I ^ MADRID I ^•II'^ La estabulación Iibre ENERO 1959 N.° 1-59 H Santiago Mafallana Ventura Ingeniero Agrónomo. MINISTERIO DE AGRICULTURA DIRECCION GENERAL DE COORD^NACION, CREDITO Y CAPACITACION AGRARIA • SECCION DE CAPACITACION LA ESTABULACION LIBRE En los últimos diez años se vienen modificando, en ocasiones profundamente, algunos conceptos, que pudiéramos calificar de tradicionales, en orden al alojamiento del ganado. Han sido muchos los años durante los cuales se ha insistido sobre la necesidad de dar al ganado los albergues a que tenían derecho como seres vivos, para que, en justa reciprocidad, se mejoren e incrementen los esquilmos que nos proporcionan y para cuya obtención, en máximo grado, se trabaja. Ha. sido una época de transición, en la cual la finalidad principal que se buscaba tenía un aspecto marcadamente higiénico al pretender sustituir los viejos locales angostos, sin luz ni ventilación, por otros donde el aire y el sol fueran colaboradores activos de la limpieza, en beneficio de la salud animal y, como consecuencia directa, de más remuneradoras producciones. Este período a que nos venimos refiriendo puede presentar en su haber muy bellas realizaciones y ofrecer también resultados verda.deramente alentadores. La contrapartida estuvo siempre en los considerables desembolsos que la realización de estas obras llevaba consigo, desembolsos que, en los últimos años, se han ido multiplicando, llegándose a cifras realmente excesivas. ^Un establo conocemos, proyectado con todos los adelantos modernos, para 100 vacas de cría con sus novillas de reposición, las crías correspondientes, heniles y sala de ordeño, que no ha costado menos de los cuatro millones de ^esetas ! 5i esto ya es, por sí solo, algo que difícilmente se puede acometer, no son menos in;portantes sus propias ^onsecuencias y, sobre todo, los gastos de explotación que tal instalación lleva consigo, en especial la mano de obra precisa para que ese ambiente sano, higiénico y li.mpio llegue a ser una realidad. Es, pues, lógico que las cosas vayan cambiando y que esa perfección que pretendíamos lograr haya evolucionado hacia formas más simples y económicas, que compaginen las necesidades higiénicas y de movimiento que los animales sienten, -3- con la mayor comodidad para el ganado y, por dcscontado, un coste más reducido y asequible, sin olvidar tampoco la reducción al mátimo de ese capítulo, más costoso cada día, que es la mano de obra, una mano de obra que precisa realizar un trabajo ingrato, en condiciones de escasa salubridad y que precisamente ha de ser caro. El hecho de estar suelto el ganado, de no sacar diariamente el estiércol, de no tener que limpiar suelos y paredes, etc., suponc un ahorro de jornales muy considerable, al que se une a veces la «autoalimentación», pues es posióle dejar grandes montones de heno, de donde los propios animales comen cuando sienten necesidad. Estudios realizados en Francia suponen que los treinta minut^s poe vaca que es preciso dedicar en los establos clásicos, se reducen a la mitad don<_^e la estabulación es librc. ^,Qné es la estabulación libre? Este sistema-que se aplica preferentemente al ganado vacuno lechero-se basa en dejar al ganado en libertad dentro de un conjunto de edificaciones y patios. Las edificaciones responden a dos finalidades : simples cobertizos en donde el ganado entra o sale a su voluntad, y locales especialmente acondicionados para el ordeño y la preparación de la leche. Los corrales suelen ser amplias extensiones, cerradas, donde los animales se mueven o descansan, según sus deseos. Esta exposición es un simple esquema. Construcciones y patios han de responder a una serie de condiciones distintas con el clima y el medio; variables también con la composición del rebaño y diferentes igualmente, según las modalidades que dentro de la libre estabulación pueden seguirse. Los refugios protectores. Son simplcs naves donde los animales se protegen del frío, el vicnto, la lluvia o la iiieve, cerrados por tres de sus lados y abiertos por el lado restante, que suele coincidir con una de sus mayores dimensiones. Este frente abierto puede cerrarse parcialmente donde las jolnadas invernales son duras, Ilegán- -4- G .' ^ ^ ^ ^ ^ ^D ^^ u: ^ :> N ^ ^a ^ o^ U _^ ^ ^ b ^ ^ ^ O O ,>, O O ^ b w c^ N G ^ D%0 ^ N b ^ ^ ^b ^ e^ a^ c a •^... - ...^ti ^ ^ ^.^ ^ ^'Ñ q oÓ ^ .^ ^ ^U U f.^. N .^ ^ p i w> ^ N ^ ^ ^ Q^ y `c ^ ^ Ú ^% i-i N ^ ^ ^ Q Ñ ^ N b p ^ (^ ^ o ^ Á ✓^ r ^ ^ ^ ^ b á aoi b c^ > ^^ ^ a ^ ^ ^ ^ ^ ^ N m á ^^ Ia .o^ ^ C ^ M pp C^, ^ -5- dose incluso a montar amplias puertas oscilantes, que los propios animales mueven para fuera o para dentro con absoluta facilidad. En zonas muy frias es también corriente, en invierno sobre todo, extraer el estiércol cada varias semanas, de modo que se forme, con la adición de abundante paja, un espeso lecho, capaz de proporcionar una cierta cantidad de calor. Sólo 24 4. REEU610 6'§ 0 Y n n n n ^ CQRRAI PAVIMENiADO y^~ . P[ S E B R E J PEAIAS D[ ORDfÑO IIEC^NICO. NIGIEMI1ACIdN DE EECHE. PIENSO. Fig. 2.-Planta de una construcción para estabulación libre de ganado vacuno, con sus locales anejos. (Original. J cuando esta capa es excesiva o empiezan a aparecer moscas con abundancia es cuando el estiércol se saca de la inanera que es habitual, es decir, todos los días. Estos albergues no necesitan estar provistos de ventanas ; se pueden construir a base de materiales baratos; sus pavilnentos son de tierra-hay quien en esto no está de acuerdo-, eleva- -6- dos 20 ó 25 centímetros sobre el nivel normal del suelo, o llevan delante una franja de tres metros, aproximadamente, construída de hormigón, pieclra o ladrillo macizo. Las necesidades de superficie son diferentes en cada caso, dependiendo, como es natural, del tamaño de los animales, de la forma de estos refugios y del clima. Una vaca holandesa grande, en zona templada, puede requerir unos cinco o seis metros cuadrados, mientras que bastarían poco más de tres metros y medio cuadrados en lugares más fríos y para ganado pequeño. Recordemos que un establo clásico, tipo Louden, por ejemplo, necesita 10 metros cuadrados por vaca en muchos casos. Aun cuando es indudable que este dato ha de ser muy variable, la ca.ntidad de paja que se recomienda emplear puede cifrarse, por término medio, en unos ocho kilos por vaca y día. Es conveniente asegurar, de una parte, un abastecimiento normal de agua a razón de 50 litros por vaca en invierno y el doble en verano; por otro lado, debe contarse con luz eléctrica, pudiéndose calcular a razón de 150 vatios por cada metro cuadrado. Los comederos se pueden colocar de varías maneras, bien en el exterior o dentro del refugio, siendo conveniente en este caso disponerlos en el fondo, de modo que sea factible distribuir los piensos sin estar dentro del refugio; recomendándose el contar por lo menos con unos 40 centímetros de pesebre por cabeza. Los corrales. En Estados Unidos, este sistema de estabulación va acompañado solamente de un corral, por lo general pavimentado, delante del refugio, y con una superficie sensiblemente igual a la de éste. En otros países se suele contar con dos corrales. Uno, inmediato al refugio, pavimentado y con superficie casi doble, y otro, a continuación, con parecida extensión, constituído por una pradera a la que sale el ganado en el buen tiempo. Esto favorece al ganado, que suele resentirse de los pisos duros. Una ligera pendiente hacia afuera contribuye a eliminar las aguas de lluvia, mejorando la. sanidad del piso. -^El local de ordeño. Se suele colocar, en relación con el conjunto, dc rna>ie.ra que sea fácil conducir el ganado al mismo. Sus dimel^sione^ son mínimas y las características constructivas semejantes a las del refugio, cuidando algo más los detalles que favorecen la higiene y permiten una limpieza más fácil y profunda. Por regla general se ordeña a máquina, y el número de pla- Fig. 3.-Corral, con refugio al fondo, para estabulación libre de ganado vacuno, en una finca irlandesa,. zas suele ser tal, que permite el ordeño de todas las vacas en una hora u hora y media. Debe tenerse en cuenta que un hombre, con dos máquinas, ordeña de 15 a 20 hembras por hora e incluso algunas más. T.A SALA DE CONSERVACII)N DE LA LECHE. Suele ir unida al local de ordeño y tiene idéntica finalidad a la que es normal en los establos clásicos : prestar a la leche los cuidados necesarios para que su calidad sea óptima y su -8- Fig. 4.-Aspecto interior del refugio correspondiente a la misma finca de la fotograffa anterior. Las armaduras de la cubierta son de cemento armado y en la construcción se ha hecho amplio uso de las celosías y tableros de amiantoc^nni•nt^ ^ndulado. conservación más larga. Filtrar y enfriar son, en esencia, las operaciones que en ella se realizan. Instalación y servicios complementarios. Una instalación completa ha de contar con una serie de servicios y dependencias complementarias, de los cuales no cabe prescindir. Hay que prever locales para novillas y terneras; departamentos para los sementales; celdas para paridas; lazaretos, etc. Todo esto debe acoplarse adecuadamente en el proyecto, que es conveniente realizar, pues de otro modo se puede llegar a contar con unas instalaciones que, por falta del indispensable carácter funcional, no respondan a los conceptos de economía -9- precisos, no sólo para montar y construir, sino, lo que es tanto o más importante, efectuar la explotación con un mínimo de gastos y un máximo de eficacia. i^i^ 5.-Interior de] local destinado a la higienización de la leche, con luz fluorescente (A), ventilador (B), dispositivo para colocar ollas (C), mesa para secado (D), fregadero para lavar ollas (E), sumidero (F), espacio para el refrigerador (G) y calentador de agua (H e I). Fig. 6.-Cobertizo donde se almacena e] heno y depósito de agua (A). - IO - Análisis critico del sistema. Creemos que ha quedado expuesto, en sus principales aspectos, este nuevo sistema de alojar el ganado que se viene denominando estabulación libre, cuyas ventajas de índole social, económica y sanitaria se han ido enumerando, ventajas que constituyen una serie de razones mediante las cuales el sistema se ha popularizado y se va extendiendo. Fig. 7.-EI forraje ensilado se reparte directamente desde el silo por las compuertas (A). Fig. 8.-Comederos situados en el interior del alojamiento. Un cable eléctrico separa la zona de alimentación y la de descanso. - lI - Ahora bien : la estabulación libre tiene también sus inconvenientes. Hay que pensar en que los hombres tienen que trabajar, a veces, en peores condiciones; en que no es fácil mantener el ganado limpio; en el hecho de exístir una vigilancia «individual» del ganado menos efectiva; en el riesgo de que unos ejemplares coman con eYCeso, con perjuicio de otros menos fuertes; en el inconveniente de que, en ocasiones, cuando Fi^. 9.-Pequeño parque movible para terneros, con objeto de que puedan disponer siempre de pasto fresco. es preciso echar cama en el corral, se consume más paja; en que es conveniente descornar el ganado para que no se hiera, y todo esto sin contar con la situación que representa, sanitariamente hablando, cl vivir largas jornadas sobre una cierta masa de estiércol en elaboración. Para el final hemos dejado dos o tres hechos que creemos tienen también un peso decisivo para la posible adopción del sistema, razones que influyen unas en pro y otras en contra. En primer lugar, es general la opinión de ser preciso abolir los viejos sistemas de alojamiento si se pret2nde suprimir la tu- - ^2 - berculosis bovina, cambiándolos por este tipo de estabulación, más adoptado a la propia naturaleza. De otro lado, no parece que esta forma de explotación nos lleve a una mayor producción de leche, los rendimientos no parecen variar gran cosa y hay quien afirma que el consumo de forraje es algo maS^or. Finalmente, es necesario recoger una realidad, y es el enorme auge que el sistema va adquiriendo, y así, en 1958 ya se contaba en Francia con 1.500 instalaciones de este tipo, con más de 4.000 en Inglaterra y también un crecido número en Italia e incluso en países tan fríos como Suecia y Noruega. Y con este antecedente a la vista juzgue el ganadero y piense, para su posible caso particular, el camino que pueda resultarle más conveniente y útil. DEPOSITO LEGAL M. 3.109-1958. CRÁFICAS UGUINA - L[ADRID