213230. III.2o.A.17 K. Tribunales Colegiados de Circuito. Octava Época. Semanario Judicial de la Federación. Tomo XIII, Marzo de 1994, Pág. 431. PRUEBA PERICIAL SOBRE DOCUMENTOS. SU DESAHOGO EN EL JUICIO DE AMPARO. Cierto es que el artículo 150 de la Ley de Amparo dispone que en el procedimiento constitucional es admisible toda clase de pruebas, con las excepciones que el mismo precepto legal establece; que el artículo 143 del Código Federal de Procedimientos Civiles, de aplicación supletoria a la Ley Reglamentaria del Juicio Constitucional, dispone que la prueba pericial tendrá lugar en las cuestiones de un negocio relativas a alguna ciencia o arte, y en los casos en que expresamente lo prevenga la ley; que el artículo 154 del mismo Código Federal de Procedimientos Civiles, ordena que los peritos se sujetarán en su dictamen a las bases que, en su caso, fije la ley; y que el artículo 151 de la citada Ley de Amparo, preceptúa que cuando las partes tengan que rendir prueba pericial, deberán ofrecerla exhibiendo copia del cuestionario para los peritos. Empero, este cuestionario debe apreciarse en función de la naturaleza de la cuestión sobre la que se requiera ilustrar al juzgador. Así, el propio juzgador, como director del proceso, podrá acordar el desahogo de la prueba en la forma que lo estime conveniente, siempre y cuando con ese acuerdo sobre su desahogo no se desvirtúe lo que la oferente pretende probar. Por lo mismo, una prueba pericial podrá desahogarse sin desvirtuar la naturaleza de la cuestión planteada, con base en documentos que tenga la autoridad, en copia certificada de esos documentos o en documentos que tenga el particular en su poder y a los que pueda dárseles un valor probatorio pleno. En cambio, hay casos en que por la naturaleza misma de las cuestiones propuestas sí es indispensable que los peritos tengan a la vista los documentos originales correspondientes necesarios. A guisa de ejemplo cuando se pretende probar la autenticidad o la falsedad de alguna firma o la alteración de los asientos contables de documentos en poder de la autoridad, por razones obvias son indispensables los originales, ya que sus copias podrían influir sobre la certeza del resultado de la prueba. Otro caso en el que diversamente podría ser discutible la necesidad de que los peritos dictaminen sobre los originales de ciertos documentos públicos en poder de la autoridad, sería aquel en que la oferente afirmara haber extraviado los documentos relativos. Y se dice que es discutible porque si una copia es una reproducción de un documento, y la certificación es la que le da autenticidad, los datos que de una copia certificada se deriven son los mismos que podría tomar el perito de los originales, porque no se estaría en el caso como los ya relatados, uno referido al problema de autenticidad de firmas y otro a alteraciones de asientos contables. SEGUNDO TRIBUNAL COLEGIADO EN MATERIA ADMINISTRATIVA DEL TERCER CIRCUITO. Queja 41/93. José Jorge Prieto Castellanos. 20 de octubre de 1993. Unanimidad de votos. Ponente: José Manuel Mojica Hernández. Secretario: Alfonso Núñez Cháirez. -1-