LOS TEXTOS NARRATIVOS. 1. Definición. Narrar consiste en contar sucesos reales o imaginarios que se desarrollan a lo largo de un tiempo determinado. Se trata de una actividad fundamental en la vida diaria, puesto que constantemente narramos lo que hemos hecho o nos ha sucedido; ocupa gran espacio en los medios de comunicación (las noticias son, formalmente, textos narrativos); y es la base de géneros literarios fundamentales, como la novela y el cuento1. 2. Elementos de la narración. Todo texto narrativo posee unos elementos que lo caracterizan y que es necesario conocer. Son los siguientes: 2.1. El narrador es la figura que cuenta la historia, presenta a los personajes y sitúa la acción en un tiempo y un lugar determinados. Además, va alternando la narración propiamente dicha con descripciones y diálogos. Para hacer todo esto, el narrador debe elegir un punto de vista o perspectiva para narrar, lo que lo define como un tipo concreto de narrador. Las posibilidades se resumen en el siguiente cuadro: TIPOS DE NARRADOR protagonista narrador interno narrador externo (1 ª persona) (3ª persona) secundario omnisciente observador + subjetivo ·············································································· + objetivo El narrador interno es aquel que forma parte de la historia que cuenta. Narra en primera persona ya que participa en la acción. Existen dos modalidades: protagonista, cuando su papel como personaje es fundamental; y secundario, cuando su personaje permanece en segundo plano. 1 Todo ello sin contar que el cine o la publicidad televisiva son, básicamente, formas narrativas. El narrador externo no es personaje de la historia que cuenta, por lo que utiliza la tercera persona. Puede ser omnisciente, cuando conoce todos los detalles de la historia (incluidos los pensamientos de los personajes); u observador, cuando sólo conoce lo que ha visto o lo que le han contado. Como se puede apreciar en el esquema, estas cuatro modalidades de narrador forman un escala desde el más subjetivo (interno protagonista) hasta el más objetivo (externo observador). 2.2. Los personajes son las personas reales o de ficción que llevan a cabo los hechos contados por el narrador. Su personalidad se refleja tanto en su forma de hablar y pensar, como por los actos que realizan. Para dar vida a estos personajes, el narrador se sirve de descripciones y diálogos. En general, los personajes pueden clasificarse de varias maneras según diversos criterios. Por ejemplo, por su importancia dentro de la narración, se dividen en principales (que tienen un papel protagonista y son indispensables para el relato) y secundarios (que tienen menos presencia y podrían llegar a ser eliminados sin que el relato se resistiera gravemente). En otro caso, por su complejidad, se clasifican en redondos (descritos con detalle, psicológicamente complejos, caracterizables mediante varios adjetivos…) y planos (descritos más superficialmente, caracterizables por uno o dos adjetivos…). Obviamente, estas clasificaciones admiten grados (por ejemplo, hay personajes más secundarios que otros) y suelen solaparse: los principales suelen ser redondos y los secundarios, planos. 2.3. El espacio es el lugar o lugares donde suceden los acontecimientos que se cuentan. Aunque pueden caracterizarse diversos tipos de espacio, baste indicar que en ocasiones el espacio es un simple marco ambiental (podría ser variado sin que afectara sustancialmente al relato) y otras en un factor decisivo, casi como un personaje más, que influye directamente sobre los hechos que se narran. 2.4. El tiempo es un elemento sustancial en la narración, pues todo relato presupone un tiempo. Existen varias formas de considerarlo: a) Como tiempo externo, se refiere a la época en que suceden los acontecimientos que forman la narración. b) Como tiempo interno, el realmente importante, puede referirse a: .- la duración de esos acontecimientos, y en este sentido existen muchas variables, desde historias que duran poquísimo tiempo y, por tanto, se narran con mucho detalle y en ellos abundan las descripciones, hasta los que abarcan muchísimos años y, en consecuencia, son narrados con menor detalle y frecuentes elipsis2. 2 El concepto de elipsis es fundamental dentro del tiempo narrativo. Se refiere a un salto del relato en relación con la historia, de manera que una parte de esta es suprimida del relato, en general, por ser fácilmente reconstruible por el lector. Se utiliza frecuentísimamente en el cine y la publicidad televisiva. .- el orden con que el narrador dispone los hechos. A este respecto, el narrador puede organizar linealmente el relato, contando los hechos en el orden cronológico en que sucedieron; o puede alterar el orden, saltando al pasado para relatar acontecimientos anteriores (lo que se conoce como analepsis o flash-back), o anticipando acontecimientos futuros (prolepsis). Este concepto de orden supone la distinción de dos conceptos fundamentales de la narración: la historia, que es el conjunto de acontecimientos encadenados temporal y causalmente; y el relato, una forma determinada de contar la historia, que implica un tipo de narrador concreto, un orden específico (lineal o no), etc. 3. Estructura de la narración. En relación muy estrecha con el tiempo está la estructura que suelen presentar los textos narrativos. Se denomina estructura a la organización que presenta el texto. Así, si consideramos las posibilidades de orden temporal que hemos descrito en el apartado anterior, se habla de una estructura lineal cuando el relato sigue un orden cronológico; de estructura en flash-back cuando el relato comienza por el desenlace y salta al pasado para narrar los sucesos que explican ese desenlace; y, finalmente, de estructura in medias res cuando el relato comienza por los acontecimientos centrales, salta al paso para incluir los antecedentes y, una vez llegado al punto en que comenzó, continúa hasta llegar al desenlace. Sin embargo, al margen de las cuestiones relativas al orden, los textos narrativos suelen dividirse en tres partes de acuerdo con el progreso de la acción. Así, tenemos el planteamiento, donde se presenta a los personajes principales y se sitúa la acción en un tiempo y un espacio determinados; el nudo, la parte central y más extensa, donde se desarrolla el conflicto planteado; y el desenlace, la parte final y más breve, en la que se produce la resolución de ese conflicto y que puede ser de dos tipos: cerrado, cuando el relato deja muy claro cuál es el final de la historia y el destino de los personajes; y abierto, cuando el relato no proporciona todas las claves para conocer el final de la historia, de manera que el lector debe imaginarse cuál es el desenlace definitivo de acuerdo con las sugerencias que se hacen en el texto y las conclusiones a las que llegue a partir de aquéllas.