Nick Tosches Fuego eterno. La historia de Jerry Lee Lewis TRADUCCIÓN: FEDERICO CORRIENTE. CONTRA EDICIONES. 264 PÁGINAS. 20,90 EUROS Cultura|s La Vanguardia La pasión del cronista Sábado, 2 abril 2016 Roberto Herrscher Una colección de crónicas alrededor de la música clásica –pero no sólo la clásica– que certifican la pasión y erudición del autor 5 que nos mantiene atrapados, sino las mentiras y miedos en los que vivimos inmersos. Jerry Lee ha vivido sin miedo, más honesta­ mente que la mayoría. Era uno de los pocos personajes que me intri­ gaban, alguien más allá del bien y del mal en el más veraz sentido del término’’. Las primeras páginas establecen el tono: Elvis Presley, su némesis, yace durmiente en Graceland y tie­ ne una pesadilla. Le despierta el te­ léfono, hay problemas en la entra­ da: Jerry Lee, en estado de violenta embriaguez, ha chocado su Lin­ coln Continental contra la verja y, pistola en mano, insiste en verle. Llaman a la policía y detienen al ilustre merodeador, que detesta ser el segundón en una trama que, como demostró Tosches en su opúsculo Unsung heroes of rock’ n’roll, comenzó diez años antes de la fecha oficiosa. El Rey y el Asesi­ no fueron la fachada caucásica y vendible de un fenómeno brotado del acervo afroamericano. “Jerry Lee está ahí arriba junto a Little Ri­ chard y tantos otros’’, explica To­ sches. “No importa una mierda que fuesen blancos o negros. Quienes lo inventaron en los años cuarenta eran negros. Después, el rock’n’roll fue un dólar tirado en la calle: las manos que pugnaban por cogerlo eran de todos los colores’’. La última novela de Tosches, Under Tiberius, reescribe la histo­ ria de Jesucristo como si este hu­ biese sido un impostor aliado con los romanos. “La Biblia nunca menciona la religión; sólo habla de salvación’’, le aclaró Lewis. “No le creí, pero consulté varias fuentes y tenía razón’’, explica este antiguo crítico musical. “No hay ni una pa­ labra en la Biblia sobre religión. A su modo, es un hombre culto. Pero no creo que dijese, ni insinuase, que todos vamos a ir al infierno. Puede que creyese en él, que pen­ sase que era su destino, hasta es po­ sible que intentase crear su propio infierno para así condenarse’’. En cualquier caso, el autor no aplica filtro ético; “la moral es el dominio de la hipocresía’’, sen­ tencia. No podíamos despedirle sin establecer paralelismos entre Le­ wis y Dean Martin, otro icono pop al que en 1992 dedicó la biografía Dino. Living high in the dirty bu­ siness of dreams. “No veo simili­ tudes’’, replica. “Ambos son mis­ terios, eso es todo. Puede que fue­ sen enigmas incluso para ellos mismos’’. | LIBROS ESPECIAL MÚSICA De la biografía al ensayo de la más diversa temática y condición, repasamos algunas de las más destacadas novedades: del clásico sobre Jerry Lee Lewis a una indagación sobre los resortes –y prejuicios– que dibujan el ‘buen gusto’ musical, pasando por el krautrock, las crónicas de Roberto Herrscher o las Vainica Doble MAURICIO BACH Roberto Herrscher fotografiado recientemente en la Rambla de Barcelona XAVIER CERVERA Si leen este libro descubrirán que a Piazzollalegustabapescartiburones; que en 1985 Plácido Domingo cogió unjetprivadoencuantoacabósufun­ ción de Otello en Chicago y se plantó en México para ayudar en el infruc­ tuoso rescate de unos familiares se­ pultados tras el terremoto; que cuan­ do la familia Savall regresó de Suiza a Catalunya, a la hija, entonces una ni­ ña de trece años, esto le pareció ma­ chistaydesorganizado.Además,yso­ bre todo, tendrán la posibilidad de asomarse de un modo privilegiado al mundo de la música clásica. El volumen recopila textos publi­ cados en diversos medios –como este suplemento– e incorpora algunos inéditos.Vandesdelabrevereseñade un concierto y la sucinta celebración del regreso del elepé de vinilo al ex­ tensoretratodeuntenoryelrelatode lasandanzasdeunaprofesorademú­ sicaenuninstitutodelRaval.Roberto Herrscher (Buenos Aires, 1962), pe­ riodistayprofesordeperiodismo,po­ ne en práctica formatos que abarcan desde el perfil al reportaje, pasando porlacrítica,lacrónicaylaentrevista. Hay, sobre todo en el primer blo­ que de los tres en que se divide el li­ bro, varias piezas verdaderamente magistrales de periodismo cultural: el fragmentario y poliédrico perfil de Plácido Domingo (que acaso se escri­ bió teniendo en mente el legendario Frank Sinatra está resfriado de Tale­ se, aunque en este caso sí se tiene ac­ ceso al divo); el retrato coral de la fa­ milia, de la tribu Savall, y la emotiva ‘El arte de escuchar’ es sobre todo un compendio de magistrales piezas de periodismo cultural semblanza de Piazzolla, que arranca así: “Hay música que nos gusta. Hay música que nos enamora. Pero sólo unos pocos compositores e intérpre­ tes, un puñado de canciones y melo­ días nos hacen sentir que fueron compuestas para nosotros”. El arte de escuchar tiene un valor añadido: no es una mera sucesión de retratos de divos y compositores más alguna entrevista (hay una con Lorin Maazelyotra,másbreve,conelnorte­ americano John Adams). El autor ha buscadotambiénhusmearenelmun­ dillo musical desde otros ángulos, y así perfila a un director escénico (Ca­ lixto Bieito), al apuntador del Liceu, a un constructor de órganos alemán instaladoenElPapiolyhastareflexio­ na sobre la figura del crítico musical a partir de la figura del Ignacio Julià, además de hablarnos de un exótico crucero para melómanos, explicar­ nos las luces y las sombras del templo wagneriano de Bayreuth o el resurgi­ mientodelLiceudesuscenizas. Estostextos danbuenamuestrade unas cuantas virtudes: erudición, ponderación, buena prosa y vocación exploratoria, todas las cuales son muy necesarias para cualquiera que desee ejercer el periodismo cultural. Pero sobre todo muestran una que siempre me ha parecido esencial y que aunque resulte paradójico no es tanfácildeencontrar:lapasión,enes­ te caso por la música. | Roberto Herrscher El arte de escuchar. Viajes por la música clásica UNIVERSITAT DE BARCELONA 282 PÁGINAS, 22 EUROS