MEXICANOS CRITICAN CONTINUOS CAMBIOS EN LA FISCALÍA FEDERAL María de las Heras La semana pasada el Senado de la República ratificó el nombramiento de Marisela Morales al frente del la Procuraduría General de la República convirtiéndose así en la tercera titular de la dependencia desde que Felipe Calderón llegó a la presidencia. Sin duda en circunstancias digamos, regulares, es difícil pensar en una atinada política de procuración de justicia cuando se han tenido tres cambios de fiscal en cuatro años y medio de gobierno, pero si además consideramos que el nivel de violencia que estamos viviendo en México tiene de todo menos de regular, entonces resulta más que preocupante que Calderón cambie de procurador con tal asiduidad. Como ocurrió con Medina Mora, el procurador que inició con el gobierno de Felipe Calderón y que tras dos años al frente de la procuraduría decidieron nombrar embajador en la Gran Bretaña sin que haya mediado explicación alguna sobre los motivos de su remoción, Chávez Chávez presentó su renuncia al cargo de procurador con un escueto “motivos personales” que, según los resultados de la encuesta de esta semana, no deja convencido prácticamente a nadie. La mayoría lo que piensa es que Chávez renunció porque no logró dar los resultados que se esperaban de él al frente de la procuraduría federal, aunque también resultaron muy significativos los porcentajes de entrevistados que piensan que su renuncia se debió a conflictos personales con el poderosísimo secretario de seguridad pública y también los que sospechan que la retirada de Chávez Chávez tuvo que ver con su no disposición a utilizar la fiscalía con fines electorales y en este sentido abona el nombramiento de la nueva procuradora, Marisela Morales, cuyos críticos señalan como principal operadora del intento de desafuero de López Obrador para retirarlo de la competencia electoral en el 2006 y también de lo que se ha dado por llamar El Michoacanazo, que no es otra cosa que la detención de más de veinte funcionarios públicos de Michoacán, entidad gobernada por el PRD, justo antes de las elecciones para diputados federales en el 2009, de los cuales todos menos uno fueron puestos en libertad al poco tiempo porque la fiscalía no pudo fundamentar con pruebas sus acusaciones. Al margen de si Morales actuó o no en esos casos con transfondo de tipo electoral, le preguntamos a los encuestados si consideraban prudente o no poner al frente de la procuraduría federal a una mujer, dadas las condiciones de violencia que vivimos en México derivadas de la lucha contra el narcotráfico y sorprendentemente seis de cada diez respondieron que sí, y digo que con sorpresa porque no hay que olvidar que en México seguimos teniendo la imagen del charro justiciero muy a flor de piel.