Análisis estad^stico de! P'adrón 1\/1e^nicipa! de Nabitantes por AVE Li NO PAB LOS TRABAN CO Inatituto Neciona{ de Estadistica INTRODUCCION E1 terna, a nuestro juicio lleno de sugerencias, presenta lo que parece ser un problema general de tantas cuestiones que se pretenden vulgarizar, el de su vasta amplitud, y cuya respuesta no puede ser otra que la de limitarse a esbozarlo, a establecer unos planteamientos básicos y tratar, aunque no se consiga plenamente, de desbrozar el terreno y allanar el camino para trabajos más ambiciosos o^viajes de más larga andadura. El Tftulo III del Reglamento de Población y Demarcación Territorial de las Entidades Locales, define el Padrán Municipal como instrumento público y^ fehaciente a todos los efectos administrativos, añadiendo que es la relación, de los habitantes del término, con expresión de sus respectivas cualidades. Haciendo honor a la primcra parte de esta definición, el Padrón comenzó siendo un baluarte burocrático eapaz de alumbrar certificaciones de fndole diversa. Pero su riqueza informativa era tan valiosa, que no es de extrañar que pronto se produjera el ,proceso lógico de intentar obtener utilidad y provecho de sus datos. FL PAI?RON COMO DfJCL.1MENT0 DE G^ST ItJN NiUN IC IPAL Y COMO FUENTE DE DATOS NUMERICOS El proceso aludido tuvo lugar en dos direcciones primordiales : en el aspecto de la gestión municipal y en el estadfstico. E1 conjunto de los habitantes del municipio con sus características personales y de locali2ación, que es lo que eonstituye el armazón de los padron.es municipales, permite obtener relacion^es de grupos ESTADISTICA ESPAÑOLA especiflcos de personas clasificadas por calles, secciones o distritos, esto es, detertninar una tipologta particular, según el ^^specto concreto de la aplicación práctica que se pretenda conseguir : organizar una camparia de vacunación, estabiecer Ia base nominal para ia exaccibn de un impuesto, notificar cualquier tipo de medidas que afecten a un determinado sector de la población, etc. Desde una óptica puramen,te estadística, los padrones de habitantes han facilitado, con una tradición casi secular, los datos municipales de población, las conocidas poblaciones de derecho y de hecho. El primer eoncepto tíene un alcance legal, comprende a los residentes presentes y a los ausentes cuya ausencia temporal por díversos motivos, traba^o, negocios, servicio militar, servicios domésticos, ete., no ocasiona la pérdida de residencia en un municipio. El segundo es un concepto con un peso específico especialmente demográfico, y abarca a los residentes presentes y a las transeúntes; estos últimos, representan la contrapartida de los ausen,tes. El signíficado de la población de hecho se identifica con aquélla que gravita de una manera real sobre una deter^ninada área geográfica en un instante dado. Tiene gran importancia en las ciudades y localidades con una gran concentración de acuartelamientos, hospitales, colegios y otros establecimientos colectivos que generan un elevado eontingen,te de población, transeúnte. Es de señalar que, a partir de 1970, esto es, er^ las rectificaciones anuales a 31 de diciembre de los años 1971 a 1974, se abandonó • el estudio de los habitantes de hecho, por las razones que después se indicarán. Nuevamente, este tipo de poblacián se ha tenido en cuenta, como era ineludible, en la última renovacián padronal realizada con referencia al 31 de diciembre de 1975. Hasta época reciente fue éste el único fruto estadístico que ofrecib el Padrbn. El año 1965 marca el inicio de una nueva etapa en el campo que nos ocupa, y ello debido a dos razontes fundamentales. La primera, el hecho de que el Ir^stituto Nacional de Estadística se ocupara por vez primera de Ilevar a cabo una explotación demográfica deducida de la inforrnación padronal carrespondiente a la Renovación del mencionado año. En segun,do Iu^ar, la presión de la informática, que estaba incidiendo ya en distintos ámbitos de la vida del pafs, empieza a introducirse en el trata^niento de las cuestiones administrativas de los Ayuntaxnientos, y cóm,o no, en la mecanización de los padrones municipales. Asf hoy dfa, algunas Corporaeiones, muy pocas por cierto, pueden alardear de ser pioneras en la materia, desde el año 1965. En 1970, la mecanización de los padrones se extendf a a casi un 20 por 100 de la poblacián española. En la última Renovación de 1975, se ha producido una verdadera explosión del fenórneno, hasta el punto que se estima afecta a bastante m,ás del 50 por 100 de los españoles. Una consideración muy significativa que, sin género de dudas, nos lleva a predecir un halagiieño porvenir, no sálo en, el tratamiento mecanizado de la información padronal, sino en la utilidad que de ella se pueda extraer, consiste en la circunstar^cia de que, en varias provincias se ha mecanizado el padrón de la totalidad de los municipios, entre ellas se cuentan Alava, Guipúzcoa, ANALISIS ESTADISTICO DEL PADR^N MUNICIPAL DE H ABiTANTES 47 Murcia, Navarra, Las Palmas, Santa Cruz de Tenerife, ^'izcaya y 1t^ragoza. Ello, como es obvio, permitirá llevar a cabo estudios a escala pravincial, e incluso regional, en los casos de Canarias y del País Vascu. F:s de justicia señalar, que tales lugros se deben a la intervencibn de las Diputaciones Provinciales que, o bien se han hecho eargo de la provincia eompleta, o bien de aquellos municipios, los más, carentes de medios pa^ra emprender una tarea de esta envergadura. No es necesario, par evidente, esforzarse en destacar que las posibilidades que ofrece el tener mecanizada una información de tal naturaleza son amplias y diversas, tanto en lo que se refiere a las tareas adm^tnistrativas y de gestión, como en lo relativo a disponer con rapidez de datos precisos para eualquier prayecto cancreto de planificación y de hecho asi ha sucedido, en mayor o rnenor medida, con los Ayuntamientos que han emprendido este camina. Coino ejemplo importante y generalizado cabe ci.tar la obtenci,ón de las listas electorales comprensivas dc una ordenación aliabética de los electores por secciones. No debe pensarse que el camino es fácil. Por el contrarito, se encuentra llena de dilicultades, y es lógico que así sea, cuando se trata de roturar un terreno en. el que la experiencia es escasa o nula. Pero lo que, a nuestro modo de ver, queda fuera de toda duda, es que el futuro se presenta prometedor y el hori2onte claro. LAS CIFRAS DE >'OBLACION EN LUS PADRONES MUNICIPALES Cada cinco años, los terminados en 0 y 5 y con referencia al 31 de diciembre, los Ayuntam.ientos llevan a cabo la renovacián de sus padrones ^nedian,te el reparto de las correspondientes hojas de inscripción que, como es por demás conocido, son cubiertas por los cabezas de familia. Se trata por tanto de una operacián ^ex nova», esto es, un borrón y cuenta nueva. En las años intermedios se p ^reten^de conseguir una actualización a través de las altas y bajas, del mavimiento natural de la población y de los movimien,tos migratorios, que se resumen anualmente, al igual que una contabilidad que se cierra a fin de año, dando lugar a las cifras de las rectificaciones padronales. 1-iemos apur^tado que, de este modo, se intentan actualizar lds cifras de población de las renovacion,es. Sin e^nbargo, todos los Ayuntamientos saben muy bien que ello es muy dificitl de conseg,uir, incluso para aquéllos que realizail verdaderos esfuerzos con esta finalidad. Este es, en nuestra opinión particular, uno de los principales problemas que tiene glanteado el padrón municipal de habitantes, y al que debe dar respuesta si se quiere que sea un reflejo real del inventario humano del municipio y, corno consecuencia, permita extraer de él ur^ jugo de buena calidad. Las renovaciones, coxno resultado de una autoinscripción, podrán tener Inayores o menores defectos en funcián de la mejor o peor vigilancia a que se hayan, sometido ^$ ESTADISTIGA ESPAÑOLA las operaciones padronales, bien mediante medidas de carácter general para todo el pafs, o bien las que cada Ayuntamíento haya adoptado de mancra especfflca, pero es indudable que ofrecen. una cobertura poblacional inuy aceptable, A partir de este momento la informaeión se degenera progresivamente como consecuen,eia princípalmente de dos factores adversos. La influencia de uno de ellos, se ha intentado ya n^eutralizar, Nos queremos referir al fenóxnen,o, cada ve^ m^s frecuente a medida que transcurren los años, de la aparícíán de las hechos demogr^,flcos, nacimientos, defunciones y matrimonios (estos últímos son tambíén de ínterés, en cuanto afectan a la calificación vecinal de los c:ontrayentes) en^ localidades distir^tas al municipio de residencia, con la cansiguiente repercusión en las rectiflcaciones anuales del padrón, debido, simplemente, al desconocimiento del hecha. Este inconveniente, cuya importancia aumenta con el desarrollo de los centros de asistencia sanitaria en los gran.des r^úcleos urban^os, pensamos que habrá quedado subsanado a partir de 1975, si es que f unciona debidamente el instrumenta que se ha montado para ello a petición, precisamente, de los propios Ayuntamientos, consistente en que éstos deben recibi^r unos boletines munGicipales de los nacimientos, matrimonios y defunciones que afectan a sus propios residentes, cualqulera que sea el registro civil en que se hayan inscrito, los cualés forman un cuerpo común con los cuestionarios de la Estadfstica del Movimiento Natural de la Población a cargo del I. N, E. y son tramitados por conducto de las Delegaciones provinciales de Estadfstica y de las Jefaturas provinciales del Servicio de Inspección y Asesoramiento de las Corporaciones Locales. El segundo factor que interviene en, el mencionado proceso degenerativo, es la falta o, mejor dicho, la ausencfa de control en la movilidad territorial. Todos estamos obligados gor Ley a declarar nuestros traslados de residencia, tanto en el municlpia de origen como en el de destino, e incluso los cambios de domicilio dentro de una n^isma localidad, pero Ia experiencia demuestra que tal precepto, en la mayor garte de las ocasiones, sálo se cumple cuando a los afectados se les exige un certificado rnunicipal, lo que suele ocurrir con frecuencia en los trámites de altas en la Seguridad Social, corno e jemplo signfflcativo. La cuestión tiene, a nuestro entender, un tratamiento nada sencillo y esta rnisma diflcultad nos induce a evitar la tentación de aventurar algún procedimiento para allanarla. No obstante, se podrfa decir que encontrar la ^fórmula mógica^ ^ que resolviera el problema no serfa tan difícil coxno vencer la inercia de los rnecanismos que habria que poner en marcha para darle a la xnisma un sentido pragmático. Por tanto, creemos más conveniente limitarnos a señalar diversos métodos o tentativas que, según tenemos noticia, han sido puestos en práctica o ensayados por algunos Ayuntamientos, o que han sido propuestos en los semínarios de estudio en los que, de alguna manera, se ha abordado el tema. La mayor parte de ellos consisten en establecer la necesaria coordinación con ciertas Empresas, Instituciones y Entidades ANALISIS ESTADISTICO DEL PADItON 14iUNICIPAL DE H ABITANTES 49 a fin de que exijan el certificado de residencia cumo r•equisito previo para el disfrute de deterlninados servicias. Cornu ejemplos podertZOS ser^alrir, las Erlipresas d^^ agua y electricidad que, al constituir generalmente monupolios dentru del Iliunicipio, simplificarán los contactos y acuerdos con las mismas pur parte de la administración municipal. Las Empresas de gas y teléfonos, cuya única restricción será la costumbre de obtener el alta de estos servicios a nombre de lus prol^ietarios-de los inmuebles y no efectuar el cambia a Ios subs^guientes inquilinos. Las Empresas de mudanzas de muebles, si bxen el grado de obligatoriedad, en este caso, parece muy relativo, salvo que pudiera ser objeto de sanción su incumplimiento. La Cámara de la Propiedad Urbana, para recoger los cor^tratos de arrendamiento que se registran en las mismas. E1 Tnstituto Nacion,al cie Previsión, para tramitar las altas en la Seguridad Social. Esta medida es de gran irnportancia, tanto porque es susceptible de ser adoptada a nivel nacional, como porque recogerfa un elevado porcentaje de las altas por inmigración. Los Centros oficiales y particulares de Enseñanza, para formalizar la matrfcula escolar en la primera inscripción en el Centro Educativo. Los tráslados de Centro en una misma localidad serfan un buen indicador de los cambios de domicilio. Existen otras medidas de régimen interno de la administración municipal, que pueden servir para detectar las familias que no han declarado el cambio de residencia o de domicilio, como son los proyectos urbanfsticos de nuevas edificacion,es, apertura de calles, etc., (generan altas), o bien expropiaciones forzosas, declaraciones de ruinas (generan bajas), la coordinación con la Admin;istración de Rentas y Exacciones, a través de las altas y bajas que se i•eg,istren, el ariálisis de los hechos demográficos especialmente los nacimientos, que pueden revelar la existencia de padres que no están empadronados, a los que se puede invitar a que formalicen su situación. En todos los casos anteriores se requiere, en definitiva, la utilización de medios más o xnenos coactivos que, si bien es cierto, no son otra cosa que la exigencia de una obligación, sin embargo, su propia naturaleza con,stituye un freno para su completa aplicación por parte de los Ayuntamientos. En contraposición a lo que se acaba de exponer, están las medidas encaminadas a crear una xnotivación interesante para los vecinos que les anime a acudir voluntariamente al Ayuntamiento. Apaxte de la propaganda por los distintos rnedios de difusión, bandos municipales, carteles, prensa y radio (la televisián no ha sido ut^lizada), ha dado muy buenos resultados aprovechar el ofrecimiento gratuito de ciertos servicios, realizado, por correo, para incluir una nota alusiva a que los convecinos que no lo hubieran recibido no figuraban inscritos en el padrón de habitantes, invitándoles a inscribirse. Así, según hemos podido conocer, se han utilizado métodos de este tipo en el envio de información en materia de enseñan,za, relativa a Centros educativos xnunicipales y en campañas de vacunación gratuita. ^ ESTADISTICA EsPAÑOLA Una última c:^bjeción a las rectificaeiones anuales est^ relacionada con la dificultad que ofrccen para medir la población de hecho, est.o es, la que incluye a los transeúntes, quienes no tienen la obligacián de hresentar declaración alguna, y como consecuencia natural, dicha población sólo tiene sentido en un motnento determinado. Para que tuviera un reflejo real en las rectificaciones padronales, serfa necesario, cosa que nunca se hizo, montar una operación de recuento de todos los transeúntes existentes en cada municipiot precisamente en fin de año, lo que, por otra parte, solamente podría ser factible, aunque laborioso, en el caso de los establecimientos colectivos, eomo hoteles, colegios, conventos, cuarteles, ete., pero siempre escaparía a la investigación los que habitaran en viviendas familiares. Por esta razón, el I. N. E., con muy buen criterio en nuestra opinión, suprimió, a partir de 1971, como antes se ha dicho, la abtención de la aimaginaria^ ^ p^oblacián de hecho de las rectiScaciones padronales que tradicionalmente venía dando a la luz unas cifras vacías de significado. Otra solución alternativa hubiera sido convertirlas en significativas a la vista de que, ba jo el prisma del análisis demográfico, es mucho mas importante la población de hecho que la de derecho, pero está fuera de toda duda que el hacerlo y hacerlo bien cuesta dinero. Una reflexión superficial sobre el tema nos conducirfa a considerar la irrelevancia de la fecha escogida para Censo y Padrón del último dfa de diciembre, como si se tratara de hacer un balance de año nuevo, vida r^ueva. Fecha que no viene, además, avalada por antecedentes de otros pafses. Más racional, por ser más representativas del año, sería referir las cifras de población a su día central, el 1.^ de julio, y asf se hace con las poblaciones estimadas o calculadas, que como hecho obligado se utilizan en la elaboración de Ias tasas de un buen número de fenárnenos dernográficos. Pasando al terreno de los ejemplos, padrfamos preguntarn,os qué ocurrirfa si investigáramos la población de hecho de un Benidorm en las dos fechas mencionadas o, lo que resultarfa peor, tomando como referencia el 15 de agosto, con la disculpa de ser el punto medio del tercer trimestre. Sin comentarios, las diferencias serfan abismales. Sin embargo, tales cifras estarían dotadas de una gran utilidad para que el Ayuntamiento llevara a cabo una buena planificación de sus servicios municipales. Qtro ejemplo importante nos lo brindan nuestras ciudades turfsticas de las Islas Canarias ^,Es representativa su población de hecho en 31 de diciembre? Evidentemente, no. La conocida «temporada alta» eleva las cifras a niveles muy superiores a la mtedia anual. Concluimos, por tanto, en que la casufstica es variada y que, en la elección de una fecha de referencia para investigaciones de este tipo, deben sopesarse factores de distinta naturaleza que no hacen al caso en este momento. ANALISIS ESTADISTICO DEL PADRON MUNICIPAL DF H ABITANTES 51 LA MEGANIZACI(^N DEL P.^DRC;1:^v DE l-IABITA:`rTZ'l;:S Dada la movilidad social y^eo^ráfica de nuestros días, los datos de una renovación padronal se desfasan en una ^ran parte de los municipios, corr^o hemos indicado antes, desde el día si^uiente de su obtención. Bajo este hecho subyace un f ondo que reviste una especial importancia cuando se trata de relacionarlo con el desarrollo autom^tica de la inÍormación padronal. E1 problema, para rnal de males, tieize una tensa irliplicación económica. La destrucción, cada cinco años, de un r^laterial de costosa elaboración, disminuye la rentabilidad de la mecanizacián de los padrones o, en todo caso, hace que no sea atractiva bajo un punto de vista presupuestario. Desde otro ángulo, aquéllos que han puesto su inteligencia al servicio de esta labor, se rebelan al ver cámo se va deteriorando un trabajo que tantos sacrificios y esfuerzos les ha costado, y que constituiría una información vólida al 100 por 100, de vivir en un pafs habitado por individuos obedientes a sus leyes. Fue por esto que las inquietudes de un puñado de personas, representantes de un pequeño número de Ayuntalnientos, que formaban parte de la avanzadilla en la materia, provocaron la constitución de un ^rupo de trabajo, en el seno del Instituto de Estudios de Administracibn Local, para la coordinación y mecanizacibn de los padrones municipales, con la suffciente anticipación a fin de que sus conclusiones pudieran ser tenidas en cuenta en los programas de la Renovación del Padrón de Habitantes en 19?5. En esquema, y para no ser prolijos, digamos que se operó sobre el siguiente cuerpo de doctrina: aproveehar la información grabada en una renovacibn padronal, con una primera fase de reco^ida de datas mediante una hoja de empadronamiento, emitida previamente por ordenador en sus características m^s estables {Kpre-padr6n^}, y con una Ineta ideal, consistente en rnantener actualizada día a día la información, utilizando un sistema de aperación continuada de campo como etapa previa para el establecimienta de un posible re^istro abierto de población. Es a^radable constatar ahora que las tareas de este ^rupo de trabajo dieron sus frutos en algunos aspectos, superando la difícil carrera de obstáculos que siempre conduce al B. O. E., como puede desprenderse de los siguientes párrafos transcritos literalmente del articulado de un Decreto de marzo de 1975: «,,.los Ayuntamientos que tengan mecanizado el tratamiento de la il^formación padronal, o los que en lo sucesivo lo mecanicen, podrán, con autorización del Instituto Nacional de Estadistica, verificar la renovacibn quinquenal del Padrón, mediante el reparto de hojas de inscripción, previamente cubiertas con datos de las p^rsonas que ya fi^uraban inscritas...» <<Con carácter experimental y con miras a una posible generalización, los Ayun- ^2 ESTADISTICA ESPAÑOLA tamientos que posean los meciios de rnecanizacián adecuados podrón llevar a cabo un sist.c^ma cíc• cc^n^probaci^in lxertn^xnecite de l^x ^ictciali^aciórl cle lc^s cíatos pacíranales, el cual, si afrece las debidas garantías, pueda llegar, en su ca^c^, a sustituir la lIlscripción total en las renovaciones padronales...w La implantacibn, desde principios de I975, del servicia que permite a los Ayuntamientos dispaner de los boletines de nacimientas, rnatrimonios y defunciones de sus residentes, al que hemos dedicado anteriorrxiente un comentario, es también una consecuencia de la petici^in formulada en sus conclusiones por el mismo grupo de trabajo. La repercusión de esta literatura de boletíci oficlal en la próctiea, se concreta en el hecho de que unas cuantos Ayuntamientos, posiblemcnte no pasen de la veintena, abordaron en 197:"^ el método de ^pre-padrón», y uno importante, cl de 13arcelona, ha sido autorizado a realizar el ensayo de actualización continuada, lo que ofrece un interés excepcional, no súlo porque, de tener éxito, ahorraria la operacián rnasiva de inscripción en 1980, sino, tan^bién, por las grandes esperanzas que entraña en lo relativo a posibilidaci de abrir nucvas vías y clespejar oscuros hurizontes para ^ el porvenir. Interesa en este motnento recapacitar sobre cual es la verdadera situación actual, y seiialar cuáles son los obstácúlos que se interponen en el ca^nino, entre los que descuella el de la actualizacián de los datos, tema sobre el que venimos insistiendo por estimar que juega un papel primordial en el futura de estos trabajos. b✓1 primer punto a reconsiderar es que en la última Renovación padronal, la mecanización ha dado un paso de gigante y ha llegado a rebasar toda clase de previsiones. De un lado, el progreso lógica de unas técnicas a la moda de la época ; de otro, el descubrimiento por parte de las empresas privadas de inform^tica de un campa que se les ha mostrado propicio, en cuanto los Ayuntamientos, a cambio del pago de unos servicios, se veían liberados de una pesada carga de trabajo burocrático y, en tercer lugar, la loable conducta de algunas Diputaciones, que han llevado a cabo un programa de mecanización total de la provincia, ha conducido a un estado de hecho, que si bien, en una primera impresián, habria que califlcar de triunf alista ; sin embarga, no lo es tanto al someterlo a un examen detenido. Junto a unos Ayuntamientos con mayor o menor experiencia, hay otros, los más, con una absoluta falta de ella, sufriendo, por ende, la desorientación propia de las circunstancias. No quiere decir esto que haya que ser pesimistas, puesto que es indudable, que el desarrollo f avorable de la mecanización del padrón es un proceso irreversible que irá en aumento en venideras renovaciones, y que, con el paso de los años, irá ganando en experiencia y perfeccián. Pero sería deseable que esa previsible evalucián espontánea se acelerara al m^ximo, y para conseguirlo, bastaría que los Ayuntamientos participaran de esa preocupació^i que, hemos visto, es ya una constante en algunos de ellos, y que no es otra cosa que la de poner todos los rnedias a su alcance ANALISIS ESTADISTICO DEL PADR(^N MUNICIPAL DE H ABITANTES .S3 para registrar e incarporar a sus archivos magnóticos el mayor núrnero pasible de las variacioiies acasionadas por la incesante dinámica de ia población. . El problema, tal y camo hernos dejado constancia, estú resuelta, al nienos de un modo teórico, en su vertiente del movimiento natural de la poblacián, pero sabemos que no es tan fácil la solución cuando se trata de actuar sobre la movilidad territorial, f enómeno con un coeficiente de incremento cada vez más arrollador, tanta en lo que se reñere a las rnigraciones como a los cambios de domicilio dentro de un mismo municipio. Es de prever que los Ayuntarnientos, itlclusa los ril^s desp^ reocupados, se darán cuerlta, más tarde o más pronto, de que se trata de algo que incide en la fiabilidad y credibilidad de unos datos que deben tener una continua vigencia y, lo que no es menos despreciable, algo que afecta de modo directo y tangible a las propias arcas municipales. Estamos cor^.vencidas que terminarán por dar la batalla, porque s,c^lo después de ganarla tendrán las garantías suficien tes para pader inantener actualizacia la informaeión de sus padrones y, asf tambión, aprovecharla y no tener que partir de cero en las sucesivas renovaciones padronales, utilizando el procediiniento que hemos entrecomillado como pre-padrón (emisión por ordenador de hojas de inscripción previamente rellenas). N.s obvio, que el Instituto Nacional de Estadfstica, como organismo encargada de la vigilancia y aprobación de los padrones de habitantes, no podrá ni deberá quedar al margen en cuestión tan trascendente. No obstante y Inientras no se adopten otro tipo de medidas de carácter general, encaminadas a conseguir el cumpliiniento de unas obligaciones ya establecidas por precepto legal, el problema deberfa atacarse de forma específ^ca aplicando en cada municipio el tnétodo particular más en consonancia con la estructura rnunicipal en cada caso, es decir, eligiendo los canales de actualización más apropiados e intentando potenciarlos hasta el mayor grado posible, en la seguridad de que no estará haciendo un esfuerzo baldfo, sino antes al contrario, con una alta compensación en todos los órdenes. Parece oportuno eliminar toda subj etividad a este presupuesto de que la informacióli padronal sufre un extraordinario proceso de degradacián. Para ello, en primer lugar, queremos referirnos a una prospeccián realizada por un importante Ayuntamiento, debida a su propia iniciativa, que, aunque no se pretendió que tuviera rigor cientffico alguno, sino si3Yiplementc un carácter exploratorio, los resultados fueron altamente esclarecedores. E1 sondeo ei^ cuestión permitió comparar los datos contenidos en el padrón coii la realidad a poco rn^s de dos años vista. Se actuó sobre secciones de características distintas y las desviaciones obtenidas oscilaron entre un 10 por 1fJ0 en las secciones estables y t^n 30 por 100 en las más dinámicas. Un hecho anecdótico que avala el interés de esta investigación, realizada, precisamente, con objeto de estudiar las posibilidades de <<pre-padxónu para 1975, fue que el Ayuntamiento promotor de la inisma abandon^ tal idea, a pesar de haberla defendido con gran entusiasmo, a la vista del elevado porcelitaje ESTADISTIGA FSPAÑQLA de eorrecciones que serfa necesario intr•oducir y clue convertiria en poco cornpensatorio el ahorro deduci.cic^ cie la infc^rmaeión válida y aprovechable. En segundo térn^ino, pretendemos demc^strar, a partir de las cifras de las rectificaciones del padrón de 19?1 a 1974 y las de la renovación cie 1975, hasta quó extremos es bajo el fndice de las declaraciones voluntarias de cambios de residencia. Aunque el análisis hubiera sida mús espectacular eligiendo una muestra opinática d+e municipios, se ha sacrificada esta brillantez en aras de la ob jetividad, utilizando cifras provinciales. Por no estar aún disponibles los resúmenes num^ricos de la poblacián de 1975, en todas las provincias, nos hernos vistc^ obligados a considerar sólo la mitad de ellas, con ausencias notables de provincias tan destacadas como son Madrid, Barcelona y Vizcaya. No obstante, creemos que las conclusiones a que puede llegarse son eloeuentes y aleccionadores. Seguidamente, se ofrecen las tres tablas siguientes : A) Poblacián de derecho en las rectificaciones de 1971 a 1974. B) Diferencias de cada rectificaeión respecto de la anteri^r o de la censal (^i^ D$^ Ds^ ^a)• ^) Estado comparativo de diferencias y poblaciones estimadas y reales. TABLA A P+OBLACION DE DERECHO EN LAS RECTIFICAt'.IONI;:S F'ADRONALES DF^ LOS AÑOS 1971-1974 Y DEL CENSO DE 1970 PR!OVINC IAS 197U 1971 1972 ] 973 1974 Albacete . . . . . . . . . . . . . . Alicante . . . . . . . . . . . . . . Almería . . . . . . . . . . . . . . . Badajoz . . . . . . . . . . . . . . Baleares . . . . . . . . . . . . . . t3urgos . . . . . . . . . . . . . . . Cáceres . . . . . . . . . . . . . . . Ciudad Real.. . . . . . . . , . Cárdvba .............. Coruña, La... . . . . . . . . . Granada . . . . . . . . . . . . . . Jaén . . . . . . . . . . . . . . . . . León . . . . . . . . . . . . . . . . . Murcia ................ Ovieda . . . . . . . . . . . . . . . Palencia . . . . . . . . . . . . . . Pontevedra.. . . , . . . . . . . Salamanca . . . . . . . . . . . . Santander ............. Segovía . . . . . . . . . . . . . . . Sevilla .. . . . . . . . . . . . . . . Tarragona ............. Toledo. . . . . . . . . . . . . . . . Valencia . . . . . . . . . . . . . . ZaragoZa .............. 340.720 922.027 377.639 701.7U9 532.946 361.181 4fi7.687 512.821 731.317 1.030.745 ?41.659 668.206 5ó2.766 832.047 1.052.048 2(^)1.532 781.334 380.133 469.077 162.106 1.336.669 433.138 477.732 2. 769.552 757.433 343.336 93?.304 384.384 703.543 541,968 361.438 4f9,07fi 513.2ó5 737.795 1.042.fi2fi 750.088 672.484 565.157 845.198 1.OS3,640 201.t)86 792.224 381.215 476.041 162.825 1.35fi.fifi4 438.79f^ 479.422 1.792.042 774.346 344.076 95?.212 389.527 703.753 548.645 360.937 4fi8.089 511.892 741.271 1.055.275 ?53.948 675.380 566.103 861.481 1.073.803 199.527 803.880 381.044 485.792 1 fi2.334 1.36fi,531 444.603 479.942 1.810.580 ?84.727 344,328 982.951 395.462 700,9Q1 55?.434 360.724 469.836 508.739 742.727 1.067.600 ?56.899 676.68U 5fi5.821 875.114 1.089.311 197,952 815.165 380, 8 i 6 492.155 161.992 1.375.401 452.881 480.271 1.837.304 793.8fi6 344.372 1,004.831 400.003 ó96.002 5f4.741 361.614 466.414 505.102 741.992 1.080.936 758.5f 1 676.240 564.U69 889.321 1.101.282 196.791 827.241 379.66b 499.781 t 61.471 1.384.5fi9 463.fi57 480,186 1, 875.7fi5 804.571 ANALISIS ESTADISTICO DEL PADRON MUNICIPAL DE H ABITANTES ,S,S En el cálculo de ias diferencias estimadas D' g, se ha seguido un método análogo al empleado en los trabajos llevados a cabo por la inspeccil}n del I. N. b:., a fin de prever, dentro de unos límites determinados ,la población resultante en 1975 dentr© de cada sección. No es otra cosa que la rnedia aritmética ponderada 1^10 (D1 -}- 2D2 -f-^- 3D3 -}- 4D^), en la que se recarga el peso de aquellas diferencias del quinquenio más próximas en el tiempo. Los valores obtenidos de D'g se utilizan para estimar la población de 1975, por simple suma de los mismos al número de habitantes en 1974. TABLA B DIFF:RENCIAS L)^ P©BL.ACION DE CADA I^ECTIF'ICACION RLSYECTO DE LA ANTER IOR O DE LA CENSAL ni D$ D$ Ds 1971-1970 1972-1971 19?3-1972 1974-19?3 2.sls 15.277 6.745 1. 834 9.022 257 1.389 444 6.478 11.881 8.429 4.278 2.391 13.151 11.592 - 44s 10.890 1.082 6.964 719 19.995 5. s58 1.fi90 22.490 16.913 740 19.908 5.143 210 6.677 - 501 - 987 - 1.373 3.47s 12.s49 3.860 2.896 946 16.283 10.163 --- 1.559 11.65Fi - 171 9.751 -491 9.867 5.807 520 18.538 10.381 252 25.?39 5.935 - 2. 852 8.789 213 -1. 747 - 3.153 1.456 12.325 2.951 1.300 282 -13.633 15.508 --- 1.575 11.285 - 228 6.3fi3 --342 5.870 8.278 329 26.724 9.139 44 21.880 4.541 -- 4.899 ?.307 890 - 3.422 --- 3.s37 --735 13.33s 1.s62 --440 - 1.752 14.207 11.971 - 1.161 12.07s - 1.150 YROVINCIAS Albacete . . . . . . . . . . . . . . Alicante . . . . . . . . . . . . . . Almería .. . . . . . . . . . . . . . Badajoz .............. Baleares . . . . . . . . . . . . . . Burgos ............... Cáceres . . . . . . . . . . . . . . . Ciudad Real.. . . . . . . . . . Córdoba .............. Coruña, La.. . . . . . . . . . . Granada . . . . . . . . . . . . . . Jaén ................. León ................. Murcia . . . . . . . . . . . . . . . . Oviedo ............... Palencia . . . . . . . . . . . . . . Pontevedra. . . . . . . . . . . . Salamanca . . . . . . . . . . . . Santander . . . . . . . . . . . . . Segovia . . . . . . . . . . . . . . . Sevilla . . . . . . . . . . . . . . . . 'I'arragona. . . . . . . . . . . . . Toledo . . . . . . . . . . . . . . . . Valencia . . . . . . . . . . . . . . Zaragoza . . . . . . . . . . . . . . 7.s2s - 521 9.168 l o.77s - 85 38.461 10.705 Sf^ ESTADiS1'ICA ESPAÑOLA TASLA (; ESTAD() CUAiPARATi1'O I:)I: POI3LACICI^ NFS I:STI:^iAI7AS Y FIEALI^S PROVINCIAS D^g 1/1t1(DI-{-2Da -}-3Ds-i-4Ds) 297^^-1574 F'oblacfán estimada 1^?•' (1974 -^- D' a) P,^btacián abservada 19?.5 (1) Albacete. . . , . . . . . . Alfcante . . . . . > . . . . . Almería............ Badajoz . . . . , . . . . . . 13aleares . . . . . . . . . . 13ur,gOS . . . . . . . . . . . . Cáceres............ Ciudad hteal... ..... Córdoba.......... Coruña, La.. ....... Granada. . . . . . > . . . Jaén . . . . . . . . . . . . . León .............. Murcia .. . . . . . . . . . . . (Jviedo . . . . . . . . . . . . Palencia. . . . . . . . . . . Pontevedra,........ Salamanca. . . , . . . . . Santander....... ... Sogovia ............. Sevilla . . . . . . . . . . . . . Tarragona.. . . . . . . . , Toledo............ Valencia........... Zaragoza........... 502,8 21.983,0 5.300,0 -- 2.589,8 7.797,1 217,6 903,2 ----- 2.530,9 1.485,8 12.749,8 3.165,0 1.221,0 --357,1 14.344,4 12.fi32,6 - 1.293,3 11,fi36,1 454,4 -7.6^5,9 -337,3 10.301,1 8.521,0 337,7 29.358,2 10.79i,2 -10.9?9 4?.021 -11.511 -4fi.885 32.974 --10.699 --34.312 -20.242 --24.223 -21.179 ---15.586 -24.960 -28.859 - 7.981 1.012 -10.028 17.375 --23.117 - 8.784 --10.271 -- 6,026 16.674 -12.071 59.578 -10.555 344.875 1.028.814 405.303 á93.412 572.538 361.832 465.511 502.471 ?43,478 1.093.686 761.726 67?.461 .563.368 895.004 1.128.259 195.498 838.877 3?9.648 507.387 161.134 1.394,870 472.1?8 480.527 1.905.123 815.362 333.333 1.051.852 388.492 649.117 597.715 350.915 432.102 484.860 71?.769 1.059.757 742.975 6.51.280 535.210 881.340 1.102.294 186.7Fi3 844,616 356.549 490.997 151.200 1.378.543 480.331 468.115 1.935.343 794.016 { 1) Ds Pab. est. % de menos las desYoblación viacio©bservada nes 11.482 -25.038 16.811 44.295 --25.177 10.917 33.409 17.611 25.709 33.929 18.751 26.181 28.158 I 3.664 25.975 8.735 - 5.739 23.099 16.390 9.934 15.327 - 8.153 12.412 --30.220 21.34s 3,4 2,4 4,3 6,8 4,2 3,1 7,7 3,6 3,f 3,2 2,5 4,0 .5,3 i ,f 2,4 4,7 0,7 6,5 3,3 6,6 1,2 1,7 2,7 1,6 2,7 Cifras provisionales. La tabla C permite extraer las siguientes conclusianes : 1. De las 25 provincias hay 12 que durante los años 1971 a 1974 arrojaban cifras de población crecientes diferencias positivas mientras que en 1975 disminuyeron notablemente su número de habitantes. E^to significa que tales pravincias figuran con unos datos, en las cuatro rectificaciones padronales, no ajustados a ia realidad, toda vez que lo lágico hubiera sido que todas ellas tuvieran saldos emigratorios. I.a anomalfa para nasotros tiene la clara explicación de que una gran parte de los que emigraron lo hicieron sin formular la petición de baja en sus municipios de residenci a. 2. Hay seis provincias que, en todo momento, ofrecen diferencias positivas, pero la última población 1975, menos 19?4 desentona al Iado de las cuatro que ANALISIS ESTADTSTIC(J DEL PADROh` MUNICIPAL DE H ABITAt^iTES S^ le preceden, en el sentido de que es bastante mayor que la diferencia esperada. La razán, estamos scguros que se debe ahora a t odo lo contrario, es decir, a que los inmigrantes en estas provincias receptoras no solicitaron el alta. en sus nuevos municipios de residencia, mediante la presentación de la correspondiente baja de los antiguos. 3. En las siete provincias restantes, la diferencia esperada, D'S, era negativa, esto es, en 1975 se estimaba que se produjera un descenso de población y, efectivamente asi ocurrió, pero la diferencia real D5 excediá enorrnemente al valor esperado, consecuencia asimismo de emigrantes que marcharon s^n preocuparse de llevar cansigo la ba^ a de residencia. 4. Las desviaciones o diferencias entre la pablación estimada y^,a real, expre- sadas en porcentajes de sus valores absolutos, o lo que es lo mismo, prescindiendo del signo, y en relación con la poblacián observada en 1975, oscilaron entre el 0,7 por 100 de 1'ontevedra y el 7,7 por 100 en Cáceres, valores muy dispares que nos podrfan llevar a establecer un juicio de valor falso como pudiera ser el de aseverar que los extremeños son diez veces más desobedientes a las leyes de ernpadronamiento que los gallegos. 1^Tada más le^ os de la realidad. E1 sofisma se esconde detrás de la incapacidad de estos porcentajes para medir los efectos compensados de emigrantes e inmigrantes. 5upongamos, por ejemplo, para mayor claridad, una provincia hipotética de 200.000 habitantes, con un movimiento anual de 9.000 entradas y 1.000 nacimientos, y a su vez, 9.000 salidas y 1.000 defunciones, todos ellos incontrolados, a lo largo del quinquenio. En total 50.000 altas y 50.000 bajas, dentro de una población absolutamente estacionaria. En este caso imaginario, obtendrfamos un porcentaje de desviación nulo, cuando el real de movimientos no declarados deberfa de haber sido del 50 por 100. Esto es lo que, a nuestro juieio, ha ocurrido en Pontevedra, con un gran Inunicipio de atracción cual es el de Vigo, que ha pasado de 199.000 habitantes en 1970 a 233.000 en 1975, mientras que los municipios restantes san regresivos en su Iriayoria. En consecuencia, los porcentajes de desviación demuestran que existen mavirnientos de población incontrolados y que es presurnible que su irnportancia venga dada por un valor muy superior al mayor tanto por ciento encontrado, el cual es alto por la simple razón de tener una corriente migratoria predomir^ante que da lugar a que se produzcan menos compensaciones. Hay que ^eñalar, además, que las tendencias mostradas por las cifras de las rectificaciones nada dicen de los cambios de domicilio, variaciones en la calificación vecinal, en la profesión, rama de actividad u otras caracterfsticas que influyen tambiér^ y de modo intenso en el praceso de degradación de los datos padronales. 58 ESTADISTICA ESPAÑOLA I.AS t'L.'I'IMA^ 1tI:^NC)`^'ACIONI:S I)l^ I_.US 1'AI)1-tONI:S ,^1t^NICIYAI_.1:^ La renovación padronal de 1^1t^5 rnerece un comentario especial en atencic^n a que por prirnera vez el I. ^3. l:. realizc^, en base a su contenido, un^^ investigación de tipo demograftco, que culminó con la publicaci ^'in de la obra <+l:stadfsticas de la población de Fspaña, deducidas del Padrón Municipal de Habitantes del año 1965^. Las tabulaciones se obtuvieron rnediante el er^npleo de una muestra sistelnática de la población correspondiente al 25 por lUQ de la5 ho ^ as fanliliares. La relativa a establecimientos colectivas se tornó exhaustivamente, y los resultados de su clasificación se añadieron ^ los obtenidos por rnuestreo. l^^n uno y otro caso se cansideró la población de hecho cie cada rnunicipio. Las labores de selección de la muestra, codificación y transcripcicín cie datos, fueron realizadas en las Delegacic^nes 1'rovinciales del 1, N. F.., utilizando para ello la documentación padronal facilitada por los Ayuntamientas. La publicación abarca tres grupos de tablas, cuyos cantenidas respectivas son: 1. I'oblaeión por edad, estado civil, sexo e instrucción elernental. `^. l'oblación por grupos de edad y sexc^. 3. 1'oblaci^in por naturaleza, nacionalidad, estado civil y sexo. Los resultados se hacen extensivos al total nacional, a los tres tipos de zonas (urbana, intermedia y rural}, a cada una de las provincias y sus capitales y a los Inunicipios rnayores de 10.000 habitantes. La renavación de 197{l, al igual que las de todos los años terminados en cero, tuvo la particularidad de coincidir con la confeccián del Censo de 1'oblación, sin olvidar que en cl caso concreto de 197(:) se llevó a cabo también la ejecucián de los Gensos de Vivienda, l::dificios y Locales. 'i'al circunstancia comporta una intervención casi absorbente del I. N. E., y, como consecuencia de ello, son sus propios agentes los encargados del reparto, recogida y depuración de las hojas de inscripción padronal, lo que se realiza de forma simultánea a la formalización de los distin#os cuestionarios censales. N'o por esto la labor de los Ayuntamientos se ve disminuida en estas ocasiones, sino que, antes al contrario, queda verdaderamente reforzada en tanto y en cuanto les cabe la responsabilidad de la información padronal, al propio tiempo que asesoran en las tareas censales y colaboran en los trabaj os de inspección encomendados a los funcionarios del I. N. L:. ^n lo que hace referencia a los resultados, conviene señalar que el Reglamento de Población y Demarcación 'I'erritorial de las L:ntidades Locales establcce en su artfculo 105 lo siguiente : ^+Cuar^do la inscripcián padronal coincida con la del Censo de Yoblación, se coordinarán los trabajos relativas a^ambas inscripciones, procurando : ANALISIS ESTADISTICO DEL PADRON MUNICIPAL DE H AHLTANTES S^ a} Que las hojas de fnscrípción de ambas operaciones se correspondan en cuanto a su contenido. b) c) Que se repartan y recojan simult^near^^ente. Que coincidan en cuanto al número de inscritos en cada hoja y a los datos comunes. d) Que coincidan las ci^tras de población resultante de ambas ii^scripciones, a cuyo efecto, los plazos de exposici8n al pública y de reclamaciones a que se refiere el articulo 100, comenzarán a contarse después de la aprobacíón definitiva del Censo por la Delegación Yrovincial del Instituto Nacional de Estadfstica.^r Y asi, en 1970, aunque, como hernos visto, no se trata de una c©ndición vinculante, la coincidencia de las cifras de población en ambas investigaciones y Padrán , fue totalmente absoluta. Censo En 1975, se ha producido la novedad sobresaliente de que klas cifras de población resultantes de la renovacián del Padrón de Habitantes de cada Municipio, y en su conjunto nacional, se declararán oflciales, mediante Decreto, al que se acompañará como anexo los totales provinciales y los de capitales de provincia. Posteriormente, el Instituto Nacional de Estadístíca publicará las cifras oflciales detalladas por municipiosa. Lo anterior, transcrito literalnlente deI oportuno Decreto, tiene un importante significado desde eI momento que hasta ahora sólo tenfan validez oficial las cifras de los Censos decenales de población, y era obvio +que s© síntiera la necesidad de reducir este amplio perfodo de diez años, rriáxime en nuestros días, que la movilidad social y geográflca de la población española es tan intensa que, sin duda, irá provocando la exigencia de un conocimiento cada vez más actualizado de su distribución real. Cabe destacar, en torno a esta cuestión, que el I. N. E. ha participado de una manera rnuy activa en las labores de asesoramiento técnico y control de las operaciones padl•onales y del personal que ha intervenido en las mismas, hecho que no habfa tenido antecedentes en las anteriores renovaciones de los años terlninados en cinco. La razán que no fue otra que la de garantizar la fiabilidad de unas cifras de poblacián que han de ser declaradas oficiales, se ha traducido en un beneficioso espfritu de estrecha colaboración entre los estadfsticos y los funcíonarios rnunicipales. Una nueva explotación demog'ráfica se está llevando a cabo en la actualidad, a partir de los datos de la renovación padronal a 31 de diciembre de 1975 que, en alguna manera, representa una continuidad de lo realizado en 19G5, si bien existen notorias diferencias. En primer lugar, la muestra se ha reducido al 2U por 100, y se han considerado dos tipos de unidades : la hoja de ettlpadronamiento en las viviendas familiares, y el habitante en el caso de los establecimientos colectivos. Ahora se va a tener en cuenta tanto la población de hecho como la de derecho, aunque siguiendo el ejemplo del Censo de 1970 se obtendrá mayor riqueza inforrnativa en ES?ADISTICA ESFAÑOI.A lo que se refie^ e a la última de dichas poblaciones. Abundando en esta linea comparativa, hay que indicar que en la investigación actual se ha introducido una ampliación de las caracteristicas objetos de estudio, como son las económicas (relación con la actívidad, profesión, rama de actividad y situación profesional} y las culturales (nivel de instruccíón). También se analizarán los núcleos farniliares y la emigración, aunque esta última en forma muy restringida, debido a la pobreza de datos primarios en este aspecto. 1?inaltnente, se ha seguido un procedimiento centralizado de la codificación, utilizando hojas reducidas a las que las encargados de grupo o los agentes padronales han transcrito todos los datos que figuraban en las hojas de inscripción, ex.cepto los nombres y apellidos y las direcciones. El programa de tabulación es similar al del Censo de población. Se ha previsto la publicación de dos tolnos, uno de resultadc^s nacionales y otro, con información m^s limitada, referida a provincias, capitales de provincia y municipios mayores de 50.400 habitantes. POSI.BILIDADES FUTUI-^AS D>:::L PAL)RON En más de una ocasión a lo largo de este trabajo se ha tratado de dibujar la figura del Padrón del porvenir siempre con una imagen halagiieña, a pesar de las grandes deflciencias del momento presente. A ello contribuye nuestra fe absoluta en la mecanización. Vemos un futuro, probablemente no muy lejano, con una información padronal mecanizada en todos las municipios del pafs. 1Jsto no parecera utópico si recordamos que en los últimos cinco años la mecanización ha pasado de comprender un 20 por 100 de habitantes a m^s de un 50 por 100. Una vez alcanzada esta meta quedará aún algún camino por recorrer, hasta canseguir, con un lf mite de error aceptable, un mantenimiento actualizado de los archivos que reflejen al dfa las variaciones producidas por la propia din^mica de la población. En tales condiciones se dispondrfa de unos verdaderos Registros abíertos de población de carácter municipal. Sentadas las anteriores premisas, se coinprende que las posibilidades de los padrones municipales son de una amplitud incalculable, pudiendo ser sintetizadas en la siguiente generalización : capacidad para ofrecer con rapidez cualquier subproducto de los datos contenidos en los mismos, bien sea de tipo estadfstico o administrativo, referido a toda área geogr^fica que se desee, tanto infra como supramunicipal. Otra posibilidad de extraordinaria importancia, consistiria en la integración de los Registras municipales en un Registro central, una vez que los primeros estén dotados de la uniformidad y coherencia que exi ^ a el procesa integrativc^. A prapásito de esta consideración, no queremos pasar por alto la circunstancia de que la creación ANALI5IS ESTADISTICC^ DEL PADRON MUNICIPAL DE H ABITANTES E}1 de un Registro general cíe la población con c^fines juridico-adrninistrativos para estudiar principalr^rlente el movirY^ieixtc^ natural y social cíe la pablaci^in^,, fue ya contemplada hace arios por la legislacicín española, concretamente, por la Ley de Estadfstica de 31 de diciembre de 1945. La complejidad de un servicio de tal naturaleza, asf coma la cantidad de medios que exigfa, ha ido posponiendo su iinplantacián, quizá porque la única soluci8n viable esté supeditada a su tratamiento mecanizado. Aunque no sea necesario subrayar la utilidad que reportaría este Registro centralizado, vamos, no obstante, a reseñar a cont inuacián, por considerarlo de gran interés, la lista de aplicaciones propuestas en el alnforme Técnico sobre Registro de población^ elaborado por el I. N. E. en rnarzo de 1969, por encargo de un actlerdo del Consejo de Ministros celebrado el día 8 de marzo de 1968. AI'LICACIONES ADMINISTRATIVAS Recuentos anuales de población residente en cada municipio (cómputos de validez oficial a efectos administrativos de las Corporaciones Locales). Listas pravisionales y deffnitivas de Censo Electoral. Cómputos y listados anuales de residentes obligados a tener el Ijocurnento Nacional de Identidad por primera vez y coordinación con el Servicia correspondiente para contrastes de cobertur^. Cámputos y listados anuales de contingerxtes de alistamiento. Cómputos y listados de población para campañas sanitarias de vacunación y medicina preventiva. Censos escolares. Censos labarales y profesionales. Localización y carnbio de residencia de los contribuyentes. Identificación y localización de cada residente en cualquier momento. APLICACIONES ESTADISTICAS Obtención, con la periodicidad que se desee, de las clasificaciones de habitantes y familias por Ios datos incluidos en el Registro. 62 ESTADISTICA ESPAÑCILA --Obtencic^n de las anteriores clasificaciones a r^ivel regional, provincial, comarcal, ^nunicipal y para cualesquiera fireas y sectores que se desee, tan irnportante hoy día para la formacián de planes de desarrollo regional, eco^^ómicos y sociales. Establecimiento de marcos de selección actualizadas para encuestas por muestreo. Glbtención de las estadisticas periódicas de movimiento natural y social de la poblacián (nacimientos, Inatrimonios, def unciones, migraciones interiores ^ exteriores, formación de tablas de nupcialidad, fecundidad, natalidad, mortalidad y supervivencia). Y para terrninar, dej amos abierto un interrogante :^Conducirá la mecanización de los padrones municipales al establecitnienta en el pafs de un registro general de la población2