• Origen del Panteón Mesopotámico. La religión de los antiguos mesopotámicos refleja todos los fenómenos naturales, ya que fueron muy buenos observadores de su lugar de habitación, y del poder generador y destructor de la tierra. Enfocaron estos fenómenos en la figura de la diosa madre, de fuerza generadora y procreadora. Además, veneraron a dioses vinculados con temas se supervivencia (dioses de los frutos, de la caza...) y con los poderes básicos de la vida (fertilidad, crecimiento, reproducción y muerte); los templos incluso fueron en su origen almacenes agrícolas. La vida cósmica era interpretada a partir de la vida humana. Se dan dos tipos de dioses, los Anunnaki, dioses del cielo y la tierra, y los Igigi, dioses de los infiernos. Cuando las Ciudades se consolidaron, cada una de ellas tenía sus dioses protectores. Algunas de esas deidades con el paso del tiempo fueron olvidadas, y otras lograron mayor importancia según aumentaba el poder político de las ciudades donde eran veneradas. Se consolidó la figura del dios−rey, y los dioses de la fertilidad se transformaron en dioses políticos, ciudadanos, y tuvieron también la necesidad de un soberano, organizándose en una burocracia administradora de las Ciudades y el Cosmos: la Asamblea o Ubshukina/Puhrum. El profesor Jaime Moreno Garrido del Centro de Estudios Judaicos dice: El panteón mesopotámico, por tanto, lleva en sí dos rasgos correspondientes a dos necesidades básicas del hombre mesopotámico: La fertilidad que asegura la sobrevivencia y la urbanidad que asegura la calidad humana de la vida, lo que podría ser una buena síntesis de los orígenes de las deidades mesopotámicas. • Los Principales Dioses. Se dan múltiples alusiones a la creación del cielo y la tierra en los relatos míticos de la antigua Mesopotamia, con largas listas de dioses correspondientes a esos elementos. Enlil: Dios supremo del panteón sumerio−acadio, su culto estaba concentrado sobre todo en Nippur, ciudad de la que era protector. Era el creador de la humanidad y el que decidía sobre el destino humano. Era hijo de Anu y dios del viento y la tormenta, aunque más tarde perdió el carácter de "señor de los vientos" para ser sustituido por Adad, el dios del relámpago. Sustituyó a su padre, dios del cielo, como deidad suprema, al ser un dios más "cercano" para la gente. Por ello se convirtió en rey de los dioses, perteneciéndole las tabletas Me de los destinos. Su esposa era Muliltu o Mylitta (Ninlil). Con el ascenso del dominio cassita fue sustituido por Marduk como rey de los dioses. Se le consideraba una deidad benefactora, aunque a veces fue un dios cruel al, por ejemplo, no impedir la destrucción de Ur. Enki (Ea, en acadio): Dios del agua, y señor de la sabiduría y el conocimiento en Sumer debido a los efectos benefactores del agua. Posiblemente sea la deidad más antigua conocida, ya que su nombre ha aparecido en documentos arcaicos de Shuruppak y Uruk. Protector de Eridú. An (Anu, en acadio): Dios del Cielo. En un principio fue el dios principal, pero fue sustituido. Recibió el nombre de padre o soberano de los dioses, por lo que estaba muy lejos de los mortales, a los que llegaba incluso a odiarlos. Debido a ello fue una deidad temida. Disponía de un ejército, las estrellas, para destruir las fuerzas malignas que lo amenazasen. No dejaba nunca sus dominios celestes. Su atributo era la corona de siete pares de cuernos, emblema de todo poder, y tenía asociado el número 60, cifra sagrada para los sumerios. Protector de Uruk. Ki (también Nin−tu, Ninkhursag o Ninmakh): Diosa de la Tierra y la Fertilidad, Gran Madre, y esposa de Anu. 1 Inanna (Ishtar, en acadio): Diosa del amor, de la atracción sexual, la belleza, la fertilidad y de la guerra. Los dos primeros atributos se resaltaban cuando se la mostraba como hija de Anu y el tercero lo recibía más a menudo como hija de Sin. Se la representaba mediante una estrella de 8 o 16 puntas, una flor, un león (su animal sagrado) o una mujer, a veces desnuda y llevando un arco en la mano. Sin un lugar de culto central, destacaba el E−ana,"Casa del Cielo" de Uruk. Su número era el 15. Nanna (Sin o Suen, en acadio): Dios de la Luna. Considerado un antiguo protector de los pastores, también es el dios de la noche. Se le representa como un toro, disco lunar, o con forma de hombre mitrado. Esposo de Ningal. Protector de Uruk. Uttu (Shamash, en acadio): Dios del Sol, la Justicia y los Oráculos; rey de la magia blanca. Protegía a todos los seres creados de la oscuridad y de las potencias del mal que acechan en ella. Protector de Larsa y Babilonia. Ninurta: Dios de la guerra y la caza. Además, era un dios agrícola, de la lluvia, la fertilidad, las tormentas, las fuentes, los canales y los vientos del sur. Se le representaba portando un arco y flechas, o un arado. En la época Cassita, aparecía representado por un cetro con cabeza de felino, y en la época neoasiria, era mostrado con alas, como muchos otros genios y demonios mesopotámicos. Era hijo de Enlil, y otros hijos suyos, como Zababa y Ningirsu (dios de la agricultura y protector de Lagash), tenían una función similar a la de Ninurta. Marduk: "El Gran Señor", primer hijo de Ea y Damkina, heredó de su padre el título de dios de la sabiduría y protector de los hombres. Ocupó uno de los primeros lugares del panteón mesopotámico, y era el dios supremo de los babilonios, teniendo como animal sagrado al dragón Sirrusch, vencedor de la diosa Tiamat. Se le representa blandiendo una cimitarra y dominando a un dragón. Protector de Babilonia. Assur: Dios supremo asirio, emanador de la Trinidad Materia, Verbo y Providencia. Era la divinidad bélica por excelencia y se le representaba como un disco alado, montado en un toro o flotando en los aires. Fue creador de sí mismo, padre y soberano de la totalidad de los dioses y los hombres, del cielo y del infierno; regía sobre la fertilidad, representándosele entonces, rodeado de ramos, y con el atributo de la cabra. Su esposa era Ishtar. Protector de Assur (Asiria). Adad (Ishkur, en sumerio): Dios de las fuerzas de la naturaleza, tanto benefactoras como destructoras. El Adad terrible rige los vendavales, truenos y tormentas, él fue el generador del diluvio que eliminó a los hombres por orden de Bel. El Adad benéfico rige las aguas fecundantes, las lluvias y el rocío. Protector de Siria. Dumuzi (Tammuzu, en acadio): Dios de la vegetación, llamado "Señor de la Madera de la Vida", originalmente un árbol−dios. Su culto equivalía al de la naturaleza que se renueva eternamente en sí misma. Nirgal: Dios del Inframundo y de las plagas. Cuando esta función la desempeñaba la diosa Ereshkigal, Nirgal era el dios de las enfermedades y la guerra. Es representado mediante una figura humana, a veces con las piernas envueltas en una especie de mortaja, portando una espada y/o un cetro con dos cabezas de león. Astronómicamente se le suele asociar con Marte. Irra: Dios de la peste, según un mito acadio asoló el mundo matando a los hombres sólo mediante esta enfermedad. A cada una de las deidades mesopotámicas les correspondía una estrella del cielo: Ishtar−−−−−−−−>Venus 2 Anu−−−−−−−−−−> Ecuador Celeste (junto a Ea y Enlil) Tammuzu−−−> Aries Nirgal−−−−−−−> Marte Ereshkigal−−> Hidra Marduk−−−−−> Júpiter Ninurta−−−−−> Saturno Nabu−−−−−−−−> Mercurio Tabla de relación entre los dioses: Fuente: Dra. Ana Mª Vázquez Hoys, U.N.E.D. • Los templos. El templo en la ciudad era el centro ideológico y ceremonial, de decisión y organización. Fue la construcción más importante en todas las ciudades, y su elemento más significativo fue el Zigurat, una torre de ladrillo formada por terrazas escalonadas y paredes ligeramente inclinadas cuya función era la de ofrecer sacrificios a las divinidades, para propiciar buenas cosechas, la victoria en una guerra o la longevidad del rey como mensajero de los dioses. Tiene su origen en la III Dinastía de Ur, y su diseño escalonado no sólo pretende aislar el templo en la cúspide para protegerlo de la inundación, sino que responde a una idea espiritual por la 3 cual el templo tiende a acercarse al cielo de un modo que le sea más accesible al dios, y así el hombre pueda acercarse a él con más facilidad. Fue la primera construcción pública, y originalmente concentraba todas las actividades urbanas. Sólo más tarde surge el palacio, momento en el que el rey sale del templo y el sacerdote permanece en él. Formaba junto con el palacio, el único centro político, económico y cultural, aunque se dieron periodos durante la época sumeria en los que se dieron bifurcaciones entre palacio y templo, como durante la reforma de Hammurabi para limitar las atribuciones del sacerdocio en el ámbito del templo y el culto. Una de sus funciones era la de educar a las capas superiores de la sociedad., creándose bibliotecas y escuelas. El zigurat tenía además su función como observatorio, razón por la que el templo fue el lugar de creación de los primeros fundamentos de las matemáticas, la astrología, astronomía, etc. El templo poseía, además, sus propios rebaños, sus lugares de pesca, talleres y su propia red de administradores. Así pues, el templo no era sólo un lugar de culto en el sentido estricto de la palabra, sino que el poder y la administración de la justicia le pertenecían como parte de su función urbana y cósmica. Una importante arma de control ideológico eran las festividades del templo, en la que se agradecían a los dioses su clemencia y se rezaba para obtener un buen año en la cosecha. Se eliminaban las diferencias entre clases y no se celebraban los procesos judiciales. Además, se realizaban uniones rituales entre reyes y sacerdotisas, o la reinstitución del rey en el trono. Para los mesopotámicos, tener contentos a los dioses era una tarea muy importante, ya que, aunque creían en el Más Allá (no hasta el extremo que llegaron los antiguos egipcios), querían vivir en la tierra el mayor tiempo posible debido a su miedo a la muerte, su otra vida eran un lugar sombrío de polvo y lodo. Se aseguraban una larga vida mediante sacrificios y oraciones. Se daban tres tipos de funcionarios del templo: ♦ Sacerdotes, adivinos, que estaban encargados del culto: colocar las ofrendas al dios, cuidar sus estatuas, llevar a cabo los ritos ceremoniales. ♦ Administrativos, como el supervisor, contables, tesoreros, coperos, escribas, etc. que se dedicaban a las tareas correspondientes. ♦ Artesanos, como el molinero, el trabajador del cobre, tejedor, etc. que garantizaban la elaboración de las materias primas a nivel doméstico. A ellos habría que unir un nutrido grupo de trabajadores como el barbero, los porteros, limpiadores, guardias, cuyo trabajo resultaba imprescindible. • El sacerdocio. La relación entre hombres y dioses no fue siempre directa, por lo que se creó la necesidad de unos mediadores entre ambos, los sacerdotes. En un principio, el poder sacerdotal y el poder secular estaban bajo la misma persona, pero, como se dijo anteriormente, tras la reforma de Hammurabi los poderes de la clase sacerdotal fueron limitados al ámbito del templo y el culto. A pesar de ello, el sacerdocio siempre tuvo una grandísima influencia sobre la población debido a su conocimiento privilegiado frutos de sus augurios y predicciones. Eran poseedores del know how, y ello les permitía hacer que las masas de población siguieran creyendo el origen metafísico del sacerdocio y la realeza. Uno de sus métodos para controlar al pueblo tiene que ver con la forma del zigurat. El acceso a la cúspide era permitido sólo a los sacerdotes como intérpretes de los dioses, mientras que el pueblo esperaba los augurios en el pie del zigurat, dando la impresión de que realmente el sacerdote tenía la capacidad de hablar con los dioses. 4 El sacerdocio estaba organizado mediante una jerarquía cerrada, de distintos rasgos: − En: Señor, el máximo suplicante y portador de ofrendas. − Sangamakh. − Urigallu: En algunos templos sumerios adquirió el lugar inmediato al del sumo sacerdote. − Erib Biti: Los únicos que podían entrar en las estancias prohibidas del templo, y administradores del mismo. − Ummanu: En los templos asirios se encargaban de la economía del templo. También hay una serie de funcionarios de menos categoría, como ya se indicó en el punto anterior, como portadores de ofrendas, o interpretadores de los sueños entre oros. Una actividad que aseguró el prestigio del sacerdocio fue la é−dubba / bit tuppi, o casa de las tablillas, es decir, la escuela encargada de formar a los escribas. Pero el cuidado del templo no sólo estaba en manos de los sacerdotes, ya que también existieron las sacerdotisas, que vivían en edificios cercanos al templo. También se organizaban bajo una jerarquía: − Nindingirra (sumerio) o Entu (acadio): Era la Suprema Sacerdotisa, obligada a no tener nunca hijos, aunque podía contraer matrimonio. − Naditu: De menor categoría, pero con las mismas obligaciones. − Shugitu: Era una sacerdotisa esclava de rango común, destinada a tener hijos con los esposos de las superiores, siendo estos hijos legítimos. − Sacerdotisas dedicadas al culto de Inanna: Encargadas de la prostitución del templo, y podían contraer matrimonio y llevar velo. El sacerdocio constituyó una poderos fuerza económica, ya que incluso existían negocios en el templo propiedad de los sacerdotes. El templo se convirtió, pues, en centros de especulación y poder. 5. Mapa: · Bibliografía. • Los Dioses del Mundo Antiguo, EO James. • Sociedad y Cultura en la Antigua Mesopotamia, J. Klima • El Próximo Oriente Asiático, P. Garelli • Reyes y Dioses, Frankfort • Las Religiones Antiguas vol I y II, Historia de las Religiones, S. XXI lll 8 5