Esperando la reacción Llorenç Riera – Diario de Mallorca Jaume Font no ha querido hablar. Espera que la petición de archivo del caso Plan Territorial, por parte del fiscal jefe Anticorrupción, Antonio Salinas, le sea notificada en forma. El silencio de tan significado político parece sereno y la espera de una reacción que invariablemente se producirá, se vuelve más tensa a medida que pasan las horas porque, conociendo a los afectados y vistos los acontecimientos de los últimos días, está claro que algo debe ocurrir. Jaume Font calla pero otros ya han hablado, lo cual, de momento, no hace más que contribuir a caldear el ambiente. Por ejemplo, José Maria Rodríguez ha dicho que, una vez levantada la imputación al ex portavoz del PP en el Consell, debe repararse su eventual condición de candidato a repetir el cargo, mientras Pere Rotger sostiene que no hay marcha atrás posible, que, pese a todo, Maria Salom ya es la aspirante oficial a presidir el Consell en nombre del PP. Un cambio de postura ahora debilitaría, todavía más, la imagen de un partido que, muy a su pesar, ya ha transmitido a la opinión pública, sus desavenencias internas. Ahora se actualizarán de nuevo porque los regionalistas no se entregarán a la resignación ni adoptarán la postura de brazos cruzados. Se adivina la exigencia de compensaciones. Y de reparaciones. Levantar, como hace ahora el fiscal jefe Anticorrupción, los cargos contra Jaume Font en el caso Plan Territorial de Mallorca, significa, en el aspecto político, desmontar los argumentos, hasta ahora válidos, que le habían apartado de la posibilidad de optar de nuevo a la presidencia del Consell en nombre de los conservadores. El panorama y el equilibrio de fuerzas en el seno del convulso PP balear se trastoca por tanto otra vez y eso ocurre cuando la designación de Maria Salom ha sido contestada y cuanto todavía queda por nominar al jefe de filas para el ayuntamiento de Palma. El silencio de los regionalistas no es inactivo. Algo, o mucho, se cuece sin que por el momento sea posible determinar cúal será el resultado final de todo ello, porque los acontecimientos se precipitan más de lo esperado. Los barones del PP que se han venido autoproclamando agraviados intentarán ahora afianzar su posición de fuerza o, lo que es lo mismo, su cuota de poder y, en pura lógica política, exigirán compensaciones, entre otras cosas porque ellos mismos se habían cuidado mucho de pedir cautela y prudencia en forma de espera hasta que se conociera el pronunciamiento del fiscal. Lo que está claro es que las cosas no pueden seguir igual con Jaume Font libre de sospecha penal. Lo sabe él, lo mantiene el grueso de quienes le apoyan en el seno del PP balear y las bases del partido en la imprescindible Part Forana. Por supuesto, también son conscientes de ello José Ramón Bauzá y Carlos Delgado. La realidad ha cambiado en el partido de la oposición y, por mucho que cueste hacerlo, no quedará más remedio que afrontarla.