Censos de aves acuáticas invernantes en la Comunidad Autónoma del País Vasco LOS CENSOS INTERNACIONALES DE AVES ACUÁTICAS, UN SISTEMA DE SEGUIMIENTO DE POBLACIONES A ESCALA BIOGEOGRÁFICA Desde 1967, la organización Wetlands International promueve y coordina un programa de censos de aves acuáticas en humedales, que se desarrolla en todos los continentes. Los censos se llevan a cabo anualmente durante el mes de enero, periodo en el que muchas especies de acuáticas se congregan en enclaves concretos y sus contingentes se muestran más estables, por lo que su recuento es más sencillo y fiable que en otras épocas del año. En la región del Paleártico occidental, que comprende Europa y Oriente Próximo, se cubren alrededor de 20.000 humedales en 50 países, gracias a la colaboración de más de 10.000 observadores, que globalmente censan unos 20 millones de aves de 175 especies. El aspecto más relevante de este programa es su capacidad para proporcionar tendencias de poblaciones de aves a largo plazo, mediante recogida de datos de forma estandarizada: recuentos efectuados con la misma metodología y en los mismos sitios cada año. De esta forma, se dispone de información sobre la evolución de las poblaciones de aves acuáticas y su estado de conservación, teniendo en cuenta que esta información es crucial para su gestión (muchas son aprovechadas cinegéticamente, otras se encuentran amenazadas). Periódicamente se publican documentos analizando estos resultados a nivel internacional1. Además, los censos de acuáticas se han convertido en un instrumento fundamental para el conocimiento y valoración de sus hábitats, los humedales, que son objeto de atención preferente por su fragilidad y singularidad. Instrumentos internacionales dedicados a la protección de humedales y aves, como el Convenio de Ramsar, el Convenio de Bonn y el Acuerdo para la conservación de las aves acuáticas migratorias afroeuroasiáticas, se nutren a nivel técnico y científico de los datos suministrados por este programa de censos. Más información sobre el programa internacional de censos en www.wetlands.org Más información sobre el Convenio para la conservación de los humedales de importancia internacional en www.ramsar.org 1 DELANY, S. & SCOTT, D. (eds.). 2002. Waterbird Population Estimates. Third Edition. Wetlands International. Wageningen 2 METODOLOGÍA GENERAL El censo de las aves acuáticas en humedales se realiza por observadores conocedores del terreno y competentes en la identificación, que desde la orilla prospectan la masa de agua con medios ópticos adecuados (telescopio y prismáticos). Anotan en fichas el número de aves presentes de cada especie. Los conteos son diurnos, aprovechando una mayor estabilidad de los bandos durante el día, cuando las aves dedican mucho tiempo a reposar o alimentarse sin desplazarse. En el caso de grandes humedales, puede ser necesario el concurso de varios observadores que se encarguen de contar distintos sectores. Los censos se efectúan cada año en torno a mediados de enero, simultáneamente en todos los países del área cubierta, con el fin de evitar conteos repetidos de ejemplares que pudieran haberse trasladado de un lugar a otro. Esta metodología resulta particularmente indicada para el censo de anátidas (patos), gansos y fochas, cuyas poblaciones son así monitorizadas con mucha fiabilidad. Sin embargo, hay otras especies de aves acuáticas que se dispersan en humedales pequeños o ríos (garzas, cormoranes), que son de hábitos escondedizos (polluelas y polluelas), cuyos contingentes son más inestables o que utilizan ambientes diferentes durante el invierno (gaviotas). Para ellas, las cifras obtenidas con la técnica antes descrita son menos fidedignas, y es necesario emplear estrategias alternativas (por ejemplo, el seguimiento de dormideros). Ramón Arambarri 3 ORGANIZACIÓN A nivel español, el programa de censos de acuáticas invernantes se inició y desarrolló al amparo de la Sociedad Española de Ornitología (SEO/Birdlife). Esta entidad ha jugado un papel primordial en la ampliación y consolidación de los censos. En la actualidad, SEO/Birdlife compila los datos por encargo del Ministerio de Medio Ambiente, y ejerce de enlace con Wetlands International. La reciente monografía La invernada de aves acuáticas en España2 revisa y analiza los datos disponibles sobre evolución de las poblaciones de cada especie y en cada humedal. En el País Vasco, los primeros censos disponibles de aves acuáticas se remontan a 1969. Durante los años 70, los conteos se realizaron irregularmente y abarcando sólo los principales humedales (Urdaibai, embalse de Ullibarri-Gamboa), por parte de observadores voluntarios. En los 80 y 90, el programa se consolida y las diputaciones forales de Álava, Bizkaia y Gipuzkoa, en el marco de sus competencias en materia de gestión del medio natural, impulsan o prestan apoyo económico al programa de censos. A partir de 1990, el número de localidades visitadas experimenta un paulatino incremento, de manera sostenida en Álava pero con ciertos altibajos en Bizkaia y Gipuzkoa. De cara a la interpretación de la evolución de las poblaciones, estas variaciones de cobertura deben ser consideradas. De hecho, en el lapso 1969-2004 sólo tres localidades cuentan con con más de 20 conteos y otras 34 con más de 10, de un total de 88 que han sido muestreadas en alguna ocasión. Tradicionalmente, los observadores de campo han estado vinculados al Instituto Alavés de la Naturaleza, la Sociedad Ornitológica Lanius e Itsas Enara Ornitologi Elkartea, asociaciones que, en sus ámbitos respectivos, han aglutinado a buena parte de los ornitólogos interesados en este tipo de aves. El guarderío del Departamento para el Desarrollo del Medio Rural de la Diputación Foral de Gipuzkoa y personal del Centro de Estudios Ambientales del Ayuntamiento de Vitoria-Gasteiz participan también en los censos. A partir del año 2004, el Departamento de Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Gobierno Vasco asumió la organización del programa de censos, con el ánimo de mejorar su utilidad, regularizando la cobertura de localidades prospectadas y asegurando su continuidad. No obstante, se siguió contando con los mismos equipos de campo que habían venido efectuado los censos durante la última década, para aprovechar su experiencia en este tipo de trabajo y favorecer la comparabilidad de los datos. Así, se efectuó una revisión de las localidades que debían ser visitadas – en función de su importancia ornitológica y de la serie anual disponible para ellas- y se diseñaron fichas de censo que incluyeran cartografía del recinto que debía ser prospectado. De esta forma, se garantiza que los tramos censados en enclaves definidos más arbitrariamente, como ríos o franjas costeras, sean exactamente los mismos de año en año. En cada territorio, un coordinador responsable se encarga de asignar los enclaves de censo a los observadores, para lograr la cobertura prevista. Para algunas localidades grandes y con regímenes de protección que afectan sólo a una parte de las mismas, se 2 MARTÍ, R. & DEL MORAL, J. C. (eds.). 2002. La invernada de aves acuáticas en España. Ministerio de Medio Ambiente. Madrid. 4 han considerado “sublocalidades”: este es el caso de las colas de Ullibarri-Gamboa (Ramsar), Jaizubia-Plaiaundi-Islas (ZEPA, Ramsar), Inurritza (biotopo protegido), Urdaibai (Ramsar) y Gastelugatxe (biotopo protegido). Finalmente, los datos recogidos en campo han sido almacenados en una base de datos, para facilitar su explotación y la confección de los informes. Álava Bizkaia Gipuzkoa CAPV Número de localidades 70 60 50 40 30 20 10 20 03 20 01 19 99 19 97 19 95 19 93 19 91 19 89 19 87 19 85 19 83 19 81 19 79 19 77 19 75 19 73 19 71 19 69 0 Años Evolución del número de localidades censadas en la Comunidad Autónoma del País Vasco. Álava Bizkaia Gipuzkoa CAPV 35 Número de localidades 30 25 20 15 10 5 0 >20 10 a 20 5a9 <5 Número de censos Distribución de las localidades según el número de censos disponibles para cada una, durante el periodo 1969-2004. 5 FICHAS DE CAMPO UTILIZADAS RECOMENDACIONES METODOLÓGICAS ¾ Los censos invernales de aves acuáticas constituyen el único programa de seguimiento de avifauna con carácter internacional, coordinado, y con suficiente tradición como para cumplir objetivos precisos: evaluar la tendencia de las poblaciones e identificar humedales importantes para su conservación, a escala regional, nacional o biogeográfica. ¾ Para poder cumplir tales objetivos, es imprescindible establecer criterios y mejorar la calidad de los censos, de forma que la información obtenida sea más homogénea y comparable. Solo así podrá ponerse de manifiesto la utilidad de trabajos de este tipo. ¾ Las fechas de censo se fijan, habitualmente, en el segundo fin de semana de enero. No obstante, cada año son confirmadas por Wetlands International y por la red de coordinadores nacionales y regionales. En lo posible, los conteos deberán efectuarse en dichas fechas, ya que la simultaneidad es un requisito metodológico fundamental. ¾ Se han establecido previamente las localidades consideradas de interés, y se ha delimitado la extensión que debe ser prospectada para cada una. Los observadores encargados del censo en cada humedal deberán contar estrictamente en las superficies o tramos cartografiados en las fichas de campo. ¾ En aquellas localidades sometidas a seguimientos más continuos durante el invierno, únicamente los datos de la fecha propuesta para el censo serán registrados, evitando anotar cifras máximas o medias durante periodos de tiempo más largos. En unos pocos casos se han determinado sublocalidades; los recuentos de aves correspondientes a cada una de ellas deberán incluirse tanto en su propia ficha, como en la de la localidad amplia que la engloba. ¾ El horario será el más adecuado en cada caso para lograr los resultados más fiables, teniendo en cuenta factores particulares: evitar molestias humanas (caza, paseantes), acoplar el conteo al ritmo mareal (durante la pleamar), mitigar problemas ópticos (reverberación, contraluz) o aprovechar la concentración diaria de aves (tramos costeros con dormideros de gaviotas). ¾ La adecuación del número de censadores a las características del humedal, su conocimiento del mismo y su experiencia en la identificación y recuento de bandos de aves son aspectos fundamentales. En cuanto a medios materiales, el telescopio terrestre resulta, en la mayoría de los casos, un instrumento imprescindible. ¾ Durante el censo del humedal se requiere alcanzar la máxima cobertura, de forma que puedan contarse directamente (o estimarse) los números de todas las aves presentes. Para ello, se escogerán los mejores oteaderos, teniendo en cuenta las querencias de las especies. ¾ Los resultados se trasladarán cuanto antes a la ficha de censo correspondiente a la localidad, cumplimentando todos los campos. Es muy importante anotar también los “censos negativos”, correspondientes a humedales visitados pero sin aves acuáticas. ¾ Con la mayor prontitud, los observadores remitirán las fichas al coordinador local. Este las trasladará a su vez al coordinador regional, adjuntando en su caso un informe de síntesis o conclusiones. ¾ El programa de censos de acuáticas invernantes debe convertirse en un sistema eficaz de seguimiento de poblaciones de aves. La concienciación y preparación de los observadores es un factor decisivo. Puede obtenerse más información en las páginas web de Wetlands International (www.wetlands.org) o de SEO/Birdlife (www.seo.org). 6 LAGO DE ARREO AÑO: FECHA DE CENSO: NUMERO DE OBSERVADORES HORA INICIO: HORA FINALIZACIÓN: NOMBRES Y APELLIDOS: INSTITUCIÓN: DIRECCIÓN: TELÉFONO: CORREO ELECTRÓNICO: CENSO NEGATIVO CENSO PARCIAL (no se ha prospectado todo el humedal) VISIBILIDAD Y CONDICIONES (según meteorología): Óptimas Medias Deficientes MOLESTIAS DURANTE EL CENSO (que puedan haber repercutido en los conteos): Caza Pesca Obras Actividades recreativas o deportivas Otras NIVEL DE INUNDACIÓN (en humedales interiores): FASE DE MAREA (en estuarios, rías y tramos costeros): Alto Alta Medio Intermedia Bajo Baja Seco Desconocida COMENTARIOS: 7 DATOS DEL CONTEO En caso de no poder realizar un conteo preciso, anotar estima según los siguientes rangos: D1 (1-9 ejemplares), D2 (10-99), D3 (100-999), D4 (1.000-9.999) y D5 (10.000-99.999). GAVIIDAE CHARADRIIDAE Gavia immer Gavia stellata Vanellus vanellus Pluvialis apricaria PODICIPEDIDAE Pluvialis squatarola Tachybaptus ruficollis Podiceps cristatus Podiceps nigricollis Podiceps auritus Charadrius hiaticula Charadrius dubius SCOLOPACIDAE PHALACROCORACIDAE Limosa limosa Phalacrocorax carbo Phalacrocorax aristoteles Limosa lapponica CICONIDAE Numenius phaeopus Ciconia ciconia Numenius arquata ARDEIDAE Tringa erythropus Ardea cinerea Egretta garzetta Bubulcus ibis Botaurus stellaris Tringa totanus Tringa nebularia Tringa ochropus ANATIDAE Anser brachyrhynchus Anser anser Cygnus olor Tadorna tadorna Anas penelope Anas strepera Anas crecca Anas platyrhynchos Anas acuta Anas clypeata Netta rufina Aythya ferina Aythya fuligula Aythya nyroca Melanitta nigra Bucephala clangula Mergus serrator Oxyura jamaicensis ACCIPITRIDAE Circus aeruginosus Pandion hielaetus Tringa glareola Actitis hypoleucos Arenaria interpres Gallinago gallinago Calidris canutus Calidris alba Calidris maritima Calidris alpina Philomachus pugnax LARIDAE Larus canus Larus argentatus Larus fuscus Larus cachinnans/michahellis Larus cachinnans/argentatus/fuscus Larus marinus Larus delawarensis RALLIDAE Rallus aquaticus Larus melanocephalus Gallinula chloropus Larus ridibundus Fulica atra Larus minutus Haematopus ostralegus RECURVIROSTRIDAE Recurvirostra avosetta OTRAS ESPECIES Esta ficha debe hacerse llegar, debidamente cumplimentada, al coordinador local (Instituto Alavés de la Naturaleza, apartado de correos 2.092, 01080 Vitoria-Gasteiz, teléfono 945246606, e-mail ianani@ctv.es). GRACIAS POR TU PARTICIPACIÓN Colabora: 8 HUMEDALES DE LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO Las zonas húmedas constituyen tipos de ecosistemas netamente diferenciados, que presentan valores máximos de productividad y diversidad. Albergan muestrarios de flora y fauna muy particulares, que han evolucionado adaptándose a las condiciones abióticas y bióticas propias de los medios acuáticos. Se caracterizan también por su elevado dinamismo ecológico y su sensibilidad frente a las fluctuaciones ambientales. Conforman ambientes frágiles ante las intervenciones humanas, que históricamente han consistido en su desecación para aprovechar los terrenos ganados con fines agrícolas o urbanísticos. En la Comunidad Autónoma del País Vasco, los humedales costeros se asocian a la presencia de estuarios más o menos desarrollados, mientras que los interiores presentan características variadas en función de su regionalización bioclimática y de sus particularidades geomorfológicas: turberas y esfagnales, sistemas asociados a sustratos calizos o a diapiros, sistemas endorreicos con lagunas mineralizadas, encharcamientos freáticos en rellenos aluviales, sistemas fluviales... Existe, además, un buen número de zonas húmedas de origen artificial, entre las que sobresalen embalses para abastecimiento y producción de energía, balsas de utilidad agrícola y otras resultantes de la actividad minera. El grado de conservación estructural y funcional de estos ecosistemas es variable. Así, se considera que apenas un 20 % de la superficie original de marismas costeras mantiene en la actualidad características naturales. Los procesos de deterioro en humedales interiores están generalmente más ligados a la intensificación agrícola de su entorno. La valoración de los humedales de la CAPV desde el punto de vista ecológico se ha efectuado a partir de un baremo multicriterio, en el que la capacidad para albergar contingentes de aves acuáticas es una variable más. La ría de máxima categoría resulta ser Urdaibai, un espacio sobresaliente con impactos resolubles. Txingudi, por su parte, conserva valores naturalísticos importantes gracias a su estratégica ubicación geográfica, así como a las intervenciones orientadas a la recuperación de terrenos de marisma y a la recreación de humedales costeros. En el interior, las zonas más destacadas son el complejo lagunar de Laguardia, constituida por tres sistemas naturales endorreicos y una balsa artificial; el lago de Arreo-Caicedo Yuso y las Salinas de Añana, de peculiaridad hidrogeológica y cultural; y Salburua, un encharcamiento originado por el afloramiento de los niveles freáticos, que fue desecado a lo largo del siglo XX, pero que ha sido exitosamente restaurado en los últimos años. Aunque de origen artificial, el extenso embalse de Ullibarri-Gamboa constituye también un referente importante, gracias al proceso de naturalización que han experimentado sus colas meridionales. Todos los humedales mencionados forman parte de la lista de zonas de importancia internacional, de acuerdo con el Convenio de Ramsar. Más información en http://www.euskadi.net/vima_aguas/humedales_c.htm 9 LA INVERNADA DE AVES ACUÁTICAS EN LA COMUNIDAD AUTÓNOMA DEL PAÍS VASCO Duranta el periodo 1992-2004, los humedales de la CAPV han venido acogiendo anualmente una media de 37.000 (mínimo 23.000, máximo 52.500) aves acuáticas y marinas, grupos ecológicos diferenciados que incluyen por un lado a somormujos y zampullines, cormoranes, garzas, anátidas, fochas y limícolas, y por otro a gaviotas y álcidos, fundamentalmente. El hecho de que los programas de censo se apliquen conjuntamente a ambos grupos, a pesar de que acuáticas y marinas compartan sólo parcialmente los mismos hábitats y de que muestren comportamientos sociales y de alimentación divergentes, obliga a efectuar interpretaciones apropiadas según las localidades correspondan a tramos costeros, estuarios o humedales de interior. En las primeras, el porcentaje que representan las gaviotas respecto al total de aves censadas oscila entre el 80 y el 98 %, mientras que en ambientes estuarinos se sitúa en torno al 50 % y en humedales interiores alcanza el 10 % como máximo. Las localidades más importantes por la media de efectivos contados en 1992-2004 son el embalse de Ullibarri-Gamboa (Álava) con 9.700 ejemplares, la ría y puerto de El Abra (Bizkaia) con 7.800, Urdaibai (Bizkaia) con 3.600, el tramo costero de Pasaia (Gipuzkoa) con 3.500, la costa de Donostia-San Sebastián (Gipuzkoa) con 3.400, la bahía de Txingudi (Gipuzkoa) con 1.900 y Salburua (Álava) con 1.700. En conjunto, estos siete enclaves agrupan más del 85 % de los efectivos totales, si bien la relevancia cuantitativa de los costeros se debe exclusivamente, como se ha dicho, a las agrupaciones de gaviotas. En el contexto español, la Comunidad Autónoma del País Vasco ocupa un puesto relativo destacado, ya que alberga cerca del 3 % de los efectivos contados con apenas el 1,5 % de la superficie. Este hecho se puede relacionar con la posición geográfica de la CAPV, en plena ruta migratoria para buen número de poblaciones que acceden a sus áreas ibéricas de invernada a través del corredor pirenaico occidental o de la costa atlántica, pero más aun con la existencia de algunos humedales con gran capacidad de acogida para algunas especies de aves acuáticas: el embalse de Ullibarri-Gamboa y el puerto de El Abra son los más destacados. Más de la mitad del contingente global invernante se debe precisamente a las gaviotas patiamarilla (Larus cachinnans=L. michahellis), con una media de 12.760 aves que suponen el 35 % del total, y reidora (L. ridibundus) con 6.415 y el 17 %. Aunque la evaluación completa de las poblaciones de gaviotas exige procedimientos adecuados, se procura censar simultáneamente la mayoría de enclaves de alimentación y reposo, para acceder a una fracción mayoritaria y homogénea de los efectivos. A continuación figuran la focha común (Fulica atra) con 5.749 aves y un 16 % del total, el ánade azulón (Anas platyrhynchos), con 2.933 y un 8 % y el porrón europeo (Aythya ferina) con 1.966 y el 5 % del cómputo. El grueso de las poblaciones de estas tres especies se concentra en el embalse de Ullibarri-Gamboa, que de hecho se sitúa entre los cinco humedales españoles más importantes para la invernada de la focha y el porrón europeo. Por el contrario, el cormorán grande, con una media de 974 ejemplares (3 %), es una especie bien distribuida tanto en humedales costeros como de interior. El grupo de las limícolas no está muy representado, y sólo de avefría (Vanellus vanellus) y correlimos común (Calidris alpina) se cuentan unos 725 individuos anualmente (2 % para cada 10 especie). Las especies mencionadas suponen del orden del 88 % del total de efectivos censados anualmente. Aunque su importancia numérica sea menor, hay otras especies que presentan poblaciones invernantes estimables si se consideran en el ámbito español. Es el caso de somormujo lavanco (Podiceps cristatus), zampullín cuellinegro (Podiceps nigricollis), ánade friso (Anas strepera) y porrón moñudo (Aythya fuligula), para los que el embalse de Ullibarri-Gamboa (y Salburua en el caso del friso) se encuentra entre las 15 localidades más importantes. Urdaibai tiene la misma consideración para una serie de limícolas como chorlitejo grande (Charadrius hiaticula), zarapitos trinador (Numenius phaeopus) y real (N. arquata), y archibebe claro (Tringa nebularia). Para algunos grupos de especies ecológicamente homogéneos, se ha podido determinar la evolución de las poblaciones invernantes entre 1993 y 2001 usando el programa Trends and indices for monitoring data (TRIM), que proporciona índices de variación anual consistentes, teniendo en cuenta posibles cambios en la cobertura. La evolución de las poblaciones en el conjunto de la CAPV ha resultado positiva en zampullinessomormujos y cormorán grande; por el contrario, anátidas-fochas y limícolas han mostrado una evolución ligeramente decreciente. Aplicando criterios de significación a estas tendencias para un horizonte de 20 años, los zampullines-somormujos y el cormorán grande habrían experimentado “aumentos sustanciales”, anátidas y fochas mostrarían un “declive poco relevante”, mientras que no sería posible clasificar la evolución de los limícolas por la escasa cuantía de sus efectivos. Evolución reciente de la población invernante de somormujos y zampullines. En rojo, tendencia conjunta para la CAPV; en azul, para Álava; en verde, para Bizkaia y Gipuzkoa. 11 Ídem para anátidas y fochas. Ídem para cormorán grande. Los elevados incrementos experimentados por somormujos, anátidas y fochas en Bizkaia y Gipuzkoa se explicarían como consecuencia de la poca entidad del contingente, que facilita tasas elevadas de crecimiento ante mejoras puntuales de la capacidad de acogida (recreación de humedales dulceacuícolas en Txingudi, por ejemplo). En el caso del cormorán grande, la tendencia es también claramente divergente, al detectarse un desplome numérico en Álava, mientras en Bizkaia y Gipuzkoa el aumento ha sido sostenido. A nivel general, la capacidad de acogida de los humedales interiores de la CAPV para las aves acuáticas está muy relacionada con el nivel de inundación de los mismos, que a su vez depende de las precipitaciones caidas durante el año anterior. Cifras mínimas se han verificado durante ciclos de sequía, en los que la mayoría de los individuos se concentran en aquellos humedales que mantengan condiciones hidrológicas aceptables. No obstante, el estado del conjunto de los humedales ibéricos cuenta, ya que en temporadas especialmente lluviosas la gran disponibilidad de hábitats permite una mayor dispersión de las poblaciones, con el resultado de conteos más bajos en 12 humedales concretos. También las tendencias numéricas de algunas poblaciones derivadas de la protección en zonas de cría (caso del cormorán grande), o las modificaciones progresivas de los rangos geográficos ocupados, que pueden responder así ante nuevas condiciones ambientales u oportunidades (caso del ánsar común Anser anser, que inverna en mayor cuantía en regiones norteñas), pueden verse reflejadas en los datos de los censos. Ramón Arambarri 13