DERECHO A LA INTIMIDAD

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ASPECTOS GENERALES DEL DERECHO A LA INTIMIDAD
Y SU RELACIÓN CON LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS
DE LA INFORMACIÓN Y LA COMUNICACIÓN
MTRO. ARTURO GONZÁLEZ SOLÍS
Profesor universitario, de tiempo completo
Departamento de Sociedad y Economía
Centro Universitario del Sur
Universidad de Guadalajara
arturogs@cusur.udg.mx
En las publicaciones que ha realizado la Universidad Abierta de Cataluña,
(Barcelona, España), existe uno titulado: Entorno de las organizaciones de
formación con e-learning. Aspectos legales del e-learning1; refiere:
“El derecho como tal, es reconocido en la mayoría de constituciones y cartas
de derechos de cada Estado.
Las tecnologías digitales permiten nuevas formas de ingerencia en éste ámbito
protegido. Cada vez que navegamos por Internet, compramos un libro, o un
boleto de avión, visitamos una página web o consultamos nuestra cuenta
bancaria en línea, dejamos un rastro.
Gran parte de nuestra actividad diaria queda registrada o filmada en alguna
parte. El sujeto, la persona, se convierte en un “dato”, en un conjunto de
información que puede llegar a ser muy valiosa (aunque se trate de datos o
imágenes que puedan parecer insignificantes y de hecho en muchos casos ni
siquiera nos molestamos en guardarlos en secreto).
En la actualidad, es posible recoger, digitalizar y tratar los datos con el total
desconocimiento por parte del sujeto afectado, además de interrelacionarlos y
analizarlos de maneras que eran impensables no hace mucho tiempo.
Esta facilidad en la obtención y cruce de datos resulta de gran utilidad, tanto
para los agentes económicos (por ejemplo, para conocer las preferencias de
los consumidores potenciales a la hora de hacerles llegar cierta publicidad, vía
postal, por medio de revistas, folletos, cartas etc.), como para la administración
-al poder público también le interesa controlar a los ciudadanos, teniendo la
máxima información sobre contribuyentes para prevenir el fraude, o para luchar
contra la criminalidad y el terrorismo, por citar algunos ejemplos-, como para
cualquiera interesado en difundir datos relacionados con nuestra intimidad.”
Entonces, una vez relacionados el derecho y la internet de manera genérica,
cabe hacer mención que este trabajo trata del derecho a la intimidad o el
Derecho a la Privacidad, en estos tiempos en que la informática y el uso de las
tecnologías de la información y la comunicación son amplias, variadas y, que
en ocasiones, su regulación legal se torna difícil.
1
Raquel Xalabarder (coord.), Muntsa Vilamitlana, Albert Agustinoy; Ramón Casas Vallés, Miquel Peguera, Mónica
Vilasau. 2005. Universidad Abierta de Cataluña. Pg. 25.
1
Así las cosas, de acuerdo a Rocío Ovillo Bueno2, “La obtención de
informaciones de carácter personal o nominativo conlleva una serie de
obligaciones, que van a variar de un país a otro. Pero ¿qué debemos entender
como protección de datos y sus derivaciones al derecho a la intimidad o el
derecho a la privacidad?
El Maestro español Miguel Ángel Dávara Rodríguez, define la expresión
protección de datos como:
El amparo debido a los ciudadanos contra la posible utilización por terceros, en
forma no autorizada, de sus datos personales susceptibles de tratamiento
automatizado, para, de esta forma, confeccionar una información que,
identificable con él, afecte a su entorno personal, social o profesional, en sus
límites de su intimidad.
Entonces, es necesario proteger la esfera privada del individuo, su intimidad de
la posible utilización por parte de terceros de su información personal, la cual
puede incluir dos aspectos, el primero relativo a sus datos generales (nombre,
dirección, teléfono, edad) y un segundo, relativo a sus datos más personales
que en algunas ocasiones pueden ser considerados como sensibles (su
religión, pertenencia a un sindicato, su raza u su etnia).
Lo que tiene que hacer el Estado mexicano es garantizar la protección de estos
datos y proteger a las personas del manejo indebido de los mismos.”
A su vez, el español, Doctor en Derecho, José Luis Pinar Mañas, menciona en
su trabajo. “El derecho fundamental a la protección de datos personales.
Contenido esencial y situación en Iberoamérica”, menciona respecto a los
orígenes del derecho a la intimidad:
“En 1888 Thomas Cooley habló ya de “the right to be let alone”. En 1890
Samuel Warren y Lois Brandeis hablaron de un nuevo derecho: “…los cambios
sociales, económicos y políticos; significan nuevas demandas de la sociedad,
ahora el derecho a la vida ha cambiado y significa el derecho a disfrutar de la
vida, el derecho a estar sólo”.
La evolución desde entonces ha sido imparable. La lucha por la privacidad ha
sido clave, sin duda, en la evolución de las sociedades democráticas. Evitar
cualquier posibilidad de que exista el “Gran Hermano”, de control intolerable de
nuestra vida privada en los sectores público o privado era el gran reto. En este
marco, la posibilidad de llevar a cabo tratamientos automatizados de datos
personales supuso un punto de inflexión esencial, que ha condicionado todo el
proceso a partir de entonces.
Fue a partir de los años sesenta y setenta del pasado siglo cuando comenzó a
generarse paulatinamente el uso de las nuevas tecnologías que, en efecto, no
sólo permitan obtener y almacenar un gran número de datos, sino, lo que
seguramente más importante y definitivo, someterlos a tratamiento.
2
“La protección de los datos personales en México”, dentro de la colección de Breviarios Jurídicos; editorial Porrúa.
México, 2005.
2
La posibilidad de ingerencias en la intimidad se incrementaba así de forma
espectacular, y el legislador no podía ser ajeno a la nueva realidad que
emergía de modo irrefrenable.
Hasta este momento de la presentación de este trabajo, observamos que el
derecho a la intimidad, a la privacidad, está perneando las legislaturas a nivel
mundial y México no iba a ser la excepción como país democrático; así
tenemos la reforma reciente del artículo 16 de la Constitución Política de los
Estados Unidos Mexicanos, en el que adiciona un párrafo que queda como
segundo en dicho numeral, con fecha de publicación en el Diario Oficial de la
Federación, el 1º de junio del 2009, que dice:
Toda persona tiene derecho a la protección de sus datos personales, al
acceso, rectificación y cancelación de los mismos, así como a manifestar
su oposición, en los términos que fije la ley, la cual establecerá los
supuestos de excepción a los principios que rijan el tratamiento de datos,
por razones de seguridad nacional, disposiciones de orden publico,
seguridad y salud publicas o para proteger los derechos de terceros.
Por tanto, se deduce que al existir la mencionada reforma, posiblemente se
esté en el supuesto de, que en un futuro vaya a crearse la ley federal (y porque
no, la estatal de Jalisco) de protección de datos personales y así vayan
contribuyendo a fincar y promover la cultura jurídica mexicana en esta materia
del derecho.
COMENTARIOS PERSONALES
Las tecnologías de la Información y la comunicación (TIC´s), además de
abordarse en diverso frentes, también es obligatorio analizarlo en el ámbito
jurídico.
Asimismo, las consecuencias que se derivan en el ámbito internacional ya es
cosa ordinaria la aplicación de las Tic´s y sus consecuencias del manejo de
información de datos.
En esta época cotidiana del uso y aplicación de las TIC`s; ha traído por
consecuencia la creación de nuevas fronteras en la regulación de conductas,
que ciertamente es el campo que regula el derecho y surgen a su vez, nuevos
derechos, como el derecho a la intimidad o derecho a la privacidad, o más
recientemente, la existencia del Derecho Informático.
En suma, es complejo abordar un tema tan en boga, como lo es el derecho a la
intimidad y sus relaciones con las TIC`s, misma que está cobrando mayor
relevancia y busca a su vez, integrarse a los sistemas legislativos y jurídicos,
mexicanos.
Actualmente algunos expertos en la materia de nuestro país: legisladores,
juristas, jueces, magistrados, doctrinistas, profesores universitarios, realizan
comentarios que de acuerdo a la realidad mexicana, esto derivará en una ley
de protección de datos personales que mezcle tanto la visión europea (que
3
regula con mayor puntualidad el rubro jurídico) con la visión estadounidense
(en la que predomina la flexibilidad para promover el aspecto mercantil; dando
por consecuencia, una normatividad más dispersa y laxa).
Se concluye que existe una relación cercana entre el derecho a la intimidad y la
protección de datos personales; por consecuencia, soy de la idea que debe
crearse una ley federal y otra estatal (para Jalisco), que regule estos ámbitos
para el beneficio de la sociedad mexicana y a su vez, se integren y se
complementen lo hasta aquí andado: complementarse con la Ley Federal de
Transparencia y Acceso a la Información Pública Gubernamental; y con la Ley
de Trasparencia e Información Pública del Estado de Jalisco.
Como ya sucede a nivel estatal, por ejemplo en el Estado de Colima, con su
Ley de Protección de Datos Personales o a nivel municipal, como lo es el
Reglamento para la Protección de Datos para Municipio de Moroleón,
Guanajuato.
Y en su caso, permita formular resoluciones, que fijen rumbo que conduzca a
delimitar la frontera en cuanto a que, los ciudadanos puedan controlar y
disponer de sus datos personales ante la iniciativa privada y ante el gobierno;
para que los primeros, no vaya más allá de la disposición de informar a los
consumidores (ciudadanos) y los segundos no concentren tanta información
privilegiada de sus ciudadanos, que pueda en un momento dado, puedan
ilícitamente lucrar con ello o interferir al derecho de la intimidad o el derecho a
la privacidad de los ciudadanos.
Hay que impedir que el la práctica, el Estado se convierta en el Big Brother, ya
mencionado por George Orwell es su libro: 1984, que todo lo ve y todo lo oye,
y huelga decir, que pudiera en cierto momento, con tanta información
concentrada, “castigar” o “presionar políticamente” a algunos ciudadanos; fuera
del estado de derecho.
Actualmente el gran reto de las naciones es la de armonizar, normar e integrar
varias áreas: el uso de la computadora, del internet, la aplicación de las
tecnologías de la comunicación y la información lícitamente y reordenar el
derecho, en esta nueva era social, que se le conoce como la sociedad del
conocimiento.
Ámbitos todos ajenos anteriormente, que ahora en el acontecer de la vida
globalizada, llegan a un cruce de “cuatro caminos” donde debe de existir
reglamentación para su prudente vialidad.
Por último, a partir de este momento: derecho y tecnología deben de estudiarse
en conjunto, para adecuarse a esta nueva realidad y comprender mejor a esta
última frontera, donde estos dos ámbitos ya colaboran de manera conjunta.
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