Heraldo de Aragón l Sábado 4 de febrero de 2012 EDITA: HERALDO DE ARAGÓN EDITORA, S. L. U. Presidenta Editora: Pilar de Yarza Mompeón Vicepresidente: Fernando de Yarza Mompeón Director General: José Manuel Lozano Orús TRIBUNA l 17 Director: Miguel Iturbe Mach Subdirectores: Jesús Frago (Organización y Calidad), Encarna Samitier (Opinión), Ángel Gorri (Información). Redactores Jefe: Enrique Mored (Aragón), Santiago Mendive. Jefe de Política: José Luis Valero. España, Mundo y Economía: José Javier Rueda. Deportes: José Miguel Tafalla. Cultura: Santiago Paniagua. Internet: Esperanza Pamplona. Cierre: Mariano Gállego, Javier Caridad (Fin de Semana). LA FIRMA I El autor recuerda que la Universidad de Zaragoza está sistemáticamente por debajo de la media en financiación. Y defiende que el actual gobierno todavía está a tiempo de corregir el problema en las cuentas 2012. Por Vicente Pinilla El dinero del campus sistemáticamente por debajo de la media española. —Esta mala situación ha empeorado todavía más desde 2009. Con los últimos datos disponibles de 2011, la Universidad de Zaragoza ocupa ya una de las peores posiciones en España, muy por debajo de la media. Los datos son por lo tanto claros. Hemos tenido una mala financiación, y desde que comenzó la crisis, la situación ha empeorado notablemente. Pero, ¿por qué son así las cosas? Mi hipótesis es que los gobiernos de Aragón no han tenido, ni tienen, un plan claro sobre el tipo de universidad que desean. Más allá de la retórica sobre lo importante que en la economía del conocimiento es disponer de una universidad excelente, volcada hacia la buena docencia y la investigación avanzada, no ha habido un plan y un compromiso que permita alcanzar las metas exigibles a la universidad. La razón para que esto haya ocurrido, más allá también quizás de la escasa proximidad que los presidentes han sentido hacia la institución, tiene que ver con que la gestión universitaria no depende directamente de ningún departamento del gobierno. Se transfieren recursos y es luego el gobier- «Las penurias financieras de la Universidad tienen que ver con que los gobiernos ni han tenido ni tienen claro qué tipo de Universidad desean» HOY, SÁBADO 4 Jesús F. Frago INNECESARIO HERALDO DESDE que se transfirió la Universidad de Zaragoza a Aragón, el debate sobre su financiación ha sido recurrente. La extrema situación en la que nos encontramos, lo ha avivado todavía más. En el debate se plantean básicamente dos posturas y algunas posiciones intermedias. Desde el gobierno de la Universidad se ha afirmado que el principal problema es la baja cuantía de las transferencias recibidas desde la Comunidad Autónoma. La alternativa es lo que podríamos llamar la ‘doctrina Larraz’, por ser este ex consejero del Gobierno de Aragón quien la formuló con mayor rotundidad. El argumento es que la Universidad estaba bien financiada y sin embargo, la mala gestión era la causante de la situación. En las últimas semanas, algunos universitarios que apoyan una alternativa en las próximas elecciones frente al actual rector, de forma más o menos contundente, apuntan también a que este problema sería relevante y se sumaría al bajo nivel de transferencias de la Comunidad Autónoma. Resolver el dilema con mera retórica es inadecuado. Hay que ir a datos objetivos y cuantificables para poder responder (Informes de la CRUE ‘La universidad en cifras’, INE, presupuestos universitarios y de comunidades autónomas…). ¿Qué nos dicen estos datos? Con contundencia dos cosas: —Desde que se transfirió la Universidad de Zaragoza hasta nuestros días, independientemente del indicador que utilicemos (gasto en enseñanza universitaria del gobierno autonómico sobre el PIB regional, gasto por alumno, o porcentaje de gasto en enseñanza universitaria sobre presupuesto total de la Comunidad Autónoma), Aragón o la Universidad de Zaragoza han estado Gerente: José Andrés Nalda Mejino Comercializa: Metha. Gestión & Medios, S. L. Imprime: Impresa Norte, S. L. Distribuye: DASA. Distribuidora de Aragón, S. L. no de la Universidad el que los gestiona. Esto produce seguramente falta de compromiso e identificación. La coyuntura actual es extremadamente grave. La mala situación existente en el último gobierno socialista fue duramente criticada por la oposición, señalando los riesgos que entrañaba y su miopía hacia una institución clave para el desarrollo económico y social de Aragón. El gobierno socialista, tras tres mandatos consecutivos, sólo fue capaz en los últimos meses de su gestión de llegar a un acuerdo de financiación que permitiera marcar un horizonte plurianual a los recursos disponibles para la universidad y los mejorara. Paradójicamente, el cambio de gobierno, ha empeorado todavía más las cosas. No se ha respetado el acuerdo de financiación, se ha congelado la transferencia básica y la inversión se ha dejado a nivel cero. Con este panorama no se puede achacar mala gestión al actual equipo, sino maravillarnos de que con recursos tan escasos sigamos funcionando, aunque sea con recortes significativos y graves. La comunidad universitaria, dejando al margen las lógicas discrepancias sobre proyectos, objetivos o planes para los próximos cuatro años, debería estar unida para reivindicar los medios que necesita de forma imprescindible para poder seguir adelante y mantener y mejorar el lugar destacado que ya tiene por su calidad. El gobierno todavía está a tiempo de corregir el problema en los presupuestos de 2012. *Vicente Pinilla es Catedrático de Historia Económica en la Universidad de Zaragoza y fue Vicerrector de Organización y Gestión Económica de la misma en 2000-2004 DE todas las causas que tiene abiertas Baltasar Garzón, la menos comprensible para una buena parte de los ciudadanos es la que trata de determinar si prevaricó al investigar los crímenes del franquismo. Las manifestaciones de apoyo al juez a las puertas del Tribunal Supremo y la presencia de representantes de asociaciones internacionales pro derechos humanos demuestran el desconcierto que provoca. ¿Está justificado este juicio por las extravagancias jurídicas de Garzón? ¿A cuántos jueces habría que sentar en el banquillo por sus errores? Esta causa ha sido posible por la incompetencia de los políticos a la hora de solucionar el problema de los desaparecidos de la guerra civil. Hemos convertido en un asunto delicado lo que solo es el deseo razonable de quienes aspiran a localizar los restos de sus seres queridos y enterrarlos dignamente. En el Centro de Historias de Zaragoza, la exposición ‘Desaparecidos’, de Gervasio Sánchez, describe la dimensión de este problema en el mundo. Cuesta creer que mientras otros países aplican sin estridencias ni alborotos políticos los avances técnicos y científicos en la localización e identificación de los restos, aquí nos mostremos tan remisos. La verdad y la justicia salen perdiendo. jffrago@heraldo.es CON DNI Rafael Bardají Cesantía y eficacia SIGUIENDO la lógica de la sensatez, si las cosas funcionan, no hay por qué cambiarlas. En España estamos acostumbrados a que ante una mudanza de gobierno empiecen a rotar los diferentes cargos por mucho que su misión no tenga un perfil político. Es la manera que tienen los aparatos de los partidos de pagar fidelidades y el trabajo al servicio de la causa. Y así, además de sustituir el consejero y director general de una consejería o ministerio, las cesantías llegan hasta el jefe de servicio, director de hospital o cárcel. Es una mala costumbre generalizada que llevan a cabo todos los partidos políticos y que produce, entre otras cosas, el desaprovechamiento de un caudal de conocimiento y de experiencia. Los gobiernos buscan personas afines en los niveles más remotos de la gestión pública, aún a costa de la eficacia. Y este vicio democrático se ha llevado al director general de Tráfico, Pere Navarro, un hombre sobre cuyas espaldas recae buena parte de uno de los logros más evidentes de los últimos años, la reducción de las cifras de las muertes de tráfico. Navarro, que se ha enterado por la prensa, ha dado la impresión en este tiempo de ser una persona convencida de las misiones de su cargo. Ha explicado sus programas y ha sabido combinar el necesario toque pedagógico con la autoridad y la determinación. Una actitud de responsabilidad que ha tenido un componente cultural en la medida en que los españoles nos hemos dado cuenta de los beneficios de cambiar unos hábitos en la sociedad del volante. Y el asunto no es baladí, si nos fijamos en que las muertes en el asfalto se han reducido a la mitad en una década, lo que supone miles de personas que siguen teniendo el bien más preciado. Y aunque nadie podrá compensar a las víctimas ni a sus familiares del dolor, es muy revelador que en 2011 por primera vez en 50 años, los fallecidos sobre el asfalto han bajado de 1.500. El ministro Fernández Díaz alabó en enero estos datos y la gestión pero no ha servido para mantener a Navarro. Los mejores deseos para su sustituta, María Seguí, de quien esperamos que siga ayudando a la sociedad a entender que el coche, mal usado, es un arma cargada de tragedia.