TÍTULO V De las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales Artículo 108 El Gobierno responde solidariamente en su gestión política ante el Congreso de los Diputados. De este artículo podemos sacar dos conclusiones: 1- que la responsabilidad del Gobierno es solidaria, es decir, conjunta. Recordemos que el artículo 98.2 de la Constitución, al referirse a los miembros del Gobierno, habla de "la competencia y responsabilidad directa de éstos en su gestión". Hay varios instrumentos de control (preguntas, interpelaciones, comparecencias) que se dirigen contra un miembro en concreto del Gobierno. Esa responsabilidad solidaria implica que no cabría que el Congreso decidiese sobre la destitución de ningún Ministro, función que compete al Presidente que es quien previamente ha depositado su confianza. De ahí que cuando el Parlamento ha aprobado en el pasado mociones de reprobación frente a algún miembro del Gobierno éstas han tenido efectos políticos pero no jurídicos, no pudiéndose hablar en ningún caso de la aprobación de "mociones de censura particulares” 2- Dicha responsabilidad se exige solamente ante el Congreso de los Diputados, lo que vuelve a evidenciar que estamos ante un bicameralismo descompensado. No obstante, los senadores también pueden dirigir preguntas, interpelaciones…. Artículo 109 Las Cámaras y sus Comisiones podrán recabar, a través de los Presidentes de aquéllas, la información y ayuda que precisen del Gobierno y de sus Departamentos y de cualesquiera autoridades del Estado y de las Comunidades Autónomas. Este artículo establece el derecho de las Cámara Alta y Cámara Baja de solicitar la información necesaria a cualquier miembro del Gobierno y a cualquier autoridad del Estado o de la Comunidad Autónoma para poder desarrollar sus funciones de control. Artículo 110 1. Las Cámaras y sus Comisiones pueden reclamar la presencia de los miembros del Gobierno. 2. Los miembros del Gobierno tienen acceso a las sesiones de las Cámaras y a sus Comisiones y la facultad de hacerse oír en ellas, y podrán solicitar que informen ante las mismas funcionarios de sus Departamentos. Establece el apartado el derecho de las Cámaras o sus Comisiones de reclamar la presencia de los miembros de los mismos ante las 86 mismas. Esto enlaza con la obligación del Gobierno de comparecer ante las Cámaras y sus Comisiones, posibilitándose así la fiscalización y control directo posibilitando el funcionamiento de nuestro sistema parlamentario en que son las Cortes las que controlan al Gobierno. En buena lógica con lo anterior, dado que nuestro ordenamiento no exige que ningún miembro del Gobierno sea diputado o senador, se les concede a los miembros de Gobierno el derecho de acceder a las Cámaras y sus Comisiones y alegar lo que crean conveniente. También podrán solicitar que informe cualquier funcionario ante las mismas. Artículo 111 1. El Gobierno y cada uno de sus miembros están sometidos a las interpelaciones y preguntas que se le formulen en las Cámaras. Para esta clase de debate los Reglamentos establecerán un tiempo mínimo semanal. 2. Toda interpelación podrá dar lugar a una moción en la que la Cámara manifieste su posición. Preguntas e interpelaciones son dos medios de fiscalización de las Cortes Generales para controlar la acción del Gobierno. Pese a ello procedimentalmente preguntas e interpelaciones no son términos sinónimos. Las preguntas están pensadas para cuestiones concretas y determinadas provocando un breve diálogo entre el parlamentario y el Ministro destinatario de la pregunta. Por el contrario, las interpelaciones están pensadas para cuestiones de mayor trascendencia política y suscitan un mayor debate con intervención de otros diputados aparte del que hizo la interpelación. Las interpelaciones (por tanto no las preguntas) pueden dar lugar a una moción por parte de la cámara, es decir una toma de posición por parte de esta para que el Gobierno actúe de una determinada manera. Estas mociones no tienen vinculación jurídica pero si política. Artículo 112 El Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, puede plantear ante el Congreso de los Diputados la cuestión de confianza sobre su programa o sobre una declaración de política general. La confianza se entenderá otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los Diputados. En un sistema parlamentario las relaciones entre el Gobierno y las Cortes Generales están presididas por una relación de confianza, que supone que el primero sólo puede mantenerse en el poder en la medida que cuente con el respaldo mayoritario de las segundas. Consiguientemente, el Gobierno cesa cuando se rompe esta relación de confianza. En los sistemas de parlamentarismo 87 racionalizado, como el español, la exigencia de responsabilidad política tiene cauces específicos. En particular, existen dos: la moción de censura y la cuestión de confianza. Ambas están dotadas de los mismos efectos: la destitución del Gobierno. La aprobación de la primera y la desaprobación de la segunda determinan por imperativo constitucional (artículo 114) la caída del Ejecutivo. Como características de la cuestión de confianza destacaremos las siguientes: 1- Se presenta por el Presidente del Gobierno, previa deliberación con el Consejo de Ministros. La intervención del Consejo de Ministros es preceptiva pero no vinculante para su Presidente. 2Se presenta solo ante el Congreso, por tanto, el Senado no tiene intervención alguna. 3- el objeto de la cuestión de confianza será su programa de gobierno o una declaración de política general (cualquier cuestión de trascendencia política importante que requiere una toma de posición del Ejecutivo) 4- La confianza se entiende otorgada cuando vote a favor de la misma la mayoría simple de los diputados. 5- Respecto de las consecuencias de la denegación de una cuestión de confianza nos remitimos al artículo 114. Artículo 113 1. El Congreso de los Diputados puede exigir la responsabilidad política del Gobierno mediante la adopción por mayoría absoluta de la moción de censura. 2. La moción de censura deberá ser propuesta al menos por la décima parte de los Diputados, y habrá de incluir un candidato a la Presidencia del Gobierno. 3. La moción de censura no podrá ser votada hasta que transcurran cinco días desde su presentación. En los dos primeros días de dicho plazo podrán presentarse mociones alternativas. 4. Si la moción de censura no fuere aprobada por el Congreso, sus signatarios no podrán presentar otra durante el mismo período de sesiones. Una moción de censura es una manifestación política por lo que la cámara es crítica con la gestión del Ejecutivo y solicita su dimisión. En los regímenes parlamentarios el Gobierno necesita la confianza de las Cámaras representativas para mantenerse en el poder, la aprobación de una de estas mociones implica que ese requisito no se da más, obligando al Gobierno a dimitir. Las características de estas mociones son las siguientes: 1- Es en el Congreso donde se presenta esta moción 2- Esa moción debe presentarse por una décima parte de los diputados, exigiéndose este mínimo para que no se presenten de manera continua generando inestabilidad política. 3- Debe incluir una candidato a la Presidencia, evitando así las mayorías negativas, aquellas que se ponen de 88 acuerdo para derribar a un Gobierno pero son incapaces de hacer lo mismo para la elección del sucesor.4- Se establece un periodo de enfriamiento de cinco días desde que se presenta la moción hasta que se vota para madurar y reflexionar el sentido del voto por parte del diputado. En los dos primeros días pueden presentarse mociones alternativas. 5- Para aprobar la moción de censura se requiere mayoría absoluta del Congreso. 6- Nuevamente para evitar la inestabilidad política encadenando mociones de censura se prohíbe los signatarios de la moción puedan presentar otra durante el mismo periodo de sesiones. 7- Respecto de las consecuencias de la aprobación de una moción de censura nos remitimos al artículo 114. Artículo 114 1. Si el Congreso niega su confianza al Gobierno, éste presentará su dimisión al Rey, procediéndose a continuación a la designación de Presidente del Gobierno, según lo dispuesto en el artículo 99. 2. Si el Congreso adopta una moción de censura, el Gobierno presentará su dimisión al Rey y el candidato incluido en aquélla se entenderá investido de la confianza de la Cámara a los efectos previstos en el artículo 99. El Rey le nombrará Presidente del Gobierno. Las consecuencias en ambos instrumentos de control: a) En el caso de la cuestión de confianza, si no se aprueba, el Gobierno presentará su dimisión al Rey procediéndose al nombramiento del nuevo Presidente por el procedimiento del artículo 99, ya analizado. Hasta el nombramiento del nuevo Gobierno, el anterior continuará en funciones. b) En el caso de aprobarse una moción de censura, el Gobierno presentará su dimisión y el Rey nombrará Presidente al candidato alternativo incluido en la moción al contar con el respaldo mayoritario del Congreso Artículo 115 1. El Presidente del Gobierno, previa deliberación del Consejo de Ministros, y bajo su exclusiva responsabilidad, podrá proponer la disolución del Congreso, del Senado o de las Cortes Generales, que será decretada por el Rey. El decreto de disolución fijará la fecha de las elecciones. 2. La propuesta de disolución no podrá presentarse cuando esté en trámite una moción de censura. 3. No procederá nueva disolución antes de que transcurra un año desde la anterior, salvo lo dispuesto en el artículo 99, apartado 5. 89 La disolución es esa resolución por la que se pone fin anticipadamente al funcionamiento de las cámaras. En vez de concluir al expirar el período por el que fue elegido, la disolución supone anticipar este momento. Dejando de la lado las disoluciones imperativas que se prevén en otros artículos de nuestra Constitución (por ejemplo artículo 99.5 o 168.1) este artículo aborda las disoluciones voluntarias. En cuanto al órgano legitimado, es el rey el que decreta formalmente la disolución pero no libremente sino a propuesta del Presidente del Gobierno. Este requiere la previa deliberación con el Consejo de Ministros, siendo la actuación del consejo de ministros obligatoria pero no vinculante. Por tanto, es competencia del Presidente solicitar o no solicitar la disolución de las Cámaras. En cuanto al objeto de la disolución, hágase que se pueden disolver individualmente, el Congreso o el Senado, o bien ambas conjuntamente, las Cortes Generales. El artículo establece dos límites a la disolución de las Cortes: 1- no se puede presentar si esta en trámite una moción de censura 2- no se puede presentar desde pasado un año desde la disolución anterior salvo lo dispuesto en el artículo 99.5 de la Constitución. 90 Artículo 116 1. Una ley orgánica regulará los estados de alarma, de excepción y de sitio, y las competencias y limitaciones correspondientes. 2. El estado de alarma será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros por un plazo máximo de quince días, dando cuenta al Congreso de los Diputados, reunido inmediatamente al efecto y sin cuya autorización no podrá ser prorrogado dicho plazo. El decreto determinará el ámbito territorial a que se extienden los efectos de la declaración. 3. El estado de excepción será declarado por el Gobierno mediante decreto acordado en Consejo de Ministros, previa autorización del Congreso de los Diputados. La autorización y proclamación del estado de excepción deberá determinar expresamente los efectos del mismo, el ámbito territorial a que se extiende y su duración, que no podrá exceder de treinta días, prorrogables por otro plazo igual, con los mismos requisitos. 4. El estado de sitio será declarado por la mayoría absoluta del Congreso de los Diputados, a propuesta exclusiva del Gobierno. El Congreso determinará su ámbito territorial, duración y condiciones. 5. No podrá procederse a la disolución del Congreso mientras estén declarados algunos de los estados comprendidos en el presente artículo, quedando automáticamente convocadas las Cámaras si no estuvieren en período de sesiones. Su funcionamiento, así como el de los demás poderes constitucionales del Estado, no podrá interrumpirse durante la vigencia de estos estados. Disuelto el Congreso o expirado su mandato, si se produjere alguna de las situaciones que dan lugar a cualquiera de dichos estados, las competencias del Congreso serán asumidas por su Diputación Permanente. 6. La declaración de los estados de alarma, de excepción y de sitio no modificarán el principio de responsabilidad del Gobierno y de sus agentes reconocidos en la Constitución y en las leyes. Todos estos estados de anormalidad constitucional se regulan en la Ley Orgánica 4/1981, de 1 de junio, de los estados de alarma, excepción y sitio. El estado de alarma se declara en todo o parte del territorio nacional por el Gobierno mediante Decreto acordado en Consejo de Ministros, de oficio o a petición del Presidente de la Comunidad Autónoma afectada, cuando acontezcan catástrofes, calamidades o 91 desgracias públicas tales como terremotos, inundaciones, incendios o accidentes de gran magnitud, crisis sanitarias, tales como epidemias y situaciones de contaminación graves, situaciones de desabastecimiento y paralización de los servicios esenciales para la comunidad que determine alguno de los resultados anteriores, como consecuencia de huelgas o conflictos colectivos. El Decreto gubernamental debe determinar el ámbito territorial, los efectos y la duración del estado de alarma, que no podrá exceder de quince días, salvo autorización del Congreso de los Diputados. Por su parte, el estado de excepción puede declararse cuando el libre ejercicio de los derechos y libertades de los ciudadanos, el normal funcionamiento de las instituciones democráticas, el de los servicios públicos esenciales o cualquier otro aspecto del orden público resulten gravemente alterados. Para ello, el Gobierno debe solicitar la previa autorización del Congreso de los Diputados en la que se determinen sus efectos, con mención expresa de los derechos cuya suspensión se solicita y la relación de medidas que quepan en relación con ellos, su ámbito territorial y duración, que no puede exceder de treinta días, con posible prórroga por el mismo plazo con los mismos requisitos. Obtenida la autorización, la declaración se acordará por Real Decreto del Consejo de Ministros. La declaración del estado de sitio procede cuando se produzca o amenace producirse una insurrección o acto de fuerza contra la soberanía o independencia de España, su integridad territorial o el ordenamiento constitucional que no pueda resolverse con otros medios. Corresponde dictarla al Congreso de los Diputados, a iniciativa del Gobierno. La resolución aprobada debe determinar su ámbito territorial, duración (que la constitución no fija límites) y condiciones. Nota común es que bajo la vigencia de cualquiera de estos estados no se puede disolver el Congreso de los Diputados, su funcionamiento como el de los demás poderes del estado no podrán interrumpirse durante la vigencia de estos estados. 92