RIMAS Las Rimas de Bécquer representan el prototipo de poesía romántica propia de la primera parte del siglo XIX donde los aires liberales propios de la época tras la muerte de Fernando VII hacen que la literatura se convierta en una exaltación de la intimidad. Una intimidad impregnada de melancolía, tristeza, angustia y de rebelión y huida tanto en los contenidos como en los aspectos formales- ya que el yo del poeta choca con el mundo mercantilista burgués donde no se siente cómodo. Los escritores románticos se convierten, por tanto, en trasmisores de libertad y de creación. En los aspectos temáticos se puede encontrar ese ideal, siempre inalcanzable , frustrante y apasionado , de las inquietudes personales del poeta: el amor, con reminiscencias platónicas, se nos presenta como aspiración ideal e inconseguible y fuerza que desborda ( “por una mirada, un mundo…”; tú eres el huracán y yo la alta torre” ). La poesía se concibe como vehículo de emoción, belleza y sentimiento ( “podrá no haber poetas, pero siempre habrá poesía”, “mientras exista una mujer hermosa, habrá poesía”). Finalmente, las preocupaciones religiosas y la muerte condensan las más íntimas angustias existenciales del autor llenas de dolor y desgarro ( “ Dios mío, que solos se quedan los muertos”, “donde habite el olvido”). En lo formal, también se encuentra la rebeldía , la ruptura y el poder creador del yo del autor propios del Romanticismo. Así , se tiende a estructuras sencillas en las que no se tiene mucho en cuenta los formalismos métricos de estrofas, medida y rima. Es frecuente encontrar poemas que no responden a ninguna estrofa, con disparidad en la medida de los versos y con tendencia a la asonancia en las rimas. El léxico sencillo, cargado de connotaciones que invitan a la melancolía y al tedio , la sintaxis sencilla, los poemas cortos, y los difuminados recursos estilísticos hacen que los aspectos formales pasen a un segundo plano en el que brilla ese contenido que sale de lo más profundo del yo del poeta.