introduce cláusulas calificativas que 115 neutralizan su error. El quiasmo el carácter introvertido de toda la sección se puede demostrar como sigue A. todas las cosas me son lícitas 6.12 libertad B. las viandas para el vientre La cuestión de la 6.13 La cuestión de los alimentos y los ídolos C. el cuerpo no es para la fornicación 6.13 al 20 La cuestión de una relación sexual prohibida C. el cuerpo es ... para el Señor 7.1 al 40 La cuestión de una relación conyugal sancionada por Dios B. en cuanto a lo sacrificado a los ídolos A. todo me es lícito 8.1 al 10.22 10.23 al 30 Exhortaciones concluyentes 10.31 al 11. 6.12 Todo me es lícito ... Se expone primeramente qué es la libertad personal. Sin duda las palabras “todo me es lícito” eran un slogan favorito de los libertinos. Ellos estaban dispuestos a aceptar la enseñanza de aquellos que cambiaron la gracia de Dios en una oportunidad para gratificar la lascivia de la carne. Volvieron la libertad en licencia. Considérese: “... que no uséis la libertad como ocasión para la carne”, Gálatas 5.13. “... convierten en libertinaje la gracia de nuestro Dios”, Judas 4. Era una perversión del evangelio de la gracia divina como la enseñaba el apóstol. Ellos afirmaban ser exentos de todo resguardo ceremonial y moral porque estaban libres de la ley y bajo la gracia. El apóstol hace concesión con respecto a los alimentos, dando a saber que lo que comemos no tiene un significado moral, así como se enseña en Marcos 7.14 al 23 (“Nada hay fuera del hombre que entre en él, que le puede contaminar”). Más adelante reconoce que un ídolo no es nada, 8.4, pero incorpora en 6.12 como cláusula calificadora un punto muy importante; “mas no todas convienen”. Lo repite en el 10.23, como veremos. Lo que comemos carece de significado moral, pero no así la fornicación. Sus implicaciones morales y espirituales son muy graves. Hay un marcado contraste entre la manera en que él habla del estómago y del cuerpo. El uno, cual canal de sustento, será destruido por ser innecesario. Pero el cuerpo, contrario a la creencia que se alegará, tiene un futuro. Una falta de comprensión de esto condujo a las profundidades de degeneración de las prostitutas del templo “la ramera”. El hecho de citar Génesis 2.24 muestra que la unión sexual con una prostituta no era meramente física. Encierra una unión mental y moral; es un pecado contra el cuerpo de uno mismo, y uno que puede dar lugar a enfermedad venérea; véase Romanos 1.26,27. Se debe notar las varias referencias al cuerpo es para el Señor Él es para el cuerpo será resucitado es miembro de Cristo no debe ser contaminado por fornicación mora en él el Espíritu Santo el creyente debe glorificar a Dios en su cuerpo (Varias traducciones omiten del versículo 20, “y en vuestro espíritu”). 116 También se debe notar en este pasaje los incentivos a la santidad, o a la honra para Dios. Quizás sea de ayuda verlos en la secuencia invertida, comenzando con una referencia a la cruz y terminando con una referencia a la resurrección (1) Habéis sido comprados por precio, 6.20. En el 7.20 se repite la afirmación, pero con una aplicación diferente. Quiere decir adquirir mediante la cancelación de una suma, o comprar en el mercado, la agora. El precio que canceló nuestra compra fue la sangre preciosa de Cristo, 1 Pedro 1.18. Por esto no somos nuestros; somos una posesión adquirida. (2) Vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, 6.19. Hemos sido hechos recipientes del Espíritu en virtud de la muerte de Cristo. “El Espíritu de Dios mora en vosotros”, “¿Cómo no nos dará con él todas las cosas?” Romanos 8.9,32 (3) El que se une al Señor, un espíritu es con él, 6.17. La unión del creyente con Cristo es una característica prominente de la Epístola a los Romanos en los capítulos 6 al 8 y también en Colosenses 2.9 al 3.4. Es una doctrina de importancia clave en el Nuevo Testamento. Lea nombró a uno de sus hijos Leví, queriendo decir unido. Fue una profecía, ya que posteriormente la tribu, “Se juntarán, pues, contigo [con Aarón], y tendrán el cargo del tabernáculo”, Números 18.2 al 4. Todo creyente debería ser un auténtico levita, sirviendo al Señor en novedad del Espíritu. (4) Vuestros cuerpos son miembros de Cristo, 6.15. Parece que los corintios no se habían dado cuenta de esto, y por lo tanto se formula la pregunta, “¿No sabéis?” La membresía en el cuerpo se trata en 12.12,27. Aquí el enfoque es que el cuerpo debe ser guardado de la contaminación, debido al contexto y la mención de la fornicación. De ella el creyente debe huir, al estilo de José en Génesis 39.12. Hay advertencias en este sentido en Proverbios 6.32,33, 7.21 al 23. (5) Dios ... a nosotros nos levantará con su poder, 6.14. Esto se asegura más allá de toda duda por el hecho de que Él “levantó al Señor”, un tema tratado extensamente en el capítulo 15. Es instructivo notar el método del apóstol al corregir el error. Él ofrece enseñanza constructiva acerca del cuerpo y su lugar en el esquema de salvación, y corrige el concepto equivocado de la gravedad del pecado bajo consideración con verlo (i) a la luz de su membresía en el cuerpo de Cristo, 6.15; (ii) la verdadera naturaleza de semejante unión, 6.16; y (iii) sus efectos sobre el cuerpo mismo, 6.18. B. La libertad en relación con el matrimonio El apóstol trata estos puntos en secuencia en 7.25, 8.1, 11.2, 12.1, 16.1. 7.1 bueno le sería al hombre ... Habiendo atendido debidamente a la cuestión de la fornicación, y la relación sexual ilícita y prohibida, el apóstol se dirige al problema presentado por los ascéticos en cuanto al matrimonio como está expresado en las palabras, “bueno le sería al hombre no tocar mujer”. No lo hace por enfrentamiento directo; la cita era a lo mejor una santa y seña del partido. Difícilmente podría ser una declaración de parte del apóstol, porque restaría del propósito de Dios en la creación, “Fructificad y multiplicaos”. La enseñanza clara de las Escrituras es que el matrimonio es honroso, Hebreos 12.4. La unión conyugal es simbólica de la unión entre Cristo y la Iglesia, Efesios 5.31,32. 117 En este capítulo se ve el matrimonio desde siete ángulos 7.1 al 7 Visto a la luz de la inmoralidad en el entorno y la incontinencia “... a causa de las fornicaciones, cada uno tenga su propia mujer ...” Se afirma claramente las obligaciones del estado de casados. El cristianismo no sanciona ni la poligamia ni la poliandria, 7.2. En la ocasión de casarse cada cual asume como deuda ciertas obligaciones a la otra parte, 7.3. Compárese Éxodo 21.10, “Si tomare para él otra mujer, no disminuirá ... el deber conyugal”. Cada una tiene sus derechos conyugales y el hecho de no reconocerlos es defraudar, 7.4,5. La abstinencia de la relación sexual debe ser sólo por mutuo acuerdo o sólo un convenio temporal o una concesión, 7.6, acaso las partes caigan debido a su falta de continencia, por alguna tentación satánica, alguna trampa puesta por Satanás para entorpecerles. El lenguaje casi da a entender que algunos de los ascéticos ya eran casados y deseaban abstener de toda relación conyugal. El matrimonio guardaba a los cristianos del pecado de fornicación al cual estaban tan expuestos por su incontinencia, y así su vida en familia sería un testimonio contra la corrupción que imperaba. Proporcionaba una manera por la cual los hijos nacerían y se criarían en una atmósfera con la debida actitud al sexo y el estado conyugal. Sin embargo, el apóstol reconoce que para algunos la soltería o el celibato tenía ciertas ventajas. Él percibía su propio celibato como un carisma, un don de Dios, 7.7. El estado de casados, con su compañerismo, consejo y paternidad, es también un carisma, un don de Dios. “El que halla esposa halla el bien, y alcanza la benevolencia de Jehová”, Proverbios 18.22. En ninguna parte se ordena el celibato ni se sugiere que es de alguna manera superior o más santo que el matrimonio. 7.8,9 Visto a la luz de la ventaja física que ofrece Si bien es positivo quedarse soltero, tanto en lo físico como en lo demás es mejor casarse que quemar de deseo sexual. (Lascivia en Romanos 1.27 es quemando en el 7.9). El instinto o impulso sexual es fuerte y de origen divino, de manera que debe ser considerado. La conversión no lo anula. Se hace mención aquí de viudas, y de vírgenes en el 7.25, de manera que los solteros se refiere a los varones sin casarse o enviudados. 7.10,11 Visto a la luz de la enseñanza del Señor “a los que están unidos en matrimonio ...” Aquí Pablo basa su mandamiento en la enseñanza del Señor ya registrada en Mateo 19.1 al 6 y Marcos 10.1 al 12. A la luz del contexto en el cual el Señor dio la enseñanza se puede concluir que los “unidos” a quienes se refiere el apóstol son creyentes de parte y parte. Él permite la posibilidad de una falta de compatibilidad, pero no la considera una razón suficiente para la separación o el divorcio. 7.12 al 16 Visto a la luz de la conversión posterior de una de las partes “a los demás yo digo, no el Señor ...” No tenemos registrado nada que el Señor haya dicho en cuanto al problema que Pablo va a tratar. No obstante, lo que expone cuenta con la misma autoridad, siendo inspirado por el Espíritu. Se pone en su debido enfoque varios puntos La conversión del esposo o la esposa no anula el matrimonio. Su estatus no cambia. Los hijos no son bastardos ni han nacido fuera de un lazo matrimonial. El esposo no debe querer poner fin al nexo. La esposa no debe dejar al esposo, aunque en algunos casos en India sería prácticamente imposible que una señora continuara viviendo con un esposo idólatra. A lo mejor él no querrá. 118 Si el incrédulo se va, la otra parte está libre. Sin embargo, el alcance o medida de esta libertad es discutible. ¿Solamente libertad de la responsabilidad que tenía, o libertad para casarse de nuevo? Insistir que la parte abandonada se quede sin casar sería imponer un yugo que a lo mejor no podría llevar; versículos 2, 5 y 9. No obstante, todo creyente debería hacer lo posible para convivir con su pareja; es una responsabilidad primaria. “El marido incrédulo es santificado ..., harás salvo a tu mujer” 7.14,16. Las palabras del versículo 14 deben ser leídas y entendidas a la luz del versículo 17. La comparación deja en claro que la santificación no ser entendido a la par de experiencia de salvación. Las palabras del versículo 16 estimulan a la parte creyente a saber que él o ella puede ser el instrumento en la salvación de la otra. 7.17 al 24 Visto a la luz de su llamamiento El creyente debe ser fiel al llamamiento de Dios en cualquier esfera de la vida que Dios en su soberanía le ha asignado. No se interpreta el texto como para sugerir que uno nunca debe cambiar de oficio. El apóstol aplica a una esfera más amplia la necesidad y la sabiduría de permanecer en el lazo conyugal en el cual ellos han sido llamados, 7.20,24. Este es el vínculo entre estos versículos y los que preceden. El principio que opera en el caso del matrimonio aplica a la circuncisión, 7.18, y a la esclavitud, 7.20. Habiendo sido comprado con precio, uno es siervo o esclavo de Cristo y debe proseguir fiel a Dios. Si logra su libertad uno que era esclavo en el momento de su conversión, bien, pero debe llevar en mente que goza de una emancipación mayor. Es uno libertado por el Señor mismo. Por el otro lado, el que gozaba de libertad en el momento de ser salvo era en realidad esclavo de Cristo. El uso repetido de llamado merece mención. No se refiere a una vocación terrenal sino a la ocasión específica del llamamiento de Dios. Compárese Romanos 8.28 al 30, “... los que conforme a su propósito son llamados ...” La exhortación es que se queden fieles al llamamiento que les sacó de las tinieblas a la luz. 7.25 al 38 Visto a la luz de las circunstancias que se imponían “la necesidad que apremia”, 7.26; “en cuanto a las vírgenes”, 7.25. Aparentemente estamos ante otra pregunta formulada por la asamblea. Así como en el versículo 12, él menciona de nuevo que no hay nada dicho por el Señor al cual podemos apelar. Por esto expresa su criterio y afirma que habla conforme a la sabiduría que le dio el Espíritu Santo. La necesidad que apremiaba era tal que el apóstol consideraba aconsejable abstenerse del matrimonio. (Véase Jeremías 16.1 al 7 para un mensaje parecido de parte de un profeta). Qué era el gran problema en Corinto, no sabemos. Se conjetura en vano, pero no se descarta que haya sido el matrimonio. No sería un pecado casarse, pero hacerlo traería problemas. Es probable que las palabras, “el tiempo es corto” se refieran a que la venida del Señor se acerca y a cómo esta realidad debería tener efecto sobre todo creyente y todo aspecto de su vida, 7.29 al 31. Debe ser como Urías, un soldado en servicio activo. Las ventajas de la soltería se enfatizan de nuevo, pero cuidadosamente para evitar la posibilidad de que sus palabras sean un tropiezo, 7.34. Por esto el apóstol deja en claro que hay entera libertad para casarse o dar en casamiento. Surge la pregunta de quiénes son las vírgenes. ¿Son las hijas solteras de creyentes, y ellas a su vez creyentes? ¿O son las señoritas comprometidas ya para casarse? Algunos opinan que se trata de varones además de señoritas. J.N. Darby traduce virginidad en 7.36,37 pero es difícil comprender la cosa así a la luz del versículo 37 en particular. 7.39,40 Visto a la luz de la muerte del esposo Se aclaran tres puntos en estos versículos concluyentes 119 El lazo conyugal del creyente se disuelve solamente por la muerte. El viudo está en libertad de casarse, pero solamente con otro creyente en Cristo y conforme a la voluntad del Señor. La enseñanza del apóstol se dio por el Espíritu de Dios. Las siete referencias al Señor en esta sección ameritan atención. Leemos de la misericordia del Señor en el versículo 25, las cosas que le pertenecen a Él en el 32, agradar al Señor en el 32, acercarse al Señor en el 35 y “en el Señor” en el 39. El capítulo es un aporte importante al tema del matrimonio cristiano. Establece inequívocamente su legitimidad y trata adecuadamente su conveniencia para cierta gente, bajo ciertas circunstancias y con ciertos fines. En su primera carta a Timoteo el apóstol castiga como “doctrina de demonios” la prohibición a casarse y a comer determinados alimentos, observando que enseñanza de esta índole produce sólo una santidad espuria, 1 Timoteo 4.1 al 5. C. La libertad en relación con el hermano débil 8.1 En cuanto a lo sacrificado a los ídolos ... Es un tanto sorprendente que se haya formulado una pregunta como ésta. El apóstol había ministrado en Corinto por la mayor parte de dos años, y cuesta creer o pensar que en aquel lapso el tema no se había presentada y tratado. Las palabras “no erráis” (“¡No os llaméis a engaño!” Nueva Versión Internacional) en el 6.9 hacen entrever, como ya hemos comentado, que algún engañador estaba obrando en la asamblea, buscando corromperla al tornar la gracia de Dios en una oportunidad para gratificar la lascivia de la carne. La necesidad de usar lenguaje tan fuerte en el 6.12 al referirse a la fornicación, y ahora al tratar de los alimentos ofrecidos a los ídolos, revela la senda asquerosa de la serpiente que queda manifiesta en otras partes también. (Como ejemplos hay Apocalipsis 2.14,20, la doctrina de Balaam y la seducción de Jezabel). El problema presentado era doble: participar en una fiesta de alimentos que habían sido ofrecidos en el templo idólatra, 8.10; y, comérselos en una casa particular, 10.25.28. El apóstol abunda sobre esto, cuando uno hubiera pensado que lo trataría en apenas un par de líneas, o quizás citaría la decisión de la reunión en Jerusalén. Hubiera sido fácil limitarse a citar un par de reglas, pero, al contrario, él va al fondo y expone principios vitales que aplican a todos los asuntos que pueden provocar conflictos de conciencia en el creyente cuando no hay un claro Escrito está para nuestra orientación. Es esto que hace que los capítulos se revistan de tanta importancia en nuestros tiempos. El problema específico de qué comida se puede comer afecta a relativamente pocos cristianos ahora, pero los principios expuestos son de aplicación universal. Por ejemplo: el brindis social, el cigarrillo, el cine, la televisión, la vestimenta). Un cristiano carnal, o aun el inconverso, puede cumplir con reglas, pero se requiere percepción y poder espiritual, ejercicio y energía espiritual, para aplicar los principios a la práctica. 8.1 El conocimiento envanece ... Se pone en contraste el conocimiento y el amor. El uno infla a la persona y el otro construye. En el mejor de los casos el conocimiento es muy limitado, pero “amar a Dios” es la senda de auténtica sabiduría. El apóstol reconoce la verdad que lo que los fuertes en Corinto aparentemente argumentaban, que el ídolo no es nada y que los muchos dioses realmente no existían. Para el creyente había un solo Dios, el Padre, y un solo Señor Jesucristo, a quien toda la creación debe su existencia. “... en él fueron creadas todas las cosas”, Colosenses 1.16; “Todas las cosas por él 120 fueron hechas”, Juan 1.3. Para Él y por medio de Él vivimos, 8.6. La unidad del Padre y del Hijo en la Deidad se enseña enfáticamente aquí como una doctrina cristiana básica y fundamental. Pero no todo creyente ha entrado en una aprensión tan clara de la verdad en cuanto a las deidades y los ídolos gentiles. Algunos, debido a una larga asociación o costumbre de reconocer al ídolo, encuentran difícil desasociarse de aquel sentimiento. Por esto su conciencia, siendo débil, se corrompe. De manera que, lo que un creyente podía hacer, otro no. Al ejercer lo que creía ser su libertad a comer, él en nada se mejoró. Al no comer, o al sacrificar su libertad tan desplegada, nada iba a perder. Participar de o abstenerse de determinados alimentos no le acerca a uno a Dios. Por esto no hay ninguna ganancia o pérdida espiritual de mayor relevancia en hacer el uno o el otro. Este es un principio importante y tiene una aplicación amplia en todos los países donde hay costumbres profundamente arraigadas. Debe ser de ayuda en la orientación del creyente espiritual. Ningún creyente puede preguntar, como Caín, si es guarda de su hermano. 8.9 Pero mirad que esta libertad ... El vocablo libertad se emplea siete veces en estos capítulos 8.9, 9.4,5,6,12,18. Encierra la idea de un derecho o una autoridad. El apóstol advierte que al reclamar sus derechos, su manifestación de libertad para sentarse y participar en el templo idolátrico, podrían hacer que los mismos recintos del templo resultasen un tropiezo para el débil. De esta manera ellos pondrían un obstáculo en el camino de estos últimos, posiblemente con la consecuencia que caigan aun irremisiblemente, 8.11. A la luz de Juan 10.28, el perder aquí no expresa la perdición eterna sino un grave desastre espiritual. Por el otro lado el amor persigue el bien del otro, deseando edificarle o fortalecerle en su fe cristiana. El ejercicio errado o indebido de sus derechos le animaría, le edificaría ya que la palabra estimular en el versículo 10 es la misma que edificar en el versículo 1 al débil a actuar en oposición a su propia conciencia. Esto conduciría al naufragio espiritual, 1 Timoteo 1.19. El apóstol no se dirige a ellos como “los fuertes”, ni se asocia a sí mismo con ellos en su postura, como hace en Romanos 15.1, “los que somos fuertes”. Sin duda esto se debía a que el punto bajo consideración era básicamente diferente, como se muestra claramente en el capítulo 10. Sin embargo, quien haya profesado un conocimiento superior debería llevar en mente que (1) el débil era un hermano, (2) era uno por quien Cristo murió, y (3) pecar contra él era pecar contra Cristo, 8.11,12. En el capítulo leemos de una conciencia débil, una conciencia contaminada, una conciencia fortalecida y una conciencia herida. Herir una conciencia es como golpear a un inválido. Por consiguiente, el apóstol dice en conclusión cuál sería su actitud y cuáles los principios que le guiarían. Él se abstendría de comer determinados alimentos si hacerlo pondría tropiezo a su hermano. Andaría en amor, Romanos 14.10. Sería motivado por amor hacia su hermano débil. Obsérvese las referencias a hermano en los versículos 11 al 13, y véase la parábola en Lucas 15.27 al 32. Si en este capítulo la acción se ve en su relación con el hermano débil, en el 10.21 está condenada claramente como de un todo incompatible con la comunión entre el creyente y Dios, “No podéis beber la copa del Señor ...” D. La libertad en relación con el evangelio 9.1 ¿No soy libre? ... Habiendo declarado su propia reacción personal, Pablo procede con la 121 pregunta de que si acaso no era libre y no gozaba de los derechos apostólicos. No dudamos de que esta sea la secuencia apropiada; a saber, libre y luego apóstol. El tema principal por delante no es su apostolado aunque lo afirma sino el de mostrar que por el bien del evangelio él había renunciado sus derechos dados por Dios mismo. Por lo tanto en este capítulo él insiste en la necesidad de ejercer nuestra libertad de tal manera que no estorbemos el evangelio en absoluto. Es otro principio muy importante. Aun cuando no era de los doce originales, en el camino a Damasco él había recibido una revelación especial de Jesucristo nuestro Señor, y los corintios eran el sello, la evidencia dada por Dios mismo, de su apostolado. Esta fue su respuesta legal a los que querían examinarle a él, o a sus credenciales, y ponerle en tela de juicio. Posiblemente algunos habían concluido que él trabajaba con sus manos, sin cargo a la asamblea, porque no era un apóstol al estilo de Cefas y los demás. El supuesto era falso, y por esto Pablo formula tres preguntas. V sobre (1) la libertad de comer y beber por cuenta de la asamblea, y a casarse y (2) viajar con una esposa como hacían Cefas y los hermanos del Señor. La manera cómo se emplea la palabra hermanos daría a entender que se trata de hijos de José y María. La tercera pregunta (3) tiene que ver con el derecho de no trabajar. Él abunda sobre esta última, y da una respuesta triple tomada del quehacer humano el soldado / guerrero. La obra del evangelio se ve como una lucha: 2 Cor. 10.4, “las armas de nuestra milicia”; “sufre penalidades como buen soldado de Jesucristo”, 2 Timoteo 2.3,4. Como guerreo, debe recibir su jornal. el labrado / obrero. Cual agricultor, él puede tomar de la cosecha. el pastor / guardián. El que alimenta la grey participa de los beneficios. 9.8 ¿Digo esto sólo como hombre? En los versículos 8 al 14 se apela a las Escrituras de tres maneras (1) El que ara y el que cosecha, obreros en el campo al comienzo y al final del ciclo, 8.10. No se debe poner bozal al buey que trilla; Deuteronomio 25.4. La cita de parte de Pablo hace ver que la aplicación primaria de la ordenanza era espiritual más que literal. Pablo había sembrado y por lo tanto tenía el derecho de cosechar beneficio material, a saber, que sus necesidades fuesen atendidas. Otros habían ejercido este derecho al estar en Corinto, pero él no, acaso cortara el camino como si fuera, o derrumbara el puente y así impedir el progreso el ejército. Obsérvese que dice en el versículo 12, “poner obstáculo ...” (2) El levita y el sacerdote, 9.13. El templo o el altar proveían para aquellos que tenían ministerio allí. Había el diezmo de parte del pueblo para los levitas, y el producto del altar para los sacerdotes. (3) El predicador del evangelio, a su vez, debería vivir del evangelio, 9.14. Si bien no hay registrado un mandamiento específico, hay enseñanza al respecto en Mateo 10.10, “el obrero es digno de su alimento”, y Lucas 10.7, “posad en aquella casa comiendo y bebiendo lo que os den”. 9.15 de nada de esto me he aprovechado ... Siendo un mayordomo del evangelio, él estaba en el deber de predicar. Él reconocía que alguna calamidad le alcanzaría al no cumplir con esta obligación. Habiendo recibido el evangelio como un fideicomiso, él estaba obligado a todos y su salario era el de cumplir de buena gana y sin recargo. Por esto, la divulgación del evangelio era su primera meta. 9.19 siendo libre de todos ... Pero no era sólo un mayordomo, sino, según los versículos 19 al 23, un esclavo. Era un ciudadano libre y se gloriaba en esta libertad que tenía como romano. Pero voluntariamente se sujetó a la esclavitud para el bien del evangelio, 9.23. Su 122 meta era alcanzar al mayor número y ver salvos a todos cuanto fuese posible. Para no ofender la sensibilidad judía, accedió a que Timoteo fuese circuncidado. Aunque no estaba bajo la ley, ajustaba sus prácticas al estar entre judíos para que ellos no fuesen provocados innecesariamente. Entre los gentiles, quienes no estaban bajo la ley, él no estaba sujeto a impedimentos por perjuicios judíos, pero no por esto era uno sin ley. Su ley era Cristo; estaba bajo la autoridad suya. Así como en su relación con el débil sea el débil o el judío convertido, Romanos 14 y 15, o de origen gentil, 1 Corintios 8 al 10 él estaba dispuesto a sacrificar cualquiera y toda consideración propia con tal que no estaba involucrado ningún principio vital. E. La libertad en relación con el galardón 9.24 todos a la verdad corren ... Ahora habla como un atleta. El participante en los juegos se sometía por meses a un riguroso entrenamiento, pero solamente el ganador recibía un laurel perecedero. Una debida condición física exigía mucha negación propia y control estricto del apetito corporal. Lo que era lícito en lo demás tenía que ser puesto a un lado. Así también el cristiano debe estar dispuesto a prescindirse de cualquier cosa que podría ser considerada su legítimo derecho si va a recibir el galardón. Sería enteramente legítimo vestir botas en una corta carrera plana, pero no sería conveniente. Pablo presionaba cada nervio para ganar la corona incorruptible. Como boxeador lo suyo no era dar golpes en el aire. Él golpeaba su cuerpo. Algunos entienden que la idea es la de infligir a otro un ojo morado para someterlo, o quizás tomar cautivo a un preso en la guerra. Sería legítimo que un boxeador gustara de alimentos altos en calorías, pero no sería conveniente; le dejaría en malas condiciones para la contienda. Y también como un heraldo él llamaba a otros a venir a los juegos y también anunciaba los resultados. Para él una descalificación sería grave por dos razones. Estaba resuelto a esforzarse de un todo para no ser rechazado y así perder la corona. Pero le asustaba la posibilidad de ser puesto a un lado como una vasija cuarteada. La sección trata del servicio y sus posibles recompensas, no de la salvación. Se debe notar las referencias al evangelio en los versículos 12, 14, 16, 18 y 23. Se destacan las palabras “de todos modos” en el versículo 22. F. La libertad en relación con la comunión con Dios 10.1 no quiero, hermanos, que ignoréis ... En estos versículos el apóstol repasa los privilegios nacionales de Israel. El porque mejor se entiende como por cuanto, ya que lo que escritor va a decir tiene un paralelo cercano con lo dicho en el 9.27 sobre la necesidad de guardar el cuerpo en sujeción para evitar ser vencido por la ley del pecado en sus miembros. La palabra todos se repite en relación con cada uno de los cinco privilegios mencionados. El bautismo en Moisés los puso de un todo bajo el liderazgo y autoridad de aquél, así como los separó de Egipto, el escenario de su servidumbre, y de Faraón, su antiguo amo. Les había sido provista una mesa en el desierto; a saber, cada día tomaron maná y agua. Pero el Señor no se agradó de la mayoría de ellos, y los tales murieron en la marcha. De los 603.550 hombres de guerra que salieron de Egipto, solamente dos entraron en la tierra prometida; Números 14.29,30, Deuteronomio 2.14. Por cuanto este pasaje registra e ilustra hechos de disciplina de Dios sobre su pueblo redimido, no hace mención de la incredulidad en Cades-barnea. El caso es que la tribu de Leví no cayó bajo el golpe de juicio. Había 22.000 de ellos de la edad de un mes arriba, 123 Números 3.39, y 8.580 de treinta años arriba, Números 4.36,40,44. Se afirma a menudo que entraron en Canaán tan sólo dos de todos los que salieron de Egipto, pero no es cierto. Se trata de hombres de guerra, Josué y Caleb. Aun así, fue muy grande el número de los que perecieron en el desierto. 10.6 estas cosas sucedieron como ejemplos ... Dos veces en esta sección el apóstol dice que se trata de tipos cuyo propósito es de enseñarnos, y que los eventos sucedieron precisamente para nuestro beneficio y bendición. Se enumeran cinco casos. Dos de ellos tuvieron que ver con la primera generación. En el 10.6 se menciona lo narrado en Números 11.4, cuando Israel despreció el maná. En el 10.7 se asocia la adoración del becerro de oro con la danza; Éxodo 32.6. Fue de veras una fiesta pagana, una mesa de demonios, una provisión y tentación de parte de Satanás. Sus consecuencias fueron graves. Los próximos eventos tuvieron lugar en el último año, cuando el pueblo había alcanzado Cades por segunda vez. El 10.8 recuenta el triste encuentro con Moab, cuando una vez más los israelitas se entregaron a la idolatría, adorando el abominable ídolo Baal-peor, Oseas 10.9, y a la fornicación. Pablo dice que veintitrés mil murieron un solo día, y sabemos por Números 25.1 al 9 que murió un total de veinticuatro mil. En el 10.9 el caso es el triste y solemne episodio de las serpientes de Números 21.4 al 9, mientras que el 10.10 aparentemente abarca todo el período de la peregrinación en el desierto, con énfasis en la rebelión de Coré, Números 14.2, 16.1 al 35. Fueron casos de gran juicio, y quedó evidente su aplicación al problema en Corinto. Las palabras, “el que piensa estar firme”, aplican a los que deseaban demandar derechos y ejercer libertad en la cuestión de la comida ofrecida a ídolos. Han debido tener cuidado, acaso venía la caída. A menudo se habla de esto como caer en pecado, pero el contexto hace ver que la idea es más bien caer bajo el juicio de Dios, como en el 10.8. ¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo! Hebreos 10.31. Se les recuerda que no habían sido objeto de ninguna prueba o tentación extraordinaria, sino a lo que es común a todos, y que podían depender de Dios para una vía de escape, como Él había proporcionando para Israel frente al Mar Rojo. En estas páginas encontramos cuatro pautas en relación con la libertad cristiana No ser tropiezo a otro creyente, 8.9. No poner obstáculo al evangelio, 9.12. Ponerse uno mismo en servidumbre, 9.27. Cuidarse de caer en juicio, 10.12. 10.14 huid de la idolatría ... En vista de las solemnes ilustraciones tomadas de la historia de Israel, los corintios han debido huir de la idolatría así como antes se les había advertido huir de la fornicación, 6.13. Esta pareja ha sido enemigos del pueblo de Dios en todo tiempo, sea en el desierto o en la época de los jueces, Jueces 17 al 19, o de los reyes, como en el caso de Ahab y Jezabel, 2 Reyes 9.22. Se encuentran juntos de nuevo en las cartas a las iglesias, Apocalipsis 2.14,20. El apóstol apela a la inteligencia de sus lectores, a su sentido de discernimiento, 10.15, y procede a insistir en una distinción entre el sistema cristiano y el de la idolatría. 10.16 La copa de bendición que bendecimos ... Se trata de la copa judaica. Fue la que se usó en la introducción de la cena del Señor, Mateo 26.27. Los judíos emplearon cuatro copas en su Pascua: la de bendición, de la cual todos los presentes participaban; la de ira, de la cual nadie participaba, ya que se derramaba su contenido, recontando las diez plagas; la de salvación, llena hasta rebosar, de la cual todos participaban; y la del reino, que anticipaba el futuro, Marcos 14.25. Las palabras la copa se refieren al carácter de la copa, y no deben ser interpretadas como 124 para decir que necesariamente debe usarse una sola copa al celebrar la cena del Señor. Todos los creyentes participan de una misma copa de bendición. Que bendecimos se entiende como el hecho de dar gracias. Una comparación con los pasajes relacionados en los Evangelios, hace evidente que bendecir se debe entender en el sentido de dar gracias; Mateo 26.26,27, Marcos 14.22 al 25, Lucas 22.19,20 y 1 Corintios 11.24; compárense Santiago 3.9, Salmo 103.1. La idea no es de consagrar los emblemas. “¿No es la comunión de la sangre de Cristo?” Es una confesión de nuestra identificación con Cristo en su muerte, y la expresión de una comunión basada en la obra redentora de Cristo. 10.16 El pan que partimos ... Es una comunión, una participación de aquellos que también son miembros del cuerpo de Cristo. La mención del pan después de la copa sugiere que, si bien la copa se refiere a la sangre derramada, o la crucifixión de Cristo, el pan simboliza aquí, como se desprende del 10.17, la Iglesia que es su cuerpo. Este se formó cuando Él expiró; Efesios 1.22,23. Así la copa y el pan en esta secuencia sugieren la crucifixión y glorificación del cuerpo de Cristo. “Siendo un solo pan, ... somos un cuerpo”. El hecho de participar del mismo pan simboliza la unidad de los creyentes como miembros del cuerpo, y por ende hay una definida secuencia histórica y doctrinal en los versículos 16 y 17. Obsérvese esta misma relación en Efesios 2.16: “... mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades”. Es por virtud de la cruz que somos aquel “solo cuerpo”. 10.18 Mirad a Israel ... También la familia sacerdotal, al participar del altar, se identificaba con el altar y con el sacrificio sobre él. La referencia es al sacrificio de las paces, de la cual los sacerdotes tenían su propia porción, el pecho y la espaldilla, Levítico 7.19,34, y podían comer también de todo lo que era limpio. Una parte se ofrecía en sacrificio, y por lo tanto el participante de aquel sacrificio gozaba de paz con Dios. Fueron alimentados a la mesa de Jehová; Malaquías 1.7,12. 10.19 lo que se sacrifica a los ídolos ... En este versículo el apóstol no quita de lo que había dicho en el 8.4, “un ídolo nada es en el mundo”, sino que llama la atención al hecho de que lo ofrecido al ídolo es algo que fue ofrecido a los demonios, ya que los demonios se asocian con el ídolo. De manera que, de la analogía de los versículos anteriores, participar del alimento ofrecido a los ídolos en el templo suyo, se debe entender como identificarse con los demonios. Los demonios son espíritus inmundos, “gobernadores de las tinieblas de este siglo”, Efesios 6.12, bajo el control del poder único, el del diablo, Satanás. Están de un todo opuesto los dos sistemas, el cristianismo y la idolatría, y son mutuamente exclusivos; así que, participar de la copa del Señor y a la vez la copa de los demonios era de un todo imposible. 10.21 participar de la mesa del Señor ... Esta es una expresión que se encuentra en el Antiguo Testamento. No se limita a la cristiandad, a diferencia de la expresión cena del Señor. En Malaquías 1.7,12 se habla del altar del holocausto como la mesa del Señor (de Jehová). Y en Lucas 22.30 se emplea palabras parecidas en relación con el reino venidero: “para que comáis y bebáis a mi mesa en el reino”. Se ofrecen tres ilustraciones en el capítulo la nación de Israel en el desierto; los sacerdotes de Israel ante el altar; en el versículo 21, la ordenanza de Números 5.11, cuando a la esposa infiel se daba la copa de juicio, el vaso de aguas amargas, para que su vientre hinchara y ella sirviera de lección para todos. Debido a la idolatría de Israel, ella le había provocado a celos a Jehová, su esposo; Ezequiel 16.35 al 38, Isaías 54.5, Jeremías 3.20, 31.32. Hoy día ella Israel- es objeto de vergüenza. 125 El cristiano, al participar de lo ofrecido a ídolos en el templo, provoca al Señor de una manera similar. Cualquier comunión con la idolatría es adulterio espiritual, como lo es la amistad con el mundo, Santiago 4.4. Para aquellos creyentes, y para nosotros, la copa de bendición podría tornarse en copa de juicio. Las tres ilustraciones comer el maná y beber el agua en el desierto, participar al altar, y participar de la mesa del marido hablan de la comunión diaria con Dios. La cena que se tratará en el capítulo 11 es aquello que da expresión pública y corporativa de aquella comunión. Seis veces se encuentran comunión / participar en 10.16,18,20,17,21. 10.23 Todo me es lícito ... En los versículos 23 al 30 se refiere al segundo problema mencionado en el capítulo 8. Es aquel comer en casa de un amigo el alimento ofrecido al ídolo. De nuevo el lema es que todo es lícito. El 6.12 había expuesto dos limitaciones: todas las cosas son lícitas, pero no todas convienen y el apóstol no se dejaría dominar de ninguna. Ahora una tercera: no todo edifica. Esto le conduce al escritor a afirmar que cada uno tiene la responsabilidad de fortalecer al otro espiritualmente. Del Señor es la tierra y su plenitud, y el creyente está libre a comer lo que se vende en el mercado, ofrecido o no a los ídolos. Pero si un creyente ejerce su libertad con ir a casa de su amigo, entonces, por cuestión de conciencia de cualquiera que tuviera problema al respecto, él debería abstenerse de esa comida ofrecida a ídolos, aunque él mismo no tuviera problema en ese sentido. La cosa era no usar ese derecho de libertad para poner tropiezo ante otro. Mejor abstenerse que permitir que la libertad fuese censurada, 10.30. 10.31 Si, pues, coméis ... La porción 10.31 al 11.1 inclusive contiene un resumen breve de los principios que deben guiar al cristiano en el ejercicio de su libertad todo para la gloria de Dios. Comer o beber, o lo que fuera, que Dios sea glorificado. nada para ofender a otro, sea aquel otro un creyente o un incrédulo. buscar el provecho de los muchos, con miras a su salvación. Así fue el ejemplo del apóstol; 11.1, 8.13, 9.26,27. Al concluir esta sección, es apropiado llamar la atención a la afirmación que “todo me es lícito”, la cual figura dos veces en el 6.12 y dos en el 10.23. Se nota que dos veces Pablo agrega que no todo conviene. Él ofrece pautas para que veamos si conviene o no “No me dejaré dominar de ninguna”. El cristiano debe preguntarse si aquello le sujeta a él o él a aquello. ¿Edifica? Y aun si me edificará a mí, ¿qué de los demás creyentes? ¿Sería para la gloria de Dios? ¿Es según el ejemplo del apóstol según figura en el capítulo 9, o según el ejemplo de los israelitas según figura en el capítulo 10? 5. La asamblea cristiana y su ministerio 11.2 al 15.11 Una de las secciones principales de la Epístola es la que comienza en el 11.2 y termina en el 15.11. Encontramos en estos capítulos instrucción que no figura en ninguna otra parte del Nuevo Testamento. Su enseñanza es de una importancia vital si las reuniones de una asamblea van a cumplir el propósito que Dios tiene para ellas. El apóstol escribió para corregir irregularidades y para definir la conducta “cuando os reunís”, o sea, cuando el pueblo del Señor se reúne en carácter de una asamblea. 126 Primeramente considera su ministerio para Dios, cual compañía de sacerdotes en la celebración de la cena del Señor. En segundo lugar, su ministerio hacia la propia asamblea en profecía para el beneficio de la congregación. Y tercero, su ministerio al mundo en la proclamación del evangelio. Este ministerio tripartito queda ilustrado en la parábola del siervo en Lucas 17.7 al 10. Él ara, apacienta ganado y prepara la cena. El arar es figura de la evangelización. Con esperanza debe arar el que ara, 1 Cor. 9.10. Luego este siervo apacienta la grey en el campo. Volviendo a la casa de su amo, le prepara comida y le atiende mientras éste participe de lo que ha preparado para él. Que aprendamos nosotros que la preparación más importante es la del corazón, de suerte que estemos en condición de ministrar aceptablemente al Señor mientras Él se sienta a la mesa que es suya. A. Ministerio para Dios: La cabeza El capítulo 11, a partir del versículo 2, se divide en dos como se ve por dos declaraciones que van en contraste: “Os alabo”, versículo 2, y “no es alabo”, versículo 17. 11.2 Os alabo, hermanos ... La ausencia de lenguaje como “en cuanto a” que se usa en 7.1, 8.1 y 12.1 hace entender que los corintios no habían preguntado en su carta acerca de estos asuntos, y las dos cláusulas ya citadas hacen pensar que habían afirmado que estaban cumpliendo con todo lo que él les había enseñado o entregado, designado como “instrucciones” o “tradiciones”. No se trata de algún rito o ceremonia que él les había enseñado, o algún apego a lo que hacía una generación anterior. Se refiere a lo que el apóstol había expuesto y se relaciona con cuestiones de fe y práctica. Hay ilustraciones específicas en 11.23 al 25, “yo recibí ... lo que también os he enseñado”, y 15.3, “os he enseñado lo que asimismo aprendí”; otro caso es 2 Tesalonicenses 2.15, “la doctrina que habéis aprendido”. La instrucción apostólica era autoritativa y a la vez vinculante. El apóstol les elogia por haber guardado la verdad que les fue impartida; como mencionamos en la introducción a este comentario, la asamblea era sana doctrinalmente con excepción del error en cuanto a la resurrección que se menciona en el 15.12. 11.3 Pero quiero que sepáis ... Si bien ellos deseaban dones espirituales y preguntaban acerca de ellos, a la vez ignoraban lo que era de importancia básica, a saber, la verdad de la autoridad divina presentada en forma de cabezas, 11.2 al 16. Tampoco tomaban en cuenta la solemnidad que se exige para la casa de Dios, 11.17 al 34. Este estado espiritual infantil estaba reflejado también en el hecho de no haberse dado cuenta de los indicios de división entre ellos, capítulos 1 al 4; de no lamentar la vida licenciosa de uno de sus miembros, y de tolerar litigios entre ellos mismos, capítulos 5 y 6. 11.3 Cristo es la cabeza de todo varón ... Sin duda cuando el apóstol estaba en Corinto les enseñó lo dicho en Gálatas 3.28: “No hay varón ni mujer; porque todos vosotros sois uno en Cristo Jesús”. Por el evangelio la mujer está levantada a un puesto de honor totalmente ajeno a lo que se la concede en las religiones no cristianas, y aparentemente las mujeres en la asamblea abusaban su libertad tanto en cuanto a la modestia de ropa como en su subordinación al varón. Por esto el apóstol manifiesta que el orden en la creación impera aún. El evangelio no lo ha modificado. El pasaje en Gálatas 3 se refiere a la posición judicial del creyente “en Cristo” y no anula las relaciones naturales. El orden o autoridad y la subordinación o sujeción son características del universo como leyes orgánicas, y son absolutamente esenciales a su existencia. Al no ser reconocidas, entonces necesariamente habrá colapso. 127 En la jerarquía de las cabezas se mencionan tres. La relación bajo consideración no es la de esposo y esposa, como en Efesios 5.25 donde leemos que el esposo es la cabeza de la mujer, sino de hombre y mujer, o la relación varón / hembra. No dice que Cristo es la cabeza de cada esposo, sino de cada varón, a saber, cada varón creyente. Los inconversos no están bajo consideración en el pasaje. Relacionada con esta jerarquía hay la representación, la responsabilidad y el gobierno. Muy independiente del vínculo conyugal, el varón es cabeza de la mujer y debe aceptar la responsabilidad de gobernar delante de Dios. Es debido a esto que el pecado de Adán, a diferencia de el de Eva, sumergió la raza humana en tinieblas y muerte; “el pecado entró en el mundo por un hombre”, Romanos 5.12. En las epístolas a los efesios y los colosenses se afirma que Cristo es cabeza de la Iglesia, que es su cuerpo, y de todo principado y potestad, Efesios 1.22, Colosenses 2.10. Entre el cuerpo y la cabeza hay una unión de vida indisoluble, y es por medio de Él que recibe sustento espiritual; “... la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo, nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece con el crecimiento que da Dios”, Colosenses 2.19. 11.4 Dios la cabeza de Cristo Esto señala el hecho de que el Señor en su encarnación asumió el lugar de sujeción al Padre. Aquella relación continúa sin cambio. El Señor jamás se desprenderá de su humanidad; “Cristo es de Dios”, 3.23, “El Hijo mismo se sujetará al que le sujetó a él todas las cosas, para que Dios sea todo en todos”, 15.28. Aunque poseído de plena deidad y por ende co-igual con el Padre en poder y gloria, Él está administrativamente sujeto a Dios el Padre. Él tomó el lugar del siervo, “He aquí mi Siervo”, Isaías 42.1, y en aquella senda de obediencia siempre perseguía la voluntad y gloria de Dios. Este es el patrón perfecto puesto delante del hombre en su senda de sumisión y su esfera de responsabilidad. ¡Tan alto que es! Y a su vez es el patrón puesto delante de la mujer en su senda de subordinación y su esfera de responsabilidad. Si asume el lugar de liderazgo acordado a él, ella está de hecho usurpando la autoridad suya. “No permito a la mujer ... ejercer dominio sobre el hombre”, 1 Timoteo 2.12. El pecado del hombre fue un gesto de desafío y un intento a ser Dios. El pecado de la mujer suele ser un desafío del orden divino y la asunción del lugar del hombre. ¿Acaso no se ve a menudo hoy en día? 11.4 Todo varón que ora o profetiza ... En los tiempos apostólicos éstas eran las dos funciones principales del liderazgo espiritual. Las Escrituras todavía incompletas, se dependía de aquellos que eran profetas y hablaban por revelación, como se ve del 14.30, “si le fuere revelado a otro que estuviere sentado, calle el primero”. Los versículos 4 al 7 están en pareados; el 4 y el 7 se refieren al varón; el 5 y el 6 a la mujer. Parece una inversión, una estructura en quiasmo. El versículo 7 da la razón por lo que se dice en el 4. El hombre está en la imagen de Dios y por lo tanto no debe estar cubierto, ya que al estar, él deshonra a su cabeza que es Cristo. Es posible que algunos varones en Corinto fueran culpables en este sentido, o quizás el apóstol está echando la base para la instrucción en cuanto al hombre sin velo, o descubierto. En los versículos 5 y 6 se gira instrucción a la mujer a llevar velo cuando está orando o profetizando en público. Por ser ella “la gloria del varón”, debe vestir velo, ya que “la gloria del varón” debe estar cubierta en la presencia de Dios. Es evidente que esa anormalidad existía en Corinto, y es ella que el apóstol corrige en este pasaje. Uno estaría en franca contradicción con el 14.34 y 1 Timoteo 2.8 al 12 al tomar el pasaje como autoridad para que la mujer intervenga públicamente en la asamblea; “vuestras mujeres callen en las congregaciones”, “no permito a la mujer enseñar ...” El apóstol parece seguir un método similar en 6.4,7 y 8.10. Lo que permite en el 6.4, “poner a juzgar a los que son menor estima”, queda virtualmente anulado en el 7.7, “es ya una falta 128 entre vosotros”. Y del 8.10 uno podría entender que él no tendría objeción a que un cristiano aceptara una invitación de un amigo pagano a comer en el en templo idolátrico, cosa que honraría la deidad del amigo. Pero en 10.20 al 22 se destaca la gravedad de semejante conducta. 11.8 el varón no procede de la mujer ... En 11.4 al 7 el velo o cubierta de la mujer es simbólico de su sujeción al orden cristiano, pero en 11.8 al 12 es simbólico de su sujeción en el orden de la creación. El versículo 8 corresponde al 12, el versículo 9 al 11, con el versículo 10 como el centro. Los versículos son importantes por cuanto establecen que el apóstol consideraba las palabras de Génesis como históricas y por esto ajustadas a los hechos. Ya que el velo, o la cubierta de la cabeza, es el símbolo de la sujeción de la mujer al varón, los ángeles aprenden de esta manera la multiforme sabiduría de Dios, por cuanto ella es ilustración de la sujeción de la Iglesia a Cristo, Efesios 3.10. Si bien el varón fue creado primero, y ella es de él, en el proceso de la procreación ellos son mutuamente interdependientes. El hombre es por la mujer; la maternidad es su corona y gloria, “pero todo procede de Dios”. En 2 Cor. 5.18 se predice lo mismo de la nueva creación, “todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación”. Aquí no hay cabida para una teoría de evolución. 11.13 Juzgad vosotros mismos ... En estos versículos se simboliza su sujeción por la naturaleza misma y por la provisión de la naturaleza que es su cabello largo. Mientras que la calvicie alcanza la mayoría de los varones, y algunos cuando jóvenes, las mujeres por regla general son bendecidas con pelo largo. El apóstol apela al sentido de decoro en estos versículos. La masculinidad en las mujeres y la feminidad en los varones son ambas repulsivas. Se dice que D.L. Moody oró en una ocasión, “De hombres con pelo largo, y de mujeres con pelo corto, que el Señor nos libre”. Uno anula el sentido y propósito de los versículos 5 y 6 al interpretar las palabras, “en lugar de velo le es dado el cabello”, con la sugerencia que el velo artificial es innecesario. Allí leemos que si ella no se cubre, que se corte también el cabello. Que sea rebajada al nivel de una prostituta, o de una mujer de baja moral, cosa que sería vergonzosa. Tales mujeres no vestían cubierta para la cabeza, y a las esclavas se les rapaba la cabeza. 11.16 si alguno quiere ser contencioso ... Este versículo puede significar que Pablo estaba enfatizando la importancia de lo que había venido considerando al declarar aquí que él y sus colaboradores o las iglesias no acostumbraban debatir cosas de ningún valor. Las iglesias no eran sociedades de debate. O más probablemente quiere decir que Pablo quería silenciar al “amante de debate” con decir que lo que había enseñado era la enseñanza autorizada y aceptada en las asambleas de Dios. B. Ministerio para Dios: La cena 11.17 al anunciaros esto que sigue ... Las palabras “al anunciaros esto que sigue” se refieren a lo que el escritor había declarado en 11.2 al 16 en cuanto a las cabezas y las irregularidades en la cuestión de cubrirse la cabeza. Prosigue con decir que no podía elogiarles debido a ciertas cosas que había oído eran mucho más graves. Él las creía en parte. Estaba dispuesto a aceptar estos informes como verídicos en cierta medida, aunque uno nunca puede aceptar a valor facial todo lo que oye. Los informes acerca de problemas como éste tienden a ser exagerados y el apóstol quería seguir con la confianza de ellos al protegerles de sospecha. Él estaba dispuesto a elogiar donde fuese posible, 1.4 al 7, 11.2, así como el Señor hace en Apocalipsis capítulos 2 y 3. Su conducta marcadamente inaceptable hacía imposible alguna recomendación. En vez de 129 que sus reuniones fuesen para la gloria de Dios y la edificación mutua, eran en realidad derogatorias al Señor y perjudiciales para ellos mismos. Había facciones entre ellos, agrupaciones o partidos basados en diferencias raciales y sociales. Los ricos avergonzaban a los pobres. De esta manera se perdía el afecto; como la iglesia en Éfeso, ellos habían dejado su “primer amor”, Apocalipsis 2.4. Esto no es exactamente lo que el apóstol había condenada en el 1.12, “Cada uno de vosotros dice, Yo soy ...” Además de las facciones (cismas) había herejías. Hoy día el vocablo herejía se aplica a lo que es fundamentalmente erróneo en cuestiones de doctrina. La palabra da a entender una elección, una preferencia, un estilo de vida escogido, o una secta, escuela de pensamiento u opinión. Se traduce secta en Hechos 5.17, 15.5, 24.5, 28.22. En 1 Cor. 11.19 y Gálatas 5.20 figura como disensión. Estas “herejías”, dice Pablo, eran necesarias para que fuesen manifestados los aprobados. Este fue el propósito que Dios tuvo en mente al permitir tal cosa; “Jehová vuestro Dios os está probando”, Deuteronomio 13.3. Por ellas es decir, por escoger doctrina errónea ellos crearon facciones, circunstancia que a su vez fue una prueba de fidelidad. La apostasía es siempre una prueba de lealtad; Éxodo 32.25,26 (el becerro de oro), 2 Samuel 15.7 al 23 (la sublevación de Absalón). La discriminación contra los pobres y el desorden por la ebriedad de los ricos hacían moralmente imposible para ellos participar de la cena del Señor, pero muchos pensaban que lo estaban haciendo. Cada cual comía lo suyo. Probablemente esta es una referencia a las fiestas de amor mencionadas en otras partes: “... mientras comen con vosotros, se recrean en sus errores”, 2 Pedro 2.13; “manchas en vuestros ágapes”, Judas 12. Estos “ágapes” eran comidas corrientes antes de la cena del Señor; cada cristiano contribuía en especie y no en dinero, conforme a su capacidad. Pero ellos eran realizados vergonzosamente. No habían sido ordenados por el Señor. Posiblemente guardaban alguna relación con la vida comunal que caracterizaba la iglesia en Jerusalén según se lee en Hechos 2.4. La pregunta, “¿no tenéis casas en que comáis y bebáis?” hace ver que Pablo no quería que los ágapes continuaran. La ebriedad de algunos nos recuerda de los hijos de Aarón en Levítico 10.1 al 11. Fue castigado severamente su pecado cometido inmediatamente después de su consagración y la inauguración de la adoración en el tabernáculo. Esto estaba siendo repetido en Corinto, ya que algunos habían muerto, 11.30. En vista de sus divisiones, disensiones y profanación de la cena del Señor, y su rechazo de la asamblea de Dios al dejar de reconocer su santidad y unidad, el apóstol pregunta indignadamente, “¿Qué os diré? ¿Os alabaré? En esto no os alabo”. “La iglesia de Dios” en el versículo 22 denota la congregación local; obsérvese el plural en el versículo 16. El vocablo traducido del Señor es la forma adjetival del sustantivo Señor. Se encuentra en el Nuevo Testamento solamente aquí y en Apocalipsis 1.10, donde leemos del Día del Señor. Puede ser expresado por dominical o imperial. El primer día de la semana y la cena pertenecen al Señor como vinculados con su resurrección. El hecho de que haya en los capítulos 11 al 14 siete referencias a su reunión como asamblea 11.17,18,20,33,34, 14.23,26 señala que la reunión para celebrar la cena del Señor y para la edificación mutua eran ambas una parte integral del hecho de congregarse como asamblea. O sea, la cena del Señor era una reunión semanal así como era el ministerio. Era en realidad la única reunión, así como es en muchas partes hoy día donde los creyentes tienen que caminar larga distancia para congregarse. Esto, por supuesto, no excluye la posibilidad o conveniencia de reunirse específicamente con el fin de hacer memoria del 130 Señor o para el ministerio. Pero es lamentable que los dos fines hayan sido separados y demarcados tanto, la cena del Señor relegada a un lugar de importancia secundaria y a veces hasta el extremo de ser celebrada una sola vez al mes o con aun menos frecuencia. 11.23 yo recibí del Señor ... Los versículos 23 al 25 registran la revelación dada especialmente al apóstol en cuanto a la institución de la cena del Señor en contraste con las fiestas de amor, los ágapes. Así como en la sección 11.2 al 16 se enfatiza el señorío de Cristo, en ésta se destaca su dirección, su cualidad de Señor. La palabra Señor figura unas siete veces. Como se ha notado ya, el uso del título de parte del apóstol señala claramente cómo reconocía sin reserva la plena y esencial deidad de Cristo. El pasaje es de un interés peculiar e importante porque fue la primera mención de la cena a ser registrada y circulada. La Epístola fue escrita antes de los Evangelios. Además, echa luz sobre la historia en los Sinópticos y nos permite discernir con cierta exactitud dónde tuvo lugar en el ministerio del Señor en el aposento alto que Juan narra. Pablo ya había entregado la enseñanza sobre el tema a los corintios, y aquí les revela que lo había recibido como una revelación directa del Señor. Fue una de varias revelaciones que Él le dio directamente: Hechos 18.9, 22.18, 23.11, 27.23,25, Gálatas 1.12 (su conversión), 2.2. 1 Cor. 2.10, 2 Cor 12.7 y Efesios 3.3. 11.23 el Señor Jesús ... tomó pan Sucedió la noche en que se le estaban traicionando, a saber, mientras Judas consultaba con los enemigos acerca de los arreglos finales para su entrega. Por esto sabemos que fue después de, “cuando él, pues, hubo tomado el bocado, luego salió”, Juan 13.30. Al ser así, es llamativo que probablemente las primeras palabras pronunciadas por nuestro Señor después de la salida de Judas fueron, “Ahora es glorificado el Hijo del Hombre”. Este hilo de oro se puede trazar a lo largo de su ministerio a los once aquella noche. 11.23,25 tomó pan ... asimismo tomó también la copa ... El Señor escogió dos emblemas, el uno para representar su cuerpo y el otro para representar su sangre, su sangre derramada. Es evidente que Él conceptuó su muerte como un hecho consumado, ya que es imposible que el cuerpo y la sangre estén separados, como el pan y la copa simbolizan, sin que la muerte haya tenido lugar. En espíritu Él estaba en resurrección al instituir la cena. No hay significado sacerdotal en la expresión “tomó pan”, ni hay la idea de haberlo levantado o mecido. 11.24 habiendo dado gracias ... La palabra eucaristía, como está aplicada a la cena, está en la forma sustantiva del verbo en su uso en este versículo. En los Evangelios según Mateo y Marcos se emplea la palabra de la cual conseguimos elogio. Lucas emplea el mismo término que Pablo, traducida en Mateo y Marcos como bendecir. Por cuanto en Corintios la acompaña lo en, por ejemplo, la Reina-Valera (pero no en el griego), algunos opinan que el Señor impartió alguna bendición al pan. Pero la idea es de un todo ajena al pasaje, aun cuando de ahí algunos hablan de “consagrar los elementos”. Para el Señor era una ocasión de gratitud, para adoración sacerdotal, y así debería ser para nosotros. Cuán puro era el incienso, Éxodo 30.34 al 38, 37.29, y era aquella expresión de gratitud, y cuán agradable fue para el Padre. Fue ordenada para los suyos como un recordatorio de Él, y esta es su propósito en primer lugar; es un llamado a responder afectuosamente. 11.24 esto es mi cuerpo ... Estas palabras sencillas han sido usadas como la base para la falsa y blasfema teoría llamada la transubstanciación, que afirma que una vez consagrados por el sacerdote, ¡los emblemas son la esencia del cuerpo y la sangre del Señor! Lutero inventó la idea de la consubstanciación, que afirma que se convierten en el cuerpo y la sangre del Señor cuando el individuo participa de ellos. Ambas son igualmente falsas. Es preciso tener muy claro que el pan y el vino son solamente emblemáticos. Es no significa llega a ser, o se convierte en, en ninguno de los pasajes donde se emplea. Se debe entender 131 literalmente en pasajes como “... es nuestro hijo”, Juan 9.20, y metafóricamente o sea, en representación de otra cosa en pasajes como “el campo es el mundo”, Mateo 15.38, y “la roca era Cristo”, 1 Cor. 10.34. Cuando el Señor dijo, “Esto es mi cuerpo”, Él estaba presente corporalmente con sus discípulos, así que mal se puede entender las palabras como refiriéndose al pan en un sentido literal. Además, de la copa y su contenido el Señor dijo, “Esto es mi sangre”. 11.25 en memoria de mí ... No se trata de un mandamiento carnal, sino como el reflejo de un anhelo del corazón. Entonces la presencia del creyente allí no es el mero cumplimiento con un deber o la respuesta a una exigencia, sino la manifestación de su devoción a una persona, el Señor mismo. Cuando David “dijo con vehemencia*: ¡Quién me diera a beber del agua del pozo de Belén que está junto a la puerta!”, dio expresión a su anhelo. No se trataba de una orden militar ni un mandamiento real. Los tres valientes que salieron y la buscaron lo hicieron por devoción a David, 2 Samuel 23.15,16. [* “sintió un gran deseo, y dijo ...” Biblia de las Américas] 11.25 es el nuevo pacto ... Este es un recordatorio a aquel que participa del antiguo pacto ratificado en el Sinaí, Éxodo 24.1 al 8. Ha sido abrogado, anulado. El nuevo pacto profetizado por Jeremías ha sido ratificado. “Haré nuevo pacto ...”, Jeremías 31.31 al 34. Es el “mejor pacto” de Hebreos capítulos 8 al 10. La cena conmemorativa está en agudo contraste con los sacrificios que requerían ser repetidos vez tras vez; “cada año se hace memoria de los pecados”, Hebreos 10.3. 11.26 todas las veces que comiereis ... En la cena aquella noche cada uno de los once tomó del pan y de la copa. En cuatro versículos explicativos, 11.26 al 29, hay cinco referencias a comer y beber. Los cristianos en Corinto, no menos que los once, y los cristianos de nuestros tiempos, deben participar de ambos emblemas. 11.26 la muerte del Señor anunciáis La participación colectiva de la asamblea es una manera de proclamar la muerte del Señor. La palabra traducida anunciáis en todos los demás casos comunica la idea de proclamar, y esta idea natural es la que aplica aquí. Compárese Éxodo 13.8, “Lo contarás en aquel día a tu hijo ...” En ninguna parte el término expresa la idea de presentar algo a Dios. Es una manera de anunciar a todos los presentes el carácter redentor y el propósito de la muerte el Señor. De este aspecto de la cena la pascua conmemorativa es una ilustración. Así como era tan sólo para los israelitas, Éxodo 12.42 al 48, y sólo conmemorativa, también la cena, porque solamente los suyos la celebran, y lo hacen en memoria. Ningún israelita fue redimido por la pascua, y nadie hoy día puede ser salvo por participar de los memoriales, el pan y la copa. hasta que él venga, 11.26 En la cena nuestros corazones son dirigidos al amor de Dios desplegado en la cruz, y a la paciencia de Cristo mientras Él esté en la expectativa de su regreso para recibir a los suyos. “Si me fuere ... vendré otra vez”, Juan 14.1 al 3. 11.27 cualquiera que comiere ... Aquí se enfatiza la responsabilidad individual: “cualquiera”. También en los versículos 28 y 29 se emplea el verbo en el singular: “pruébese cada uno”, “el que come”. No hay insinuación de una confesión a otro, y menos a sacerdote. Nada se dice de alguien administrando la cena, ni coordinándola. El cristiano debe participar dignamente, a saber, de una manera digna del Señor y su obra redentora. La vida y conducta de uno debería ser limpia. Actuaba indignamente el sacerdote que ministraba en el tabernáculo sin haberse lavado las manos y los pies, y por esto estaba sujeto a la pena de muerte; Éxodo 30.21. “¿Quién subirá al monte de Jehová? ... El limpio de manos y puro de corazón ... Juzgadme, oh Jehová, porque yo en mi integridad he andado”, Salmo 24.3,4, 26.1. Para el israelita que tomaba de la ofrenda de paces en una condición contaminada, las consecuencias eran graves; Levítico 7.20.21. 132 11.29 sin discernir el cuerpo ... Posiblemente el trozo se refiera a no lograr discernir el verdadero carácter de la cena y el sentido de los emblemas como está señalado en los versículos 24 y 25. O, posiblemente se refiera a no discernir la unidad de la Iglesia como el Cuerpo de Cristo como está señalado en los versículos 21 y 22. Compárese lo que dijo Pablo a Pedro en Gálatas 2.12 al 14. 11.30 Por lo cual hay ... Debido a que muchos de los cristianos en Corinto dejaron de discernir la verdadera naturaleza y las demandas de la cena, y a examinarse o juzgarse, ellos cayeron bajo la mano del Señor en disciplina. “Así que, el que piensa estar firme, mire que no caiga”, 10.12; “Una gran multitud ... no se habían purificado, y comieron la pascua no conforme a lo que está escrito ...”, 2 Crónicas 30.18 al 20. Pero esto, por solemne que sea, no debe ser entendido como lo mismo que el juicio de los impíos. Es un castigo disciplinario y temporal; no es eterno. 11.33 Así que, hermanos míos ... Se traza una línea clara para distinguir entre la cena del Señor y una comida cualquiera. Si uno tenía hambre, el tal debía comer en casa. Ellos debían considerar el uno al otro en vez de comer lo suyo propio egoísta y apresuradamente. Había también otras cuestiones en relación con la cena que el apóstol aclararía al llegar. C. Terminología de la cena El mucho uso del título Señor en este pasaje exige consideración adicional (1) “Yo recibí del Señor lo que también os he enseñado”, 11.23. Por cuanto Pablo era el apóstol a los gentiles y tenía encomendada una mayordomía especial en cuanto a la Iglesia, el hecho de que haya recibido una revelación especial sobre la materia hace ver la importancia que ésta tenía. Pablo se quedó siete días en Troas para estar allí en el partimiento del pan, Hechos 20.7. (2) “El Señor Jesús, la noche que fue entregado ...”, 11.23. El título dual llama la atención, enfatizando su naturaleza dual de deidad y humanidad. La referencia a la noche de su entrega agrega una nota de ternura a su llamado. (3) Es para “el pueblo del Señor”, aquellos que le han reconocido como Señor. Es una expresión que no se encuentra en el Nuevo Testamento, pero que figura varias veces en el Antiguo; por ejemplo, “Ojalá todo el pueblo de Jehová fuese profeta”, Números 11.29; “... marchará hacia las puertas el pueblo de Jehová”, Jueces 5.11. Sin embargo, la epístola se dirige a “todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de nuestro Señor Jesucristo”, 1.2. (4) Se observaba la cena el primer día de la semana, en el Día Señorial. “Cada primer día de la semana ... ponga aparte algo”, 1 Cor. 16.2; “El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan ...”, Hechos 20.7; “Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor”, Apocalipsis 1.10. (5) Es una expresión corporativa de la comunión de la mesa del Señor; 1 Cor. 10.16 al 22. (6) Se llama la cena del Señor, o la cena dominical; “comer la cena del Señor”, 11.20. (7) Es una proclama de la muerte del Señor en su carácter propiciatorio y en su carácter expiatorio, “la muerte del Señor anunciáis”, 11.26. Compárese la propiciación por el macho cabrío en Levítico 16.11 al 20 y la expiación en 16.21,22. (8) Es un recordatorio semanal de que el Señor viene; “hasta que él venga”, 11.26. (9) La honra del Señor está vinculada con la celebración de este cena; 11.27 al 30. “el lugar de la morada de tu gloria”, Salmo 26.8. 133 Una consideración de las expresiones empleadas hace ver sus variados aspectos y destaca su importancia subyacente (1) Es el “partimiento del pan”, Hechos 2.42, 20.7. De esta manera se habla de la cena en Hechos de los Apóstoles, y sin duda se relaciona con una costumbre corriente entre los judíos y mencionada en el Antiguo Testamento: “... ni partirán por ellos en el luto”, Jeremías 16.7. Después de la muerte de un ser querido, los amigos se reunirían en el hogar de los dolientes y expresarían sus condolencias mediante el partimiento de pan y la participación de una copa de consuelo. Era una conmemoración sencilla de aquel a quien amaban. El lamento y la tristeza sería mucho en el caso que el difunto fuese un varón joven, un hijo de quien dependía la familia. Sin duda fue eso que iban a hacer los dos discípulos en Emaús. Pero la resurrección lo cambió de ser ocasión de lamento a uno de regocijo y comunión con el Señor resucitado. En el carácter de Melquisedec Él dio gracias, y les era conocido en “el partimiento del pan”, Lucas 24.30 al 35. El Señor dijo, “Haced esto en memoria de mí”. Pero tenemos que recordar que la conmemoración en la Escritura siempre conduce a acción, como por ejemplo, “Dios se acordó de Noé”, y “Dios se acordó de Abraham, y envió fuera a Lot de en medio de la destrucción”, Génesis 8.1, 19.29. El jefe de los coperos dijo, “Me acuerdo hoy de mis faltas”, Génesis 41.9. El uso de la memoria debería tener una consecuencia práctica. (2) Es “la cena del Señor”, 11.20. Esto sugiere una relación con la cena pascual observada por el pueblo de Israel. No era en conmemoración de Moisés, sino de su redención por el sacrificio pascual de Éxodo capítulo 12. De manera similar, pero con mayor significado, la cena del Señor es el anuncio de la muerte del Señor, la base de nuestra redención. Es una conmemoración de su muerte y por esto se debe destacar la cruz en la cena del Señor. (3) Es “el nuevo pacto en mi sangre”, 11.25. Estas palabras son la contraparte de Éxodo 24.8, “He aquí la sangre del pacto de Jehová ...” Por aquel pacto Israel había sido introducido a una nueva relación con Jehová, la cual Ezequiel 16.8 simboliza como un matrimonio, “... extendí mi manto sobre ti ... y te di juramento y entré en pacto contigo”. Por consiguiente, Moisés y los ancianos celebraron una fiesta; comieron y bebieron, porque les había sido dada una visión de la gloria de Dios. Por la sangre del nuevo pacto nosotros hemos sido introducidos en una relación mucho más estrecha con el Señor, y la cena del Señor es una fiesta de regocijo, una ocasión para dar gracias, una auténtica eucaristía. Es una primicia de la cena de las bodas del Cordero. (4) Esta vinculada con “la mesa del Señor”, 10.21. Las palabras del 10.18, “partícipes del altar”, aluden a la familia sacerdotal en su participación de la ofrenda de paces como acción de gracias. Aquellos sacerdotes recibían como porción suya el pecho mecido y la espaldilla elevada, Levítico 7.34, y de esta manera eran partícipes del altar y estaban en comunión con Dios. En Malaquías 1.7,12 se habla del altar como la mesa de Jehová. La cena de 1 Corintios 11 es la expresión corporativa y semanal de esta comunión. (5) Admite la figura de Melquisedec y Abraham en Génesis 14.17 al 24. El relato en Génesis cuenta la primera ocasión en la Escritura que se menciona el pan y el vino juntos. Celebraron un triunfo. Para Abraham aquel día le fue concedida una nueva 134 revelación de Dios como el poseedor de cielo y tierra, y ella le guardó de la trampa puesta por el rey de Sodoma. Se ve que fue tanto una celebración de una victoria como un medio de preservación. Así en la cena del Señor celebramos el gran triunfo del Señor sobre nuestros grandes enemigos espirituales, y esto debería guardarnos de un compromiso con el mundo. También figuran el pan y el vino en el incidente del copero y el panadero. Luego, en el trato de José con sus hermanos se enfatiza la copa. Al participar nosotros de la copa, hacemos bien en tener presentes, y en aplicar, las palabras de José: “Aquel en quien se hallare [la copa] será mi siervo”, Génesis 44.10. Lamentablemente Josué fue engañado por los gabaonitas debido a, o por medio de, su pan y vino, Josué 9.3 al 5. Y aun el levita inmoral contaba con su pan y vino. Cuán fácil es alimentarnos de las algarrobas, la forma hueca, carente de realidad. Todo gabaonita carga su pan y vino. D. Ministerio para la iglesia: Los dones 12.1 acerca de los dones espirituales ... El vocablo traducido “espirituales” es neumáticos en el plural genitivo y puede ser entendido como masculino o como neutro. Al ser entendido como masculino se refiere a las personas espirituales, aquellos que ejercen el liderazgo por haber sido dotados de dones espirituales. Claramente este es el caso en 2.15, 3.1, 14.37 y Gálatas 6.1. Su interpretación como masculino o neutro depende del contexto. Es un término post-pentecostés y por ende no figura en el Antiguo Testamento ni en el Pentateuco. Conviene notar el uso de esta palabra espiritual en el Nuevo Testamento personas espirituales, 1 Cor. 2.13, 3.1, 14.37, Gálatas 6.1 Obsérvese la diferencia entre las naturales, carnales y espirituales. Hebreos 4.12 habla de “partir el alma y el espíritu”. Gálatas 5.16,25 hablan del carácter personal del hombre espiritual y su comunión con otros. bendiciones espirituales, Efesios 1.3 El cristiano no está bendecido con una herencia terrenal como era Israel. Aquellos tenían la promesa de prosperidad material en el caso de ser obedientes, aunque esto no quiere decir que no tenían una bendición espiritual, porque sí tenían. comprensión espiritual, Colosenses 1.9; compárese Lucas 24.45 La inteligencia espiritual es muy apetecible. La comprensión abierta es una gran cualidad. una casa espiritual, 1 Pedro 2.5a Más adelante el apóstol habla de ella como “la casa de Dios”, 4.17, Hebreos 10.21. Esta casa espiritual está ilustrada en la familia de Aarón y en la nación de Israel, Hebreos 3.3. Los creyentes constituyen un sacerdocio santo y real. sacrificios espirituales, 1 Pedro 2.5b Esto está en contraste con los sacrificios de animales y, por ejemplo, la cesta de frutos; Deuteronomio 26.1 al 11. dones espirituales, 1 Cor. 12.1,4,7,28,30,31 Se dan estos dones a personas particulares para el beneficio de otros, para el bien común y para la edificación mutua. Son dones que involucran gracia de parte del dador. cuerpo espiritual, 1 Cor. 15.44 al 46 El cuerpo resucitado del creyente será parecido al cuerpo glorificado del Señor. 12.1 No quiero, hermanos, que ignoréis .... Los primeros tres versículos son un recordatorio y una advertencia (1) su ignorancia “No quiero que ignoréis ...” Estas palabras se encuentran en otras partes de las cartas de Pablo y abarcan varios temas; Romanos 1.13, 2 Cor. 1.8, 1 Cor 10.1, 1 Tesalonicenses 4.13 y Romanos 11.25. 135 La asamblea en Corinto no carecía de dones y ellos eran celosos de dones especiales. Pero no entendían su propósito y carácter, ni discernían sus valores relativos. Ellos sobrestimaban el valor de los dones más espectaculares y subestimaban la importancia de la gracia y el amor. Tampoco se habían dado cuenta de que la santidad debería caracterizar la casa de Dios. El desagrado de Dios se había manifestado por medio de la disciplina; “hay muchos enfermos y debilitados ...”, 11.30. Es un eco de lo que sucedió con Nadab y Abiú, Levítico 10.1 al 10. En relación con esto se debe notar las advertencias solemnes acerca del fuego extraño, Levítico 10.1 al 10, que habla de la naturaleza inflamada o el celo carnal; el incienso extraño, Éxodo 30.9, que habla de una imitación de lo auténtico, como las oraciones de los fariseos; y el aceite extraño, Éxodo 30.33, que tipifica un simulacro del Espíritu Santo, una consagración falsa; compárese 1 Cor. 2.1 al 5, “demostración del Espíritu y de poder”. (2) su pasado Cuando idólatras gentiles ellos habían caído bajo el poder demoníaco en sus fiestas idolátricas. “Se os llevaba”. Habían sido títeres, víctimas de su propio éxtasis; sin duda hablaban en lenguas conforme se practicaba y se practica en religiones no cristianas. Se les hace recordar que en las reuniones de la asamblea ellos no deberían ser arrastrados por semejantes tempestades emocionales. Todo debería ser realizado decentemente y con orden, 14.40. (3) su peligro Satanás estaba activo y su meta era simular la obra del Espíritu de Dios, 12.3. El distintivo del ministerio del Espíritu es el reconocimiento y la exaltación de Jesús como Señor. Este fue el mensaje de Pentecostés, Hechos 2.33. Es también el distintivo de la auténtica teocracia, la forma original de gobierno dado a Israel; “Jehová señoreará sobre vosotros”, Jueces 8.23. Fue seguido por la anarquía y a su vez por la monarquía; “Cada uno hacía lo que bien le parecía”, Jueces 20.25; “... a mí me han desechado”, 1 Samuel 8.7. En vista de la actividad de Satanás en intentar imitar los dones del Espíritu tanto lenguas como profecía había el don del discernimiento, llamado aquí el discernimiento de espíritus, el cual debería ser comparado con 1 Juan 4.1, “probad los espíritus si son de Dios”. Este don les permitía distinguir entre lo falso y la verdadera fuente de revelación supranatural dada por medio de la profecía o las lenguas. Compárese 14.29, “los demás juzguen”. Robert Baxter, un abogado de perfil en Londres, se identificó con el movimiento de Irving en 1830-33. En su libro Narrative of facts, de unas 150 páginas, describe sus experiencias cuando bajo el poder de profecía y también al hablar en lenguas. Después de relatar cómo el poder le vino en una reunión de comunión, prosigue De veras es misterioso, pero si fui infiel a Dios en olvidar el mandamiento de mi Señor de velar además de orar, y cedí a las demandas del espíritu sin probarlo estrictamente por las doctrinas, como se nos manda hacer, fue obra de gracia de Dios mostrar que yo era de un todo incapaz por otro medio de probar los espíritus, sino por Dios en la Palabra. Dios nos ha mostrado la regla de probar por doctrina, y si yo hubiera sido celoso por el santo nombre de mi Dios y si hubiera inquirido en las doctrinas, hubiera sido guardado del poder, como posteriormente, al indagar y el Señor me abrió los ojos y me libró. Viendo atrás a todo lo que sucedió, cuando quiera que el poder reposara sobre mí, conduciéndome a oración o testimonio o acciones de gracia, yo pensaba experimentar el gozo y la paz del Espíritu Santo. Aun ahora no puedo discernir sólo por el sentir que no era así. Ciertamente toda la obra es una mímica de los dones del Espíritu, las profecías, las lenguas ... Y así también las profecías y todas las otras obras de poder. Es Satanás como un ángel de luz, imitando en lo que le es permitido el Espíritu de Dios conforme 136 al grado de infidelidad en los individuos o las congregaciones donde opera. Entre especulaciones el creyente se vuelve inquieto, ansioso y excitado; está dispuesto continuamente para nuevas vistas que pueden alimentar la inquietud de una mente excitada. Como hemos observado ya, una de las evidencias del ministerio del Espíritu es que nos conduce al reconocimiento de Jesús como Señor. Ni una vez se registra que uno de sus discípulos se haya dirigido al Señor por el nombre de Jesús. La noche de su entrega cinco de ellos le formularon preguntas, y cada uno siguió el mismo patrón al comenzar con “Señor ...”, Juan 13.25,36,37, 14.5,8,22. Él les había dicho, “Si yo, el Señor y Maestro ...” En contraste con esto, en círculos que enfatizan los dones carismáticos, las lenguas, etc., se dirigen a Él como Jesús, pero rara vez como Señor o por su título entero, Señor Jesucristo. Hemos comentado ya que este título figura cinco veces en la introducción que es 1 Cor. 1.1 al 9. La experiencia de estos excesos no tiene un efecto duradero, como se ve en lo que ha sucedido en las vidas de sus promotores. E.B. Rockstad cuenta en su libro de un grupo de misioneros en Japón A mediados de los años 1950 aproximadamente treinta misioneros de varias juntas se involucraron en un movimiento que enfatiza el hablar en diversas lenguas y conseguir los dones del Espíritu. Diez años más tarde solamente dos de los treinta estaban todavía en servicio misionero, y ellos se habían alejado del énfasis en lenguas. La mayoría de los demás habían dejado el servicio a tiempo completo para el Señor y se ocupaban en actividades nada vinculadas con el ministerio del evangelio. En su contacto con aquellos que hablaban en lenguas él descubrió que algunos actuaban bajo poder demoníaco al hacerlo, entre ellos una mujer que había sido misionera en África por veintisiete años. Al ser librada del demonio, ella ya no podía seguir hablando en lenguas. 12.4 hay diversidad de dones ... Los versículos 4 al 6 tratan de los recursos de la asamblea. Se menciona cada una de las Personas de la Deidad en la misma secuencia que en Efesios 4.4 al 6, “un Espíritu, un Señor, un Dios y Padre”. Es un trozo importante que establece la doctrina y creencia trinitaria; hay también 2 Cor 13.14, Mateo 28.19,20 y 1 Pedro 1.2,3. Así como cada una de estas Personas está activa en la salvación del individuo, de la misma manera el Dios Trino está muy interesado en el bienestar espiritual de la asamblea. Estos versículos forman la base y son un resumen de lo que se desarrolla en los capítulos 12 al 14. En 12.7 al 11 se enumeran los dones del Espíritu; es Él que los distribuye. En 12.12 al 31 es Dios que incorpora en el cuerpo al individuo así dotado, versículos 18, 24 y 28. En 14.26 al 40 este individuo está colocado para ejercer su ministerio en sujeción a los mandamientos del Señor, versículo 37. De esta manera se reconoce claramente la trinidad de la Deidad además de la personalidad, igualdad y soberanía de cada Persona, versículos 11,18,28 y 14.37. Por el uso de las cláusulas “el Espíritu Santo es el mismo”, “el Señor es el mismo” y “Dios ... es el mismo” el apóstol señala que el origen es uno solo aun cundo son diferentes los dones y su ejercicio. Por esto no deben conducir a división ni ser usados con ese fin. 12.7 la manifestación del Espíritu ... Ahora habla de la responsabilidad y el propósito de todo don. Por diversos que sean, han sido dados con un mismo fin, que es la edificación o el fortalecimiento de la asamblea. No son para la satisfacción personal o la preeminencia de quien los tenga. 12.8 a éste le es dado por el Espíritu ... Esta es uno de tres porciones que enumeran los dones. Los otros son Romanos 12.3 al 8 y Efesios 4.11 al 16. En la Epístola a los Romanos 137 se presentan como dones de Dios, mientras que en Efesios figuran como dones del Señor ascendido, y la persona en particular que cuenta con el don es vista como un don a la Iglesia. Es provechoso comparar las tres listas a la luz de su orden histórico En Corintios, la lista escrita antes de las otras y en algunos aspectos la más amplia, se destaca lo milagroso y espectacular, a saber, los dones que son señales. Los nueve dones son distribuidos por el Espíritu. En Romanos hay siete y los dones de milagros y de señal no figuran. En Efesios encontramos solamente cinco y de nuevo no se incluyen los milagros. No se debe pasar por alto estas diferencias; revisten de mucho significado. Temprano en la historia de la nación de Israel las evidencias visibles de la presencia de Dios la columna de nube y la provisión diaria del maná cesaron cuando ellos entraron en la tierra, y así también en la Iglesia primitiva. Los primeros dos dones mencionados eran esenciales mientras las Escrituras estaban incompletas. Nada se dice en cuanto a la continuidad de estos dones. Al contrario, en la epístola a los Efesios se especifica que dos, los de apóstoles y profetas, pertenecen al fundamento, 2.20, 4.11. En aquella epístola y la de Corintios se habla de dos maneras de los dones. Son dados en primera instancia a personas particulares y estas personas a su vez son dadas a la Iglesia. En Efesios 4.13 se dice que los dones mencionados allí continuarán hasta la venida del Señor. Pero no así en 1 Corintios capítulos 12 al 14, donde los dones figuran varias veces y ameritan comparación 12.8 al 11 Lista número 1. Un estudio de esta lista destaca ciertos hechos importantes (1) Los dones anotados son supranaturales y por lo tanto no exhaustivos. Esto es evidente si los comparamos con las listas en Romanos y Efesios. En Romanos, por ejemplo, leemos de la exhortación y el don de dar, y en 1 Cor. 12.28 de maestros, ayudas y gobiernos, y en Efesios de evangelistas y pastores. Estos ministerios dependen por igual de un don impartido divinamente. (2) Cada don es distribuido por el mismo Espíritu, un hecho que se destaca por siete referencias al Espíritu en los versículos 7 al 11. Cuatro veces leemos del “mismo Espíritu”. (3) Cada uno es igualmente una manifestación del Espíritu. Ninguno está señalado como una manifestación mayor que otro. (4) Ningún individuo recibe todos ellos, y ningún don es dado a todos por igual. (5) Es evidente que los dones se presentan en un orden de valor descendiente, los más valiosos figurando primero. Esto se confirma al estudiar todas las otras listas en esta epístola y otras. (6) El uso dos veces del término éteros para “otro” es llamativo. Divide naturalmente la lista en tres. Los primeros dos dones forman una pareja, luego los próximos cinco y finalmente los últimos dos. El don número 3 [fe] se presenta con éteros y también el número 8 [lenguas]. La palabra sugiere una persona de una identidad diferente, o un tipo diferente de persona. Esto da a entender que los dones se distribuyen conforme a la naturaleza y el temperamento de los individuos. Sin duda Dios capacita a un hombre por su naturaleza para el don que Él va a asignarle en gracia en su conversión. [Nota del traductor: En los demás casos “otro” no es éteros sino álos uno adicional de la misma naturaleza.] (7) Los dones son distribuidos según la voluntad soberana del Espíritu, lo cual da a entender deidad. 138 12.28 Lista número 2 Los ocho dones aquí se refieren a personas dotadas de dones. En esto la lista se asemeja a la de Efesios 4.11 al 13. (1) Las palabras primeramente, luego, lo tercero y después indican muy claramente que los dones se listan según su importancia. (2) Los apóstoles eran aquellos que habían visto y habían sido comisionados por el Señor. Pablo le vio y fue comisionado directamente por el Señor, 9.1, 15,8, y fue llamado por Él, Gálatas capítulo 1. También había realizado señales que eran credenciales esenciales de un apóstol, 2 Cor. 12.12, Hebreos 4.3,4. (3) Así como los profetas del Antiguo Testamento, Agabo el profeta habló por revelación. En la iglesia en Antioquia había profetas y maestros, pero no se ha registrado su ministerio. Por esto fue provisto por el Señor para atender a una emergencia hasta completarse la Palabra de Dios. De manera que los apóstoles y profetas eran dones en el fundamento. Lo echaron y lo formaron. Es evidente que nadie puede decir ser profeta o apóstol hoy en día. Pablo fue el último en ver al Señor, aunque por medio de los apóstoles el Espíritu nos ha guiado a toda la verdad. (4) Los maestros figuran en la tabulación de dones en Efesios 4.11 al 13. En tiempos apostólicos los apóstoles eran apóstoles, profetas y maestros a la vez. Por cuanto había profetas y maestros en Antioquia, es evidente que la enseñanza profética y el don de enseñar podrían ser ejercidos por un solo hombre, mientras que los apóstoles contaban con los tres dones. (5) Después hace ver que los primeros tres eran de importancia primaria y los otros eran secundarios. Esto se confirma por las palabras “los dones mejores” en el 12.31. 12.29 al 30 Lista número 3 De nuevo el apóstol sigue el mismo orden descendiente en cuanto a valor e importancia. Se introduce cada una de las siete preguntas por el negativo griego que exige una respuesta negativa. Pero no basta una mera respuesta negativa, como se ve por las primeras preguntas formuladas. ¿Son todos apóstoles? No, pero había muy pocos. ¿Son todos profetas? No, también eran una minoría. ¿Todos maestros? No, en aquel entonces como ahora ellos escaseaban, eran demasiado pocos. ¿Todos hablan en lenguas? ¿Todos interpretan? La respuesta a todas estas preguntas retóricas debe ser la misma como para las primeras preguntas. También se debe notar la palabra todos en 12.13,30. Mientras que todos fueron incluidos en el bautismo del Espíritu en el versículo 13, no todos hablaban en lenguas. Esto destruye de un todo la afirmación que la sola evidencia de haber sido bautizados en el Espíritu es el hecho de hablar en lenguas. 13.1 al 3 Lista número 4 En este capítulo el apóstol muestra que el amor, cual fruto del Espíritu, es más importante que cualquiera o todos los dones del Espíritu. En esta lista el orden de importancia está invertido; se emplea un orden ascendiente. (1) Las lenguas, sean humanas o angélicas, si están divorciadas del amor, son como metal que resuena, como el bramido de las olas de Lucas 21.25, como el llanto de las endecharas a sueldo en Marcos 5.38, simplemente una molestia irritante. (2) En el versículo 2 se menciona la profecía, la comprensión de todos los misterios, la ciencia y la fe, la gran fe. ¡Cualquiera poseyendo todas estas cualidades sería considerado un gigante de veras! Pero aparte del amor, el fruto del Espíritu, él sería un cero, ¡lo cual es poco menos que ser una molestia! (3) En el versículo 3 el apóstol escala la cima de la benevolencia y devoción humana, pero si no están motivadas por el amor, no traen galardón. El versículo describe lo que es de mayor valor que lo dicho en los dos versículos anteriores. 139 13.8 Lista número 5 Ahora la lista se reduce a tres: las profecías, las lenguas y la ciencia. La primera se refiere al don de profetizar, el cual dependía de la revelación. La ciencia es también el don de tener conocimiento, de saber. Estos dos dones serían reemplazados. Se acabarán quiere decir “anulados” o “hechos redundantes”, ya que los respectivos dones [las profecías y la ciencia] serán inoperantes como habiendo dejado de ser necesarios. Está en la voz pasiva, tratando de algo dado para atender a una emergencia. Pero la palabra aplicada a las lenguas, cesarán, es otra. Está en la voz media futura, dando a entender que cesarán por su propia cuenta en vez de ser hechas inoperantes. [Nuevo Testamento Interlineal: El amor nunca caduca, pero ya sean las profecías, serán abolidas; ya sean las lenguas, cesarán; ya sea la ciencia, será abolida.] 13.9,10 Lista número 6 En esta lista los dones se reducen a dos, las profecías y la ciencia. Se nota la ausencia de las lenguas, ratificando la conclusión que las lenguas cesarán. “Esta distinción, valida contextual y gramaticalmente, echa a perder la tesis que las lenguas son permanentes”. (Gromaki) Los versículos tratan de lo que es parcial y lo que es perfecto. Lo parcial sería hecho redundante una vez presente lo perfecto. Es de notar que la cesación de las lenguas no dependía de la llegada de lo perfecto; cual don de señal, cesó cuando se implementó el juicio de Dios sobre Israel. De que cesó después de, o en, la finalización de la era apostólica es evidente de la historia. Habrá más comentario sobre este punto al llegar al capítulo 13. 13.12 Lista número 7 continuación. Ahora sólo la ciencia; véase el comentario sobre 13.12,13 a E. El bautismo del Espíritu 12.12 así como el cuerpo es uno ... Se trata de una nueva relación. Pablo es el único escritor novotestamentario que emplea el cuerpo como una metáfora de la Iglesia. En este versículo se enfatiza su unidad esencial. En la sección 12.12 al 27 se emplea el término el cuerpo doce veces, un cuerpo cuatro veces y cuerpo una vez en el versículo 27 [a saber: “vosotros sois cuerpo de Cristo”]. La figura se emplea en Romanos 12, Efesios capítulos 1 y 2 y Colosenses 1.18. En estas últimas epístolas se emplea el término en relación con la Iglesia en su totalidad, pero en Corintios en relación con la iglesia en su aspecto local además de su totalidad. 12.12 ... así también Cristo ¿Cómo debemos entender la unidad del cuerpo con la palabra Cristo? Obviamente no puede ser explicada como refiriéndose al Señor en su carácter personal o histórico como en “Cristo murió por nuestros pecados”. En Hebreos 11.26 leemos que Moisés tuvo por mayores riquezas el vituperio de Cristo que los tesoros de los egipcios. De esta manera se identificó con Israel considerándolo como el pueblo mesiánico, aquel pueblo por quien vendría el Mesías, el Ungido, el Cristo. El Mesías era uno con el pueblo suyo. En todas sus angustias Él fue angustiado. De una manera mayor y más maravillosa el apóstol está refiriéndose la unidad orgánica entre Cristo la Cabeza y la Iglesia su cuerpo. Después de formada Eva, leemos que Dios “llamó el nombre de ellos Adán”, Génesis 5.2. Un solo nombre identificaba a ambas personas. El soplo de vida no fue soplado en la nariz de Eva, pero ella participó de la misma vida que Adán. Eran uno porque participaban de una vida en común. Así es con la Iglesia; ella es una con Cristo y participa de la vida suya. La unión entre la cabeza y el cuerpo es el inquebrantable vínculo de la vida. Es la unión más estrecha en el Nuevo Testamento. Es más estrecha que el nexo de lealtad que une los súbditos del reino al rey, o el de semejanza que une una familia, o el del amor entre el esposo y la esposa, ya que 140 la unión entre la cabeza y el cuerpo no puede ser rota sin que muera la persona. 12.13 por un solo Espíritu fuimos todos bautizados ... Es evidente que se trata del Espíritu Santo, como en el versículo 11. Las siete referencias al tema en el Nuevo Testamento pueden ser tabuladas y comparadas para mayor instrucción Las referencias proféticas son Mateo 3.7 al 12, Marcos 1.7,8, Lucas 3.7 al 17, Juan 1.33 y Hechos 1.5, “seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días”. Los pasajes en los Evangelios son las declaraciones registradas de Juan el Bautista y la de Hechos fue dicha por el Señor inmediatamente antes de su ascensión. Admiten cinco conclusiones Las palabras de Juan no fueron cumplidas durante el ministerio del Señor, pero lo serían “no muchos días” después de su ascensión. Las palabras del Señor deben ser entendidas como referentes a lo que iba a suceder en el día de Pentecostés. El Señor efectuaría el bautismo, como dijo Juan, pero Hechos 1.5 puede leerse “por el Espíritu Santo”. El bautismo en fuego se asocia con el bautismo en el Espíritu solamente en los dos pasajes donde Jesús se dirige a los fariseos y saduceos como una “generación de víboras” y les insta a arrepentirse. Cuando Juan se dirigió a aquellos a quienes había bautizado, Marcos 1.7, él no alude al bautismo en fuego. La otra mención de fuego en los mensajes de Juan se refiere claramente a juicio; el árbol sería lanzado al fuego como leña. El bautismo “en el Espíritu” no sería limitado a los discípulos del Señor. Las palabras de Juan dan a entender que todos a quienes él había bautizado serían bautizados en el Espíritu. No había ninguna insinuación en ninguno de los pasajes proféticos que el bautismo en el Espíritu sería acompañado de alguna señal externa o evidente. Hay una sola referencia histórica, y es Hechos 11.15,16 donde Pedro traza un paralelo entre la experiencia única en la casa de Cornelio con la de los apóstoles en el día de Pentecostés. Las palabras de Pedro dejan en claro que lo que sucedió no fue la experiencia normal cuando se había predicado el evangelio, sino que en esta primera ocasión de predicar el evangelio a los gentiles Dios lo autenticó con una repetición de lo que había sucedido en Pentecostés. Y hay esta sola referencia doctrinal: “Por un solo Espíritu fuimos todos bautizados en un cuerpo, ... y a todos se nos dio a beber de (o en) un mismo Espíritu”. Por cuanto ambos verbos están en el tiempo pasado aorista, los dos se refieren a una experiencia inicial o introductoria. Todo autentico creyente y no apenas unos pocos selectos participan. Esta experiencia tuvo su contraparte en la historia de la nación de Israel, 10.1 al 4. Sucedió al comienzo de su historia nacional como un pueblo redimido. Dos de los seis privilegios o bendiciones mencionados en el capítulo 10 son relevantes a una consideración de lo dicho aquí en 12.13: “(1) Todos en Moisés fueron bautizados en la nube ... (2) todos bebieron la misma bebida espiritual”. Una consideración de las diferencias entre las dos proporcionará ciertas pautas que nos permitirán comprender e interpretar las palabras del 12.13. Se debe observar algunas que son evidentes por sí mismas El bautismo fue un evento histórico, nunca repetido, mientras que el beber fue una experiencia inicial y también continua. El bautismo en Moisés fue corporativo y nacional, mientras que el beber fue particular de cada cual. El bautismo fue posicional. Les introdujo a una relación nueva y muy específica con Moisés como su gobernante y libertador. El beber fue experimental; fue para satisfacer su sed. En el bautismo ellos eran pasivos pero en el beber activos. Ellos realmente no estaban conscientes de ser bautizados en Moisés, pero del beber sí. 141 Hay muchas cosas que sabemos solamente porque Dios se las reveló a nosotros y las aceptamos como hechos sobre esta base. La historia registra la muerte de Cristo, pero es revelación que declara que Él murió por nuestros pecados, Las palabras del Señor en Hechos 1.5 indican claramente que el bautismo en el Espíritu tendría lugar “dentro de no muchos días”, una referencia obvia al día de Pentecostés. Pero por cuanto no se emplea las palabras “bautizados en el Espíritu” al describir los acontecimientos de aquel gran día, algunos consideran que se debe entenderlos como sinónimo con el término “llenos” en Hechos 2.4 “todos llenos del Espíritu Santo”. Sin embargo, un estudio comparativo de las porciones donde se emplea las palabras no permite esta interpretación. Véanse las nueve referencias donde se emplea lleno en Hechos de los Apóstoles, y también Efesios 5.18. Es un sano principio de interpretación que los símbolos empleados en un mismo pasaje deben ser interpretados de una misma manera. No se puede interpretar el uno como ceremonial y el otro como espiritual. Si se acepta el bautismo [en 10.2 al 4] como el de ser sumergido en agua, entonces el beber debe entenderse como una referencia a tomar de la copa en la cena del Señor. Pero sólo un ritualista empedernido aceptaría aquello. Entonces el hecho de que el verbo beber figure en el aoristo no permite esta interpretación del versículo. Es más bien un eco de Juan 7.37 al 39 y Juan 4.10 al 15. Entonces el bautismo en el Espíritu es la explicación doctrinal de Hechos 1.5 “seréis bautizados con el Espíritu Santo dentro de no muchos días” y se refiere a la formación de la Iglesia como el cuerpo de Cristo en el día de Pentecostés. Volviendo a 1 Cor. 12.13, las palabras “sean judíos o griegos” confirman esta interpretación y establecen que en la membresía del cuerpo de Cristo no hay diferencias de raza, género, etc. Considérese Hechos capítulos 2, 10 y 19. El uso repetido de todos enfatiza esto y hace ver cómo las divisiones y la contienda niegan esta unidad esencial. La verdadera comunión como miembros del solo cuerpo se basa en la posesión de una vida en común y la sumisión a una autoridad común, la sola cabeza. Se ve que el pasaje trata de la formación, comunión y operación de la asamblea cristiana. 12.14 al 27 el cuerpo no es un solo miembro ... El tema es el reconocimiento de otros. Así como los versículos 12 y 13 enfatizan la unidad del cuerpo, esta sección subraya su diversidad, o la diversidad entre sus muchos miembros, dando una ilustración de la diversidad entre los varios dones mencionados. La idea de un cuerpo que depende de o consta de un solo miembro es algo enteramente ajeno a lo que se encuentra en la naturaleza. Estos versículos muestran cuán interdependiente son los miembros del cuerpo. Se mencionan cinco: el pie, la mano, el ojo, la oreja y la nariz. Ellos están siempre delante del público. Cada uno está diseñado para desempeñar su propia función y por esto no debe haber envidia entre, por ejemplo, el pie y la oreja. Es triste cuando una persona intenta desempeñar una labor para la cual no ha sido adaptada por Dios. Pero si no debe haber envidia, tampoco monopolio, porque si todo fuera ojo, ¿qué de oir? ¡Un cuerpo al estilo de aquel que se imagina en el versículo 17 sería para exhibir en un museo! Las preguntas en estos versículos tienen que ver con cinco parejas: dos pies, dos manos, dos ojos, dos orejas y dos ventanas de la nariz. Son como diez diáconos cada uno sirviendo al cuerpo. William Cowper compuso un poema inédito acerca del caso delante del tribunal que debía establecer quién era el verdadero dueño de los anteojos, o monóculos. El abogado por la nariz presentó un alegato tan contundente que el juez sentenció a favor de su cliente. Por ello los ojos optaron por estar cerrados cuando el hombre tenía los anteojos puestos, y la triste consecuencia fue que se cayó y los anteojos se partieron. Entonces no debe haber independencia, ya que el ojo no puede decir a la mano, “No te necesito”. Y en vista de que los miembros aparentemente más débiles también son 142 necesarios, no deber haber superioridad. La parte menos prominente se viste y recibe mayor honra, y así el creyente que posiblemente carezca de don puede ser adornado de gracia. Los corintios y también muchos en estos días tienen que aprender la lección. La gracia es más importante que el don; el don es temporal pero la gracia es eterna. El mejor de los dones, como el maná, puede criar gusanos, pero la gracia nunca. La cabeza tiene que consultar con el órgano maestro que es el cerebro, el asiento de la autoridad que controla a los demás miembros por igual. 12.28 a unos puso Dios ... La inclusión de los apóstoles y profetas en la lista daría a entender que la palabra iglesia debe ser entendida en el sentido de la iglesia local. Entonces no hay referencia a un oficio sacerdotal, cosa que fue inventada posteriormente. Los dones enumerados corresponden a cuatro categorías. Hay los dones del fundamento, apóstoles y profetas al estilo del Nuevo Testamento. Hay los dones temporales como la profecía, lenguas y ciencia. Y hay los dones que son señales como las lenguas y la sanidad, Marcos 16.17,18. También hay los dones permanentes como evangelistas, pastores y maestros, Efesios 4.11 al 15. 12.31 Procurad, pues, los dones mejores ... Aunque la distribución de estos dones inclusive la corrección y la exhortación es soberana, se exhorta al creyente a procurar los dones superiores. Son ellos que edifican y construyen una asamblea y la vida espiritual de sus miembros. “... anheláis dones espirituales, procurad abundar en ellos para edificación de la iglesia”, 14.12. Pero por encima de todos los dones, y absolutamente esencial a su operación, es el camino más excelente, el del amor que se nos presenta ahora en el lírico que es el capítulo 13. F. El lírico del amor Este capítulo 13 es una obra maestra. Es de carácter un tanto parentético pero no puede ser considerado un paréntesis, por cuanto es un vínculo esencial entre el capítulo 12 y el 14. Además, su enseñanza se relaciona con la Epístola entera. El apóstol insiste en la suprema importancia del amor como un requisito absolutamente esencial para el ejercicio de los dones. El amor bajo consideración es “el amor de Dios que ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo”. Es la primera mención de las nueve gracias que constituyen el fruto del Espíritu en Gálatas 5.22,23. El término empleado no es el eros, el amor entre hombre y mujer, ni el fileo, el amor y afecto humano, sino el agape, el amor divino. 13.1 al 3 Si yo hablase ... En estos versículos se resume muy gráficamente el valor relativo del amor. Se enfatiza su valor sin par que puede ser comparado con las reservas de oro de una nación. Sin la moneda en circulación aquellas reservas no tendrían valor en la práctica. Obsérvese siete elementos mencionados en estos versículos y la conclusión que está en tres partes. Y, obsérvese que hay grados. Las lenguas, sean humanas o angélicas, se menciona en primer lugar y las dos ilustraciones del ejercicio de este don sin amor, o no impulsado por amor, lo coloca en el grado de más abajo. Véase la lista número 3 arriba. Aun los cuatro dones principales son ineficaces si no se ejercen por el poder gobernante del amor. La computadora del Espíritu les asigna un cero profecía: Se refiere al don de profetizar o hablar por revelación. comprensión de misterios; a saber, aquellos mencionados en el Nuevo Testamento, como el misterio de la piedad, 1 Timoteo 3.16; el misterio del llamamiento de la Iglesia y la ceguera de Israel, Efesios 3.3 al 9, Romanos 11.25; y otros. 143 ciencia: Se refiere a la auténtica gnosis con la cual los corintios habían sido favorecidos. “En todas las cosas fuisteis enriquecidos en él ... en toda ciencia”, 1.5. fe: Se trata del don de la fe que realiza grandes cosas y mueve montañas. Es más que la fe salvadora que ejerce todo creyente y es esencial a la salvación. “Sin fe es imposible agradar a Dios”, Hebreos 11.6. El versículo 3 hace mención de dos cosas que uno vería como actos de gran devoción: repartir bienes y entregar el cuerpo. La prueba ácida del discipulado exigida por el Señor en Mateo, Marcos y Lucas fue: “Anda, vende todo lo que tienes ...” Si doy mis bienes a los pobres y pongo mi cuerpo a ser quemado, como los compañeros de Daniel, parecería ser el súmmum de la consagración. Pero si el impulso no es el amor, no habrá ganancia ni galardón. 13.4 al 7 El amor es sufrido ... En estos versículos leemos de las virtudes sin par del amor. Está cristalizado y visto contra el trasfondo de los conflictos de la vida, tanto particulares como comunales. Es amor en medio de los problemas y las perplejidades. Es activo en ambientes inhóspitos y circunstancias difíciles. Conforme figuran los versículos en la Reina-Valera y otras traducciones, hay siete afirmaciones positivas y ocho negativas. Ellas pueden ser concebidas como dos tablas de la ley del amor. Todo el capítulo es un estudio de ganancia y pérdida. La ganancia, o provecho, es importante en la sección; el 14.6 pregunta, “¿qué os aprovechará?” Los fracasos de los corintios como están divulgados en capítulos anteriores se debían al hecho de que estas virtudes, que son inherentes en el amor de Dios derramado en los corazones de los creyentes, no se manifestaban en sus vidas. El amor es paciente y humilde, no es imponente. No se jacta ni se hincha; tampoco siente envidia ni se ofende fácilmente. No guarda un diario de ofensas personales. No se comporta indecorosamente. De esta manera parece que todos los capítulos anteriores pasan revista; considérese 3.3, 4.8,18, 5.1, 6.1 al 10, 10.23 y 11.17 al 22. El amor, entonces, no es algo blando y sentimental, sino muy práctico en su aplicación. No siente satisfacción ante malas noticias, sino se regocija en el evangelio, la verdad. 13.8 a 13 El amor nunca deja de ser ... Se destaca en estos versículos la superioridad sin par del amor por encima de todos los dones y gracias. Es permanente. Se extiende a la eternidad. Los tres dones mencionados en el versículo 8 eran temporales; cesarían las lenguas y serían anuladas la ciencia y la profecía, quedando inoperantes. Eran operaciones provisionales del Espíritu, limitadas a los días apostólicos. El amor, en cambio, cual fruto del Espíritu, continuaría. En contraste con los tres dones temporales del versículo 8 tenemos las tres gracias permanentes del versículo 13. En 9 y 10 se menciona lo que es parcial y lo que es perfecto. Las lenguas no se incluyen, ya que está dicho claramente que cesarán. No habría por qué señalar las lenguas en particular como algo que iba a descontinuar si la terminación coincidiría con la venida del Señor, porque en el arrebatamiento todos los dones perderán relevancia. Por cuanto ellos conocían sólo en parte, podían profetizar sólo en parte. Pero la ciencia parcial iba a ser reemplazada por una perfecta o completa. El pasaje es muy controversial, y conviene considerar tres sugerencias (1) “Lo perfecto” se considera ser el estado perfecto en la consumación, cuando el tiempo será fusionado en la eternidad en la venida del Señor. Hay por lo menos dos objeciones importantes a esta interpretación del versículo. Perfecto no se emplea en relación con el estado eterno, ¿y por qué entender el término en este sentido aquí? Lo perfecto no está presentado en contraste con lo imperfecto, sino con lo parcial. Una ciencia parcial no es necesariamente imperfecta o errónea, aun cuando 144 sea limitada o incompleta. Si la ciencia parcial va ser reemplazada por la ciencia perfecta, ¿qué va a reemplazar la profecía parcial? ¿Habrá profecía en el estado eterno? La respuesta tiene que ser satisfactoria para el problema de la profecía además de la ciencia. (2) La consecución de la perfección cristiana. El vocablo se emplea por lo menos dos veces en el Nuevo Testamento en este contexto. En Hebreos 6.1 se nos exhorta a proseguir a la perfección, a saber, entrar y vivir en el disfrute de la perfección que es nuestra en virtud del sacrificio perfecto de Cristo; “... hizo perfectos a los santificados”, 10.14. Y también Pablo dice que no ha alcanzado una perfección de vida, sino que la proseguía todavía, Filipenses 3.12. Tampoco es satisfactoria esta explicación, aun si el apóstol traza una comparación entre el niño y el adulto más adelante en el capítulo. Compárese 2.16, “tenemos la mente de Cristo”, y 14.20, “maduros en el modo de pensar”. Pero las palabras “en parte” no pueden ser explicadas como referentes a un estado inmaduro. (3) Cuando el canon de la Escritura sea completo. El doctor Gromaki escribe Por lógica las palabras “lo perfecto” deben referirse a lo completo en la misma esfera que lo referente a “en parte”. En vista de que “en parte” se refiere a la transmisión de la verdad divina por revelación, “lo perfecto” debe referirse al Nuevo Testamento en su totalidad. Perfecto quiere decir algo que está aquí en parte y está en desarrollo pero algún día va a estar completo. Esta palabra encaja con el concepto de una revelación progresiva, Juan 14.26, 16.13. Las dos ilustraciones que ofrece Pablo concuerdan con esta conclusión: (a) La infancia y la madurez, versículo 11. Son dos etapas. Algunos ven en los tres términos hablaba, pensaba, juzgaba una referencia velada a los tres dones temporales del versículo 8. Más adelante, en el 14.20, se exhorta a los lectores a no ser niños en el modo de pensar (“niños” / “maduros”). El cambio de la infancia a la madurez es un proceso que requiere tiempo y es progresivo. No es repentino, como se visualiza en 1 Cor. 15.51 en la venida del Señor (“... seremos transformados”). En los días de Israel como una nación infante en el desierto no había mucha evidencia de lo milagroso. (b) El espejo, o ventana oscura, y cara a cara. J.N. Darby escribe acerca de espejo: “Es decir por algún medio que impide la visión en alguna medida. La palabra también quiere decir un espejo, pero se emplea de una ventana por la cual se veían objetos fuera de la casa. No era de vidrio transparente como ahora, sino de algún material semitransparente”. Si la palabra se entiende como un espejo, sería uno metálico que no daría un reflejo claro, sino distorsionado. La palabra “oscuramente” enfatiza esto. En la Versión de los Setenta se emplea en Números 12.8, “por figuras”, y Proverbios 1.6, “dichos profundos”. En 1 Cor. 13.12 es la palabra enigma que se usa. Sugiere algo hecho oscuramente o en clave. Este fue el propósito de las parábolas, Mateo 13.33 al 35. Cara a cara se emplea en Números 1.28 de la manera en que Dios habló a Moisés, en contraste con la manera en que hablaba a la nación, Éxodo 33.11, Deuteronomio 34.10. No se emplea la expresión en el Nuevo Testamento con respecto a la venida del Señor, ni hay en este versículo, el 13.12, una referencia directa o indirecta a su venida. En estos versículos tenemos por todo tres contrastes: lo parcial y lo perfecto o completo; la infancia y la madurez; la visión oscura y la clara. Es muy relevante la analogía entre Israel en el desierto y la entrada de Josué en la tierra. En el desierto había la dirección de la columna nube, pero Josué fue exhortado a meditar en y ser guiado por el libro, Josué 1.8. 145 13.12 Ahora conozco en parte El versículo se refiere sólo al conocimiento, y el apóstol emplea el término para “ciencia perfecta”, habiendo antes empleada el que denota sólo la ciencia. El término sugiere un conocimiento personal de Dios en vez del don de la ciencia del 12.8. Nuestro conocimiento de Él es limitado, no por una revelación limitada sino a causa de nuestra capacidad limitada. En el futuro conoceremos como hemos sido conocidos. 13.13 Y ahora permanecen la fe, la esperanza y el amor Esta triada de gracias se menciona varias veces en el Nuevo Testamento Justificados, pues, por la fe ... la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado, Romanos 5.1 al 5 ... soportándoos unos a otros en amor ... en el vínculo de la paz ... llamados en una misma esperanza, Efesios 4.2 al 5 ... el trabajo de amor ... imitadores de aquellos que por la fe ... para plena certeza de la esperanza, Hebreos 6.10 al 18 Acerquémonos ... en plena certidumbre de la fe ... la profesión de nuestra esperanza ... estimularnos al amor, Hebreos 10.22 al 24 una esperanza viva ... guardados mediante la fe ... 1 Pedro 1.1 al 3 Puede haber una correspondencia entre ellas y los tres dones permanentes mencionados en Efesios 4.8 al 13. El evangelista apela a la fe, el maestro infunde esperanza y el pastor intenta cultivar el amor. Pero las tres están muy relacionadas entre sí. Son como las tres hijas de Job de quienes leemos en el 42.18 que no había tan hermosas como ellas en toda la tierra. Es correcto decir que la fe cederá a la vista y la esperanza a la realización, pero aseguradamente continuará la fe en el sentido de la confianza en Dios, y habrá para siempre una anticipación de todo lo que las edades interminables desplegarán a nuestro asombro y adoración. El amor es la mayor de las tres porque es el desbordamiento del corazón de Dios, ya que Dios es amor. En contraste con los tres dones temporales, las tres gracias la fe, la esperanza y el amor perdurarán para siempre jamás. G. Ministerio para la iglesia 14.1 procurad los dones espirituales ... A la luz de lo dicho en el capítulo 13, se perseguirá siempre el amor. Es superior a todo otro don. Los dones espirituales eran de desear ardientemente, en particular la profecía por su valor superior, en vez de las lenguas que el apóstol muestra eran de valor inferior. En el capítulo se señalan estos dos de entre los dones y se los ponen en comparación y contraste. Ellos difieren en sus valores relativos. Salvo que fuese interpretado, el don de lenguas carecía de valor para el individuo, 14.13,14, y para la asamblea, 14.5,6,13, y también sería perjudicial al evangelio por sus efectos negativos sobre los inconversos, 14.23. Si bien no se definen los dones, suficiente se dice para permitirnos llegar a una definición. El don de lenguas era un tanto enigmático, pero de lo que está dicho en este capítulo y en Hechos de los Apóstoles se puede afirmar que es la capacidad dada por el Espíritu Santo para hablar, orar o alabar en un lenguaje desconocido al individuo. “... cada uno les oía hablar en su propia lengua”, Hechos 2.6; “el que habla en lengua extraña, pida en oración poder interpretarla”, 1 Cor. 14.13. Sin embargo, no era galimatías ni disparate incoherente. El don de profecía, en contraste, era una capacitación especial que permitía comunicar a los hombres una revelación recibida del Señor, no necesariamente acerca de algún acontecimiento futuro. Véase por ejemplo 11.23 al 25. Era provechosa para la edificación, la exhortación y el consuelo de la asamblea, 14.3, y para la conversión del individuo, 14.24. Tanto Moisés como Aarón eran profetas, pero de características distintas. Moisés recibió 146 revelaciones directamente de Jehová mientras que Aarón era portavoz de Moisés, Éxodo 7.1. Él divulgaba lo que Moisés había recibido, y solamente de esta manera puede uno profetizar hoy por hoy. Esta profecía se distingue de la enseñanza, aunque esta última debería revestirse de un carácter profético en el sentido de traer un mensaje de Dios apropiado para la necesidad de la ocasión. 14.2 el que habla en lenguas ... Las lenguas eran de un valor limitado para la asamblea. Así como con los problemas y las facciones tratados anteriormente, el apóstol no se enfrenta directamente a los celosos de la glosolalia, sino razona con ellos primeramente; luego les reprende fuertemente, 14.20; y finalmente regula el ejercicio de los dones en la asamblea, 14.26 al 40. Él ve las lenguas positivamente y luego negativamente. De manera positiva cataloga tres valores, que son la comunión con Dios, versículo 2; la comunicación de misterios anteriormente desconocidos, versículo 2; y la edificación personal, versículo 4. Negativamente, éstas no podían edificar a la asamblea salvo que fuesen interpretadas, versículos 5 y 13, y no habría provecho al no ser canalizadas para la comunicación de una revelación profética, o una enseñanza basada en ciencia. Las cuatro palabras en el versículo 6 figuran en dos parejas, la revelación con la profecía y la ciencia con la doctrina. Este versículo explica el uso de las expresiones “misterios”, “edificar a la iglesia” y “el otro es edificado” en los versículos 3 al 5, 12, 17 y 26. La iglesia no es el lugar para el despliegue de un talento natural, sino para el ejercicio de un don espiritual. En contraste con el valor limitado para la asamblea de las lenguas, la profecía cumplía un propósito triple y llenaba una necesidad triple: la edificación, el estímulo y el consuelo, versículo 3. A los cristianos les hace falta ser fortalecidos en la fe, y tienen que ser exhortados a poseer sus posesiones. “... la casa de Jehová recuperará sus posesiones” Abdías 17; “¿Hasta cuándo seréis negligentes para poseer la tierra ...?” Josué 18.3. Adicionalmente, requieren ser estimulados en sus días de tristeza y adversidad. Isaías 40.1, “Consolaos, consolaos, pueblo mío ...;” 1 Tesalonicenses 4.13 al 18. 14.7 al 13 las cosas inanimadas ... Se mencionan tres instrumentos inanimados: la flauta, el arpa y la trompeta. Los primeros dos pueden producir diversos tonos al ser tocados por uno diestro en el arte, y la trompeta, al ser usado eficazmente, puede despertar y alarmar, pero en manos de uno inexperto sólo produce sonidos raros y notas discordantes. El apóstol aplica esta ilustración al ejercicio del don de lenguas y al peligro sutil involucrado en su uso. Los corintios eran “muy celosos en espíritus” (“anheláis dones espirituales”, versículo 12). En el 14.1, se emplea un vocablo distinto para “dones espirituales” a aquel del 12.1, y como gentiles ellos estaban en peligro de confundir las actividades de demonios con aquéllas del Espíritu Santo. El enemigo sagaz se aprovechó de su celo combinado con su ignorancia y el resultado fue una imitación del don de lenguas, un hablar incomprensible, un mero galimatías. Por esto el apóstol les advierte que toda voz o lengua tiene ciertas características lingüísticas que son comunes a todos los idiomas. De nuevo se les exhorta a dar preferencia y precedencia a la edificación de la congregación. Con este fin cualquiera que posea el don de lenguas debería pedir en oración el don de interpretación, 14.13. 14.14 al 20 si yo oro en lengua desconocida ... (El vocablo desconocido figura más de una vez, pero no está en el texto. Sin embargo, sirve para dar la impresión acertada que se trata de una lengua desconocida a quien habla). Se habla de orar, cantar, bendecir y dar gracias en un idioma desconocido, pero la comprensión queda sin entendimiento aunque el espíritu está funcionando. No puede haber edificación espiritual al individuo si no comprende lo que está diciendo. Esto necesariamente 147 califica las palabras del versículo 4; es decir, “a sí mismo se edifica” será cierto sólo en la medida que él comprenda lo que está diciendo. En la parábola del sembrador el Señor subrayó la importancia de que el oyente entienda el mensaje; Mateo 13.22 con Efesios 5.11, Tito 3.14, Judas 12 y 2 Pedro 1.8. En su estado de irregenerado el hombre tiene el entendimiento entenebrecido, Efesios 4.18. El hombre que oraba, o bendecía o daba gracias, conducía la congregación como representante suyo, y por esto los demás decían Amén por estar de acuerdo con él, pero el cristiano no iniciado, como si fuera, o el que no entendía la lengua, no podían decir Amén. Las palabras “el que ocupa el lugar de simple oyente” no tienen que ver con las personas que no estaban en la comunión de la asamblea. Se refieren a una condición espiritual y no a una posición física. Por cuanto Pablo hablaba en lenguas, los celosos no podían acusarle de envidioso. Difícilmente podría ser más impactante la comparación entre las cinco palabras con entendimiento y las diez mil en una lengua desconocida. El valor de un mensaje dependía de la instrucción que comunicaba. Habiendo razonado con ellos y habiendo mostrado el valor del don, él administra una reprensión fuerte en el versículo 20. En el entendimiento espiritual ellos no deberían ser niños pequeños, sino adultos. Pero en malicia deberían ser bebés. 14.21 al 25 En la ley está escrito ... El don de las lenguas está limitado en su valor como señal. En esta epístola el término ley se emplea de una manera general para referirse al Antiguo Testamento; 7.39, 9.8,20, 14.21,34, 15.55. La cita en el 14.21 es de Isaías 28.11 y es un eco de una profecía anterior en Deuteronomio 28.29, referida también en Jeremías 5.15, “... gente cuya lengua ignorarás, y no entenderás lo que hablare”. Por cuanto Israel no escuchó la voz de Dios, ellos caerían bajo juicio, y las “otras lenguas” serían una señal de este castigo, una señal de que la nación sería consignada a cautiverio en Asiria y Babilonia. Los pasajes proféticos dejan en claro que la señal era para Israel y que trataba de juicio; hacía saber que la nación sería castigada y puesta a un lado. Tuvo su cumplimiento en los días de Salmanasar y Nabocodonosor, pero el apóstol lo aplica al don de lenguas como un don de señal, una señal al Israel incrédulo y una señal del desagrado divino del presente en su diáspora entre las naciones. Se afirma específicamente que “las lenguas son por señal, no a los creyentes, sino a los incrédulos”, versículo 22. Por lo tanto es falso afirmar o enseñar que son una señal al creyente que él ha recibido el Espíritu o ha sido bautizado en el Espíritu. Cuando las lenguas eran una señal a los incrédulos, la profecía era una señal a los creyentes, una señal que Él les estaba hablando todavía. Triste fue el día cuando Dios cesó de levantar profetas en Israel. Mientras que las lenguas eran una señal de juicio, la profecía era una de bendición, y evidencia de su misericordia vigente aún. 14.23 entran indoctos o incrédulos ... Las lenguas eran un estorbo al evangelio. Se habla de los gentiles en 2 Tesalonicenses 1.8 como “los que no conocen a Dios” y aquí en los versículos 21 y 22 se habla de los judíos como incrédulos. En el 14.16 el “simple oyente” es claramente un cristiano, pero en el 14.23 ambos grupos de personas son irregenerados. 14.26 al 40 ¿Qué hay, pues, hermanos? Los dones eran regulados y restringidos en cuanto a su ejercicio en la asamblea. En esta sección importante se giran instrucciones en cuanto a la conducta de las reuniones de la asamblea cuando toda ella se reunía en un solo lugar, versículos 23 y 26. En el espacio de quince versículos hay catorce verbos en el imperativo, o sea, catorce mandamientos en siete grupos. No se designaba a ningún individuo para encargarse de la reunión. 14.26 Hágase todo para edificación. No había control humano y nadie debía asumir la responsabilidad total. Pero tampoco se trataba de un ministerio para cualquiera o para todos, 148 como queda ilustrado en la iglesia en Antioquia, Hechos 13.1. Por cuanto había libertad para que los hermanos participaran, lamentablemente a veces se abusaba del privilegio, y por consiguiente el pueblo del Señor estaba expuesto a ministerio sin provecho. Por esto el apóstol es muy enfático que la edificación debe ser la meta de todo ministerio. Este principio de importancia fundamental debería guiar a todos los que iban a intervenir. Ya se ha señalado el mucho uso del término en el capítulo. De los cinco elementos señalados en el primer versículo uno se refiere a la enseñanza o el que enseña, uno a las lenguas y uno al profeta sin revelación. Con semejante variedad de don, cuán esencial era reconocer el control del Espíritu y la importancia de estas exigencias, ya que la carne está activa siempre. 14.27,28 Si alguno habla en lengua ... Deberían hablar sólo dos, o tres a lo sumo, y por turno parece que estaban hablando simultáneamente y sólo si había intérprete presente. Al no haber intérprete, uno debería guardar silencio. No debería jugar el papel de víctima inútil de sus emociones, participando en contra de su propia voluntad. Debería regir un entero control propio. Es un espíritu maligno que desplaza la voluntad y se posesiona del individuo. El Espíritu Santo llena y de esta manera controla a la persona. 14.29 al 33 ... los profetas hablen ... Se repite la misma restricción en el versículo 29; dos o tres, pero con una calificación en el versículo 31. Los demás probablemente los otros profetas pero posiblemente el término se refiere a otros también tenían que juzgar si lo dicho estaba de acuerdo con la analogía de la fe. “... si el [don] de profecía, úsese conforme a la medida de la fe”, Romanos 12.6. Por esta clase de profecía ellos aprenderían y serían fortalecidos. Los profetas también deberían ejercer pleno control propio. Ningún siervo de Dios debe abdicar su voluntad, cosa que daría lugar a confusión, una pérdida de paz y armonía. Es instructivo notar que nada se dice de profetisas. Al haber existido algunas, ciertamente hubieran sido mencionadas. 14.33 al 36 Como en todas las iglesias de los santos. Estos versículos se relacionan con el lugar y la conducta de las mujeres en la asamblea. La instrucción en cuanto a no serles permitido hablar, y a guardar silencio, quedan confirmadas por la enseñanza impartida posteriormente por el apóstol en 1 Timoteo 2.5 al 15. La palabra silencio se emplea de los profetas en el versículo 30 y aquí debe interpretarse de la misma manera. No debe ser entendido como una prohibición de chacharear o platicar en el culto, un sentido que sería contrario a su uso en los versículos 2 al 6, etc. Además, ¿por qué prohibir a las mujeres tal cosa y no decir nada a los varones? ¿Acaso los hombres pueden parlotear en la reunión? Las palabras “en todas las iglesias de los santos” se entienden mejor al relacionarlas con los versículos 34 y 36. Sugieren las prácticas comunes en las asambleas cristianas de los días apostólicos; compárese 4.17, 7.17, 10.16. Aquellas asambleas novotestamentarias se designan como “iglesias de Dios”, 10.32, e “iglesias de Cristo”, Romanos 16.16, y aquí “iglesias de los santos”. No se trata de una etiqueta denominacional. Aparentemente las mujeres en la asamblea de Corinto estaban ejerciendo una libertad inusual, precursoras de “la liberación de la mujer”, dejando de reconocer su lugar de sujeción ordenada por Dios. Las palabras, “como también la ley lo dice”, están referidas a Génesis 3.16, el juicio impuesto sobre la mujer por su parte en la transgresión. La reprimenda fuerte del versículo 36 sugiere que la asamblea en Corinto les estimulaba en esto, y por lo tanto tal censura. Como asamblea, no estaba en libertad de formular doctrina. Esto es importante a la luz de la pretensión de Roma y la tendencia de muchas denominaciones protestantes a promulgar credos propios como autoritarios. Veamos en resumen cinco restricciones sobre las lenguas solamente una, o dos a lo sumo 149 solamente en secuencia, o uno por uno solamente al estar presente un intérprete solamente bajo un entero autocontrol, con capacidad de guardar silencio solamente a ser ejercidas por varones 14.37 al 49 Si alguno se cree ... En Corinto había aquellos que no reconocían a Pablo como un apóstol. Algunos entre ellos decían poseer dones y espiritualidad superiores, de manera que el apóstol afirma que lo que enseñaba era por mandamiento del Señor. Esto no se refiere a algo que el Señor había enseñado, sino al carácter autoritario de lo que Pablo estaba enseñando. Es una afirmación clara de inspiración. Así como un don se valora según la medida en que edifica, también la espiritualidad se tasa por la medida en que el individuo se somete al señorío de Cristo como está expresado en estos mandamientos. El que es ignorante deliberadamente debe ser dejado a su ignorancia orgullosa. ¡No hay ninguno tan ignorante como aquel que rehúsa ser enseñado, y aquellos que no escuchan la instrucción por creer que lo saben todo! Se enfatiza de nuevo en el versículo 39 el valor relativo de los dos dones, el de profecía y el de lenguas. El uno era de ser deseado pero el otro no era de ser prohibido. Este instructivo era pertinente en aquel entonces, pero no ahora; véase 13.8 al 10. 14.40 hágase todo decentemente Hágalo con decoro, sin confusión. Hay evidencia amplia en la epístola que esta palabra de exhortación hacía mucha falta. La conducta modesta y el orden divino deberían caracterizar la asamblea como casa de Dios. 16.14 Todas sus cosas sean hechas con amor. Se puede añadir esta exhortación aquí para completar la serie. El amor debería ser la fuerza motor. El amor busca el bien de los demás. H. El don de lenguas En años recientes ha habido un renovado interés en los dones más espectaculares, y especialmente en el de lenguas, pero es significativo que ha habido menos interés en el don de profecía. Es necesario, pues, prestar atención adicional al don de lenguas y la relevancia del capítulo 14 a la manera de realizar las reuniones de una asamblea cristiana hoy en día. Limitaciones impuestas sobre el don de lenguas en el Nuevo Testamento (1) Era limitado en cuanto a su manifestación. En Hechos de los Apóstoles se mencionan solamente tres ocasiones cuando fue manifestado: capítulo 2, en los doce apóstoles; capítulo 10, en casa de Cornelio; capítulo 19, en los discípulos griegos en Éfeso. No está mencionado en el contexto de la conversión de los tres mil en el día de Pentecostés, ni en la obra en Judea, ni en la en Samaria, ni en la conversión del eunuco, ni en la de Saulo. Tampoco leemos de este don en la visita a Filipos, o a Tesalónica, o en el grupo espiritualmente viril en Antioquia. Si bien es cierto que apareció posteriormente en la asamblea de Corinto, nada se dice de este don en el comienzo de la obra en aquella ciudad como un acompañante a la predicación del evangelio. Las ocasiones donde sí está mencionado revelan un propósito especial al ser consideradas a la luz de la referencia a judíos y griegos, de esclavos y libres en 1 Corintios 12 y 13. Le plugo a Dios dar una ilustración tomada de cada caso para mostrar que en la Iglesia los judíos y los gentiles son miembros por igual en el cuerpo de Cristo. La ley de mención única debe ser tomada en cuenta. Una sola vez cayó fuego del cielo para destruir ciudades. Considérese también Nadab y Abiú; Acán; el hombre que violó el sábado; Ananías y Safira. Son hechos únicos para establecer e ilustrar principios divinos. 150 (2) Es limitado en las referencias a él en las listas de dones. Figura solamente en la epístola corintia. No hay referencia a él en las cualidades requeridas de un anciano en Timoteo y Tito. (3) Era limitado en su distribución. Las lenguas fueron repartidas según la voluntad soberana del Espíritu Santo. No fueron dados a todos por igual, 1 Cor. 12.9 al 11. Una consideración de las preguntas retóricas de 12.29,30 deja en claro que los receptores fueron una minoría reducida, así como los apóstoles eran una minoría muy reducida. Dos autores Brunner y Hoekema relatan que en el pentecostalismo moderno la primera persona a buscar y recibir la capacidad de hablar en lenguas como una prueba de haber sido bautizada en el Espíritu fue una joven llamada Agnes Oozman. De allí en adelante éste ha sido el eje de la enseñanza del pentecostalismo. Se ve que la experiencia de una mujer está en el fundamento de esa secta, así como en la Ciencia Cristiana y el adventismo. (4) Era limitado en su propósito. Era uno de los dones de señal, una señal a Israel, y una señal de juicio sobre la nación, y una señal que el evangelio sería predicado universalmente. Esto quedó demostrado a aquellos que estaban con Pedro en la casa de Cornelio. (5) Era limitado en su duración. “Cesarán las lenguas”, 1 Cor. 13.8. Era un don pasajero. En el desierto Israel tenía el maná y la columna de fuego; no tenía un libro como directorio, pero al contar con el libro, lo milagroso cesó. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley ... para que hagas conforme a todo lo que en él está escrito”, Josué 1.8. (6) Era limitado en su valor. En comparación con los demás dones, era el último en ser nombrado y el de menos valor, 1 Cor. 12.9 al 11, 29 al 31. Al no ser interpretado, carecía de valor para el individuo y a la asamblea, 14.14. Era negativo en sus efecto sobre los irregenerados, 14.17. (7) Era limitado en su ejercicio. Véase lo que hemos comentado sobre 1 Cor. 14.26 al 40. Pertinencia del capítulo 14 para las condiciones post apostólicas y actuales Por cuanto los dones milagrosos estaban restringidos a los días apostólicos, y por cuanto las instrucciones del capítulo 14 tenían el fin de regular la realización de las reuniones de la iglesia en los días cuando se repartían los dones espectaculares, convendría preguntar qué relevancia ellos tienen en las condiciones que han prevalecido desde aquel entonces. ¿Aquellas instrucciones encierran principios básicos que siguen vigentes? ¿O debemos prescindir del capítulo como irrelevante a los tiempos actuales? El pasaje no puede ser visto como bagaje sobrante; toda Escritura es inspirada por Dios, y es útil para enseñar, para redargüir y para instruir en justicia. Los principios expuestos aplican hoy día y forman un patrón para todas las reuniones de una asamblea cristiana. (1) La importancia del amor, 14.1. Como se desprende del capítulo 13, sin el amor cualquier don y todos los dones no sólo carecerán de valor, sino generarán corrupción como hacía el maná al ser almacenado. (2) La importancia de la edificación. Obsérvese el número de veces que se emplea el término en el capítulo, y especialmente en el 14.26. Tanto el ministerio como las acciones de gracias deberían edificar. El valor de un don se determina con base en la medida en que edifica a los creyentes. (3) La importancia del entendimiento, 14.9,14,15,16,19,20. El mensaje debe ser entendido si va ser una ayuda y bendición. (4) La importancia de la consideración para con los demás; a saber, los indoctos y los inconversos. Se debe llevar en mente siempre las necesidades espirituales de los tales, y por esto hay una variedad de dones. 151 (5) La importancia de la libertad para el ejercicio de tanto el ministerio sacerdotal como de la palabra a los santos, 14.17,26. (6) La importancia de una libertad controlada por los mandamientos del Señor encerrados en 14.26 al 40. Esta es la verdadera teocracia. (7) La importancia de la espiritualidad, 14.37. Donde no la hay la anarquía tomará el lugar de la teocracia, como fue el caso en Israel en los tiempos de los jueces, y ésta será seguida de un gobierno por monarquía, el gobierno humano. I. Ministerio para el mundo 15.1 os declaro, hermanos, el evangelio ... Por cuanto algunos en Corinto habían viciado el evangelio, o lo habían robado de su gloria, al negar la resurrección de los muertos, el apóstol registra qué es el evangelio, las buenas nuevas que había anunciado entre ellos. La declaración paulina es el patrón o el evangelio en su plenitud. El pasaje no está conectado directamente con la instrucción en los capítulos precedentes, el 12 al 14, acerca de los dones. Sin embargo, en vista del énfasis antibíblico que muchos están asignando a las lenguas como el sello ordenado de Dios de haber recibido al Espíritu Santo, o el bautismo en el Espíritu, es importante notar la libre sencillez de fe, o la recepción del evangelio, como la base única de la posición del creyente ante Dios en Cristo. La salvación es por medio de Cristo y solamente Cristo. No es Cristo más algo, sea la circuncisión, el bautismo o las lenguas. El evangelio coloca el creyente en una posición santa ante Dios en Cristo. Cristo es el fundamento de roca impregnable que apoya al que es salvo. “Conforme a la gracia que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento ...”, 3.10. “Me hizo sacar del pozo de la desesperación, del lodo cenagoso; puso mis pies sobre peña, y enderezó mis pasos”, Salmo 40.2. 15.2 el cual también recibisteis ... Es provechoso notar los varios tiempos del verbo salvar en el Nuevo Testamento. Ellos expresan cuatro aspectos de la salvación El tiempo pasado simple se refiere a la ocasión cuando uno es salvado. “Nos salvó y llamó con llamamiento santo ...”, 2 Timoteo 1.9. El tiempo pasado perfecto se refiere al efecto permanente, duradero de aquel hecho en el pasado. “Por gracia sois salvos por medio de la fe ...”, Efesios 2.8. Este tiempo y el anterior tienen que ver con la salvación de la pena del pecado por medio de la muerte de Cristo. El tiempo presente continuo se refiere a una experiencia diaria de la salvación. “... a los que se salvan es poder de Dios ... sois salvos, si no creísteis en vano”, 1 Cor. 1.18, 15.2. Esta salvación es del poder seductor del pecado y se relaciona con el ministerio sacerdotal de Cristo y el del Espíritu Santo. El tiempo futuro del verbo se usa también: “Por él seremos salvos de la ira”, Romanos 5.9. “Jesús, quien nos libra de la ira venidera ... para alcanzar la salvación por medio de nuestro Señor Jesucristo”, 1 Tesalonicenses 1.10, 5.9. Esta salvación se asocia con la venida del Señor y la redención del cuerpo. 15.3 si no creísteis en vano ... Aquellos en Corinto que negaban la resurrección no se daban cuenta de la gravedad de su postura. Habían recibido el evangelio, pero la conclusión evidente de su negación sería que su fe no era auténtica o genuina, sino superficial, a saber, vana. Hay tres palabras en el capítulo, relacionadas con el evangelio, traducidas como vano Si Cristo no hubiera resucitado, el mensaje del evangelio no tendría valor, como un 152 pagaré que no se honra, 15.2. También carecería de fruto; no tendría poder o dinamismo para cambiar vidas. “Vana es entonces nuestra predicación”, 15.14. Además, no se revestiría de sentido; sería un mero supuesto, una fábula. “Vuestra fe es vana”, 15.17. 15.3 primeramente os he enseñado ... Primeramente, o primera en importancia. En otras partes el apóstol afirma que lo había recibido como una revelación del Señor. “... por revelación de Jesucristo”, Gálatas 1.12. No era algo que le vino de hombres. Él consideraba que lo había recibido como una encomienda, una mayordomía, como la mina en la parábola de Lucas 19.12,13. Los siervos en aquella parábola recibieron el dinero como un compromiso. A la luz de esto haríamos bien en preguntarnos si lo estamos escondiendo bajo un almud o una cama. ¿Permitimos que nuestras ocupaciones o nuestros pasatiempos tomen precedencia sobre las demandas del evangelio? “Nadie que enciende una luz la cubre con una vasija, ni la pone debajo de la cama, sino que la pone en un candelero para que los que entran vean la luz”, Lucas 8.16. Se especifican cuatro elementos del evangelio: Cristo murió, Cristo fue sepultado, Cristo ha resucitado y Él fue visto. Dice Hechos 10.41 que se manifestó “no a todo el pueblo, sino a los testigos que Dios había ordenado de antemano”. Los primeros tres son hechos históricos, básicos, fundamentales; el cuarto es de carácter probatorio. 15.3 Cristo murió ... Dos verdades importantes figuran en la breve declaración del evangelio de parte de Pablo. Fue una muerte vicaria, sacrificial por decirlo así, en cumplimiento de profecías tanto figurativas como directas del Antiguo Testamento. Fue una muerte propiciatoria por cuanto pacificó la ira de Dios al exonerar la ley y satisfacer las demandas de la justicia. Esto fue su aspecto hacia Dios. “Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús”, Romanos 3.25. Fue expiatoria por cuanto quitó nuestros pecados; esto es su aspecto hacia el humano. Y siempre se debe llevar en mente que fue una muerte voluntaria en el sentido absoluto de la palabra. Él puso su vida. Nunca era un hombre moribundo, ni pasó por el proceso de estar muriéndose. La muerte para Él fue una acción. Él entregó, despachó su espíritu. Muchas profecías directas fueron cumplidas en su muerte, como por ejemplo los de Salmo 22 y 69, e Isaías 53.5 al 12. Se ha calculado el número en veinticinco. De esa manera su muerte fue una ratificación de las profecías antiguotestamentarias. 15.4 fue sepultado ... La sepultura certificó el hecho de su muerte y enfoca la atención sobre el hecho de su resurrección. Isaías había profetizado acerca de la manera y las circunstancias relacionadas con su sepultura, 53.9. 15.4 resucitó al tercer día ... En la predicación de los apóstoles se enfatiza la resurrección, y así también en las Epístolas. Es un hecho, no una falacia; no un mito, sino un milagro. El hecho de que Él sería resucitado fue profetizado en Salmo 2.7, “yo publicaré el decreto;”16.10, “no dejarás mi alma en el Seol;” Isaías 53.10,11, “verá linaje”. De que tendría lugar el tercer día fue proyectado en figura al mecer la gavilla de primicias en Levítico 23.10 y en la experiencia de Jonás como la relató el Señor en Mateo 12.40. La sepultura y la resurrección están presentadas juntas por la expresión “conforme a las 153 escrituras”. En relación con esto conviene llevar en mente la señal triple dada a los discípulos la mañana de la resurrección; a saber, la apertura del sepulcro cuando los soldados huyeron, el sello de la tumba estaba roto y la piedra había sido rodada; el sepulcro vacío; y las vendas en su lugar debidamente ordenadas, Juan 19.1 al 9. Se ve que la obra redentora de Cristo y la Palabra de Dios divulgada están enlazadas inextricablemente en el mensaje del evangelio. 15.5 apareció a Cefas ... Los versículos 5 al 11 tratan de evidencias y testigos. Lucas 24.34 narra que los once decían: “Ha resucitado el Señor verdaderamente, y ha aparecido a Simón”. Las manifestaciones post-resurrección del Señor son importantes por cuanto confirman la verdad de la resurrección. Por esto la credibilidad de los testigos es esencial. Sus apariciones son varias y tuvieron lugar a lo largo de posiblemente cuarenta días. Los testigos fueron muchos y variados, ninguno habiendo anticipado la resurrección. Al contrario, ellos habían desacreditado la posibilidad, y no creían las noticias hasta recibir evidencia específica de su veracidad. Todos salvo uno le habían conocido íntimamente a lo largo de tres años, y uno, Jacobo, le había conocido en su mocedad. Otro, Pablo, había sido enemigo acérrimo. Habiéndole conocido muy de cerca, los apóstoles le contemplaron, examinaron cuidadosamente sus rasgos cada vez que le vieron, le tocaron y escucharon su voz, 1 Juan 1.1. Él no se presentó sólo a particulares, sino a los doce como un grupo y también a quinientos hermanos a la vez. Cuándo, no se registra. La mayoría de los quinientos vivían aún cuando la Epístola fue escrita. En los tribunales las mujeres no eran aceptadas como testigos, y por esta razón no había necesidad de mencionarlas en este contexto en las Epístolas. Esto está de acuerdo con la enseñanza de la Epístola y del Nuevo Testamento acerca del lugar asignado a las damas en el testimonio público. El apóstol no deja laguna o escapatoria a la cuestión de la credibilidad de los testigos, enfatizando la unanimidad de su testimonio. Compárese con Mateo 26.60, “Al fin vinieron dos testigos falsos”, y Marcos 14.59, “Ni aun así concordaron en su testimonio”. Además, en estas ocasiones Él continuó hablándoles acerca del reino de Dios, Hechos 1.3. La referencia a los doce y luego a todos ellos como apóstoles deja en claro que Pablo reconocía a Matías como uno de ellos. La mención de Jacobo es de especial valor, ya que hasta la crucifixión ninguno de la familia había creído que Él era el Mesías. Jacobo y Judas fueron convertidos posteriores a la resurrección. 15.8 al 11 me apareció a mí .. El apóstol se extiende acerca de su propio testimonio, y por razones obvias. Él no era uno de los doce; no había acompañado al Señor ni había estado presente en sus manifestaciones posteriores a la resurrección. Sin embargo, pone su propia experiencia en paralelo con las de ellos como igualmente objetivas y del mismo valor. Habla de sí como un “abortivo”, o como uno que nació inoportunamente. Job 3.16 reza: “¿Por qué no fui escondido como abortivo ...?” ¿Por qué emplea una descripción tan despectiva? ¿Será que algunos de sus detractores, que cuestionaban su apostolado, hacían comparaciones injustas entre él y los doce? ¿Será que su sentido de vergüenza por haber perseguido la Iglesia le impulsó a aceptar esta comparación denigrante? Posiblemente, pero sin duda su conversión y la manera cómo se realizó es un patrón de cómo la nación será convertida en el futuro; Zacarías 12.9 al 14. Sin embargo, su sentido de indignidad propia era enorme e iba en aumento con el correr de los años. Pablo se consideraba “el más pequeño de los apóstoles”, y años más tarde hablaría de sí en Efesios 3.8 como “menos que el más pequeño de todos los santos”. Luego, en sus años finales, al escribir a su hijo en la fe, asume el lugar del primero entre pecadores, 1 Timoteo 1.12 al 15. De esta manera se deleitaba en magnificar la gracia de Dios, en relación tanto con su conversión como su llamado al servicio. Aquella gracia, dice, no era en 154 vano, o sin fruto, en el caso suyo. Podía decir acertadamente que había trabajado más abundantemente que los demás juntos, o de cualquiera de ellos y esto es decir mucho. Había trabajado en Galacia, Macedonia y Acaya, y estaba escribiendo desde Éfeso, capital de aquella parte de Asia. Él reconoce que fue debido a la gracia de Dios con él. No alegaba mérito propio. En Romanos 7.20 escribe, “no lo hago yo”, y en Gálatas 2.20, “ya no vivo yo”. Al concluir su testimonio breve y sucinto, él afirma que, cualquiera que fuera la diferencia en su experiencia y servicio, su mensaje era uno mismo. Era el mensaje apostólico; el evangelio único. Aparentemente él adquirió su conocimiento de las manifestaciones del Señor resucitado a través de Pedro y Jacobo en los quince días que estuvo con Pedro en Jerusalén, Gálatas 1.18, 2.9. Nótese la confesión de indignidad de parte de Jacob, Génesis 32.10: “Menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo”. Juan, Juan 1.27: “... del cual yo no soy digno de desatar la correa del zapato”. el centurión, Lucas 7.7: “Ni aun me tuve digno de venir a ti”. el hijo pródigo, Lucas 15.19: “Ya no soy digno de ser llamado tu hijo”. 6. La asamblea cristiana y el triunfo definitivo 15.12 al 58 A. La resurrección de Cristo 15.12 al 19 si se predica de Cristo que resucitó ... Los saduceos negaban la resurrección, Hechos 23.8, y algunos en Atenas se habían burlado de la enseñanza, 17.32. Posiblemente el error encontró entrada en la asamblea por contactos con esa gente. Se expone ahora la implicación solemne de semejante doctrina. Por cuanto la resurrección de entre los muertos está vinculada inseparablemente con la resurrección de Cristo, negar la una es negar la otra. Si Cristo no ha resucitado, tanto la predicación como la fe se quedan sin fruto, versículo 14; también, el testimonio de un apóstol es falso, siendo apenas un cuento de viejas, versículo 17. Es todo una ilusión falsa, dejando al creyente en sus pecados y culpas todavía, ya que la resurrección de Cristo y nuestra justificación están en pie o se caen juntas, y a la vez los muertos en Cristo han perecido sin esperanza alguna, versículo 18. Si solamente en esta vida hay esperanza en Cristo, y nada hay más allá del sepulcro, entonces la suerte de los cristianos es la que más se debe lamentar. Al ser éste el caso, el cristiano está viviendo en una utopía falsa, víctima de una feliz alucinación como son muchos enajenados mentales. B. La resurrección de los muertos 15.20 al 22 Mas ahora Cristo ha resucitado ... En su declaración autoritaria del evangelio el apóstol había citado testigos para enfatizar la resurrección de Cristo. Basándose en la certeza del hecho, enfatiza sus consecuencias, tanto universales como eternas. Las palabras “ahora Cristo ha resucitado” afirman que Él no sólo resucitó de los muertos al tercer día, sino que sigue cual Señor Resucitado. Su resurrección tiene carácter permanente, y como tal Él es 155 primicias de aquellos que durmieron. Es decir, es aval y prueba, es patrón de la resurrección de los redimidos. El término primicias se refiere a la gavilla (o puño) mecida ante Jehová el primer día de la semana (“el día siguiente del día de reposo”) según Levítico 23.10,11. En los versículos 21 y 22 se enfatiza la auténtica humanidad de nuestro Señor al repetir las palabras “un hombre”. Esta comparación entre Adán y Cristo se desarrolla más en Romanos 5.12 al 21. De la manera que una transgresión de parte de Adán resultó en una sentencia de muerte sobre todos los hombres por igual, así la “resurrección de los muertos” en estos versículos debe referirse a todos los que están vinculados con Él en muerte y resurrección; Romanos 6.6,7, 7.4, Efesios 1.1 al 4. Para ellos está asegurada la resurrección de vida. Sin embargo, si se toma la preposición en como instrumental como en Lucas 22.49, “viendo los que estaban con él lo que había de acontecer” entonces el versículo 22 podría ser una ampliación del 21, e igualmente universal. La posición de la palabra todos parece favorecer este criterio, ya que no se dice que en Adán todos mueren, ni que en Cristo todos serán vivificados; se dice, “por cuanto en Adán todos mueren, así en Cristo todos serán vivificados”. Sin embargo, “pero cada uno en su debido orden” clara y resueltamente guarda contra el universalismo, la doctrina falsa de que a la postre todos serán resucitados, o salvados, para vida eterna. El vocablo orden es uno de muchos términos militares empleados en el capítulo; denota un cuerpo o determinado conjunto en el ejército. La declaración confirma otras escrituras en el sentido que no habrá una resurrección universal de los muertos. “Vendrá hora cuando todos los que están en los sepulcros oirán su voz; y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; mas los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación”, Juan 5.28,29. “... resentidos de que enseñasen al pueblo, y anunciasen en Jesús la resurrección de entre los muertos”, Hechos 4.2. Cristo es las primicias; en esto está solo. Su resurrección es única. “... los que son de Cristo” es el segundo cuerpo, o grupo. Es una expresión que abarca mucho. No admite fraccionamiento. En la venida de Cristo serán vivificados todos aquellos que son suyos por virtud de la redención. Se trata de los suyos del Antiguo Testamento y del Nuevo. “...todos éstos, aunque alcanzaron buen testimonio mediante la fe, no recibieron lo prometido; proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”, Hebreos 11.40. La venida a la cual se refiere es aquélla para los suyos, Juan 14.3, pero da a entender el transcurso del período entre el rapto y la revelación. De esta manera formarán parte de esta compañía los santos que hayan sufrido el martirio en la tribulación, denominada la primera resurrección; “Vi las almas de los decapitados por causa del testimonio de Jesús y por la palabra de Dios ... y vivieron y reinaron con Cristo mil años ... Esta es la primera resurrección”, Apocalipsis 20.4,5. La venida se expone más ampliamente en los versículos 52 al 56 y en 1 Tesalonicenses 4.13 al 18. 15.24 Luego el fin ... “Luego”, eita, no significa inmediatamente sino después de un intervalo, como en Marcos 4.17,28 (“cuando viene la tribulación ... luego tropiezan”) y 1 Cor. 15.5,7 (“después apareció a Jacobo”). El intervalo que está a la vista es el reino del cual se habla en los versículos 24 al 28. “El fin” se refiere al evento final, la resurrección del resto de los muertos, Apocalipsis 20.5. Cuando Cristo vuelva, será inaugurado el reino, tema de tanta profecía en el Antiguo Testamento (“para justicia reinará un rey”, Isaías 32.1; “se volverán a Jehová todos los confines de la tierra”, Salmo 22.27). “Es preciso” dice el 15.25. Se emplea la expresión en relación con la muerte de Jesús, Juan 3.14; su resurrección, Juan 20.9; y su exaltación, Hechos 3.21. En el gran programa profético de Dios todos estos acontecimientos son 156 precisos, necesarios. Deben suceder, y Él debe reinar. Todos sus enemigos serán enteramente subyugados. Éstos incluirán los impíos poderes satánicos además de los hombres malvados como la bestia y el falso profeta el cual es el anticristo, el hombre de pecado y el hijo de perdición. Cristo “destruirá con el resplandor de su venida”, 2 Tesalonicenses 2.8. “Herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío”, Isaías 11.4. El postrer enemigo, la muerte, se verá obligado a entregar su presa, y en la nueva creación no habrá muerte, Apocalipsis 20,5,12, 21.4. Este reino, con el Hijo del Hombre como Mediador, existirá por mil años conforme se lee en Apocalipsis 20. “Todo dominio, toda autoridad y potencia”, versículo 24, denotan una autoridad universal y se cita de Salmo 8 para confirmar esto. Una vez entregado el reino a Dios, e introducida la edad eterna, o la dispensación del cumplimiento de los tiempos, “entonces también” el Hijo estará sujeto al Padre, así como cuando estaba aquí en la tierra. Este es el punto más lejano en el horizonte que la profecía alcanza por su telescopio. El versículo deja en claro que será eterno en su duración el carácter de deidad con humanidad asumido por nuestro Señor en su encarnación cual Hijo en humanidad. 15.29 al 34 De otro modo, ¿qué harán ... Después del pasaje profético muy importante de los versículos 20 al 28 el apóstol se revierte al problema de la resurrección. El pasaje parentético abarca toda la historia humana desde la caída del hombre, 15.21, hasta el estado eterno, 15.28, cuando Dios será todo en todo. 15.29 los que se bautizan por los muertos ... Este es un versículo difícil, y quizás no sea posible una explicación satisfactoria. Sin embargo, se puede sugerir (a) Puede referirse a una práctica de bautizar personas por cuenta de otros que habían muerto sin bautizarse. No hay evidencia de que se haya observado esta práctica en aquel entonces, aunque algún hereje ha podido hacerlo, y ciertamente no se encuentra base bíblica para hacerlo. Se debe observar que Pablo no dice nada que se puede interpretar como aprobación de la práctica. Pero si no habrá resurrección, no hay por qué hacerlo. Posiblemente el apóstol está enfrentado a los herejes en su propio terreno. Ellos negaban la resurrección, pero realizaban un rito que carecería de sentido si su postura era acertada. (b) Algunos opinan que se trata de lenguaje militar, dando a entender que en su bautismo los recién bautizados estaban tomando el lugar de creyentes que habían muerto en el conflicto, como si fuera. ¿Qué beneficio habría en reemplazar los soldados en una batalla, si el único desenlace va a ser la derrota y muerte? (c) Puede referirse al sentido simbólico del bautismo. El bautismo manifiesta la muerte, sepultura y resurrección con Cristo, Romanos 6.1 al 7. Pero si no hay resurrección, entonces el bautismo pierde algo de su significado. En tal caso podría significar solamente la muerte y sepultura. ¿Qué harán aquellos que se bautizan como personas muertas si no hay resurrección? La (a) es aceptable gramáticamente pero la (c) parece la más aceptable doctrinalmente. 15.31 cada día muero ... Pablo caminaba las calles de Éfeso cada día con la posibilidad de ser víctima del cuchillo de algún asesino. Su vida estaba a riesgo hora tras hora. ¿Qué fin había en todo esto si no había una resurrección por delante? Nada se dice en Hechos de los Apóstoles de algo como lo descrito en el versículo 32 acerca de batallar contra fieras, pero puede haber allí un eco de 2 Cor. 1.10, “el cual nos libró, y nos libra ...” Al visitar yo en Éfeso, el guía me llevó a lo que se dice era la cárcel del apóstol Pablo, ubicada a una cierta distancia al oeste de las ruinas sobre una pequeña colina. En Izmir conversé con algunos arqueólogos que se ocupaban en la excavación de cerámica y me 157 contaron una tradición de que Pablo había sido encarcelado con fieras. ¿Será ésta “la gran muerte” de la cual fue librado? Sea como fuere, es evidente que Pablo no está hablando metafóricamente aquí al considerarse muerto al pecado. Sin embargo, la referencia a fieras sí puede ser metafórica. 15.33,34 No erréis ... No se engañen. Una doctrina errónea en cuanto a la resurrección les haría mal moralmente, conduciendo a un concepto materialista de la vida. Por esto en el versículo 34 él habla “para vergüenza vuestra”. En 4.14 había dicho que no escribía para avergonzarles y en 6.5 para sí hacerlo. Con el sonido cierto de una trompeta, 14.8, les llama a despertarse. Fue un día triste para Sansón cuando durmió con la cabeza sobre las rodillas de Dalila, Jueces 16.19,20, y se despertó sin saber que “Jehová se había apartado de él”. Fue un día triste cuando Jonás tuvo que ser despertado por marineros que no conocían a Dios. Fue un día triste cuando las vírgenes insensatas supieron que no les quedaba tiempo para salir a comprar aceite. Encontramos tres razones para despertarse. Son la venida del Señor, el interés por los que no conocen a Dios y el peligro de conformarse al mundo Es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos, Romanos 13.11 Velad debidamente, y no pequéis; porque algunos no conocen a Dios , 1 Cor. 15.34 Despiértate, tú que duermes, y levántate de los muertos, y te alumbrará Cristo, Efesios 5.14 Aquellos que niegan la resurrección habían hecho ver su ignorancia de Dios y de su poder. Fue para su vergüenza. “Erráis, ignorando las Escrituras y el poder de Dios”, Mateo 22.29. Vemos el enlace vital entre la doctrina y la práctica, o, como lo expresa la epístola a Tito, entre la doctrina y la piedad. En la sección de la Epístola que hemos repasado hasta aquí el apóstol condena la levadura de los fariseos, o el modernismo; la levadura de los fariseos y su idea de contar con alguna prioridad en el arrebatamiento, versículo 23; y finalmente la levadura de Herodes, que es el materialismo, versículo 32. 15.35 al 49 ¿Cómo resucitarán los muertos? Los versículos 35 al 44 tratan de la naturaleza del cuerpo resucitado y la analogía de la naturaleza. El escéptico piensa que su pregunta y problema, “¿Con qué cuerpo vendrán?”, no admiten respuesta. Él quería dejar en lo ridículo la enseñanza acerca de la resurrección de los muertos. De una vez Pablo tilda semejante razonamiento como insensatez, y el que pone tal objeción como un necio. Él apela a la naturaleza para una analogía, y pide que se considere el maravilloso proceso de muerte y resurrección al sembrar una semilla. Después de la muerte ella recibe vida y un cuerpo, 15.36 al 38. “Si el grano de trigo no cae en la tierra y muere, queda solo; pero si muere, lleva mucho fruto”, Juan 12.24. Ellos sabían esto, pero estaban ciegos a su significado. Del reino vegetal él pasa al animal y luego al celestial. “Lo que tú siembras”, versículos 36 y 37, tiene a la vista el reino vegetal y hay tres ideas Es sólo después de muerte que Dios vivifica. El cuerpo que se siembra es mero grano y se disuelve. Una vez vivificado, no es el mismo cuerpo que se ve; los dos cuerpos son idénticos pero diferentes. En el ejercicio de sus propios poderes soberanos, Dios da a cada semilla su propio cuerpo. La comparación entre esto y la resurrección del cuerpo se hace en los versículos 42 al 44. 15.39 No toda carne ... Él procede a considerar el reino animal. Hay una diferencia esencial entre los cuatro tipos de carne mencionados. Incidentalmente, esto hace ver la falsedad de la evolución. Dios ha hecho de una sangre todas las naciones, de manera que no 158 es posible diferenciar entre la sangre de una raza y otra, pero la de bestias, peces y aves es de otra índole. Cada cual ha sido dotado de un tipo de carne apropiada a sus propios requerimientos y su respectivo reino en esta creación. De la misma manera Dios le dará al creyente un cuerpo apropiado al reino divino en la resurrección. 15.40,41 hay cuerpos celestiales ... Se hace un contraste entre el reino terrestre y el celeste a la luz del hecho de que cada cual participa de un tipo particular de gloria. La diferencia entre la gloria de la una y de la otra no es una de grado sino de género. La misma diferencia la hay en las estrellas; la gloria de la una difiere del tipo de gloria de la otra. 15.42 al 44 Así también es la resurrección Sepultar el cuerpo del creyente se asemeja a sembrar una semilla. Cuatro veces leemos “se siembra” y se ofrecen tres descripciones gráficas de la condición del cuerpo en muerte. Se siembra en corrupción, deshonra y debilidad. Además, se siembra cuerpo natural, a saber, un cuerpo apropiado para la presente existencia terrenal. Todos estos detalles están en contraste con lo que habrá. El cuerpo resucitado será incorruptible, será levantado en gloria y en poder, un cuerpo espiritual adaptado al reino celestial y espiritual. Todo esto amplifica las palabras del versículo 37, “lo que siembras no es el cuerpo que ha de salir”. Es una realidad gloriosa. 15.45 también está escrito ... Aquí el apóstol traza una analogía de la Escritura. De los argumentos basados en el proceder soberano de Dios en la creación él hace un contraste entre Adán y Cristo. Adán es el primer hombre, así que nunca hubo una raza pre-adánica. Habrá un tercer hombre, el hombre de perdición, pero en la misericordia de Dios él no encabezará una raza. Cual postrer Adán, Cristo es la cabeza de una nueva creación. Se debe notar el contraste Adán fue creado. Dios sopló en sus narices el soplo de vida; hasta ese momento él no había existido pero ahora era un ser. En su creación él fue hecho alma viviente. Era terrenal, hecho del polvo y destinado a volver al polvo una vez que había pecado. Habiendo sido hecho alma viviente, y su cuerpo formado de la tierra, se habla de él como “natural”. Cristo, en cambio, es Del cielo, no de la tierra, terrenal. Era eternamente preexistente. Su nacimiento no fue el comienzo de su existencia; Él era de lo eterno. En humanidad es espíritu vivificante. “Como el Padre levanta a los muertos, y les da vida, así también el Hijo a los que quiere da vida. El pan de Dios es aquel que descendió del cielo y da vida al mundo”, Juan 5.21, 6.33,39, etc. Dijo, “Me preparaste cuerpo”, Hebreos 10.5. Él estaba en semejanza de carne de pecado, pero su cuerpo libre de la ley del pecado en sus miembros, y por esto su cuerpo no vio corrupción. Se habla de Él como espiritual en contraste a natural. Esto se refiere a su estado en resurrección. Toda la humanidad participa de estas características de Adán; llevamos su imagen. De la misma manera aquellos que son de Cristo están destinados en el propósito de Dios a llevar la imagen suya. El orden histórico es muy claro; primero, lo natural en creación y luego lo espiritual. Es Cristo en resurrección que introduce la nueva creación. 159 C. La transformación de los vivos 15.50 Pero esto digo ... Él reconoce que ni los vivos ni los muertos pueden heredar el reino de Dios. Aquí “el reino de Dios” se interpreta como una referencia al estado eterno de gloria mencionado en los versículos 24 y 28. “La carne y la sangre” se refiere a los vivos y “la corrupción” a los muertos. Los cuerpos que tenemos ahora, adaptados a nuestra existencia en la tierra, no son aptos para una existencia en la esfera celestial. Él no intenta resolver el problema por una analogía, ni de la naturaleza ni de la Escritura, sino que divulga un misterio, a saber, una verdad antes desconocida; compárese 1 Tesalonicenses 4.15, “os decimos esto en palabra del Señor”. Esto está en contraste con la cena del Señor, 11.23, y el evangelio, 15.1, que dice haberles entregado. Compárese con otros misterios, en particular la ceguera de Israel en Romanos 11.25 y la Iglesia como cuerpo de Cristo en Efesios 3.3 al 9. 15.51 No todos dormiremos ... O sea, todos no van a morir. El sueño es la manera normal por la cual él habla de la muerte del creyente. Es evidente por Daniel 12.1,2 que el término aplica al cuerpo y no al alma. No es bíblica la teoría del sueño del alma. El creyente va a estar con Cristo, lo cual es marcadamente mejor, Filipenses 1.21 al 23. 15.51 todos seremos transformados Esto abarca tanto a quienes viven como a quienes han muerto, aunque la palabra transformados se emplea más específicamente con referencia a los vivos. El acontecimiento que marca un hito y efectuará este cambio es la venida del Señor, 1 Tesalonicenses 4.13 al 16; “Gemimos dentro de nosotros mismos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo”, Romanos 8.23. “La final trompeta” es la misma que se menciona en 1 Tesalonicenses 4.16 como “trompeta de Dios” y no es de confundirse con las trompetas de Apocalipsis 8.6 y Mateo 24.31, las cuales harán sonar ángeles. 15.52 los muertos serán resucitados En el versículo 23 estos se limitan a “los que son de Cristo”, y 1 Tesalonicenses 4.16 habla de “los muertos en Cristo”. Entonces los creyentes vivos serán transformados. Este evento y este orden fueron previstos en las palabras de Jesús a Marta, “Yo soy la resurrección y la vida”, Juan 11.25,26. Para los unos Él será la resurrección y para los otros la vida. Las palabras en Juan, “el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá", y “todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente”, prevén la revelación dada a través de Pablo. Pero el Evangelio de Juan fue escrito mucho antes de esta epístola; las palabras de Pablo corroboran las del Señor. “El que cree en mí” dejan en claro más allá de duda que una genuina fe en Cristo es el único requisito para participar en el arrebatamiento. 15.52 en un momento ... Será el lapso de tiempo más breve posible, “un átomo” de tiempo. Será apenas un abrir y cerrar de ojos. Esta transformación no será sólo en un momento, sino en el mismo momento para todos los afectados, a la final trompeta. Compárese Números 10.5,6, “Cuando tocares alarma, entonces moverán los campamentos ...” Esto deja afuera de un todo la teoría de un rapto parcial, a saber, la idea que algunos cristianos tomarán precedencia sobre otros en el arrebatamiento, logrando algo más que ellos. Será el cumplimiento de escrituras proféticas, como Isaías 25.8, “Destruirá a la muerte para siempre; y enjugará Jehová el Señor toda lágrima de todos los rostros”; y Oseas 13.14, “Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol”. Ahora en el versículo 55, “¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” puede ser la exclamación triunfante de los resucitados, y “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón?” puede ser la de los que han sido transformados. Ambos grupos se unirían al proclamar, “Sorbida es la muerte en victoria”. Lo corruptible y lo mortal representan las mismas dos compañías, los muertos y los vivos. 160 Nada se dice en el sentido que los muertos sean de un determinado período histórico, de manera que entendemos que se incluye a aquellos de Hebreos capítulo 11. Ellos y nosotros seremos perfeccionados juntamente, “proveyendo Dios alguna cosa mejor para nosotros, para que no fuesen ellos perfeccionados aparte de nosotros”, Hebreos 11.40. La muerte es un enemigo malicioso y maligno, como una culebra viciosa. Su picadura dolorosa es el pecado. Es por sus colmillos envenenados que se teme tanto a la cobra, y si no fuera por el pecado, la muerte no guardaría ningún terror. Para el creyente la picadura ha sido quitada, y lo que le da su potencia, la ley, ha sido satisfecho plenamente en la muerte de Cristo. En su muerte la pena ha quedado satisfecha, “porque el fin de la ley es Cristo, para justicia a todo aquel que cree”, Romanos 10.4. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición”, Gálatas 3.13. Por lo tanto el creyente se regocija con el don de la victoria sobre tanto el pecado como la muerte por medio de Jesucristo. El versículo 57 emplea su título entero, “nuestro Señor Jesucristo”, en reconocimiento del triunfo. Obsérvese que se hace mención del último que le vio en resurrección, versículo 8; del postrero Adán, versículo 45; y de la trompeta final, versículo 52. 15.58 Así que, hermanos míos ... El lenguaje es cariñoso. Él insta a una estabilidad de corazón, un ánimo único y un servicio proactivo, sabiendo que a la luz de la gloria futura su labor no carecería de fruto; compárese el versículo 14. Más bien, ella daría fruto ahora y traería galardón más adelante. 7. La asamblea cristiana y su responsabilidad capítulo 16 A. Responsabilidad hacia los creyentes pobres Compárese la ofrenda a Jehová en Éxodo 35.21 al 24. 16.1 la ofrenda para los santos ... La colecta para los santos es la misma que la de Romanos 15.26, 2 Cor. 8.1, 9.1, Hechos 24.17. Fue realizada en beneficio de los pobres en Jerusalén, Gálatas 2.10. El apóstol recogía de esta manera para los necesitados, pero nada leemos de hacer saber sus propias necesidades ni de una colecta organizada para los predicadores o la obra del evangelio. La mención del “primer día de la semana” es evidencia significativa de que los cristianos observaban aquel día, o se reunían en aquel día. El primer día de la semana, reunidos los discípulos para partir el pan, Pablo les enseñaba, Hechos 20.7 Yo estaba en el Espíritu en el día del Señor, Apocalipsis 1.10 Cuando llegó la noche de aquel mismo día, el primero de la semana, ... los discípulos estaban reunidos ... Ocho días después, estaban otra vez sus discípulos dentro, Juan 20.19,26 Era distinto al sábado judaico, y nunca se describe como el sábado. El primer día de la semana conmemoraba la resurrección de Cristo y el día de Pentecostés. El principio rector de su aporte sería la medida de su prosperidad. “... de la abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido”, Deuteronomio 16.10 al 17. Para un ministerio en cuestiones materiales como la disposición de los fondos, la asamblea debería escoger hombres que ha conocido como fieles. El apóstol 161 no aceptaría la responsabilidad solo. “Buscad, pues, hermanos, de entre vosotros a siete varones de buen testimonio ...” Hechos 6.1 al 6. “... evitando que nadie nos censure en cuanto a esta ofrenda abundante que administramos”, 2 Cor. 8.20,21. Pero, al ser necesario, él estaba dispuesto a acompañar a otros. B. Responsabilidad hacia los que se dedican al ministerio Todo este capítulo parece ser como una posdata a la carta. Es a la vez una introducción a la segunda epístola. 16.5 al 9 Pablo y sus viajes: En esto la asamblea tenía una responsabilidad, y los planes del siervo del Señor deben ser siempre “si el Señor permite” y a la luz de las puertas abiertas. 16.10,11 Timoteo: No deberían tenerle en menos; posiblemente se alude aquí a su juventud. Él debería estar entre ellos sin temor. Pablo le da muy buena recomendación. 16.12 Apolos: Aparentemente la asamblea había consultado con Pablo acerca de Apolos. Parece que se estaba usando el nombre suyo como si fuera dirigente de un partido, y él no deseaba visitarles por el momento pero lo haría después de un lapso. Él no quiso que su presencia diera apoyo a algún grupo; Apolos no buscaba lo suyo propio. Las palabras de Pablo hacen ver que tenía plena confianza en este hombre y que le consideraba un consiervo, no un subalterno. 16.13 al 18 Estéfanas, Fortunato y Acaico: Los santos deberían someterse a Estéfanas y a todos de su timbre. Los otros dos tenían un ministerio refrescante, como el rocío y la lluvia. La asamblea debería reconocer esto. 16.19 Aquila y Priscila eran una pareja fiel. Estaban en Corinto en la primera visita de Pablo y gozan de un lugar envidiable en el registro del Nuevo Testamento Halló a un judío llamado Aquila, natural del Ponto, recién venido de Italia con Priscila su mujer ... después se despidió de los hermanos y navegó a Siria, y con él Priscila y Aquila, Hechos 18.2,19. Saludad a Priscila y a Aquila, mis colaboradores en Cristo Jesús, Romanos 16.3 Saluda a Prisca y a Aquila, 2 Timoteo 4.19 La asamblea en Éfeso, de donde Pablo escribía esta carta, se reunía en el hogar de ellos. De esta manera se resolvía el problema de lugares de reunión en los días apostólicos. La práctica tiene ventajas evidentes; evita la centralización y la erogación de sumas grandes en edificios prestigiosos. 8. Conclusión 16.22 al 24 Antes de poner su pluma a un lado Pablo expresa una advertencia solemne. La prueba ácida de la experiencia cristiana es un amor verdadero y genuino por el Señor Jesucristo. Quien no lo tenga, que sea maldito, anatema. Maranata es otra palabra que figura sin traducción, aparentemente parte del vocabulario de los cristianos primitivos. Significa, “Que venga el Señor”, o “El Señor viene”. Es la última referencia en esta epístola a la venida del Señor. Desde el comienzo y en relación con todo tema que trata el apóstol él ha puesto la venida ante la atención de la asamblea. Sería aceptable decir que ocupa un lugar céntrico de importancia en 1 Corintios. Para el inconverso es un acontecimiento a ser temido, un día de remordimiento. Ser maldito en su 162 venida significará ser consignado al lago de fuego. El escritor concluye con una oración de gracia sobre los creyentes corintios, y una afirmación de su amor para todos ellos. Este hilo también se encuentra a lo largo de la epístola. 163 Comentario conciso sobre 2 Corintios J.M. Davies; Bombay, India; 1960 Traducción de la segunda parte del libro The Epistles to the Corinthians, a concise commentary; publicado por Gospel Literature Service, Bombay, 1975. Contenido Introducción a las dos epístolas Un análisis de 2 Corintios 1. Salutación 1.1,2 2. El ministro y sus motivos La integridad de Pablo capítulos 1 y 2 El ministro y su ministerio de salvación El ministerio de Pablo capítulos 3 al 7 El ministro y su ministerio al pueblo de Dios Pablo y su amor capítulos 8 y 9 El ministro y los ministros de Satanás Pablo y su gloria capítulos 10 al 13.10 Admonición y bendición Pablo y la Trinidad 13.11 al 14 3. 4. 5. 6. Introducción a las dos epístolas La ciudad de Corinto está ubicada en el estrecho istmo que une lo que era la provincia griega de Acaya con el resto del país. Era la capital de aquella provincia. Destruida en el segundo siglo antes de Cristo, fue reconstruida por Julio César como colonia romana. Debido a su ubicación estratégica, era importante en lo militar. La fuerte de Corinto, el Arcocorintius, estaba a una altura de 600 metros y protegida en todas sus vías de acceso. Los barcos navegaban desde el este hasta el cercano puerto de Cencrea y desde el oeste hasta Corinto por su golfo. La fuente de Peirene surtía agua en abundancia. Corinto llegó a prosperar como centro importante de comercio mediterráneo y contaba con una población de romanos, griegos y judíos. Los juegos del istmo, a los cuales se aluden en la primera epístola, atraían a muchos. Eran notorias la idolatría y lascivia. Se dice que mil devadasis (“vírgenes” o prostitutas del templo) estaban al servicio de los forasteros en el 164 templo de Apordite. Se consideraba la fornicación como un acto de consagración a la diosa en vez de uno de profanación del cuerpo. Corinto era la Sodoma del Mar Egeo. La ciudad antigua es hoy día una aldea de quinientos habitantes. Al visitarla en 1952, vi en el pequeño museo los restos excavados de la adoración fálica, parecidos a los que había visto en Benares en 1950. Se registra dos visitas del apóstol Pablo a la ciudad, y él alude a una posible tercera visita, 2 Cor. 13.1. En la primera, Hechos 18.1 al 17, se quedó por dieciocho meses o más. “Muchos de los corintios, oyendo, creían y eran bautizados”. La segunda fue por tres meses. Se da pocos detalles, pero es evidente que no fue placentera, 2 Cor. 2.1, etc. Es difícil determinar si se realizó la tercera visita. En la asamblea en Corinto había judíos, entre ellos Aquila, Priscila, Crispo y Sóstenes, pero la mayoría eran gentiles o de entre los gentiles. Nombres como Erasto, Quarto y Gayo señalan antecedentes romanos. Antes de convertidos, se habían extraviado en una vil idolatría, 1 Cor. 12.2. No había en la congregación mucha gente de cultura; no muchos sabios según la carne, ni poderosos, ni nobles; 1.26 al 28. En lo moral, muchos habían sido de los peores, 6.9 al 11. Con el fin de desinflar su orgullo, el apóstol tuvo que recordarles de estas cosas. Su soberbia había concebido contienda y un espíritu partidista; véase Proverbios 13.10. Este estado de cosas impidió su desarrollo espiritual; 3.1 al 4. Además de ser niños y de orientación carnal, eran fáciles de engañar, 6.9, 15.33, 2 Cor. 11.3,4, y llevados por dondequiera de todo viento de doctrina, Efesios 4.14, incapaces de discernir los valores relativos de los dones y su uso, o del mayor valor de la gracia. Un análisis de 2 Corintios Pablo escribió la Epístola cuando estuvo en Macedonia, 1.16, 2.13, 7.5, posiblemente en Filipos y probablemente dentro de un año de haber escrito 1 Corintios. Timoteo había sido enviado a Corinto antes de que Pablo había escrito 1 Corintios, 1 Cor. 4.17, pero parece que la carta ha podido llegar antes de él, 1 Cor. 16.10, “si llega Timoteo”. El apóstol visitó la ciudad, Hechos 20.3, después de 1 Corintios y antes de 2 Corintios, cosa que se desprende al comparar 2 Cor. 13.1 con el 2.1. Sin embargo, es difícil hablar con certeza de los viajes de Pablo en esa época. Hechos de los Apóstoles no registra todos, como se ve al leer 2 Cor. 11.23 al 26. En 2 Corintios el apóstol alude a una carta que envió por intermedio de Tito, la cual le entristeció. Por un tiempo se arrepintió de haberla escrito, 7.8. Difícilmente ha podido ser la carta que conocemos como 1 Corintios. Parece que durante su segunda visita algunos le habían causado gran pesar, cuestionando su apostolado y motivos y buscando socavar su ministerio. Aparentemente había entre sus calumniadores un individuo en particular que había sido reprendido y disciplinado por “los muchos”, consecuencia de la carta enviada con Tito. Esto había resultado en su restauración y confesión de haber actuado mal contra el apóstol, 2 Cor. 2.5 al 10. También se acusaba al apóstol de debilidad e inconstancia por el hecho de no haber cumplido su promesa de visitarles de nuevo. Él responde a estas acusaciones. Nuestro parecer es que el apóstol dirigió cuatro cartas a los cristianos en Corinto. Se refiere a 165 la primera en 1 Cor. 5.9, “Os he escrito por carta”. La segunda la conocemos como 1 Corintios. Luego hubo la carta severa que envió con Tito, 2 Cor. 2.9, 7.8. Por último hay la que conocemos como 2 Corintios. Esta Epístola es complemento a 1 Corintios. En ella se considera al siervo de Dios en relación con la asamblea. Como en el libro de Números se presenta el campamento y los levitas, así en estas dos epístolas se da instrucción sobre la asamblea y su orden, y sobre el ministro y su ministerio. Se habla del ministro del nuevo pacto, 3.6; ministro de Dios, 6.4; y de Cristo, 11.23. Se resume lo que aprueba y lo que desaprueba a uno como siervo. Siete veces encontramos en esta epístola la palabra encomendar, 3.1, 4.2, 5.12, 10.12,18, 12.11; dos veces recomendación, 3.1; aprobado dos veces, 6.4, 7.11. Es una de las palabras clave de la carta. Al invertir el orden de las palabras, hay un cambio de énfasis que resulta llamativo. En 5.12 y 10.12 se habla de los que se recomiendan a sí mismos y en el 3.1 el escritor pregunta si “comenzamos otra vez a recomendarnos”. En estos pasajes es la recomendación propia que el escritor tiene en mente. Es cosa reprochable y señal de falso profeta. Por lo contrario, el apóstol se encomendó a sí mismo en 4.2 y 6.4 por su conducta para que su ministerio no fuese vituperado. El Señor aprueba a los tales, 10.18. delante de Dios Los versículos donde figura esta expresión evidencian la transparencia de la vida privada del apóstol, 4.2, su predicación, 2.17, su cuidado pastoral, 2.10, 7.12, 12.19, y su manejo de dinero (“hacer las cosas honradamente”). Él andaba como delante del Señor. según la carne Sus propósitos y planes, 1.17, su estimación de los demás y del Señor, 5.16, y las armas de su milicia, 10.3, no eran según la carne en su origen y carácter. nosotros No confiar en nosotros mismos, 1.9; No somos competentes por nosotros mismos, 3.5; No nos predicamos a nosotros mismos, 4.5; No nos gloriamos en nosotros mismos, 10.13; Nos recomendamos a toda conciencia, 4.2. Tomado en conjunto, todo esto fija un estándar muy alto para el siervo de Dios. Por lo tanto no es sorprendente que a lo largo de la Epístola hay muchas referencias al Señor Jesús en su senda de servicio. El Señor es el siervo ejemplar, y bien podría emplear como título aquí las palabras de Isaías 42.1: “He aquí mi siervo”. La Epístola comienza con una referencia al Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo y luego leemos de los sufrimientos de Cristo, 1.5; su grato olor ante Dios, 2.15; la muerte de Jesús, 4.10; la vida de Jesús, 4.10; el amor de Cristo, 5.14; la gracia de nuestro Señor Jesucristo, 8.9; la mansedumbre y ternura de Cristo, 10.1; la obediencia a Cristo, 10.5; y el poder de Cristo, 12.9. La carta es la más personal de todas las de Pablo. Es casi una autobiografía. Hay partes donde late de emoción y vibra de intensidad. Hay trozos algo extensos donde el autor divaga, como por ejemplo cuando habla de su encuentro con Tito. Lo menciona en el 2.3 pero realmente no abunda sobre el punto hasta 7.5 al 16. Por lo tanto, no es fácil analizar la Epístola, pero se perciben tres secciones: El siervo y su servicio en los capítulos 1 al 7 El siervo y los santos, capítulos 8 y 9 El siervo y las falsificaciones, capítulos 10 al 13 Ofrecemos como un análisis más extenso: Salutación El ministro y sus motivos El conflicto en Asia La conducta de Pablo en el pasado 1.3 al 11 1.12 al 22 166 El cuidado de Pablo por ellos El ministro y su ministerio de salvación Exposición sobre el ministerio de Pablo El ministerio de santificación Pablo y su consolación El ministro y su ministerio al pueblo de Dios La gracia de las iglesias de Macedonia La gracia del Señor Jesucristo La gracia en Tito y otros La gracia en los corintios El ministro y los ministros de Satanás Pablo se defiende Pablo se preocupa Pablo y su apostolado Pablo advierte de nuevo 1.23 al 2.17 3.1 al 6.10 6.11 al 7.1 7.2 al 16 8.1 al 5 8.6 al 15 8.16 al 9.5 9.6 al 15 capítulo 10 capítulo 11 12.1 al 19 12.20 al 13.10 1. Salutación 1.1,2 El apostolado de Pablo era según la voluntad de Dios, como en 1 Cor. 1.1. Timoteo había salido para Corinto antes de la preparación de 1 Corintios y el escritor temía por su recepción, 1 Cor. 4.17, 16.10,11. Parece que no fue alentadora la noticia que trajo al regresar a Éfeso. 1.1 en toda Acaya El evangelio había penetrado toda la provincia de Acaya; sabemos que había una asamblea en Cencrea, Romanos 16.1. La epístola no era una carta privada a la asamblea en Corinto. 1.2 Gracia y paz ... Nuestra nota sobre 1 Cor. 1.3 reza: Esta salutación se encuentra en casi todas las epístolas. Expresa el deseo por su legítima prosperidad espiritual, especialmente en cuanto a su vida colectiva y testimonio. La gracia nos introduce a todas sus compañeras, como la verdad, Juan 1.17, súplica, Zacarías 12.10, apostolado o servicio, Romanos 1.9, y gloria, Salmo 84.12. El Padre y el Hijo se invocan conjuntamente, indicio del reconocimiento apostólico de la igualdad entre ellos. 2. El ministro y sus motivos La integridad de Pablo, capítulos 1 y 2 En la primera epístola el apóstol habló de su deseo y sus planes tentativos de pasar el invierno con ellos, 1 Cor. 16.5 al 7. El hecho de que no lo hizo condujo a acusaciones de parte de sus opositores contra él de inestabilidad e insinceridad. Él responde extensamente. A. El conflicto en Asia, 1.3 al 11 1.8 fuimos abrumados sobremanera ... Esta es la primera de cinco secciones en la epístola que tratan de la aflicción; hay también 4.8 al 18, 6.4 al 10, 11.23 al 33 y 12.7 al 10. Hechos de los Apóstoles no la relata. 167 Cualquiera que haya sido la naturaleza de este sufrimiento que se menciona en estos versículos, era inesperado y severo. La muerte parecía inevitable. Las palabras “tan gran muerte” aportan un carácter singular y conmovedor. Él describe su salvación de esta aflicción como “el don concedido” por medio de las oraciones de ellos. Compárese Hechos 12.11, “el Señor ha enviado su ángel”. En aquella ocasión especial de padecimiento él era como una bestia de carga anonadada por un peso que no podía llevar. El tumulto de Hechos 19 parece insuficiente para lo que se describe aquí. La aflicción y el sufrimiento, y el consuelo o estímulo, se enlazan en estos versículos de apertura. La aflicción fue una participación en los padecimientos de Cristo, 1.5. Él experimentó en ella el consuelo fortaleciente de Dios por medio de Cristo, 1.5. La manera en que pudo aguantarla fue un ejemplo y estímulo a otros, 1.6. Por estas tribulaciones Él llegó a conocer a Dios como el Padre de misericordias, el Dios de toda consolación, 1.3, y el Dios de la resurrección, 1.9. De esta manera se enriqueció su propio ministerio, 1.4, por cuanto pudo administrar consuelo a otros. Su sufrimiento dio a otros un incentivo a orar, 1.11. Y la gracia de Dios que sustenta y libera condujo a las acciones de gracias. Por esto la sección comienza y termina con esta nota de alabanza al “Dios y Padre ...”, 1.3. Compárense “Bendito [sea] el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo” en Efesios 1.3, 2 Cor. 11.31 y 1 Pedro 1.3. El Señor Jesús es el Hijo del Padre desde la eternidad, y en su encarnación se hizo siervo, Filipenses 2.5 al 7. B. La conducta de Pablo en el pasado, 1.12 al 22 1.12 con sencillez y sinceridad ... Él se gloriaba en el testimonio de su conciencia en cuanto a su conducta cuando estaba entre ellos. Fue “con sencillez”. No había duplicidad en él; no decía una cosa cuando quería decir otra. Si la palabra debería ser “santidad”, como en algunas traducciones, corresponde con lo que dice en 1 Tesalonicenses 2.10, “cuán santa, justa e irreprensiblemente”. Fue “con sinceridad”, así como su predicación, 2.17. No tenía mancha ni rendija al ser examinada a la luz del sol; compárese con 1 Cor. 5.8, “... con panes de sinceridad y de verdad”. Él no se conducía conforme a una sabiduría carnal. No se rebajaba a la zorrearía, ni se valía de la lisonja para encubrir celos. Él no había sido guiado por algún motivo de interés propio, sino energizado por la gracia de Dios. 1.13 os escribimos ... Pablo no escribió como para ser entendido por algo entre líneas, cosa común en nuestros tiempos. Su mensaje no fue algo diferente a como les escribía. O quizás el pasaje aquí quiere decir que les había escrito solamente las cartas que eran para lectura ante toda la congregación. Había ciertos asuntos que ellos reconocían como hechos reales, y él esperaba que los reconocieran como tales hasta el fin, y de una manera más amplia. Entonces, “en el día del Señor Jesús”, al tribunal de Cristo, habría regocijo mutuo, 1 Cor. 1.8. 1.15 Con esta confianza ... En esta confianza en cuanto a su actitud, que ellos reconocían su sinceridad, él proponía visitarles (“confiando en vosotros todos”, 2.3; “tengo confianza en vosotros”, 7.16). No había insinceridad en este propósito; él deseaba tan sólo bendición espiritual para ellos. Las palabras “una segunda gracia” no deben ser entendidas como ilusión a alguna segunda bendición. Conforme a su plan, visitaría dos veces, tanto en la ida a Macedonia como en la venida. De esta manera ellos tendrían el placer de dos visitas con sendas oportunidades para recibir su ministerio y de ayudarle en su viaje a Judea. 1.17 ¿usé acaso de ligereza? El apóstol afirma resueltamente que había considerado debidamente este propósito de efectuar dos visitas. No vacilaba. No decía sí y luego no. Dios es fiel y veraz en sus promesas, y por lo tanto Pablo como siervo suyo tenía la plena expectativa de cumplir con lo que proponía. 168 Dios es el Dios del Amén, Isaías 65.16. [“el Dios amén”, Vulgata de Scío] Las promesas del Antiguo Testamento se dividen en dos categorías. Hay aquellas que se le hicieron en su calidad de Hijo; p.ej. Salmo 2.8, “te daré por herencia a las naciones”. Y, hay aquellas que serán cumplidas en y por Él, específicamente en su encarnación y resurrección. El cumplimiento de estas promesas dependía de la obediencia del Hijo, como se ve en “He aquí, vengo ...” Su Sí, 1.17, era sin calificativo ante todas las promesas y los propósitos de Dios. Por medio de Él son Amén para la gloria de Dios, por nosotros y nuestra aceptación del evangelio y apropiación de las promesas. Un predicador, o unos predicadores, de semejante mensaje tocante a tales promesas no podría ser meramente un “sí/no”. No debe vacilar. 1.21 el que nos confirma ... El apóstol deja en claro que todas las cosas son de Dios y la salvación es del Señor. En 1.21,22 describe o menciona cuatro facetas de la experiencia cristiana— (i) Él era establecido o confirmado “en Cristo”, o según Colosenses 2.7, “en la fe”, y Hebreos 13.9, “con la gracia”. Es Dios quien puso nuestros pies sobra la roca. Samuel “era establecido por profeta de Jehová” [Versión Moderna] y así también Pablo. Esta confirmación, en contraste con las tres que siguen, era un proceso continuo. (ii) Fue ungido. Como Aarón y su familia, fue consagrado a un ministerio sacerdotal. Entendemos por 1 Juan 2.27 que el Espíritu Santo es en sí el ungimiento, “la unción que vosotros recibisteis de él permanece en vosotros”. (iii) Fue sellado. “... fuisteis sellados con el Espíritu Santo de la promesa”, “... con el cual fuisteis sellados para el día de la redención”, Efesios 1.13, 4.20. El sello es el Espíritu Santo. Significa posesión por Dios por medio de la redención; seguridad, Daniel 6 y Mateo 27; y la legitimidad del artículo vendido. (iv) Las arras. “... Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu”, 2 Cor. 5.5; “... el Espíritu Santo de la promesa, que es las arras de nuestra herencia”, Efesios 1.14. El don del Espíritu es lo que hemos recibido como anticipo de la herencia. Es una cuota inicial antes del evento. Así se hablaba del aro del desposorio. Por lo tanto el futuro es seguro. C. El cuidado de Pablo por ellos, 1.23 al 2.17 1.23 yo invoco a Dios ... En 1 Cor. 4.19 se menciona el habla de aquellos que andaban “envanecidos”, aparentemente con respecto al apóstol, atribuyéndole motivos carnales. Decían que era o inestable o temeroso. Pablo no deseaba visitarles con “una vara”, a saber, con miras a una severa acción disciplinaria. Por esto decidió no ir, librándoles de esta experiencia. Él invoca a Dios como testigo de la veracidad de esta afirmación. Hay términos parecidos en el contexto de su ejercicio en oración, Romanos 1.9; su vida en privado y sus motivos, 2 Cor. 1.23; su cuidado pastoral, Filipenses 1.8; su vida pública, 1 Tesalonicenses 2.5; y sus persecuciones y el registro de las mismas, 2 Cor. 11.31. Les asegura que no desea ejercer dominio sobre su fe. En cuestiones de fe ninguno puede intervenir entre otro y Dios. Ninguno puede obligar a otro a creer; es un poder investido en tan sólo el Espíritu Santo. Además, Pablo tenía la confianza que ellos estaban firmes en la fe, pero las palabras “por la fe estáis firmes” pueden referirse a su responsabilidad particular en esta cuestión. Él deseaba ser colaborador de ellos promocionando su auténtico gozo, tanto colectiva como individualmente, y en particular la primera. Para otros ejemplos de esta 169 construcción, “sino ... porque [o su equivalente]”, véase 2.14,17, 3.3,5,6,13 al 18. 2.1 determiné para conmigo Una comparación de los versículos 1 y 2 con 12.14 y 13.1 deja en claro que el apóstol había visitado Corinto por segunda vez y que la visita había sido dolorosa. Fue triste de parte y parte; ellos estaban afligidos, y él también. Por cuanto él había expresado su deseo de promover su felicidad, concluyó que sería imposible hacerlo en vista de las circunstancias que existían. Por esto su reticencia de ir y la decisión de no hacerlo como había propuesto. El único que podía darle a él felicidad ahora le estaba causando tristeza. 2.3 os escribí ... Al decidir no visitarles, él escribió una carta, y aparentemente le encomendó a Tito la responsabilidad de entregarla. Esto se ve por 2.13 y 7.5 al 13. Él afirma que esta carta era una evidencia de su cuidado genuino para con ellos, 7.12, y su amor por ellos, 2.4. Siendo muy humano y sensible, quería evitar una acentuación de la tristeza en otra visita. La carta a la cual se refiere había sido escrita “con muchas lágrimas”, y después él lamentaba haberla redactado. Lo que sabemos de 1 Corintios difícilmente cuadra con esta descripción, aun cuando contiene algunas advertencias solemnes. Se ha perdido la carta en referencia en estos versículos. No fue escrita para herir o entristecer, sino como consecuencia de su profunda preocupación por el bienestar de ellos. 2.5 Pero si alguno ... La disposición de Pablo a perdonarles se presenta como otra evidencia de su amor por ellos. No se nos dice específicamente quién era el ofensor. Muchos consideran que era el hombre culpable de incesto que requería ser entregado a Satanás, 1 Corintios capítulo 5. Se considera que la iniciativa disciplinaria había resultado en un verdadero arrepentimiento, y por lo tanto él debería ser restaurado a la calurosa comunión de la asamblea. Se sugiere que ellos eran igual de culpables como él, habiendo sido tan lentos a restaurarle después de haber sido tan descuidados al no disciplinarle. Pero no parece que “esta reprensión hecha por muchos” en el 2.6 corresponda a los requerimientos para juzgar al culpable en 1 Corintios capítulo 5. El otro criterio es que el ofensor no era el hombre culpable de incesto, sino el que se había opuesto fuertemente a Pablo en la visita mencionada en el 2.1. Esta sugerencia tiene mucho a su favor. Se habla de la ofensa en términos que darían a entender que venía dirigida específicamente contra el apóstol, versículo 5, y fue por esto que él envió la carta severa a la asamblea por medio de Tito, versículo 9. La manera cómo el apóstol habla de perdonar el culpable sugiere que él estaba involucrado personalmente en la ofensa cometida, versículo 10. 2.5 no me la ha causado a mí solo Estas palabras son un tanto difíciles. Pablo desea evitar ser demasiado severo. Él no quería atribuir la ofensa a la asamblea entera, pero 2.9 y 7.7 al 11 sugieren sin duda que la asamblea tenía un solemne deber y debería cumplir con una obligación. Aparentemente no lo había hecho cuando él les visitó. El versículo afirma también que la ofensa no era tan sólo contra el apóstol, sino una falta grave contra la asamblea en conjunto, pero ellos no habían reconocido esto como han debido. Así, hacía falta un perdón de parte de la asamblea. 2.6 Le basta a tal persona No se nos informa cuál fue la modalidad precisa del castigo. Las palabras “hecha por muchos” se entienden y se explican como refiriéndose a la mayoría. Si bien ellas tienen este sentido en algunas partes, como por ejemplo en 1 Cor. 10.5, no es fácil explicarlas de esta manera en 2 Corintios; véase 4.15, “por medio de muchos”, y 9.2, “ha estimulado a la mayoría”. Posiblemente había una minoría que apoyaba [sic] sus criterios y discrepaba con el castigo administrado. Semejante falta de unanimidad en la asamblea suele ser grave en cuestiones de disciplina. 170 Pero el apóstol consideraba que el castigo había sido suficiente en magnitud y severidad. Por esto él les insta a perdonar al individuo, y les ruega que confirmen su amor hacia él, posiblemente por medio de un anuncio público. Obsérvense las palabras perdonar, consolar y confirmar; véase Gálatas 3.15: “Un pacto, aunque sea de hombre, una vez ratificado, nadie lo invalida, ni le añade”. Se veía que la persona estaba realmente arrepentida, ya que parecía estar en peligro de ser víctima de remordimiento, con consecuencias serias. 2.9 para este fin ... Parece que hubo dos propósitos detrás de la carta enviada con Tito. Serviría para probar su obediencia y amor al apóstol, y tenía la intención de realizar a la postre el resultado que al efecto tuvo. Si ellos tendrían a bien perdonar la ofensa del individuo contra la asamblea, el apóstol estaría en gustoso acuerdo, y él perdonaría en presencia de Cristo y por el bien de la congregación. Él ratificaría su indulto en nombre de Cristo, como si fuera. 2.9 Satanás no gane Satanás es el nombre hebreo para adversario. Cinco veces se le menciona en las dos epístolas: 1 Cor. 5.5, 7.5, 2 Cor. 2.11, 11.14, 12.7. Él tiente a pecar, desesperar y alejarse, y desea bofetear a los siervos de Dios. Dios le permite ser un instrumento de disciplina, 1 Cor. 5.5 y compárese Lucas 22.31,32, Job 1.8. Satanás logra la posición ventajosa sobre la asamblea cuando ella deja de restaurar a un creyente arrepentido. Sus maquinaciones quedan reveladas en los registros de la Escrituras, de manera que es tan sólo en la medida que conozcamos las Escrituras que conoceremos las maniobras del Tentador. 2.12 Cuando llegué a Troas En los versículos 12 y 13 Pablo aborda otra evidencia de su cuidado genuino para ellos. Él estaba tan ejercitado acerca del resultado de la misión de Tito que se marchó a Macedonia, donde Tito le encontró, aun cuando se le abrió una puerta en Troas. En otras partes él habla de la puerta abierta: 1 Cor. 16.9, Colosenses 4.3. Las palabras “en el Señor” confirman Apocalipsis 3.8: “he puesto delante de ti una puerta abierta”. 2.14 Mas a Dios gracias ... La sola mención de Tito y de Macedonia abre una compuerta de contentamiento en su alma al recordar la ocasión feliz a la cual él revierte más adelante en el 7.5. Aquí él ve la misión de Tito y su éxito en el contexto más amplio de los triunfos del evangelio de Cristo. Esto se ve por el uso de la palabra siempre. Corinto no era una excepción. Él atribuye el viaje a Macedonia a, como si fuera, haber sido llevado tras el conquistador, aun cuando la demora en el regreso de Tito fue una circunstancia importante en el asunto. Este recuerdo conduce a la adoración y una contemplación del maravilloso carácter y las tremendas consecuencias de semejante ministerio. Se registra un tributo de alabanza parecido en 8.16, 9.15 y 1 Cor. 15.57. El “triunfo” a la vista es el de Cristo, y de Él Pablo era trofeo. Cristo era el conquistador y Pablo fue conducido cual cautivo, pero no en humillación al estilo de lo que hacían los generales romanos en sus procesiones, sino como un participante en el triunfo del evangelio. En su versatilidad el apóstol cambia abruptamente sus metáforas. Él es el cautivo, y de repente es el observador regocijado que flamea el incienso mientras la procesión pasa. Y en seguida es el incienso mismo, el incienso de Cristo. Las tres figuras se refieren a su conversión, su comisión a predicar el evangelio y su conformidad a Cristo en su entera devoción a Dios. 2.15 grato olor de Cristo Se alude al holocausto y la oblación asociada con él; “... Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante”, Efesios 5.2. Esto el apóstol se decía ser, irrespectivo de que el mensaje fuese recibido o rechazado. A los que estaban pereciendo, condenados así a la destrucción, era olor de muerte a muerte, a saber, de su estado de espiritualmente muertos a su muerte eterna. Para aquellos 171 que habían confiado en Cristo como su Salvador y por tanto estaban experimentando el poder salvador de Dios en sus vidas, era olor de vida a vida, a saber de la vida poseída en Cristo al disfrute de la vida eterna en su plenitud; “... habéis sido libertados del pecado y hechos siervos de Dios ... y como fin, la vida eterna”, Romanos 6.22. Un ministerio con consecuencias de tan largo alcance exige una capacitación dada por Dios mismo. Él no era de los “muchos”, los falsos apóstoles a quienes se refiere de nuevo en el capítulo 11, que mercadeaban en un mensaje falsificado. Pedro habla del mismo grupo: “... por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas”, 2 Pedro 2.3. Debemos ejercer cuidado en cuanto a las cartas sobre actividades misioneras, porque podrían ser del mismo carácter, buscando provecho propio para quienes las emiten. El apóstol cierra la sección con lo que es a su vez una introducción a la próxima. Él destaca cuatro puntos acerca de su ministerio Su sinceridad; podría ser probado a la luz del sol. Compárese 1.12, “... con sencillez y sinceridad de Dios ... nos hemos conducido”. El mandamiento de Dios, quien le había comisionado y le había dado un mandato claro. La observación divina; él actuaba a la vista de Dios y en presencia suya. La comunión con Cristo y la supervisión suya. 3. El ministro y su ministerio de salvación El ministerio de Pablo, capítulos 3 al 7 A. Exposición sobre el ministerio de Pablo, 3.1 al 6.10 La palabra traducida ministerio o ministración figura diez veces en la epístola. El apóstol habla de este ministerio como un tesoro en un frágil vaso de barro, 4.7; como una mayordomía, un don que le fue encomendado, 5.18,19; y como una amnistía o ultimátum a ser proclamado, él y sus colaboradores investidos de autoridad y dignidad cual embajadores, 5.20. Era un ministerio del Espíritu, regeneración, 3.6; un ministerio de santidad, justificación, 3.9; de transformación, 3.18; de iluminación, 4.6; de reconciliación, 5.19; de santificación, 4.2; y finalmente de esperanza, 4.14 al 5.10. 3.1 al 5 ¿Comenzaremos otra vez ...? En estos versículos el apóstol sigue trazando la línea de demarcación entre sí mismo y los “muchos” del 2.17. En el 4.2 él va a hablar de las prácticas de ellos como “lo oculto y vergonzoso”. Estos falsos maestros se jactaban de contar con cartas de recomendación, posible y probablemente falsificadas en Jerusalén. Dice sarcásticamente que habían sido escritas con tinta, pero al hablar de su propia epístola él dice que “vosotros, escritos en nuestros corazones”. Parece que estas palabras aluden al ministerio de Aarón, quien llevaba “los nombres de los hijos de Israel en el pectoral de juicio sobre su corazón”, Éxodo 28.29, o tal vez de Moisés cuando en varias ocasiones abogó a favor de Israel. La labor amorosa de Pablo a favor de los corintios era conocida de todos, y todos la leían, 172 pero ellos no eran tan sólo epístola suya, sino epístola de Cristo también, administrada por el apóstol y escrita sobre tablas de carne, los corazones de ellos. Así que el apóstol alude a los corintios de dos maneras. Estaban escritos sobre el corazón de él, y Dios le había usado a él para escribir la verdad del Nuevo Pacto sobre los corazones de ellos, como cumplimiento de Jeremías 31.33: “Daré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón, y yo seré a ellos por Dios, y ellos me serán por pueblo”. Esto fue por medio del Espíritu de Dios. Cuando Apolos había viajado a Corinto, los hermanos escribieron con la exhortación que fuese recibido, Hechos 18.27. Es un ejemplo para nosotros hoy día, un gesto de amor y a la vez un resguardo. Pero a Pablo no le hacía falta tal carta, ni una carta al estilo de las que portaban los falsos maestros. Él despreció la necesidad de tales cartas para sí, porque contaba con algo mejor. En cuanto a su misión y su ministerio, él tenía adentro una profunda convicción delante de Dios por medio de Cristo. Estaba seguro de la validez de su comisión. Junto con esta confianza hacia Dios, él tenía una capacidad recibida de Dios, cosa que no estimaba como una habilidad natural. Era un don de Dios. Por lo tanto, no tenía que dedicarse a la recomendación propia, 3.1. Él se revierte a este tema en el 10.18, “no es aprobado el que se alaba a sí mismo”. Pablo y estos falsos maestros diferían entre sí en su estilo de vida, sus métodos, su mandato y su ministerio. 3.6 al 11 ... asimismo nos hizo ..., Aquí se hace contraste entre los dos ministerios. Los falsos maestros supuestamente eran muy celosos de la ley de Moisés. Por esto Pablo procede a mostrar la diferencia esencial y clave entre el ministerio de la ley y el ministerio del evangelio; o sea, el pacto antiguo, 3.14, y el pacto nuevo, 3.6. La comparación y el contraste pueden ser presentados de la manera siguiente El antiguo era de la letra; el nuevo es del Espíritu. El antiguo había sido escrito y grabado en piedra; el nuevo está escrito en el corazón. El antiguo era un ministerio que mataba, o era de muerte; el nuevo da vida, 3.6,7. El antiguo era un ministerio que fue introducido por una gloria comparativa y temporal, y el carácter pasajero de aquella gloria era indicio del carácter temporal de la ley; el nuevo fue introducido por una gloria excelsa, la cual perdura, 3.7.8. El antiguo pacto condenaba; el nuevo justifica. El antiguo estaba velado: el rostro de Moisés llevó velo; ahora hay la gloria descubierta del rostro de Cristo, 4.6. El Antiguo Testamento estaba velado en el sentido que no se comprendía los libros de Moisés ni las profecías; ahora la palabra de Dios es un espejo que refleja la gloria divina, 3.18. Había un velo sobre los corazones del pueblo bajo el antiguo pacto, 3.14,15; bajo el nuevo, las mentes están iluminadas, 4.6. El santuario según el antiguo pacto contaba con un velo que impedía el acceso, Hebreos 9.8; ahora hay libertad de acceso, 3.7, Hebreos 10.19. El antiguo pacto era un ministerio que se anularía; el nuevo es un ministerio que perdura para siempre. A menudo se dice que había una diferencia entre la ley ceremonial y la ley moral, y que la ceremonial ha sido cumplida en Cristo pero la ley moral el decálogo, o los diez mandamientos está todavía en pie. La Palabra de Dios no las distingue así. Pero aun si admitimos esta diferencia, el apóstol no nos deja con duda a qué se refiere en esta porción. Él alude claramente a “tablas de piedra” y a aquello que estaba “grabada con letras en piedra”, lenguaje que puede referirse tan sólo a los diez mandamientos, 3.7. El término letra y la expresión la letra mata aplican tan sólo a la ley, y no al texto de la 173 Escritura. No es una advertencia a no aceptar o ceñirse a una interpretación literal de lo que la Biblia dice. El ministerio de “la letra” que mataba está ilustrado en los tres mil que murieron en Sinaí cuando se inauguró el Antiguo Pacto, mientras que el ministerio del Espíritu que da vida está ilustrado en los tres mil que fueron salvos en el Día de Pentecostés. En el 3.7 se dice que el rostro del mediador reflejaba la gloria de Dios, y que los hijos de Israel no pudieron fijar la vista en él. De lo dicho en Éxodo 34.30 entendemos que esto se debía a temor y no a una incapacidad física; “la piel de su rostro era resplandeciente, y tuvieron miedo de acercarse a él”. Nada se dice en 2 Cor. 3 en cuanto al fenómeno que acompañó la entrega de la ley como se detalla en Hebreos 12.18 al 21: “al monte ... que ardía en fuego”, etc. El apóstol se limita a la gloria en la faz de Moisés en vista de las lecciones que él deseaba sacar de ella, en contraste con la gloria de Dios resplandeciente en la faz de Jesucristo, 4.6. Lo nuevo se inauguró en una gloria que sobrepasaba la de lo antiguo en tal medida que en comparación lo antiguo no puede ser considerado como una gloria. La gloria de la luna no es nada parecida a la del sol. 3.12 Así que, teniendo ... Desde el 3.12 hasta el 4.6 se contrastan los dos ministros: Moisés y Pablo. La esperanza del apóstol se basa en el carácter duradero de la gloria del Nuevo Pacto. Le permitía hablar con denuedo; él no tenía que cubrir el rostro, como hizo Moisés. Se ofrecen dos razones por lo que Moisés hizo: (i) para que Israel no viera su cara; (ii) para que Israel no viera o se diera cuenta de que se trataba de una gloria perecedera, una que a la postre sería abolida. Este segundo punto se enfatiza en el 3.13. 3.14 al 16 el entendimiento de ellos se embotó ... Aquí el apóstol abre un paréntesis para aplicar la ilustración del velo sobre el rostro de Moisés a la condición actual de la nación y su conversión futura. Por ahora están enceguecidos o endurecidos, Romanos 11.7, de suerte que el velo les queda sobre los libros de Moisés y su contenido cuando ellos los leen. Dice luego que está sobre sus corazones. En ese estado está Israel por ahora. Aquel velo está quitado en Cristo. Es cuando le buscan a Él como su Señor que el velo será levantado. Se basa esto en el hecho de que cuando Moisés entró en la presencia de Dios, él “se quitaba el velo hasta que salía”, Éxodo 34.34. Pablo mismo es una ilustración de esta verdad, y su experiencia predice la de la nación. Compárese Zacarías 12.10 al 14. Es sólo en la medida que veamos a Cristo en el Antiguo Testamento que sus tipos y sus profecías serán entendidos; “las Escrituras ... son las que dan testimonio de mí”, Juan 5.39. 3.17,18 el Señor es el Espíritu ..., Las frases, “el Señor es el Espíritu” y “el Espíritu del Señor” son singulares. Ellas enfatizan la personalidad y la deidad del Espíritu. Tres afirmaciones acerca de Él en este capítulo son en el 3.6 Él da vida; en el 3.17 Él da libertad, a saber, la libertad de la servidumbre de la ley, la libertad de hijos a dirigirse al Padre, Romanos 8.15, Gálatas 4.6; en el 3.18 Él produce la semejanza a Cristo. Nos trasforma a la imagen de Cristo. Del uso de transformar en otras partes se ve que la comunión diaria es el secreto de esta transformación: “se transfiguró delante de ellos”, Mateo 17.2; “transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento”, Romanos 12.2. 3.18 Nosotros todos, mirando ..., Este versículo es como una medida apretada que rebosa. Es un diamante con muchas facetas. Este “por tanto” vincula el versículo con las palabras “no como Moisés” en el 3.13, y “todos nosotros” muestra que Pablo no se refiere sólo a sí mismo. “A cara descubierta”, o sin velo, presenta un contraste con el velo sobre el rostro de Moisés o sobre el corazón de Israel. Puede referirse aun a la faz descubierta del 174 Señor en contraste con la de Moisés “la gloria de Dios en la faz de Jesucristo”, 4.6. Si se acepta la traducción, “mirando como en un espejo la gloria del Señor”, entonces el creyente percibe en la Palabra de Dios la imagen del Señor reflejada como si fuera en un espejo. Y, al mirar así, su vida queda transformada por el Espíritu. Sin embargo, si aceptamos más bien la traducción, “reflejando como un espejo la gloria del Señor”, el creyente está visto como un espejo. (Un espejo deficiente da un reflejo distorsionado). Ésta concuerda mejor con “a cara descubierta”, pero es algo difícil ver cómo un individuo se transforma de esta manera. Sin embargo, en ese caso es posible que el apóstol está contrastando lo que debería ser la gloria permanentemente reflejada en el cristiano con la gloria transeúnte y perecedera vista en el rostro de Moisés. Las palabras “de gloria en gloria” pueden dar a entender de un grado a otro, pero pueden sugerir la transformación de la gloria reflejada de lo antiguo a la gloria permanente de lo nuevo. Sin duda el versículo es una sincronización de ideas; el apóstol multiplica sus metáforas. 4.1 Por lo cual, teniendo ... Pablo describe su manera de vivir y testificar. A causa del carácter del ministerio que le fue encomendado, él no se desmayaba ni se desanimaba, ni se volvía cobarde, no obstante todas las fuerzas militantes que se oponían a él y al testimonio evangélico dondequiera que fuera. El desánimo ha debilitado las manos de muchos servidores, como muestra claramente el ejemplo de Elías. De Jesucristo, el siervo fiel, Isaías dijo en 42.4, “No se cansará ni se desmayará”. Es triste cuando falla uno que lleva el estandarte; “vendrá a ser como abanderado en derrota”, Isaías 10.18. 4.3 nuestro evangelio aún encubierto Es significativo el uso del vocablo “encubierto”, ya que es la forma verbal de “velo” en el capítulo 3 y sugiere que el apóstol continúa en el contraste entre el ministerio suyo y el de Moisés. Pero hay un cambio importante. En el 4.2 el contraste es entre los maestros falsos mencionados en el 2.17 y más especialmente en 10.1 al 11.12. Su modo de actuar era vergonzoso y engañoso, “como la serpiente que engañó a Eva”, 11.3. Ellos utilizaban la Palabra de Dios de una manera ilícita con el fin de ganar popularidad entre sus oyentes. Ellos diluían el mensaje con legalismo y con meras filosofías humanas. Eran hipócritas. Pablo rechazaba semejante metodología, predicando la verdad sin aditivos. Esto apela a la conciencia, mientras que lo otro puede apelar al intelecto del inconverso. Si el evangelio quedaba encubierto a cualquiera, era a los que estaban perdidos cuyas mentes Satanás había enceguecido. Esto es especialmente cierto en cuanto a Israel, pero no se limita a ellos. Él es el dios de esta edad, como también el príncipe de este mundo y del poder del aire y de los poderes de las tinieblas. Es el gran adversario del hombre y los impide ver el evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la prueba definitiva de la derrota del diablo. 4.6 el conocimiento de la gloria de Dios Ahora el contraste está entre dos mediadores. Se debe notar que nunca se emplea el término semejanza en cuanto a la relación de Cristo con Dios. La expresión “les resplandezca” se emplea en Hechos 20.11 para “hasta el alba”. Satanás quiere guardar a la gente en oscuridad. Las referencias del apóstol a Cristo Jesús como Señor, 4.5, guardan relación con lo que dice en cuanto al evangelio como la gloria de Cristo y la gloria en la faz de Jesucristo en contraste con la gloria pasajera en la faz de Moisés. La luz que Pablo vio en el camino a Damasco, al ver al Señor, sobrepasaba el resplandor del sol, Hechos 26.13. Compárese Apocalipsis 1.16: “su rostro era como el sol cuando resplandece en su fuerza”. La faz de Jesucristo es el foco de la gloria de Dios. Pablo asemeja su experiencia de conversión a Génesis 1.3, “Sea la luz”. No era sólo una revelación exterior, sino también un alumbramiento adentro, con miras a ser reflejado. Es un patrón escriturario para toda verdadera conversión. 175 Desde el 4.7 hasta 5.10 el escritor trata del tesoro; se puede llamar la sección “Pablo y el cuerpo”. En ella hay cinco referencias al cuerpo 4.10, 5.6,8,10 y son las únicas en la epístola aparte de su uso del término en el capítulo 12 en relación con su experiencia singular. En estos versículos él emplea también seis metáforas para el cuerpo: el vaso de barro, 4.7; el hombre exterior, 4.16; la morada terrestre, 5.1; el tabernáculo o tienda, 5.1,4; la vestidura externa, 5.2 al 4; nuestra morada presente, 5.6. El pasaje es el segundo en el cual él describe en algún detalle sus propias aflicciones, y bien se podría preguntar si hay otro que lo iguala por su entera sumisión a la voluntad de Dios, su celo y su devoción a la causa de Cristo. Pablo traza tres grandes contrastes el tesoro y el vaso de barro, 4.7 al 15; el hombre exterior y el interior, 4.16 al 18; lo temporal y lo eterno, 5.1 al 10. 4.7 tenemos este tesoro en vasos de barro Se puede ofrecer dos sugerencias en cuanto al tesoro. En el contexto inmediato se refiere a lo dicho en el 4.6 en cuanto al conocimiento de la gloria de Dios, pero en el contexto más amplio se refiere al ministerio encomendado al escritor, 4.1. Las dos ideas están estrechamente relacionadas. El ministerio descrito en el capítulo 3 está tipificada en 4.6b: “la iluminación del conocimiento ...” El vaso de barro es el frágil cuerpo. El uso del término conduce a una consideración de las instrucciones importantes en cuanto a estas vasijas en Números 19.14,15 y Levítico 11.33. Eran susceptibles a ser contaminadas, y al ser contaminadas deberían ser destruidos. Por esto, tenían que ser cubiertas y protegidas. No debían ser dejadas expuestas, porque algún bicho, o insecto inmundo, podría meterse en ellas y contaminar el contenido. Tanto el ojo como el oído deben ser protegidos si el siervo de Dios va a guardarse limpio. Pablo era vaso escogido, Hechos 9.15. Leemos también de los vasos de misericordia, Romanos 9.23; el vaso limpiado por sangre, Hebreos 9.21, y por agua después de haber sido contaminado, Levítico 6.28, 4.32; el vaso vacío, 2 Reyes 4.3; el vaso tapado, Números 19,14,15; el vaso lleno, Rut 2.17; el vaso vaciado, Juan 2.7; el vaso echado a perder a causa de desobediencia, Jeremías 18.1 al 14; el vaso a honra, 2 Timoteo 2.21; y el vaso que todo creyente debe guardar en santificación y honor, 1 Tesalonicenses 4.4. 4.7 la excelencia del poder ... Este es la primera de varias cláusulas de propósito en la sección bajo consideración; 4.10,11,15, 5.4,10. El poder en referencia es el poder de Dios en su cenit, el poder manifestado en los resultados de su ministerio, como también su preservación en aflicciones, 4.8,9. Para que quede evidente en sí que era de Dios, el apóstol habla de sí mismo como apenas un vaso de barro. Jeremías colocó en un vaso de barro el título de propiedad de una parcela en Anatot. Compárense también las teas en los cántaros, Jueces 7.16 al 19. 4.8,9 atribulados en todo ... Los cuatro contrastes llamativos en estos versículos ilustran cómo el poder que sostenía era el poder de Dios. La imaginería es la del campo de batalla, de conflicto entre fuerzas poderosas que se oponían. En el versículo 8 la experiencia es interna y en el versículo 9 es externa. La primera palabra en cada caso señala lo terreno del vaso, y la segunda la excelencia del poder. Él estaba atribulado, pero no de un todo encerrado. A veces estaba en apuros, pero nunca sumido en la ignorancia o sin esperanza. Él era perseguido como lo era David, pero no abandonado al placer del enemigo. Estaba derribado como por un dardo, pero no inconsciente. Estaba herido por sus perseguidores, pero no a muerte. 176 El calor del conflicto afectaba su espíritu, versículo 8, y también la presión del conflicto físico afectaba su cuerpo, versículo 9. La prominencia que se da a la muerte en estos versículos, junto con la referencia a la resurrección en el versículo 14, nos hace pensar que en el momento de escribir el apóstol estaba en severa aflicción corporal. 4.10,11 llevando en el cuerpo siempre Es difícil el trozo, “llevando en el cuerpo siempre ... la muerte [o el matar] de Jesús”, pero el versículo 11 aclara y amplía su sentido. Él siempre estaba expuesto a la muerte; “cada día muero”, 1 Cor. 15.31. Así como Jesús había sido perseguido continuamente, y al final fue víctima voluntaria de sus perseguidores, también el apóstol se encontraba acechado cada día y estaba dispuesto a morir “por amor de Jesús”, 4.5, y luego dice en el 4.15, “por amor a vosotros”. La expresión, “la vida de Jesús”, se refiere a la vida que Él vivió aquí en la tierra, una de entera dependencia de y obediencia al Padre. Este estilo de vida se estaba reproduciendo en Pablo. El uso del nombre Jesús favorece esta explicación, a diferencia de entender su vida en resurrección. “Jehová el Señor me abrió el oído, y yo no fui rebelde ...”, Isaías 50.5 al 7. 4.12 al 15 la muerte actúa en nosotros ..., Tal vez en el versículo 15 el apóstol se refiera a las bendiciones del evangelio disfrutadas por los corintios, las cuales estaban en contraste con su propio constante peligro de muerte. Por otro lado, es posible que él esté hablando irónicamente, como en 1 Cor. 4.8 al 10, “... ya estáis ricos ...”, y en tal caso nuestro pasaje sería un reproche. Ambos criterios son viables, pero el postrero es preferible. La cita de Salmo 116.10 deja en claro que el apóstol consideraba que la experiencia suya era una réplica de la que se registra en el salmo. El salmista habla de los dolores de la muerte que se apoderaron de él, y de su tribulación y tristeza, pero el Señor le preservó. Pablo aplica todo esto a su propio caso y con entera confianza en la resurrección y el reconocimiento de parte del Señor en aquel día de sus servicios entre ellos. 4.15 todas estas cosas ... Posiblemente la referencia sea a lo que se ha detallado en los versículos precedentes a saber, sus sufrimientos— o posiblemente la aplicación sea más amplia. Compárese 1 Cor. 3.21, “todo es vuestro”. Si es lo primero, sería una ilustración de Romanos 8.28, “todas las cosas les ayudan a bien”. Todas sus tribulaciones aportaron juntas para la mayor bendición del mayor número, y por ende resultaron en gloria para Dios. Era la meta y el regocijo de Pablo. 4.16 al 18 nuestro hombre exterior ... el interior En vista del hecho que Dios obraba por medio de sus padecimientos para el bien de los muchos, él no se desanimaría ni se acobardaría. “Los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas ...”, Isaías 40.31. El “hombre exterior” se refiere al cuerpo y en contraste el “[hombre] interior” se refiere a su vida nueva por el espíritu. Esto es evidente por los pasajes donde se emplea la expresión: Romanos 7.22, Efesios 3.16, 1 Pedro 3.4. Mientras el exterior se deterioraba día a día, el interior se renovaba todos los días. Sus sufrimientos físicos no pesaban sobre su espíritu para impedir su vida y desarrollo espiritual. Esto se debía a que él veía las cosas en su debida perspectiva; percibía el tiempo y sus tribulaciones a la luz de la eternidad y sus triunfos. La renovación diaria era el medio divino para capacitarle. Compárese el maná diario, Éxodo 16.14; la comida cada día para Joaquín en 2 Reyes 25.30; la lectura diaria en Esdras 3.42; la alabanza diaria en 2 Crónicas 30.21; y el cuidado de las iglesias “cada día”, 2 Cor. 11.28. Había también la tentación todos los días en los casos de José, Sansón y Mardoqueo, Génesis 39.1, Jueces 16.14 y Ester 3.4. En el versículo 17 son por demás impresionantes los contrastes entre la aflicción y la gloria. La aflicción es leve, o en Mateo 11.30 “ligera”; pero la gloria es un peso, una carga. La aflicción es momentánea, transeúnte, pero la gloria es eterna. La tribulación se convierte en gloria por alquimia divina (o sea, el metal base se transforma en precioso). Dos veces el 177 apóstol emplea hipérbole al describir ese peso de gloria, porque no encuentra cómo explicarlo; es excelente y es eterno. 4.18 mirando nosotros las cosas Estas palabras se puede entender como “si miramos” o como “mientras miremos”, o “por cuanto miramos”, o, preferiblemente, “mirando como hacemos”. Pablo no era como aquellos de 2 Pedro 1.9 que padecían de miopía y por esto no podían ver lejos. Contra el trasfondo de lo temporal y pasajero él colocaba lo eterno, y ahora prosigue hablando de esto. 5.1 nuestra morada terrestre ... En los versículos 1 al 10 el cuerpo es visto como una casa terrestre. El cuerpo humano fue formado del polvo de la tierra y por lo tanto es apenas una choza de barro. Si está expuesto, unas pocas lluvias recias bastan para que caiga. Y, el autor ve al cuerpo como una tienda también, la carpa de un beduino peregrino, tan fácilmente desarmada. Y luego es una vestimenta, una túnica. A la luz de estas metáforas la muerte se ve como la disolución de la choza de barro, v.1; el desmontaje de la tienda, v.1; el desecho de una vestimenta exterior, v. 4; el abandono de un hogar para residenciarse en otro, v. 8. En otras escrituras es la salida de una nave, 2 Timoteo 4.6; el éxodo de un país para ubicarse en otro, 2 Pedro 1.15. El cuerpo de gloria que él anticipaba no será una choza ni una tienda, sino un edificio y una casa, dando a entender algo de material superior. Las palabras “no hecha de manos” no figuran para hacer un contraste entre dos cuerpos, sino muestran la diferencia entre las construcciones terrenales y nuestro hogar futuro, el edificio que vamos a recibir, el cual será celestial y eterno. Compárese “... circuncisión no hecha a mano ...”, Colosenses 2.11; “... una piedra fue cortada, no con mano”, Daniel 2.34. 5.2 al 4 por esto también gemimos ... En estos versículos el enfoque es al cuerpo como una vestimenta. El apóstol gemía en este presente estado terrestre, pero anhelaba ser revestido, aparentemente refiriéndose a lo que había descrito como esto mortal vestido de inmortalidad en la venida del Señor, 1 Cor. 15.54. En el versículo 3 él incorpora una aclaración en el sentido de no ser encontrado desnudo en ese entonces. Esto puede tener el sentido que no deseaba la muerte, como afirma en el versículo 4. Pablo no tenía duda en cuanto a ser vestido de las vestiduras de la salvación, por lo que no se puede interpretar las palabras como refiriéndose a desnudez en el sentido de carecer de la vestidura de justicia; compárese Mateo 22.11 al 13, “... un hombre que no estaba vestido de boda”. La palabra desnudos no se emplea como sinónimo de estar sin ropa. En muchas escrituras se emplea en el sentido de estar arropado escasamente, o vestido sin adorno. Como ilustración de este último uso del término, leemos que cuando Moisés regresó al campamento él encontró a la gente desnuda, “para su vergüenza”, Éxodo 32.25. [a saber, expuesta, traducida generalmente como “desenfrenada”] O sea, estaban sin adornos, habiéndolos usado en la hechura del becerro de oro. ¿Será que el apóstol está contemplando esta posibilidad de estar sin adorno para nuestra vergüenza, como si fuera en la venida del Señor? Es muy posible avergonzarse ante Él en su venida, 1 Juan 2.28, así como Aarón cuando Moisés llegó del monte, Éxodo 32.21,22. En el versículo 4 el apóstol deja en claro que, si bien estaba gimiendo, él anhelaba se revestido con ropa de gloria en el futuro. Algunos sugieren que el término desnudos se refiere al estado 178 intermedio, pero no está bajo consideración la condición entre la muerte y la resurrección. 5.5 al 8 el que nos hizo para esto ... El creyente es uno que ha sido creado en Cristo Jesús. Ha sido elegido, prellamado, predestinado, llamado y justificado con miras a que sea glorificado a la postre; Romanos 8.29,30. No hay nada incierto en todo esto. El Espíritu le ha sido dado como garantía de su herencia. Por esta garantía, y en vista de la absoluta certeza de que Dios llevará a cabo su propósito, el apóstol tenía confianza y valentía. Mientras el cuerpo presente era su hogar, él estaba ausente del Señor, o ausente de su residencia celestial. Por consiguiente, la fe en Dios y en su poder a cumplir sus promesas y propósitos es el principio que debe gobernar nuestro andar. El apóstol ha venido exponiendo “las cosas que no se ven”, y por esto no andamos por vista. Él repite que está confiado, y dispuesto a morir, a saber, ausentarse del cuerpo. La muerte le llevaría a la presencia del Señor, donde él estaría “en casa”, así como estaba “en casa” en el cuerpo. Él estaba de un todo preparado para su traslado a su hogar nuevo con el Señor. Las palabras “presentes al Señor” sugieren un estado de entera compostura, la ausencia de cualquier temor. Nosotros no vamos a recibir nuestro cuerpo nuevo o ser revestidos sino en la venida del Señor. 5.9,10 Por tanto procuramos ..., Es nuestra meta, o gran ambición, agradar al Señor en vida o en muerte. Las únicas ocasiones donde se encuentra la palabra traducida procuramos son Romanos 15.20, “me esforcé a predicar el evangelio”, y 1 Tesalonicenses 4.11, “procuréis tener tranquilidad”. Quiere decir ambicionar grandemente. La ambición del apóstol a ser aceptable al Señor se basaba en el hecho de que todos los creyentes deben presentarse, o manifestar su verdadero carácter, ante el tribunal de Cristo. Obsérvese que dice “todos nosotros”. Este tribunal no es de confundirse con el gran trono blanco del cual habla Apocalipsis 20.11 al 15. Se nos asegura que “ninguna condenación hay para los que están en Cristo Jesús”, Romanos 8.1, y que no vendremos a condenación, Juan 5.24. De manera que en este pasaje Pablo no tiene en mente su destino eterno, ni la posibilidad de tener que estar en pie ante el gran trono blanco. Los pasajes que tratan del tribunal de Cristo hacen ver que solamente creyentes van a estar allí, y que todos los creyentes van a estar. El propósito de ese tribunal es que cada cual reciba, como un obrero recibe su jornal, su galardón por lo que ha hecho mientras estaba en el cuerpo, a saber, por servicios prestados. Las palabras “bueno” y “malo” están en el singular, y por lo tanto no se refieren a los hechos cuando “en el cuerpo”, sino a la naturaleza del galardón. Recibir del Señor un “bien hecho” será bueno; sufrir pérdida será malo. Es un gran error concebir el tribunal de Cristo como una especie de noche de premios en la escuela dominical. Los pasajes relevantes en las epístolas, junto con las parábolas del Señor, señalan que será una solemne sesión de investigación y revelación. En Romanos 14.10 al 12 se enfatiza nuestra responsabilidad particular y personal, y ella en relación con nuestros hermanos. En 1 Cor. 3.8 al 15 la luz se enfoca sobre nuestro servicio y su carácter. En 1 Cor. 4.3 al 5 nuestros motivos serán expuestos a la luz; a saber, lo que impulsaba nuestro servicio o falta de servicio. “Lo oculto de las tinieblas” será sacado a la luz, cosa que debe hacernos cuidar nuestros motivos. En 2 Cor. 5.10 es lo que realmente somos que será revelado. Toda hipocresía será quitada. Necesariamente, como sugiere el término malo, la pérdida sostenida será permanente; no habrá oportunidad para convertirlo en bueno. (Véanse las notas sobre 1 Cor. 3.12 al 15 y 4.3 al 5). 179 5.11 Conociendo, pues, el temor del Señor Pablo define sus motivaciones. El salmista podía decir en 87.7, “todas mis fuentes están en ti”, y en los versículos que siguen el apóstol divulga las fuentes secretas de su servicio. Primeramente, fue por el temor del Señor, que se puede traducir pavor. Se emplea gran temor en los Evangelios, pero denota también un respeto reverencial, sin pavor. Se emplea aquí en el sentido de Proverbios 1.7: “El principio de la sabiduría es el temor de Jehová”. Pablo prosigue: “persuadimos a los hombres”. ¿De qué? En Hechos 28.23 se aplica la expresión a Pablo en su afán de convencer a otros de la verdad, pero a la luz del resto de nuestro versículo no parece que sea esto que él tiene en mente, sino la cuestión de su sinceridad e integridad. Dios le conocía de un todo, y Pablo no tenía nada que esconder. En cuanto a los corintios, él esperaba que ellos también estuvieran convencidos de la pureza de sus motivos. 5.12 No nos recomendamos Al afirmar los hechos, él no estaba recomendándose a sí mismo, sino presentando a los creyentes razones legítimas para jactarse de él y de su obra, y a la vez proporcionando material que ellos podrían usar al refutar las acusaciones de los falsos maestros, quienes se jactaban de lo que era meramente externo a diferencia de la vida adentro y el corazón recto. 5.13 si estamos locos ... Reconocemos que estamos ante un versículo difícil. Parece que aquellos que le defraudaban decían que estaba fuera de sí, o aun, como dijo Festo en Hechos 26.24, que era un loco. Parece que Pablo acepta la acusación, y responde diciendo que si la cosa era así, era por la causa de Dios. El proceder de Isaías, narrado en 20.3, ha debido aparecer a muchos como el de un demente. También la conducta de Ezequiel parecía muy enigmática a quienes la vieron. Pero estos profetas respondían a Dios, y así también el apóstol. Por el otro lado, si es que él era cuerdo, actuando con mente sana, fue para el provecho y la bendición de los corintios. Algunos le consideraban frenético, y otros que se humillaba demasiado. Al ser así, entonces sus lapsos de éctasis ocurrieron en la presencia de Dios; eran experiencias personales con el Señor, o ante el Señor. Pero delante de los hombres él era sobrio; Hechos 10.10 al 19. Algunos le acusaban de ser un enajenado mental por la manera en que afirmaba su autoridad como apóstol. De nuevo, si tal era el caso, la causa era de Dios. Otros consideraban que él no ejercía su autoridad apostólica tanto como debería. Al ser así, era por el bien de los cristianos. 5.14 el amor de Dios nos constriñe Ahora otro motivo: el amor de Dios. El texto deja en claro que él no está pensando en su amor por Cristo, sino en el amor de Cristo por él que se manifestó en la cruz. “Me amó y se entregó a sí mismo por mí”. Y, “amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella”. “Se dio a sí mismo en rescate por todos”. Gálatas 2.20, Efesios 5.25, 1 Timoteo 2.6; véanse también Efesios 3.19, Romanos 8.39. Pablo dice que este amor sin medida le impulsaba. El vocablo traducido constriñe es rico en sentido, como se ve por las diversas maneras en que se traduce en el Nuevo Testamento. En Lucas 19.43 se emplea al hablar de rodear una ciudad para impedir cualquier intento a escapar. Así, el amor de Dios impondría limitaciones específicas sobre las libertades de quien escribe. En Lucas 22.63 la palabra se emplea al decir que un preso estaba custodiado. En Marcos 4.34 se describe el efecto poderoso de una fiebre, la cual le obligó a la mujer a acostarse. De manera parecida el apóstol había sido dominado por el amor de Cristo. Era como el siervo mencionado en Éxodo 21.1 al 5, quien por ley podría optar por la libertad pero por amor escogió ser esclavo de por vida. Pablo, pues, se sometió al hierro que le marcaría como tal. El amor de Cristo por él fue respondido en su amor por Cristo. Pablo había pensado –es decir, había llegado a la conclusión por un proceso de 180 razonamiento, o por una revelación divina (preferimos el segundo)— que si uno, a saber, Cristo, murió por todos, entonces todos murieron. Si todos se va a entender como todo el mundo en todas partes, entonces su muerte “por” ellos se lee en el sentido de la propiciación, como en 1 Juan 2.2, y la segunda cláusula se entiende como “luego todos sin excepción murieron”. Por el otro lado, si todos se refiere a aquellos que recibirían la salvación por fe, entonces se trata de la muerte de Cristo en sustitución, y las palabras “luego todos murieron” se refieren al hecho que en su muerte se les percibe a ellos haber muerto también; considérese Romanos 6. Al apóstol no le interesa discutir los méritos de la obra de Cristo; esto lo hace en una epístola que escribió posteriormente; Romanos 5.12 al 21. Aquí el énfasis recae sobre la obligación que pesa sobre aquellos que han conocido por experiencia propia el valor de aquella muerte. Les incumbe vivir por Aquel que murió por cuenta de ellos, y quien ha resucitado de nuevo. Es este aspecto práctico que llena la visión del apóstol aquí. Era esto que le controlaba, habiendo revolucionado su propósito en la vida y su actitud hacia todos los hombres. Algunos entienden que las palabras en el 5.16, “a Cristo conocemos según la carne” quieren decir que el apóstol había conocido al Señor antes de la crucifixión, pero este no es el sentido. Antes de salvo, él conocía a Cristo como simplemente el Jesús de Nazaret; Pablo, como la nación, estaba ciego en cuanto a su deidad y su carácter del Mesías. Su experiencia en el camino a Damasco cambió todo eso, y para siempre después Aquel era su Señor de gloria. Y él no evaluaba a los hombres según su posición por naturaleza, ni en lo racial ni en lo social. Él abunda sobre esto en Romanos 3.1 al 20. En cuanto a los creyentes, quería verlos en función de la medida en que Cristo estaba manifiesto en ellos; Colosenses 3.11. Este es un principio de importancia clave en vista del auge del racismo y el nacionalismo en el mundo hoy en día. Los versículos 17 al 21 tratan de la administración del ministerio de la reconciliación y la responsabilidad que conlleva. 5.17 si alguno está en Cristo ... Adán era cabeza de la vieja creación. A causa de la rebelión de Satanás y el pecado de Adán, ella fue sumergida en oscuridad y ruina. Será disuelta en la conflagración definitiva cuando “los elementos ardiendo serán deshechos”, 1 Pedro 3.10 al 12 y véase Hebreos 1.11,12. El hecho de que el mismo término se emplea en 2 Cor. 5.17 y 2 Pedro 3.10 indica que Pedro habla de la realización del juicio que ya se efectuó. El verbo pasaron está en el tiempo pretérito, o pasado aoristo. Ya se ha pronunciado sentencia sobre todo lo relacionado con el régimen viejo. Leemos de la serpiente antigua, el hombre viejo, el viejo pacto, odres viejos, añejo y vieja levadura. Es un error interpretar el versículo en el sentido que al convertirse desaparecen los deseos viejos, ya que la naturaleza vieja, la carne, se queda aún con el creyente. Por lo tanto, “si alguno está en Cristo” a saber, identificado con Cristo en resurrección él pertenece a aquella creación nueva, “cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia”, 2 Pedro 3.13. Esta es nuestra esperanza en última instancia. Mientras tanto nos regocijamos en que las muchas cosas “nuevas” de las cuales habla el Nuevo Testamento. No son nuevas en relación con el tiempo, sino en función de su naturaleza y carácter, o cualidad. Leemos del nuevo pacto, un nuevo mandamiento, el hombre nuevo (es decir de un tipo de humanidad que no había antes), una vida nueva (a saber, de una especie nueva, Romanos 6.4) y un nuevo hombre (en el sentido de una raza nueva, Efesios 2.15). Y, también hay el nombre nuevo del creyente y su canción nueva. Cristo en resurrección introduce un régimen nuevo. 5.18 todo esto proviene de Dios ... Todo lo que tiene que ver con la reconciliación ha sido iniciado por Dios, aun así como la antigua creación debe su existencia al acto creativo de Dios. En 5.18 al 21 hay cuatro aspectos de la vida del cristiano. Él es por quien Cristo fue 181 hecho pecado, y él ha sido reconciliado a Dios por Cristo. Está visto como en Cristo y debe ser un testigo en nombre de Cristo. A él ha sido encomendado el mensaje, o palabra, de reconciliación definido en el 5.19. 5.19 Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo No se debe entender estas palabras como una afirmación de la deidad de Cristo, ni de la unidad de la Deidad. Más bien, hablan de lo que Dios hizo o realizó en y por medio de Cristo en sus padecimientos expiatorios. Señalan la razón por la cual vino Cristo. No vino a juzgar o condenar al mundo, Juan 3.19, asignándolo transgresiones, sino para quitar la barrera que había a la paz entre Dios y el hombre. Es un hecho consumado. La obra del Espíritu Santo en el individuo que lo complementa es el arrepentimiento, pero no se debe confundir estos dos hechos. 5.20 ... somos embajadores en nombre de Cristo Habiéndole sido encomendado el “ministerio” de la reconciliación, el apóstol era ya un embajador cuyo mensaje, o ultimátum, era: “Reconciliaos con Dios”. A saber, reciban la reconciliación. Cual embajador, Pablo proclamó una amnistía. Lo hizo por cuenta de Cristo. Las palabras “reconciliaos con Dios” no deben ser entendidas como un mensaje a los creyentes corintios, sino como una reafirmación del mensaje del evangelio. Su base en justicia, o lo que valida la exhortación, se da en el 5.21, un versículo que encierra la esencia del evangelio. No todo creyente está llamado a predicar, y así algunos pueden decir que no son embajadores, pero como cristianos todos estamos vinculados con la embajada y por esto cada uno de nosotros tiene una responsabilidad como vinculado con aquello que representa la causa de Cristo en el mundo. 5.21 por nosotros lo hizo pecado En este versículo hay tres afirmaciones de la mayor importancia. Tienen que ver con (i) la ausencia de pecado en Cristo, (ii) los padecimientos suyos como sustituto y (iii) la salvación provista. (i) La ausencia de pecado en Cristo es una verdad fundamental del evangelio, enseñada clara y enfáticamente en el Nuevo Testamento. Él “no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca”, 1 Pedro 2.22. No hubo alguna acción por la cual tenía que arrepentirse, ningún paso que debía corregir, ninguna palabra a negar, ningún pensamiento a lamentar. Su vida era “perfecta, en la cual no haya falta”, al decir de Números 19.2. “No hay pecado en él”, 1 Juan 3.5. Aunque procedía de la simiente de David y de Abraham en lo que a la carne se refiere, y era de la simiente de la mujer, no había mancha de pecado en su naturaleza. Era intrínseca y perfectamente santo. Él “no conoció pecado”, 2 Cor. 5.21. El participio negativo empleada aquí insinúa el hecho de la carencia de pecado como presente en la conciencia de Cristo. Da a entender que se considera como el veredicto de otro aparte del escritor. Era el veredicto de Cristo en cuanto a sí mismo. Nunca fue tentado por el pecado; Hebreos 4.15, “pecado aparte”. Él pasó por todas las pruebas de la vida que son la suerte de todos nosotros. Fue probado en todos los puntos, así como nosotros, pecado aparte. Cuando nosotros somos tentados, somos seducidos por nuestra propia concupiscencia, bien sea por la codicia, la insinceridad, la vanidad o cualquiera de los pecados más flagrantes. Los otros lugares donde se emplea sin, Hebreos 9.22, 11.6, dejan en claro que la idea es aparte de pecado. Satanás le tentó a abandonar la senda de dependencia y obediencia, pero fue vencido por la Palabra, la espada del Espíritu. El desierto puso a descubierto la pecaminosidad de Israel, Deuteronomio 8.2,3, pero reveló la perfección del Señor, Mateo 4. (ii) Sus padecimientos en sustitución se expresan aquí por “por nosotros lo hizo pecado”, 182 refiriéndose a su muerte. Algunos entienden “lo hizo” como diciendo que fue hecho ofrenda por el pecado, y es evidente que este es el sentido de la expresión similar en Romanos 8.3, “Dios, enviando a su Hijo ... a causa del pecado”. Por otro lado se opina que las palabras en 2 Cor. 5.21 no quedan explicadas adecuadamente por sacrificio por el pecado. Las palabras “lo hizo pecado” sugieren que en las tres horas de tinieblas Él fue tratado por Dios como si fuera el pecado en sí. Compárese 1 Juan 5.10, donde dice que aquellos que no creen a Dios le tratan como un mentiroso, de manera que en la cruz Cristo fue hecho pecado y sufrió el juicio como tal, y por nosotros. Esta es la base de la reconciliación y la justificación. En la cruz se llenaron plenamente las demandas justas de Dios como están expuestas en la ley. La justicia y la paz se encontraron. En las relaciones humanas la reconciliación es consecuencia de arreglar los asuntos entre parte y parte, porque suelen haber faltas por ambos lados. Pero, como ha escrito el señor W. E. Vine, ni una sola vez leemos que Dios fue reconciliado; la enemistad es enteramente de parte nuestra. Somos nosotros que tenemos que ser reconciliados a Él, no Dios a nosotros, y es la propiciación proporcionada por su santidad y su misericordia que hace posible la reconciliación para quienes la reciben. La palabra empleada en Mateo 5.24 “reconcíliate a tu hermano” nunca se usa en el sentido de los pecadores siendo reconciliados a Dios. (iii) La salvación provista se expresa en las palabras “hechos justicia de Dios en él”. Tenemos un Salvador perfecto que se hizo sacrificio perfecto para dar una salvación perfecta. En Él somos vistos como justos, enteramente libres de toda acusación, y por esto el apóstol lanza triunfantemente el reto, “¿Quién acusará a los escogidos de Dios?” La posición del creyente ante Dios, y en la presencia suya, es perfecta. Ahora en 6.1,2 se trata la urgencia del asunto. 6.1 nosotros, como colaboradores suyos Se puede entender esto como estar colaborando con Dios en comunión con Él, o como una referencia a otros que colaboran con uno, y en el segundo caso la idea sería la de enfatizar la comunión que existía entre el apóstol y sus compañeros en la obra. 6.1 os exhortamos ... La exhortación que sigue se entiende como un complemento del llamado en 5.20, “os rogamos”. Así como en el 5.20 no se trata de un llamado a los corintios directamente, aquí también Pablo se expresa conforme hacía en su ministerio. No tan sólo instaba a recibir la reconciliación, sino que la recepción de la gracia de Dios en reconciliación sea fructífera en sus vidas. Debe conducir a servicio, así como había hecho en la vida del apóstol: “por la gracia de Dios soy lo que soy”, 1 Cor. 15.10. Él esperaba fruto en quienes habían recibido la reconciliación. 6.2 En tiempo aceptable te he oído “He aquí ahora el tiempo aceptable; he aquí ahora el día de salvación”. La cita es de Isaías 49.8 y en parte de Salmo 69.13. El “tiempo aceptable” de la profecía es la ocasión muy oportuna ahora. El día de salvación es el intervalo o lapso de tiempo en la cual la salvación estaría al alcance de los gentiles. Es la ocasión más apropiada posible. A menudo se cita el versículo al querer persuadir a los pecadores a recibir el evangelio, pero en el contexto la exhortación es a los creyentes a aprovechar sus oportunidades. Era una cuestión que motivaba al apóstol; él deseaba redimir el tiempo y aprovechar toda oportunidad para predicar el evangelio. Y nosotros también, ya que “la noche viene cuando nadie puede trabajar”. Nuestro “tiempo” de oportunidad fenecerá dentro de poco. Pasamos ahora al celo del apóstol por el ministerio, 6.3 al 10. 183 6.3 no damos ... ocasión de tropiezo Cual siervos de Dios, él y sus colaboradores se cuidaban de dos cosas. En lo negativo, no querían poner estorbo a nadie. En lo positivo, querían recomendarse a sí mismos en las circunstancias tan variadas. Todo esto era para que el ministerio no fuera vituperado, y él se aprovechara del caso para exhortar a los cristianos a la vez. “No dando a nadie ninguna ocasión de tropiezo”, y “nos recomendamos” son en el idioma original dos de los participios que figuran en la lista hasta el 6.10, y en gramática todos ellos dependen de “os exhortamos”. Esto pone de manifiesto su afán de reforzar la exhortación por medio de ejemplo además de precepto. Pablo estaba motivado en su servicio por cinco palancas fuertes, como sugiere el pasaje 5.11 al 6.10. Eran el temor del Señor, el amor de Cristo, la administración del ministerio de la reconciliación, la urgencia de la oportunidad y su celo que su ministerio no sufriera reproche. 6.4 al 10 en mucha paciencia Estos versículos constituyen una declaración elocuente y apasionada. El apóstol está describiendo una lucha espiritual, un conflicto en el cual él era parte. Las palabras fluyen como torrente y han debido ser escritas en gran emoción. Se destacan tres elementos clave: (i) la resistencia paciente, 6.4,5; (ii) las gracias preservativas, 6.6,7; (iii) la panoplia y las paradojas, 6.7 al 10. Las muchas necesidades de una paciencia resistente se evidencian en las nueve expresiones que siguen hasta el versículo 10 y describen una variedad de experiencias. Las primeras tres forman un grupo y describen de manera general las dificultades físicas, pecuniarias y espirituales. El segundo grupo se refiere específicamente a lo que sufrió a manos de enemigos del evangelio. Las últimas tres hablan de su sacrificio propio en el servicio del evangelio. Las cualidades ejemplares en 6.6,7a son necesarias para enfrentar estas pruebas y dedicarse a esa lucha. Se mencionan ocho de ellas: La pureza, o sinceridad de motivos, como en 1 Timoteo 5.22, “Guárdate puro”. La ciencia, a saber, un conocimiento experimental de la gracia de Dios, un conocimiento de Dios y su Palabra, y un conocimiento de las artimañas de Satanás y cómo ataca el enemigo. La ignorancia es peligrosa. La longanimidad, que es la capacidad de tolerar a los demás. La bondad, aun habiendo mostrado la longanimidad. Las palabras son un eco de 1 Cor. 13.4, “el amor es sufrido, es benigno”. El amor no encierra hipocresía, es un amor sincero por el inconverso y por el pueblo de Dios también. Los tres elementos restantes, el Espíritu Santo, la palabra de verdad y el poder de Dios, señalan los únicos medios eficaces para asegurar la victoria. En 7b hasta 10 hay la panoplia y las paradojas. La primera es “armas de justicia”. Efesios 6 abunda más en descripción. En la mano izquierda él lleva el escudo de la fe y en la derecha el escudo del Espíritu. La justicia a la cual se alude puede interpretarse como la justicia judicial, su posición justa delante de Dios, su justificación, y es importante observar que el siervo de Dios debe estar claro en cuanto a esto. O, puede aplicarse a la rectitud moral que debería caracterizar a un servidor. Tal vez el propósito es abrazar ambas ideas. “Armas de justicia” abarca todos los elementos especificados en Efesios 6.16,17. Las dos parejas en el 6.8 van juntas: honra / deshonra, mala fama / buena fama. Satanás puede usar la una o la otra y por esto hacen falta las armas, acaso la una conduzca a la confianza propia y la otra al desánimo. En 6.8 al 10 el apóstol menciona siete experiencias paradójicas, pero con todo son “engañadores” por cuanto acusan que uno es estafador y no un apóstol legítimo. “Como desconocidos” se puede entender literalmente, o puede sugerir que él tenía una reputación oscura, y muchos que pensaban conocerle realmente no le conocían. Ninguno fue tan mal interpretado como él, pero con todo mucha gente le conocía y le guardaba en estima. 184 “Como moribundos” nos hace recordar Hechos 14.19, cuando se le daba por muerto en Listra. Su salvación de esa suerte, 2 Cor. 1.9, sugiere que sí estaba a la puerta de la muerte. Sus enemigos pensaban que habían visto el fin de ese hombre, pero, he aquí, vivía aún. Compárese Salmo 118.17: “No moriré, sino que viviré, y contaré las obras de Jah”. “Como castigados” es visito por muchos como evidencia del juicio y desagrado de Dios. Al contrario, eran oportunidades para desplegar el poder de Dios para preservar. Estamos ante una cita aproximada de Salmo 118.18: “Me castigó gravemente Jah”. Partes de aquel salmo son mesiánicas. “Como entristecidos” corresponde a Romanos 9.1 al 3, donde Pablo habla de la tristeza continua que sentía por Israel, su pueblo. Él compartía los dolores del Varón de Dolores. Pero, con todo, se regocijaba siempre. Conocía el gozo inefable y llena de gloria, y por esto podía redactar Filipenses 3.1, 4.4: “¡Regocijaos!” “Como pobres”, a veces sin nada, él seguía en las pisadas de Aquel que se hizo pobre y por esto llegó a ser el canal por el cual muchos se enriquecieron eternamente. Él había aprendido cómo abundar y cómo padecer necesidad, Filipenses 4.11,12. “Como no teniendo nada”. Sin bienes terrenales, sin hogar que podía llamar el suyo propio, sin nada que legar, él poseía riqueza sin par y una herencia que sobrepasaba a cualquier cosa que el dinero podría adquirir aquí. B. Exhortación a la santificación, 6.11 al 7.1 6.11 vosotros, oh corintios El Señor cambió el nombre de Simón a Cefas, pero cuando éste se comportó conforme a su antiguo carácter simónico, Él se dirigió al discípulo todavía como “Simón, Simón”. Los corintios eran santos, pero andaban como hombres, de manera que el apóstol les estigmatiza de ser corintios en carácter, como así hace en Gálatas 3.1: “¡Oh gálatas insensatos!” (No hay estigma vinculada con el nombre filipenses en Filipenses 4.15). “Nuestra boca se ha abierto a vosotros”, 2 Cor. 6.11; es decir, les hemos hablado con mucha franqueza y sin reserva. “Nuestro corazón se ha ensanchado”, 6.11. En los días de Salomón leemos que la nación se había hecho como arena en la playa, pero su corazón abrazaba aún a todo el pueblo de Dios, 1 Reyes 4.20,29. Sentimientos parecidos se encuentran en Salmo 119.32, “Por el camino de tus mandamientos correré, cuando ensanches mi corazón”, e Isaías 60.5, “Ensanchará tu corazón, porque te haya vuelto a ti la multitud del mar”. Pablo no estaba estrechado en sus afectos para los corintios. Al contrario, ellos retiraban el afecto. “Para que haya la conveniente reciprocidad” (Nueva Versión Internacional), dice él, “abridnos también vuestros corazones”, 6.13. Él deseaba que le compensaran por su amor, mostrando amor ellos a la vez. Anhelaba el afecto de ellos porque eran hijos suyos en lo espiritual. Pero a la luz de la exhortación que sigue ellos tenían que ser ensanchados en su aprehensión de (i) la gloria singular de Cristo, (ii) el poder protector de Dios, y (iii) el carácter singular de su fe recién abrazada. 6.14 yugo desigual con los incrédulos En Levítico 19.19 y Deuteronomio 22.9 al 11 se gira instrucciones precisas a no juntar buey con asno al arar, ni echar semillas diversas al sembrar, y en Deuteronomio 7.3 hay la orden que prohíbe los matrimonios mixtos. El apóstol emplea esta ilustración para reforzar la separación de los corintios. Obsérvense los cuatro mandamientos, o preceptos, en el pasaje no os unáis en yugo desigual salid de en medio de ellos apartaos 185 no toquéis lo inmundo Obsérvese también el llamado quíntuplo en la forma de preguntas (i) ¿Qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? [o “la rectitud con la maldad”, como en diversas traducciones] Son principios diametralmente opuestos. La comunión quiere decir guardar algo en comunidad con otro, pero en este caso no hay comunidad de intereses. El uno es el principio subyacente del gobierno del reino de Dios, mientras que el otro es el principio básico en el reino de las tinieblas. (ii) ¿Qué comunión [tiene] la luz con las tinieblas? De nuevo encontramos elementos diametralmente opuestos. La comunión emana de intereses compartidos como consecuencia de una vida en común. Los dos elementos no admiten fusión; se oponen. Las tinieblas esconden, pero la luz pone a descubierto. “Separó Dios la luz de las tinieblas”, Génesis 1.4. (iii) ¿Qué concordia [tiene] Cristo con Belial? Son personas opuestas entre sí. La concordia es una concordancia de sonido y voz entre dos locutores; es una auténtica armonía. La palabra Belial figura sólo aquí en el Nuevo Testamento, y se refiere a Satanás. [Figura dieciséis veces en el Antiguo Testamento, traducida en Reina-Valera “hombres impíos”, “hombres vanos y perversos”, etc.] (iv) ¿Qué parte [tiene] el creyente con el incrédulo? Se trata de credos diametralmente opuestos. El incrédulo a la vista aquí no es el ateo; es uno que cree en la existencia de Dios pero niega a un Dios personal y la posibilidad de estar en contacto con un Dios vivo basándose en la fe. Se trata de un panteísmo que en el Occidente se conoce como, por ejemplo, la Ciencia Cristiana. (v) ¿Qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Ahora son dos sistemas diametralmente opuestos. Un acuerdo se basa en un criterio común. La idolatría es un sistema de adoración inventado por hombres (Romanos 1.21 al 32) y a la larga tiene que caer bajo el juicio de Dios. Un hombre vivo y un ídolo muerto no pueden encontrar un terreno común a los dos. Así, observamos también siete [sic] promesas en este trozo de la Epístola, dadas para estimular la separación habitaré entre ellos andaré entre ellos seré su Dios serán mi pueblo os recibiré me seréis hijos e hijas Después de esta gran constelación para alumbrar el firmamento, notamos el poder de Dios para habilitarles a abrazar las promesas; es el Señor Todopoderoso. Aquellos que abandonen sus ídolos no deben temer; el Señor les protegería en fuerza soberana. Solamente esta vez encontramos el término Señor Todopoderoso en las Epístolas del Nuevo Testamento. La vida de Abraham ilustra los cuatro elementos que hemos mencionado: los preceptos, la presencia, las promesas y el poder: vete de tu tierra, Génesis 12.1, Hechos 7.3 a la tierra que te mostraré, Génesis 12.2 186 te bendeciré, Génesis 12.2 yo ... te saqué, Génesis 15.7 Huelga decir que este pasaje, 6.11 al 17, no ofrece base alguna para la separación de otros cristianos. 7.1 limpiémonos Encontramos ahora una exhortación a los corintios a valerse de las promesas dadas, limpiándose de toda contaminación de carne (la inmoralidad) y de espíritu (la idolatría). De esta manera ellos alcanzarían una santidad perfecta y habría una conformidad progresiva a Cristo, en el temor de Dios. C. Pablo y su consolación, 7.2 al 16 El vocablo consolación figura mucho en este capítulo. Se debía a las buenas noticias que Tito trajo de Corinto de cómo le habían recibido a él y a la carta que les llevó. 7.2 Admitidnos ... Estas palabras son un eco de lo que Pablo había dicho en el 6.13, donde les instó a ensancharse en su afecto para con él, así como ellos estaban en su corazón. Admitir no da a entender que le habían refutado o rechazado, sino que su afecto hacia él era tibio y no ha debido ser así. Compárese Mateo 19.11,12, “No todos son capaces de recibir esto ... El que sea capaz ... que lo reciba”. La afirmación, “a nadie hemos agraviado”, se amplía en el capítulo p.ej. el 7.12 como también se amplía “a nadie hemos corrompido” en los capítulos 10 y 11, y “a nadie hemos engañado” en los capítulos 12 y 13, en particular el 12.17. No les había hecho mal, ni por su conducta ni por su doctrina, y nunca se había aprovechado a expensas de ellos. 7.3 ya he dicho antes ... Se refiere, sin duda, al 6.11, “nuestra boca se ha abierto a vosotros”. Su afecto para ellos era tal que moriría con ellos además de que viviría con ellos. La secuencia trae a la mente Filipenses 1.20: “... será magnificado Cristo en mi cuerpo, o por vida o por muerte”. Él no deseaba que las palabras que había escrito fuesen interpretadas como si hubiera pronunciado juicio sobre ellos. Al contrario, les tenía mucha confianza, 7.16, y se gloriaba con respecto a ellos como había hecho ante Tito, 7.4,14. Su corazón se rebosaba debido a las buenas noticias que Tito trajo. 7.5 cuando vinimos a Macedonia ... En el versículo 5 Pablo se revierte a lo que había dicho en el 2.13 acerca de ir a Macedonia por encontrarse muy intranquilo, “no tuve reposo en mi espíritu”. Ahora dice que no tenía reposo en el cuerpo al llegar allí, ya que Tito no le había precedido. La carga que llevaba en el espíritu había afectado su cuerpo. Por fuera había adversarios, 1 Cor. 16.9, y por dentro temores por intranquilidad en cuanto a los corintios, la carta y Tito. Estas cosas le desanimaban en vez de dejarle humilde. Estaba afligido y por esto el Señor le tuvo misericordia, le consoló y le tranquilizó. “Cantad alabanzas ... porque Jehová ha consolado a su pueblo, y de sus pobres tendrá misericordia”, Isaías 49.13. 7.6 la venida de Tito La llegada de Tito le trajo alivio, pero no fue apenas su llegada que le dio tanto gozo al apóstol, sino las noticias que trajo consigo acerca de la asamblea, el consuelo de los creyentes y el amor que tenían para Pablo. Tito habló de tres puntos ellos querían ver al apóstol lamentaban sobremanera su conducta anterior eran fervorosos en su disposición de defenderle de sus traidores y enemigos Ha debido ser con cierto temor que Tito se marchó a Corinto con aquella carta, pero el versículo 13 nos asegura que volvió con gozo. Él había sido recibido con “temor y temblor”, 7.15, había sido consolado por ellos, 7.7, y su espíritu refrescado, 7.13. El regocijo de Pablo era cuádruplo: (i) por el buen ánimo de Tito, 7.13; (ii) por el arrepentimiento de ellos, 7.9; 187 (iii) por su actitud hacia él, 7.7; (iv) por la confianza que tenía en ellos, 7.16. 7.8 os contristé con la carta Algunos opinan que la epístola que conocemos como 1 Corintios fue la carta que Tito llevó a Corinto, 7.8,12, pero cuesta pensar que en aquella carta hay algo que Pablo lamentaba haber escrito. Además, no hay nada en el último capítulo de 1 Corintios para dar a entender que Tito sería su portador. Otros opinan que una parte de 2 Corintios, probablemente los capítulos 10 al 13, forman parte de la carta en referencia, pero de nuevo no hay nada en aquellos capítulos que el apóstol ha debido lamentar haber incluido. La conclusión más satisfactoria es que esta carta, así como la que se menciona en 1 Cor. 5.9, no es conocida ahora. Se desprende del 7.8 que fue redactada en lenguaje severo. El hecho de que a Pablo le haya pesado haberla escrito nos proporciona un cuadro exquisito de la sensitividad de espíritu en él. Es un estímulo reconocer que era hombre de pasiones semejantes a las nuestras, y que él también tenía motivos por lamentar. 7.11 la tristeza que es según Dios La carta había producido tristeza, y ésta a su vez produjo arrepentimiento. El escritor dice que fue una tristeza según Dios, cosa muy diferente a la tristeza del mundo, el remordimiento de un Judas. En el 7.11 el apóstol anota siete detalles de esta tristeza según Dios, y da una descripción séptupla de la salvación mencionada en el versículo 10 al hablar del “arrepentimiento para salvación”. No es la salvación de un pecador, ni aquí es el fruto del arrepentimiento en el inconverso, sino es la salvación de una asamblea del peligro que la asechaba. Se ha sugerido que el primer punto en los siete, la solicitud, es de un carácter general y que los seis que siguen formas tres parejas la primera pareja, la de defenderse y su indignación, se relaciona con ellos mismos la segunda pareja, el temor y el ardiente afecto de ellos, se relaciona con Pablo la tercera pareja, el celo y la vindicación, se relaciona con el ofensor que está en mente 7.12 el que cometió el agravio Cómo uno identifica a aquel ofensor y a los ofendidos depende de si cree que se trata de aquel que era culpable del incesto en 1 Cor. 5, o de alguien que se había rebelado contra Pablo de una manera sobresaliente. El segundo criterio cuadra mejor con el contexto. En este caso el agraviado era Pablo. Pero el apóstol deja en claro que el propósito primario de la epístola no era para el bien de los individuos involucrados, sino que se haga manifiesto el interés de ellos en él. El celo y la obediencia de ellos tenían que encontrar una manera de ser registrados de esta manera apropiada. Pablo se había gloriado de ellos ante Tito, y la tal cosa resultó no carecer de razón. El “temor y temblor” no sugieren una sensación de pánico, sino una genuina aprehensión acaso no le honren debidamente. La misma expresión se encuentra en 1 Cor. 2.3, Filipenses 2.12 y Efesios 6.5, y ninguno de estos pasajes encierra la idea de pánico. 7.16 Me gozo ..., Él concluye la sección con una declaración de regocijo basado en la confianza, o coraje, que tenía en ellos. La confianza le dio el coraje; le fortaleció al proseguir en el ministerio. 4. El ministro y su ministerio al pueblo de Dios Pablo y su amor, capítulos 8 y 9 A. La gracia de las iglesias de Macedonia, 8.1 al 5 Al haber afirmado en el 7.16 que él tenía confianza en ellos en todo, el apóstol ha creado el 188 ambiente necesario, como si fuera, para introducir el asunto de la colecta a favor de los creyentes pobres en Jerusalén. Él entra en el tema con suma habilidad y con sabiduría de lo alto. Ofrece exhortaciones de valor perdurable en materia de lo que los cristianos dan. 8.1 la gracia de Dios que se ha dado Con el fin de animar a los corintios a dar, él alude primeramente al ejemplo de los creyentes en Macedonia, enfatizando que lo que hicieron fue resultado de la gracia de Dios operando en ellos, o concedida a ellos. Obsérvese la expresión, “las iglesias de Macedonia”, (una provincia) y no la iglesia de Macedonia. Hemos observado en el contexto de 1 Cor. 1.2: “Leemos de las iglesias de Galacia, de Asia y de Macedonia [todas ellas provincias], pero no de la iglesia de Asia ni la de Galacia”. 8.2 en grande prueba de tribulación Ellos estaban pasando por persecución y eran muy pobres, pero con todo dieron con un motivo puro, sin un propósito secundario. Y dieron más allá de su capacidad, pidiendo el privilegio de aportar ante la necesidad de otros en la fe. La fuente de su liberalidad era su profundo gozo en el Señor, 8.1, pero no dieron de sus recursos sin un correspondiente ejercicio espiritual. Por lo tanto en el 8.5 él cuenta que primeramente se dieron a sí mismos al Señor, y en segundo lugar dieron de lo suyo. Reconocieron primeramente el derecho del Señor sobre ellos, y por ende el derecho de otros creyentes por intermedio del apóstol. B. La gracia del Señor Jesucristo, 8.6 al 15 La bondad de los cristianos en Macedonia le estimuló a Pablo a enviar a Tito una vez más a Corinto con el fin de completar esta gracia en ellos también. Esto puede dar a entender que estaba animando a Tito a llevar a feliz término el asunto de las colectas que él había promovido cuando estaba allí, o puede dar a entender que Tito debería instar a los corintios a imitar a sus vecinos al norte. Favorecemos la primera interpretación. Sin embargo, el apóstol emplea el celo de los macedonios como una palanca para exhortar a los corintios a probar su amor para con él, destacándose en “esta gracia”, así como se habían destacado en otros dones. Parece que las palabras esta gracia, 8.7, deben ser interpretadas como una referencia a la ofrenda, así como en el 8.6, esta obra de gracia. Pero, es posible que la idea sea más la de una falta de ostentación en un gesto de bondad, como fue el caso en Macedonia. 8.9 conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo Se emplea el ejemplo incomparable de Cristo mismo. Obsérvese que el escritor le da su título entero. “Siendo rico” es lo que era en su estado eterno antes de humanarse. Es una referencia pasajera a ese estado, pero establece la doctrina apostólica de las glorias eternas que Cristo poseía. “Se hizo pobre” en toda su vida terrenal, en gran contraste con la gloria suya antes de venir al mundo. Adicionalmente se puede aplicar las palabras a las circunstancias de su nacimiento. Haciéndose pobre, Él no abandonó su deidad, ni dejó de ser lo que siempre era. “Para que … con su pobreza” incluiría la pobreza experimentada en su tiempo acá El Hijo del Hombre no tiene donde recostar la cabeza, Lucas 9.58. ● Repartieron entre sí mis vestidos, Salmo 22.18. ● El Señor lo necesita, Juan 19.34. Él usó un pollino prestado, un aposento prestado, una tumba prestada. La suya era pobreza en extremo, toda ella relacionada con la salvación nuestra y por nuestro bien. “Fueseis enriquecidos” con toda bendición espiritual ahora, y una herencia eterna por delante. 8.10 Y en esto, En 8.10 al 12 Pablo les insta a llevar a cabo lo que habían profesado con entusiasmo un año antes. No es apropiado comenzar un proyecto de esta índole y 189 abandonarlo. “¿Quién de vosotros, queriendo edificar una torre, no se sienta primero y calcula los gastos, a ver si tiene lo que necesita para acabarla?” Lucas 14.28. Ellos deberían dar conforme tenían capacidad para hacerlo, y el escritor adapta aquí Deuteronomio 16.10, el cual dice: “De la abundancia voluntaria de tu mano será lo que dieres, según Jehová tu Dios te hubiere bendecido”. Los israelitas debían presentar voluntariamente en sus “fiestas” conforme Dios les había bendecido. 8.14 con igualdad Ahora en 8.13 al 15 se introduce el principio importante de la igualdad entre el pueblo de Dios. Es decir, él no estaba dando a entender que los beneficiarios de esta ofrenda deberían pensar que no tenían que trabajar, porque otros los sostendrían. Toda ofrenda nuestra debe servir para suplir la necesidad del recipiente, pero no tanto como para estimularle a la flojera. La abundancia de los cristianos en Corinto en ese momento serviría para socorrer a los que tenían necesidad en ese momento en Jerusalén, pero en otra ocasión las posiciones podrían ser invertidas. En relación con esto él ofrece la ilustración del maná, Éxodo 16. Dios advirtió que no debería ser recogido en exceso, y los israelitas que hicieron tal cosa aprendieron que criaba gusanos. Jehová estaba supliendo la necesidad día a día. Es evidente que el apóstol está enseñando que aquellos que han sido bendecidos más que otros en lo material, deben ser dispuestos a emplear estos recursos para aliviar la necesidad de quienes padecen por falta de bienes. Este principio impera en una esfera local y en la esfera internacional. C. La gracia en Tito y otros, 8.16 al 9.5 8.16 el corazón de Tito El apóstol tenía fundadas razones para agradecer la ayuda que Tito le había prestado en relación con las cuestiones delicadas que existían en Corinto. Él había ido a esa ciudad con la carta, 7.8, y aparentemente había sido usado para mejorar las relaciones entre Pablo y aquella asamblea. Pero no sólo esto; Dios le había dado un celo a favor de los mismos corintios. Si no hubiera contado con esa pronunciada disposición a favor de ellos, a lo mejor no hubiera logrado mayor cosa. Semejante celo es el secreto de poder ser de ayuda a otras personas. Tito aceptó con gusto la exhortación de Pablo a volver, esta vez para atender a la colecta para los pobres. El 8.17 se refiere a esta iniciativa, y no a una visita anterior. 8.18 enviamos juntamente con él ... Dos colegas acompañaron a Tito y se alude al primero de ellos en 8.18,19. No se nombra a ninguno de los dos, de manera que no podemos insistir en quiénes eran. Uno de ellos era bien conocido por su ministerio en el evangelio, y las iglesias le escogieron para este nuevo servicio. Esta es la única ocasión donde leemos en el Nuevo Testamento de una iniciativa tomada por un grupo de asambleas en conjunto. 8.19 gloria del Señor La administración de estos fondos debería ser en primera instancia para la gloria de Dios. 8.20 evitando que nadie ... Con la gloria de Dios en mente, el apóstol destacó la importancia de evitar cualesquier acusaciones de un manejo cuestionable. Más de uno debería ser responsable, y los responsables deberían ser de reconocida confianza. De esta manera, él tendría una buena conciencia delante de los hombres además de delante de Dios. Desde luego, aquí hay un patrón que debemos seguir en cuestiones financieras. 8.22 Enviamos también con ellos El segundo compañero era de igual diligencia en muchas cosas, y uno cuyo celo en este asunto iba en aumento en vista de la confianza puesta en él, bien por Pablo o por los corintios. Parece que la diligencia que se menciona es la del hermano en referencia. Pablo recomienda a los tres viajeros, cosa importante acaso alguien cuestionara su idoneidad. 190 Tito había sido su mayordomo, como si fuera, en cuestiones relacionadas con Corinto, y los otros habían sido escogidos por las asambleas como delegados suyos. Ellos no estaban recogiendo fondos por su propia iniciativa. Además, eran gloria de Cristo, trofeos suyos y servidores suyos. 8.24 la prueba de vuestro amor Al terminar estos comentarios, el apóstol insta a los corintios a dar evidencia ante las demás asambleas del amor que sentían. Sería no solamente ante las otras asambleas en Acaya, sino en otras partes también. Esto ratificaría la confianza que él ya había expresado en cuanto a ellos. 9.1 Cuanto a ... Él continúa en 9.1 al 5 con la cuestión de los delegados, anhelando que la misión resulte fructífera. Le parecía casi superfluo escribir más a ellos acerca de este tema de ayudar a otros creyentes. En Macedonia él había dicho que los corintios estaban dispuestos el año anterior, y que su celo había estimulado a otros. Pero ahora estos hermanos iban para atender al proyecto, de manera que ni Pablo ni los corintios estarían en una posición embarazosa al llegar los macedonios. Su donativo sería su “generosidad”. No sería un impuesto, ni un aporte hecho de mala gana. D. La gracia en los corintios, 9.6 al 15 Ahora él habla de “la superabundante gracia de Dios en vosotros”, 9.14. 9.6 El que siembra ... Lo dicho al final del 9.5 conduce al escritor a hablar de ciertos principios importantes en este asunto de dar. Lo compara con sembrar. El que siembra justicia tendrá galardón firme, Proverbios 11.18. Hay quienes reparten y les es añadido más … El alma generosa será prosperada, Proverbios 11.24,25. El que sembrare iniquidad, iniquidad segará, Proverbios 22.8. Sembraron viento, y torbellino segarán, Oseas 8.7. Sembrad para vosotros en justicia, segad para vosotros en misericordia, Oseas 10.12. Todo lo que el hombre sembrare, eso también segará. … a su tiempo segaremos, si no desmayamos …, Gálatas 6.7 al 9. Si nosotros sembramos entre vosotros lo espiritual, ¿es gran cosa si segáremos de vosotros lo material? 1 Cor. 9.11. Obsérvense tres puntos negativos: escasamente, 9.6; con tristeza, 9.7; por necesidad, 9.7. La norma es todo lo contrario: con liberalidad y gusto. 9.8 poderoso es Dios para hacer que abunde Dios es capaz y está dispuesto a aumentar los recursos del dador, de manera que pueda desarrollarse aun más en la gracia de dar. Aun cuando éste no debe ser nuestro motivo al dar, se cita como evidencia Salmo 112.9: “Reparte, da a los pobres: su justicia permanece par a siempre”. Dios, quien da semilla y pan —Isaías 55.10— aumentará lo que sembramos. El versículo no es una oración. Es por ello, 9.11, que el creyente será bendecido en lo material, y como consecuencia dará gracias a Dios. 9.12 la ministración de este servicio Los versículos 12 al 14 abundan sobre lo dicho en 9.11. En el 11 las acciones de gracias se realizan a través del apóstol y sus consiervos, mientras que en 12 al 14 se originan en los santos que reciben el donativo. Suple su necesidad y les induce a estar agradecidos. Las acciones de gracias, dice, se deben a esta prueba de la realidad de la sujeción al evangelio que los corintios profesaban, y también a la liberalidad de su comunión con aquella gente y con todos. Si bien la iniciativa era a favor de los necesitados en Jerusalén, la 191 expresión de comunión con ellos tenía un alcance mayor. Dio lugar a gratitud de parte de cristianos en otras partes y fomentó un mayor deseo de conocer a los corintios que manifestaban esta gracia de Dios. 9.15 ¡Gracias a Dios ...! Es la conclusión. El contexto favorece la sugerencia que “el don inefable” es la gracia de Dios derramada en semejante medida sobre los corintios en este asunto. Pero se afirma que el vocablo inefable prohíbe una interpretación que no tenga que ver con el don que es el Hijo de Dios. Es posible que el apóstol, contemplando por un lado la gracia de Dios en su pueblo, reconocía que ha podido ser posible tan sólo a raíz del don inefable de Dios en dar a su Hijo. Tal vez convengan unos comentarios generales en cuanto a esta sección de la Epístola. De las cinco veces que se habla en 2 Corintios de “los santos”, tres figuran en los capítulos 8 y 9. Es indicio de cómo Pablo percibía este ministerio. Él estaba estimulando un fondo para el bien del pueblo del Señor. Ni una vez se habla de dinero como tal, sino de gracia, 8.1,6; donativo, 8.19; abundancia, 8.20; generosidad, 8.2, 9.5; servicio, 8.4, 9.12; y liberalidad, 9.13. Siete veces en dos capítulos se habla en el griego de la gracia. 5. El ministro y los ministros de Satanás Pablo y su gloria, capítulos 10 al 13.10 A. Pablo se defiende, capítulo 10 Se calcula que el vocablo gloriar se emplea en sus varias formas quizás treinta y un veces en esta epístola, más frecuentemente que en las otras epístolas paulinas. Él se veía obligado a gloriarse, 12.11. La mitad de las veces se encuentra el término en estos últimos capítulos. Sus opositores y traidores, acerca de quienes versan ellos, tienen mención en los anteriores también, 2.17, 4.2. Esto manifiesta que la sección final no formaba parte de otra epístola, sino que es parte integral de ésta. 10.1 Yo Pablo os ruego ... Obsérvese el cambio de nosotros, y compárese Gálatas 5.2, Efesios 3.1 y Filemón 19. Este cambio se debe a que el apóstol va vindicar su apostolado y su autoridad. Se alude más adelante, en el versículo 10, a las palabras estando presente ... humilde como haber sido dichas por algún individuo en particular, posiblemente el líder de la oposición, a quien se designa como “tal persona”. En el 10.1 Pablo acepta la acusación, y en el 10.2 la usa como base de su llamado. La palabra humilde se emplea aquí en el sentido de cobarde. [Es tímido en varias traducciones; poca cosa en por lo menos una.] Desde lejos ellos decían que él era muy valiente. Como hemos señalado en la introducción a este comentario, “la mansedumbre y ternura de Cristo” se refiere a su carácter cuál siervo sufrido de Jehová. La mansedumbre es aquella cualidad interna que está opuesta a ser atrevido, y se manifestaba en la sumisión del Señor a las indignidades humanas, 1 Pedro 3.21 al 23. Su ternura se manifestaba en sus acciones, como en Juan 8.1 al 11. Pablo estaba consciente de que como siervo él debería seguir a su Señor. En este tono apela a ellos, con miras a evitar la necesidad de ser agresivo, ya que pensaba que él sería severo con aquellos que le acusaban de motivos carnales. Su humildad no debería ser interpretada como debilidad, ni su gentileza como timidez. 192 10.3 aunque andamos en la carne ... Aunque andaba en humanidad, y por lo tanto era sujeto a ciertas debilidades y limitaciones como los demás hombres, él no realizaba su servicio y lucha conforme a métodos y principios carnales. No dependía del oratorio, la filosofía, su personalidad o las finanzas. Las palabras en Dios se pueden interpretar bien como “divinamente fuerte” o como “fuerte en la vista de Dios”, en contraste con lo que es fuerte según el criterio de los humanos. La lucha es agresiva y no defensiva. En esto difiere de la de Efesios 6.13 al 18. El enemigo es impersonal. La lucha es contra teorías y en contra de cualquier muralla levantada para resistir el conocimiento de Dios. Jeremías 1.10 es una ilustración de su ministerio: “... te he puesto en este día sobre naciones y sobre reinos, para arrancar y para destruir, para ruinar y para derribar, para edificar y para plantar”. El conflicto a la vista no es subjetivo; no es contra su propia naturaleza y sus tendencias impías. 10.5 cautivo todo pensamiento ... A saber, sujetar a Cristo todo propósito que emana en la voluntad en vez del intelecto. Él no sólo deseaba demoler las fortalezas del enemigo, sino conducir los hombres cautivos a Cristo. Él esperaría hasta que su obediencia fuese completa antes de actuar en juicio disciplinario contra sus traidores. 10.7 Miráis las cosas ... Algunos traducen esto como una pregunta y otros como un hecho. Lo preferible es el segundo, ya que la idea es que ellos juzgaban las cosas superficialmente. “Si alguno está persuadido ... que es de Cristo;” o sea, siervo de Cristo, y no meramente un cristiano. Pablo decía serlo. Pero semejante postura subjetiva debe admitir prueba; no puede ser aceptada sólo porque uno mismo dice que es así. El apóstol prosigue al dar evidencia de que él sí era siervo de Cristo. De que el Señor le había dado autoridad o poder era evidente por la manera en que él había sido usado para fortalecer los creyentes en la fe. Él podía gloriarse legítimamente de esto, sin sentir vergüenza. Sin embargo, no quería gloriarse de su autoridad a ejercer juicio, acaso se exponga a la acusación de intentar infundir temor por medio de sus cartas. De que tenía ese poder se ve por 1 Cor. 5.5, 1 Timoteo 1.20 y el caso de Elimas en Hechos 13.11. Con razón decían ellos que sus cartas eran duras y fuertes, pero sin razón afirmaban que su presencia era débil. Pablo iba a manifestar esto al estar entre ellos, para el asombro del orgullo arrogante de líder de la oposición. 10.12 no nos atrevemos ... En 10.12 al 18 él proporciona evidencia adicional de ser siervo de Cristo. En el versículo 12, hablando irónicamente, dice que no se atrevería incluirse entre, o compararse con aquellos que se entregan a la alabanza propia. Ellos no tenían regla salvo aquella hecha por sí mismos, y sólo se comparaban a sí mismos a sí mismos, sin una norma más elevada. Por otro lado, Pablo tenía un “canon”, una regla, que gobernaba su senda y esfera de servicio. Dios había marcada las pautas. Su esfera estaba entre los gentiles, Hechos 9.15, Romanos 1.15 y Gálatas 2.8. Él tampoco construía sobre el fundamento de otro, Romanos 15.20. En conformidad con estos dos principios había llegado hasta Corinto, 10.14. Él se gloriaría solamente de aquellos que estaban dentro de su esfera divinamente marcada, versículo 13, y solamente de los resultados de lo que Dios había hecho por medio de él, Hechos 14.27: “refirieron cuán grandes cosas Dios había hecho con ellos”. Sus opositores, en cambio, se gloriaban en las reglas de definición propia, y en los frutos de las labores de terceros. Conforme a la regla dada por Dios, él esperaba predicar el evangelio en regiones más allá de Corinto, fortaleciendo la fe de ellos, y no cuando alguna junta misionera proporcionara los fondos. Cada cristiano debe ser un testigo y cada asamblea una sociedad misionera, un punto de avanzada. 10.17 el que se gloría ... Se trata de una cita de Jeremías 9.23,24: “No se alabe el sabio en 193 su sabiduría, ni en su valentía se alabe el valiente, ni el rico se alabe en sus riquezas. Mas alábese en esto el que se hubiere de alabar: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque estas cosas quiero, dice Jehová”. Pablo estaba en la verdadera “línea de sucesión” de los profetas del Antiguo Testamento, y sus cartas ponen de manifiesto que su espíritu estaba saturado de los escritos de ellos. 10.18 no es aprobado ... Esto concluye la sección. Cuando uno se entrega a la alabanza propia, de hecho pierde la aprobación del Señor. Contar con la recomendación del Señor, manifestada por su bendición, es la única manera para ganar la aprobación suya, sea ahora o sea ante el tribunal de Cristo. Hemos visto que el apóstol habla de su autoridad divina; versículo 18; su regla y su esfera divinas, versículo 13; y su aprobación divina, versículo 18. B. Pablo se preocupa, capítulo 11 Satanás figura mucho en las dos epístolas. En 1 Cor. 5.5 leemos de un hombre entregado a Satanás; en 2 Cor. 2.11 de las maquinaciones de Satanás. Leemos también de la mesa de los demonios, 1 Cor. 10.21; de Belial, 2 Cor. 6.15; y de la serpiente y el dios de esta edad, 2 Cor. 4.4. Pero en el capítulo 11 Satanás es un “ángel de luz” y sus ministros son “ministros de justicia”. Él es el arzoenemigo de todo lo que es de Dios. Es, como la palabra hace entender, el adversario. 11.1 ¡Ojalá ...! En los primeros dos versículos el apóstol trata su relación singular con la asamblea. Alude a la jactancia del capítulo anterior como “un poco de locura” y ora por su tolerancia. Primeramente, lo hace por la pureza de su motivo. Él les cela con celo de Dios, a saber, un celo que caracteriza a Dios en su trato con su pueblo. De esto se habla a menudo en el Antiguo Testamento. Queda ilustrado en Números 5 en la ofrenda por los celos, cuando un esposo tenía fundada sospecha de infidelidad de parte de su esposa. En segundo lugar, Pablo apela a lo peculiar de su ministerio y responsabilidad. Él había abrazado la congregación como una virgen casta a Cristo, y anhelaba que no fuera contaminada. Es como el siervo de Abraham al presentar a Rebeca a Isaac en Génesis 24. En otras partes habla de sí como un “perito arquitecto”, 1 Cor. 3.10, y como habiendo recibido un ministerio especial para la Iglesia, Colosenses 1.25. La relación de Pablo con la Iglesia es muy similar a la de Moisés con Israel. Pablo había desposado la asamblea a Cristo, empleando una de las varias metáforas suyas en relación con la Iglesia. Es provechoso notar la actividad satánica en relación con cada una de ellas. Cual templo del Dios Vivo, Satanás le quitaría su santidad; cual cuerpo lo negaría su ministerio por medio de la división; cual esposa él violaría su castidad. El apóstol temía que, así como el tentador sedujo a Eva con su versatilidad, ellos también serían desviados de la sencillez de corazón en devoción y pureza hacia Cristo. Su referencia a la tentación en Edén deja en claro que él aceptaba de un todo la certeza histórica del relato. Y así debemos hacer nosotros. Satanás tuvo éxito con Eva al distorsionar lo que Dios había dicho. Una vez corrompida la mente en cuanto a esto, el desastre viene en pos. Ella dejó de reconocer que Adán era su cabeza, y actuó por su propia cuenta. 11.4 si viene alguno predicando ... “Viene alguno” es un título mesiánico. “... aquel que había de venir”, Mateo 11.3; “el que ha de venir”, Hebreos 10.37. El líder de los falsos profetas, 11.13, aparentemente asumió este título en arrogancia. Él predicaba otro Jesús, el Jesús que los seguidores de Arrio predicarían más tarde, o de los docéticos, y de los cultos 194 falsos al estilo de los Testigos de Jehová en nuestros tiempos. Ellos predicaban otro evangelio un espíritu diferente, un evangelio que no era evangelio. Al ser así, ¿ellos hacían bien en recibir a semejante hombre? Si este es el sentido, entonces el apóstol está hablando irónicamente, como hace a lo largo del pasaje. Por el otro lado, se puede interpretar las palabras como, “Ustedes toleran al tal, ¿y por qué no me toleran a mí cuando me glorío?” En el versículo 6 él expone su razón de otra manera. Se ha explicado de dos maneras las palabras, “aquellos grandes apóstoles”. Algunos consideran que se trata de los principales entre los doce, Pedro y otros, y que Pablo está diciendo que en nada queda él inferior a Pedro. Al entender la expresión así, se la ha usado para refutar una supuesta supremacía de Pedro. Por cuanto el apóstol está hablando de los méritos y desméritos de aquellos que él llama en el 11.13 “falsos apóstoles”, hay quienes opinan que de éstos habla en el versículo 5. Definitivamente, favorece la segunda interpretación la expresión, “aquellos apóstoles de primerísima calidad”. Entendemos que aquí el apóstol está hablando sarcásticamente de los falsos maestros y sus jactancias bombásticas. Pablo de ninguna manera era inferior a ellos en (i) la cuestión de reproches, 11.33, 12.10 al 12; (ii) la cuestión de revelaciones, 12.1. (Los falsos se gloriaban en sus visiones imaginarias y su angelolatría; compárese Colosenses 2.18). Y, (iii) la cuestión de sus recursos, 12.9,10. La gracia y el poder de Cristo eran suyos en abundancia. En la primera mitad del versículo 6 él reconoce que ellos podrían sobrepasarle en el uso de la retórica y el arte de predicar, pero tal vez aun esa concesión sea irónica. En la cuestión del conocimiento, sin embargo, él no aceptaría la acusación de ser “del vulgo”, como se traduce la palabra en Hechos 4.13. Hay un proverbio que reza: “El que no sabe y no sabe que no sabe, es un necio. Evítalo. El que no sabe y sabe que no sabe, es un simple. Enséñalo. El que sabe y no sabe que sabe, está dormido. Despiértelo. El que sabe y sabe que sabe, es sabio. Sígalo”. Pablo está en la última categoría. Por consiguiente él había manifestado la verdad de un todo a los corintios. Es cierto que el apóstol quedaba ampliamente demostrado entre ellos, pero aquí se refiere a lo que les había enseñado. 11.7 ¿Pequé yo ...? En los versículos 7 al 12 el apóstol introduce el tema del sustento que recibía en sus labores. Sus opositores decían que no era apóstol genuino porque trabajaba con sus manos. En la fraseología moderna él sería tildado de “laico”, aunque en esta porción no habla de sus labores para mantenerse. Sin embargo, ellos sabían que lo había hecho. Él había aceptado la ayuda enviada por otras asambleas, como la que llegó por intermedio de hermanos macedonios. Por haberles predicado el evangelio gratuitamente, pregunta con un tono de sarcasmo, “¿Pequé yo?” Él no les había sido carga, y estaba resuelto a seguir bajo este principio en el futuro. Las palabras, “la verdad de Cristo que está en mí” pueden ser entendidas como un juramento, como un ruego solemne, como una afirmación (una declaración solemne de su propósito firme), o como en Romanos 9.1: “verdad digo en Cristo”. Cualquiera de estas posibilidades es defendible. Había aquellos que buscaban oportunidad para acusar a Pablo de predicar por dinero, y él estaba resuelto a negarlo ante ellos y de esta manera destruir su pretensión de que estaban trabajando sobre la misma base que él. Los hechos dejan en claro que su jactancia era vana. 11.13 Estos son falsos apóstoles Su apostolado no era genuino; era espurio. Ellos eran engañosos, poniendo trampas. Eran hipócritas, disfrazándose en pieles de ovejas, como si fuera. Como los fariseos, eran de su padre el diablo, Juan 8.44. Como Satanás cambió de apariencia a la de ángel de luz, así estos ministros afirmaban traer una nueva luz a los corintios, como la serpiente había hecho en el Edén. Más temible es como ángel de luz que como león rugiente. En 1 Reyes 13.18,24 encontramos una ilustración de ambos: “Yo también soy profeta como tú, y un ángel me ha hablado por palabra de Jehová ... Y yéndose, 195 le topó un león en el camino, y le mató”. Los ministros de Satanás hacen más daño en el púlpito que en una taberna. Los profesores modernistas en los seminarios contaminan el arroyo en su fuente. Pablo habla severamente de su fin y su suerte: “Por ahí andan muchos, de los cuales os dije muchas veces, y aun ahora lo digo llorando, que son enemigos de la cruz de Cristo; el fin de los cuales será perdición, cuyo dios es el vientre, y cuya gloria es su vergüenza; que sólo piensan en lo terrenal”. La rebelión de Coré, registrada en Números 16, es una ilustración de autorización divina de estos falsos apóstoles y su obra. Compárese Apocalipsis 2.1 al 7. 11.16 Otra vez digo ... Estas palabras se refieren a lo dicho en el versículo 1, y se expresan en vista de lo adicional que Pablo va a decir en cuanto a su base para gloriarse. Él reconoce que gloriarse es locura, pero les apela que no le consideren a él un loco. Sin embargo, si lo van a hacer, entonces quiere que le reciban como tal, así como habían recibido a otros que se gloriaban según la carne y por lo tanto eran unos locos, 11.9. Ya había dicho, “El que se gloría, gloríese en el Señor”, de manera que es la esencia de insensatez gloriarse en la carne, como en el 11.22. “Siendo vosotros cuerdos”, 11.19, es fuertemente irónico. 11.20 Pues toleráis ... Se anota cinco características de los falsos apóstoles (i) Al sujetar los cristianos a servidumbre, ellos les quitan su libertad, bien sea por sujeción a la ley y sus rudimentos débiles y pobres, Gálatas 4.9, o a ellos mismos. (ii) Ellos devoraban a los cristianos, aprovechándose de ellos. Compárese Lucas 20.47: “... devoran las casas de las viudas, y por pretexto hacen largas oraciones”. Contaban con sus propias maquinaciones para sacar dinero de la asamblea. (iii) Engañaban, y se aprovechaban de los incautos cuales peces que muerden el anzuelo. (iv) Se exaltaban a sí mismos, aparentemente abrogándose ciertos derechos sacerdotales, tal vez defendiendo esta práctica con señalar que en Israel los sacerdotes eran una clase privilegiada. (v) “Si alguno os da de bofetadas”. Para ilustraciones literales de esto, véase 1 Reyes 22.24, Mateo 5.39, Lucas 22.64 y Hechos 23.2. Quizás está mencionado aquí como simbólico de la manera en que estos falsos profetas humillaban a los cristianos. Estas marcas de los ministros de Satanás deberían ser comparadas con los nicolaítas, nikaolaos, aquellos que conquistaban el pueblo y guardaban la doctrina de Balaám el devorador. Sin duda describen la manera en que Satanás echó la base del sistema jerárquico de Roma. En el versículo 21 el apóstol se reprocha a sí mismo irónicamente por no haber hecho ninguna de estas cinco cosas. La segunda mitad del versículo se explica y se expande en el versículo 22. Ellos hacían alarde de su linaje, pero no era nada mayor de lo que él ha podido decir del suyo. Por cuanto todos los apóstoles del Señor eran hebreos, Satanás no intentaría incorporar un gentil en su apostolado. 11.23 ¿Son ministros de Cristo? En 11.23 al 33 el apóstol anota sus sufrimientos como las credenciales para ser un siervo de Cristo. Dice que habla como un necio, uno que está fuera de sus cabales, y no meramente uno que carece de razón, como en versículos anteriores. En el versículo 23 él menciona cuatro maneras en que se considera superior a los falsos profetas, los nicolaítas de 11.13,20. Son sus trabajos, azotes, cárceles y peligros, tratados más específicamente en los versículos 24 y 25, especialmente los últimos tres; lo que amplía su mención de “trabajos” está en los versículos 26 al 29. En 11.24,25 se mencionan cinco sufrimientos, pero en Hechos de los Apóstoles leemos de uno solo de ellos, el de ser azotado con varas en Filipos. A manos de su propio pueblo, los judíos, él recibió los treinta y nueve azotes que eran el máximo que podían aplicar cinco veces, Deuteronomio 25.1 al 3. Se empleaba un látigo de tres puntas, que no pocas veces arrancaban carne de la víctima. Tres veces los romanos le azotaron con varas. Ambas formas de castigo eran tan severas que algunas víctimas murieron. El apedreamiento tuvo lugar en 196 Listra, Hechos 14.19. De los tres naufragios mencionados, ni uno figura en otra parte; el de Hechos 27 tuvo lugar posteriormente. Nada adicional leemos de haber estado una noche y un día en el alta mar, aferrado a una tabla o algo por el estilo. 11.26 en caminos muchas veces ... El apóstol abunda ahora sobre las labores mencionadas en el versículo 23. A menudo él estaba en peligro en sus muchos viajes, y aquí menciona ocho amenazas. Los ríos y los ladrones cubren dos estilos de viaje; los judíos y los gentiles; bien entre una chusma en la ciudad o entre fieras en el desierto; el mar con sus tempestades violentas y los falsos creyentes que representaban aun más peligro. En el versículo 27 él anota ocho circunstancias más en relación con sus labores, posiblemente aquellas en, por ejemplo, Corinto o Éfeso. Las primeras dos se relacionan con trabajos manuales, aunque no exclusivamente. El trabajo y la fatiga, junto con muchos desvelos, necesariamente se vinculan con su obra de evangelización. El hambre, la sed y los ayunos forman otro conjunto de tres. El frío y la desnudez posiblemente tienen que ver con sus encarcelamientos, y encuentran eco en su solicitud un tiempo después por un abrigo al estar preso en Roma, 2 Timoteo 4.13. 11.28 además de otras cosas ... Hay varias interpretaciones. Posiblemente el apóstol está sugiriendo que aparte de estas pruebas externas había también la de una preocupación todos los días por el bienestar de las asambleas. O, algunos opinan que él se refiere a dos puntos adicionales a los ocho; a saber, una presión cada día y también ansiedad por las iglesias. Si se acepta este criterio, se entiende que él habla por un lado de la presión ejercida por los falsos apóstoles y por el otro lado el interés que tenía por la grey de Dios. También se observa que la palabra empleada para preocupación es la que encontramos en Números 16.40 en relación con la rebelión de Coré: “... en recuerdo para los hijos de Israel”. 11.29 ¿Quién enferma? Esto abunda sobre la última cláusula del versículo anterior. Él compadece de los débiles y se indigna por los obstáculos puestos ante los cristianos, como se ve claramente en Gálatas. En el 10.17 él se había gloriado en el Señor, y ahora dice que su gloria está en las enfermedades. Va a gloriarse en sus humillaciones, llevándolas como medallas de guerra. Por cuanto hay siempre el gran peligro de exagerar al relatar experiencias propias, el apóstol invoca a Dios como testigo a la verdad de lo que había dicho. Palabras parecidas se encuentran en Romanos 9.1, Gálatas 1.20 y 1 Timoteo 2.7. Entonces, algo en el estilo de una posdata a lo que había escrito, él relata la experiencia de haber sido librado por Dios en Damasco. La experiencia de la cesta ha debido ser humillante en el momento, pero la astucia judía y el poder gentil quedaron frustrados, así como en la resurrección de Cristo. En años posteriores aquello ha debido ser un gran estímulo para el apóstol. En estos tiempos de comodidad laodiceana no es fácil intentar un comentario sobre este resumen de las experiencias de Pablo que tanto nos humillan. Su vida y sus padecimientos eran como una zarza ardiente que nunca se consumía. C. Pablo y su apostolado, 12.1 al 19 12.1 Ciertamente no me conviene El apóstol registra su experiencia cuando fue arrebatado al tercer cielo. Esto sigue de inmediato el relato de su humillación en Damasco. Él comienza con reconocer que no es prudente ni provechoso gloriarse pero está obligado a hacerlo. Entonces da una ilustración de “las visiones y las revelaciones” que recibió. Dice cuándo fue pero no dice dónde estaba en esa ocasión. No relaciona la experiencia con ningún acontecimiento, como el apedreamiento en Listra, pero algunas personas lo hacen. Habla de sí mismo como “un hombre en Cristo”, no refiriéndose a alguien que conocía en el pasado, sino a uno que conoce en el momento de escribir. 197 Él fue arrebatado, empleando aquí la misma palabra que en 1 Tesalonicenses 4.17 donde se habla del rapto de los santos al encuentro con el Señor. No sabe si fue arrebatado corporalmente. Él repite este detalle, y es importante observar que esto hace ver que el estar en el cuerpo no es esencial para la consciencia espiritual. El tercer cielo del versículo 2 y el paraíso del versículo 4 pueden ser uno y el mismo, pero el segundo término es más específico. Hay los cielos espaciales o etéreos, los cielos siderales y luego el tercer cielo el cielo de los cielos. Pablo no dice que vio al Señor en aquella ocasión, sino que oyó cosas que no le era permitido divulgar. La revelación fue para él no más, probablemente en vista de todo lo que tendría que enfrentar. 12.5 De tal hombre me gloriaré Pablo se gloriaría en lo que el creyente es en Cristo, y será cuando se hayan completado los propósitos de Dios y el creyente esté glorificado. Éste sí es un tema idónea para que uno se gloríe, porque es de un todo de Dios. Pero de sí mismo él no tenía por qué gloriarse, salvo por el privilegio de sufrir por el Señor. 12.6 Sin embargo, si quisiera ... Aun si iba a gloriarse, no iba a exagerar al estilo de un necio, sino ceñirse estrictamente a la verdad. No deseaba crear una impresión falsa de sí mismo. 12.7 para que no me enaltezca Por cuanto en el versículo 6 Pablo desistió de relatar otras experiencias acaso ellos formasen una impresión errónea de él, dice ahora que Dios había hecho una provisión para resguardarle de un concepto errado de sí mismo; o sea, del orgullo. Le fue dado un aguijón en la carne. Algunos opinan que fue una espina purulenta, y otros una estaca sobre la cual estaba atravesado, como si fuera. Para ilustraciones de la primera idea, véase Números 33.55, “los moradores del país ... serán por aguijones en vuestros ojos y por espinas en vuestros costados”; Ezequiel 28.24, “nunca más será a la casa de Israel espina desgarradora, ni aguijón que le dé dolor”; y Oseas 2.6, “yo rodearé de espinos su camino”. Se ha entendido de cuatro maneras las palabras “en la carne” el cuerpo. En este caso la aflicción tendría que ser física como la que se le permitió a Satanás hacer con Job. Al ser así nuestro pasaje podría ser relacionado con Gálatas 4.13 al 15, “una enfermedad del cuerpo ... la prueba que tenía en mi cuerpo”. la naturaleza carnal con su inclinación al orgullo. En este caso la espina sería algo que le humillaba constantemente en relación con su labor, como sus enemigos, los maestros judaizantes, los falsos apóstoles u hombres como Alejandro el calderero e Himeneo y Fileto, 2 Timoteo 4.14, 2.17. un estorbo de parte de Satanás. Él le impidió ir a Tesalónica, 1 Tesalonicenses 2.18. los pensamientos viles. Esta sugerencia se puede descartar. Sería algo pecaminoso, y Pablo no se gloriaría en sus enfermedades. A la luz del texto en el versículo 8 la explicación preferible sería la primera, pero posiblemente debemos admitir tanto la primera como la segunda. La rogativa hecha tres veces que fuese quitado nos hace recordar el Getsemaní. La respuesta que recibió también conduce a la misma conclusión que el término “carne” se refiere a algo físico. La gracia y el poder de Cristo le fueron concedidos para contrarrestar o hacer contrapeso a su debilidad. Él deseaba por encima de lo demás conocer en su ministerio el poder de Cristo tabernaculando sobre él y morando en él. De los cinco puntos mencionados en el versículo 10, cuatro se dividen en parejas la debilidad física con los insultos de parte de sus enemigos, y la privación con la persecución. La angustia y las circunstancias estrechas aplican a ambas. Él no era un fakir fanático que se 198 jactaba de padecimientos auto impuesto. Se gloriaba de estas realidades porque las padecía por el honor de Cristo, cosa posible solamente por la todo suficiente gracia de Cristo. 12.11 Me he hecho ... De nuevo él reconoce la insensatez de gloriarse y la necesidad de hacerlo. De nuevo habla del principal de los apóstoles, a saber, de los falsos apóstoles del 11.13. Las señales de su apostolado que habían sido realizadas entre ellos han debido resultar en que ellos salieran en defensa de sus afirmaciones. Las tres marcas “señales, prodigios y milagros (maravillas)” se emplean en Hechos 2.22 al referirse al Señor; en Hebreos 2.4 a los apóstoles; y en 2 Tesalonicenses 2.9 al Anticristo. Eran señales a Israel, y eran maravillas porque provocaron asombro. Eran credenciales de Él como el Mesías, y Pablo aduce a ellas como credenciales de su apostolado. A cualquiera que dice ser apóstol hoy en día se debe exigir las mismas credenciales. Cuando aparezca el Anticristo, Satanás le capacitará para realizar cosas parecidas con miras a engañar. 12.13 menos que las otras iglesias ... Pablo vuelve en 12.13 al 19 a la cuestión de su sostén. Por cuanto la asamblea en Corinto llegó a existir por medio de él, y él era inferior a estos apóstoles principales, ellos no eran de ninguna manera inferiores a otras asambleas, excepto en la cuestión de no haber sido él una carga para ellos. Por esto él irónicamente pide su perdón, de esta manera haciendo resaltar su ingratitud. Sin embargo, se ceñiría al mismo principio al realizar su tercera visita. No buscaba los bienes de ellos, sino algo más. Deseaba su amor y lealtad a él y al Señor, y buscaba edificarles, 12.19. Como un padre él manifestaría más amor, y pregunta, “¿Me van a amar menos como respuesta?” Algunos iban al extremo de acusarle de astucia y artimañas, de un motivo falso por no ser una carga para ellos. Esto lo refuta en los versículos 17 y 18. Él les había enviado a Tito y otro hermano con él. ¿Por esto él, o Tito, o el tercero se había aprovechado de ellos, o había obtenido algún beneficio económico? Tito y él andaban por la misma senda y estaban animados por el mismo espíritu de amor y servicio en bien de ellos. Entonces en el versículo 19 el apóstol deja en claro que él no había estado buscando probarles las cosas como si fuesen ellos jueces suyos. Al contrario él perseguía su edificación y se reconoce responsable ante Dios, hablando como estando en comunión con Cristo ante Dios. D. Pablo advierte de nuevo, 12.20 al 13.10 12.20 Pues me temo que … Esto enfatiza la necesidad de la edificación mencionada en el versículo 19. Los ocho problemas listados en el versículo 20 corresponden todos a las obras de la carne, comenzando con las contiendas y envidias y terminando con los tumultos o el desorden público. La asamblea había llegado a ser como la viña de Proverbios 24.30,31; en ella había crecido los espinos, ortigas ya habían cubierto su faz. Donde hay celos y contención, allí hay perturbación y toda obra perversa, Santiago 3.16, de manera que Pablo temía que la inmoralidad no había cesado aún y que el culpable seguía sin arrepentimiento. Estos dos factores explican su temor de dos caras en el 12.20, y le humillaban grandemente delante de Dios. 13.1 al 4 Esta es la tercera vez ... El apóstol renueva su advertencia que les había dado cuando estaba con ellos en su segunda visita, de manera que insistía que se debería investigar y atender con severidad toda acusación contra él, y todo pecado entre ellos. “Sólo por el testimonio de dos o tres testigos se mantendrá la acusación”, Deuteronomio 19.15. Aparentemente algunos buscaban todavía más evidencia de que él hablaba o actuaba por la autoridad de Cristo, a saber, en cuestiones de castigo, así como en Hechos 13.11. Les asegura que presentará pruebas. Les recuerda en el 13.3 que Cristo había manifestado su poder en medio de ellos. Tal vez 199 esto se refiera a su conversión, pero probablemente a tales cosas como aquellas registradas en 1 Cor. 11.30. Si bien la cruz era la esencia de la debilidad según el criterio humano, ya que Dios no había actuado en defensa de Cristo —compárese 1 Reyes 13.4, la mano seca contra el varón de Dios— ni Cristo había despegado poder, con todo la cruz no era la palabra final. Ahora Cristo ha resucitado y se ha vuelto juez. Al someterse a indignidades y acusaciones falsas, el apóstol se había hecho partícipe de la supuesta debilidad de Cristo. No tomó represalias. Pero así como había participado en aquella debilidad, así también podría ejercer juicio en comunión con el Cristo vivo. 13.5 al 10 Examinaos a vosotros mismos ... Lejos de examinarle a él, ellos deberían examinarse a sí mismos, acaso a la postre resulten réprobos, o falsos. Si Pablo era un apóstol réprobo, necesariamente ellos eran todos réprobos. Si Jesucristo estaba en ellos, ellos no eran réprobos. Y si ellos insistían en más evidencia de la autoridad de él, encontrarían que su postura era válida. Sin embargo, en los versículos 7 al 9 él ora que la vida de ellos sea tal que él no tenga que producir más evidencia de su poder, aun si pareciera probar que su profesión de autoridad no era genuina. Su gran afán era la prosperidad de la verdad del evangelio entre ellos, y a él le agradaría que ellos resultasen tan fuertes que no habría necesidad que él empleara su autoridad apostólica, luciendo así ser débil. Él buscaba y pedía la restauración de ellos, 13.10, no su perfección en el sentido de madurez. Les escribía en la esperanza de que así resultara, de manera que no habría necesidad de severidad, ni el solemne acto de excomulgar y juzgar. 6. Admonición y bendición Pablo y la Trinidad, 13.11 al 14 Pablo y la Trinidad, 13.11 al 14 En su despedida él da cuatro órdenes que recogen el sentido de mucho de lo que ha dicho en la epístola— sean perfectos; pongan en orden lo que está mal, restáurense de un todo sean consolados, como se trata en 1.6,7, 7.8 al 13 sean unánimes entre sí, llevando en mente lo dicho acerca de las divisiones y contiendas partidistas vivan en paz, acordándose de lo dicho en la primera epístola acerca de los juicios en tribunales mundanos y en la segunda epístola en cuanto a los tumultos en general Y, como resultado, el Dios de paz estará con ellos, en medio de ellos en auténtico poder. Solamente al cumplir con las cuatro órdenes del versículo 11 podrían ellos llevar a cabo lícitamente su acostumbrado saludo. En el versículo 13 el apóstol agrega un saludo de parte de todo el pueblo del Señor. La bendición que el apóstol emplea como cierre es para todos ellos, irrespectiva de toda la contienda partidista y las divisiones, y se extiende a aquellos que se le oponían. La bendición es un claro reconocimiento de la Trinidad. La secuencia de los nombres puede sugerir el hecho de que es sólo por la gracia del Señor Jesucristo que conocemos en la práctica el amor de Dios, y es solamente por el poder del Espíritu Santo que ésta se puede realizar. La doctrina del Dios único en tres Personas es fundamental y de importancia clave en toda experiencia cristiana. Esta misma bendición novotestamentaria corresponde a aquella que se registra en Números 200 6.24 al 26. Que repose ella sobre todo lector. Leyendo día a día en 2 Corintios B.Osborne Day by day through the New Testament Precious Seed Publications Introducción La primera carta a los corintios había despertado la conciencia de la mayoría y reestablecido el temor de Dios en sus corazones, como también integridad en su conducta. Pablo se sentía aliviado. Si bien describe sus sentimientos antes de llegar Tito de Corinto con las palabras “ningún reposo tuvo nuestro cuerpo”, él puede expresar su condición ahora como consolada por la presencia de éste y las noticias que trajo acerca de los corintios, 7.6, 7. Algunas circunstancias causaban preocupación todavía. Parecía persistir el peligro de la inmoralidad, y por esto la exhortación del 6.14 acerca de la luz y las tinieblas. Más dolorosa en el plano personal era la oposición fuerte a él de parte de algunos en Corinto. ¿Qué es tan cruel como los conflictos religiosos? ¡Y cuán severos pueden ser! La carta hace entrever a qué extremo la contención será promocionada por hermanos falsos. Le acusaron de ser inconstante, 1.17; egoísta, 3.1; carente de recomendación, 3.1,2; desequilibrado, 5.13; falso apóstol, 11.5, 12.12; deshonesto, 12.16 al 19; grandilocuente en sus escritos pero despreciable en su persona, 10.10; cobarde, 11.30 al 33; bajo el desagrado de Dios, 12.1 al 10; ningún predicador, 10.10; mañoso, 12.16. Fue necesario enfrentar a sus detractores. Pablo había sido provocado a defenderse, 4.2, 6.4, 12.11, y hablar acerca de sí, y por esto tenemos tal vez la más personal, como también la más conmovedora, de sus epístolas. Se le había acusado de andar según la carne, pero retará a sus acusadores a juntarse con él en lo que atañe a la fidelidad a Cristo. Ellos habían dicho con desdén que su presencia corporal era débil, y les desafiará a reunirse con él. Estos puntos se relatan en el capítulo 10. Estos señores se presentaban como apóstoles por excelencia, 11.5, y negaban el apostolado de Pablo, pero él hará ver que eran “falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo”. Ellos se caracterizaban por la arrogancia, pero Pablo por el servicio y el sufrimiento. Por esto veía necesario hablar acerca de sí, cosa que no le agradaba por cuanto hubiera deseado magnificar a Cristo directamente. Con todo, era necesario para ellos. Si no lo hubiera hecho, los corintios se hubieran quedado expuestos ante sus adversarios. capítulo 1 El Dios de toda consolación Al considerar los primeros versículos de este capítulo conviene llevar en mente que algunos se oponían a Pablo, y esta circunstancia realza la hermosa ternura del saludo que manda. Hará mención de sus aflicciones, pero comienza con “bendito” y reconoce que viene de Dios el consuelo que tiene. Sus sufrimientos le han traído una revelación nueva de Dios expresada en un Nombre nuevo, uno que es maravilloso en su ternura: “Padre de misericordias y Dios de toda consolación”. 201 Él es el originador de todas las misericordias, la fuente de donde fluyen. Es “el Padre de las luces”, Santiago 1.17; “las misericordias de Dios”, Romanos 12.1; “el Padre de los espíritus”, Hebreos 12.9; “el Padre de gloria”, Efesios 1.17. Si hay una misericordia, Él es su Padre, cualquiera que sea. Es a la vez el Padre de toda consolación, y tiene el buen ánimo y consuelo que el amor puede impartir a un ser amado al llenar su más íntima necesidad. Pablo hace mención de las misericordias y la consolación antes de hablar de la aflicción, pero en toda ocasión cuando había estado afligido, fue sostenido por la mano de Dios, y de ella derivó bendiciones. ¿Bendiciones? Sí, y no la menor de ellas la oportunidad de extender simpatía a otros, fruto de la simpatía divina que él mismo había recibido. Tenía no sólo una revelación nueva de parte de Dios, sino también un poder nuevo para consolar a otros, y sus contratiempos añadían a su utilidad en el servicio del Señor. Es solamente en la medida que de buena gana se aprenda y se acepte el reproche de Cristo que el sufrimiento está absorbido por su consolación, v. 5. Con todo, lo que le tocó a Pablo en el servicio de Cristo fue para el bien de los corintios, y él veía las aflicciones de ellos como un testimonio de que compartían su consuelo. No quería que ignoraran lo que había sufrido, ya que le permitía manifestar cuán profundo era su cuidado por ellos. Su tribulación le había enseñado a Pablo una confianza inconmovible en Dios, vv 9, 10. ¡Estaría con él en toda y cualquiera circunstancia el Dios que podía conducirle a través de la tribulación en Asia, v. 8! En cuanto al hecho de que no les había visitado, él tenía buena conciencia, vv 12 al 14. Además, era hombre de ciertas convicciones, vv 15 al 24. Sus decisiones no eran “según la carne”; su mensaje era definitivo, y la razón por su ausencia era la del v. 23. Como siempre, su amor por ellos gobernaba su actuación. capítulo 2 Los triunfos del amor de Cristo Pablo había sido consecuente. Su meta era la felicidad de los santos, y quería evitar una visita a Corinto que conllevaría una reprensión que les provocaría angustia, ya que empleaba la severidad y la reprensión con moderación. Si reprendemos mucho más que alabamos, nuestra severidad pierde efecto, siendo descontada la reprimenda por su frecuencia. Al reprender, Pablo lo hacía con amor, v. 4, y la única reprimenda eficaz es la que se da junto con un abrazo amoroso. Ellos habían procedido a disciplinar después de la carta anterior, pero ahora eran culpables de una severidad excesiva. La disciplina había sido realizada con miras a la restauración del ofensor, y ahora debían manifestar una disposición a perdonar. El cristiano debe estar siempre dispuesto a perdonar, así como ha sido perdonado por Dios. Había dos peligros. Por un lado, una severidad exagerada podría sucumbir al ofensor en desespero, v. 7, o por otro lado Satanás podría aprovecharse de ella como oportunidad para ahuyentarle de la comunión de los santos, v. 11. En Troas Pablo tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de su carrera. ¿Servir a los pecadores o a los santos? ¿La salvación de almas o los intereses de una iglesia carnal? El suyo era un ministerio doble: (i) el evangelio … del cual yo Pablo fui hecho ministro; y (ii) fui hecho ministro … para que anuncie cumplidamente la palabra de Dios, Colosenses 1.23 al 25. Él se marchó de Troas, y las oportunidades que presentaba, para atender a las necesidades de la asamblea de Corinto. En ese momento, era más importante impedir que le deshonren personas que eran llamadas por el nombre de Cristo que traer al conocimiento de Cristo personas que no le habían recibido. Tito le había traído noticias de otro triunfo del amor de Cristo en Corinto y Pablo daba 202 gracias a Aquel que siempre lleva en victoria. La metáfora del v. 14 se deriva de los generales victoriosos de Roma. El Conquistador Todopoderoso estaba llevando a Pablo por la vuelta del mundo como ejemplo ilustre de su poder para subyugar y salvar. El enemigo de Cristo era ahora el siervo de Cristo. Estaba en una marcha triunfal, no meramente como uno que había sido conquistado, sino como uno que estaba triunfando con Dios. Los mismos predicadores apostólicos se presentan como un olor, su personalidad fragante con Cristo, su mensaje muy agradable para Dios. Le eran de un todo aceptables a Dios, aun cuando algunos de sus oyentes estaban rumbo a la destrucción mientras otros se salvaban, vv 15,16. capítulo 3 Cartas y pactos Los corintios eran la “carta” de Pablo, fruto de sus labores, y eran también “carta de Cristo”. Así como Dios escribió en tablas de piedra para Israel, ahora Cristo está grabando en los corazones de su pueblo. La vida del cristiano es una epístola; es un mensaje de Cristo al mundo, ya que el sermón más poderoso es una vida cristiana consecuente. ¿Su mensaje es legible en nuestras vidas? Pablo no tomaba para sí algún crédito por el cambio en la vida de ellos; era obra de Dios, vv 4, 5. La misma suficiencia divina le capacitó a él para ser ministro competente del nuevo pacto. El viejo se basaba en un documento escrito, Éxodo 24.1 al 8, pero el nuevo pacto en el poder de un Espíritu vivificante. El viejo le decía a uno qué debía hacer, pero el nuevo le cambia a uno, dándole poder para cumplir. El viejo era un instrumento de muerte debido a la incapacidad del hombre a cumplirla, y la pena era la muerte. Aquel viejo pacto nació en gloria con un resplandor que es eterno, vv 7 al 9, y aquella gloria estaba ilustrada en el rostro de Moisés, pero no era intrínseca ni permanente. Por esto Moisés cubrió el rostro para que el pueblo no viera la gloria pasajera, v. 13. Aquel velo simboliza también el velo que está puesto sobre la mente de ellos al leer las Escrituras. Ellos no ven que la gloria del viejo pacto está eclipsada por el resplandor del nuevo, pero aquel velo les será quitado cuando buscan al Señor, v. 16. La aspiración de Moisés había sido la de ver la gloria de Dios, Éxodo 33.18, y ella está realizada en el pacto nuevo, v. 18. Además, nosotros estamos transfigurados a aquella gloria. ¿Cómo estamos transformados? Al contemplar y concentrarnos en Cristo como está visto en su Palabra, confiando en el Espíritu Santo para efectuar el cambio. Será progresivo: “de gloria en gloria”. El Espíritu realiza un cambio dentro de nosotros, transformándonos a diario a la imagen de nuestro Señor. Contemplamos y adoramos en silencio; Él efectúa en nuestras vidas lo que vemos en Cristo. Mirando somos transformados, dice el v. 18. capítulo 4 Contrastes La luz contrasta con las tinieblas, vv 1 al 6; la debilidad con el poder, vv 7 al 14; la aflicción con la gloria, vv 14 al 18. El evangelio sigue siendo un secreto aun para muchos que lo oyen vez tras vez. El hecho de quedarse encubierto de algunos es su condenación, y les señala como enrumbados a la destrucción. Satanás les ha enceguecido, v. 4. Para Pablo el evangelio era una cosa muy grande. La luz que irradia es tan resplandeciente que es increíble que los hombres no la vean, y el poder que se opone a ella debe poseer una malignidad inmensa. La incredulidad de los hombres le da a Satanás la oportunidad de cegar sus facultades de 203 percepción espiritual. El dios de este mundo hace su obra de enceguecer; el Dios verdadero mandó que la luz resplandeciera. Pablo vio la faz de Jesucristo en su resplandor, y sabía que aquella gloria era la de Dios, v. 6. El conocimiento de aquella gloria estaba guardado en un vaso de barro, a saber, el cuerpo de hombre con su debilidad y mente limitada. Pero ahí un principio divino, uno que protegía la verdad de que la salvación era de un todo del Señor. Dios dispondrá siempre que su obra sea realizada por hombres que están dispuestos a reconocer que la grandeza de su poder es suyo, y no de ellos. En los contrastes que siguen Pablo destaca tanto la debilidad suya como el poder de Dios, vv 8 al 10. Todo era para la bendición de ellos y la gloria de Dios, v. 15. La disminución progresiva en la fuerza de la vida corporal de Pablo se contrasta con la renovación progresiva de su vida espiritual. El velo de una humanidad cansada y sufrida escondía la vida misma de Cristo que latía inmortalidad, la vida misma de Cristo. Se estaba gastando el hombre exterior pero el interior se renovaba de día en día. Pablo hace contraste entre el presente y el futuro. La aflicción es liviana, pasajera y apunta a la gloria, pero la gloria venidera es, en el texto griego, “¡excesiva al exceso!” El lenguaje no la describe. Finalmente, el apóstol pone en contraste lo visible y lo invisible. Las cosas vistas se caducan, pero las de gloria perduran para siempre jamás. Todo depende de cómo fijamos nuestra mirada. Levante los ojos al cielo y mida el presente en función de lo invisible y eterno. 5.1 al 17 Una posibilidad y una certeza ¿Qué de si la muerte disuelva este cuerpo que tenemos? “Tenemos de Dios un edificio”. El tiempo presente expresa la certeza de que recibiremos un cuerpo en resurrección, 1 Corintios 15.42 al 49. Hasta esto, “gemimos” bajo la debilidad del cuerpo y nuestra propensión a pecar, anhelando la gloria celestial. Nosotros mismos, que tenemos las primicias del Espíritu, gemimos, esperando la adopción, la redención de nuestro cuerpo, Romanos 8.23. Nuestro futuro glorioso está asegurado por cuanto lo tenemos prometido, el aval del Espíritu, y aun ahora somos obra de Dios, “el que nos hizo”, v. 5. Por ahora sólo podemos disfrutar de la anticipación de la gloria que vendrá. Por supuesto, nuestra residencia presente en el cuerpo es un exilio del Señor, una ausencia de nuestro hogar verdadero, v. 6. Es cierto que el Señor está presente espiritualmente con todos nosotros, pero está ausente físicamente. Pablo no abrigaba duda acerca de qué le iba a suceder al morir, sabiendo que pasaría a la presencia inmediata del Señor, v. 8. “… estoy puesto en estrecho, teniendo deseo de partir y estar con Cristo, lo cual es muchísimo mejor”, Filipenses 1.23. Por el momento su ambición era la de ser acepto en los ojos de Aquel. “Procuramos … serle agradables”, v. 9. “Es necesario que todos comparezcamos ante el tribunal de Cristo”, v. 10. Esto no está dicho para empañar la perspectiva de la dicha que está por delante, sino como un estímulo a la ambición de agradar al Señor. Los acontecimientos futuros inciden en la vida presente del hijo de Dios. Lo que hemos hecho aquí en vida será manifestado más adelante. El Maestro que va presidir en el escrutinio es el mismo Señor que nos ama y se entregó a sí mismo por nosotros. Él no será severo ni injusto, ni pasará por alto circunstancias atenuantes, sino comprenderá toda dificultad que nos asedia. Pable servía como uno que tendría que rendir cuenta, v. 11, y por esto persuadía a los demás 204 con base en una profunda reverencia y en el temor de Dios. El amor de Cristo le constriña, v. 14. El amor por los hombres que Cristo manifestó al morir por ellos le obligaba a Pablo a ser fiel a ese Salvador. Le impelía, le dominaba. Tenemos aquí el testimonio sin reserva de una vida que estaba sujeta a un motivo poderoso y envolvente; era la bendita esclavitud de una vida cautivada y comandaba por el Príncipe de amantes, el Señor Jesucristo. Bien pudo escribir Zinzendorf, fundador de la Misión Moravia: “Tengo una sola pasión en la vida: Él”. 5.18 al 21 El ministerio de la reconciliación La reconciliación es la sustitución de amistad por enemistad, y por insinuación señala a una amistad que existía una vez pero fue perdida. El hombre fue hecho para amistad con Dios y cumple su destino cuando está en unanimidad con él. Pero hay una influencia perjudicial — el pecado. El pecado se ha interpuesto entre Dios y el hombre. El alejamiento del hombre de Dios, junto con la consiguiente enemistad proactiva contra Dios, fue consecuencia de la desobediencia y el pecado de Adán. La desobediencia a la voluntad de Dios imposibilitó la comunión entre el hombre y su Creador. Esta consecuencia, la comunión rota, sigue vigente hasta el día de hoy. El hombre tiene que ser rectificado ante Dios; tiene que ser reconciliado, y en esto se prueba cualquier evangelio profeso. Es una prueba crucial, porque la cruz es el punto esencial. Dios nos reconcilió a sí al hacer pecado de Cristo por cuenta nuestra. Cristo era sin pecado, ni conocía pecado; era de un todo santo. Fue tentado en todo a semejanza de nosotros, pero nunca fue tentado por pecado innato. Desde luego, era inconcebible que Él pudiera pecar, porque era Dios manifestado en carne. Fue hecho pecado. Su impecabilidad era la cualidad que permitía en la estima de Dios que fuese el agente de la reconciliación. Dios lo asoció a él con el pecado, el que no tenía pecado, cosa que requería nada menos que la muerte de cruz. Cristo no sólo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, sino también fue hecho pecado. Pesó en su contra todo el asunto del pecado, y mientras aquello estaba pendiente, la reconciliación era imposible. Pero Cristo, siendo hecho pecado, murió y lo quitó una vez por todas. El pecado le fue impuesto por Dios, y su muerte es la ejecución de la sentencia divina sobre aquello. Al morir, Él quitó el pecado, de manera que no es una barrera ahora. Dios ha hecho la paz por la transacción del Gólgota, realizando así la reconciliación. El pecado podía ser atendido tan sólo por la muerte. Exigía la muerte de Aquel que, siendo Hombre, podía morir, y siendo Dios, podía impartir a su sacrificio expiatorio toda la dignidad, virtud y gloria de su Persona divina. “Dios estaba en Cristo, reconciliando consigo al mundo”, v. 19. El creyente es un embajador del corte celestial que trae del Rey el ministerio de la reconciliación del hombre. capítulo 6 Afectos restringidos, asociaciones relajadas ¿Por qué eran los corintios tan negativos hacia Pablo? La respuesta es que su amor no era lo que debía ser, v. 12. Eran estrechos en su amor. El calor expande, y el calor del corazón de Pablo siempre ensancha el corazón de otro. A diferencia de los corintios, su boca estaba “abierta” y su corazón “ensanchado”. Era enteramente franco y sentía un amor cálido por ellos. Esta afirmación es más maravillosa en sus labios, debido a que los corintios habían negado la 205 veracidad de su ministerio — ¡y qué ministerio era! — vv 3 al 10. Le habían acusado de motivos ulteriores, se habían burlado de su estilo y ridiculizado su apariencia. ¡Y ante todo esto su corazón se ensanchó! El apóstol no conocía el estrechamiento. Su corazón les abrigaba a todos ellos, pero no todo lo que tenían en el corazón. Su corazón era suficientemente amplio para que todos sus convertidos fuesen objetos de su afecto, pero ellos no siempre eran así para con él, v. 12. “Ensánchense”, les dice. También debían cuidar sus relaciones interpersonales. Cuando Cristo no está ante el corazón, de una u otra manera el mundo se interpondrá. Uno no se da cuenta de las excusas que tapan las alianzas malsanas, y pronto el honor del Señor se queda comprometido. Los vv 14 al 18 prohíben todo nexo malo, por cuanto no podemos aceptar tanto el yugo del Señor, Mateo 11.29, como el del mundo que le rechazó y crucificó. El texto prohíbe todo tipo de unión en la cual el carácter del cristiano pierde algo de su integridad y rasgo distintivo. No podemos comprometernos por medio de una comunión con nada en el mundo que es ajeno a Dios. Hay cosas en el mundo con las cuales el cristiano no se atreve asociarse, ni puede, y por esto el llamado a la separación en el v. 17. Con todo, su vida no es un renuncio estéril, ya que está separado del mundo con un propósito nada menos de el de disfrutar de comunión con Dios, quien nos recibe, nos ve con beneplácito. Nos regocijamos en ser hijos e hijas del Dios vivo. Las marcas de auténticos ministros de Cristo se destacan como consecuencia de esta separación. Sólo ellas pueden sostener las 28 características enunciadas en vv 4 al 10, ya que los servidores suyos tienen el propósito específico de no dar ocasión de tropiezo, v. 3. capítulo 7 Tristeza según Dios Pablo tiene a los corintios en su corazón, y pide que abran los suyos suficientemente como para que él llegue a ser un objeto constante de su amor. No sólo se gloría con respecto a ellos, sino se consuela al oir de ellos, vv 4 al 7. Hay el asunto de la carta que les había enviado, pero él no lamenta haberla escrito, por los resultados morales que produjo — a saber, el arrepentimiento. En los vv 9, 10 Pablo esboza el proceso que la carta encadenó en ellos; la raíz de todo fue la tristeza según Dios; el tallo fue el arrepentimiento y el fruto la salvación. La tristeza según Dios es ver el pecado como Dios lo ve, no sólo en sus consecuencias, sino en cuán malo es en sí. Es asumir el criterio de Dios acerca del pecado. De esta tristeza fluye el río caudaloso del arrepentimiento, que es un cambio de propósito ante aquel pecado que dio lugar a la tristeza. Es “arrepentimiento para con Dios”, Hechos 20.21, el abandono del pecado para dirigirse al Padre, y esto a la salvación. Es el gran poder del amor de Cristo y su sacrificio que derretirá el corazón en verdadero arrepentimiento; es lo que Romanos 2.4 describe como la benignidad de Dios que guía al arrepentimiento. Dios no salva a un hombre mientras se aferre al pecado, aunque la base de la salvación es la obra de Cristo en cruz, y no el arrepentimiento. Ahora, ¿qué de los corintios? Ellos se habían entristecido a causa de la ofensa cometida en su medio. En vez de indiferencia, habían estado afanosos por quitar la culpa que pesaba sobre ellos, indignación ante la vergüenza que les había traído, un deseo vehemente por ver a Pablo de nuevo, celo para promover su honra y una disposición de administrar el castigo que el ofensor merecía. La enseñanza del v. 10 (“la tristeza que es según Dios produce arrepentimiento”) les fue confirmada en su propia experiencia. 206 Aun cuando Pablo desea el castigo y la reformación del ofensor, su objetivo principal es el resguardo de la fidelidad y el celo de la iglesia. Y así fue, como sabemos por el v. 14. Con todo que les diga cosas severas, él no les menosprecia ni les calumnia, y sin duda en esto da un ejemplo que quisiéramos seguir. Obsérvese cómo Pablo se refiere al servicio de Tito a lo largo de esta epístola — no tuve reposo en mi espíritu, por no haber hallado a mi hermano Tito, 2.13; Dios … nos consoló con la venida de Tito, 7.6; nos gozamos por el gozo de Tito, 7.13; gracias a Dios que puso en el corazón de Tito la misma solicitud por vosotros, 8.16 al 18; Tito, es mi compañero y colaborador para con vosotros, 8,23; rogué a Tito, y envié con él al hermano, 12.18. capítulo 8 Las riquezas de la liberalidad Pablo había estado recogiendo recursos materiales para la iglesia en Jerusalén, pero los corintios habían tardado en aportar. Ahora les reta. Su concepto del dar de parte del cristiano es elevado. Lo percibía como una gracia, un ministerio del Espíritu Santo efectuado dentro de uno por experiencia personal y manifestada a otros de una manera práctica. Corinto abundaba en todo lo demás, pero faltaba aquí. Pablo, entonces, les pone por delante dos ejemplos. Primero, los macedonios, vv 1 al 6: Eran marcadamente pobres y habían sufrido aflicción, pero había en ellos una devoción abnegada, amando a otros más que a sí mismos. No obstante su pobreza, habían manifestado liberalidad y dado espontáneamente. Habían suplicado permiso para ayudar; excedieron las expectativas de Pablo, aun “más allá de sus fuerzas”. El amor no calcula cuánto sobra, o qué no va a doler. ¿Qué era el secreto? Es que “a sí mismo se dieron primeramente al Señor”. Su iniciativa fue la expresión externa de su devoción interna. Como cosa de mayor importancia se entregaron al Señor. Si un hombre siente que no es dueño de sí mismo, mucho menos va a sentir que es dueño de sus bienes. Dios nos quiere a nosotros mismos antes de a nuestro dinero. Lo que los macedonios dieron fue precedido por un acto de entera entrega propia. Segundo, Cristo mismo, v. 9: “Conocéis la gracia de nuestro Señor Jesucristo, que por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico, para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”. Los motivos supremos del acto de dar de parte del cristiano son el ejemplo de Cristo y nuestra gratitud a él por su condescendencia infinita por el bien nuestro. Pablo habla del misterioso y singular empobrecimiento propio de Cristo. ¿Quién puede concebir de las riquezas que eran suyas? Hacerse pobre, hacernos ricos; tomar nuestra cruz, darnos una corona; asumir nuestro pecado, concedernos la justicia de Dios; tomar nuestra maldición, darnos su bendición. Él se empobreció para que fuésemos enriquecidos, y parte de nuestra respuesta debe ser el sacrificio de una porción de nuestros bienes terrenales para atender a las necesidades de otros que son de Cristo. Cuando Pablo escribió, los corintios ya habían comenzado a dar, pero cesaron, vv 6, 10. Él quiere que comiencen de nuevo y de buena gana, cada cual conforme a su capacidad, vv 11, 12, y con toda confianza de que él guardaría y administraría escrupulosamente su aporte. capítulo 9 207 La generosidad cristiana El hecho de dar no es un sacrificio puro y simple; es una siembra que resultará en una siega. Usted cosecha lo que planta, v. 6. Nada pierde por ser bondadoso, y la siega será proporcional a la semilla sembrada. Sembrar abundantemente, cosechar abundantemente. Dar no es sólo un aporte; es una inversión. Por supuesto, uno no debe dar por motivos egoístas; el motivo debe ser honroso. El espíritu detrás de lo que damos es más importante que lo que damos; debemos hacerlo a propósito, “como se propuso en su corazón”, dice el v. 6, sin queja, sin obligación, “no con tristeza, ni por necesidad”. Cada cual debe estar enteramente libre para decidir cuánto dará, y dará de buen ánimo. Dios ama a quien aporte en el espíritu de contentamiento que no admite reserva. El deseo de ser bondadoso, y los medios grandes y pequeños para serlo, vienen ambos de Dios. Al decir de Salomón, “¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que pudiésemos ofrecer voluntariamente cosas semejantes? Pues todo es tuyo, y de lo recibido de tu mano te damos”, 1 Crónicas 29.14. No es sólo que Él ame al dador alegre, sino que en gracia puede ordenar las cosas para que haya siempre algo que dar, vv 8, 9. Puede darle a uno tanto la sustancia como el espíritu en el cual va a dar. Donde existe el espíritu bondadoso, Dios atenderá a cómo expresarlo, y el cristiano tendrá “en todas las cosas todo lo suficiente”. Citemos a Pablo: “No lo digo porque tenga escasez, pues he aprendido a contentarme, cualquiera que sea mi situación. Sé vivir humildemente, y sé tener abundancia; en todo y por todo estoy enseñado, así para estar saciado como para tener hambre, así para tener abundancia como para padecer necesidad. Mi Dios, pues, suplirá todo lo que os falta conforme a sus riquezas en gloria en Cristo Jesús”, Filipenses 4.11, 12, 19. Él proveerá no sólo lo que podremos dar, sino también por nuestras propias necesidades, v. 10. Por cuanto multiplica la semilla sembrada, v. 10, el dar no es empobrecerse a sí mismo, sino enriquecerse. El dar trae oportunidades para acciones de gracias a Dios, vv 12, 13,15. Inspira la oración, provoca alabanza de parte de los recipientes y les estimula a querer a aquellos que les han favorecido en gracia. La bondad cristiana, entonces, se vuelve una acción de gracias, una iniciativa sistemática para agradecer al Dios que de tal manera amó al mundo que dio lo que palabras no pueden describir: “¡Gracias a Dios por su don inefable!” capítulo 10 La mansedumbre y ternura de Cristo “Yo Pablo os ruego” tiene un énfasis peculiar que da a entender que hablo no es sólo el sujeto gramatical del primer versículo sino también el tema en referencia. El capítulo está lleno de alusiones a las acusaciones en su contra, y forma parte de la reivindicación que el apóstol ofrece en los capítulos 10 al 13. Algunos decían que era “poca cosa” (Biblia Textual), o pusilánime, cuando estaba entre ellos, mas actuaba osadamente al no estar en Corinto. Decían que andaba según la carne, era propenso a la exaltación propia y usaba sus cartas para amedrentarles, vv 2, 8, 9. Algunos hacían chiste de su apariencia personal y la falta de dignidad en su porte. ¿Cómo procede Pablo a refutar todo esto? ¿Con una indignación justiciable? No, sino que les ruega por la mansedumbre y clemencia, o dulzura, de Cristo. Estas cualidades eran de gran precio a su modo de ver, aunque ellos no lo veían así. Recuerda al Señor Jesús, de cuán ajenas a sus reacciones eran la violencia y la pasión cuando expuesto a la más odiosa 208 provocación, y cómo desconocía esa pecaminosa promoción propia que no puede admitir los derechos de otras personas. Fue en ese espíritu que Pablo atendió a la situación que le enfrentaba. La va a manejar como lo hubiera hecho Cristo. Él manifiesta las características de su Maestro y hace mención específica de estas gracias cristianas, debido a que fue por ellas que él era despreciado. Notemos que el servicio paulino era para edificación: “nuestra autoridad, la cual el Señor nos dio para edificación y no para vuestra destrucción”, 10.8; “Delante de Dios en Cristo hablamos; y todo, muy amados, para vuestra edificación”, 12.19; “Hágase todo para edificación”, 1 Corintios 14.26. Por supuesto, había aquellos expertos en comparar sus propias laboras con las de otros, v. 12, y eso para exaltarse a sí mismos. Pablo comenta apropiadamente que la alabanza propia es peligrosa siempre. Él había restringido su servicio a los límites que Dios le había indicado, y no se gloriaba en la labor de otros como si fuera la suya propia, vv 14 al 16. Este apóstol no quiere que nadie piense que está promocionándose, ni que sus logros se deben enteramente a él mismo. Sus detractores se gloriaban en sí y al hacerlo se descalificaban de recibir el visto bueno de Dios. Pablo sólo quería recibir la aprobación divina. Nosotros podemos gloriarnos en verdad solamente en aquello que Él ya ha hecho por medio de nosotros, y al hacerlo cantamos: “¡Gloria a Dios, porque su gracia en nosotros abundó!” capítulo 11 El corazón de un siervo auténtico Aquí se revela qué impulsa a un verdadero siervo de Cristo. Pablo desea presentar a los corintios a Cristo como una virgen pura, como un pueblo cuya fe no había sido contaminada por la falsedad. Los había desposado a “un solo esposo”. Así como el nexo matrimonial es exclusivo, también los creyentes estamos comprometidos a una lealtad exclusiva a Cristo. Una virgen no debe interesarse por otro aparte de ese solo varón con quien está comprometida. Allí estaba el problema. Los falsos maestros estaban divirtiendo la atención de los corintios de su Objetivo verdadero. Les estaban seduciendo espiritualmente, distanciando sus corazones de una lealtad entera a él. La meta de Pablo era la de preparar a los creyentes para Cristo, pero su temor era que se desviaran de esa devoción exclusiva. Aquellos maestros (“grandes apóstoles”, les tilda en el v. 5) que les distraían eran hombres que se gloriaban en la carne, detractores que esclavizaban a otros, vv 18 al 20. ¿Qué eran, entonces, las marcas de un auténtico siervo de Cristo? Las tenemos en los vv 23 al 28. ¡Qué catálogo de sufrimiento! El hombre que padecía todo eso era enfermizo, pero aquellos peligros y tribulaciones eran secundarios para él. Lo que le oprimía a diario, y de lo cual no tenía escape, era su preocupación acerca de las asambleas. Llevaba en el corazón las iglesias que había plantado y visitado, con todos sus problemas y diferencias. Se ejercía por ellas en oración y de toda otra manera posible. Su “preocupación” consistía en tomar sobre sí todas las ansiedades de cada miembro de cada grey. En el v. 29 vemos dos aspectos complementarios de ese cuidado — simpatía para con el débil e indignación ante los tropiezos. Pablo sentía las debilidades de los débiles como si fueran las suyas propias, y los abusos a otros como si él mismo los hubiera cometido. La simpatía es la esencia del amor cristiano, y el suyo era un verdadero ministerio cristiano. 209 Escudriña las Epístolas para darse cuenta de los temas de las oraciones por las asambleas. Este hombre oraba siempre, Romanos 1.9, 1 Corintios 1.4, y sin cesar, Efesios 1.16 capítulo 12 El aguijón y la gracia Una de las insinuaciones más crueles acerca de Pablo era la de estar bajo el manifiesto desagrado de Dios. Sus opositores señalaban al aguijón del v. 7. No es claro qué era, pero los términos empleados son físicos y los indicios que era algo atroz. Pablo se encontró obligado a explicar a qué se debía este problema, y al hacerlo rompe el silencio que se había impuesto sobre sí catorce años antes. Él, “un hombre en Cristo”, había tenido una experiencia estupenda, siendo arrebatado al tercer cielo para ver cosas imposibles de comunicar en lenguaje humano. La humildad asombrosa de Pablo se hace entrever en el silencio que guardó por catorce años acerca de algo que otros hubieran proclamado a viva voz desde la azotea. Existía la posibilidad del orgullo, y el Señor había tomado medidas apropiadas. A Pablo le fue dado aquello que resultó doloroso y humillante a la vez. Tres veces oró que fuese quitado, dirigiéndose a Uno que en los días de su carne había orado tres veces al Padre: “Pasa de mí esta copa”. Vino la respuesta, v. 9. Las palabras “me ha dicho” hacen sobreentender que la respuesta fue repetida y era definitiva. Fue válida para el resto de la vida del apóstol. El aguijón no fue quitado, pero hay dos maneras de aliviar una carga. Se puede disminuir su peso, o se puede fortalecer el hombro que la lleva. El Señor optó por la segunda en el caso de Pablo, prometiéndole gracia y fuerza suficientes. La promesa está narrada en el tiempo presente, y es nuestra hoy en día. Su gracia basta todavía, y aplica en la medida de nuestra necesidad; nunca sobra, nunca falta, nunca se adelanta, nunca se atrasa. “Mi gracia”, dijo el Señor, ¡y qué gracia la suya! Estaba “lleno de gracia y de verdad” y aquella gracia está a nuestro alcance. Una vez que Pablo reconoció que el aguijón era parte del propósito del Señor para su vida, toda su actitud cambió. El aguijón le guardó de soberbia espiritual, le hizo consciente de su propia debilidad y puso a su disposición nuevas reservas de poder espiritual. La debilidad de Pablo fortalecía el poder de Dios, que era perfecto ya, en sus manifestaciones y operaciones. El poder de Dios opera todavía cuando se reconoce la debilidad humana. capítulo 13 La bendición La próxima visita de Pablo a Corinto daría lugar a exámenes de conciencia. La habían acusado de debilidad, y él hace recordar que Cristo fue crucificado en debilidad. El Señor tomó para sí la naturaleza humana con todas sus debilidades con miras a estar en condiciones de someterse a la muerte más ignominiosa. Clavado en cruz, parecía estar enteramente a la merced de pecadores, pero ahora vive por el poder de Dios. Pablo ha experimentado en su plenitud lo que significaba ser débil en Cristo, pero de ninguna manera desconocía aquella fuerza que se perfecciona en la debilidad. Esperaba que los corintios no fuesen deficientes en esto, vv 7, 9. Es significativo que exprese su forma más amplia de una bendición al final de ésta, la más severa de sus cartas. Aquí está el desbordamiento de un corazón amoroso; él deseaba bendición, ¡para sus opositores inclusive! Es la medida de aquel hombre; su amor abrazaba a todos. Se invocan todas las Personas de la Trinidad, dando por entendida la personalidad distinta 210 del Hijo, el Padre y el Espíritu Santo. Por ende, el pasaje es un reconocimiento claro de la doctrina de la Trinidad. Cada Persona hará valer su presencia según la esencia de su naturaleza y el papel que desempeña en la obra divina de la salvación. El medio de la salvación es la gracia de nuestro Señor Jesucristo. La gracia es propia del Padre pero aquí se adscribe especialmente a Cristo, en parte debido a que la gracia de Dios se manifiesta a través de él y en parte debido a cómo la manifiesta en el 8.9. La fuente de la cual fluye esa gracia es el amor de Dios, el que “es amor”, 1 Juan 4.8, 16. Fue por su participación en el Espíritu Santo que los corintios habían llegado a conocer el amor de Dios y experimentar la gracia de Cristo. Él es el Agente vivo de comunión entre creyentes y comunión con el padre (por él clamamos “Abba, Padre”, Romanos 8.15, Gálatas 4.6) y con el Hijo; vivimos según el Espíritu, dice Romanos 8.9. El Espíritu es también el vínculo vivo y personal de aquella comunión entre creyentes que es llamada la comunión de los santos. La gracia del Hijo, el amor del Padre, la comunión del Espíritu — ¿qué bendiciones adicionales podemos desear? Poco después de haber escrito esta carta, Pablo visitó a Corinto (“llegó a Grecia”, Hechos 20.2), pero no sabemos cómo le recibió la iglesia. 211