UNIVERSIDAD TÉCNICA DE MACHALA FACULTAD DE CIENCIAS QUÍMICAS Y DE LA SALUD CARRERA DE BIOQUÍMICA Y FARMACIA NOMBRE: LISSETTE VALAREZO CAMACHO. CURSO: PRIMER SEMESTRE DE BIOQ. Y FARMACIA PARALELO: “B” DOCENTE: Dr. FREDDY PEREIRA GUANUCHE. Efecto fotoeléctrico. Se llama efecto fotoeléctrico la liberación (total o parcial) de los electrones de enlaces con átomos y moléculas de la sustancia bajo acción de la luz (visible, infrarroja y ultravioleta). Si los electrones salen fuera de la sustancia el efecto fotoeléctrico se denomina externo. El efecto fotoeléctrico se observa en los metales. La fig.1 muestra un recipiente provisto de una ventanilla de cuarzo que es transparente para la radiación óptica. Dentro del recipiente se encuentra una placa metálica K (cátodo), conectada al polo negativo de la pila, y una placa A (ánodo), conectada al polo positivo de la pila. Al iluminarse la placa K, entre ésta y la placa A se produce una corriente (corriente fotoeléctrica) que puede medirse con el galvanómetro G. Como en el recipiente existe un vacío, la corriente se produce exclusivamente por los electrones (fotoelectrones) que se desprenden de la placa iluminada. Fig.1. Fig.2. Hay tres características fundamentales del efecto fotoeléctrico. 1. La corriente fotoeléctrica de saturación ( o sea, el número máximo de electrones liberados por la luz en 1 s) es directamente proporcional al flujo luminoso incidente. 2.La velocidad de los fotoelectrones crece con el aumento de la frecuencia de la luz incidente y no depende de su intensidad. 3.Independientemente de la intensidad de la luz el efecto fotoeléctrico comienza sólo con frecuencia mínima determinada ( para el metal dado) de la luz que se denomina frecuencia de corte o umbral. La fig.2 se muestra la gráfica de la corriente fotoeléctrica en función de la diferencia de potencial V entre las placas A y K. La intensidad de la corriente fotoeléctrica, cuando la composición y la intensidad de la luz incidente sobre la placa K permanecen constantes, depende de la diferencia de potencial V que existe entre las placas A y K. En esta gráfica se observa dos particularidades: 1) al aumentar la diferencia de potencial V la corriente fotoeléctrica llega a la saturación y 2) existe un valor de la diferencia de potencial retardadora (potencial retardador) V0 llegando a la cual cesa la corriente i. La corriente fotoeléctrica alcanza un valor límite is (la corriente de saturación) para el cual todos los fotoelectrones desprendidos del cátodo llegan hasta la placa A. La práctica demuestra que con el aumento de la intensidad de la luz incidente aumenta también la corriente de saturación, pero solamente a causa de que son emitidos más electrones. La intensidad de la luz incidente para la curva 2 es mayor que para la curva 1. Como la corriente i = en, donde n es el número de electrones arrancados en la unidad de tiempo, se deduce que el número de electrones arrancados en la unidad de tiempo aumenta con el aumento de la intensidad de la luz incidente. La parte ab de la curva indica, que aunque se invierte la polaridad de la diferencia de potencial, la corriente fotoeléctrica no se reduce instantáneamente a cero, lo que hace deducir que los electrones emitidos por la placa K tienen una determinada velocidad inicial. Estos electrones dejan de llegar a la placa A cuando el trabajo del campo eléctrico eV0, que frena a los electrones, se hace igual a su energía cinética inicial (la energía cinética máxima) Ec,máx= (mυ2)/2. (1) De la fig.2 se ve que para las ambas curvas, que corresponden a diferentes intensidades de la luz incidente, el potencial retardador es el mismo, o sea, el potencial retardador no depende de la intensidad de la radiación incidente, lo que implica que la energía cinética máxima es independiente de la intensidad de la luz. La segunda y tercera ley del efecto fotoeléctrico estén en contradicción con la teoría ondulatoria de la luz. Según esta teoría una onda electromagnética al incidir sobre el cuerpo que contenga electrones deberá provocar en ellos vibraciones forzadas de amplitud proporcional a las amplitudes de las propias ondas luminosas. La intensidad de la luz es proporcional al cuadrado de la amplitud de la onda electromagnética, por lo tanto, la luz de cualquier frecuencia, pero de intensidad suficientemente grande, debería arrancar los electrones del metal, es decir, no debería existir la frecuencia umbral para el efecto fotoeléctrico. Esta conclusión no concuerda con la tercera ley del efecto fotoeléctrico. La amplitud de las ondas luminosas determina la potencia del flujo luminoso, la velocidad de los electrones desprendidos debería aumentar con el crecimiento de la intensidad de la luz incidente; en otras palabras, cuanto más intensa fuera la luz, tanto mayor energía cinética debería recibir de ella el electrón. Pero en realidad esto no ocurre: al aumentar la potencia de la luz incidente lo que aumenta es el número de electrones que se desprenden; la velocidad de los electrones depende exclusivamente de la frecuencia de la luz. La fig.3 muestra la gráfica, obtenida experimentalmente, del potencial retardador en función de la frecuencia de la luz incidente. Cuanto más la frecuencia de la luz, tanto mayor debe ser el potencial retardador. Además, la gráfica pone de manifiesto que existe una frecuencia de corte ν0, característica para cada metal. Para frecuencias menor que ésta desaparece el efecto fotoeléctrico, por intensa que sea la iluminación. Las tres características mencionadas anteriormente se interpretan fácilmente, basándose en la teoría cuántica de la luz. Einstein demostró que todas las regularidades fundamentales del efecto fotoeléctrico se explican directamente si Fig.3. se admite que la luz es absorbida en las mismas porciones (cuantos) E = hν en que, según Planck, es emitida. Cuando un fotón choca con un electrón en la superficie o en un punto interior infinitamente próximo a la superficie de un metal, puede transmitir su energía al electrón. Después del choque con el electrón el fotón desaparece. La energía adquirida por el electrón se gasta en el trabajo necesario para arrancar el electrón (E0) y en comunicarle una energía cinética (mυ2)/2. De acuerdo con la ley de la conservación de la energía tendremos que Esta es la fórmula de Einstein. Expresando la energía cinética del electrón por medio del trabajo del campo eléctrico [la fórmula (1)], se puede escribir la fórmula de Einstein de la forma: hν = eV0 + E0. De esta última igualdad se deduce que Esta fórmula es la expresión analítica de de la gráfica V0 = f(ν) [fig.3]. El hecho de que la energía cinética de los fotoelectrones es función lineal de la frecuencia se deduce de la hipótesis según la cual la absorción de la luz se realiza en porciones (cuantos) de energía E = hν. De la misma forma se explica la proporcionalidad que existe entre la corriente de saturación y la potencia de la luz que incide. Al aumentar la potencia del flujo luminoso aumenta también el número de porciones de energía (cuantos) E = hν y por consiguiente el número n de electrones arrancados en la unidad de tiempo. Como is es proporcional a n, está claro que la corriente de saturación es también proporcional a la potencia de la luz. Dualidad de la luz Teoria electromagnetica de Maxwell En 1864 Maxwell establece la teoría electromagnética de la luz. Propone que la luz no es una onda mecánica sino una onda electromagnética de alta frecuencia. Las ondas electromagnéticas consisten en la propagación de un campo eléctrico y magnético perpendiculares entre sí y a la dirección de propagación. Años después Hertz, realiza una serie de experimentos en los que verifica la existencia de ondas electromagnéticas y establece como detectarlas. Las ondas luminosas solo se diferencian de las de radio en que su frecuencia, mucho mayor impresiona la retina del ojo. Parecía que se había aclarado la naturaleza de la luz. Maxwell no desarrollo un experimeto propio, sino que se dedico a explicar matematicamente uno ya existente. Años antes, otro cientifico habia realizado un experimento donde se disparaba una luz laser a traves de unas rendijas. Por fenomeno de difraccion, las ondas luminicas cambiaban su direccion de propagacion para esquivar las rendijas. Luego, por fenomeno de interferencia, tanto constructiva como destructiva, las ondas de luz se toparon y sus amplitudes se sumaron en algunas zonas y en otras se anularon, mostrando zonas de oscuridad y zonas fuertemente iluminadas en un mismo plano. Maxwell obtuvo una serie de ecuciones que llevan su nombre y son capaces de explicar la teoria electromagnetica de la luz. En el prefacio de su obra Treatise on Electricity and Magnetism (1873) declaró que su principal tarea consistía en justificar matemáticamente conceptos físicos descritos hasta ese momento de forma únicamente cualitativa, como las leyes de la inducción electromagnética y de los campos de fuerza, enunciadas por Michael Faraday. Con este objeto, Maxwell introdujo el concepto de onda electromagnética, que permite una descripción matemática adecuada de la interacción entre electricidad y magnetismo mediante sus célebres ecuaciones