Evolución o Involución

EVOLUCION O INVOLUCION
Nos sentimos orgullosos de los avances que hemos tenido como humanidad al mirar todos los
aparatos que se han desarrollado y la tecnología que nos permite volar de un continente a
otro en pocas horas, comunicarnos en tiempo real, vernos y hablar aunque estemos en los
dos polos, mirar lo que acontece en galaxias distantes y muchas cosas más y claro es
importante y no lo podemos negar. Pero, al mismo tiempo que ha pasado con nosotros; nos
hemos ido separando cada vez más de la naturaleza, decimos que nos adaptamos pero en mi
opinión estamos cada vez más desadaptados, más aislados y menos capacitados para
sobrevivir en condiciones diferentes a las que nos ofrecen tales avances.
Ya no nos gusta el sol, nos ponemos bloqueadores de sol de diferentes marcas y grados,
usamos gafas protectoras de la luz, y sombrillas cuando vamos a las playas, pero a toda costa
queremos conseguir ese bronceado tan atractivo entonces nos colocamos bajo una luz
ultravioleta artificial durante horas y si nos exponemos a la luz solar entonces nos salen
ronchas y nos pica la piel.
Y de la misma manera ocurre con el frio, brrr, cada vez lo sentimos más, y nos inventamos
trajes que nos “protegen” del mismo, desde la ropa interior hasta las capas más externas y
andamos como robots por la cantidad de elementos en el cuerpo.
Nuestros pies ya no tocan el suelo, uno por las capas de concreto y asfalto que hay en las
ciudades y otro por las suelas aislantes y botas elevadas que usamos, y no sentimos las
vibraciones de la tierra.
Qué decir de nuestra visión, ya no tenemos horizonte solo bloques de cemento que nos
acortan la visión y nos disminuyen la visión periférica y más aún cuando usamos gafas
oscuras. Si nos comparamos con un habitante del campo, con un indígena vemos que en
general tienen una visión agudísima que les permite distinguir cosas muy pequeñas a grandes
distancias. Esto se agrava más aun por los oficios que desempeñamos. Muchos de nosotros
trabajamos horas frente a una pantalla de computador sin mover los ojos y recibimos la
radiación permanente, lo cual también va limitando poco a poco nuestra agudeza visual.
Y nuestro oído, ni se diga, que escuchamos, solo ruido, motores de todo tipo que superan los
80 decibeles, todos al tiempo, podemos imaginar cómo se escucharía la tierra si por unos
instantes todas las maquinas del mundo se pararan? A veces pensamos que estando en la
montaña o en el mar dejamos de escuchar el ruido y es cierto, este disminuye pero está allí
latente esa vibración mundial que afecta todas las estructuras externas e internas. Ni en el
lugar más recóndito estamos libres de las máquinas y máxime cuando ahora llevamos el ruido
con nosotros. Ahora es más cierto aun cuando tenemos los oídos permanentemente
ocupados por un auricular, por un audífono que amplifican aún más la señal y nos aíslan de
todo lo exterior aparentemente.
Y si observamos nuestro cuerpo que pasa con nuestras piernas, cada vez más débiles, ya no
caminamos lo suficiente, aun para distancias cortas utilizamos medios de transporte para
agilizar el trámite y nos debilitamos y lo peor es que no nos damos cuenta de ello, solo cuando
tenemos un desafío de recorrer alguna distancia importante sentimos el agotamiento, dolor y
debilidad.
Nuestra fuerza corporal se ha ido reduciendo a cargar bolsas desde el mercado a la casa y
mover el notebook de un lado a otro y por supuesto todo nuestro organismo, todos nuestros
órganos y células se han ido acostumbrando a esta situación.
Si observamos nuestros niños, permanecen largo tiempo sentados o acostados utilizando los
comandos de un play station u otro video juego, mientras que su actividad corporal se reduce
a mover la mandíbula y los dedos.
No estoy en contra del estímulo que reciben, que agiliza ciertas cosas pero a la vez atrofia
otras, además, que ven, que hacen. La mayoría son juegos que promueven la violencia,
aumentan el estrés y la competencia, aíslan y disminuyen el contacto entre los seres de la
misma casa y comunidad.
En la calle, en el bus, en cualquier parte podemos apreciar entes todos hablando solos, (antes
les decíamos locos), ahora, están comunicados pero con una realidad virtual, mientras que se
aíslan de todo lo que les rodea.
Si uno pregunta una dirección o por algún sitio la mayoría sobre todo si son jóvenes no tienen
idea, se demoran en contestar o simplemente no lo hacen.
Las reuniones familiares son un caso, si ocurren, todos se sientan en el mismo sitio, sea la
mesa, la sala, pero cada uno está conversando pero no en familia sino con su amigo virtual, o
controlando su negocio u otro procedimiento.
Ni en el baño, estamos solos jajajaja…
¿Es una compañía? Y cuando invitamos por un instante a cualquier persona (aclaro, hay
muchos que están en otro proceso y son conscientes de la situación), a quedarse en silencio
por unos instantes, a cerrar los ojos, a disfrutar de la respiración, entonces comienza el
drama; le pica el cuerpo, está incómodo, le duele aquí y allá, y miles de pensamientos llegan a
la cabeza y quiere salir corriendo porque no tiene tiempo para perder.
Quiénes somos?, como averiguarlo si todo el día estamos ocupados haciendo cosas que nos
impiden mirar adentro, si tenemos miedo de todo, hasta de mirarnos y descubrir lo que no
queremos saber, si nos da temor mirar al otro de frente, de sostener la mirada, nos da temor
salir al campo, quedarnos solos, perder, nos da temor de que nos pase algo en la calle, de
que nos asalten, en fin vivimos manejados por el temor colectivo que promocionan los medios,
que son preparados con ese fin, mantener el temor…
Nos dicen que somos el reino que está por encima de los otros porque pensamos, y me
pregunto, pensamos o nos piensan cuando manipulan todos nuestros pensamientos, nuestros
gustos, nuestras necesidades, pensamos? Cuando ponemos en peligro a todo el planeta con
nuestras insensateces con nuestra ambición con nuestro afán de poder, qué pensamos, si
como humanos no tenemos humanidad, ni solidaridad, qué somos, si le damos la espalda al
que sufre, si pensamos mal del otro…
Evolución… creo que la palabra nos queda grande en todos los sentidos, ni física, ni
mentalmente, solo somos repetidores que tememos emitir nuestra propia nota en la orquesta
universal…(continua)