SISTEMA ECONOMICO LATINOAMERICANO Y DEL CARIBE "Aspectos sociales de la integración de América Latina y el Caribe" Santa Cruz, Noviembre de 2000. Palabras del Doctor Juan Mario Vacchino, Director de Desarrollo y Cooperación del Sistema Económico Latinoamericano (SELA) "Aspectos sociales de la integración de América Latina y el Caribe" Antes que nada deseamos agradecer, en nombre de la Secretaría Permanente del SELA, la presencia de todos ustedes en este Seminario, con el que culminan las actividades del Convenio AECI-SELA, correspondientes al año 2000. Cuando incluimos esta Reunión de Expertos en nuestro Programa de Trabajo del año 2000, respondíamos a una doble preocupación: por una parte, la profundización de la crisis social en muchos de los países de la región y, por la otra, la percepción de un cierto agotamiento o pérdida de dinamismo de los diferentes procesos de integración, especialmente en sus aspectos comerciales. Estas condiciones desfavorables trasuntan una crisis más profunda, que afecta a las políticas de desarrollo económico y social en vigor. Como es bien conocido, desde mediados de los años ochenta, las políticas económicas de los países de la región dieron un vuelco importante, al introducirse en todos ellos profundas reformas económicas y comerciales, que respondían al modelo neoliberal: reforma del estado y achicamiento del sector público, privatización de empresas, apertura al exterior, hegemonía de las fuerzas del mercado. Este modelo debía conducir, en una etapa posterior, a una fuerte expansión económica, basada en la competitividad internacional, que se traduciría en un sostenido mejoramiento del nivel de vida de la población. Lamentablemente, el tránsito a esta segunda etapa no sólo no se ha logrado, sino que pareciera tornarse cada vez más difícil de alcanzar. Los efectos esperados que no acaecieron cedieron su puesto a los efectos no esperados y no deseados que agravaron el déficit social. Como señala la CEPAL en el “Panorama Social de América Latina 1999-2000”, la tendencia a la reducción de la pobreza iniciada en 1997 se ha detenido y el 45% de la población continúa viviendo en la pobreza. Tampoco el crecimiento económico de los años recientes se tradujo en un incremento del empleo ni en un mejoramiento en el nivel de vida de la población; por el contrario, el desempleo urbano muestra los niveles más altos de las últimas décadas y la informalidad sobrepasa el 50% de la masa laboral. La región exhibe las mayores desigualdades entre ricos y pobres y ostenta el poco honroso título de ser la región con más inequidad en el mundo. Frente a esta realidad, la consideración y el análisis profundo de los aspectos sociales del desarrollo y de la integración regional se tornan absolutamente necesarios, particularmente en la necesidad de articular las políticas económicas con las sociales y de situarlas en el ámbito regional, a fin de avanzar hacia una agenda social de la integración, que contribuya a su consolidación y profundización. Estos problemas están situados en el centro de las agendas de organismos y países de la región. Cabe destacar el papel cumplido por la CEPAL, quien ha desarrollado un enfoque integral acerca de las políticas económicas y sociales, acuñando el expresivo concepto de “transformación productiva con equidad”. Igualmente el PNUD ha producido importantes informes sobre la cuestión y desarrollado metodologías vinculadas a la noción de “desarrollo humano”. Estas preocupaciones son aspectos sustantivos de los programas de desarrollo de los organismos financieros y materia de las declaraciones y mandatos emanados de diferentes instancias del más alto nivel, como las Cumbres del Grupo de Río y de los países iberoamericanos, la Cumbre de Miami y las reuniones del Consejo Latinoamericano del SELA. La Secretaría Permanente del SELA estableció una fructífera coordinación con la CEPAL y otras agencias regionales, que hizo posible el desarrollo de un proyecto conjunto sobre la “Articulación de Políticas Económicas y Sociales” y que ahora retomamos con el propósito de formular propuestas y sugerencias concretas acerca de la dimensión social del desarrollo y de la integración, en un escenario dominado por la globalización y la exclusión. No hay dudas acerca de la importancia del actual proceso económico y social a escala planetaria, que abre las puertas hacia una nueva fase del desarrollo humano, pero de lo que se trata es de enfrentar sus efectos perniciosos. El impacto de la actual crisis parece alentar en los países de la región nuevas respuestas,