La película revelación del Nuevo Cine Alemán

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TOM SCHILLING
oh
PREMIOS DEL CINE
EUROPEO
MEJOR ÓPERA PRIMA
BOY
6 PREMIOS
ACADEMIA
DEL CINE ALEMÁN
Incluyendo
MEJOR PELÍCULA
MEJOR DIRECTOR
MEJOR ACTOR
8Q¿OPGH JAN OLE GERSTER
La película revelación del Nuevo Cine Alemán
© 2012 X VERLEIH AG ARTWORK: ANGELA FRANCHINI FOTO: STEFAN KLÜTER
BETA CINEMA PRESENTA SCHIWAGO FILM PRODUCTION EN CO-PRODUCCIÓN CON CHROMOSOM FILMPRODUCTION Y HR Y ARTE “OH BOY “
UN FILM DE JAN OLE GERSTER CON EL APOYO DE MEDIENBOARD BERLIN-BRANDENBURG CON TOM SCHILLING FRIEDERIKE KEMPTER MARC HOSEMANN KATHARINA SCHÜTTLER
JUSTUS VON DOHNÁNYI ANDREAS SCHRÖDERS ARND KLAWITTER MARTIN BRAMBACH RP KAHL STEFFEN C. JÜRGENS FREDERICK LAU WITH ULRICH NOETHEN Y MICHAEL GWISDEK
CHERILYN MACNEIL DIRECCIÓN ARTÍSTICA JULIANE FRIEDRICH VESTUARIO ILDIKO OKOLICSANYI
JULIANE MAIER MAQUILLAJE DANA BIELER LINA KRAMER SONIDO MAGNUS PFLÜGER MONTAJE DE SONIDO FABIAN SCHMIDT MEZCLAS ADRIAN BAUMEISTER DIRECTOR DE PRODUCCIÓN SUSANNE MANN
DEPARTAMENTO GRÁFICO JÖRG HIMSTEDT (HR) BIRGIT KÄMPER (ARTE) CO-PRODUCTOR ALEXANDER WADOUH PRODUCIDO POR MARCOS KANTIS MARTIN LEHWALD MICHAL POKORNY
ESCRITA Y DIRIGIDA POR JAN OLE GERSTER
DIRECTOR DE FOTOGRAFÍA PHILIPP KIRSAMER ASISTENTE DE DIRECCIÓN TIMON MODERSOHN MONTAJE ANJA SIEMENS MÚSICA THE MAJOR MINORS
Oh BOY
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Sinópsis La suerte parece haber dado la espalda a Niko Fischer, soñador treintañero, an7héroe sin solución. La novia se ha cansado de sus remoloneos, el padre lo ningunea y el psicólogo acaba de declararle emocionalmente inestable. Ni siquiera puede conseguir, pese a los repe7dos intentos, una mísera taza de café con la que sus7tuir ese alcohol que antes ahogaba sus miedos. Tal vez la esperanza de hallar, azarosamente, su si7o en el mundo lo empuja al vagabundeo por un Berlín en blanco y negro a ritmo de jazz. Jamás vivirá Niko unas vein7cuatro horas tan ajetreadas, de bar en bar, de encuentro en encuentro, a cada cual más pintoresco. Opera prima del director Jan Ole Gerster, OH BOY ha sido la revelación del nuevo cine alemán. Triunfadora absoluta de los Premios Lola de la Academia del Cine Alemán (incluído Mejor Película, Mejor Director y Mejor Actor) y Mejor Película Relvelación en los Premios del Cine Europeo, el film es una de esas obras agradecidas a sus influencias (Truffaut, Godard, Scorsesse) pero con la huella dac7lar de un autor a seguir en el futuro. Oh BOY • 
Ficha Técnica • 
Ficha Ar0s1ca Dirección...Jan Ole Gerster Guión...Jan Ole Gerster Montaje...Anja Siemens Música...The Major Minors, Cherilyn MacNeil Vestuario...Juliane Maier, Ildiko Okolicsanyi Producción...Marcos Kan7s, Alexander Wadouh Diseño de producción...Juliane Friedrich Compañía productora...Schiwago Film Alemania -­‐ 2012 -­‐ 85 min. -­‐ B&n Tom Schilling Friederike Kempter Marc Hosemann Oh BOY • 
Premios -­‐ PREMIOS DEL CINE EUROPEO MEJOR ÓPERA PRIMA -­‐ 6 PREMIOS ACADEMIA DEL CINE ALEMÁN incluyendo MEJOR PELÍCULA MEJOR DIRECTOR MEJOR ACTOR ENTREVISTA AL DIRECTOR JAN OLE GERSTER OH BOY comienza como un filme de la Nouvelle Vague. Blanco y negro, una habitación, una chica con pelo corto y la misma camiseta marinera que Jean Seberg en Al final de la escapada. ¿Qué relación @ene usted con este @po de cine? Había insertado numerosas referencias en el guión, sobre todo a Truffaut. En el úl7mo momento, eliminé casi todas. Fue una casualidad que esta actriz se pareciera a Jean Seberg. Nos reímos mucho rodando, pero pensé que nadie se daría cuenta. Quizá soy un poco ingenuo... El paisaje urbano juega un papel importante en su film. ¿Qué aspecto de Berlín quería mostrar? Me mudé a Berlín hace trece años. Es una ciudad muy arjs7ca y dinámica, atributos que la hacen más atrac7va que otras ciudades como Frankfurt, más dedicada a los negocios. En cualquier rincón de Berlín hay historia. Se puede ir paseando por unos grandes almacenes y toparse de pronto con un edificio de la era socialista. Hoy en día, este aspecto fascinante está desapareciendo de manera gradual en las principales metrópolis, que evidentemente, necesitan espacio para desarrollarse. En OH BOY, no quería que Berlín pareciera una postal, pero tampoco resaltar el “rollo alterna7vo” de la ciudad. No se trata de un retrato generacional, aunque haya marcas del presente. Ante todo, quería capturar el lado intemporal de Berlín. ¿Es este el mo@vo por el que decidió filmar en blanco y negro? Lo hice de forma ins7n7va, y soy muy consciente de que no soy el primer cineasta que rueda en una ciudad de esta manera. El blanco y negro crea una especie de distancia que me animó a escribir mi guion a par7r de elementos muy personales. Dejando atrás un cierto naturalismo, el espectador puede elegir entre sen7rse iden7ficado o no con el personaje principal, entre situarse en la posición del observador o compar7r sus experiencias. ¿Por qué la música jazz? Surgió cuando la película se estaba editando y después de haber probado con todos los géneros musicales, excepto la música electrónica tal vez. Quería trabajar con músicos autén7cos, no con compositores de bandas sonoras originales. Así son muchas de mis bandas sonoras favoritas, como la música de Simon and Garfunkel en El graduado o la de Neil Young en Dead Man... El sonido es un personaje más. El jazz 7ene un trasfondo irónico que contrarresta el carácter melancólico de la película. Es como una apos7lla de la ciudad. Un mes antes de la primera proyección en un fes7val, aún no había encontrado la música adecuada. En ese momento, tuve la ocasión de conocer a cuatro jóvenes estudiantes de jazz. Pasaron solo dos semanas desde las primeras maquetas hasta que obtuvieron la grabación final. Yo les presioné diciéndoles que Miles Davis escribió la par7tura original de Ascensor para el cadalso en tres días… ¿Cuánta autobiograJa con@ene esta película? Se trata de una historia personal, si bien no revelo mi vida privada en ella. Yo escribo para mí mismo, pero también trato de pensar en la audiencia, para llevarla a un lugar en que poder descubrirse a uno mismo y conectar con los personajes y las situaciones. Basé mi guion en cosas que vi o experimenté en una época en que me senja desconectado del mundo, en que estaba buscando respuestas. ¿Pensó en algún otro Ktulo? Hubo otras ideas, pero solo surgieron al final del proyecto. Yo escuchaba con7nuamente a los Beatles mientras escribía el guión. Me gusta su capacidad de trascender a lo co7diano en forma de pequeños momentos poé7cos que tanto me sirven de inspiración. Hablo de canciones como Eleanor Rigby, Penny Lane o A Day in the Life, que empieza con las palabras I read the news today oh boy... Oh Boy... Este profundo y sincero lamento de los Beatles se convir7ó en mi jtulo provisional y así permaneció hasta el final. Incluso se impuso de manera rotunda a los jtulos alemanes que se me ocurrieron más adelante. Al ver nuestro cartel hace poco, me pareció que la combinación del jtulo y la cara de Tom es clara, lógica y exactamente lo que yo estaba intentando expresar. Sabemos poco sobre Niko. Es como si su entorno estuviera dibujando su retrato... Sí, se hace más tangible a lo largo de sus encuentros. La gente que le rodea no 7ene miedo de manifestar su frustración y enfrentarse a él. Niko suele ver lo que está mal en vez de lo que él debería hacer... En uno de mis libros favoritos, El guardián entre el centeno de J. D. Salinger, se u7liza constantemente la palabra phony (falso). Hace referencia tanto a la falta de auten7cidad como a la gente que se engaña a sí misma. Al dirigir a Tom Schilling, le dije siempre que Niko tenía la capacidad de reconocer a la gente “falsa”. ¿Cómo fue el cas@ng? Tom Schilling es amigo mío de toda la vida, pero no pensé en él durante la fase de redacción. En ese momento, hace aproximadamente cuatro años, él estaba preparando un papel de adolescente en una película. Yo buscaba a alguien más maduro, recién entrado en la treintena. Pero después de leer el guion, se puso pesado con que le diera el papel. Entretanto, tuve que buscar un productor y presupuesto, y Tom se convir7ó en padre. Se hizo algo menos juvenil, por lo que, al final, no me arrepiento de mi elección en absoluto. El resto del cas7ng se compone de actores de mi barrio, muchos desconocidos, y de celebridades alemanas que accedieron a venir y rodar por un día. La narración es más bien fragmentaria. Se construye a par@r de los encuentros de Niko... Al principio, cuando escribía guiones, pensaba principalmente en el argumento. A medida que fui adquiriendo experiencia, me di cuenta de que era lo más aburrido. Lo que realmente me interesa es el ambiente, las emociones. Este es un verdadero problema del cine alemán contemporáneo, que sigue siempre los mismos patrones inspirados en la televisión. Las cintas de la Nouvelle Vague me permi7eron respirar, ver que era posible centrarse en un estado de ánimo, en una forma de ser. También pensé mucho en la estructura periódica de las road movies. Son siempre una bonita metáfora: estar al final de la carretera, donde uno se da cuenta de su potencial tras vivir múl7ples experiencias. Se burla usted del cine alemán, en especial de las películas sobre la Segunda Guerra Mundial... Hay tantas producciones sobre este tema, que acaban dando vueltas a lo mismo, y nos dejan frente a una autén7ca crisis arjs7ca. Para mí, es más interesante analizar el lugar que ocupa la historia en nuestras vidas. Es como un fantasma para esta generación joven que 7ene que soportar este enorme peso mientras encarna a una nueva Alemania. Me interesa la manera en que se asimila este recuerdo, sobre todo en el cine. Existe respeto, pero también un gran temor. Usted aborda directamente este tema en la secuencia en que un hombre le habla a Niko sobre la noche de los cristales rotos en un bar... Esta anécdota me sucedió en la realidad. Por primera vez en mi vida, conocí a una persona que había vivido estos acontecimientos. Fue como si el pasado lejano me alcanzara. Sin embargo, a diferencia de las películas de nazis, yo no pretendo explicar ni juzgar, sino representar algo real. Aunque no pertenezcan a la misma generación, ambos hombres comparten soledad, y Niko se ve obligado a reflexionar sobre su propia situación. Luché arduamente por mantener esta escena, ya que mi entorno pensaba que iba a restar carácter cómico al film. Pero, en realidad, OH BOY es una tragicomedia. El humor puede quitarle peso a una situación absolutamente trágica, y viceversa. Los directores británicos que hacen comedia sobre la clase obrera poseen un talento especial para mantener este equilibrio. Parece que también se ríe del panorama arKs@co berlinés del teatro underground... A los berlineses les encanta expresarse; es algo que forma parte del ambiente de la ciudad. Todo el mundo 7ene algo que decir, que escribir... Me resulta fascinante. La generación de mis padres se senja realizada teniendo un trabajo y formando una familia. Hacían lo impensable por ofrecer esta posibilidad a sus hijos. Pero la secuencia a la que se refiere usted es, en mi opinión, más ambigua. Yo no quería mostrar ningún 7po de espectáculo pretencioso interpretado por un grupo de teatro. El mejor amigo de Niko no es muy recep7vo en este sen7do y acaba riéndose de ellos. Sin embargo, Niko se da cuenta de que algo pasa con la chica que baila en el escenario. Es importante brindarle este don de dis7nguir entre cosas, de tener una visión más amplia de lo que ocurre a su alrededor. ¿Realmente es tan diJcil beber un café barato en Berlín? No, para nada. Si Niko no lo consigue, creo que es porque necesita un mo7vo, un obje7vo sencillo que lograr. Dicho obje7vo representa algo que realmente desea, mientras que en el resto del filme, parece todo menos decidido. En lo que a mí respecta, ¡el día debe empezar con una taza de café! Entrevista realizada por QuenIn Grosset Oh BOY • 
LA PRENSA HA DICHO -­‐ Un filme esté7ca nouvelle vague con una fotograra en blanco y negro radiante y una suntuosa banda sonora de jazz que acompaña al joven Tom Schilling por un Berlín, brillantemente fotogénico. Una primera película de Jan Ole Gerster, fresca, diver7da y original que promete una con7nuación de su carrera muy interesante. FOTOGRAMAS -­‐ CINE INVISIBLE -­‐ Olvídense del juicio fácil, del vulgar estereo7po posmoderno. en7erren cualquier sospecha alrededor de Oh Boy. La película de Jan Ole Gerster es tan europea como la Nouvelle vague, sencilla en forma y de trazo claro, que no pretende abrumar con largos discursos acerca del porvenir: tan solo muestra y deja leer. Desde cualquier ver7ente, resulta creíble y des7la auten7cidad. Ganadora del premio a la Mejor Película en la úl7ma edición de los Lola Awards (los premios de la Academia alemana), Oh Boy describe una contundente metáfora sobre la necesidad de elegir entre la utopía —7empo para 'realizarse'— y la vida —falta de convicción para 'ser'—. Una historia cuyo guión —firmado también por el mencionado Jan Ole Gerster— mezcla eficazmente la comedia con el drama, logrando así desarmar al mirón de turno. EL ANTEPENULTIMO MOHICANO. 
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