En el año del Bicentenario Argentino, es un honor para la Dirección Nacional de Migraciones, saludar en nombre de la Presidenta de la Nación Cristina Fernández de Kirchner, y del Ministro del Interior Florencio Randazzo, a todos los inmigrantes en su día. No es casual que la Presidenta de la Nación haya querido que la cuestión de la inmigración sea uno de los temas centrales para conmemorar y festejar los primeros doscientos años de vida de esta gran Nación. Porque nuestra Patria se hizo con inmigrantes. Nacimos en mayo de 1810, y ya en 1812 la Primera Junta de Gobierno había dictado el primer decreto sobre el fomento de la inmigración en la Argentina. Pocos años después, luego de la firma del acta de la Independencia de 1816, “… los representantes del Pueblo de la Nación Argentina…” organizarían políticamente nuestro país, y dictarían la Constitución de 1853, “… para todos los hombres del mundo que quieran habitar suelo argentino…” La trascendencia de la vocación expresada entonces puede comprenderse en su real dimensión, si pensamos sólo por un instante que el Preámbulo informa todo el articulado de la norma constitucional. Y es precisamente la Constitución Nacional el instrumento que nos permite ser Nación. Porque sin ella no hay Estado; porque sin ella no hay derechos; porque sin ella no hay garantías, y porque sin ella no hay país. Y la celebración del Bicentenario nos invita a reflexionar qué hemos aprendido en doscientos años de historia; que NUNCA MAS! Que no debemos ignorar lo que dispone nuestra ley fundamental; que no podemos mirar al inmigrante como un enemigo que nos invade, nos quita el trabajo y genera conflictividad social. Nada más lejos de la realidad: los inmigrantes que vinieron y que llegan a la Argentina, vienen a realizar sus sueños y a construir entre todos un lugar mejor en el mundo. 2010 nos coloca como protagonistas de un momento histórico sin precedentes; el mundo entero se está reorganizando sobre la base de una lógica distinta. Se han venido conformando y consolidando alianzas económicas, políticas y comerciales; hoy no es posible pensar un país sin ver más allá de sus fronteras; somos testigos de procesos de integración importantísimos a nivel regional y subregional en todo el mundo. Sin embargo, algunos países parecen ignorar que la integración sólo es posible si se la piensa integralmente. No puede concebirse una integración real sin libre circulación de personas, así como no es admisible la formulación de políticas que no tengan como eje central la protección de las personas. La economía, el capital, o el intercambio de bienes y servicios, no son fines en sí mismos. La política migratoria Argentina actual se adecua a lo que manda la Constitución Nacional y recupera la tradición histórica de un pueblo generoso, heterogéneo, trabajador, tolerante y pluralista. Privilegia la integración regional e instala un nuevo paradigma: el derecho a migrar es inalienable de la persona humana. Las migraciones deben ser tratadas desde la perspectiva de la integración, y no desde otra; debe facilitarse el tránsito de personas entre las naciones del mundo y fundamentalmente entre los países de nuestra región; deben buscarse mecanismos seguros, ágiles y eficaces para la identificación de los migrantes, su acceso a una residencia legal, y a un Documento de Identidad que los coloque en situación de igualdad con los nacionales, y les permita gozar en plenitud de todos sus derechos; pero que además, sirva como instrumento para el estricto cumplimiento de las obligaciones que la normativa impone a todos los habitantes de este querido suelo. Ratificando esa vocación, Argentina ha dado un paso trascendental al reglamentar la ley 25.871 a través del Decreto 616 dictado hace apenas tres meses por la Presidenta de la Nación; ha finalizado con éxito el Programa Nacional de Regularización Documentaria Migratoria; ha informatizado todos los procesos sustantivos de la Dirección Nacional de Migraciones en todo el país; ha mejorado y seguirá mejorando la capacidad e infraestructura de sus pasos fronterizos e instalaciones administrativas de Migraciones; ha iniciado un proceso de capacitación sin precedentes para todos los operadores del sistema de administración y gestión del fenómeno migratorio, involucrando al personal de la Dirección Nacional de Migraciones y de las Policías Migratorias Auxiliares; está próxima a certificar el cumplimiento de normas de calidad ISO 9001 para el control migratorio en el Aeropuerto Internacional de Ezeiza y la Terminal de Buquebus; ha puesto en funcionamiento dos delegaciones nuevas de la Dirección Nacional de Migraciones: Almirante Brown en la Provincia de Buenos Aires, y San Luis; ha dotado a la Delegación Iguazú de un inmueble adecuado para el desarrollo de sus tareas descongestionando el paso fronterizo donde funcionaba además su sede administrativa; éstas, entre tantas otras acciones emprendidas. Hace apenas un año, anunciábamos que merced a un convenio que firmaríamos con el Registro Nacional de las Personas dependiente del Ministerio del Interior, la Dirección Nacional de Migraciones, entregaría a quienes obtengan su radicación en la Argentina, el ansiado Documento Nacional de Identidad directamente, sin necesidad de hacer otro trámite en otra dependencia. El nuevo Documento Nacional de Identidad que presentó a fines del año 2009 la Presidenta Cristina Fernandez de Kirchner junto con el Ministro del Interior Florencio Randazzo está hoy disponible para aquellos extranjeros que residan en nuestro país. Desde principio de este año, hemos venido operando en nuestra sede central con el sistema de ventanilla única, a partir del cual, el migrante que inicia su trámite de radicación ante la Dirección Nacional de Migraciones inicia en el mismo momento su solicitud de Documento Nacional de Identidad, y recibe en el acto, un certificado de residencia precaria por noventa días, en el término de los cuales, admitida su residencia y comunicada electrónicamente al Registro Nacional de las Personas, se emite y se envía a domicilio el Documento Nacional de Identidad, poniendo fin al maltrato que implicaban las largas demoras en obtener tan ansiado documento. Hemos aprendido lo suficiente en el uso de sistemas biométricos de identificación y ajustado nuestros sistemas de manera tal que en los meses que restan de este año 2010, la ventanilla única se implementará, conforme lo dispuesto por nuestro Ministro del Interior, en todas las Delegaciones de la Dirección Nacional de Migraciones de todo el país, permitiendo a los inmigrantes recibir en un término antes inimaginable, su Documento Nacional de Identidad. Porque sabemos de los padecimientos a los que fueron sometidos para dejar de ser indocumentados y sentirse “alguien”; porque sabemos que se trata de una herramienta fundamental para su integración; porque necesitamos tener identificado nuestro potencial humano; porque queremos, como lo manda nuestra Constitución Nacional, que los inmigrantes sean verdaderos sujetos de derechos y obligaciones, protagonistas de su propia historia y forjadores de este joven País… Porque así, se dignifica. Hoy, septiembre de 2010, estamos convencidos que es el mejor homenaje que podemos brindar a los hombres y mujeres de buena voluntad que han decidido habitar suelo argentino. En el día del inmigrante, nuestro afecto, nuestro reconocimiento y nuestra mano tendida. Por su atención, muchas gracias. Martín A. Arias Duval Director Nacional de Migraciones.