El Mensaje de Fátima: Hágalo caso omiso a su riesgo

Anuncio
El Mensaje de Fátima:
Hágalo caso omiso a su riesgo
por Christopher A. Ferrara
10 de abril de 2014
Desarrollos alarmantes recientes en la Crimea y Ucrania lo han hecho claro que,
treinta años después del intentado fallado del Juan Pablo II de consagrar a Rusia sin
mencionar a Rusia, “esa pobrecita Nación” como Sor Lucía le llamó, queda en el centro
de los acontecimientos mundiales profetizados en el Mensaje de Fátima. Como Nuestra
Señora había avisado a la Iglesia y al mundo hace casi un siglo:
“Si atendieran Mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no
esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a
la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir
mucho, varias naciones serán aniquiladas”.
Fíjese la frase final de la profecía de Nuestra Señora: varias naciones serán
aniquiladas. Como explicaré hoy, ese aviso no expiró con el fin del siglo XX, como los
antiguos Secretarios de Estado del Vaticano, Cardenales Sodano y Bertone querrían que
creamos.
Antes de todo, ¿por qué debemos creer en el mensaje profético de Fátima?
Déjeme dispensar de inmediato con la objeción superficial de que Fátima es una mera
“revelación privada”. Recordemos, en primer lugar, que el Papa Francisco empezó su
pontificado pidiendo en persona dos veces al Patriarca de Lisboa, Cardenal José
Policarpo, para consagrar todo su pontificado a Nuestra Señora de Fátima. Aquella
consagración tuvo lugar el 13 de mayo de 2013, exactamente dos meses después de su
elección al Papado.
Efectivamente, son precisamente los actos decisivos de Pontífices Romanos
sucesivos que han colocado las apariciones de Nuestra Señora de Fátima en una clase
exclusiva por sí solas, estableciendo más allá de cualquier duda que ellos no
comprenden una mera “revelación privada” sino que son una revelación pública
profética dada por Dios para la guía de la Iglesia en nuestros tiempos. Además, la
autenticidad del Mensaje de Fátima fue confirmada por el Cielo mismo con un milagro
público el 13 de octubre de 1917 – el Milagro del Sol – testificado por 70.000 almas,
incluyendo incrédulos, en la Cova da Iria, precisamente al momento en que la
Bienaventurada Virgen María les había dicho a los videntes de Fátima que iba a
suceder. En toda la historia del mundo, no hay nada que se compare a este milagro.
Como el Beato Juan Pablo II declaró en 1982 durante su peregrinaje a Fátima:
“El contenido de la suplica de Nuestra Señora de Fátima es tan arraigado en el
Evangelio y en toda la Tradición que la Iglesia se siente interpelada por este Mensaje”.
Juan Pablo II atribuyó su salvamento de la muerte del 13 de mayo de 1981 – el
aniversario de la primera de las apariciones – a una intervención directa de la Virgen de
Fátima. Una de las tres balas del asesino que milagrosamente erraron el blanco de sus
órganos vitales reside hoy en la corona de la imagen de Nuestra Señora de Fátima en el
Santuario de Fátima, colocada allá a petición del mismo Papa cuya vida Ella salvó. Y
1
http:// www.fatima.org/span/news/El_Mensaje_de_Fatima.pdf
fue Juan Pablo II quien, mientras Sor Lucía aún estaba viva, beatificó sus primos,
Francisco y Jacinta, los otros dos videntes de Fátima, y decretó el 13 de mayo como la
Fiesta de Nuestra Señora de Fátima en el Misal Romano.
Confieso que me parece sumamente fastidiosa la propaganda incesante de
ciertos sofisticados en la Iglesia, que, haciendo caso omiso al carácter singular y nivel
extraordinario de aprobación papal de las apariciones de Fátima, siguen despreciándolas
como “revelación privada” que la jerarquía y los fieles están libres de ignorar. Estoy
sorprendido ante la imprudencia de esa derogación de una indudable intervención
personal de la Madre de Dios en los asuntos humanos. Como Antonio Socci ha escrito
con respecto a personas de esta mentalidad: “El acontecimiento de Fátima ha recibido
de parte de la Iglesia – que en general es muy cautelosa sobre fenómenos sobrenaturales
– una reconocimiento sin igual en la historia cristiana…es realmente imposible –
después de todo esto – continuar de hablar de una ‘revelación privada’ y de la
importancia relativa del Mensaje”.
Y, con respecto a la relevancia y urgencia perene del mensaje de Fátima, fue el
propio Papa Benedicto XVI quien declaró, en su sermón en Fátima el 13 de mayo de
2010: “Si illuderebbe chi pensasse che la missione profetica di Fatima sia conclusa.”
[“Quien piensa que la misión profética de Fátima está concluida, se engaña a sí
mismo”].
Con la relevancia y urgencia continua del acontecimiento de Fátima en vista,
¿qué debemos pensar a respecto de los eventos en la Crimea y Ucrania, y el
comportamiento reciente de Sr. Putin? Déjeme hablar primero de Sr. Putin.
Quienquiera que tiene alguna conciencia de los acontecimientos mundiales sabe
que recientemente Putin ha sido dando la impresión que es el primer hombre de estado
cristiano del mundo, si no el único hombre de estado cristiano. La persona que escribió
el editorial para los New York Times protestando contra el ataque inminente y
totalmente insensato de los Estados Unidos contra Siria – ¿otra vez la noticia falsa de
“armas de destrucción masiva”? ¿Realmente? – produjo una obra maestra de
reprobación moral sobre una nación borracha con su propio sentido de poder y
autoridad. Respondió el escritor fantasma de Putin:
“Es extremamente peligroso alentar las personas a verse como
excepcionales, cualquiera que sea la motivación. Hay países grandes y
países pequeños, ricos y pobres, unos con largas tradiciones democráticas y
otros que aún están encontrando el camino hacia la democracia. Sus
políticas también son distintas. Somos todos nosotros distintos, pero cuando
pedimos las bendiciones del Señor, no debemos olvidarnos de que Dios nos
creó iguales.
¿Las bendiciones del Señor? ¿Es éste el Putin que conocemos y odiamos? ¿El
autócrata que asesina o encarcela sus oponentes políticos y se calla a toda oposición en
la prensa rusa?
Hubo además la visita de Putin a Ucrania en el pasado mes de julio para celebrar
el 1.025º aniversario de la conversión al Cristianismo del Príncipe Vladimir de Kiev – a
la Cristiandad católica – en 988. (No, San Vladimir el Grande no fundó la Iglesia
2
http:// www.fatima.org/span/news/El_Mensaje_de_Fatima.pdf
ortodoxa rusa como historiadores ortodoxos rusos nos quieren hacer creer). En esa
ocasión Putin declaró: “Somos todos herederos espirituales de lo que sucedió aquí hace
1.025 años. Y en este sentido somos, sin duda, una sola nación”. La conversión de San
Vladimir el Grande, seguido por los bautismos masivos de sus súbditos – los tribus
conocidos como los Kievan Rus’, y por eso “Rusia” – significó la conversión al
Catolicismo de lo que es ahora Rusia, Ucrania y Bielorrusia, sesenta y seis años antes
del cisma ortodoxo en 1054.
Aun más notable, el 12 de diciembre de 2013, Putin dio una alocución del
Estado de la Unión en la cual hizo notar las fundaciones en colapso del decadente
liberalismo occidental. Dijo además: “Hoy muchas naciones están revisando sus valores
morales y normas éticas, erosionando las tradiciones éticas y diferencias entre gentes y
culturas. Ahora la sociedad se requiere no sólo a reconocer el derecho de cada persona a
la libertad de conciencia, de opiniones políticas y a la intimidad, sino también que
acepte sin cuestionar, la igualdad del bien y del mal, por extraño que parezca, conceptos
que son opuestos en lo que significan”. Nos cuesta creer lo que siguió después de la
boca de Putin:
“Sabemos que hay cada vez más personas en el mundo que apoyan
nuestra posición en la defensa de los valores tradicionales que han
constituido las fundaciones morales y espirituales de la civilización en todas
las naciones durante miles de años: los valores de las familias
tradicionales, la vida humana real, incluyendo la vida religiosa, no sólo la
existencia material sino también la espiritualidad, los valores del
humanismo y la diversidad global.
“Por supuesto, se trata de una posición conservadora. Pero hablando en
las palabras de Nikolai Berdyaev, el punto del conservadurismo no es que
impide el movimiento delantero y ascendiente, sino que impide movimiento
hacia atrás y descendente, hacia la oscuridad caótica y un retorno a un
estado primitivo”.
Berdyaev, un intelectual marxista desilusionado que fue perseguido por los
Bolcheviques y en última instancia fue expulsado de Rusia, difícilmente puede argüirse
era el modelo del creyente cristiano ortodoxo porque su afinidad con la Iglesia ortodoxa
rusa, de la cual fue miembro, era algo bastante contrario. Sin embargo, la cita de Putin
de una víctima de la persecución bolchevique es asombrosa.
En efecto, el comportamiento reciente de Putin en general es asombroso – de tal
modo que incluso el comentarista católico Keith Fournier (que sin duda no es amigo de
los católicos difamados como “Fatimistas”) comparó la situación a las líneas de historia
de “Bizarro World” en los tebeos Superhombre en que Superhombre visita un mundo
donde todo tiene lo de arriba abajo y hacía atrás. En América, que supuestamente fue
fundada como una “nación cristiana” (un mito que expongo en mi libro sobre este
tema), la moral y la religión están bajo ataque incesante por el gobierno, mientras en
Rusia antiguamente comunista, la moral y la religión ahora están siendo defendidas por
Putin en persona, por lo menos retóricamente. Escribió Fournier:
“Algunas noticias recientes saliendo de Rusia me hacen recordar de los
tebeos Bizarro. Me parece que estamos viviendo hoy en día en un mundo
3
http:// www.fatima.org/span/news/El_Mensaje_de_Fatima.pdf
que tiene lo de arriba abajo. No sufro de ingenuidad. Comprendo que la
situación en Rusia es problemática con sus propios problemas. Estoy
consciente de las amenazas continuas a los derechos humanos
fundamentales que la gente enfrenta en aquella nación.
“Mejor dicho, lo que me llama la atención es el lenguaje siendo usado
por sus líderes, tanto seculares como religiosos, en diagnosticar la raíz de los
problemas confrontando la Nación rusa, y proponiendo un camino a una
renovación cultural. Es un camino que conduce a una recuperación de los
valores morales encontrados en la fe en Dios”.
Más que una simple retórica apenas, sin embargo, en junio de 2013, Putin legisló
una prohibición contra la propaganda homosexual que dice “que relaciones
homosexuales y heterosexuales” son “socialmente equivalentes” y que prevé fuertes
multas, prisión administrativa y incluso la deportación de los violadores. Dijo Putin:
“Estamos hablando de proteger a los niños de [esa] información”. También legisló una
ley aun más notable penalizando ataques públicos contra la creencia religiosa.
En otros términos, Rusia parece reconocer otra vez el evidente deber del Estado
de proteger la moral pública y privada contra el ataque por propagandistas y promotores
del vicio. Para citar el Papa León XIII en Libertas, su encíclica monumental sobre la
naturaleza de la libertad humana: “opiniones mentirosas, de las cuales ninguna plaga
mental es mayor, y los vicios que corrompen el corazón y la vida moral deben ser
diligentemente reprimidos por la autoridad pública, a no ser que hacen trabajar
insidiosamente la ruina del Estado”. En verdad, hasta el Catecismo nuevo, postVaticano II de la Iglesia Católica declara – en secciones convenientemente ignoradas
por los modernos “católicos liberales” – que “por la promoción de leyes y la vigilancia
de su aplicación las autoridades públicas deben asegurarse de que la moral pública y el
progreso social no son gravemente puestos en peligro a causa del mal uso de los medios
de comunicación” y que “autoridades civiles deben impedir la producción y distribución
de materiales pornográficos…” (CCC §§ 2498. 2354).
En el estado moderno ridículo y diabólico, sin embargo, se puede ser
sentenciado a la prisión federal por persuadir a la gente a comprar un libro de dieta por
$30, mientras aquellos que promueven las opiniones mentirosas y vicios que destruyen
la moral y condenan la gente a la perdición eterna tienen un “derecho constitucional” de
hacerlo.
Pues bien, no soy más ingenuo que Fournier sobre Putin y sus intenciones. Sin
embargo, ha celebrado la conversión de Vladimir el Príncipe de Kiev, llamado por la
defensa de los valores religiosos tradicionales, y legislado por restricciones sobre la
“libertad de palabra” que la Iglesia católica siempre ha condenado. Y ahora, con la
anexión de Crimea, hay intimaciones de un plan de reconstruir el imperio ruso con la
Ortodoxia rusa como la religión del estado. ¿Qué está sucediendo aquí? Varios
escenarios son posibles:
Primero, Putin realmente ha experimentado una conversión religiosa y es ahora
un miembro y creyente de la Iglesia ortodoxa rusa que desea ver “Santa Rusia” subir
otra vez, significando una versión moderna del Imperio con Ortodoxia como la religión
del estado.
4
http:// www.fatima.org/span/news/El_Mensaje_de_Fatima.pdf
Segundo, Putin no se ha hecho un creyente pero está sólo instrumentalizando la
Ortodoxia para propósitos nacionalistas para que se consolide un nuevo imperio secular
compuesto de las antiguas satélites soviéticas, empezando con la Crimea y siguiendo a
Ucrania y después a Estonia, Letonia y Lituania, donde minoridades rusas sustanciales
facilitarían la anexión del mismo modo como en la Crimea.
Tercero, Putin está en el proceso de reorganizar la antigua Unión Soviética, que
saldrá nueva, como de un procedimiento de insolvencia del capítulo 11, con Putin como
dictador vitalicio, presidiendo sobre un estado socialista privatizado bajo el control de él
y de un pequeño grupo de oligarcas capitalistas que se hicieron ricos por favores
gubernamentales.
¿Cuál escenario es lo verdadero? Escoja. De la perspectiva de Fátima, sin
embargo, tiene poca importancia. Porque bajo ninguno de esto escenarios ha
experimentado Rusia la conversión que seguiría su consagración al Inmaculado Corazón
de María, y por eso bajo ninguno de estos escenarios veremos la paz en el mundo que
Nuestra Señora prometió si Sus pedidos por la consagración fuesen concedidos. Muy al
contrario, como el locutor de telediario oficial del Kremlin Dmitry Kiselyov se jactó en
respuesta a amenazas de intervención americana en Crimea, hablando con la imagen de
un hongo atómico atrás de él: “Rusia es el único país en el mundo que es
realísticamente capaz de transformar los Estados Unidos en ceniza radioactiva”. Esto
difícilmente vaticina el adviento de la paz mundial emanando de una Rusia convertida y
pacificada. Nos hace recordar, al contrario, de la última frase del aviso profético de
Nuestra Señora de Fátima: “varias naciones serán aniquiladas”.
El asunto es realmente muy simple. Nuestra Señora de Fátima nos dijo lo que
tiene que ser hecho, lo que sucederá si no sea hecho, y lo que sucederá cuando
finalmente se realiza, cómo seguramente lo será. Para repetir:
“Si atendieran mis peticiones, Rusia se convertirá y habrá paz; si no
esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a
la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá que sufrir
mucho, varias naciones serán aniquiladas”.
Pero este ultimátum es seguido por una promesa gloriosa:
“Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre Me
consagrará a Rusia que se convertirá y será concedido al mundo algún
tiempo de paz”.
La Madre de Dios ha hablado con la autoridad de Su divino Hijo. Si no hay una
consagración de Rusia, no habrá una conversión de Rusia. Si no hay una conversión de
Rusia, no habrá paz en el mundo, antes, al contrario, un desastre.
Debemos, por supuesto, hacer caso omiso al revisionismo absurdo de los
Cardenales Sodano y Bertone: el problema de Rusia no acabó con el siglo XX, como
ellos quieren que creamos. En este momento de la historia, casi treinta años después de
“la caída del comunismo”, Rusia permanece en el centro de acontecimientos que
abundan con la amenaza de guerra y la “aniquilación” de “varias naciones”. Y sabemos
por qué esto es así, porque Nuestra Señora nos dijo. En 1957, después que la Segunda
5
http:// www.fatima.org/span/news/El_Mensaje_de_Fatima.pdf
Guerra Mundial había acabado, Sor Lucía explicó la centralidad continuada de Rusia a
respecto de esa amenaza al mundo:
“Rusia sería el instrumento del castigo del Cielo para todo el mundo, si
antes no alcanzábamos la conversión de esa pobrecita Nación…”
(Testimonio al Padre Fuentes, 26 de diciembre de 1957).
En 1952, Sor Lucía reveló que Nuestra Señora había dado este aviso:
“Participa al Santo Padre que continúo esperando la Consagración de
Rusia a Mi Inmaculado Corazón. Sin esa Consagración, Rusia no se podrá
convertir, ni el mundo tendrá paz” (Meraviglia del Peligrinaggio, 1960,
pág. 440.)
¿Por qué el Cielo ha insistido en la Consagración de Rusia, y sólo Rusia como la
precondición por la promesa de Nuestra Señora del favor celestial de la paz entre
hombres en nuestros tiempos? Como Nuestro Señor Mismo dijo a Sor Lucía en 1936 en
respuesta a su pregunta por qué la Consagración era necesaria: “Porque quiero que toda
Mi Iglesia reconozca esa consagración como un triunfo del Inmaculado Corazón de
María, para después extender su culto y poner, al lado de la devoción de Mi Corazón
divino, la devoción a este Corazón Inmaculado”.
En cualquier forma en que se ve los desarrollos recientes en Rusia, no pueden
ser razonablemente vistos como el triunfo profetizado del Inmaculado Corazón, dando
inicio a una época de la paz mundial. Nos parece, antes, que estamos a los umbrales de
una guerra en el teatro europeo que podría potencialmente estallar en una guerra
mundial. Ni es de hablar de los guerras y persecuciones sangrientas de cristianos a
través del mundo hoy, ni el contínuo holocausto mundial del aborto legalizado,
incluyendo en Rusia, que ha provocado aproximadamente 1,6 mil millones de victimas
(42 millones mundialmente cada año) desde la “consagración” de 1984, que falló de
mencionar a Rusia.
Ni, en última instancia, tiene importancia si se tiene en cuenta que Rusia sea en
el derecho respecto a Crimea, o si su movimiento aparente hacía una renovación moral
y espiritual es loable en lo que va (el aborto, la anticoncepción, el divorcio, la
pornografía y una montaña de otros males sociales permaneciendo legales en aquel
país). El hecho queda que Rusia está actuando en circunstancias llenas de peligros para
Europa y el mundo, y por eso permanece al centro de los avisos proféticos del Mensaje
de Fátima. Por lo tanto, sería sin sentido escoger lados en este conflicto trilateral ahora
en curso entre Rusia, la Unión Europea y los Estados Unidos. Si Rusia verdaderamente
o no representa el más mínimo de los tres males en ese conflicto es irrelevante desde la
perspectiva de Fátima. Visto bajo la luz del acontecimiento de Fátima, este conflicto no
ofrece ningunos héroes, sino apenas una amenaza nueva y cada vez más temible a la paz
del mundo.
Nuestro verdadero héroe – o debo decir heroína – es la Santa Madre de Dios,
que apareció en Fátima hace casi un siglo para presentar su plan para la paz mundial, un
plan que transciende los designios de los meros hombres ahora pavoneándose y
inquietándose en el escenario mundial. Cuando el Papa y los Obispos finalmente hacen
lo que pidió la Virgen de Fátima, poniendo fin con eso, finalmente, a la oposición
6
http:// www.fatima.org/span/news/El_Mensaje_de_Fatima.pdf
perversa de la burocracia vaticana a cualquier mención de Rusia en la serie de
ceremonias suplentes que han sido conducidas desde 1981, entonces – y sólo entonces –
el mundo gozará de la paz verdadera que el Papa Pio XI describió en Quas Primas: “de
poco valdría una apariencia exterior de paz, que hace que los hombres se traten
mutuamente con urbanidad y cortesía, sino que es necesaria una paz que llegue al
espíritu, los tranquilice e incline y disponga a los hombres a una mutua benevolencia
fraternal. Y no hay semejante paz si no es la de Cristo…”
Finalmente, sin embargo, debe ser dicho que los desarrollos recientes en Rusia
no son sin significación sobrenatural. Sabemos del testimonio de Sor Lucía que Dios se
dignó conceder favores divinas en respuesta de las consagraciones del mundo al
Inmaculado Corazón celebradas por Pio XII el 31 de octubre de 1942 y el 8 de
diciembre de 1942. El 24 de octubre de 1940, y otra vez el Miércoles de Ceniza en
1943, Nuestro Señor le dijo a Sor Lucía que a causa de la consagración del mundo “el
peligro presente (es decir, la 2ª Guerra Mundial) sería abreviado”, pero que la paz
mundial no sería concedida sin la Consagración explicita de Rusia por el Papa y los
Obispos. Y, en verdad, en su historia de la 2ª Guerra Mundial en seis volúmenes,
Winston Churchill señala que fue precisamente después de diciembre de 1942 que la
marea de guerra cambió a favor de los Aliados.
Visto bajo esta luz, lo que está sucediendo en Rusia hoy puede ser una remota
preparación por el día en que “esa pobrecita Nación” verdaderamente convirtirá a la Fe
católica debido a su consagración al Inmaculado Corazón, cumpliendo así las profecías
de Fátima detalladas anteriormente: “Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El
Santo Padre Me consagrará Rusia que se convertirá y será concedido al mundo algún
tiempo de paz”. No obstante, no se puede concluir que hasta los bienes de la religión,
cuando invocados por políticos operando a nivel humano – como Putin está operando
ahora – constituya la conversión profetizada del pueblo de Rusia. Eso ocurrirá cuando, y
sólo cuando, el pueblo ruso vuelva a la religión que sus antepasados sostuvieron desde
el tiempo que San Vladimir el Grande fue bautizado un católico y condujo la Kievan
Rus’ hacía la única verdadera Iglesia. Es por este día que esperamos, en la esperanza
cierta de lo que Nuestra Señora prometió, sucederá. Quiera Dios que venga antes que el
mundo dé un testimonio aún más terrible que el del sangriento siglo XX.
7
http:// www.fatima.org/span/news/El_Mensaje_de_Fatima.pdf
Descargar