LA ALABANZA SIN BARRERAS ESCRITURAS: Lucas 10:41,42; Salmos 30:11, 12; Salmos 98:4, Salmos 47:1-3 Experimentar la presencia de Dios en la alabanza es muy importante para todos aquellos que conocen a Jesucristo. Desafortunadamente la mayoría de nosotros no consigue entrar en Su presencia por medio de la alabanza. Muchas veces nos desprendemos de la alabanza colectiva durante el servicio o nuestro grupo pequeño antes de entrar al Lugar Santísimo a causa de las barreras que hemos puesto ante la alabanza. Como resultado, nuestra alabanza se convierte en un desierto y no experimentamos el poder que hay en la alabanza para vencer al enemigo de nuestras almas. Barrera 3: Las distracciones (Lucas 10:41,42) Muchas veces llegamos al templo ocupados y distraídos. Los afanes del trabajo, la familia, las preocupaciones nos quitan el enfoque de Dios. Lucas, en su evangelio, narra cómo Jesús establece un importante principio para todos aquellos que quieren liberarse del temor a la gente con el fin de alabar y adorarlo libremente. Mientras María está sentada a los pies de Jesús, Marta está ocupada en la cocina. Cuando Marta se queja de la inactividad de su hermana, Jesús la reprende, no por estar ocupada, sino por su falta de enfoque: «Marta, Marta —dice el Señor—, tú estás preocupada y molesta por tantas cosas; pero una sola cosa es necesaria…» Esa «sola cosa», enfocarse en el Señor, es la clave para vencer el miedo a la gente. María no tenía temor de lo que otros pensaran por sentarse a los pies del Señor. Ella escogió «la parte buena». Con su enfoque y prioridades en orden, María sabía que «lo bueno» —hacer feliz a su hermana y evitar el conflicto— debe dar lugar a «lo mejor»: darle atención íntegra a su Señor. «¿Cómo puedes adorar tan libremente? —me preguntó un joven cristiano. «Es simple, me siento en la banca del frente» —le contesté. Necesitamos «sentarnos en la banca del frente», para liberarnos de las distracciones que hay a nuestro alrededor, darle la espalda a la crítica que otros puedan hacer porque adoramos al Señor de todo corazón. Necesitamos preocuparnos en complacerlo a Él. Y con ese enfoque, podemos liberarnos del miedo a la gente. Nuestras situaciones y problemas también pueden ser una distracción en nuestra alabanza. Al sentarnos en la “banca del frente” podremos enfocarnos no en el problema sino en la grandeza de Dios y las posibilidades que vienen con Su poder. Barrera 4: Miedo al ruido (Salmos 30:11, 12; Salmos 98:4, Salmos 47:1-3) Venimos de culturas diferentes. Unos tienen la facilidad para alabar a Dios en una manera exuberante por que esto es más aceptable en sus culturas. Otros prefieren ser más callados en su alabanza. Aunque es normal que hayan diferencias personales en nuestra manera de alabar, también tenemos que recordar que el “ruido” es alabanza para Dios. Los Salmos están llenos de ejemplos de esta erupción exuberante de emoción hacia Dios por Sus proezas. Cualquiera sea la manera que cada quien prefiere alabar, es importante hacerlo sin inhibiciones y con un corazón agradecido. La alabanza sin barreras es el vehículo que nos lleva a disfrutar del gozo pleno en la presencia de Dios. La alabanza sin barreras nos acerca a la victoria en nuestras vidas. ROMPE HIELO: Si pudieras describir a Dios en una sola palabra, ¿qué palabra usarías? GUIA PARA EL MAESTRO PREGUNTAS DE DISCUSIÓN: 1. ¿Por qué es tan importante enfocarse en la alabanza en vez de preocuparse de los quehaceres durante la reunión de grupo o el talento para después del servicio? 2. ¿Por qué es que le tenemos tanto miedo al ruido cuando venimos a la iglesia pero no nos importa tanto cuando vamos a un partido de futbol o tenemos una fiesta familiar? 3. ¿Cuáles son algunas diferencias entre agradecer a Dios y alabarle? RECUERDA: Para muchos la alabanza si es algo nuevo o extraño si no han crecido en una iglesia apasionada como la nuestra. Como líder abre la puerta para escuchar sus pensamientos sobre el tema, sus primeras reacciones cuando tal vez llegaron a una celebración de domingo apasionada y no olvides contestar sus preguntas como mejor puedas.